martes, 22 de octubre de 2019

Mis Gemelos: Cap. 316; Autora Marambra

Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 22 de Octubre del 2019.
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Capítulo 316
Mentiras mentirosas
Autora: Marambra

  • Ya, ya… ya Bambi, no llores – la puerta del dormitorio de su hermano se cerró tras Alexander, acababa de salir de bajo de su cama apenas su abuelo abandono el recinto pero antes miro por detrás de su hombro por si acaso reaparezcan los verdugos de su hermano y se sentó a su lado pasando el brazo sobre sus hombros a manera de consuelo, a leguas se notaba que eso era lo que ahora su gemelo necesitaba porque no dejaba de quejarse, aunque su principal presencia se debía que quería confirmar lo que acababa de enterarse, acababa de ser testigo de la paliza que le dio su abuelo
  • Me está doliendo mucho – murmuró Iván mostrándole la mano a su hermano como cuando eran niños, Alexander hizo una mueca, viendo a su par lamerse la mano herida, los dos cintazos sin duda no fueron una caricia
  • No te frotes, te va a doler peor – aconsejo Alexander con sabia experiencia atajando a Iván lo que hacía, rascarse con fuerza la palma – deberías meter la mano en un poco de agua fría – y abrió la puerta despacio mirando al pasillo, cogiendo el florero de su madre tirando las flores dentro del lavamanos y apurándose a traer agua para que su hermano meta la mano en ella mientras Iván seguía quejándose
  • Me está ardiendo muuucho – sollozo mirando su mano una vez sacándolo del jarrón mojando su cama
  • Ya deja de quejarte y mejor ponte esto – contesto su gemelo pasándole la crema que Rubén solía ponerles en las heridas de guerra que a veces los gemelos tenían, golpes por caídas, raspones o incluso un chicotazo mal dado – ahora ¿es cierto o no? – pregunto mirándolo como solo él solía hacerlo
  • ¿Qué cosa? – murmuro Iván evasivo, aunque sabía muy bien que era lo que su hermano quería saber, mientras se  ponía en ungüento sobre la palma de su mano
  • Anda no te hagas el tonto que no te queda, ¿sacaste o no la tarjeta de Ginger? – pregunto Alexander acomodándose sobre la cama de su hermano deseoso de los suculentos detalles ya que estaba intrigado, hasta hace un momento ignoraba la razón de la paliza, y de no haber sido por Rubén que exigió la verdad apenas entro a casa, él seguiría creyendo que era por saltarse la clase
  • No es de Ginger – murmuro Iván enfadado, de haber sabido que su papá le dio la tarjeta a Ginger no la hubiera tocado – es de Logan – susurro
  • ¿Y? – pregunto mirándolo intrigado – ¿crees que eso hizo alguna diferencia?, igual te han pegado ¿cierto? – Alexander no midió la crudeza de sus palabras pero como le dijo su abuelo un día, al pan pan y al vino vino, no había necesidad de dorar la píldora e Iván se quedó callado, no iba a admitirlo en voz alta, en cambio se quedó pensando en lo que su hermano le dijo – ahora ¿vas a decirme? y no admito una negativa, me lo debes  volvió al ataque
  • ¿Y se puede saber por qué crees que te debo algo?
  • Porque te traje la crema mágica del papá – respondió – así que ahora, es cierto o no – repitió la pregunta y a Iván no le quedó otra que contar su versión
  • Bueno, si lo hice pero por una buena razón
  • Compraste el último juego para a Play station ¡SÚPER! – por alguna razón Alexander creyó que su hermano robo la tarjeta de su padre para comprar aquello, quizás porque lo dijo en un momento de adrenalina por el juego
  • ¿Qué?... ¡estás loco! – Iván miro a su hermano como si le hubiera salido cuatro ojos, ¿Cómo podía ser tan infantil?, se preguntó empezando a enojarse por las idioteces de su par – ¿crees que voy a robar una tarjeta de crédito por un simple juego?
  • Yo lo hubiera hecho de no saber de antemano como duele el rebenque de papá – confeso Lex con un encogimiento de hombros como si estuviera hablando del clima
  • Pues yo no lo hice por eso, yo lo hice por algo realmente importante – trato de evadir a Alexander tumbándose en la cama, volviendo a ponerse la crema en la palma
  • Entonces dime, si no era por el juego, fuiste con alguien no sé, a ¿algún motel? – estaba más que claro que la fructífera mente de Lex estaba trabajando a mil por  hora, así Iván decido decir la verdad antes de que Lex siga fabulando y dando hipótesis cada vez más descabelladas que lo mentan a ambos en problemas
  • ¿Te acuerdas de ese dije que Loga nos dio en Londres?, ¿y ese libro que nos leía antes de dormir? – no era necesario entrar en detalles, Lex sabía de qué estaba hablando su par y la sola mirada que le dio con una ceja levantada fue la respuesta, eso y su silencio, algo le decía a Lex que tenía que ver con la visita de Rodrigo y su padre – pues… me los quito Raquel
  • Lo sabía; ¡lo sabía!... ¡lo que sacaste de mi estante! – Lex se levando de la cama y camino golpeando su puño sobre su palma, ellos habían peleado por ese libro,  Lex lo quería conservar cuando pensó que su padre había muerto e Iván no opuso resistencia, pero cuando su abuelo los obligo a separarse Iván también lo quería en su poder, apostaron y Lex gano la apuesta quedándose con el libro que misteriosamente desapareció de su cuarto y como nunca lo pillaron entre las cosas de Iván, realmente se convenció que lo olvido en algún otro lugar, es que ocasionalmente lo llevaba al potrero para leer lejos de todos cuando la tristeza lo golpeaba
  • Te recuerdo que también era mi libro
  • ¿Ya no lo es? – pregunto Lex  perspicaz
  • No importa, es o era da la mismo – Iván estaba irritándose de nuevo pero Lex no se dio cuenta de ello
  • ¡No es lo mismo!
  • Ags ya, mejor me callo – y se tumbó sobre la cama dándole la espalda y Lex se dio cuenta que estaban pelando por nada
  • No, me ibas a contar
  • Exacto te iba a contar pero tú no escuchas
  • Está bien, está bien lo siento ¿si? – y le dio una mirada de cachorro que convenció a Iván – me estabas diciendo que Raquel tenia tus cosas
  • Si, ella lo escondió o algo así, como sea, el padre de Rodrigo vino a entregarme “mis cosas” – dijo entrecomillando la frase con los dedos – solo que no estaba el dije, pero al abrir el libro para leerlo, de entre las hojas cayó un recibo de una casa de empeño…

Y no era solo del dije de Iván sino del añillo de rubí de su abuela que misteriosamente se perdió de su joyero y que ni remotamente sospecho que lo tuviera Raquel y aquella noche de tormenta que vino Rodrigo con su padre en el calor de su lecho empezó a hacer memoria sobre lo que pudo pasar para que aquella joya este en manos de Raquel y la única explicación plausible era cuando él la trajo a casa, una tarde cuando se quedó completamente solo con Adela y él la hizo entrar a la vivienda por la puerta de atrás cuando Adelita se distrajo con la visita de Armando.
Al día siguiente de la visita de Rodrigo, Iván se dio modos para buscar aquella casa de empeño, sintiendo una enorme alegría cuando dio con el local, pregunto por el recibo y le explico al encargado la situación, el hombre joven e inexperto que estaba a cargo ese día busco los datos y le confirmo que ambas joyas estaban en la tienda incluso se las mostro y le explico que no estaban a la venta porque habían pagado los intereses por un año entero y que para recogerlo solo debía pagar el monto del capital entregándole una cifra escrita de un papel, de haber tenido ese monto aquel día hubiera recuperado sus pertenencias sin ningún conflicto, desgraciadamente su mesada no cubría el costo y se rompió la cabeza tratando de encontrar una manera de reunir ese dinero en el menor tiempo posible e hizo lo que hizo, solo que sus planes no tuvieron el resultado deseado; Iván iba a continuar contándole a su hermano, pero el grito de su madre interrumpió la charla.
     
  • ¡Alexaaander! – Clara estaba enojada – ¡BAJA DE UNA VEZ O SERA EL DOBLE DE BROCOLI! – e Iván aun cuando estaba con los ojos rojos sonrió ante la cara de horror que puso su hermano antes de salir de su dormitorio, es que Alexander había aprovechado el pánico que causo Iván con todo este asunto y llevo su plato a la cocina con la ensalada de brócoli intacto

Iván volvió a ponerse un poco más de crema en la mano y se acomodó sobre sus almohadas acurrucándose sobre sí mismo tratando de conciliar el sueño pero sin lograrlo, porque los gruñidos de su estómago dejaron de ser solo ruido para ser dolor de hambre,  con todo el revuelo no había comido nada y no se atrevía a ir a la cocina en busca de su almuerzo, no cuando su padre y abuelo aún estaban enojados con él y menos porque Clara estaba allá discutiendo con Alexander, ¡demonios! Ojala sus problemas fueran tan simples como los de Lex, comer brócoli no era tan malo como usar la tarjeta de   crédito de su padre sin permiso, ¡mierda! si no hubiera sido por ese hombre obstinado de la casa de empeño donde estaba el anillo de su abuela y el dije que le dio su padre, nada hubiera pasado, hubiera llegado a casa temprano y hubiera quemado la tarjeta de crédito por si acaso, pero no, el hombre  tenía que negarse a recibir el dinero por la joyas y encima meterle miedo.

  • Lo siento niño pero como te dije hace un momento, no puedo entregarte nada porque eres menor de edad – fue la respuesta del dueño del local que aún no había llamado a la policía, porque se notaba a leguas que el muchacho no era un ladrón que quisiera marear a la perdiz
  • Pero tengo todo el dinero o es que hay que pagar algo más, porque puedo ir al cajero y sacar el monto que falta si usted quiere… en serio, no tardo nada – Iván prácticamente estaba rogando, le mostro incluso la tarjeta de su padre por tercera vez, y empezaba a desesperarse porque vio muchos buses escolares ir a sus paradas respectivas y se fijó la hora, a ese paso no iba a llegar a tiempo a casa, al final el hombre se cansó y despacho a Iván de mala manera
  • ¡NO! muchacho, y es mi última palabra y te aconsejo que te marches si no quieres que llame a la policía – y alzo el teléfono marcando el 110, obviamente tal llamada no se hizo porque el teléfono estaba sin línea, pero la treta funciono

Y eso fue todo, Iván tuvo que marcharse afligido y con las manos vacías y no supo que hacer, así que se sentó largo rato en una de las aceras de la calle esperando que el hombre se calme y volver a entrar, pero todas sus esperanzas se rompieron cuando la casa empeño cerró sus puertas porque era más de la una de la tarde, fue cuando Iván se percató de la hora y gasto la mitad de su mesada en un taxi tratando de llegar por lo menos a una hora prudente, pero aun así llego más de 2 horas tarde a casa, sin tiempo para pensar en una buena excusa que lo salve de una paliza, pero ahora que lo pensaba mejor aun teniendo una buena excusa, nada lo hubiera salvado de la tunda que se llevó… ¡diablos! ni en sus más horribles pesadillas imagino que su padre y su abuelo le den una paliza por el mismo pecado.
Había corrido como un alma en pena huyendo del carretón de la muerte sin darse cuenta que la muerte le esperaba en su propia casa, había sentido su corazón en la boca de tanto correr desde la entrada de la hacienda hasta la casa grande, no iba a arriesgarse a que el taxi vaya más allá de la entrada y lo vea su abuelo, así que en el camino ideo entrar en silencio sacar algo de ropa e irse al potrero y fingir que durmió, después de todo no era la primera vez que sucedía… ¡Oh Dios! ¿a quién mentía?, no iban a creerle que se durmió por dos horas, a lo mucho 15 minutos y su abuelo           hubiera salido a buscarlo de inmediato conociéndolo como lo conocía y eso le hizo dudar, pero luego le asalto otro pensamiento mucho más perturbador… la tarjeta de crédito de su padre, ¡tenía que esconderla! y con eso en la cabeza abrió la puerta lo más silenciosamente posible, solo que no contó la ráfaga de viento que tiro la puerta con tal fuerza que se rompieron los cristales llamando la atención no solo de su madre sino de toda la familia, se quedó quieto del susto pero sintió que la sangre se le drenaba de la cara cuando vio a Logan en la puerta.

  • ¡¿Qué demonios?! – Iván abrió los ojos como platos cuando vio a su madre venir como una diabla enojada
  • No fui yo, lo juro, fue el viento mamá – no era una mentira, el viento le gano el pomo de la puerta y se cerró estrepitosamente tras suyo, pero el grito de su padre cobró protagonismo
  • ¡Sube a tu dormitorio! INMEDIATEMENTE

Iván corrió escaleras arriba sin mirar atrás con el amen en la boca del miedo vivido, sobre todo porque pisándole los talones estaba Logan, quien apenas llego al final de la escalera se desabrocho el cinturón, causando que Iván trague saliva porque el tintineo típico de la hebilla sonó seco como un eco sordo en sus oídos lo que hizo que se apure en entrar a su cuarto respirando agitado, e iba a cerrar la puerta y no abrirla hasta que venga Rubén, prefería que sea su abuelo quien lo castigue porque siempre le daba la oportunidad de explicarse, pero no pudo hacer lo que quiso, sino que choco con el tórax de su padre sintiendo su caliente aliento en la frente, poniéndosele la piel de gallina.

  • ¡¿Dónde has estado?! – pregunto Logan tratando de controlar su temperamento, sabía que estaba muy enojado pero tenía que ser razonable se dijo a sí mismo
  • En el… – Iván trago saliva, estaba con la mente en blanco del susto y la pregunta lo tomo por sorpresa
  • No me hagas renegar ¡Dónde… has… estado! – Logan peligrosamente estaba empezando a perder la calma y a Iván como que la mente se le nublo del estrés y no se le ocurrió decir otra cosa que lo primero que se le vino a la lengua
  • En el… en el ¡colegio donde maaas! – y eso desato la ira de su padre y fue todo tan rápido que Iván no tuvo tiempo siquiera de dejar la mochila sobre la mesa que ya tenía a Logan despotricando en su nuca
  • ¿Y EN EL COLEGIO HAY CAJEROS AUTOMÁTICOS? – grito                       desbordado ya, mientras Iván sintió un gran vacío en la boca del estómago comprendiendo el alcance de aquellas palabras y no supo que decir, pero ni falta hacía porque aparte del fuerte agarre de su padre que lo sujeto por debajo de la axila lo siguiente que sintió fue la quemadura de un cinturonazo de esos – ZZZZAAAAASSSS – aquello fue brutal, como una barra de metal ardiendo quemando su piel, lo raro fue que al inicio de todo no sintió nada pero luego quiso arrancar con las uñas la fiera picadura
  • AGGGGGHHHH – el dolor fue tanto que Iván casi se queda sin respiración, incluso quedo ronco – PAAAAPIIII – la desesperación de Iván hizo que la lengua se le ablande y quiera conmover a su padre con aquella frase, es que el cinturonazo realmente lo sintió en el alma, pero Logan no estaba para consideraciones
  • ¿CREES QUE NO ME IBA A ENTERAR? – pregunto bullendo de rabia mientras trataba de desvestir a su hijo
  • PAAAPI PAAAAPI PAPI – Iván empezó a moverse como una culebra comprendiendo lo que iba a suceder, queriendo zafarse de las manos de su padre, tironeando hacia abajo en un vano intento porque Logan ahora si no quería oír nada
  • ¿CREES QUÉ NO ME IBA A DAR CUENTA  DE LA TARJETA? – y el botón del pantalón salió volando golpeando al cristal de la ventana y casi al mismo tiempo el pantalón y la ropa interior  de Iván cayeron al piso
  • NOOO NOOO NOO POR FAVOOOR –  el fuerte tirón que dio Logan a su ropa lo lleno de pavor, un pavo que se vio reflejado en sus ojos que se abrieron desmesuradamente, Iván no quería una paliza de Logan, menos con el cinturón, el único chirlo recibido aún ardía como una quemadura fresca, detalle que no pasó desapercibido a Logan, quien bajo la vista a un lado de la pierna, que lucía un horrible verdugón, producto del único cintazo dado hasta ahora y lo que vio no le gusto, así que sin pensarlo dos veces arrojó el cuero al suelo y a cambio se sentó en la cama y arrastro a Iván a su cruel destino, una paliza sobre sus rodillas como un niño pequeño
  • PLAF plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – y las nalgadas no se hicieron esperar y no fueron caricias precisamente, Logan aún estaba muy, pero muy enojado y no iba a decir nada más, porque temía decir algo que no pueda remediar, tenía que ser muy cuidadoso con Iván en ese aspecto porque su muchacho tenía la tendencia de tergiversar sus palabras
  • Auuuu uuu ayyy YAAA YAAAA – el pobre empezaba a patalear como un condenado y trataba de llevar las manos atrás para cubrirse – Yaa PAPAAA… AAAGGS YAAA AUUU
  • PLAF plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF levanta la mano, ¡levanta la mano! LEVANTA LA MANO – era lo único que decía Logan de rato en rato cuando Iván lograba zafarse por momentos y ponía las manos abiertas sobre el trasero o lograba agarrar la mano de su padre en un intento de detenerlo, para luego volver a sentir sus muñecas presas en una de las manos de Logan mientras la otra seguía en su trabajo – PLAF PLAF PLAF plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF plaf plaf PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaf plaf
  • BUAAAAA YAAA YAAA PEEERDOOON NO LO HAGO MAAS, NO LO HAGO MAAS AGGSS – atrapadas las manos, Logan cruzo la pierna sobre las rodillas de Iván impidiendo que siga pataleando, sino ambos terminarían en el suelo
  • NO VAS PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF A TOCAR NADA PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF QUE NO SEA PLAF PLAF PLAF TUYO PLAF y todas cayeron en las flexuras dejando una fiera picadura
  • BUAAAAA – y apenas se vio libre quiso correr al baño y esconderse, no quería estar cerca de su padre y se giró en dirección a su destino tropezando en su propios pies debido a la  ropa que arrastraba en los tobillos y se hubiera pegado una fea caída de cara sobre el sillón de su cuarto de no ser por Logan que lo atrapo rápidamente

Iván forcejeo por liberarse y Logan por fin se dio por entendido y lo soltó dejando que haga lo que quiera, que en realidad fue quitarse el pantalón y quedarse en ropa interior y entrar a su baño y bañarse; Logan al oír el ruido de la ducha decidió marcharse e Iván respiro aliviado pensando que lo peor ya había pasado sin imaginar que su abuelo estaba ya cruzando el sendero y era cuestión de minutos que tenga el trasero de Iván de nuevo bajo fuego… y con testigos además.



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