Solitario
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 20 de Marzo del 2019.
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El cumpleaños de Shino
El cumpleaños de Shino
Autora: Nicole
N/A: la primera aclaración es, para los que no saben la
palabra teme quiere decir en español maldito que es como llama Naruto a Sasuke
y dobe es idiota lo que le dice el Uchiha al Uzumaki. Espero que se diviertan a
mí en lo personal me encanta Shino y por eso decidí celebrar su día aunque un
poco tarde jeje. Y aunque es el cumple del
chico amante de los insectos en el relato encontraran de todo un poco
jajaja. Una última cosa acá los personajes son de Naruto Shippuden. Sin más los dejo con la lectura.
Konoha 6:50 am.
Naruto, Sakura, Sasuke, Shikamaru, Ino, Choji, Kiba,
Hinata, Rock Lee, Neji y Tenten planeaban hacerle una fiesta sorpresa al
domador de insectos, decidiendo quien se encargaría de cada detalle cómo
arreglar el lugar dónde sería, preparar la comida, el pastel entre otras cosas.
- ¿Y dónde haremos la
fiesta? – Preguntó el Uzumaki
impaciente como siempre – Shikamaru crees…
- ¡Ni lo pienses! – lo cortó, está vez no sería complaciente.
- Bueno entonces… ¿Dónde
podrá ser? – Preguntó mirando
a los demás, las chicas se negaron, Lee se excusó diciendo que su casa estaría
ocupada, Choji y Kiba mencionaron supuestos planes de mudanza y Neji también
puso un pretexto para salir del paso.
- Bien, solo quedamos yo
y el teme – mentó el rubio de
brazos cruzados torciendo levemente la boca.
- El burro por delante…
– dijo el primo de Hinata.
- ¿Cual? ¿Dónde está? – El ninja hiperactivo hizo como si buscara desesperadamente
un animal cerca de ellos, el Hyuga solo suspiro rodando los ojos y añadió:
- Me refiero a que se dice el teme y yo.
- Pero tu dijiste que en tu casa no sé podía porque venía a visitarte tu tío y no le gusta…
- ¡Olvídalo! – se pasó la mano por la cara casi al borde de perder
la paciencia – Mira mejor por qué no
hablas con Iruka para
que lo hagamos en tu apartamento.
- ¡No! – Exclamó exaltado aquella idea no le gusto, con su
padre adoptivo cerca no iba a tener posibilidades de llevar a cabo sus planes de
conquista que había aprendido del sabio pervertido – Este… quiero decir
que desde la despedida de año
Iruka no quiere saber de fiestas, por eso estuve pensando que lo hiciéramos en
casa del teme.
- ¿Y por qué demonios
tiene que ser en mi casa dobe? – preguntó
borde el hermano menor de Itachi.
- Porque es más conveniente.
- ¿Para quién? ¿Para ti?
- Vamos teme, eres el único que vives solo, así tendremos más libertad de divertirnos.
- Dobe, yo no vivo solo, está el maldito de Itachi conmigo.
- Pero él es genial, no
creo que te diga nada por querer celebrar un cumpleaños a un amigo – Todos los chicos asintieron dándole la razón al
ninja hiperactivo.
- Agg… no sé para qué me metí en esto, está bien lo voy a llamar ahora mismo
Cogió el móvil y marcó rápidamente.
- Hola mi hermanito
tonto ¿Qué se te ofrece? – habló el
Uchiha mayor al otro lado del teléfono. El menor gruño porque odiaba que lo
llamara así – Voy usar la casa para hacer una
fiesta de cumpleaños espero que no
te moleste.
- ¿Fiesta? ¿Quién es el homenajeado?
- ¡Eso no te incumbe!
- ¿Cómo dices? – Con el tono de esa pregunta Sasuke se dio cuenta
enseguida que su hermano se molestó, y aunque no era fácil para él disculparse
lo hizo de inmediato.
- Lo siento Itachi, es el cumpleaños de Shino Aburame ex-compañero de la Academia.
- Entiendo, aquel chico misterioso que utiliza lentes oscuros, no pensé que fueran amigos, pero me alegro por ti. Yo voy a salir con Kisame a una misión así que tienes la casa libre hermanito tonto.
- Ya no me digas así, me molesta cuando lo haces.
- No puedo evitarlo,
recuerda que para mí siempre serás mi pequeño y tonto hermanito – bufó Sasuke, pero antes que pudiera replicar, el
mayor le colgó.
- ¡Maldito Itachi
siempre me hace lo mismo! – Exclamó
apretando un puño con fuerza en lo que
Naruto empezó a reírse causando que el poseedor del sharingan se enojara
más – ¡No
te burles idiota!
- ¿Y que, sí no lo hago?
– Lo siguió provocando.
- Eres un… – Lo cogió de la camiseta amenazándolo con un puño.
Hinata bajo la cabeza preocupada por Naruto, Rock
Lee y Kiba preparados y atentos por si
tenían que intervenir, Sakura también estaba un poco intranquila,
pero no tanto como cuando tenía trece años, ya había madurado lo
suficiente sobre todo en lo que se referían a
sus sentimientos, seguía enamorada del Uchiha, pero sin obsesiones
y pensó
que lo que estaba presenciando solo eran
arrebatos de niño
caprichoso que todavía no se controlaba ante los comentarios imprudentes
del rubio ruidoso. De manera que está vez decidió no meterse mientras tanto su
rival la Yamanaka le gritaba a su vago amigo todo tipo de calificativos con la
intensión de obligarlo a
hacer algo que hiciera entrar en
razón a Sasuke que algunas veces resultaba ser muy inestable. Ella solo quería
que su chico cumpliera con sus constantes demandas como sí
Shikamaru tuviera la culpa del mal temperamento del Uchiha, de lo tarado
que era Naruto la mayor parte del tiempo o
de la problemática discusión. Neji por su parte
trataba de mantenerse indiferente. Y Tenten suspiraba cansada de presenciar ese
tipo de situaciones aquello le recordaba viejos tiempos en dónde sus compañeros
se la pasaban retándose por la mínima cosa.
- Era solo una broma de
verás – el Uzumaki empezó a sudar
nervioso.
- Por favor chicos no se
peleen – Se metió Choji que hasta el
momento había estado igual que Lee y el Inuzuka.
- Tú no te metas en
esto. ¡Bola de grasa! – Espetó el
peli-negro olvidándose del rubio y encarando al
Akimichi, los presentes quedaron en shock.
- Sasuke está loco – pronunció el Nara bajando la cabeza y antes que el
gordo intentara golpear a
Sasuke, lo paralizó con
su técnica sombra.
- ¡¿Shikamaru de lado de
quien estás?! – preguntó enojado
sin poderse mover.
- Cálmate viejo, una
pelea a estas horas es muy aburrido – mencionó
el Nara.
- Está bien, pero ya
suéltame – y el genio flojo
hizo lo que su amigo le pidió.
- Pasaron unos minutos más hasta que los ánimos de los chicos se normalizaron…
- ¿Y qué te dijo tu
hermano teme? ¿Te dejará la casa libre? – preguntó con impaciencia el rubio.
- Sí, pero…
- Que bien será en casa
de mi Sasuke-kun – Expresó con
alegría Sakura con dos corazones en sus ojos, Naruto y Lee fruncieron el ceño celosos.
- Sí Naruto, pero desde ya te advierto, no quiero idioteces y se te ocurra invitar a más nadie.
- Tranquilo teme, es algo privado además a Shino no le gustan las multitudes.
- Bueno ya cumplí con mi
parte, así que me marcho. Mañana los
espero a las diez de la noche, adiós – se
retiró.
- Yo también, iré a
tomar una siesta – aprovechó la
ocasión para escabullirse de ahí, lo que menos quería era que lo comprometieran
con alguna cosa problemática, el solo haría acto de presencia.
- Te acompaño Shika – se fue la rubia detrás de él.
- Cómo quieras – dijo alejándose, caminando a paso lento con la
muchacha a su lado.
- Bien chicos… ¿quién se encargará del pastel?
- Na…Naruto-Kun yo
pue…puedo hacerlo – se ofreció
amablemente la tímida del grupo.
- Me parece perfecto – asintió él.
- ¿Y quién se va a
encargar de la comida? – habló el Akimichi.
- ¡Yo! – gritó eufórico la bestia verde – Será un gran
reto cocinar mucho arroz blanco para el cumpleañero.
- Ay Lee – Tenten solo podía bajar la mirada.
- Lee es solo una fiesta
de cumpleaños – mencionó el
Hyuga.
- Yo prefiero ramen – reclamó Naruto.
- Y yo costillas a la
barbacoa, aunque claro no tengo problema con lo demás – dijo convencido el gordito.
- Ya dejen de estar
discutiendo y apresurémonos que el tiempo corre – menciono desesperado Kiba.
- Bien Hinata se
encargará del pastel, Rock Lee prepara arroz, Naruto tu harás el ramen y – La Haruno seguía hablando, pero fue interrumpida por
Hinata.
- Dis… disculpa Sakura-chan… solo que…quería decir que… a Shino le gustan las ensaladas de hiervas silvestres, así que pensé que además del pastel podría preparar una ensalada especial para él.
- De acuerdo Hina-chan –
la peli-rosa le sonrió ampliamente.
- Gra…gracias.
- Dos horas después…
- ¡AUUUUCHH! – gritó Naruto mientras se frotaba la cabeza con ambas
manos, se había golpeado con el borde superior de la ventana del cuarto del
menor de los Uchiha.
- Usa la puerta idiota –
se lo había repetido un millón de veces, pero el
rubio ruidoso se metía por el primer lugar que pillaba – ¿Qué quieres
ahora?
- Vine para informarte algo, espero no te moleste.
- ¿Qué hiciste ahora dobe?
- Es que bueno, me topé con tu amiguita, la chica pelirroja que gusta de ti, bueno no me acuerdo como se llama.
- Karin – Mencionó con hastió – ¿Qué pasa con ella?
- Sí esa misma, me preguntó que como estabas, que qué estabas haciendo, que dónde te podía encontrar, que te extraña mucho y esas cosas, tu sabes.
- ¿Y qué le respondiste?
– preguntó cortante.
- Bueno yo le dije que
estabas bien, que ibas a prestar tu casa para celebrarle el cumpleaños a un
amigo, que la fiesta sería mañana y… – La
cara del Uchiha se transformó
- Cálmate teme, no fue
mi intensión, la vi realmente preocupada por ti – Naruto empezó alejarse al notar que los negros ojos
del muchacho se tornaban rojos con claras intenciones de masacrarlo por meter
la pata, pero el peli-negro decidió respirar profundamente intentando
controlarse.
- ¿Por qué eres tan
imbécil? – todavía estaba
con ira interna – ¡Mierda! Ahora tengo que aguantarme a esa resbalosa-ofrecida y
fastidiosa toda la noche.
- Lo siento – se excusó el rubio bajando la cabeza.
- Ya mejor lárgate,
tengo que pensar que voy a hacer para impedirle la entrada a esa loca – anunció y el Uzumaki se fue de ahí, lo que menos
quería era que Sasuke le lanzará un chidori antes de la fiesta.
Naruto estaba caminando por las calles de Konoha
aburrido sin nada que hacer, cuando de repente se le ocurrió ir visitar a otro
amigo, llegó a aquella residencia topándose con otra ventana, impaciente como
siempre decidió entrar por ahí
tropezando nuevamente, pero esta vez cayó encima del Nara y la Yamanaka.
- NARUTOOOOO IMBECIL – chilló ella empujando al Uzumaki e inmediatamente se
cubrió con una sábana sus pechos.
- ¡¿Qué demonios haces
aquí Naruto?! – Exclamó rojo de
rabia el genio flojo.
- Perdón – se disculpó con un poco de sangre en su nariz.
- Eres un completo
idiota, date vuelta – Exigió ella
y el ninja hiperactivo cumplió la orden, la muchacha se puso el sostén, luego
la blusa y se levantó dispuesta a largarse.
- Ino espera…
- Tu cállate – le gritó mientras Naruto seguía dándoles la espalda
sin atreverse a girar.
- Oye, yo no he hecho
nada – dijo también poniéndose de
pie y tomándola del brazo.
- Suéltame – se liberó del agarré y salió por la puerta echa una
fiera.
- Lo siento yo… – menciono bajito levantándose del suelo Shikamaru
maldijo mentalmente, su mente estaba pensando insultos en todos los idiomas
posibles; muy enojado, pero el muchacho que tenía cerca de él era uno de sus mejores amigos, no quería
ofenderlo y menos golpearlo, él no era ese tipo de persona. El Nara se sentó en
su cama y apoyó la cabeza en sus rodillas intentando tranquilarse, pero aquello
no le estaba funcionando, se puso una camiseta y se fue hasta el techo de la
casa seguido por Naruto. El estratega
se quedó mirando
las nubes en silencio sin
pronunciar palabra con un
Uzumaki a su lado cada vez más desesperando con tanto silencio que
decidió romperlo.
- Creí que estabas
saliendo con la chica del abanico – casi
siempre se refería a Temari de esa manera porque solía olvidar su nombre.
- Terminé con ella, ahora solo me interesa Ino.
- Es increíble.
- ¿Qué es increíble?
- Es que te veías tan enamorado de esa chica.
- Los sentimientos cambian Naruto.
- Mis sentimientos nunca
van a cambiar, amo a Sakura-chan y la voy a conquistar – habló con la determinación que lo caracterizaba – Por cierto Shikamaru
¿Cómo fue tu primera vez?
- No he tenido primera
vez. Hoy iba a ser, pero tú lo arruinaste – la segunda frase la terminó pensando.
- ¿Cómo? ¿Acaso nunca te acostaste con la hermana del chico con maquillaje? ¡No lo puedo creer, de verás!
- ¡¿Siempre tienes que ser tan ruidoso?!
- No siempre… pero vamos
¡Dime! ¡Dime! – Una gota de agua
apareció en la cabeza del más inteligente de la aldea.
- ¿Qué quieres que te
diga? – preguntó mirándolo con su
semblante apático.
- ¿Por qué no se lo
hiciste a la chica del abanico? Vamos ustedes estaban saliendo desde los
exámenes chunnin. No es posible que hayas perdido el tiempo de esa manera ¿O es
que tenías miedo o te daba pereza tener relaciones? Sí a mi Sakura-chan me da la oportunidad no
lo pienso dos veces, es que es lo que todos queremos hacer. ¡No quiero morir
virgen! – Naruto hablaba como mil
palabras por minuto.
- Por lo menos respira –
sugirió el Nara sorprendido porque ese chico era tan
intenso con todo – Mira Naruto en primer lugar no sé qué es tener sexo;
nunca he estado con una mujer, segundo Temari quedó en el pasado, tercero
siempre he amado a Ino, si nadie se enteró es porque oculté muy bien mis
sentimientos.
- Entonces por mi culpa hoy no pudiste hacer nada con Ino.
- ¿Tú que crees? – lanzó esa pregunta con leve sarcasmo y volvió a
quedarse en silencio, Naruto comprendió enseguida.
- ¿Pero y que pasó el día de la fiesta de Gaara?
- No fuimos. Ino se fue de viaje con su padre y me dio mucha flojera ir solo.
- Clásico de ti – menciono riéndose escandalosamente y luego dijo – Yo quiero
tener mi primera vez con Sakura-chan, pero es una chica muy difícil y me muero
de celos cuando anda detrás del teme.
- Relájate las cosas se dan poco a poco. Ino también era igual a Sakura, pero se cansó de sus desplantes, así que creo que todavía tienes una leve esperanza con ella.
- Es cierto, ella
también estaba obsesionada por el bastardo – mencionó recordando sus años en la academia y todas las niñas alrededor
del azabache a ver quién se iba a sentar a su lado – En fin somos rivales hasta en el
amor, me encargaré de mantener alejada a mi Sakura del teme, y tú ¿qué
piensas hacer para
contentar Ino?
- Es problemático, pero tengo mis métodos.
- ¿Cuáles métodos? Dame un consejo para conquistar a Sakura-chan, siempre he pensado que tienes mucha suerte con las mujeres.
- Ahh – suspiro y añadió – Esto va a ser problemático, pero
presta atención – con paciencia le fue explicando en lo que seguía
mirando las nubes.
Naruto Uzumaki contento con los consejos que su
amigo le había dado, no veía la hora de ponerlos en práctica. Corría emocionado
por las calles de la aldea hasta que llegó al apartamento que compartía con
Iruka.
- Hola papá. ¿Cómo
estás? – saludo Naruto entrando a la
sala sonriente como siempre.
- Bien hijo – dijo Iruka acariciándole los cabellos – Estás muy
emocionado, me refiero más de lo acostumbrado ¿A qué se debe? No habrás hecho
alguna travesura ¿o sí? – bromeo Umino.
- Pero que dices papá,
ya no soy un niño por lo tanto no hago travesuras – reclamó el chico haciendo un adorable puchero.
- Me alegra escuchar eso, pero entonces ¿qué te tiene tan contento?
- Bueno es que verás papá mañana es el cumpleaños de Shino Aburame ¿Lo recuerdas?
- Sí claro, fue mi alumno en la Academia. Ah, es cierto mañana es veintitrés de enero, vaya que olvidadizo me he puesto, le compraré un regalo y se lo hago llegar con una carta. Es lo mínimo que puedo hacer.
- Genial idea, de verás… papá yo te quería pedir…
- Sí hijo ¿dime?
- Verás, todos planeamos celebrarle el cumpleaños a Shino en casa de Sasuke y yo me comprometí en preparar el ramen además quiero ir a la fiesta. Sí me darás permiso ¿verdad papá?
- Por supuesto hijo, no veo porque no, pero…
- ¿Pero qué? – ¡¿Por qué siempre todos le ponían condiciones?!
- Debes volver a las doce de la noche, esa es mi única condición.
- Pero papá a las doce es temprano, mejor a la una y media.
- No señor a las doce en punto, ni un minuto más…
- Papaaa – azotó el piso con ambos pies.
- Naruto acabas de decir
que ya no eras un niño – dijo
mirándolo serio.
- Sí y por eso creo que
puedo llegar más tarde ¿No te parece? – se
cruzó de brazos con el ceño medio fruncido mirando directamente a Umino.
- A las doce está bien para tu edad.
- Pero no es justo, a
esa hora es cuando la fiesta se pone buena – insistió, sí había algo que tenía el chico de ojos azules era que nunca
se daba por vencido.
- A las doce si quieres
ir, si no pues te quedas en casa – No
iba a dejarse persuadir, el chico tenía que entender y obedecer sus decisiones.
- De acuerdo, hasta
mañana – se despidió no convencido,
pero pensó que al día siguiente a lo mejor podría convencerle.
- Hasta mañana hijo – antes de que se fuera a su cuarto su padre le dio un
beso en la frente.
A La mañana siguiente…
- Feliz cumpleaños hijo
mío, espero que lo pases excelente, tuve que irme a una misión, pero regreso al
medio día para que almorcemos juntos, te quiere mucho, tu papá – El joven Aburame leyó la carta que encontró en la
mesa, luego partió hacia la oficina de Tsunade-sama para que le encargara
alguna misión, estaba realmente aburrido porque no tenía nada para hacer y él
era de los que no le gustaba estar así. Así que llegó a su destino y tocó la
puerta.
- Adelante – dijo la señora rubia.
- ¿No tiene nada para
mí? – preguntó ya dentro de la
oficina.
- Lo siento Shino, pero
gracias a Dios todo está en perfecta paz, no me han enviado ningún reporte con
alguna misión o algo parecido – dijo
ella con tranquilidad.
- No puede ser, llevo
una semana sin hacer nada – habló
con seriedad mientras acomodaba sus gafas.
- Bueno, así están las
cosas – se encogió de hombros.
- De acuerdo vendré
mañana, que tenga un excelente día Godaime-sama – hizo una reverencia y se retiró.
Shino Aburame iba caminando tranquilamente por las
calles de la aldea cuando de repente observa que Naruto está en el puesto de
ramen dónde acostumbra a comer con sus maestros y se le acerca sigilosamente
sentándose a su lado con las manos metidas en los bolsillos, el Uzumaki estaba tan concentrado en terminarse su
tercer tazón que no noto la presencia del joven hasta que empezaron a rodearlo
un montón de insectos, tanto a él como a lo que comía lo que provocó que el
rubio se asustara.
- ¡AHHHHHHH! ¡¿Pero qué
diablos…?! Shino eres tú, ¿pero por qué haces esto? Casi me matas – dijo todo alterado.
- Naruto no puedo creer
que llevemos tanto tiempo de conocernos y todavía no seas capaz de notar mi
presencia – el rubio se
alteró más de lo que estaba con ese comentario, definitivamente ese muchacho
era muy extraño.
- Cómo quieres que note
tu presencia sí llegas todo silencioso y
en lugar de saludarme solo me lanzaste ese montón de bichos – le reclamó y luego al sentir el aura de Shino, supo
que se había molestado con lo último que menciono, así que se disculpó
enseguida – Lo siento, no quise decir eso es
solo que…
- Tranquilo Naruto, no estoy enojado.
- Genial y dime ¿Qué te trae por aquí?
- Espero a mi padre, quedamos de almorzar juntos.
- Genial, de verás. Yo suelo
comer siempre con papá, casi siempre ramen aunque últimamente me lo está
prohibiendo porque dice que debo comer otras cosas – Como siempre hablaba sin parar mientras el Aburame
escuchaba atentamente – Oye Shino ahora
que estás aquí
me gustaría preguntarte algo.
- Dime Naruto – dijo secamente.
- ¿Qué vas a hacer ahora como a las diez de la noche?
- Nada en especial ¿Por qué?
- Necesito que me ayudes… ¿Crees que podrías llegar a esa hora a la casa de Sasuke?
- ¿De qué se trata el
asunto del que necesitas mi ayuda? ¿Y qué
tiene que ver Sasuke en todo esto? – cuestionó serio y el Uzumaki suspiro… ¿Por qué rayos tenía que pedir
explicaciones de todo? No podía simplemente aceptar ir, bueno que le iba a
hacer, tendría que inventar una excusa para que su reservado amigo no se
enterara de nada.
- Es que entre
el bastardo y yo te entretendremos un rato y luego cuando estés
completamente distraído te quitaremos esos
lentes que siempre cargas encima y
finalmente podremos ver
como son tus
ojos – Una gota de agua
apareció de pronto en la cabeza del
Aburame – Era broma – añadió Naruto dándole una palmada en la espalda
al misterioso chico mientras se reía escandalosamente.
- No deberías hacer este tipo de bromas porque alteran mi tranquilad.
- Si como no, miren
quien habla – pensó el Uzumaki
– Tranquilo,
lo que en realidad necesito es que te encargues de unas hormigas que invadieron
la habitación de Sasuke y creemos que son venenosas ¿Nos podrías hacer ese
favor? – Shino Asintió dispuesto a colaborar.
El tiempo corrió, Naruto no pudo conseguir que su
padre le diera permiso de llegar más tarde así que acabó aceptando el horario
impuesto. Se arregló bien bonito, hoy sería el día que conquistaría a la
peli-rosa que lo traía loco desde el kínder. Se echó bastante perfume, colocó
gel en el cabello y luego de cepillarse los dientes añadió refrescante bucal.
Salió muy animado juntó con un gran tazón de ramen a su destino.
En la casa de Sasuke todo estaba listo, el pastel de
vainilla fue colocado en el centro de la mesa y alrededor del mismo la
deliciosa cena.
La decoración era sencilla, pero hermosa tal como al
jovencito homenajeado le gustaba.
- ¡Chicos, Shino no
demora en venir! ¡Apaguen las luces! – gritó
Naruto y todos siguieron su sugerencia colocándose juntos cerca de la mesa.
- Buenas noches – pronunció el domador de insectos –¿Dónde están
las hormigas que…?
- ¡SORPRESA! – Gritaron todos interrumpiéndolo con serpentinas en
la mano y pitos en la boca para después anunciar – ¡FELIZ CUMPLEAÑOS SHINO!
- Yo… no me esperaba
esto. Muchas gracias amigos – dijo
sonriendo.
- Bueno… bueno que
comience la fiesta – habló Naruto
poniendo música, un reggaetón que a él le gustaba mucho y se puso a bailar con
ritmo.
Mientras todos se entonaban apareció de la nada
Karin ex–compañera del Uchiha en el equipo de Taka al parecer los intentos del
hermano menor de Itachi por evitar que llegara la intrusas resultaron en vano,
la muchacha se las arregló para entrar a la casa de todas maneras.
El poseedor del sharingan se encontraba en un sillón
distante de todos absorbido en sus pensamientos mientras tomaba un poco
de refresco cuando
la atrevida pelirroja lo coge
desprevenido, y de un saltó se le sienta encima comenzando a tocarlo cual gata
en celo.
- Con un demonio
suéltame… suéltame – trató de
liberarse pero le fue imposible; la muchacha comenzó a besarlo a la
fuerza, en ese preciso momento llega Sakura y ve la
escena, se quedó paralizada por un momento y luego… salió corriendo hasta uno de los baño que
había en la residencia de los Uchiha.
Naruto que no le había perdido la pista al amor de su vida decidió
seguirla, iba a consolarla como todas las veces, le partía el corazón que
sufriera por el bastardo.
- Sakura-chan abre la
puerta – toco la puerta que tenía en
frente varias veces.
- Déjame en paz Naruto –
dijo en medio del llanto.
Naruto decidió esperar que se calmara, pero no se
apartó de la puerta hasta que finalmente la chica salió y se lanzó a él sin
parar de llorar.
- Tranquila… no vale la pena que sufras así – el muchacho la abrazó fuerte.
- Pero… pero yo lo amo Naruto
¿porque me tiene que hacer esto? – preguntó
la niña con la cabeza pegada al hombro del Uzumaki.
- Sakura-chan por favor
date cuenta el teme solo te ha hecho sufrir, trató de matarte dos veces – No quiso recordarle eso, pero tenía que hacerla
entrar en razón – el aferrarte
a él solo puede
lastimarte. Tienes que entender que el maldito Uchiha no te ama.
- Ya lo sé, pero no puedo dejar de amarlo soy tan estúpida que toda la vida me he arrastrado por recibir migajas de su atención.
- Lo sé, pero eso tiene que cambiar y será ahora.
- Pero como…
- Así – dijo él y le robó un beso.
- No… no puede ser – dijo triste la más tímida de las kunoichi escondida
detrás de una pilastra observando toda la escena.
- ¿Por qué rayos hiciste
eso tarado? – reclamó la Haruno
y el rubio se preparó para recibir un buen golpe.
- ¿No me vas a pegar? – preguntó perplejo al ver que la chica todavía no le
había tatuado el puño en la cara o el ojo.
- Por hoy creo que no te
mereces ningún golpe – dijo ella un
poco más tranquila.
- Sakura-chan te amo y tú lo sabes, ya sé que la llevo difícil contigo, pero me prometí a mí mismo que te conquistaría y yo nunca retrocedo ante mi palabra.
- Porque ese es mi
camino ninja – terminó ella.
- Así es, pero
además de ser
mi camino como
shinobi, también lo es en mi vida y
tú estás incluida Sakura-chan. Te quiero a mi lado,
pero no a la fuerza. Tomarte el tiempo que quieras que
yo esperare hasta que tu corazón
esté listo – decretó él.
- Gracias por
comprenderme Naruto… y quiero… – se quedó en silencio pensado sí era apropiado lo que
iba a decir.
- ¿Qué quieres Sakura?
Vamos no te quedes callada y dime lo que tengas que decirme – dijo con ambas manos en sus hombros sacudiéndola un
poco.
- Quiero intentarlo contigo…
- ¿Estás hablando enserio? ¿O solo lo dices para que me sienta bien? ¿Quizás estás despechada por qué viste al teme con esa otra chica? ¿Es eso? ¡Respóndeme!
- Cálmate Naruto, tú
conoces mis sentimientos sobre Sasuke-kun, por eso ahora soy yo la que te pide
que me ayudes a olvidarlo, eres el único
que puede lograrlo – dijo ella con
seguridad y eso emocionó al chico.
En la sala de la casa…
Choji
como siempre arrasando
con toda la
comida. Tenten bailando un rato con Lee, luego otro rato con Neji. Shino y Kiba
preocupados por la repentina ausencia de Hinata quien se
escondió en el cuarto de huéspedes mientras lloraba desconsoladamente. Sasuke era perseguido e importunado
por la loca de Karin que prácticamente quería violárselo y Shikamaru, él solo iba detrás de Ino disculpándose
de todas las maneras posibles, pero la nena se hacía la difícil...
- No tienes que ponerte
tan problemática además yo no
tengo la culpa que Naruto sea un tarado – se excusó el tomándola de la mano.
- Todavía estoy molesta
contigo vago y pienso estar así por
una semana más – le sacó la lengua de forma infantil.
- No es justo, yo
termino siempre pagando los platos rotos – se quejó el Nara torciendo levemente la boca.
- Bueno ya, te perdono,
pero la próxima vez asegura la ventana – demando ella.
- Lo que tú digas mi
amor – dijo abrazándola por la
cintura, atrayéndola a él mientras la besaba apasionadamente.
En otro lado…
Se encontraban Naruto con Sakura en el cuarto del
hermano de Sasuke. No saben ambos como terminaron allá, pero parece que los
consejos de Jiraiya y Shikamaru le resultaron efectivos al zorrito.
- ¿Segura que estás
preparada para hacer esto? – preguntó
el rubio hiperactivo, que ganas no le faltaban para estar con la Haruno, pero
debía ser un caballero y pensar también en ella.
- Sí Naruto-kun quiero
olvidarme de ese… – manifestó ella
convencida dejando al chico sorprendido
era la primera vez que ella se dirigía a él de esa manera.
- Bueno, voy a hacerte
la mujer más feliz de mundo lo prometo de verás – aseguró él.
Regresando al cuarto de huéspedes…
Una Hinata
sentada en la
cama que allí
había no paraba de llorar, de
repente sintió unos pasos, levantó con lentitud la cabeza y observó cómo sus
compañeros de equipo se le acercaban preocupados.
- Hinata ¿estás bien? – preguntó Kiba sentándose a su lado.
- Sí, gracias Kiba – mintió ella intentando calmarse, pero le era muy
difícil detener el mar de lágrimas que se estaban formando en sus ojos.
- A mí no me engañas, sé
que algo te pasa – dijo Kiba muy
preocupado.
- Discúlpame, pero es
que no puedo hablar – dijo
entrecortadamente.
- Es por él ¿Verdad? – preguntó Shino, ella no respondió y comenzó a llorar
más fuerte tapándose la cara con sus manos.
- ¿A qué te refieres? – preguntó el Inuzuka mirando a ambos – ¿No será
Naruto? – Y el llanto de la joven
y su silencio
sacaron de dudas
al chico de las marcas rojas en la cara.
- Lo sabía cuándo tenga
enfrente a ese Naruto lo voy a matar, como se atreve a lastimarte así. No se lo
pienso permitir – gritó Kiba
poniéndose de pie y alzando el puño.
- No por favor… no lo hagas Kiba – se levantó la chica y lo tomó del brazo.
- ¿Por qué rayos lo
sigues defendiendo eh? Ese idiota merece pagar por todo el daño que te ha
causado. Lo acabaré – afirmo
violento, las lágrimas de Hinata le recorrían desde el final de los ojos hasta
la barbilla sin cesar.
Shino sin decir nada abrazó a la chica, Kiba se
extrañó pues era la primera vez que había visto a su amigo demostrar sus
emociones ante alguien, ya que generalmente era muy frío y reservado.
La muchacha se sintió bien con esa muestra de cariño y compresión
de parte de su amigo, dándose cuenta que era lo que ella
necesitaba en ese momento.
No se separó de él, el calor del chico le regresaba
la confianza antes perdida, Kiba sabía que el único que podría comprender a
Hinata era Shino por lo que opto por retirarse silenciosamente.
La joven logró calmarse, ya no lloraba, pero seguía
abrazada a Shino. Unos minutos más tarde, el joven gentilmente se separó de
ella para mirarla a los ojos a través de sus oscuros lentes y le dijo:
- Hinata, cuéntame que
te ha ocurrido para así poder ayudarte – pidió él y ella prosiguió a contar todo lo que sus ojos vieron.
- Yo nunca pensé que
Sakura-chan estuviera interesada en Naruto – terminó con aquella frase.
- Bueno Hinata, trata de
superarlo, no vale la pena que sigas lastimándote así, hay muchos otros chicos que se mueren por
estar a tu lado – no pudo evitar
decir eso, y es que él se refería a sí mismo.
- ¿Cómo me dices esas
cosas Shino? – preguntó medio
avergonzada pues no pensó que alguien pudiera considerarla atractiva. Shino no
entendía porque estaba diciendo esas cosas ¿qué le estaba pasando? ¿Acaso
sentía algo más que amistad por Hinata?, su mente trataba de centrarse con el
fin de buscarle la lógica a su comportamiento – ¿Qué te ocurre
Shino? – volvió a preguntar ella mirándolo directo a los ojos
todavía confundida porque el chico está vez
la había agarrado de la mano.
- Quiero besarte ya no
aguanto más – pensó Shino y en
segundos de impulsividad no usual en él la atrajó hacía sí y le dio un tierno
beso en los labios – Lo siento Hinata, no debí – se separó de ella
inmediatamente y se esfumó con la cara más roja que un tomate.
- Shino espera… – fue detrás de él.
Y dentro del cuarto de Itachi, Naruto recorría con
su lengua el hermoso cuerpo que tenía enfrente posando sus labios en el ombligo
de su chica cuando…
- ¡AJA, ASÍ LOS QUERÍA
AGARRAR PICARONES! – fue lo que se
escuchó a través de un megáfono.
- ¡AHHHHHHH! – Ambos chicos gritaron ante la presencia del
impertinente que sus ojos vieron.
- ¡Sai! – Rugieron los dos después de recuperarse.
Efectivamente, el que se había metido en la
habitación era Sai, el pálido AMBU miembro del equipo 7, sonriendo o fingiendo
que sonreía miraba a las dos personas con detenimiento, en una mano lleva un
libro y en la otra el megáfono.
- ¡¿Qué demonios te
pasa?! – La peli-rosa se cubrió con
una cobija.
- Hasta que la fea te dio la hora.
- ¡¿Cómo me llamaste
idiota?! – Exclamó molesta
la Haruno dispuesta a reventarle la boca al insensible, pero Naruto la detuvo.
- Fea, no sabía que te gustara pequeña.
- Lo volviste a decir – dijo la chica roja de la ira.
- ¡Ya basta imbécil! – El zorro estaba igual que su chica.
- Tranquilos, solo estoy hablando la realidad aunque no estén de acuerdo deben aprender a respetar las opiniones de otros. Por cierto ¿Dónde está el cumpleañero?
- En la sala con el resto, pero nadie te invitó – Respondieron ambos al unísono y el rubio agregó – Y otra cosa... ¡que diablos tienes que estarnos espiando!
- Es que en el libro mencionan que una manera de alegrar a tus amigos es apareciéndote por sorpresa y…
- Mira mejor lárgate
antes de que se me acabe la paciencia – decía
todavía enojado Naruto.
- Hasta pronto – se esfumó.
- ¡Ese idiota! Y pensar
que yo le hice lo mismo a Shikamaru ahora entiendo porque se enojó tanto – recordó el mal momento que le hizo pasar a su vago
amigo –
pero Sai ya es el colmo con sus estúpidos libritos, es desesperante, de verás –
masculló el jovencito intentando controlarse.
- ¡Sí, que falta de
respeto! – dijo ella también
enojada.
- Bueno amor olvidemos
ese penoso incidente y continuemos donde quedamos – mencionó comenzando a besarla nuevamente sin ser
consciente del tiempo.
El reloj marcaba más de la mañana y un enojado Iruka
acababa de llegar a la casa del clan
Uchiha.
- ¿Dónde está Naruto? – preguntó el joven padre a los presentes y Sai que
estaba casi al frente de él, le indicó.
- Ahh Naruto-kun – gimió la peli-rosa.
- ¿Estás preparada? – preguntó excitado el
chico antes de
entrar dentro de su novia.
- Siii apresúrate ya no
aguanto – dijo ella aferrándose con
fuerza a su espalda.
- Voy – pero ese preciso momento de pasión una voz lo
desconcentró.
- ¡NARUTO UZUMAKI!
- ¡Mierda! ¡Papá! ¡¿Pero
qué estás haciendo aquí?! – Gritó
sorprendido y asustado a la vez al ver la silueta de su padre en el marco de la
puerta; que mala leche ser interrumpido de esa forma fue lo único que proceso
su cerebro mientras Sakura con la cara rojo escarlata se volvió a cubrir con
las sábanas.
- Vístete inmediatamente
que nos vamos a casa – anunció con
voz severa, el ninja hiperactivo tragó
saliva y con vergüenza reflejada en sus mejillas se alistó rápidamente dándole
un beso de despedida a su chica en los labios.
El Uzumaki con la cabeza gacha y una pena enorme caminaba detrás de su padre
pasando cerca de sus colegas que no le quitaban la vista de encima.
Ya en el apartamento donde vivían ambos…
- ¿Hasta qué hora te
dije que podías estar en esa fiesta? – preguntó
Umino viéndolo muy serio.
- Hasta las doce – respondió con un hilo de voz sin levantar la mirada.
- No te escuche, repítelo de nuevo.
- Hasta las doce.
- Y por qué rayos me
desobedeciste y te quedaste hasta que se te dio tu santa gana eh? – siguió con el cuestionamiento y Naruto pensó que era
un exagerado.
- Pero papá solo son la una con veinte minutos – se atrevió a decir y eso enfureció más a Iruka.
- Escúchame bien Naruto
– dijo cogiéndole del mentón para que lo mirara – Vas a estar
castigado sin salir por un mes y ahora sube a tu habitación y me esperas en la
esquina ya sabes cómo – el
adolescente no quería una paliza, pero argumentar solo podría empeorar las
cosas por lo que se apresuró a seguir las ordenes de su padre adoptivo.
El rubio llegó a su cuarto después de colocarse la
ropa de dormir se bajó el pantalón y los
interiores hasta las rodillas aquello era lo más humillante
que podría ocurrirle no importaba cuantas veces estuviera en esa posición,
siempre era la misma sensación, miedo, vergüenza, después dolor; era horrible
todo más porque Iruka lo hacía esperar mucho y eso lo ponía muy nervioso. El hombre
había entrado a la habitación del niño y no demoró en sentarse en la cama y
llamarlo:
- Bien Naruto acércate –
dijo con una cuchara de madera que había encontrado
en su habitación y que hace tiempo no usaba.
El muchacho se aproximó lentamente con las mejillas
ruborizadas. Umino no demoró en
acomodarlo en su regazo.
- No vuelvas a
desobedecerme CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP,
CLAP, CLAP – soltó siete
recios cucharazos en el final de las nalgas.
- AU, AUUUUUUUU PAPÁ NO
TAN DURO – el muchacho se
retorció en las piernas de su padre aferrándose a las sabanas que tenía en
enfrente tratando de no concentrarse en el dolor, pero fue imposible. Iruka
casi siempre empezaba muy fuerte.
- Si no me haces caso CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, Siempre te vas a encontrar en esta posición CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP.
- AUAUAAUAAYYYYYYYYYY
NOOO NO MÁS – volvió a
revolverse agitando sus pies con ritmo causando que los pantalones de la pijama
fueran a dar a una esquina de la habitación, sin siquiera poder meter la mano
pues papá lo tenía bien sujeto.
- CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP,
CLAP – Y sin
retarlo más aplicó esa
tanda de nuevo
en la unión del culo con los muslos, que tortura pensaba
el Uzumaki, su padre la mayoría de las veces le calentaba ahí
primero para que
recordara su lección cada vez que se sentara; aquello era terrible
porque la sensación duraba un buen par de días.
- VOY A OBE… OBEDECER… VOY A OBEDECER LO… Y ME… ME PORTARÉE BIEENN LO PROMETO, PERO NO MÁS POR… POR FAVOR…
- CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP, CLAP,
CLAP – doce más al mismo sitio dejándole
el final del
culo rojo oscuro con marcas de la
cuchara, el resto de azotes se los dio en el centro y en ambos cachetes
hasta ponérselos a tono. El mocoso no paraba de llorar sorbiendo mocos y en
medio de todo suplicando a su padre que parará hasta que fue escuchado e Iruka
terminó con el castigo.
- Ya paso hijo – lo sentó en sus rodillas teniendo cuidado que su
trasero no rozara con nada.
- Yo… yo solo quería
estar… estar con Sakura-chan – siguió
sollozando.
- Sí lo sé, pero el
jovencito sabe que no lo castigo por estar enamorado, lo castigo por
desobediente – mencionó mientras
le sobaba la espalda – y espero no tener que volverte a corregir así porque créeme que no me gusta nada.
- Pues para no gustarte
lo haces muy bien – dijo Naruto
mientras se frotaba las nalgas.
- Bueno hijo espero
haber sido claro – decía mientras lo
ponía de pie frente a él y le subía el calzoncillo con cuidado.
- Claro como el agua
papá, no te daré más dolores de cabeza o por lo menos lo intentare – dijo el chico consciente que no era fácil para él
mantenerse alejado de los problemas.
- Hasta mañana – le dio un beso en la frente y lo ayudo a acostarse
bocabajo.
Al día
siguiente el adolescente se despertó con
dolor en el
culo.
- ¡Rayos que tarde es,
me quedé dormido! – dijo todavía de
bruces en la cama mirando de reojo el despertador que marcaba casi las doce
medio día – AUUU lo sabía, los efectos
de la tunda
se sienten más
al día siguiente y encima papá siempre
me pega con ganas. Creo que por hoy tendré permanecer de
pie, que bueno que no tengo que asistir a ninguna misión o entrenamiento riguroso porque
no quiero imaginarme como me iría
– suspiro imaginándose la
escena mientras colocaba con cuidado una mano en su trasero y empezaba a
sobárselo hasta que el timbrazo de su celular lo sacó de sus pensamientos.
- Soy yo – una voz gruesa y seria le habló al otro lado del
teléfono – espero que estés bien, llame porque quiero agradecerte nuevamente por la
fiesta que me hicieron ayer, fue la
mejor que he tenido en mucho tiempo, quise que fueras el primero en saberlo,
pero me encargaré de llamar al resto sobre todo a Sasuke por prestar su casa,
es lo correcto. Ah, lo olvidaba dale las gracias a Iruka-sensei por el regalo,
me gustó mucho.
- Ah, eres tu Shino y no
te preocupes no fue nada, sabes que te
queremos mucho – respondió
amablemente el rubio.
- En otro lado de Konoha…
- Estúpido Naruto ahora
tengo que limpiar todo el desastre yo solo – refunfuño el Uchiha con la escoba y trapeador en la mano.
- ¡Yo puedo ayudarte
cariño! – mencionó Karin apareciendo
detrás de él
- ¡Tu… No puede ser!
Desaparece de mi vista – soltó los
implementos de limpieza y a rastras la sacó de su casa diciéndole hasta
de que se iba a morir cuando ya estaba en media calle regresó a su residencia y
tiró violentamente la puerta.
Mientras el Uchiha se encargaba de dejar todo en su
lugar en el Ichiraku ramen Shino e Hinata, Shikamaru e Ino y Naruto con Sakura habían
salido a almorzar juntos, en medio de la conversación
comían sus deliciosos almuerzos
todos sentados excepto cierto
jovencito hiperactivo que decidió
terminarse su tazón
de pie. Minutos
antes sus compañeros y su chica
habían observado como el pobre se movía incomodo en su silla y al
recordar lo furioso
que llegó Iruka-sensei a la
fiesta a buscarlo,
sabían exactamente que
le pasaba, pero nadie hizo ningún
comentario.
hermosooo como siempre tienes de verdad mucho talento jajaja a donde pillaron a naruto jaja que verguenza otro otro porfiis
ResponderEliminarGracias por el comentario y decir que tengo talento jejeje, no es nada fácil escribir, pero me encantan los personajes de esta serie enserio! Creo que me resulta más sencillo escribir de algo que haya visto y adaptarlo a un universo alterno que crear una historia original jajaja. Aunque ha todos las historias que cortas que he escrito de Naruto les he dado un final excepto la de Shikamaru Nara (Que cuando vuelva la inspiración y mejora de la señal la seguiré jajajaja) Y sí a Naruto le pasan siempre esas cosas vergonzosas porque es muy impulsivo y desesperado, recuerdó cuando se enfermó del estómago y así se transformó en Sasuke para acercarse a Sakura, es que ni maluco se anda quieto, pero me encanta su personalidad al igual que la de todos los Akatsuki. Muchas gracias por leer.
EliminarSi me acuerdo perfectamente jajaja siempre que había un enredo Naruto estaba metido en medio igual que cuando Kakashi le pego un coscorrón para que pudiera quedarse callado de una vez por todas o cuando decidió pintar su cara en las estatuas le faltaron pies para correr a limpiarla en el fondo no era malo solo lo hacía por qué que quería atención y que alguien le parara los carros me dio mucha pena cuando le reclamo a Iruka que el solo quería a alguien que le quisiera y que nadie se preocupaba por el pero al final les cerró la boca a muchos
EliminarTotalmente! El en todos los enredos protagonizaba, pero creo que le daba esa alegria al grupo porque todos eran muy serios aunque Shikamaru, Kiba y Choji a su manera también se metieron en lios con él. Los más serios y callados de los 9 siempre fueron Shino y Sasuke y por las chicas Hinata porque la Ino y la Sakura eran unas pelionas escandalosas. Rock Lee es otro que me da mucha risa más cuando salía con su entrenador y Sai en el Shippuden siempre con sus comentarios imprudentes JAJAJAJA. Y sí Naruto deseperaba hasta el tranquilo de Kakashi, pero era buenecito la verdad. Casi siempre escojo personajes serios para escribir tipo Ryoga, Shaoran, ahora Shikamaru y aunque Naruto resulte infantil como Tobi (cuándo le conviene) pues los amo son divertidos y creo que en un relato debe haber de todo un poco y como vez Naruto se quedó sin echar un polvo por culpa de Iruka.
EliminarSi imagínate no hubiera llegado hubiera terminado como el abuelo iruka jajaja qué divertido hubiera sido hasta la próxima
EliminarComo siempre me encuentro con un gran capítulo, me encanta este anime parce ya me lo he visto varias veces, pero solo hasta el shippuden, Boruto no me agrada, ahora bien, con respecto a tu relato está muy bien escrito como siempre, me alegro harto que a Shino le hayan celebrado su cumple se lo merecía y el protagonismo que le diste, siempre fue un personaje que me gustó lástima que Kishi lo dejara de lado y que enbarrada la de Naruto mira a dónde lo fueron a pillar jajaja por arrecho jajajaja.
ResponderEliminar😂😂😂😂 pobre Naruto pagó con la misma moneda jajajaja
ResponderEliminarPero que shinga le dieron todo por desobediente 🤷
Te quedó bien divertido amiga
Sí jajajajaja Naruto ahora sí entendí el dicho: El que la hace, se la devuelven. Ay no es así, ya estoy como chespirito, jajajaja bueno la idea es esa. Y sí siempre se gana una buena por desobediente. Me alegro que te haya gustado.
Eliminarque weba leer todo
ResponderEliminarPara que lees cara de verga maricona, bien pendeja estás solo entrar a criticar, ya sé quien eres y tus historias trilladas llenas de cliclé. Puta maricona!
Eliminar