viernes, 25 de octubre de 2019

Mi familia, mi vida: Cap. 14; Autor Mark

Mi familia, mi vida
一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 25 de Octubre del 2019.
一一一一一一一一一一一一一一一 
Capítulo 14
Autor: Mark

El humor de Derek no era el mejor al momento de entrar en la escuela de sus hijos. Había tenido que retirarse de la reunión que sostenía con el comisionado y el alcalde. Su hijo mayor había participado en una pelea.
Lo encontró sentado mirando al techo con un pañuelo ensangrentado en su mano. Sus alarmas se encendieron, ahora entendía la premura de la llamada. Se acercó y examinó su rostro, tenía el labio y la ceja izquierda partida, pero habían dejado de sangrar, sin embargo su nariz no. 

  • ¿Qué pasó? – preguntó muy serio, estaba furioso y no solo por la interrupción de su reunión. Repitió la pregunta con un poco más de énfasis y apretando los dientes, fue entonces que Hardy hizo contacto visual con él, pero siguió con su mutismo – ¿Por qué no está en enfermería? – le preguntó a la secretaria del director
  • Su hijo se negó a recibir atención médica – fue la respuesta de la mujer, quien no se tomó la molestia de mirarlo
  • Debieron llevarlo aunque se negara, ¡está herido! – respondió colocando su mano sobre el escritorio captando la atención de aquella amargada mujer
  • Señor Hayes, su hijo tiene dieciséis años, puede rehusar recibir atención médica, entre otras cosas, y nosotros no podemos hacer nada a menos que su vida corra peligro

A Derek le salto una vena en la cien y estuvo a punto de saltar sobre su cuello de aquella antipática mujer.

  • Señor Hayes, por favor, acompáñeme – intervino el director desde el umbral de su oficina, justo a tiempo

Ambos hombres entraron, Derek no quería dejar solo a Hardy, le preocupaba que tuviera una lesión más grave, su nariz no paraba de sangrar y el pañuelo que en algún momento había sido blanco ahora estaba todo rojo y eso lo molesto mucho. En la oficina del director tuvo que escuchar una vez más las quejas de éste con respecto al comportamiento de Hardy, nuevamente escuchó las acusaciones del hombre acerca de la agresividad del chico y lo conveniente que sería que regresara a la sesiones con la psicóloga de la escuela. Derek pensaba que los problemas de ira de Hardy habían terminado hacía mucho tiempo, pero estaba equivocado.
El director le contó que Hardy había iniciado una pelea y había golpeado a un chico del último año. El otro joven respondió a los golpes luego del tercero, pero al ser más grande sus golpes hicieron más daño. De cualquier manera, las excusas que podía dar Derek para salvar a su hijo no sirvieron de nada, el director le informó que tanto Hardy como el otro chico estaban suspendidos por una semana. Como era de suponer Derek salió más furioso de lo que estaba a la oficina del director.

  • ¿Qué pasó? – le pregunto de nuevo una vez que estuvieron solos, pero el joven continuaba con la mirada perdida, lo que desesperado a su padre quien dio un fuerte golpe al volante – ¡Maldita sea Hardy! Estoy hablando contigo – le recordó – acabo de escuchar al director prácticamente ordenarme que te lleve al psicólogo
  • ¡No estoy loco! – grito por fin Hardy en defensa, un tanto molesto

Derek notó que la hemorragia no paraba y el rostro de Hardy estaba cada vez más inflamado. Sacó su celular y marcó el número de su mujer. Ni siquiera saludó cuando Danielle contestó al segundo timbrazo. 

  • Vamos para allá, está sangrando mucho – fue lo que escucho Hardy. Esperó 2 segundos y cortó la llamada,  la había puesto al tanto de la pelea que su hijo había tenido, cuando colgó volvió a ver el rostro de su hijo, la nariz no paraba de sangrarle así que le pasó su pañuelo, el chico lo acepto tímido, pero también un poco asustado, apenas se puso el pañuelo en su nariz, volvió a empaparse de sangre – Iremos al hospital, tu madre sabrá que hacer – Dereck trato de calmarlo
  • ¡No voy a ir al hospital! – se giró violentamente al responder eso
  • Tú harás lo que yo diga, no estás en posición de hacer exigencias – advirtió su padre y Hardy se quedó callado, e hicieron el camino al hospital en silencio, poco antes de llegar, Derek volvió a preguntar – ¿Qué fue lo que pasó, Hardy?
  • Ya escuchaste al director – respondió el jovencito encogiéndose de hombros
  • Quiero escucharte a ti
  • No quiero hablar de eso – desvió su mirada al camino y una lágrima rodó por su mejilla izquierda
  • Deberías guardar esas lágrimas para cuando hable contigo en casa

Al llegar al hospital, Danielle se sorprendió de la cantidad de sangre que su hijo había perdido por la nariz. Fue con él hasta el laboratorio para unos análisis de sangre de urgencias y al regresar al cubículo comenzó a preparar una inyección. El joven no se había dado cuenta de lo que hacía su madre, continuaba con la mirada perdida y de vez en cuando las lágrimas lo traicionaban y caían. Ambos padres pensaban que lloraba porque sabía que estaba en muchos problemas y que Derek no lo dejaría pasar,  Danielle pensaba mil cosas al mismo tiempo que preparaba la inyección.
  • ¿Para qué es eso? – interrumpió Derek y Hardy fue consciente de lo que hacía su madre
  • Es para detener la hemorragia
  • No quiero que me inyectes – la súplica de Hardy fue malinterpretada por su madre quien respondió duramente
  • Pero lo voy a hacer, así que acuéstate boca abajo, baja tus pantalones y quédate callado – las palabras de Danielle dolieron, pero los nervios eran mucho más fuertes y buscó apoyo en Derek
  • Papi…
  • Tranquilo campeón, tu madre debe inyectarte para…
  • Lo hace para castigarme – interrumpió el chico
  • Debería hacerlo – comenzó danielle, pero derek intervino oportunamente
  • Claro que no – dijo mirando a su mujer, luego continuó mirando a su hijo – Tu madre está preocupada porque el sangrado no se detiene – Danielle pensó en esas palabras y era precisamente lo que sentía, suavizó su rostro y sus palabras
  • Cariño, nunca te castigaría de esta forma, sé que no te gustan las inyecciones pero no dejas de sangrar
  • Pero no quiero que me inyectes, mami
  • Lo haré suave.
  • Te daré la mano para que la aprietes tan fuerte como duela – Hardy se dejó guiar a la camilla, Derek sostuvo su mano como lo prometió, Danielle bajó los pantalones y bóxer del chico
  • Relájate para que no duela – dijo antes de meter la aguja

Mientras Danielle inyectaba el líquido en la nalga izquierda y Hardy se quejaba, Derek no pudo dejar de pensar en lo vulnerable que volvía a ser su hijo, en ese momento no era el chico altanero, ni grosero que había sido en los últimos meses, ni el que solía ser cuando llegó a casa, sino en el pequeño adolescente tierno y frágil que escondía. Se dijo así mismo que debía haber una buena razón para que volviera a pelearse en la escuela y se propuso averiguarla.
La hemorragia se detuvo poco después, mientras le hacían una radiografía de su nariz, Danielle quería asegurarse de que no tuviera fracturas. Derek se retiró casi al mediodía, era la hora de salida de los chicos y ella iría a buscarlos en la escuela. Axl y Jimmy no habían parado de hacerle preguntas a Hardy acerca de lo que había pasado, el joven adolescente evadía las preguntas o simplemente se quedaba callado, Danielle estaba perdiendo la paciencia. Ella también quería saber, pero prefería darle privacidad al chico para responder.

  • ¿Pero dime, qué pasó? – preguntó por octava vez Axl
  • ¿Acaso no lo ves, tonto? Se peleó – respondió Jimmy, resaltando lo evidente
  • ¡No soy tonto! – gritó Axl molesto
  • Jimmy, ya te lo dije, deja de decirle así a tu hermano – advirtió Danielle, entrando en la casa
  • Solo es jugando – dijo de manera inocente y encogiéndose de hombros
  • Entonces, deja de jugar de esa forma – continuó la advertencia, el adolescente no se había detenido a observar la discusión entre sus hermanos, sin embargo se detuvo cuando escuchó a Danielle decir su nombre – Hardy, espérame en tu habitación, enseguida subo
  • ¿Lo vas a castigar? – preguntó Jimmy
  • Eso no es asunto de ustedes y los quiero bien lejos del segundo piso

Danielle entró en la habitación de Hardy 15 minutos después, lo encontró sentado en su cama, ella comenzó con la pregunta que todos se hacían, qué había pasado, pero el hermetismo del joven hizo que perdiera la paciencia y comenzara a gritar. Aun así no logró sacarle información al joven. Caminaba de un lado a otro por la habitación, la actitud de Hardy no era la que siempre había visto en el chico. Hardy siempre trataba de defenderse de las acusaciones, de justificar su conducta y peor aún, respondía a los gritos con más gritos, pero nada de eso estaba pasando, simplemente no respondía o lo hacía de manera sumisa y tímida. Algo inusual en él. Cuando Danielle entendió por fin que no lograría nada, se dio por vencida. 

  • Está bien, no digas nada, no hables si no quieres, pero igual no te salvas del castigo, tu padre arreglará cuentas contigo cuando llegue – esperaba que al menos esas palabras generaran alguna reacción en su hijo pero ni siquiera así se defendió

Derek llegó del trabajo una hora después de la cena, sus 2 cachorros más pequeños miraban la televisión en el salón, luego de saludarlos con besos y preguntar por sus tareas se disponía a subir. 

  • Yo sí las hice, pero Axl no – Derek miró al aludido
  • Sí las hice
  • No las hiciste –  con un gesto Derek detuvo el inicio de una pelea
  • Ve al estudio y comienza la tarea, bajaré para ayudarte
  • Pero papi… – una mirada de advertencia bastó para que Axl obedeciera, aunque no de muy buena gana

Continuó su camino y entró en su habitación, encontró a Danielle doblando la ropa de sus hijos, ella lo abrazó y besó, sabía que el día había sido duro, él se dejó mimar, pero debía regresar a la realidad de sus hijos.

  • ¿Qué averiguaste? ¿Qué te dijo?
  • Nada, no dijo nada, se niega a hablar de eso – Derek suspiró
  • Será mejor que termine con esto

Se dirigió a la habitación de Hardy, el adolescente estaba mirando al techo con las manos en la nuca. Danielle le había confiscado su celular y su tablet y no podía utilizar la tecnología a menos que fuera para asuntos escolares. Se sentó bruscamente al notar la presencia de su padre. 

  • ¡Hola! – saludó Derek de manera casual y la respuesta que obtuvo fue tímida
  • Hola
  • ¿Te duele? – murmuro refiriéndose a las heridas y hematomas en su rostro, cogiéndole el rostro con delicadeza
  • No, mamá me dio un analgésico
  • Que bueno – Derek no quería perder esa pequeña conexión que había logrado con su hijo luego del gran error que había cometido con el asunto de los cigarrillos, veía como un logro el hecho de que Hardy no lo rechazara y mantuviera una conversación con él. Así que decidió aprovechar la situación – Cuéntame qué pasó hoy – evitó preguntar directamente por qué se había peleado, pensaba que tal vez de esa forma Hardy se abriera, pero no lo logró
  • Ya escuchaste al director – se encogió de hombros, Derek no supo qué lo molestó más, si el hecho de que continuara rehusando a responder lo que preguntaba o la actitud despreocupada del chico
  • Está bien, entonces no vamos a alargar más las cosas… Levántate y quítate los pantalones – para su sorpresa Hardy hizo tal como dijo, no suplicó, no se resistió, simplemente se levantó y comenzó a desabrochar sus pantalones. A pesar de la sorpresa, Derek continuó firme, se sentó en la cama y una vez que su hijo se quedó en bóxer lo acercó y lo tumbó sobre sus rodillas cuidando de que estuviera cómodo y no corriera peligro de caer durante el castigo y forcejeo – ¿Ya sabes por qué te voy a castigar? – preguntó en un último intento por saber qué había pasado, pero nuevamente Hardy se encogió de hombros. Derek suspiró nuevamente y con una mano sobre su espalda para darle estabilidad comenzó el castigo – PLAS – resonó la piel y notó como contrajo las nalgas pero no se quejó – PLAS PLAS – Hardy comenzó a llorar en silencio, algo inusual, ya que solo había dado 3 nalgadas y no muy fuerte, pero recordó la inyección y supuso que aún le dolía – PLAS PLAS PLAS – tres más continuaron, sin mucha intensidad para evitar hacerle daño, pero su cachorro lloraba abiertamente, lo que llamó su atención, lo levantó y vio que realmente estaba llorando y no era un truco para zafarse del castigo, Hardy no aguanto más y en un fuerte y sentido abrazo se desahogó
  • Se estaban besando, papá… Se estaba besando con Jair – dijo entre sollozos y convulsiones de llanto, Derek por fin entendió qué había pasado, su adolescente tierno se había convertido en una bestia al ver a su novia besar a otro chico


Hardy estaba sufriendo su primera decepción amorosa y no podía, ni sabía cómo sobrellevarlo.




3 comentarios:

  1. Oh que pena una decepción amorosa y encima que Le tocará el perder, y los padres ya habían podido ser más epaticos al verle el rostro y sangrando sin ceder la emorragia

    ResponderEliminar
  2. Me fascinan sus historias.lloro,río los felicito a todos los escritores sigan adelante un fuerte abrazo y un beso 😭😀🎉🎇

    ResponderEliminar
  3. Pobre chico si que le dolió mucho la traición de su novia...
    Por eso reaccionó así y se fue a los golpes!!
    Que bueno que detuvo el castigo a tiempo y lo abrazó que es lo que más necesitaba!!
    Me encantó volver a leer un capítulo de tu historia!!

    ResponderEliminar