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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Abril del 2020.
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Halloween Blues
Halloween Blues
Autora: Elina Harper
Nota
del autor: Un agradecimiento a
Konohaflameninja por traducir esta historia. Espero seguir aprendiendo más
español para poder escribir más. ¡Gracias!
- Tienes que comer, Roy – Oliver comentó mientras observaba al pequeño canalla
en la barra de la cocina. El niño estaba haciendo figuritas con su avena y
suspirando con pesar acerca de la vida. Claro, sus mañanas usualmente estaban
llenas de quejas, suspiros y excusas para faltar a clases, pero eso era
sorprendente considerando la fecha.
- Realmente no tengo hambre, Ollie
- Sí, pero no te puedo llevar a la escuela
sin que hayas desayunado antes porque entonces te vas a portar mal y tú maestra
va a pensar que te descuido, así que… – había
resultado ser una sorpresa al principio, cuando la mujer prácticamente lo acusó
de matar de hambre y descuidar a su hijo adoptivo.
Oliver lo había manejado con toda la madurez que
poseía… se había reído en su cara y le había asegurado que si Roy estaba
actuando como un mocoso no era por falta de comida, techo o afecto. El niño
sólo era un pequeño imbécil en ocasiones. Roy lo miró con algo de curiosidad
antes de hacer una mueca.
- Esto es tonto, sólo no quiero avena, va a haber dulces en la fiesta de Halloween
- Estoy seguro de eso. Sólo come. ¿Quieres
fresas en tu avena? – Ollie ya
estaba abriendo la puerta del refrigerador y buscando dichas frutas, tomando el
jugo de naranja también.
- Seguro – el niño hizo una mueca, y cuando tuvo las fresas en
su avena, sólo comió la fruta.
- ¿Porque está siendo tan remilgoso?-
- No lo estoy siendo, sólo no me quiero
llenar para tener espacio para los dulces – lo había estado planeando por una semana entera.
Desayunaría poco para tener espacio para los
bocadillos y los dulces, y después de la escuela Oliver y Dinah lo llevarían a
la casa de Hal, el hombre iba a hacer pizza de Halloween… la cual sólo era
pizza de pepperoni en forma de calabaza. Después de eso irían a pedir dulces, y
él estaba determinado a conseguir suficientes dulces para que duraran todo el
año. Era el plan perfecto.
Mientras que la respuesta no era exactamente lo que
el hombre quería oír, no le dio demasiada importancia porque justo entonces
Dinah entró con un pequeño en brazos, y Oliver se convirtió en una persona
diferente, según Roy. Su rostro se iluminó al ver a Dinah en su disfraz de
Rapunzel con el bebé vestido de camaleón. De pronto el disfraz de Oliver de
Flynn Rider tuvo sentido… Ambos adultos pasaron casi todo el desayuno tomando fotos...
Más que nada del bebé. Roy Harper sólo gruñó ante la escena.
- Ustedes tres lucen estúpidos – murmuró mientras empujaba su plato y subía los
brazos a la mesa, inclinando en ellos su cabeza y mirándolos miserablemente.
- Te dije que quería que te vistieras de
Maximus, ¿recuerdas? – Oliver le
recordó al chiquillo malhumorado, plenamente consciente que la actitud se debía
al hecho de sentirse excluido, pero sinceramente, se habían empeñado en que no
fuera así. Primero habían intentado que él les diera alguna idea para disfraces
familiares, y cuando no lo había hecho le habían preguntado muchas veces si se
quería disfrazar como uno de los personajes de los temas que habían escogido...
Roy había insistido que se quería disfrazar de payaso asesino.
Oliver le había dicho que no. Después de todo, iban
a ir a pedir dulces y pasar el día con niño de 2 años, tampoco quería
traumatizar a su hijo más pequeño. Roy se había conformado con su superhéroe
favorito.
- Como sea – el niño bufó y fue por su mochila.
Desafortunadamente para el niño, su plan perfecto no
salió tan bien como lo había imaginado. Se había metido en problemas durante el
desfile de Halloween en la escuela y su maestra había terminado llamando a
Oliver para informarle que el niño había huido en vez de quedarse con el salón.
Por supuesto, la muy estúpida no mencionó que ella había caminado demasiado
rápido y que él no había querido huir, sino que sólo se había perdido al pasar
junto a los de cuarto grado.
De todos modos, no había importado mucho. Oliver
había decidido recogerlo temprano, haciendo que el niño se perdiera la fiesta
de Halloween y que sollozara todo el camino a casa de Hal.
- Voy a necesitar que te calmes, Roy – el hombre finalmente murmuró en un semáforo en rojo.
Suspiró cuando el pequeño sólo lloró más fuerte y pateó el respaldo de su
asiento.
- Y...yo no… no hice nada – sollozó antes de tomar un poco de aire. Realmente no
era justo, no era su culpa que la señora Killian lo había hecho ir al final de
la fila porque Joey Robinson había estado hablándole a él, y después a medio
desfile Roy había dejado caer accidentalmente una de sus flechas verdes… Todas
eran falsas y de fomi, excepto por la que se le había caído, que era un poco
demasiado real, aunque afortunadamente su maestra no había notado la autenticidad,
pero aún así él se había quedado atrás para recuperarla, y al levantar la vista
con la flecha en mano no había podido encontrar a los niños de su clase.
- La señora Killian siempre ha sido muy
amable y comprensiva con nuestra situación – la tipa era una perra y Oliver la odiaba, pero no quería que Roy se
enterara y se influenciara por sus opiniones personales – No creo que ella me hubiera
llamado si no hubieras estado haciendo nada
El menosprecio de sus sentimientos provocó que Roy
sollozara aún más y el hombre escogió sabiamente no involucrarse hasta que
estuvieron frente a la casa de Hal.
- Bueno, vamos. Dinah y Connor ya están adentro, y yo…
- ¡No me importa! ¡Tú ve adentro y quédate
con tu estúpida familia y tu estúpido bebé! ¡Yo me voy a quedar aquí para siempre
y no voy a ir a pedir dulces contigo nunca más! – Roy sabía que era sensible acerca de su estúpida
maestra siendo tan injusta con él, pero tenía que desquitarse con alguien y
Oliver siempre era una persona segura para atacar. El hombre exhaló pesadamente
- Lamentó que estés teniendo un mal día
- ¡TE ODIO! – el niño bramó, y el millonario tuvo que contar hasta
100.
- ¿Necesitas un tiempo fuera?
Más lágrimas, más gritos, y eventualmente Oliver
tuvo que hacer válida su advertencia y cargar al niño adentro, tan sólo para
dejarlo en una esquina. Pero pronto encontró consuelo en Dinah y Hal, quienes
estaban comiendo y escuchando las quejas del hombre.
- No lo sé, Ollie – Dinah frunció el ceño mientras quitaba los
pepperonis de su rebanada de pizza – Realmente no entiendo porque ella tuvo que castigarlo así, la fiesta
de Halloween es algo que él ha estado esperando todo el mes, y además, ¿Por
qué se perdería a propósito?
- Estoy con Dinah – Hal estuvo de acuerdo, completamente consciente de
que Roy podía ser un poco difícil pero también podía comportarse – ¿No es como el milésimo problema que tienes
con ella?-
- ¿Y qué se supone que haga? ¿Cambiarlo de
escuela? – no era la primera
vez que lo consideraba, sabía que su hijo en ocasiones era menospreciado por
ser adoptado y era juzgado por ser diferente. Rompía el corazón del hombre el
enviarlo a un lugar con tantos idiotas pretenciosos de mente cerrada.
- Sí
- ¡Duh! – El rubio rodó los ojos a su novia y mejor amigo
antes de tomar una rebanada.
- ¿Dónde está Connor? – finalmente se le ocurrió preguntar, algo preocupado.
La casa de Hal no era exactamente apta para niños
- Relájate, está tomando una siesta – le aseguró su amigo, ofreciéndole una bebida.
Y de hecho, mientras el niño tomaba dicha siesta fue
despertado por el llanto de su hermano, así que se las había arreglado para
llegar hasta el pequeño Green Arrow.
- ¿Uooy? – balbuceo y fue a que lo cargara el niño parado en la
esquina. Roy rodó los ojos, sabía que su nombre era difícil de pronunciar para
el pequeño, pero en serio el bebé había salido con el peor apodo posible. De
todos modos, sorbió mocos y sonrío a su hermanito.
- Estoy bien, sólo odio la escuela. Mi maestra es una boba estúpida
- Bo-bo
- Correcto – Roy confirmó – Ni siquiera hice nada y ahora Oliver está enojado
conmigo, y probablemente no iremos a pedir dulces, y probablemente no va a
querer hacer nada por mi cumpleaños mañana tampoco, y no lo sé, quizás sólo se
cansará y se deshará de mí
Connor lo escuchó tan bien como cualquier otro niño
de 2 años… lo cual no era realmente mucho. Se revolvió un poco para jugar con
las pequeñas flechas en la espalda de su hermano.
Sin embargo, Oliver, Dinah y Hal habían escuchado
desde la cocina, y Oliver rápidamente fue hablar con su hijo. Se sentó frente a
él con las piernas cruzadas y lo miró a la cara.
- Roy, dime qué pasó
El pequeño de ojos verdes se tomó los siguientes 15
minutos para contarle con lujo de detalle los eventos del día, explicando cómo
lo habían enviado al final de la fila, cómo su maestra había caminado demasiado
rápido cómo se le había caído su flecha y al regresar por ella se había
perdido, cómo la mujer había dicho que él era el peor siguiendo instrucciones y
ni siquiera se había ganado la fiesta… sorbió mocos, claramente herido.
Oliver inmediatamente lo abrazó, acariciando su
cabello un poco toscamente.
- Pequeño… Tú te mereces todas las cosas
buenas del mundo, sé que no te perdiste a propósito – El abrazo fue correspondido con la misma ferocidad.
- Lo siento – sollozo muy triste Roy
- No, no lo sientas. Lamento que no hayamos
hablado acerca de esto antes – el
hombre había ignorado las lágrimas cuando había ido a recogerlo de la escuela.
- ¿Qué tal si vamos a pedir dulces y
después vemos una película en casa? – Oliver
sonrío ante lo rápido que Roy dejó de sorber mocos y envolvió los brazos
alrededor de su cuello.
- Eso suena bien
Oliver sonrío aún más y cargó a sus dos hijos hasta
donde Dinah y Hal estaban escuchando, no tan discretamente.
- Espera, Roy, ¿quien se supone que eres? –
Hal preguntó, revolviendo el cabello rojo del niño.
- ¡El mejor superhéroe del mundo mundial!
- Eso es lo que yo pensé- asintió el hombre
con la cabeza – Pero necesitas un
anillo si te vas a disfrazar de Green Lantern. Oliver casi le suelta un
puñetazo mientras que Dinah soltó una carcajada. Estaba rodeada de niños.
- ¡Está disfrazado de Green Arrow, idiota!
Roy se había animado inmediatamente tan pronto como
comenzaron a pedir dulces a las 6 en punto. Usualmente iban un poco más tarde
porque Roy, Dinah y Oliver amaban las cosas escalofriantes, pero ahora tenían
al bebé… quién ODIABA... todo.
La afirmación fue comprobada cuando, a pesar de
estar en los brazos de su padre, Connor empezó a sollozar incluso antes de
llegar a la puerta de la primera casa. Ahí había un esqueleto de luces que se
encendía y rechinaba cuando la gente pasaba. El pequeño se había sorprendido,
lo cual significaba horribles lágrimas, y ni siquiera la amable señorita de la
primera puerta con un enorme tazón de dulces había sido suficiente para
calmarlo. Roy rodó los ojos y agarró un puñado de dulces mientras todos los
demás estaban demasiado ocupados tratando de calmar los chillidos del pequeño.
Después de eso, Dinah y Hal habían tomado turnos
caminando con Roy hacia las puertas mientras Oliver se mantenía a una distancia
segura, sosteniendo el pequeño cumpleañero. Pasaron algunas casas sin que Roy
lo notara, pero después hizo un puchero rápidamente.
- ¡No es justo! ¡Yo quiero que TÚ vengas conmigo, papi!
Eso había dolido. Roy no siempre lo llamaba
"Papá" y mucho menos "Papi", usualmente era
"Ollie", pero ahora que el bebé había empezado con
"pa...pa", Roy también se había sentido mucho más cómodo expandiendo
su propio vocabulario. Hacía qué Oliver quisiera correr con él y abrazarlo cada
una de las veces, pero sabía también que no podía ceder ante una rabieta.
Entendía perfectamente cuál era el problema que Roy
estaba teniendo, en verdad lo hacía. Normalmente Roy amaba compartir con su
hermanito, adoraba el bebé más de lo que había amado a nadie más, pero esto era
diferente...
Halloween solía ser de ellos. Era Halloween y
después su cumpleaños, el 1 de Noviembre. Era lo mejor del mundo, pero dos años
antes había pasado Halloween en casa de Bruce con Dick porque Dinah estaba
dando a luz. Hace un año habían tenido una enorme fiesta de primer cumpleaños
para el bebé, lo cual había sido un desastre... Connor había llorado durante la
mayor parte de la fiesta, Oliver y Dinah habían estado estresados de que el
bebé estuviera sintiéndose tan miserable, y por supuesto no habían ido a pedir
dulces. Oliver le había explicado a Roy que ellos tenían todos los dulces y el
pastel del mundo en la casa, ¿Así que por qué tendrían que salir a buscarlo?
De todos modos, el día había sido una completa
pesadilla para toda la familia, así que Dinah y Oliver habían decidido
relajarse ese año y simplemente llevar a Connor a un desayuno de cumpleaños
mientras Roy estaba en la escuela, y después el plan había sido ir a pedir
dulces, abrir algunos regalos y ver algunas películas con Roy después de la
hora de dormir del bebé. Plan perfecto...
- Dinah y Hal están contigo. Yo te estoy
viendo – Oliver explicó tranquilamente.
- ¡No, tú estás con tu tonto bebé llorón! –
Roy reclamó, pero se tranquilizó cuando Oliver le
dirigió una seria mirada. El niño sabía que su papá no era fan de los insultos.
- ¿Necesitamos ir hablar al auto? – Oliver cruzó los brazos, tratando de lucir tan serio
como fuera posible a pesar del bebé tratando de meterle su chupón a la boca.
- ¡Nooooo!
- Entonces por favor compórtate – el rubio pidió a su pequeño mientras movía la mano
de Connor lejos de su rostro.
- ¡Pero no es justo! – Roy trató de calmarse, intentó detener las lágrimas…
Pero simplemente no pudo. Era verdad que adoraba a "su" bebé, amaba
ser un hermano mayor, pero a veces extrañaba cuando ÉL, y sólo ÉL era el centro
de la vida de Oliver. Seguro, había
compartido con Dinah, pero eso era diferente. Ambos adultos amaban sus roles en
la vida de Roy y siempre lo querían sacar a pasear, pasar tiempo con él, hacer
lo que él quería... Hace 2 años todo había cambiado... Y sí, sabía que su papá
aún lo adoraba y quería hacerlo feliz y pasar tiempo con él, abrazarlo y
besarlo, pero Oliver también quería todo eso con el bebé, y era difícil
compartir.
- Tienes razón, no es justo – Oliver se puso en cuclillas para mirar a Roy a los
ojos. Oliver era un hermano mayor y sabía lo que su hijo estaba sintiendo – Pero ahora tienes un hermanito
que en ocasiones necesita más atención que tú. Es simplemente como es, y
necesito que seas un hermano mayor responsable, bueno y sensible y por favor lo
entiendas – era mucho para pedir a un niño de 8 años lo sabía. Sorprendentemente,
el rostro de Roy no mostró fastidio ni nada por el estilo, sino comprensión.
- Voy a ser el mejor hermano mayor del mundo
- Ya lo eres, hijo – Oliver le dio un beso y lo cargó con su brazo libre – Veamos si mami puede entretener
al bebé para que tú y yo podamos pasar por algunas casas
Afortunadamente, Dinah está más que feliz de
llevarse a Connor, y él estaba bastante satisfecho con ir al auto y acurrucarse
con mami. Halloween no era lo suyo.
Pedir dulces con Hal y Oliver fue lo más divertido,
principalmente porque los dos eran idiotas que peleaban por todo y, sobre todo,
porque buscaban que Roy estuviera pasándola increíble. Ambos corrieron con él a
cada casa e incluso tomaron dulces aunque eran adultos, bromearon el uno con el
otro e incluso persiguieron a Roy y tomaron fotos de su gran enorme sonrisa.
- Tenemos que ir a otro vecindario, esa
señora sólo nos dio cepillos de dientes – Hal se quejó, mientras que Oliver rodó los ojos cuando Roy siguió el
ejemplo de su tío.
- Sí, queremos chocolates, no tontos
cepillos de dientes – el pequeño
concordó, tirando la estúpida cosa en el césped. Oliver frunció el ceño y le
llamó la atención.
- ¡Recoge eso ahora mismo! – ordeno papá elevando un poco la voz
- Pero…-
- ¡No!, en esta familia somos agradecidos.
Recoge eso ahora mismo – repitió y miró
a su hijo de una manera que lo hizo llorar casi al instante. Eso no era justo,
no le gustaba ser regañado, y especialmente en frente de los demás,
especialmente cuando habían estado divirtiéndose tanto. Sólo ellos.
- ¡Pero el tío Hal! – el tío Hal se sintió como el idiota más grande del
planeta y fue ayudar al niño a recogerlo.
- No, Roy, tu papá tiene razón, nuestros cepillos de dientes son geniales
- Harold, deja eso ahí, Roy lo va a recoger
– Oliver fulminó a su mejor amigo con la mirada, quien
entonces rodó los ojos. ÉL era un hombre de 32 años.
- ¡PERO OLLIE! – el llanto de Roy se escuchó por todo el vecindario,
e incluso Dinah salió del carro para acercarse.
- ¡RECOGELO O NOS VAMOS A CASA! – Oliver bramó como si no comprendiera en lo absoluto
los volúmenes apropiados de voz.
Roy Harper estaba a punto de responder como sólo él
sabía, pero afortunadamente para todos Connor, aún en los brazos de Dinah,
sonrió a su hermano cuando notó el brillante cepillo de dientes rojo en el
césped.
- ¡Ete! – señaló, haciendo que toda la atención se alejara de
su hermano mayor. El pequeño pelirrojo suspiró y lo recogió.
- No, no es un juguete, es sólo un tonto
cepillo de dientes. Cepillas tus dientes con él – explico como el hermano mayor que era, sabiendo
perfectamente que el bebé tenía uno automático. Le pasó el cepillo de dientes – Puedes quedártelo si quieres-
- Eso es muy dulce, Roy, gracias – Dinah le sonrió mientras el bebé en sus brazos
tomaba el 'juguete' y lo movía frente a su rostro.
Roy se encogió de hombros y miró a Oliver como
esperando que el hombre lo siguiera regañando, pero Oliver simplemente sonrío
ante la escena.
- Así que…. Vayamos a otro vecindario. Escuché que Bruce está repartiendo dulces este año
- Seguramente – Hal no creía eso.
- ¡Sí, vamos! – Roy y sonrío
Era oficial, la siguiente parada sería la casa de
“Brucey”.
Bonita historia me guaria que siguieras
ResponderEliminarYa tenía mucho que no leía de ellos!!
ResponderEliminarTe quedó muy linda la historia!!
Espero te animes a continuar
Muy linda, te quedo genial
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