Una perfecta familia
Capítulo 71
Autora:Terry
Mar y
María le habían pedido a Antonio que, si podía cuidar de Toño, ambos querían
irse a pasar un fin de semana para estar solos como pareja, ellos ya habían
hablado con el niño y estaba más que feliz de quedarse con su abuelo, pero no
iba a ser el único, al parecer también estarían los hijos de Luis.
Luis
debía encontrarse con su abogado, el abogado de Blanca se había comunicado con él
para determinar las nuevas condiciones del divorcio; esto porque ella no iba a
acceder a nada más que la mitad de la cuenta bancaria en común que manejaban
desde que se casaron que no era poco, y según dio a entender el abogado ella
quería quedarse con la casa a cambio de darle a Luis la custodia total de los
chicos.
Es
que a la muy fina le salió el tiro por la culata ya que la casa como muchos otros
bienes que tenía Luis aún estaban a nombre de Antonio, no porque no quiera
darle la mitad a Blanca, sino porque si bien Antonio ya se los había cedido a sus
hijos como herencia en vida, ninguno de ellos había iniciado el trámite de
cambio de nombre de propietario, algo que secretamente Antonio agradeció porque
lo último que quería era que todo el fruto de su trabajo de años quede en manos
de ella después de lo mal que se había portado con su marido y sus nietos.
Y
ahora ahí estaba él con una tropa de críos chicos que lo estaban volviendo
loco, y para su mala suerte estaba lloviendo y los niños no podían salir al
jardín a jugar ni bañarse en la piscina, menos mal Mar regresaría al día
siguiente.
- Antonio: Toño, es la segunda vez que
te lo digo no puedes jugar dentro de la casa al balón – si
el abuelo andaba con los pelos de punta cada que la palota pasaba volando
delante suyo, era cuestión de tiempo que truene algún vidrio
- Toño: pero
abu está lloviendo donde quieres que juguemos
- Antonio: pues podéis jugar a juegos
de mesa, a las videoconsolas o a la maquinita que te compre el otro día, anda guárdalo
que se puede romper algo y te puedes hacer daño
- Toño: valeeeeee
– cedió Toño como si estuviera haciendo un favor a su
abuelo
- Antonio: bueno voy hacer el almuerzo
azin que no hagan ningún desastre
Antonio
se metió en la cocina ocupándose de la comida porque ese día no estaba nadie
para ayudarle y se concentró en lo suyo olvidándose del resto, pero cuando
apagó el fuego que ya terminó la comida un gran estruendo se oyó desde la sala
de estar, el hombre salió rápidamente encontrándose con un balón rodando por el
suelo y una vitrina con todo lo que tenía dentro en el suelo, como era de
suponer se quedó mirando a Toño seguro que fue él, porque estuvo en la mañana
chuteando la pelota y tuvo que llamarle la mañana la atención varias veces,
además él era el único que tenía las manos en la cabeza con cara de susto.
Cuando
termino de revisar el desastre y ver que ninguno de los chicos estaba
lastimado, se enfureció por la desobediencia de Toño, es que a veces era muy desobediente
y caprichoso, o siempre quería salirse con la suya, pero ahora según su abuelo había
llegado muy lejos no solo había vuelto a jugar con la pelota dentro de la casa,
sino que rompió por completo la vitrina y podían haberse heridos por todos los
cristales que estaban desparramados en el suelo.
- Antonio: creo haberte dejado claro
que no podías jugar dentro de la casa con el balón – le
dijo acercándose a él y vió como retrocedía un paso
- Toño: yo
no fui – esa respuesta hizo enfurecer más aún a su
abuelo
- Antonio: ¿ahh... no?, ¿Y entonces a
quien tuve que estar llamando la atención toda la mañana?
- Toño: a
mí, pero desde que te fuiste a la cocina no volví a cogerlo – Antonio
se cogió el puente de la nariz quería calmarse, era su nieto más chico y no
quería ponerme a gritarle, pero a veces su malcriadez acababa con su paciencia
- Antonio: sube a tu habitación Toño – el
abrió grande los ojos porque sabía que lo iba a castigar, no lo iba a premiar
por lo que hizo
- Toño: no
es justo, yo no hice nada – Lucas iba a decir algo, pero
en el último momento cerró la boca, Antonio intuyo que lo iba a defender y eso
le gustó de cierta forma, ambos chicos se llevaban mucho mejor
- Antonio: ¡no Toño!, lo que no es
justo es que desobedezcas tanto, seas tan malcriado y no aceptes tu
responsabilidad, ahora sube – a ese extremo perdió la
paciencia, pero ¿quién lo podía culpar después de todo el desastre que hizo?, y
creyó que con alzar la voz un poco, su vaquero iba a obedecer, pero eso al
parecer lo enfureció más
- Toño: no
voy a subir, porque yo no hice nada, estamos en esta habitación cinco personas ¿porque
tengo que ser yo? – el abuelo se quedó callado
por varios segundos, a ver si alguien decía lo contrario pero ninguno lo
desmintió y él no iba a perder más tiempo
- Antonio: Antonio Jesús ¡ya es
suficiente! – alzo la voz enojado – subes a tu habitación porque ¡te lo estoy diciendo yo! que estoy a
cargo tuyo
- Toño: ¡y
una mierda!... no voy a subir a mí habitación porque no me voy a llevar un
castigo por algo que yo no hice
- Antonio: ya basta, SUFICIENTE – se
acercó a él, lo cogió del brazo le dio media vuelta y le soltó dos palmadas en
el culo – PLAS
PLAS BASTA Toño no me gusta que seas un ¡caprichoso egoísta! SUBE ahora
mismo a tu habitación – a Toño se le cristalizaron los ojos a punto de llorar,
pero sabía que más bien era por la impotencia de ser reprendido delante de sus
primos, y se quedó mirando a su abuelo unos segundos y después salió corriendo
escaleras arriba, cuando Antonio se di la vuelta tenía a Lucas echando una
mirada asesina – Lucas él solito se lo
busco
- Lucas: ¿a
cazo le has preguntado si fue él? a podido ser cualquiera de nosotros
- Antonio: él fue el que estuvo toda la
mañana con ese balón, no tenía que preguntar nada, ahora pasar al comedor que
está la mesa puesta
No le
dejo que respondiera y subió a donde Toño, quería terminar de una vez y que bajar
a almorzar con todos.
- Lucas: ze
va a llevar un castigo por algo que hiciste tú – le
dijo Lucas al más pequeño de los hermanos
- Chus: ¡deja a mí hermano en paz!... el no hizo nada, él no
tiene la culpa que el abuelo no haya preguntado… por algo será – respondió
enojado poniendo a su hermano menor tras suyo por si acaso Lucas tome justicia
por sus propias manos
Pero
Lucas ya no dijo nada más, hacia dos días que Antonio lo había castigado y no
quería meterse en problemas, se sentía mal cuando Antonio se enfadaba con él.
- Toño: eres
injusto ¡yo no fui!
- Antonio: Toño basta, no quiero que
seas tan mal criado egoísta, te lo advertí varias veces, además tu papá te lo
tiene prohibido o ¿no?
- Toño: zi
pero yo no fui – Toño guardo silencio, ya estaba harto de
repetir una y otra vez que no fue y su abuelo no lo creyera, en una cuestión se
estaba dando cuenta que su abuelo tenía una idea hecha de cómo era y se estaba
equivocado, también estaba molestó con su primo por qué no dijera la verdad,
Antonio lo cogió por la muñeca para acercarlo a él lo tumbó en sus rodillas y
le bajó la ropa
- Antonio: Plas plas plas plas plas
ayyy plas – Toño estaba muy dolido con su abuelo ni
siquiera le había preguntado si había sido él, solo lo dio por hecho, aunque le
había dicho varias veces que no fue él y tampoco trato de averiguar, ¿ese es el
concepto que tenía su abuelo de él? ya no sabía si le estaba doliendo más las
nalgadas o su alma – Toño tienes que aprender a obedecer plas plas plas plas plas plas
- Toño: Buaaa
– Toño empezó a llorar pero no porque no aguantará el dolor,
si no porque para su abuelo era una decepción
- Antonio: plas PLAS PLAS plas
– ¿no
te das cuenta plas plas que ha sido muy peligro?
- Toño: auuuu
yaaa deeeja
- Antonio: PLAS PLAS PLAS plas plas lo de destrozar la vitrina es lo de menos, pero
que hubiera pasado zi te pilla a ti o alguno de tus primos PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS – con esas
un poco más fuertes que las demás finalizó el castigo, lo cogió para subirle la
ropa y sentarlo en sus rodillas pero Toño torpemente se deshizo del agarre del
abuelo y se metió en la cama –Toño vaquero, zabes que te has ganado un castigo… no
te pongas azin cariño, ven aquí – le dijo cogiéndolo del brazo para sacarlo
de la cama, pero Toño pudo peso muerto y arranco su brazo, estaba llorando
mucho y Antonio quería calmarlo pero Toño no se dejaba – venga mi vida cálmate y
lavamos eza carita y bajamos almorzar – tengo poniendo voz dulce, pero Toño
por primera vez lo miro con rabia contenida, una rabia que llego a sus ojos y
que sorprendió a su abuelo
- Toño: no
tengo hambre – dijo seco, secándose la cara con enojo,
no quería que lo vea llorar, no le daría el gusto, eran las primeras notas de
cambio en su carácter producto de las hormonas de la pubertad
- Antonio: como que no, zi no has
comido nada desde el desayuno – Antonio sabía que tenía hambre
porque Toño comía siempre como si no hubiera un mañana, intento sacarlo otra vez,
pero no lo dejo que lo tocará – estás enfadado
cariño sabes que lo que has hecho está mal, no tienes por qué estar enfadado
- Toño: soy
un egoísta así que si puedo estar enfadado cuando me dé la gana – escupió
entre dientes y Antonio al final se dio por vencido, sabiendo que no iba a
convencer a Toño de bajar almorzar así que le dio un beso en la cabeza como si
eso curara todo, pero Toño se limpió el beso y le dio la espalda
Antonio
prefirió no enfadarse, aunque tampoco le hizo gracia lo que según él, era una
reacción infantil y bajo al comedor con el resto, pero no pudo evitar la mirada
acusadora de Lucas quien apenas entro prefirió dar por terminado su almuerzo y
retirarse a su cuarto, no quería saber nada de Chus ni de sus hermanos. Y a
Antonio no le quedó otra que almorzar con el resto de los niños y cuando
termino de recoger estropicio que habían hecho con la vitrina, subió las
escaleras para bajar a Toño porque no había comido nada y ya eran las 5 de la
tarde, demasiado tiempo para estar enojado.
Mientras
tanto Mar y María iban de camino a casa, habían pasado un romántico de semana y
aunque les quedaba solamente una noche, decidieron regresar para pasar el
domingo con Toño y repetir con mayor frecuencia el fenomenal fin de semana que
compartieron y es que ambos estaban de acuerdo que llevaba muchos años sin
poder pasar un fin de semana a solas, descansar y tener privacidad para
disfrutar de tener relaciones sexuales sin tener que estar poniendo el seguro
en la puerta ni nada de eso.
- María: esto
ha sido una gran aventura – sonrió mientras guardaba el
resto de la ropa en el pequeño bolso de mano que llevaron – pero me temo que no lo vamos a poder hacer en la casa y sabe Dios ¿cuánto
tiempo va a tener que pasar para tener esta libertad? – Mar no pude evitar
una sonrisa de complicidad
Y su
febril mente no pudo resistir recordar su
primer encuentro intimo con María apenas salió de la ducha, María lo había
sorprendido con una cena romántica, cuando se ducho y empezó a bajar las
escaleras buscándola y se encontró todo oscuro con solo la luz tenue de las
velas, todo estaba tan bonito… la decoración de la mesa, la comida, las velas
que rodeaban toda la sala de la cabaña, María abrazo su cintura por detrás sorprendiendo
a Mar, quien se giró cogiendo sus mejillas agachándose para besar sus labios
dulcemente.
- María: la
cena se va a enfriar – murmuro, pero él siguió
besándola
- Mar: ze cuál va a zer mi postre
y quiero zaltarme la comida – a ella le escapo una risita,
pero lo cogió de la mano y lo guío a sentarse en la mesa
La cena transcurrió entre arrumacos y besos
suaves y pasionales, hasta que se fueron con una copa de vino a sentarse a la
alfombra, recostándose en los grandes cojines que había en la sala, Mar estaba
deseoso de tener sexo con María desde hace algún tiempo, pero si no era una
cosa era otra y no tenían ocasión de hacer el amor hasta ahora, así que sin esperar
más metió la mano por debajo de la falda de su vestido que María tenía puesto y
empezó a acariciarla mientras la besaba como si no hubiera un mañana y a María
no le quedó otra que empezar a desabrochar los botones de la camisa de Mar
siguiendo con los del pantalón; y sin más ambos se dejaron llevar por el deseo pero esta vez sin
tener ninguna atadura y con toda la libertad de gemir y gritar o sin tener que
estar ahogando se con besos para que no los escuchará el resto de los que
habitaban en la casa.
Hasta
ese momento, Mar no se dio cuenta que no era el único que tenía ganas de sexo, porque
María dejo de lado su copa empujándolo contra los almohadones, se sentó tipo
amazonas besándolo con dureza y pasión rozando su pelvis con la de Mar, en
muchas ocasiones María se hacía con el mando pero no como esta vez, ella estaba
deseosa, llena de lujuria, poco a poco se fueron desnudando, Mar cambió de
posición varias veces pero al final ella llevaba las riendas y en poco tiempo
supo que era ella la que le iba hacer el amor… una faceta que Mar no conocía pero
que le encanto.
Con
esos recuerdos bailando en su memoria, ambos llegaron a casa, despertando de su
ensoñación, cayendo como se dice a la cruda realidad.
Mientras
tanto, Toño se sentía tan mal que le empezó a doler la cabeza, quizás de tanto
llorar y de no comer, pero su enojo aún no había disminuido, le había dicho a
su abuelo una y otra vez que no fue él y no le creyó, reconocía que en la
mañana le tuvo que regañar porque jugó con la pelota dentro de casa, pero apenas
se dio cuenta que su abuelo llevaba razón y podía romper algo dejo de hacerlo y
en cambio se puso a jugar con la consola con Lucas y sus primos por turnos,
pero Ismael se cabreo porque llevaba la peor puntuación, se levantó, cogió la
pelota y empezó a patearla con mucha rabia y desde ese momento supo que las
cosas no iban a salir bien, pero no imagino que él saldría perjudicado, y es
que el estropicio no fue poco, la pelota fue a dar en una vitrina llena de
adornos de cristal que compró María, ella quería remodelar la casa y eso era
parte de su proyecto.
Todos
se habían levantado de su sitio por el susto ya que eso dio un tremendo
estruendo, pero de todos fue Toño quien se llevó las manos a la cabeza porque sabía
que María se pondría mal de ver sus adornos rotos, en eso el abuelo salió
corriendo de la cocina y apenas se cercioro que ninguno de ellos estaba herido
clavo los ojos enojado directamente sobre Toño y no tardo en acusarlo y
obligarlo a subir a su habitación cuando se negó a hacerlo por voluntad propia,
azotándolo delante de todos haciendo que sienta mucha vergüenza, aun así pensó
que estando en su habitación las cosas mejorarían, que le daría tiempo a
explicarse y le creería, en cambio empezó a decirle cosas hirientes que cuando más pensaba en ella, más dolían a
tal punto que rechazo cualquier intento de reconciliación con su abuelo incluso
rechazo comer.
Pero
el abuelo cuando ya se fijó la hora decidió ir por Toño no podía estar sin
comer hasta esa hora así que decidió ir por su nieto, en eso llego Mar y María
y Toño apenas vio a su padre corrió hacia él, tirándose sobre él demandando un
abrazo haciendo tambalear a su padre quien al final devolvió el abrazo y no
solo eso, sino besar su cabeza y fue ese solo acto que empujo a que Toño
comience a llorar de nuevo.
- Mar: oh hijo, ¿qué sucede? – pregunto
Mar intercambiando una mirada sospechosa con el abuelo
- Toño: no
me dejes zolo de nuevo papá por favor, por favor, por favor no quiero quedarse
zolo ni con el abuelo, prometo que me portare bien, que no hare renegar pero no
me dejes de nuevo – y se deshizo llorando
nuevamente, pero lloraba con gran sentimiento, estaba muy dolido con su abuelo
y lo único que quería era que su papá le crea
- Mar: ¿Qué sucedió papá? – pregunto
Mar desconcertado sin dejar de acariciar su espalda, incluso María empezó a
besar su cabeza e instarlo a que se calme
- Antonio: lo he castigado porque
rompió la vitrina, lo estuve regañando en la mañana por jugar con la pelota
dentro de la casa y al final rompió la vitrina y él no quiso admitirlo y no
quiso comer nada
- Toño: ¡es
que yo no lo hiiice!, no lo hiiice – parecía que a Toño le
iba a dar algo, empezó a temblarle el mentón
- Antonio: ¿ves lo tozudo que es? – intervino
Antonio muy seguro de sí, pero Mar conocía muy bien a su hijo y sabía que algo
no andaba bien así que se agacho y cogió el mentón de Toño y hablo suavemente
para no alterarlo más
- Mar: ya Toño, calma ¿si?
- Toño: es
que es cierto papá, no fui yoo y el abuelo me llamo aggs agggs ¡egoista!
Buaaaa, me dijo egoísta, egoísta, caprichoso y malcriaaado buaaa, pero no lo
hiiiice
- Mar: ya Toño hijo, te creo ¿zí?
– respondió su padre, sentándolo sobre sus rodillas, que
para eso habían caminado unos pocos pasos hacia el interior de la sala
- Lucas: que
bueno que le creas, porque es cierto, él no lo hizo, fue Izmael
Lucas
había oído la movilidad de Mar llegar y se quedó expectante a ver como se
desarrollaban las cosas, pero cuando oyó a Toño llorar decidió que no podía
quedarse callado por segunda vez, no era justo.
- Antonio: ¿Por qué no lo dijiste desde
un inicio? – Antonio se sintió fatal
- Toño: Yo
te lo diiije, no me creiiiste buaa
- Mar: Ya hijo, vamos… vamos a
cambiarnos y vamos a salir un ratito a comer algo
- María: si,
vamos a ponernos monos y salir un rato a despejar la mente – agrego regalándole
un beso en la cabeza
- Antonio: Mar yo…
- Mar: ahora no papá, después – respondió
dándose la vuelta para subir las escaleras guiñándole un ojo antes de eso; no
estaba enfadado, cualquier pudo sacar conclusiones
Pero
eso no quitaba la culpa que sintió Antonio, había metido la pata a fondo solito
y todo por no preguntar, en su momento decidió que fue Toño y nunca se
paró a pensar en otras posibilidades,
pero lo peor era que ya iban muchas veces que se equivocaba sobre Toño y empezó
a cuestionarse si eso no crearía a la larga una barrera entre los dos; así que
se prometió que de ahora en adelante sería solo el abuelo, todo mimos, todo
besos y las travesuras o faltas cometidas por los chicos las dejaría para que
sus padres lo resuelvan, no iba a castigar a ninguno de ellos nunca más.
Algo
que, claro aún estaba por verse…
Pobre Toño o sea no es que me agrade porque pienso igual que el abuelo él es así exactamente como lo describió!!
ResponderEliminarPero lo que no es justo es que lo castiguen por travesuras ajenas!!
La verdad me sigue cayendo mal María por mustia porque como puede decir que quiere mucho a Toño si no tuvo cariño para su hermano!!