Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 28 de Abril del 2016
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Capítulo 120
Contrapunteo amoroso…
Autora: Marambra
- ¿Alexander? – una voz extremadamente áspera rompió la calma que reinaba aquella madrugada en particular, y unos claros ojos indefinidos entre miel rubia y verdosas notas levantaron el telón de sus zarcas pestañas abriendo los párpados adormecidos para chocar con unos glaucos azules de aquel par de ojos tan impresionantemente similares, tan profundos, tan necios, tan hondos, tan oscuros, tan claros, tan humanos, tan animales, tan propios y tan ajenos como lo eran los ojos de su padre que ahora mismo dormían en sus cuencas ajenos a la escena que estaba desarrollándose ahí en el patio a tan tempranas horas de la mañana o eso creían ambos, e Iván dilatando sus pupilas a la suave luz que beso su rostro y sin pronunciar palabra alguna movió la cabeza negando la identidad para oír su propio nombre pronunciado con un eco tan inconfundiblemente extranjero – Iván? – e Iván simplemente asintió con la cabeza sin decir absolutamente nada, aquel hombre lo intimidaba, le daba miedo, curiosidad, asombro y vergüenza – espera no te vayas – le dijo en un castellano casi perfecto de no ser por el acento ante la huida inminente del muchacho, el no sabía cómo manejar aquello tras el incidente vivido noche antes cuando grito a su padre su supuesta hipocresía y Lex, pues Lex le calqué aquel puñetazo en la cara a una de las visitas de papá sin importarle que luego su madre se enoje con él y le dé una paliza y le exija una explicación que NO quisieron dar gritando que él que debía las explicaciones era papá, y éste simplemente guarde silencio y no haga ni mención del asunto y le dé lo mismo, pero eso era lo que creían ambos gemelos que echaron de cabeza a su padre al hielo
Pero
pese a la incomodidad que sabía el muchacho sentía, la
sonrisa triste y avejentada en una piel plagada de arrugas se dibujo en aquel
rostro que era la versión original y más antigua de papá, se trataba de Ludwig,
el bisabuelo de los gemelos y padre de Rubén, por azares del destino o por
designios de Dios se había presentado a las 8 de la noche en la puerta de la
hacienda junto a Almudena la cuñada, Ulrich su hermano y Franz su sobrino aquel
día que Rubén perdiera el partido de futbol de la Champions y vuelva a perder
el diferido por la inesperada visita… Iván se le quedo mirando una fracción de
segundos para volver a querer levantarse y la inmensa mano de su bisabuelo
atajo su huida, sentía que le debía a este muchacho y al otro niño una
explicación, la explicación que no querían oír de Rubén.
- Por favor Iván, no te vayas te debo una explicación – la voz de Ludwing era un ruego, pero la voz de su hijo a sus espaldas decidió el destino
- La explicación se la voy a dar yo – Rubén agarro a Iván del brazo que emprendía la escapada
- YO NO QUIERO OIR NADA DE LO QUE TENGAS QUE DECIR, NO ERES HONESTO, ERES UN HIPÓCRITA MENTIROSO… SUÉEEELTAMEEEE
- IVÁN POR FAVOR – grito Ludwig
- NOOOOO, NO VOY A OÍR NADA – se soltó de ambos y empujo a su padre cargado de justificada rabia y empezó a correr hacienda adentro camino al rio y hubiese seguido de no ser por la voz de mamá que lo freno en seco
- IVÁAAAN, papá te está hablando – lo cogió de la mano, había sentido a Rubén salir de la habitación apurado, noche antes hubo un escándalo en casa y los gemelos agredieron a su padre verbalmente y tras aquello ellos se encerraron en su alcoba y Rubén que estaba preparado para un quilombo mayor con Clara se sorprendió de la actitud que tomo cuando ella pues, simplemente lo abrazo y le dio un beso para luego acostarse y dormir como si nada hubiera pasado, esa calma era lo que le preocupaba, hubiese preferido la explosión, como la de Lex
- VAS A DEFENDERLO TODAVÍA DESPUÉS DE LO QUE PASO – grito alteradísimo -
- SI HIJO, VOY A DEFENDER A TU PADRE DE TUS ATAQUES MALEDUCADOS – le acaricio el rostro con amor pero con firmeza en la voz
- PERO EL ES UN HIPOOOCRITA, EEEEEL – señalaba con el dedo enojado y con los ojos aguados aguantando las lágrimas, no quería que lo vean llorar, realmente estaba afectado – TE HA MENTIDO TODO ESTE TIEMPO, TE HA MENTIIIIDO, TE HA ENGAÑADO
- No hijo, no me ha mentido, entre tu padre y yo no hay secretos – tiro la piedra por tirar, estaba descubriendo que la única transparente fue ella, pero cualquier cosa por calmar a Iván, noche antes ambos muchachos se lanzaron a la yugular de Rubén
- ¿O sea que lo sabías? ESTAS LOOOOCA, PEROOO COMO PUEDES? – aquello lo confundió peor y la cara de Rubén se transformo, que pretendía Clara con aquello?, y la cara del suegro no era mejor, Ludwig miro sin saber qué decir de un rostro a otro entre su hijo, su nuera y su bisnieto, el también había esperado que Clara los saque a mitad de la noche en plena tormenta de la casa, sin embargo, los invito a pasar al comedor, sirvió la cena como si nada y metió en cintura a los muchachos que estabas desbandados con toda razón, sobre todo Alexander
- YA TE DIJE AMOR… ENTRE TU PADRE Y YO NO HAY SECRETOS – y clavo los enigmáticos ojos en los de su marido – ahora ven ¿si? lo vamos a hablar en familia – declaro con voz muy segura, pero todo era una fachada, ella no estaba segura de nada, por primera vez en su vida tambaleaba todo a su alrededor, pero ahora importaba la tranquilidad de sus gemelos, y ella no sería quien rompa el equilibrio ni la seguridad de sus hijos, no señor, ella tenía que brindarles protección, debía mostrar la solidez con que estaba construido su hogar, mostrar sus cimientos, porque esos cimientos eran fuertes, sólidos, trabajados verdad?… o no?....
Por
fin es viernes pensó Iván al abrir sus ojos esa mañana, había estado ansioso
por la llegada de este día por un detalle en particular, se acababan dos cosas:
el resarcimiento social de Lex y por ende su castigo; pero ahora a estas horas
de la mañana el estaba ensimismado en su dilema: hablar o no con su madre sobre
lo que había descubierto, esa preocupación hizo que sus ojos se abrieran antes
de lo habitual y salga al patio a meditar, el problema era que su hermano
descubrió también el secretito de papá y había reaccionado
desproporcionadamente y se lanzo al cotidiano éxito púgil, destapando la olla
de grillos, gritando a los cuatro vientos desaforado y ante la negativa de los
adultos, y la hipocresía que envolvía todo, él se unió al ataque a su padre
mostrando los dientes…
Pero
ahora se abrazo a mamá cerrando los ojos cansado, dolido derrotado y
desconfiado y lo peor de todo con la sensación de haber sido traicionado por el
ente más importante de su corta vida, su padre; tenía sueño, mucho sueño quizás
por el cansancio, quizás por la pena y se dejo abrazar por su madre, consolar
por ella y la voz de mamá se filtro a sus oídos no quería entrar a la casa
quería quedarse ahí afuera y mamá tras prometer que no se movería de ahí lo
dejo descansar curiosamente en su lugar favorito, la hamaca de su padre y así
como estaba sin mayor inconveniente y sin vestirse descalzo como de costumbre
se encamino con ella al patio y se tiro a la hamaca que estaba colgada en el
pasillo cerrando los ojos, oyendo el dulce trino de las aves, eran las 6 de la
mañana ya y en el fondo que daba al río y cuya vista era divisable tan solo por
seguir la dirección marcada por la doble hilera de palmeras reales plantadas
hacia más de cuarto de siglo con una precisión asombrosa desde la puerta
trasera de la casa que daba al patio y el comedor externo hasta casi la vera
misma, desde allí podía observar el maravilloso sol levantarse del agua y bañar
de amarillo, claridad y calor todo, y como el anuncio de una novia que llegaba
el trino de las aves competían sus voces en el patio revoloteando de un rosal a
otro atrapando en el aire pequeños insectos o gustando el rocío que pendía de
las enormes hojas mariposadas que tenía Clara en el jardín resguardadas del
abrazante sol de la tarde, pero que en la mañana degustaban del beso amarillo y
tenue del astro rey que nacía en el este.
Mamá
tapo a Iván con la mantilla que siempre había en el baúl del pasillo por el
sereno fresco que levantaba helado, acaricio su castaño pelo claro y lo vio
cerrar los ojos respirando hondamente el dulce olor a campo, estaba empezando a
dormitar de nuevo tranquilo quizás por la majestuosidad que desplegaba la
hacienda de papá a esas horas o por el mismo sueño que fue haciéndose profundo,
Clara se hubiese quedado ahí horas de horas contemplando la paz de su hijo al
dormir si no era por la voz aquella tan ruda, tan similar y tan ajena a la de
su marido más que los pasos cansinos y algo arrastrados que oyó acercarse hasta
ella y levantando los ojos en pesaroso parpadeo observaba al hombre aquel que
era una versión mucho más anciana, mas gastada, encorvada y canosa de Rubén.
Y
a su mente le vino el recuerdo brusco de aquel primer encuentro tan frio y tan ajeno
que despertó inicialmente la curiosidad de los gemelos pero luego la
desconfianza de Iván y la explosión de Alexander, al parecer su hijo fue sido
testigo de un algo que de saberlo Clara no solo se incomodaría como él sino que se armaría la tercera guerra mundial en casa,
pero interesantemente la suspicacia de mamá era grande y no necesito ver lo que
vio Iván para que ella, Clara se sienta herida en lo más hondo de su corazón y
papá se encierre en su misterioso mutismo y ponga música a todo volumen en un
franco signo de no querer profundizar en nada más que lo banal, bebiendo un
poco más de lo habitual con una falsa sonrisa en los labios presionado por las
circunstancias, pero tan transparente a su mujer que bien sabía que no hacía
otra cosa que ahogar sus penas y recuerdos en dos cubos de hielo en un vaso de
whisky a las rocas.
Pero
no fue solo eso, sino que a papá se le dio por poner un solo tema musical hasta
rayar el disco… y lacerar el amor de Clara que fue la que tuvo que poner la
cara y la sonrisa y atender a los inesperados invitados insistiendo además en
que la casa era enorme y no había necesidad de que se fueran a un hotel, pero
entre velos aquello era: mejor tener al enemigo al lado que detrás que te
apuñala o delante que te zanja el camino; mientras tanto ella como los
invitados oían a todo volumen el disco que Rubén no escogió por simple
coincidencia, lo escogió con especial cuidado como un mensaje a terceras
intensiones a Almudena… trunco la vida mis sueños decía la letra y Clara se
sintió ofendida, Almudena muda, Ulrich incomodo y Ludwig preocupado.
Trunco la vida mis sueños
de realizar la ambición de
tener
tu amor vigente y risueño
con su ternura de beso y de
ayer;
se fue la espera a escondidas
que yo llevaba en mi fuero
interior,
quedo tan solo la herida
en el rubor de mi loca ilusión
Yo pensaba quererte
y que tú fueras mi mundo mi esperanza,
siendo anhelo en realidad
esperando llevarte en mis
ausencias
sin vértigo, sin miedos, sin
temores sin quizás,
pero siempre el destino fue
injusto
y fue nuestro amor de angustia
tensa y de dolor
cuanto más te buscaba en mis
ternuras
la suerte se encargo de no ser
nuestra,
y fue el adiós
ahora el amor se acabao,
y sin querer te perdí
llevando adentro el penar
de lo que fuiste y no fui
Pese
a eso Clara fue la perfecta anfitriona, amable, toda risas y paz, amor y
dulzura, sabor, gusto y tacto para los inesperados invitados de la noche, como
para su siempre dulce familia y aunque ella como coyunta de Rubén hubiese
preferido la cotidiana hora de la cena en la intimidad de su hogar siempre o
casi siempre plagada de risas y parloteos supo dar la cara a ésta reunión que
se transformo en un cumulo de
sentimientos encontrados e incomodidad reinante cuando aquellas personas posaron
sus traseros en los regios muebles del comedor y se pregunto por primera vez si
fue o no buena idea insistir en que aquellas personas se queden en casa, pero
creyó que era lo que se debía hacer por ser familia del hombre que ella amaba.
Por
solo esa razón continuo con su habitual naturaleza, esa misma que mostro sin
máscaras apenas asomo el rostro a la puerta principal a donde se dirigió con
Adela indicando que había unas personas raras buscando a Rubén, aquella noche,
ella sabiendo que su marido no quería ver a nadie tras el fiasco de la tarde
que no pudo disfrutar de su partido de futbol y ella sintiéndose culpable de
aquello decidió averiguar de qué se trataba y ver si era o no muy importante
como para interrumpir la hora de ocio y descanso de Rubén que ahora mismo
estaba en su cama al lado de sus dos pollos bajo su ala mirando el partido de
futbol mimándolos e instando a que tomen sus gotitas para el vómito y
enamorando los bocados de maicena que había hecho para ellos; pero cuando sus
pasos la llevaron al portón y abrió el umbral prendiendo la luz adicional se
quedo contemplando a su marido en una versión de lo que sería su Rubén si la
vida le era generosa como para regalarse años de longevidad y tras el
escrutinio mutuo que de paso fue más intenso entre féminas que se que critican,
se reconocen, se admiran, se odian, se respetan se desconfían con una sonrisa
franca en el rostro condujo a la inesperada visita al interior de la casa
cuando reconoció en el timbre de voz de
Ludwig a su Rubén.
Parecían
años y sin embargo fueron solo segundos en el cual se inundo su cerebro con
aquel timbre tan particular, tan ajeno y tan propio y ella cerró los ojos y el
recuerdo le golpeo la mente, Rubén, su Rubén con el pelo rubio largo, más flaco
que un alfiler, tan alto como un poste de luz, más blanco que la leche recién
ordeñada, tan resentido con la vida, tan serio como un agente de policía, tan
resuelto de comerse el mundo y tan hambriento de ganas, así lo recordaba ella
con veinte años en la carne y un macuto en el hombro aquella primera vez que
toco su puerta buscando una enfermera para cumplir con el tratamiento que le
dio el médico por deshidratación, y esos ojos brujos la cautivaron toda, ella
lo amo desde el instante mismo que sus ojos chocaron, no hubo un antes ni un
después para ella y solo su nombre áspero fue suficiente para buscarlo cielo y
tierra y gritarle eres mío aún cuando las circunstancias no fueron dulces para
Clara y tuviera que ser paciente para que su amor olvidase las heridas que el
amor como sentimiento y como persona laceraron su alma peor que una bala o una
daga.
- ¿Rubén Hansen?... ¿es casa de Rubén Hansen? – aún ahora que cogió el eco nativo en el habla, cuando su enojo gritaba y alguna vez hablo duro a los muchachos solía tener ese eco propio de la sangre que circulaba por sus venas, alemán, alemán después de todo; y ella sin necesidad de preguntar quién era, dibujando una sonrisa franca le calco un beso en la mejilla a aquel hombre confundiéndolo totalmente pero desarmándolo también para luego agregar
- Clara Terrazas de Hansen, su hijo está descansando, pase por favor… está usted en su casa – agrego sin importar quien estuviera con él y Adela abrió el portón de par en par para dar paso a la movilidad aquella
Rubén
se percato de las luces encendidas y frunciendo el ceño se encamino a la
ventana para ver entre las cortinas de su alcoba quien era a tan avanzada hora
para hacer una visita, creyó que se trataba de su cuñada la hermana única de
Clara o de Arturo, jamás pensó que su padre se aparezca en la puerta de su casa
y nada menos que acompañado de su hermano mayor y de la que un día fuera su
novia Almudena Pratt, medio española; pero la que nunca imagino que aquella
visita en vez de limar asperezas se convierta en una pesadilla fue Clara, una cosa
era saber que la madre de Illien vivió con Rubén, que tuvieron un hijo que no
sobrevivió el primer año de vida, que tenían planes de boda cuando ella por fin
dio con él y que dichos planes se fueron al carajo cuando aquella se decidió
por el rumano, vamos que era la ex y que alguna vez aun ahora sentía celos de
ella, unos celos que no venían al caso porque Rubén zanjo el tema cuando nació
Logan.
- Ludwig Hansen para servirle
Estrecho
su mano y devolvió el beso sin dejar de mirarla, aquella era una mujer de
carne, hueso y sangre caliente véasela por donde se la vea, envidiable, debió
ser muy bonita en su juventud pensó el hombre atendiendo las facciones limpias
y sin maquillaje y las ropas de casa informal de esa mujer de cabello corto y
sonrisa franca, diminuta seguro al lado de su hijo, si Rubén había desarrollado
el tamaño de Ulrich y el suyo propio era obvio que se imaginase pequeña a la
mujer que tenía delante suyo, lo que nunca imagino Ludwing fue encontrarse con
un hombre de campo tostado grande en toda la extensión de la palabra, con
algunas canas en las sienes, con el rostro amable, la sonrisa limpia, las manos
callosas, las espaldas anchas, el amor genuino en la mirada que dedicaba a sus
nietos y a su mujer, la complicidad de pareja, como tampoco se imagino
bisabuelo, ni sabía que su Rubén tuvo dos hijos a los que perdió en el camino,
uno con Narda y otro con Clara, ni que viajaba frecuentemente a Europa incluso
a Alemania y que ni por equivocación pisaba la vereda de su antiguo hogar, un
hombre ajeno a él, un hijo ajeno a él, un padre ajeno a él y que aquellos días
que estuvo de visita tuvo la dicha de conocer.
Por
eso cuando ella los hizo pasar al salón y ponerse cómodos para llamar a Rubén y
darle la sorpresa, el hombre aquel y sus acompañantes se quedaron sorprendidos cuando vieron bajar al dueño de casa con el rostro sonriente y cambiar su
semblante en un dos por tres a un rostro indescifrable sin emoción alguna en la
mirada o más bien llena de recelo, Ludwig cerró los ojos unos minutos para hacerse
a la idea de que aquel hombre, SI, AQUEL HOMBRE era su hijo, que era más que
obvio que no encontraría a un muchacho de 20 años rebelde, enfadado con él y
con el odio rezumando en los poros y el dolor en la mirada cargando aquella
mochila de campamento donde lleno lo necesario y vacio sus bolsillos para
montar un avión a dónde diablos lo lleve a olvidar todo aquello que lo había
lastimado y sobre todo a los que lo habían lastimado…
Y
sus miradas se cruzaron, sus ojos se escrudiñaron mutuamente y luego Rubén poso
sus ojos sobre el rostro de su hermano y finalmente sobre la mujer aquella con
total indiferencia, para luego ante la mirada de Clara ceder al silencioso
pedido de ella y empezó a comportarse como era con cualquier persona, educado,
un poco amable, pero sin esa familiaridad y camaradería a la que ella estaba
acostumbrada como cuando estaba con Arturo, Miguel, Illien, sus socios, los
amigos de las haciendas vecinas desplegando su sarcástico humor, cariño y
risas, ante esto ella hizo sus tácticas intervenciones atenuando mucho el
ambiente y al final empezaron a conversar, los ecos llamaron la atención de los
gemelos, e Iván agudizo el oído y quiso ver de qué se trataba, al final fue
Clara tras el intercambio de miradas que tuvo con Rubén que los mando a llamar
con Adela so pretexto de la cena, solo que los gemelos no le dieron opción a
decir mucho a la muchacha porque como de costumbre estaban fastidiando la vida
pese a su enfermedad y cuando Adela les dijo que su padre los llamaba, ellos
creyeron que era para ver la tele afuera por el calor y cenar al mismo tiempo,
estaban con hambre pese a todo y sabían que mamá les hizo una deliciosa compota
de maicena con manzana aunque ellos hubiesen preferido un poco de puré de papás
y pollo.
- Lexito, Ivancito, chuuuy – llamo la atención la muchacha alzando un almohadón que voló por los aires en su mini guerra sobre la cama – sfuiu – silbó y los muchachos se dieron la vuelta – jooo, estos chichilos
- Queeee Adelaaa, no estamos haciendo naaaada, jalamos la cama y ya está – dijo Lex al ver la cara gruñona de Adela – ves?, ya esta – y jalo la cama
- Nunca hacen nada ustedes, vayan de una vez, su pa les llama, dice que bajen rápido
- Yuuuupiiii, a comer, a comer que hambre
- ¿Qué cosa riquita hiciste Adelita? – Iván coloco sus manos sobre la cara de Adelita y empezó a apretarla con cariño
- QUIEN LLEGA TARDE ES UNA GALLINAAAA
E
Iván no concluyo la charla porque salió
corriendo detrás de Lex que le lanzo el infantil reto, verlos en tales afanes
hacía dudar sobre si estuvieron internados en días pasado o que en la tarde se
pusieron tan mal con los vómitos y dispararon a la sala así tal y como estaban
con remera, bermudas, descalzos, despeinados entre carcajadas, gritos, risas y
empujones porque no sabían que tenían visitas, creyeron que era para cenar y su
entrada bulliciosa, ruidosa y extrovertida rompió la tensión del ambiente como
un cuchillo filo a un bloque de mantequilla
- Jajaaj ajjajaj lero lero te gane gallina, toc toc toc toc toc GALLINA, GALLINA – carcajeaba Lex
- Vaaaaa, vos tenés la culpa Adela me cerraste el paso y ahora ese zopenco va a molestarme todo el día – y jalo la trenza de la muchacha a manera de juego
Y
abrieron la puerta de la sala de par en par al oír la voz de su padre y su madre
y aquella canción nativa una y otra vez, riendo como de costumbre, correteando
y al abrir de golpe la puerta de la sala chocaron fieramente contra la espalda
de Ludwig que estaba mirando curioso unos adornos tallados en madera haciendo
que este se precipite hacía adelante cayendo sobre el cuerpo de Rubén que
impidió su caída, digamos que fue el único contacto corporal que tuvieron
accidentalmente, y al darse la vuelta para ver quien lo empujo quedo fascinado
de ver a los gemelos tan guapos que hicieron su aparición allá.
Uno
con el pelo más corto que él otro y tan altos como su padre a su edad, eran la
versión de Rubén con ojos verdosos nada más, todos aquellos presentes creían
que los gemelos eran hijos de Rubén, él nunca menciono a Logan ni a Hunter, ¿el
hijo olvidado? No, conservado en el corazón de su legítimo padre pero jamás
pronunciado en voz alta en casa y no porque Clara odiase al niño aquel o el pasado
de Rubén, simplemente porque él prefería resguardar sus recuerdos de las
curiosas miradas de la gente aun cuando esa gente sea cercana a él, incluso
Logan era una secreta joya en su corazón y todo el sentimiento que albergaba
hacia su hijo amado no era conocido en su total dimensión ni siquiera por la
madre que lo pario: Clara
- Perdón, perdón, perdón, perdón no me he fijado este tonto tiene la culpa – se disculpo Lex sin importarle si hablaban o no castellano aun con la risa en la boca mientras Iván se freno en el acto
- EL TONTO ERES TU
- LEEEEX…. IVAAAN – amonesto papá
- Queeee, fue culpa de él paaaa – señalo Iván
- Mentira
- SHUUU, Lexito, Lexito, hijo, vengan aquí – llamo mamá y los chicos recién se percataron en las otras 3 personas allá presentes
- Buenas noches, buenas noches, buenas noches, buenas noches – ambos como si de un programa se tratara empezaron a saludar al unísono moviendo sincronizadamente la cabeza a tiempo de acercarse a su padre y su madre en un instinto de conservación
- ¿Tus hijos? – la voz de Almudena como una sucia caricia a los chicos se adelanto a todos mirando a los gemelos fijamente y Rubén contesto de forma brusca y seca que todos se dieron cuenta
- SI, MIS HIJOS, Alexander e Iván Hansen TERRAZAS – los señalo con la cabeza a ambos mientras colocaba su mano sobre los hombros de los chicos en un claro signo de posesividad poniendo particular énfasis en el apellido de su esposa y Clara lo miro con suspicacia – Lex, Iván – los giro y los acompaño para saludar a las visitas – mi padre Ludwing, mi hermano Ulrich, su esposa Almudena y vuestro primo Franz – los muchachos sintieron la tensión del ambiente y buscaron la mirada de su madre y fue ella quien los insto a dar un abrazo a la familia
- Saluden como es debido chicos, den un abrazo al abuelo, a los tíos y a vuestro primo – y un beso les cayó en la cara mientras suavemente los empujo a que abracen a Ludwig y estrechen las manos de Ulrich y Almudena, dándose cuenta ella, que al único que presento Rubén como algo de los chicos en línea familiar fue a Franz, un jovenzuelo de 25 años muy parecido a Logan.
- Ya mami, pero antes podemos cambiar de canción?, la están oyendo desde hace rato y parece que se arruino tu CD papá – dijo Iván acercándose a la radio pero Clara lo interrumpió para ser ella la que se encargue de la música y le dé a Rubén en la cara con el contrapunteo melódico
- No mi amor, yo hare eso, tu saluda – contesto y como por arte de magia la misma voz empezó a cantar
En las playas desiertas del
Beni
un viajero de pálida faz,
al mecerse en su hamaca pensaba,
en su amor y su tierra natal;
y mirando las ondas del rio
donde duerme el temible
caimán,
y espumosas se ven las
cachuelas
con sus tumbos sepulcros cabal
y ante el negro horizonte
decía
tal vez niña no vuelva jamás
y el rumor silencioso del
bosque
contestaba: ya no volverá…
- JOOO, esa canción parece tu historia papi, no fuiste al Beni a pedir la mano de mamá? A Trinidad? – inocentemente pregunto Lex, mientras ambos gemelos abrazaron a su padre de la cintura ante la atónita mirada de Ludwing al ver aquella complicidad y amor familiar, un algo que nunca tuvo con ninguno de sus hijos por cuestión cultural, y mamá clavando la mirada a los ojos de Rubén contesto
- Si cariño, la canción va como anillo al dedo a papá, si lo hubieras visto entonces, era un pabilo paliducho, delgadíngo y demasiado serio…
- ¿Y qué más? – pregunto Iván curioso y su padre respondió
- Esas no son charlas para niños, vamos a cenar más bien, tengo hambre y seguro que tu abuelo, tus tíos y tu primo quieren comer y luego descansar
Con
aquella respuesta zanjaba el asunto, los muchachos creyeron que era porque papá
era tímido con su vida amorosa, pero en realidad Rubén no quería que aquellos
intrusos se metan con los detalles de su vida personal, y Clara ponía las manos
al fuego de que lo que no quería más bien era que quieran meterse con su
penas, averiguar, desmenuzar, opinar
sobre ellas; en resumidas cuentas: osar robar la sal de sus heridas…
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