jueves, 28 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 116; Autora Marambra

Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 28 de Abril del 2016
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Capítulo 116
Un viaje a las estrellas
Autora: Marambra
Iván se despertó alicaído, apenas pudo conciliar el sueño por estar casi toda la noche, que fue la impresión suya de estar posado sobre la taza del baño a causa del endemoniado vómito que le dio y del cual prefirió no hacer saber a nadie  sobre todo tras lo que había sucedido, aun no daba crédito a su brillante y nefasta actuación, lo último que recordaba era salir con su gemelo e Illien en plan chicos manual de los cortapalos en horas de la tarde tras un largo, largo, larguísimo ruego a papá para que los deje ir a la feria aquella, pero en realidad no hicieron eso, Lex convenció a Iván ser su tapadera y le pago los servicios con entradas al teatro y con su juego de play, ya que papá no volvió a comprar aquel disparate como solía llamar al improductivo aparatejo.
Total a Lex ni le iba ni venia el juego tonto aquel, ya que tenía otro vicio adictivo y no era la electrónica precisamente, bueno lo era pero en forma de guitarra y micrófono; pero en este meollo no solo fue Iván el que se dejo convencer o mejor dicho comprar, sino que involucraron a Illien ambos que tras las escuetas y fantasiosas explicaciones de los gemelos sobre esto es de vida o muerte chango, sino nos ayudas estamos jo,  intervino por ellos, había puesto sus manos al fuego por ambos y estaba por verse si tras explotar la olla de grillos los gemelos estaban dispuestos a poner no solo las manos sino el trasero por él, porque Illien desde el momento que dijo SI, condeno a su culito a una buena tanda de azotes y el enojo de Rubén sobreañadido que para el muchacho constituía la muerte misma; pero ahora mismo este mocoso no tenía ni puta idea de donde estaba Illien o su par, ni el mismo se daba cuenta de donde carajos estaba ahora, creyendo estar en el baño de su alcoba….sí, buena la había hecho, tanto así que había perdido la noción del tiempo, espacio y persona….
Solo recordaba el beso endoscópico a Marcela, vaya, aquel beso traspaso las fronteras de lo decente, había iniciado a lengüetazos parecían dos fierecillas carnívoras que se espantaban las moscas del morro tras saciar su sanguinaria y peculiar hambre, pero en vez de ir en minuendo la temperatura ascendía gradualmente, de tal forma que los presentes allá mismo empezaban a hacerse a un lado y formar un círculo alrededor, si, era un espectáculo como el mejor; de los lengüetazos se paso a los mordiscos pequeños como picadas de colibrí a los cálices de las flores robando el dulce néctar para degenerar luego en una succión de sanguijuelas mutantes a las que extrañamente les salió tentáculos y sus brazos y piernas se iban enredando en el ajeno cuerpo intercalando diestras y siniestras hasta hacerse un ovillo de baba.
Parecía que el mundo girara a su alrededor, eran el sol mismo, el corazón de ambos latía a mil por hora, la adrenalina estaba haciendo estragos en sus venas, la respiración cambio de calmada a una alocada total y su frecuencia se acelero sobre las 24 por minuto, sus narinas se abrían y cerraban a un compas frenético, alucinante totalmente abrumador, adictivo incluso, envidiable; si no se contagiaban la enfermedad del beso sería un milagro a toda regla… sí, aquel beso fue tanto o igual de llamativo como lo fue el debut musical de Lex sobre las plataformas esas que ahora le daban la atención total, y las luces que brillaron sobre el éxito se posaron sobre su rubia cabeza envolviéndolo con el frio brillo del neón aquel.
Contra todo pronóstico Lex había ganado el concurso lanzado por la alcaldía al que estaba expresamente prohibido asistir por estar castigado, pero Lex era Lex, era un líder nato, su abuelo lo había dicho y afirmado con férrea voluntad a manera de  consuelo tras la azotaina que le dio por el lio de bandas no musicales precisamente, pero donde Lex había afinado la voz y elevo decibeles vocales hasta alcanzar todas las notas sostenidas del pentagrama, aguantando la respiración a manera de ejercitar el diafragma y cualquier docto en música que lo hubiera oído hubiese jurado que todo fue casi a capela de no ser por las monótonas notas no tan musicales que Rubén repartía sobre su desnudo trasero con aquella amada correa y cuyo doloroso y colorido recuerdo ahora parecía desechado sin remordimiento alguno en el más ominoso olvido y habían pasado recién 10 días del hecho aquel donde un montón de situaciones se presentaron en la vida de ambos muchachos, situaciones que marcarían para siempre sus vidas y cuyo planteamiento de bueno o malo, seria dado por ellos a los largo de los años.
Aquella noche los gemidos de Lex y sus gritos  se habían filtrado en los dormidos oídos de Iván y se habían confundido con los suyos propios mientras dormía, al parecer estaba en esa fase REM del sueño donde las ilusiones auditivas o visuales parecen ser tan reales que no puedes distinguirlas objetivamente entre si se trata de un sueño o es la realidad, tanto así que crees estar despierto en vez de dormido, pero logro despertarse y darse cuenta que no era su boca la que lloraba sino la de su hermano, salió en total sigilo de su habitación y pego el oído suyo a la puerta para enterarse más o menos de que iba la cosa hasta que se pego un susto de muerte cuando la mano fría de su madre se poso sobre su hombro y le recrimino con la mirada diciendo apenas.

  • Nunca te he tomado por un mirón – elevo el índice y frunció el ceño – y espero que esto no sea más que una simple coincidencia de que te tropezaste al ir al corredor – y le alcanzo la mano para incorporarse
  • Ma, yooo – contesto avergonzado, torpe y rojo ante aquella sutil insinuación, confundido ante los gritos de su padre en Alemán, al parecer estaba dando a Lex una lección de historia en su lengua mater… lo único coherente que entendía era algo así como ¿te gusta jugar a los nazis?, y el correazo en el trasero que precedía al grito
  • Shuuu, vuelve a la cama Iván tu padre esta cabreado hasta el gorro, y no quiero que dirija otra sinfonía pero en tu poto, así que mejor ve a la cama amor – mamá al final había borrado todo el enojo de su rostro y le sonrió lánguidamente y lo llevo de regreso a su alcoba – o ¿no fue suficiente lo de esta tarde?  – y lo arropo, abrazo, beso y mimo como hubiese querido hacer ese momento con Lex
  • ¿Qué paso? – pregunto tímidamente mientras un bostezo se adueñaba de su boca
  • Tu hermano se mando una grande y estuvimos hasta hace casi una hora en la defensoría del menor no pudo con la tentación de agarrar las orejitas del niño y besarle la mollera y cerrar los ojos y acariciar el pelo suave pero con la mejilla – se ha faltado a clases toda la semana y se enredo a golpes con otros muchachos y ocasiono tremendos destrozos y querían enviarlo de cabeza a un centro de reclusión disciplinaria, en fin, ahora pues papá – hizo un mohín con la boca mientras justamente un grito de dolor se escapo de la boca de Lex
  • Papá está ajustando cuentas – agrego suspirando
  • Si – lo metió a la cama y lo arropo para dormir – duerme cariño ¿si?.... –  le contesto fatigada, desesperada de que Rubén deje de gritar

Pero aquella noche su liviano sueño no solo fue interrumpido por los gemidos dolorosos de su hermano sino más tarde sobre las 3 de la mañana por otros más que también procedían de aquel recinto pero eran extrañamente de placer, y sus pasos sutiles como aleteos de elfos lo condujeron entre los objetos desperdigados en aquel largo pasillo como obstáculos de un juego a vencer o de un laberinto y se detuvo frente a la meta: el entreabierto umbral de la puerta de Lex que no estaba solo, en su habitación estaba con una mujer…… Marcela????, la osada muchacha había trepado la tapia usando como siempre la escalera y estaba encaramada sobre su clon y le besaba los rojos ojos y mordía la boca y de pronto sus brazos se alzaron y voló a un rincón del cuarto aquel, el ceñido top rojo que a aquella bruja le quedaba como a la otra: Raquel, simplemente infernal…. Ambas eran unas réplica de chinas supay (mujeres del diablo) tostadas en el fuego del infierno de donde arrebataron la lujuria a Satanás guardándolas en aquellas ancas morenas y redondas, carnosas y apetecibles como manzanas maduras lista para morder… las mierdas esas estaban hechas de pura tentación, por lo menos para él.
Y sin sentir absolutamente nada, vacío como estaba, plano de emociones como dopado, lobotomisado como se sentía y encontraba se encamino a su habitación tumbando sobre su almohada a su golpeado cerebro de realidad como un combo que dolió la nuca y cuyo contragolpe reventó la razón y obnubilo los sentimientos borrando la fina frontera entre el amor y el odio, no solo hacia ella sino también hacia su hermano, sus ojos se velaron entre el sueño y la vigilia al final cayo rendido y derrotado, que hacer?......... por ahora nada, aun cuando quiso gritar su dolor no podía, no podía decirle a su padre que la vio con Lex, eso era traicionar a su hermano y tener que admitir que papá  tenía toda la razón, y ahora estaba ahí frete a la cruda verdad, no era el que quizás ella hacía lo mismo que con él pero con Lex, sino que lo hacía, y que el prohibirle verla no era proteger a Lex, era protegerlo a él.
Por ese fino detalle, de guardarse las apariencias y salvaguardar a su pobre vapuleado orgullo, no podía decirle nada a papá aun cuando el gusanillo de la venganza pedía una revancha, porque si lo pensaba bien, fríamente, calculadoramente el solo abrir la boca y dejar caer la bomba aquella no era  acaso la mejor venganza? Vender al hermano como a Jesús, Judas?, y quedarse con las 20 monedas de plata?, en este caso 20 besos donde quisiera?, 20 toqueteos donde pudiera? pero no lo hizo, y no porque no podía, sino porque no quería: SÍ pudo, y NO quiso simple como eso; y una y mil veces aquellos 10 días se pregunto lo mismo…¿por qué? No lo sabía, o más bien negaba saberlo, en realidad no quería escudriñar la respuesta en su mente… era el rescoldo de la honorabilidad que aun iluminaba su corazón dañado, era ese algo que papá había hablado con él escuetamente porque entre una y otra cosa Rubén no pudo aunque quiso ser un pulpo con varias manos para consolar y castigar al mismo tiempo.
No era un monstruo bicéfalo para conversar cada cabeza con cada uno de sus hijos juntos o separados pero al mismo tiempo para que entraran en razón, Rubén cuando la situación ameritaba corregía rígidamente los malos pasos de los chicos y reforzaba la lección pero no fomentaba el olvido de aquel evento, aun cuando su política era borrón y cuenta nueva, aquello era una utopía míreselo por donde se lo mire pues en medio de sus palabras de perdón y consuelo lograba que los muchachos se den cuenta del porque estaban llorando ahora, del porque se habían ganado ese dolor en el trasero, porque su mano, la regla, la paleta, el cinturón, la varita de sauce o el simbao habían mordido el desnudo culete y una silenciosa voz en sus cerebros dictaminaba vez? Te lo dije, yo tenía la razón, pero en este caso los eventos se habían adelantado a los hechos, y en medio de esa agonía lacerante, de esa tristeza enfermiza que le sonrió de soslayo, de sus entrañas revivió un fuego casi o creído inocentemente extinto: Raquel, y se durmió marcando su número sin llegar a conversar, apagándolo siempre en el último minuto, pero no siempre fue así y de una tentación alocada cayo a otra más madura pero por propia voluntad
Y ahora estaba ahí con una bata blanca semidesnudo tirado en una limpia cama de hospital en una de las tantas salas de internación del nosocomio aquel que alguna vez había ido sea en plan visita, o en plan paciente, y ahora su hermano, que como él, compinche, tapadera, domino,  cómplice de los hechos suscitados apenas algunas horas atrás ignoraba que estaba intubado y conectado a un sinfín de vías de venoclisis transfundiendo líquidos para apurar su recuperación, el ruido que produjo su cuerpo al romper la tapa de porcelana de la caja de agua del baño había alertado a su padre que ingresaba con la cara descompuesta  y preocupado por saber que paso tras reunirse con el médico de guardia que atendió a ambos muchachos tras ser trasladados en una ambulancia y en un carro policial… y en un velado parpadeo logro vislumbrar el desesperado rostro de pronto envejecido de golpe de Rubén, que sin saber de dónde saco fuerzas y sin esperar que llegaran los paramédicos o enfermeros lo alzo como una pluma y lo acomodo en aquella cama donde se despertó horas más tarde con un horripilante dolor de cabeza.
Cuando abrió sus ojos y parpadeo intermitentemente a la par de la luz aquella que creía era del techo, sus pupilas  fueron dilatando o contrayendo su fina musculatura para regular la luz esa que se filtraba a su retina mientras su cristalino acomodaba la imagen que tenía en frente, no era el parpadeo de la luz del techo, era el médico que revisaba sus reflejos con una linterna y se dio cuenta al fin donde estaba, estaba internado con el reservado diagnóstico de: intoxicación etílica aguda, y de pronto como si la luz del flash ensayado de un show se tratara a su mente se derivaron a galope tendido todo lo vivido en menos de 24 horas siendo la principal hazaña acusar al agente de policía de gay y de estar coqueteando con él, de estar seduciéndolo… antes claro de caerse sobre su pecho y vomitarlo encima… pero no solo él recordó aquello sino también su par.
El espectacular beso de Lex con Marcela que no dejaba de mirarlo mientras endemoniadamente abría y cerraba sus ojos provocadoramente mientras se abrazaba y se dejaba arrinconar contra la pared por Lex que había hecho florecer su instinto salvaje lejos de los corrales de su padre, lejos del campo que amaba, del olor a hierba fresca recién segada, del sol que bañaba los rosales de su madre y se filtraba a su almohada, lejos del olor a cuero curtido de la silla que usaba pero con la misma hambre, con la misma ansia: montar, pero no un potro sino una yegua, la que tenía delante vestida con unos diminutos short de jeans y un top verde limón que resaltaban la suave curva de sus juveniles senos y la hacían brillar, aquella escena y el doloroso recuerdo de verla en la cama de su hermano lo envalentonaron y se parqueo en un embotellamiento de cerveza y otros infames tragos que circulaban en aquel tugurio a donde sus pies lo llevaron como el clon de la reciente estrella descubierta.
Las bandas todas incluso la vandálica de Lex pese a los problemas legales habían acordado festejar aquella noche y él, aun cuando su intensión fue ir a cantar y luego encontrarse con Iván y regresar juntos a casa con Illien las inicialmente tímidas intensiones quedaron en el olvido e Iván e Illien se vieron de pronto contagiados de aquel entusiasmo febril que Lex estaba experimentando al saberse ganador del concurso y claro Marcela puso sobre ruedas la osada picardía fémina como arma letal que neutralizo de un solo golpe a toda posible rival y se declaro novia del ganador patentando aquello con ese mortal beso que supuso a Iván la evisceración de sus entrañas todas para dar paso a la lúgubre sensación de pérdida total.
De ser un juguete, de ser un capricho tonto, de ser el sustituto, él vergonzoso amante que se esconde bajo la cama, el que está oculto prudentemente de las miradas que censuran, de las bocas que denigran, de los dedos que apuntan, y solo se saca cuando tienes un tiempito para jugar a solas, de pronto se sintió como seguro se sienten los juguetes sexuales, un michi sustituto de la potencia viril en su caso y de aquella hombría herida, una descarga eléctrica consumió su último rescoldo de razón y el automatismo de su mano y su boca le jugaron la mala pasada de alzar cada copa que circulaba en su delante y se abrió su tripa alcoholera que desconocía hasta donde podía ir y se tiro la mona del siglo
A partir de ahí, no supo que más había sucedido, el no recordaba nada, se borro su chip, pero todo aquello que sucedió y se olvido desde el momento en que la policía hizo su brillante incursión tras la denuncia de los vecinos fue documentado en un video, lo mismo que la prueba física de alcoholemia que más tarde fue mostrado a su padre y papá vio como su hijo sufrió una horrible transformación por el estado etílico de su persona, en alguna otra ocasión viendo como espectador ajeno, aquello hubiera generado la risa en conjunto y la cómica crítica, pero la verdad era que su hijo estaba protagonizando la forma más denigrante de volverse un verdadero idiota y hacer huevadas sin sentido, porque en aquel estado, la razón quedaba adormecida y el cuerpo era un simple juguete de la incoordinación y el embrutecimiento neuronal…
Y todo aquello quedo registrado en aquella cinta de video… primero la verborragia acelerada y las carcajadas, reía de  todo y nada, inicialmente ver a Marcela fundida en los brazos de su hermano lo llenaron de rabia, de desolación de tristeza, pero ante los primeros efectos del alcohol, esa tristeza se fue evaporando y se sustituyó el lacónico sentimiento por una hueca carcajada, todo le parecía gracioso y en verdad lo era, las alucinaciones visuales y auditivas hacían eco en su cerebro, mella en su persona, de pronto todo era color de rosa y se enfrasco en una charla ajena aprovechando la fisonomía suya y el que lo hayan confundido con la nueva estrella de la noche le dio su toque.
Eso ayudo a desinhibirse, a soltase la melena como se suele decir y desplego su encanto natural, obviamente pronto se vio rodeado de féminas que lo mimaban aun cuando lo que él quería era que Marcela lo mime a él, solo a él, pero como si el demonio hiciera la música se filtro a sus oídos y se vio jalado de la mano por su par y subió a la tarima aquella empujado por Lex y algo ocurrió,  empezó a cantar desnudando su voz ojala y papá y mamá los hubieran visto… canto él mientras Lex toco la guitarra, aquello fue realmente hermoso, pero su incursión en alas de la gloria duro poco porque estaba ido de bebida y casi, no podía estarse en pie mucho rato.
Después de aquello se enfrasco en una amena charla con un grupo aventurero de muchachos un poco mayores que él y díscolos que cantaban en un inglés muy parco y aquella fue la razón de ensartarse en un lio de mil pelotas, se le ocurrió corregir la pronunciación de uno de los vocalistas del grupo y este enfadado lo insulto pero Iván en su precario razonamiento termino imitando su torpe ingles y no solo eso, devolviendo el insulto idiomático que de pronto de bilingüe paso a trilingüe cuando al inglés y castellano añadió las muecas obscenas, gesticuladas con dedos,  manos y boca y finalmente los puñetes, menos mal no se le ocurrió abrir el pico en alemán y todo eso fue la razón de la redada aquella, el efecto domino que de un lio de dos se hizo tres, cuatro y de pronto cientos.
Pero había ocurrido algo más, su cerebro pesado, la sed que deshacía su boca y su lengua como el viento deshace las dunas de arena, se pegaba a su paladar y sus carrillos a sus dientes, no podía moverse ni un poquitito sin emitir un gemido de dolor y angustia, era como si algún infeliz torturara sus meninges clavando la punta de las ajugas en el lugar exacto para que al menor movimiento un dolor seco, pesado lo estremezca y viaje a todo su cuerpo, no quería ni abrir sus ojos por temor, pero no solo por temor a que aquel dolor de cabeza retorne de solo parpadear, sino del temor de ver a la cara a su padre que no se había movido de allá y del que se dio cuenta recién de que estaba sentado a su lado suspirando y metiendo aire ruidosamente a los pulmones rompiendo aquel silencio que reinaba y donde se podía incluso oír los pasos livianos de las enfermeras que caminaban como ninjas sobre huevos evitando romperlos y llamar la atención, y agudizo un poco más los oídos y se percato de un segundo ruido como un pitido constante, luego la puerta abrirse y varias voces filtrarse a su cerebro resbalando por el caracol de sus oídos… revelando algo perturbador.


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