Mis Gemelos
Capítulo 328
Regla, reglita, reglota
Etiqueta: F/f
Autora: Marambra
Marambra
- ¿Annika?... Annika hija, despierta – Florencia, la madre de Annika se acercó a su hija para despertarla sorprendida de verla durmiendo en el sofá, mientras su marido cancelaba el taxi en el cual había retornado de la hacienda de Rubén cerca de las siete y algo más de la mañana – ¡Annika!, te estoy hablando – y Annika despertó por el brusco zarandeo que su madre le regalo sobre sus hombros y la miro desorientada tratando de darse cuenta donde estaba
- ¿Mamá? – murmuro con los
ojos desenfocados, aun con la mente turbia por el sueño
Mientras en medio del patio la borrachera que
traía su padre se esfumaba como una pompa de jabón, cuando sus neuronas se
dieron un sacudón apenas poso sus ojos a su movilidad y se dio cuenta del
tremendo desastre que causo Pankarita en su aventura al volante.
- ¿¡QUE MIERDA LE PASO A MI CARRO!? – Fedor que nunca en
su vida elevaba la voz, estaba ahora gritando a todo pulmón en medio del patio,
demandando de inmediato la presencia de su hija mayor – ANNIKAAA – volvió a gritar recordando que fue ella la que
regreso a casa en su movilidad, así que fue fácil suponer quien ocasiono aquel
estropicio – ANNIKA – repitió
echando humo por las orejas
- ¡No grites!, me haces doler la cabeza – reclamo en cambio su esposa saliendo al patio con
Annika a ver qué pasaba – vas a despertar a
los vecinos con tanto grito, maleducado – manifestó molesta
mientras se acercaba
- ¡Cómo no voy a gritar! – respondió tratando de bajar la voz, mostrándole lo
que encontró – ¡mira! – y
señalo el daño sufrido y claro cuestionó a su hija por primera vez, enojado con
ella – ¿qué diablos hiciste?
- ¿Yo?... nada – negó Annika con la frescura de siempre, haciendo
dudar a su padre, quien tras respirar hondamente y meditar sus palabras agrego
- Mira Annika, tú sabes bien que siempre te festejo
las gracias que tienes y te paso cualquier cosa porque siempre me dices la
verdad – y eso le sonó a
Annika a una rotunda acusación y no era justo porque ella no hizo nada malo
- ¿Me estas acusando? – pregunto ofendida achicando los ojos sorprendida
por la insinuación de Fedor
- Es que tu fuiste quien trajo la movilidad pues – contesto en cambio su madre, robándole las palabras
a su marido
- Pues siento decepcionarlos, pero no fui yo, fue su “dulce”
Pankarita – respondió Annika
entrecomillando la palabra dulce con total sarcasmo
- ¿Como puedes acusar de esa manera a tu hermanita? –
pregunto su padre
asombrado por la supuesta osadía de su hija, sin saber si enojarse con ella o
reírse – ella no sabe ni siquiera cual es la
llave del carro – era obvio que exageraba la inocencia de su
inocente paloma
- ¡Oh… vamos papá!, Pankarita siempre saca la
camioneta cuando ustedes están de viaje y da vueltas por el pueblo, y ahora ¿me
vas a decir que no sabes nada de eso? – respondió Annika mientras Florencia le regalo una
mirada acusadora a su consorte, pues muchas veces discutieron sobre eso, es que
Fedor prácticamente le dio permiso a la niña para “manejar un poquito” dentro
de la hacienda, yendo en contra de los deseos de su esposa pese incluso a la
amenaza que ella hizo… – pero eso no importa,
es hora de vayan a la comisaría y se enteren del resto – agrego
toda fresca como si hablara del clima, sacando a su madre de sus pensamientos
- ¿Cómo que a la comisaría? – Florencia se giró y retuvo a Annika del brazo,
exigiendo una explicación, pero nada le preparó para la respuesta de la chica
- Mamá, Pankarita se fue a una fiesta con su noviecito y su hermano y luego saco la movilidad…
Y termino
contándoles todo lo que había sucedido sin negar su participación activa, ¡todo
un detalle de su parte!, una cualidad que su padre siempre admiraba de su hija;
es que no importaba el gran conflicto o el terrible error que cometiera, ella
siempre decía la verdad sin adornos, y esta vez no fue la excepción.
- Pero ¿cómo pudiste hacer eso? – y ahora sí, la voz de su padre sonaba no solo
enojada sino decepcionada y Annika se dio cuenta de ello de forma inmediata – ¡dejar! que la policía se lleve a tu hermana y encima
dejarla sola ahí en la comisaría – le cuestionó – nunca imagine que hagas una maldad como esa a tu
hermanita, ¡NO! Tu – declaro contundente
- ¿Maldad? – Annika se sintió sorprendida y dolida por dicha
acusación, pero sin dejarse amilanar por el semblante adusto y enojado de su
padre contesto muy confiada de si misma pero sobre todo convencida de que en
este caso tomó la decisión acertada – más
bien le hice y les hice un favor a ambos – aseguro mirando muy
seria a sus padres – por lo menos así
aprenderá que no siempre puede salirse con la suya todo el tiempo y que hay
consecuencias, sino en la casa en la calle
- ¿Estas insinuando que no sabemos educar a nuestra
hija? – pregunto su madre
perpleja por la dureza de aquellas palabras
- Yo no dije eso, fuiste tu – Annika levanto las manos como siempre torciendo las
intenciones jugando con las palabras
- Niki, ¿estás consciente de que nos estas acusando
injustamente? – se defendió su
padre usando aquel apelativo que solía usar Yanina cuando eran pequeñas
- No te acuso papá, solo digo que… – iba a exponer su punto de vista, pero su madre la
interrumpió enojada
- ¡Que NO le diremos nada! – acabo su madre por ella, se la notaba enfadada – estas insinuando que no le diremos nada – aclaro
molesta ante el gesto que hizo su hija, pensando que Annika la estaba empaquetando
junto a su marido, cuando en realidad ella estaba empezando a hartarse de la
actitud temeraria de su hija menor, que según su parecer era culpa de los
gemelos
- ¿Y no es cierto? – al final Annika confirmo sus dudas, haciendo que
sus padres se sientan incomodos, por lo que Nika maldijo mentalmente esa forma
suya tan cruda de decir o hacer las cosas sin tomar en cuenta cómo afectaría
eso al resto de la gente
- ¡OH, por Dios!, Nika… no te pases – respondió papá
- Pues lo siento si estás enojado papá, pero alguien
tenía que ponerle un freno a mi hermana – respondió ella cruzándose de brazos – ella siempre hace lo que le da la gana y ustedes la
festejan
- No, no, no, ¡eso sí que NO, señorita!, a mí no me metas en el mismo saco que tu padre
- No lo niegues mamá, yo nunca te veo decirle algo a
Pnakarita – y su madre cambio
de expresión a lo que Nika se apuró a decir –
por lo menos algo más allá de “pórtate bien”
- Si no le digo nada no es porque no quiera, sino
porque el cabezotas de tu padre se mete y me desautoriza delante de ella – se quejó avergonzando a su marido
- Bueno ya, eso no importa, estamos perdiendo el
tiempo hablando demás y haciendo acusaciones falsas – el padre de Annika sabía cuándo hacer el quite a lo
torero y este era un buen momento, así que decidió evadir no solo las palabras
de su esposa sino los ojos inquisidores de su hija, y que mejor que ir a buscar
a su último retoño – hay que buscar a tu
hermana, la pobrecita estará sola y asustada “encarcelada” – agrego
con un todo acusador que era evidente hasta para un sordo y no contento con
ello se giró para mirar a su hija y volver a acusarla verbalmente – ¡en serio Nika!, no puedo creerlo, ¿cómo pudiste hacer
semejante cosa? – y salió a la calle en busca de un taxi,
después de todo estaba sin carro
- ¡Que no está encarcelada! – ¡por Dios que drama!, pensaba Nika siguiendo a su
padre, pero insistiendo – esta con Oscar
papá, en una sala de espera y tampoco está sola como dices, que “la pobrecita”
esta con su noviecito y su clon – para Nika estaba más que
claro, papá tenía una gran debilidad por Pankarita
- AJ, ¡cuando no! – y ahí estaba, Fedor acababa de encontrar un
culpable para los descalabros de su ultimo retoño, no tanto porque la crea una
inocente paloma, sino alivianar su consciencia, porque quiera o no, Nika tenía
parte de razón, a veces era fácil hacerse de la vista gorda – seguro esos trúhanes hicieron el trabajo sucio y convencieron a tu hermana de sacar el
carro, pero voy a hablar seriamente con Rubén – aseguro
enfadándose cada vez más, imaginando todo el escenario
- Sí, ¿no ve?, los pedales, la caja de cambios y el
manubrio están en el asiento de atrás – murmuro Annika sin poder evitar al sarcasmo
- ¿Estas siendo sarcástica conmigo? – pregunto Fedor con irritante calma y una mirada que
a su hija se le hizo venenosa por lo que se apuró a discutir
- ¡Papá!, el flaco que anda colgado de Pankarita… Lex
- Alexander – corrigió su mamá, que para Florencia no había cosa
más fea que hablar de la gente y no llamarla con sus nombres cristianos
- Si, sí… el mismo, Alexander Hansen – agrego para complacencia de su madre – el tonto esta tan enamorado, que no dudo de echarse la
culpa de todo cuando vino Oscar con tal de salvar a la pendeja de mi hermana…
- ¡Annika! – Fedor y Florencia querían condenarse
- ¡¿Qué?!, si es cierto
- Que modales son esos, muchacha – reclamo su madre
- ¡Oh vamos! No se pasen de santurrones, además no
digo otra cosa que la verdad, él se echó la culpa de todo estando sentado atrás
con el cinturón de seguridad enganchado mientras tu adorada hijita estaba en el
volante – explico muy enojada
– y solo por eso iba a desistir que Oscar se los
lleve en la patrulla, pero Pankarita no dejaba de gritar y hacer un escándalo
gritándome “traidora”, cuando fue ella la que pisó el acelerador en retro para
estrellarse con la barda del frente, cosa que por cierto seguro vas a tener que
pagar – agrego mirando a su padre como si fuera la guinda del
pastel
- ¿Y tú no dijiste nada cuando se llevo el carro? – pregunto su madre con sospecha, eso no le cuadraba
a ella
- Sacaron el carro empujando mientras yo estaba dormida
- ¡Ves!... ¡ves!, lo hicieron ese par de trúhanes – Fedor no iba a dejar pasar la oportunidad para
limpiar la imagen de su hija menor
- ¡Instados por ella papá! – a esas alturas Annika estaba frustrada, casi
rindiéndose ante la ceguera de sus padres
- Eso tu no lo sabes – de nuevo Fedor salto a responder, tratando de
desarmar los argumentos de Nika, pero no conto con el enojo de Florencia
- Pero yo sí, porque Pankarita es capaz de eso y de
cualquier cosa con tal de divertirse – dijo ella, pensando en que ya había advertido a su pequeño
retoño que deje de pasarse de viva – y se lo
he advertido, porque no es la primera vez que saca el carro sin MI permiso – dijo
queriendo dejar en claro que ella también contaba a la hora de poner reglas
– ahora ¡muévete! que vamos a arreglar eso de una
buena vez – le dijo instándolo a salir cogiendo su cartera
nuevamente, pero sin dejar de amenazar – ¡AH!,
pero te advierto Fedor, voy a darle una paliza a tu consentida y más vale que
te hagas de la vista gorda como sueles hacer todas las veces que te digo que la
corrijas, por que si te metes voy a estamparte la escoba en la cabeza – aquellas
palabras dejaron a Annika muy sorprendida y no pudo evitar mirar de reojo y ver
la reacción de su padre que para colmo era comiquísima, y de no ser por la
seriedad de su madre, ella hubiera reído de buena gana
Tras aquello
Florencia abrió la puerta y salió a la calle hirviendo de enojo, un enojo que
empeoró cuando estando fuera de la casa pudo de ver de pleno y con la claridad
de la mente despejada del alcohol, todo el estropicio causado por el choque a
la barda del vecino, un detallito que iba a costar un buen montón de dinero.
- Annika, hija… será mejor que bajemos y hablemos con
Oscar para sacar a tu hermana – murmuro Fedor, una vez que llegaron a la comisaria, soltando su
cinturón de seguridad, pero dirigiendo ya no más su atención al taxista,
tratando de evitar la mirada de su enfadada esposa – ¿será que usted puede esperarnos un momento, no tardamos nada, la
dama se quedará porque volvemos ya no más – agrego dando a
entender que Florencia se quedaría en la movilidad mientras el solucionaba los líos
de su pequeña
- ¡No señor!, yo no me quedo – declaro Florencia –
¿cuánto es por su servicio?, o mejor quédese con el cambio – agrego
en cambio abriendo su cartera sin siquiera esperar respuesta por parte del
taxista, alcanzándole un billete de 50 para disgusto de su marido
- ¡Florencia! – exclamo Fedor desesperado por la actitud de su
esposa – no hay necesidad de que…
- No quiero excusas Fedor, voy a entrar y se acabó – respondió en todo caso ella, decidida y enojada, dejando
que su hija la escolte a la estación
Y así, sin más opción Fedor siguió a su esposa hasta el interior de la comisaria, donde Oscar lidiaba con el dilema de dejar dormir un poco más o despertar a los gemelos y a la dulce hermanita de la chica de sus sueños y llevarlos a casa con solo una amonestación, total, por la discusión que sostuvo aquel trío, él estaba enterado de que los padres de todos ellos estaban en una fiesta, y si esta hubiese concluido ya, lo mas seguro es que estarían muy mareados o a lo sumo acostándose si es que no estaban roncando ya, por lo que llevarlos a casa no sería tan malo y nadie saldría perdiendo porque nadie puso una denuncia sobre el choque ni por desaparición de los menores.
Pero la visita de
los padres de la Pankarita cambiaba el panorama, y a Oscar no le quedo otra que
contarles lo sucedido sin omitir nada, coincidiendo con el relato de Annika,
calmando además el temor de Fedor de que aquel incidente afecte de alguna
manera a su hija menor, quedándose más tranquilo cuando Oscar le aseguro que no
se presentaron cargos y que los tres muchachos estaban ahí como invitados no
deseados y solo para complacer a Annika de darles un susto, que de todos modos
él iba a llevarlos a casa en unos minutos más… declaración que Annika vio por
demás y se lo hizo saber, torciéndole la desde ya desdeñosa mirada para pena
del pobre hombre.
Detalle que pasó desapercibido para ambos padres, quien estaban más bien atentos a los sutiles movimientos que hacía Pankarita tumbada en uno de los sillones profundamente dormida, lo mismo que los gemelos desparramados al otro lado, ocupando un par de sillas; sueño que ocasionaron reacciones muy opuestas entre sí, mientras Fedor suspiraba tranquilo de que aquello no pase a mayores, Florencia iba alimentando más y más su enojo, pues considerada que no era posible que su hija duerma a pierna suelta después de lo sucedido, ¡era el colmo!.
- No se preocupe señor – había murmurado Oscar, alzando y volviendo a poner
papeles y lapiceros de su escritorio, obviamente muy nervioso de dar una buena
impresión a los que quería fueran sus suegros a futuro – no se presentó ningún cargo formal; si bien los vecinos
salieron a ver lo sucedido, se quedaron conformes cuando los traje en la
patrulla, y estoy seguro que los chicos aprendieron la lección
Aseguro antes de
pararse para ir a despertar a los muchachos sin esperar respuesta de parte de
los padres de su amor platónico, percibiendo que su casi suegra parecía
endiablada del enojo, vamos que se puso roja de rabia cuando vio a Pankarita
dormir apoyando su cabeza en el hombro de Alexander que también estaba
profundamente dormido, si incluso roncaba a diferencia de su hermano que
cabeceaba enojado con Pankarita, con Annika y con Oscar, pero sobre todo con el
tonto de su hermano.
- ¡Hey, muchachos!, hora de levantarse – murmuro Omar apoyando la palma sobre el hombro de
ambos chicos, logrando despertar milagrosamente a Lex sin inconvenientes, cosa
que no sucedió con Pankarita, enervando a su madre porque la niña en cambio se
deslizo completamente en el sillón –
Pankarita, hora de irse a casa, despierta – Oscar sacudió suavemente el hombro de la chica
sin éxito, pues ella estaba perdida en el cansancio que llevaba tras un día
cargado de retos y osadías, y lo único que hizo fue girarse sobre su costado y
seguir durmiendo como si estuviera en su propia cama, mientras y menos mal,
Alexander se deslizo del sofá poniendo un almohadón en su lugar para que su gran
amor apoye su rizada cabeza en ella y no en su regazo como seguro hubiera sucedido de quedarse
sentado – por favor
bonita… colabora – agrego volviendo a sacudirla muy suavemente,
como si sacudiera a un bebé, y todo por evitar ser mal juzgado por parte de los
padres de la niña
- Un ratito más – murmuro en cambio ella, acomodando sus manos juntas
debajo de su rostro en gesto angelical
- ¡Pankarita, en serio!, es hora de ir a casa – insistió Oscar, desesperado elevando un poco la voz
y por primera vez obteniendo algo de atención por parte de la muchacha
- Pero que pesado, solo un ratito – balbuceo, mirando fijamente a Oscar; cualquiera
hubiera pensado que ella estaba con todos los sentidos alertas, pero verla tumbarse
de lado y enroscarse como un caracol sobre su lado, daba fe que la chica ni
siquiera se percató de su entorno
- No, no, despierta, vinieron por ti Pankarita, no
puedes quedarte más tiempo en la comisaría – y fue decir aquello para que Pankarita recuerde
todo lo que había sucedido y la traición de su hermana
- Así que la tonta de Annika decidió entrar en razón
– contesto desdeñosa,
bostezando y estirándose como un felino sin darse cuenta de que su madre se
abalanzaba sobre ella muy enojada
- La única que aquí necesita entrar en razón eres tú,
¡mocosa de mierda! – declaró jalándole
del pelo dejándola toda despeinada
Y antes de que nadie pueda pestañar siquiera, coloco a Pankarita sobre su regazo como en los viejos tiempos, y como en los viejos tiempos también, la inmovilizó de pies y manos solo que esta vez al no contar con su infalible cuchara de madera, cogió lo primero que a su parecer tendría el mismo efecto, una vieja regla escolar del escritorio de Oscar, la cual no tardo en estamparse en el bonito trasero de la niña a vista y paciencia de todos, atacando con aquel pequeño trozo de madera, no solo la pálida piel de las nalgas escondidas tras la delgada tela del pantaloncillo corto que vestía, sino también sobre la desnudez de las largas piernas que cambiaron rapidamente de un pálido tono a un rojo violento.
Ante semejante espectáculo y los gritos de la chica en agonía, Alexander sorprendido primero y temeroso después, desvió la mirada del trasero de su novia al rostro de su cuñada sosteniéndole la mirada avergonzado, como disculpándose por estar ahí siendo testigo del humillante momento protagonizado por su chica, paralizado en el sillón sin hacer el mínimo intento de moverse, no por morbo sino por miedo a que Florencia deje a Pankarita y se abalance sobre él cobrando justicia; en cambio Iván que minutos antes no dejaba de despotricar mentalmente su suerte, maldiciendo el momento en que se dejó convencer para salir e imaginando todo tipo de escenarios donde se vengaba de su hermano y de su loca novia, de pronto era testigo de lo que seguro Pankarita catalogaría como el más humillante momento de toda su vida, admitiendo al mismo tiempo que ni en sus más retorcidos pensamientos y sentimientos de venganza imagino que el destino le conceda tal gracia, de ver a su imaginaria enemiga, siendo reducida a un manojo de llanto, gritos y mocos chorreando lo mismo que sus lágrimas producto de una buena paliza a la vieja usanza, por lo que convencido de que esto era la respuesta del destino a sus oraciones y pedidos de justicia divina, con descaro apenas disimulado poso sus ojo a las nalgas de su cuñada para no perder el detalle de los golpes que caían, unos más feroces que otros a tal punto que en ocasiones él mismo dibujaba una mueca de disgusto en los labios empático con la experiencia del dolor, pero nunca una sonrisa ante la desgracia ajena… si ya sabría él como de horrible era ser castigado en público.
- La única que aquí necesita entrar en razón eres tú,
¡mocosa de mierda! – declaró Florencia
jalándo el pelo de Pankarita como si girara furiosamente una manivela,
dejándola toda despeinada e inicialmente muda del susto, es que la niña nunca
imagino que su madre apareciera en la comisaría, así que lo más lógico fue
pensar que su hermana le fuera con el chisme
- ¡Maldita CHISMOOOSA! – chillo sacando a voz en cuello su enojo dirigido
hacia su hermana, parándose como un felino dispuesta a increpar a Annika, y
esito fue todo, su madre la tumbo sobre sus piernas y le estampo el primer
reglazo de todos aquellos que lloverían a raudos
- CLAAAPPP – retumbo la piel golpeada magnificando su eco en las
desnudas paredes de aquella comisaría, sorprendiendo a propios y ajenos,
arrancando de inmediato el primer quejido de todos también
- AUUU – grito Pankarita levantando la vista girando su
cabeza para ver que fue eso, horrorizándose por dos eventos, primero la maldita
regla en manos de su madre y segundo, toparse con los ojos desorbitados de
Alexander y los divertidos de Iván, cayendo en cuenta en la peor de sus
pesadillas, iba a recibir una paliza ahí delante del hombre de sus sueños y de
su copia fiel – PAPAAAAA – demando
entonces, simplificando en esa frase el auxilio que requería de su parte,
auxilio que no se hizo esperar
- ¡FLORENCIA! – grito Fedor acercándose a su enloquecida esposa,
tratando de quitarle a Pankarita de las manos, pero Florencia se paro como un
muro colocando a su hija lejos del alcance de su marido a quien apunto con la
regla, deslenguándose ya no más
- MIERDA FEDOR, NI TE METÁS, PORQUE SOY CAPAZ DE
SACARTE LA MIERDA A TI TAMBIÉN POR CONSENTIDOR – amenazo, haciendo a Fedor retroceder de vergüenza,
nunca antes su esposa se comportó así, al parecer aun había misterios que
desenterrar del carácter de su casi siempre dulce mujer – Y TU, MOCOSA TONTA – esta vez la
diatriba iba en contra de Pankarita a quien volvió a poner sobre suS rodillas
pese a su resistencia
- Nooo nooo NO QUIERO, NO QUIEEERO, MMAAAAMI, POR
FAVOOOR, MAAAMI – rogaba, a Pankarita
el orgullo la olvidó apenas vio la regla en las manos de su madre, y no
importaba que nadie la viera en los trotes de rogar, jurar y perjurar ser una
niña buena – NO LO VUELVO A HACER, EN
SEEERIO, EN SERIO…. PAAAAPI, DIIIILE, DILE POR FAVOR
- ME IMPORTA UN BLEDO SI QUERES O NO, Y DESDE YA TE DIGO
NO HAY PAPÁ QUE SE TENGA ESTA VEZ – le aseguro Florencia a su hija, estampando
horribles reglazos sobre vestido trasero, algo que si Pankarita era inteligente
debía agradecer – EL NO CLAAP CLAAAP VA A claaap claap CLAAAP VENIR
A CLAAP claap CLAAAP SALVARTE claap CLAAAP PORQUE claap claaap ESTA VEZ claap CLAAAP TE HAS
PASADO claap CLAAAP claap CLAAAP MIL PUEBLOS claap claaap MOCOSA ENGREIDA claap CLAAAP
claap CLAAAP claap – y los reglazos llovían sobre piel no
trabajada, doliendo horrores, porque mamá estaba poniendo todo el veneno que pudiera
en esta acción, decidida a cortar las andadas chuecas de su niña
- ¡FLORENCIA! – Fedor reaccionó por fin, saliendo de la perplejidad
que aquella amenaza a su persona supuso y para Annika también – ¡¿qué estás haciendo?!, ¡¿te has vuelto loca?! – interrogó
acercándose a su esposa con el afán de arrebatarle a la niña de sus ojos no importa cómo, pero se frenó en seco ante la
mirada enojada de su esposa, comprendiendo que no era prudente desautorizarla
en estos momentos
- ¿Qué que estoy haciendo?; claap claaap clap – y la regla se estampo sobre el trasero de su hija
mientras respondía enojada – pues darle una
paliza a esta mocosa de mierda – en su tono de voz se notada que
Florencia estaba decidida a escarmentar a la menor de sus hijas, ya estaba bien
de sus desmanes pensaba para sí, mirando enojada a su marido a quien echaba
gran parte de culpa – y NI TE METAS Fedor que
TÚ TIENES LA CULPA para que ella haga lo que le venga en gana CLAP CLAP CLAP – y
con eso dio por inaugurado el más vergonzoso capítulo de la vida de su hija,
quien empezó a llorar y gritar, primero por indignación y vergüenza y luego de
puro dolor y arrepentimiento
- NO, NO noo, ohhhh ooowww YAAAA YAAA MAAA, YAAA AGUUU AUUUG GGGGRRR
- claap CLAAAP claap CLAAAP claap CLAAAP claap CLAAAP claap CLAAAP claap claaap claap CLAAAP claap CLAP claap CLAAP claap CLAAAP claap CLAAP claap CLAAAP
- ahhhhhhahhhh YAAAAA – y esta vez Pankarita se rindió sobre las rodillas
de su madre, la pequeña quedo un manojo de carne ablandada y un rio de mocos y
lágrimas
- Vamos papá – murmuro Annika jalando suavemente a su padre para
que desista de su intento de salvar a su pequeño demonio
- ¡Estarás contenta! – la acuso Fedor, redirigiendo su enojo a su hija
mayor, frustrado por las acciones de su esposa y muy picado por las palabras de
Florencia, quien no dudo en culparlo de las acciones de Pankarita
- SI claro, estoy gozando de sus gritos, ¿verdad
Iván? – a su vez dirigió su
acusación y frustración a los gemelos, ese par ante sus ojos también merecía
una buena paliza, pensó mirando a los gemelos obligándolos a retirarse de aquel
privilegiado lugar a riesgo de recibir el reproche de la suegra o el golpe de
la regla
Mientras tanto en
medios de los gritos exagerados de Pankarita y los sermones de Florencia, Oscar
decidió obedecer a uno de sus colegas y llamar de inmediato a Rubén para que
venga a recoger a sus hijos, a estas alturas ya no estaba dispuesto a lidiar
con un puñado de revoltosos adolescentes….
Que bueno que regresaras Marambra.
ResponderEliminarY que sorpresa el capitulo, al parecer la novia de Lex se llevó su merecido.
Por favor escribe de ellos, quiero saber como están y que hará su padre.
Saludos .
Sofia
Bueno pero que sorpresa nunca me habia divertido tanto leyendo un relato, a Pankarita le tocó está vez por mal caminada jajajaja necesitamos actualización me encanto un beso querida.
ResponderEliminarCom uma irmã como Annika ninguem precisa de inimigo. Merecia ao menos uns tapas por desrespeito. Mas e muito bom que continue suas historias. Passarei aqui diariamente para ver se ja chegou o proximo capitulo. Obrigada por voltar.
ResponderEliminarTraducción por fa.
EliminarDescupe mandei a mensagem e nao me indentifiquei sou Jane Brasil.
ResponderEliminarHola Marambra, que bueno que volviste, y pues que bien leer que le dan su merecido a la tal Pankarita esa, que ya me cayó mal lo siento pero tenía que decirlo, demasiado consentida la tiene su papa alcahuete🙄, que bueno que Annika la puso en evidencia, ya con eso para mi, ella se libra de los azotes que le pudieron tocar si hubiera actuado de encubridora, sabes que yo no me hago líos con las cosas y creo que su madre debió haber sido más dura con pankarita, tipo que le de su pela a cola pelada (sabes que si no le bajan la ropa a un personaje de este tipo, siento que no los han castigado y creo que una buena tunda siempre debe ser a culo visto, más cuando son grandotes como ella y más todavía por anda de descarada😡😅😂🤣 y además a mi me gusta el spanking otk ( ósea sobre las rodillas) de pie o sobre algo, que le bajen la arrogancia que se carga, pa que respete y aprenda que no tiene que venir a culpar a otros de sus metidas de pata, tiene que hacerse responsable y además una buena cuera le esta haciendo falta o mínimo la alpargata (zapatilla de esparto) pero reció y directo al culo cada tortazo. Jaja sería lo mejor y de verdad merecidísimo porque lo que ha hecho no ha sido una pequeña cosa. Me fascinó que Iván tuviera su beneficio al ver todo el castigo de su cuñada 😆😁😅😂🤣 y Lex que no sea tan pendejo y no se ande echando la culpa todo el tiempo por esa mimada.
ResponderEliminarTambién pido que le bajen los calzones a Pankarita, que le bajen los humos, que no te tiemble la mano Marambra que bien que no te tiembla para castigar a mis gemelitos.
ResponderEliminarMarambra me encanta que regresaras
ResponderEliminar