La Vida no es un sueño
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 21 de Agosto del 2016
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Capitulo 17
En tiempo de guerra,
cualquier treta sirve de trinchera
Autora: Chany
Ignacio estaba dividido, por un lado lamentaba la manera en que se
había comportado con los abuelos aunque no sabía como acercarse de nuevo a
ellos, más a Paul en realidad que andaba con cara de perro, ya que Luci se
comportaba como si nada, él no sabía si es que no estaba enojada o si en
realidad no lo recordaba, como sea lo hacía sentir incómodo. Y por otro lado
seguía enojado, había decidido darle una chance a Ed de hacer mejor las cosas,
claro que en el proceso seguro tendría que comprar más lápices porque los que
tenía ya estaban todos masticados de tanto desquitar con ellos la rabia, pero
esa oportunidad era sólo para Ed, con Paul las cosas eran mucho más
complicadas, no podía olvidar todo lo que había hecho esos días, le había dicho
a Ed que lo que necesitaba era darle una paliza, lo había tratado como a un
mocoso y lo había mirado con reproche, había suspendido el viaje y no le había
dicho nada como si no importara y además lo había mojado como si fuera un perro
alzado y aunque lo negará a muerte la verdad si estaba celoso y para colmo de
males aun quedaba una semana de convivencia antes de que los abuelos se muden
definitivamente a su casa.
Por
su lado el abuelo no disimulaba la molestia, desde que llegó le había tomado
mucho afecto al mocoso, había aconsejado a Ed para que haga las cosas mejor,
había aconsejado Nacho y escuchado cada cosa que decía, incluso las quejas
sobre Edgar y se decía a sí mismo que no tenía porque soportar los desplantes y
faltas de respeto del chico, que no le haya respondido el saludo al salir de su
propia casa había sido el colmo.
- Que te pasa con el niño? – pregunto Luci apenas estuvo a solas con él, ya venía mirando como se evitaban y era consciente que por su enfermedad le vivían escondiendo cosas y eso le molestaba mucho, más aún cuando se trataba de asuntos familiares – y no me mires sobre los anteojos que tengo Alzheimer no estoy loca ni ciega – aclaró poniendo las manos en la cintura cuando su esposo levantó la vista del periódico para verla con la mirada que ella conocía bien, estaba a punto de mentirle y negarlo todo.
- Uffff – resoplo y bajo la vista para cambiar su expresión y doblar el periódico que tenía entre manos antes de responder – sigo molesto por la cena del otro día – dijo sin más detalles, un truco que usaba para estar seguro de si su esposa recordaba las cosas.
- Más vale que no lo estés culpando de que me subió la presión – respondió ella confirmando que recordaba muy bien todo – yo con el que renegué es con Cacho que no sabe como tratarlo, anda sobre los talones del chico y además le da demasiadas responsabilidades con Mateo para mi gusto – dijo sentándose en la cama donde su esposo leía
- No lo culpo, pero no vas a negar que nos faltó el respeto y ni siquiera se disculpó, es más siguió portándose mal – respondió obviando el comentario sobre las responsabilidad es con Mateo, evitaba ese tema y otros detalles lo más que podía.
- Que se haya portado mal es asunto suyo y de su padre o acaso permitiste alguna vez que cualquiera opine sobre como se portaban tus hijos? Ha? – cuestionó recordando a su esposo como detestaba que alguien hable sobre sus hijos y su manera de educarlos, opiniones que nada tenían que ver con algún consejo – acá nosotros somos visitas y lo que Cacho le permita a su hijo es asunto suyo, si te molesta puedes aconsejar a tu hijo o tu nieto, nada más – sentenció firme – de las faltas de respeto con nosotros hay dos opciones, la primera es que sigas en tu papel de ofendido y la segunda que te das cuenta que él es un niño y/o no sabe como acercarse para hablar y pedir disculpas o tal vez no vio su error aún – Le dijo enumerando con los dedos enfadada – En cualquiera de los casos el adulto eres tu. ¿O no era eso lo que le reprochabas a tu hijo?
- Ay mujer – le dijo sonriendo de pronto – yo seré abogado pero con una juez así no puedo ganar – dijo jocoso – si pensaba hablar con él, tranquila que ya no voy a hacer sufrir a tu nietito – era lo mismo con sus hijos, él se enojaba y ella no lo dejaba en paz hasta que arreglaba las cosas aunque no siempre resultaba bien cuando apresuraban las cosas. Pero el tiempo le había enseñado a Paul a llevar sus tiempos y conocer bien el de los adolescentes – voy a arreglar las cosas sólo que estaba esperando el momento, así que no me condenes aún – dijo poniendo las manos como si tuviera que defenderse, se paro dando pasos en reversa hasta el ropero y sacó una caja pequeña como de 20 cm. y se la entregó a Lucil.
- ¿Y eso que es? – miraba intrigada mientras pesaba con una mano la caja tratando de adivinar su contenido ya que era imposible espiar con el envoltorio de papel de regalo.
- Esto – dijo agarrando de nuevo el paquete y guardándolo en su lugar – es mi ofrenda de paz jaja.
- Mmmmm ¡soborno! dirás – cuestionó ella levantando una ceja en son de broma y fue a darse una ducha que era el motivo principal por el cual había entrado en la habitación. Ese día cocinaba Ed porque no había clases en la Universidad, así que ella estaba de descanso y pensaba almorzar muy relajada
Paul
ya había pensado la excusa para entablar la adeudada charla con Ignacio así que
después de almorzar le pediría que lo acompañe a su casa con la excusa de traer
unas cosas que quería arreglar, total estaba confiado en que el chico no tenía
nada que hacer, fue lo primero que supo cuando Nacho llegó y tiró la mochila a
pocos pasos de la entrada y sin lavarse la manos fue a tratar de engullir lo
primero que se le cruce en frente declarando su hambre feroz y la abuela lo
mande a lavarse las manos y mostrarle las carpetas, cosa que el muchacho
sorprendentemente hacia.
No
podía dejar de compararlo con sus hijos, cualquiera a esa edad no le habría
mostrado nada alegando que ya eran grandes para que les controlen las carpetas,
pero Nacho no, él mostraba sin problema, es más, como si le gustara esa
atención extra que ponía Luci en él, supuso que los elogios de ella a sus
logros académicos ayudaban a hacer agradable el control de carpetas.
De
todas formas el pedido de ayuda se lo tuvo que meter en el bolsillo porque
antes de terminar de comer Nacho lo obligó a postergar los planes.
- ¿Papá? – dijo llamando la atención de Ed con un tono que ya hacía sospechar al hombre que algo iba a pedir, que más podía ser para llamarlo así y hablarlo convenientemente en frente de Luci – tengo que hacer un trabajo en grupo y quedamos en juntarnos en la casa de Leandro…
- De Nadia – interrumpió Ed provocando dos cosas, que Paul le lance una mirada asesina y que Ignacio se muerda de rabia, es que ese hombre era bueno pero la mayoría del tiempo era un imbécil, si hubiera sabido que iba a hacer esos comentarios hubiera mentido otra cosa, pero ya había arreglado con Leandro que lo cubriría.
- Ella está en otro grupo – dijo tratando de sonar relajado, Ed estaba buscándole la quinta pata al gato y él no lo iba a permitir – Yo tengo que hacer el trabajo con su hermano
- Les dan muchos trabajos en grupo – comentó casi renegando del hecho, ni él mismo sabía porque aquello le molestaba. No pretendía tener al chico encerrado pero por alguna razón eso de que ande fuera de casa no le gustaba mucho. Además se suponía que iba a pasar más tiempo con él y así conocerlo más, pero como iba a lograrlo si cuando no estaba encerrado con Mateo estaba estudiando o fuera de casa. En fin, la escuela era prioridad así que no habían peros que valgan
- Si son unos jodidos – Nacho contestó después de unos segundos en los que se debatió si eso era un comentario inocente o es que acaso Ed estaba sospechando algo.
- Ignacio! Esa boca! – lo reprendió la abuela haciendo que Nacho de un respingo teatral y levante las manos como diciendo UPS! y con eso dio fin al interrogatorio.
- Bueno pero temprano en casa, que no te estoy mandando a la calle para andar paseando de noche, sino para hacer tus tareas Igancio – resignó al final Edgar, claro tenía que recordarle lo peligrosa que se había vuelto la cuidad – y has tus cosas antes de salir – agregó
Al
fin sobre las cinco de la tarde Nacho salió de casa y fue a donde debía ir.
Estaba todavía indeciso, le había dado vueltas al asunto y aunque sabía que no
estaba del todo bien empeñar el último recuerdo que le quedaba de su familia ya
encontraría la manera de sacar dinero de sus ahorros del Banco sin que Ed lo
esté cuestionando para recuperarlo; a Paul no le quedo otra cosa que ir a
comprar solo las macetas para reponer las que rompieron en la pelea, así
estaría desocupado cuando Ignacio vuelva y podría hablar tranquilo pero cuando
iba en camino distinguió en el centro al muchachito, sentado en una banca de la
plazoleta sosteniendo con dos dedos una cadena dorada. La actitud era extraña,
por empezar la casa de los chiquillos compañeros de clase quedaba del otro lado
de la cuidad, además se veía decaído y absorto por aquella joya que se movía
pendular.
El
abuelo se quedo observando a la distancia como Ignacio cruzaba la calle y
entraba en una tienda de empeño para salir minutos después con dinero en la
mano. ¿Qué rayos pretendía el mocoso?, se pregunto, no es que Ed le mezquinara
dinero, es más, junto con el permiso le había dado dinero para transporte, para
comprar lo necesario para hacer el supuesto trabajo y un extra por si le daba
hambre, cosa que Nacho parecía tener todo el tiempo… en fin, no había nada por
lo cual su nieto deba estar en aquel lugar, al menos no un motivo que él
conozca, por eso espero a tener una distancia prudencial entre ellos y comenzó
a seguirlo para verlo detenerse frente a una casa a la que entró por el garaje,
evidentemente conocía el lugar y al poco rato una banda de mocosos de
diferentes edades llegaron al lugar algunos incluso llevados por sus padres.
Así que mientras esperaba, ni lerdo ni
perezoso Paul se enteró por los padres que también esperaban que aquel lugar
era la casa de Murillo, un consagrado músico que ahora enseñaba a niños a tocar
instrumentos musicales, el hombre era toda una eminencia en el tema.
Al
cabo de una hora y media Ignacio salió del lugar y Paul se quedo más tranquilo
cuando se subió al cole urbano que lo dejaba a una cuadra de casa y al fin se
fue por las macetas; Nacho llego a casa y entro a la cocina donde el mayor
lavaba los platos. Ed estaba claramente molesto y no porque le moleste lavar
las cosas que se suponía tenía que lavar Nacho, sino que había algo más.
Ignacio como de costumbre había dejado su teléfono en casa y Edgar picado por
que conversando con su madre se había dado cuenta de que Nacho llevaba tres
semanas saliendo el mismo día a la misma hora y sospechando cosas la cual más
lejos de la verdad decidió llamar a Leandro pero en vez de usar el número de
celular del chico que Nacho le diera para que lo cubra llamo directamente al
teléfono fijo de la casa y hablando con la madre de los mellizos se dio con la
noticia de que el mocoso no había pisado esa casa en todo el día.
- Y dónde mierda estabas? – increpó de mala manera nada más verlo – llamé a la casa de tu compañero y ahí no fuiste
- Por ahí – contestó Nacho levantando los hombros y se giró conforme, no iba a darle explicaciones ni a hablar en esos términos, que mierda, no iba a dejar que le hablen de esa manera
- Heeu! ¿A dónde vas? – lo frenó Ed, encima que le mentía lo dejaba con la palabra en la boca y se fue detrás del chico hasta la sala.
- Me voy a mi cuarto, tengo cosas que hacer – le contesto molesto, Ed le había hablado de mala manera y eso ya hacía saltar todas sus alarmas de autodefensa
- Pero yo no dije que te podías ir – agrego Ed sonando peligrosamente calmado – es más, te pregunté a donde estabas y “por ahí” no es una respuesta
- Mira Ed no te empieces a ponerte denso, la abuela esta durmiendo así que no hace falta – respondió el muchacho frunciendo el ceño, no quería lidiar con él, estaba cansado pero también emocionado de su decisión
- Yo no te pregunte para quedar bien con mi mamá, es una cuestión de seguridad, si algo pasa tengo que saber dónde y con quien estas, y necesito saber a qué hora vuelves para preocuparme si te demoras y si me mientes no se puede – realmente no era por fastidiar o controlar, de verdad sentía una preocupación genuina cuando Ignacio salía de casa sólo que equivoco sus modos, fastidiado por la mentira.
- Que exagerado, no me paso nada y volví antes de mi hora así que no me molestes – dijo enojado listo para salir de ahí.
- No se te ocurra cruzar la puerta Ignacio – advirtió ahora si enojado, el mocoso lo estaba ignorando, no había dicho la verdad sobre donde estaría como acordaron, bueno como Ed había decidido que debía ser, pero él era el adulto y esa era su excusa para ser sobreprotector – todavía no terminamos de hablar
- O ¿QUE? – y ahí estaba, la esperada reacción explosiva de hormonas que de seguro era seguida de el rosario de palabrotas de su repertorio. Y Ed por respeto a su madre que dormía y a que su padre acababa de llegar a casa visiblemente alarmado por los gritos, hizo acopio de su paciencia para ignorar la provocación del mocoso y trató de hablar con calma.
- Si quieres salir de nuevo me vas a decir ¿dónde estabas?, ¿con quién y haciendo qué? Esa era una de las reglas que acordamos… sólo quiero saber – cedió al final más calmado, pero era tarde Nachito tenía la mirada encendida de pura rebeldía y resoplaba expandiendo sus fosas nasales como un toro
Paul
sin reparos se sentó a escuchar como se desenvolvía aquello, el sabía la
verdad, ahora quedaba saber cómo hacia su hijo para que Nacho se la confíe.
- ¡¡NO!!, ¡¿por qué te tengo que decir todo?! …Porque no me dejas en paz… – respondió cerrando los puños – dijiste que ibas a dejar de presionarme – había bajado la voz pero seguía con su actitud beligerante, sellando lo dicho con un pisotón y agregó ya nomas impulsado por la valentía de ver que Ed no reaccionaba y confundiendo el repentino cambio en la voz del hombre como signo de debilidad – yo salgo si me da la gana! Si quiero ahora me voy a la mierda – Ed vio la escena y aunque por un momento unos destellos en su mente hicieron que se recuerde a si mismo en ese plan, todo rastro de empatía se borró cuando el mocoso satisfecho por su reclamo se giró de nuevo dispuesto a cumplir lo que había dicho y fue entonces que su sangre hizo ebullición y en dos pasos le dio alcance al niñito que ya veía cerca su salida tomando con su mano derecha el brazo izquierdo del mocoso haciendo que girara como trompo en el lugar para quedar cara a cara
- ¿A dónde piensas que vas?, a mi no me vas a dejar hablando sólo… te doy una última oportunidad para dejar esa actitud y decirme a dónde estabas y haciendo que – decía mientras llevaba a Nacho de nuevo a la cocina – o en vez de hablar te vas a la cama con el culo caliente por atrevido – terminó acercando peligrosamente su cara a la del chico y claro decir eso fue como firmar la declaración de guerra
- NO ME ¡¡AMENACES!! – gritó más enfadado tratando de librarse del agarre de Ed.
- No grites que no es una amenaza es una advertencia
- ES LO ¡¡¡MISMO!!! – Y Paul con eso decidió dejar su estado pasivo, esos dos eran tan parecidos que era casi inevitable que se confronten, pero el adulto era Edgar y Nacho no era un niño precisamente y tampoco tenía esa docilidad natural de un hijo. Si Edgar se pasaba iban a terminar a las piñas de igual a igual y eso no debía pasar.
- BUENO, ENTONCES ES UNA AMENAZA O ME DICES DONDE CARAJOS ESTABAS O TE DOY UNA PALIZA Y TE MANDO A LA ¡¡CAMA!! – se desboco Ed dejando toda su compostura y desgraciadamente hablando sin meditar sus propias palabras, era humano al fin y al cabo y no se dio cuenta cuando todo se fue al carajo
Eso
había sido, una amenaza con todas las letras, soltando sin medir todo el enojo
que traía por todo lo que venía renegando hace dos días, dos días en los que Ignacio
se saltaba cada acuerdo y regla según Ed aprovechando el acuerdo de no
presionar tanto al chico, pero la razón era más simple y Edgar no la veía, en
estos dos días Luci lo había consentido cuidado y mimado como nunca antes lo
habían hecho, tratando de compensar la pelea con Edgar y el abuelo, con ese
amor de madre y de abuela que jamás tuvo y Nacho se había sentido protegido y
un tanto intocable al ver que Ed evitaba confrontaciones haciendo que ambos se
hagan ideas erróneas.
Por
un lado el chico que creía que ahora tenía carta blanca para hacer lo que le
venga en gana aunque de manera inconsciente y andaba probando los límites como
todo crío de su edad. Y por otro lado Édgar que venía juntando presión con cada
pequeña desobediencia o falta del mocosito,
por un lado creyendo erróneamente que siempre era a propósito y por otro
lado aunque su parte consciente nunca lo admitiría estaba celoso, siempre fue
el bebé de la casa y ahora todas esas atenciones eran para Nacho y aunque
disfrutaba la mayoría de las veces ver la relación que se formaba entre ellos
como abuela y nieto se sentía desplazado como hijo y como padre, ya que por
momentos sentía hacia Nacho un cariño de padre y aunque creía que seguramente
Ignacio jamás lo vería así y le dolía ver que a su madre la obedezca con tanta
facilidad, que con ella sea tan complaciente y bien portado y que con él sean
más guerras que otra cosa. Y toda esa maraña de sentimientos y pensamientos
fueron los que lo estresaron a tal punto que cayó en las provocaciones de un
crío rebajándose a ser tan o más impulsivo que aquel adolescente desatando una
batalla.
- NO TE VOY A DECIR UNA ¡¡MIERDA!! – vociferó el chico con toda la bronca y la impotencia que sentía en ese momento. Ya ni sabía como habían llegado a eso, él se había portado bien según el mismo y tenía derecho de salir sin que Ed este pisando sus talones, no era un delincuente, tenía unas cuántas macanas en su haber, bueno bastantes eso lo admitía pero tristemente acostumbrado a que sólo le ponían atención cuando hacía algo malo creyó que este era el caso y que Ed sólo le estaba pidiendo la información para fastidiarlo por eso no quería decir nada convirtiendo la cocina el terreno minado.
- ENTONCES TE VAS A TU CUERTO, YO TE VOY A ENSEÑAR A NO MENTIR – dijo y cansado de tirones a Nacho tomó una cuchara de madera para obligarlo a obedecer – CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP CLAP – resonó la cuchara sobre el pantalón tomando por sorpresa al crío haciéndolo aullar en ese momento, el avispero estaba bastante revuelto como para pensar en ser estoico o reparar en vergüenzas, pero NO por eso iba a rogar o dejarse ganar, esta era una guerra en la que ninguno cedería.
- AUUU NOOO agg mmm. ¿Que TE pasa? ¡¡¡Yaaa!!! – pero antes que Nacho haga algo para liberarse y de que Edgar vuelva a la carga con la cuchara Paul le quitó de las manos aquella cosa a su hijo y atrapó a Nacho entre sus brazos.
- ¡Ya basta! – dijo tirando la cuchara lejos y dedicando la atención de sus manos en refregar la cabeza y la espalda de Ignacio.
- ¡Papá! – dijo Edgar sorprendido de semejante reacción saliendo recién de su trance de enojo.
- ¡Ya basta! – volvió a repetir y luego paró un momento a calmarse pensando en que si Edgar tuviera veinte años menos ya le había dado una paliza por terco. Pero no era el caso, es más para complicar más las cosas si no actuaba con cautela iba desautorizar más a Edgar y abrir más esa brecha entre ambos. Pero que rabia, Nacho estaba llorando desolado, daba pena verlo así y eso no ayudaba a no tomar partido sólo por él en contra de Edgar, pero debía ser neutral.
- Ya shhh ya paso – murmuraba sobre la cabeza de su nieto mientras pensaba como actuar – ya está vamos a calmarnos ¿si? – pregunto cuándo Nacho estaba más sereno y lo separó para ver como asentía aprovechando para limpiarle el rostro y la nariz con un pañuelo – ¿Ya pasó? – pregunto y espero a que nacho asienta – a ver ¿cuál es el problema ha? – prefirió empezar escuchando a Nacho así de paso Cacho también aprendía a escucharlo.
- Nada – respondió con la voz quebrada, que vergüenza que cada vez estaba más llorón, pensó de si mismo.
- Edgar te va a escuchar y no te va a reclamar nada, ¿bueno? – lo animó a hablar – yo no lo voy a dejar – dijo jugando un poco al policía bueno y al malo, no quería dejar mal parado a Edgar pero el era abuelo y tenía derecho a consentir ¿no?. Y como Ignacio no hablaba Paul sólo con la mirada reclamó a Edgar quien más calmado repaso las cosas, seguía tropezando siempre con la misma maldita piedra y Nacho parecía estar bien con todos menos con él
- Me preocupe cuando no supe dónde estabas, primero creí que te había pasado algo de camino a lo de Leandro – se animó a hablar apoyando su mano en el hombro – sé que soy bruto pero si me dices que estabas haciendo yo voy a entender por más malo que sea yo te puedo ayudar – musito y después de unos segundos Ignacio tomó aire para responder.
- No sé si decir gracias por querer ayudarme o molestarme porque siempre estas pensando en que estoy haciendo algo malo… todo el tiempo piensas que hago cosas malas, de verdad ¿tan mierda soy?, si es así ¿para qué me tienes aquí? – Y Ed se golpeó la cabeza mentalmente, era verdad, bien decía su madre que el ladrón cree que todos son ladrones y con la cola de paja que arrastraba por cómo se comportó en su adolescencia andaba tras Ignacio esperando que se mande alguna
- Perdón, no me había dado cuenta, no es que desconfíe es sólo que a veces olvido que no todos somos iguales – confesó a medias llamando la atención de Ignacio que ya había escuchado en varias ocasiones indicios de lo terrible que era Edgar de joven. Y recién ahí Paul entendió el miedo de su hijo, es que él había cometido el error de dejar a Ed hacer lo que se le daba la gana viendo que era joven, dejándose llevar por los reclamos de sus hijos mayores que le decían que era muy duro y que saltaban a cubrirle el poto al bebé de la casa después de cada trastada y cediendo también a la debilidad que tenía por su niño que cuando se dio cuenta Ed andaba en cosas turbias – ¿Vas a confiar y decirme dónde estabas? – Edgar interrumpió los pensamientos de su padre con aquellas palabras y Nacho sintiendo vergüenza de haber sido egoísta según él respondió.
- Voy a clases de guitarra – Y Ed no pudo evitar una sonrisa que el chico no vio por mirar al suelo – sé que es una pérdida de tiempo pero….
- Hey hey para el carro que yo no dije eso. Nacho tocar un instrumento no es pérdida de tiempo, menos si te gusta. El saber no ocupa lugar y nunca está de más aprender cosas nuevas – aquellas palabras llegaron como un bálsamo, si se clamaba Ed podía no ser tan idiota, aunque eso no liberaba su conciencia.
- Distrae de la escuela y me quita tiempo – dijo repitiendo las palabras del juez, sólo le faltaba decir “la guitarrita es cosa de vagos”
- No todo el mundo es médico, abogado o profesor, hay miles de trabajos, hay gente que vive de hacer canciones para comerciales, a tu edad muy pocos aciertan con lo que van a acabar haciendo como empleo así que si quieres aprender guitarra o lo que sea yo te apoyo, todo suma – le dijo sincero y aliviado de que eso fuera todo, la verdad es que después del asunto del porro andaba con él corazón en la mano. Y por fin se animó a abrazarlo – pero no voy a pasar que me mientas que quede claro – agregó en un tono que Nacho no supo descifrar
- Está claro, ahora no le vas a tocar un pelo a mi nieto, es más, con lo de hace rato estoy seguro que ahora le debes una guitarra – Paul dijo todo tan serio que ni Nacho ni Ed tenían claro si era una broma – No es broma Edgar que yo vi que todos ahí llevaban guitarras – agregó dejando saber que estaba enterado perfectamente de todo, aunque en ese momento ninguno se dio cuenta – se viene el día del niño y por tradición en esta familia el último regalo es a los quince años – le aclaró a Nacho que aún no se lo creía pero una sonrisa de Edgar le confirmó que efectivamente le iba a regalar aquello.
- Ja – le brotó junto a la sonrisa que no le cabía en el rostro – ¿esto es un soborno? – dijo en broma.
- ¿Funciona? – respondió con otra pregunta Ed poniendo las manos sobre los hombros de Nacho.
- Claro – afirmó contento, quien diría que no sólo lo apoyarían sino que le iban a dar una guitarra.
- Entonces si es soborno – dijo Edgar siguiendo el tren de bromas.
- Bien yo todavía tengo algo que hacer – anunció el abuelo e invito a Nacho a seguirlo al garaje cambiando de pronto su sonrisa por un gesto serio, claro él tenía marcas de la edad que pintaban una mueca parecida al enojo, por eso sí no estabas acostumbrado era algo intimidante y a pesar del tiempo que llevaba Nacho de conocerlo algo de miedito le daba – vamos a mi casa a buscar unas cosas – y subieron a la camioneta. Cuando estuvieron solos el chico se sintió un poco incómodo al recordar que ya llevaban dos días desde la pelea con Gastón y Adrián, tiempo en el que no habían hablado y ahora no sólo había intervenido con Edgar sino que le había conseguido una guitarra, algo tenía que decirle. Pensando en cómo abordar el tema siguió mirando el camino con la sensación de que el abuelo tenía otras intenciones además de ir a casa y lo que paso sólo se lo confirmó más
- ¡YA NOS PASAMOS! – grito asustado al darse cuenta que habían dejado atrás la casa
- Si tranquilo – calmo el abuelo sin dejar la seriedad, leyendo el susto en las facciones de Ignacio y es que cualquiera que vea la camioneta del abuelo desde afuera juraría que al muchachito lo estaban raptando – tengo que ir a otro lado antes – y como se iba a clamar Nacho si lo que temía era precisamente que el abuelo quiera hace algo más, como si el viejito pensara dejarlo lejos para perderlo como hacían con los perros y al ver que la preocupación de Ignacio no disminuía ni un tanto aclaró – vamos a comprar algo
- Está bien – respondió Nacho no muy convencido aún ¿pero que más le quedaba?
Por
supuesto el rostro se le desencajó aún más cuando Paul estacionó fuera de la
casa de empeños y tomó conciencia de que el viejito sabía perfectamente todo lo
que había hecho y lo peor aunque estén ahí no podía recuperar el collar, ya
había usado el dinero para pagar las clases de guitarra.
- ¿Cuánto te dieron por el collar? – le pregunto el abuelo, angustiando más a Nacho, ya se sentía mal cuando gastó aquel dinero sabiendo que ni siquiera pagaba los pañales de Mateo y ahora tendría que decirle al abuelo cuanto era el monto.
- O..oochocientos – musito avergonzado – pero no me gaste todo! – aclaro compungido.
Sin
mediar palabras el abuelo salió de la camioneta y camino a paso decidido hacia
el local.
Nacho
salió por detrás imaginando quien sabe que, es que si uno veía al abuelo
parecía que iba a buscar las cosas empeñadas así sea por la fuerza, pero nada más
alejado de la realidad porque Paul fue hasta el mostrador y hablo amablemente
con el encargado pidiendo lo que había empeñado su nieto, ni falta hizo mostrar
documento porque solo habían pasado unas horas desde que Nacho fuera por allí y
al verlo parado detrás del abuelo con cara de circunstancia supuso no tan
erróneamente que el hombre venía a arreglar la cagada del mocoso.
En
el lugar se enteró que no solo era una cadena de oro sino además un reloj muy
costoso lo que había empeñado Ignacio y pago con tarjeta porque nadie andaba
todos los días con ese monto en el bolsillo.
- Esto – dijo Paul mostrando la cadena y el reloj apenas subieron de nuevo al vehículo – por ahora es mío – y se puso en marcha hacia casa – ya vamos a hablar y arreglamos a cuentas – sentencio pero dedicando una cálida sonrisa al final.
- Yo todavía tengo la mitad del dinero – Nacho hablo casi en un susurro después de un rato extendiendo los billetes con una mano.
- ¿Y para que era eso? – quiso saber sin hacer el amago de tomar aquello y con mirada insistente pero sin reproche espero a que Ignacio conteste.
- El domingo es día del niño – Nacho no levantaba la vista del suelo de la camioneta – quería comprar algo para Mateo, nunca le regale nada.
- Y ya tienes algo en mente? – pregunto curioso.
- Hay un gimnasio de esos para bebés en una tienda a 500 – y contó de nuevo el dinero, tenía justo. Pero ya no se lo podía quedar, así que volvió a extender los billetes para que Paul los tome.
- Perfecto entonces, ya veremos cómo me pagas, ahora la deuda es conmigo y no con la casa de empeño y la próxima espero que me digas si necesitas un préstamo – dijo y golpeó la nuca de Nacho sin fuerza sonriendo
- Gracias – fue todo lo que pudo responder antes que el abuelo haga una última parada y antes de que sus ojos se llenen de lágrimas
- Y sonríe hijo, todo está bien, y antes de ir a casa vamos al frente, necesito un café – anunció, distrayendo con eso a Nacho de su pena
Entraron
a una confitería que estaba enfrente de donde estacionaron y buscaron una mesa
cerca se la ventana. Esa mañana no era extraña para Nacho, el abuelo ya lo
había invitado unas veces a acompañarlo en sus escapadas y es que Luci tenía
totalmente prohibido el café a causa de su presión y con afán de no hacerla
desear Paul se escapaba a tomar una lágrima doble, siempre al lado de la
ventana. Una vez sentados pidió lo suyo y agregó ya nomas un licuado de
frutilla con leche para su nieto, no porque no le permita elegir sino porque ya
era conocedor de sus gustos, si su esposa había monopolizado a Nacho para la
jardinería, él haría de aquella salida una tradición, claro ya pensaría como
hacer sentir especial a Rodrigo y de paso a Gastón y Adrián a quienes ya veía como nietos incluso antes
de mudarse a Francia, dado que antes de que el libertino de su consuegro, el
padre de Gabi, se casé con aquella mujer los niños ya pasaban más tiempo en
casa de Gustavo que en la propia.
Escuchar
al abuelo pedir aquel licuado con tanta seguridad termino de relajar a Ignacio
y es que no había cosa más linda que alguien conozca de ante mano tus gustos y
recuerde esos detalles para que te sientas querido, claro sin descuidar la
libre elección, porque a pesar de que Paul hizo el pedido dedicó unos segundos
para mirar a su nieto y confirmar que no quería probar otra cosa. Y sin darse
cuenta cualquier rastro de preocupación o incomodidad se fueron junto a la
comanda y la moza.
- ¿Estabas enojado conmigo verdad? – pregunto Paul y es que llevar la conversación con calma no significaba que se iría por la tangente, iría al grano y luego con calma pelaría las capas del muchachito y lo despojaría de dudas. Además no podía empezar diciendo el qué le molestaba porque sólo haría que sus palabras caigan en saco roto, pero Nacho no se esperaba la pregunta y no supo que responder y por eso dudo varios minutos antes de abrir la boca.
- No, yo no – trato de sonar convincente sin lograrlo.
- Ha pues yo en tu lugar lo estaría – dijo Paul y ahora si desconcertó del todo al chico, ¿acaso el abuelo estaba justificando su enojo?. Esto seguro era una trampa o alguno de esos juegos psicológicos, ¿viejito mañoso a donde querrá llegar? se preguntaba Nacho tratando de descifrar los gestos del hombre y justo en ese momento llegó el pedido, excusa perfecta para guardar silencio. Nacho se prendió del sorbete para no tener que hablar y al abuelo no le quedo más que jugar su siguiente carta – No me porte bien, quería que hablemos antes y lo dejé pasar – volvió a hablar ante el silencio de Nacho, en realidad eso no era un error suyo sino que lo había hecho a propósito pero por algún lado tenían que empezar – además creí que estabas enojado porque defendí a Rodrigo – agregó sabiendo que eso Nacho no lo podía negar después de haberlo gritado a voz en cuello el día que su mujer terminó en el hospital
Eso
de hablar de sus sentimientos no era lo suyo, el chico se sentía muy incómodo,
en realidad decir lo que sentía o pensaba sin estar al calor del momento era
algo que no sabía hacer. Si se había enojado pero en ese momento no recordaba
exactamente porque, ni tampoco recordaba que era exactamente lo que había dicho
ese día.
Antes
de poder salir de ese lugar o de decir algo ingenioso para evitar la incómoda
situación una mano del abuelo estaba sobre su hombro y dos segundos después se
encontraba en un abrazo aplastante. Paul se había cambiado de la silla del
frente a la que estaba al lado de Nacho para poder abrasarlo.
- Gracias por hacerlo por mi ahora – dijo al final – Y perdón por cómo me porte el otro día y… y por lo de la pelea
- Ya está todo perdonado…. Ahora tengo algo para darte – Paul ya no aguantaba más las ganas de darle el regalo, además de que no era bueno con eso de las sorpresas la expectativa de ver el rostro del muchachito lo tenía ansioso.
Saco
la caja que llevaba en la bolsa que Nacho no había notado siquiera que tenía y
se la entregó. Ignacio no podía dejar de alternar la mirada entre el obsequio y
el abuelo sin terminar de creérselo pero la curiosidad pudo más y comenzó a
abrir la caja, no era el más grande del mercado ni el más moderno pero
definitivamente ese teléfono era mucho mejor que el que tenía, el abuelo había
sido sabio al llevar a Rodrigo a escoger el aparatito y llevar la promoción de
dos por uno, uno para Nacho y otro para Adrián que había roto el suyo el día de
la pelea y ya tenía crisis de pulgares por la falta del teléfono.
Ya
tenía a uno de buen humor, ahora volvería a casa para hablar con su hijo que
necesitaba unos consejos sobre como hablar con adolescentes y un tilo porque no
podía seguir equivocándose siempre en lo mismo y Nacho no podía seguir
cediendo, algún día iba a llenar su cuota y entonces no habría intervención ni
disculpas que valgan.
Al
final se fueron a casa más calmados pero antes de bajar del vehículo el abuelo
hablo una vez más.
- También me gustan las guitarras, pero no me gustan las mentiras – y levantó una ceja para acentuar más aquello provocando que Nacho trague grueso – le voy a decir a Edgar que ya me habías contado eso de ir a pasar clases a casa de ese músico y que estabas esperando el momento para hablarlo con él – y cuando Nacho asintió por fin lo dejó entrar
Mi querida Chany.
ResponderEliminarEstoy tan contenta con el abuelo, su experiencia ha sido fabulosa para hacer las pases con Ignacio, realmente a Edgar le toca mucho trecho por recorrer, pero bueno, los hijos son el borrador y los nietos el limpio de las cosas acertadas, el tiempo enseña y Ed tambien aprendera.
Por lo pronto tiene un gran guia a su laso y aprender a disculparse es loable.
Nacho, es su hijo en todo el sentido de la palabra, solo hay que darle tiempo para que ese papá fingido delante de la abuela, sea un papá real en las buenas y en la malas por propia voluntad.
Gracias por tu historia, haces que este sitio crezca poquito a poco, de verdad te lo agradezco de todo corazón, y estare muy contenta de que visites siempre que quieras este sitio con tus ideas, con tus historias y con tu creatividad.
Marambra
Hola Chany.
ResponderEliminarHa sido realmente muy tierno lo que hizo el abuelo postizo de Nacho, desde defenderlo de Edgar, hasta recuperar lo que había empeñado.
Un aplauso por Paul, supo manejar muy bien la situación, me encanto y estaré esperando el próximo capitulo, porque tu historia esta cada vez mas interesante.
Saludos
MOnica
Me gustó mucho el cap. Me gustaría conocer un poco más de Adrián y Gastón de cómo es la dinámica fliar con Gustavo. Otra cosa me agradó q el abuelo los tenga en cuenta, tiene un gran corazón.
ResponderEliminarGracias Mónica y Luna por leer, para mi es un gusto escribir más aún cuando se que a alguien le gusta tanto como para tomarse el tiempo de comentar. Veo que Paul ya tiene hinchada, que bueno.
ResponderEliminarMarambra el gusto es todo mío, desde un principio cuando me contaste dd la idea del blog yo estaba complacida con sólo poder leer así de de escribir ni te digo. Poder ser par de de este proyecto desde un inicio me encantó y claro que mientras la imaginación me favorezca voy a compartir mis relatos y si no siempre voy a estar leyendo los hermosos relatos tuyos y de las demás chicas. Espero que por muchos años.
A mi también me gusto este abuelo, y como se nota la experiencia en la forma de manejar los conflictos, fue muy sutil en su manera de intervenir con Edgar y lo mejor... abordar a Ignacio, el pobre muchacho de verdad requiere de toda la paciencia y el calor de familia que nunca tuvo.
ResponderEliminarY como dijo una de las lectoras, seria bueno conocer un poquito mas a Adrian y a Gaston.
SAluditos...
Chany Chanyyy estoy mega feliz de seguir encontrando capis tuyos!!
ResponderEliminarDe verdad que estoy enganchada con esta historia!!
Y como dices... Ojalá que tu creatividad dure muchos años!!
Me encanta cada uno de los personajes....