Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 10 de Noviembre del 2016
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Capítulo 249
¿Y Dios que dijo?...
¿fiesta?
Autora:
Marambra
Logan estaba muerto de miedo ante la sola idea de
tener que hablar con su padre y reconocer aquella situación no fue difícil,
pero entre eso y tener que vivir sobre ascuas y a hurtadillas prefería mil
veces el enojo de su padre y luego Dios dirá… total ya era un adulto que podía
lidiar más o menos con las consecuencias de sus actos; así que haciendo tripas
corazón se despidió con un beso de Ginger y un emotivo abrazo de Alexander y se
marcho a la casa grande de papá partiendo desde el corazón de Warnes que era
donde estaba la viaja posada, hasta las afueras del pueblo donde estaba la
hacienda de su padre usando la vieja camioneta de Arturo; emprendiendo el viaje
inicialmente con la mente en blanco pero a medida que el paisaje cambiaba de
casas de altos y calles asfaltadas y daba paso a la vegetación exuberante su
mente fue llenándose de todo tipo de recuerdos de su infancia y adolescencia
que en realidad fueron las únicas épocas
que vivió en este lugar, por lo que sus recuerdos iban desde simples
travesuras a problemas que en su época parecían gigantes, pero en todos esos
recuerdos estaba inmerso su padre; de una o de otra manera papá lo fue todo para
él aquel entonces como lo era ahora para sus dos hijos adolescentes, sobre todo
para Iván y a medida que iba pensando en eso se dio cuenta de una cosa… que
adulto o no, él quería volver a sentir el abrazo de su padre, ese abrazo
cargado de amor, ternura y comprensión.
Y
mientras él iba diluyendo su miedo en la desesperación que tejen los supuestos
(supongamos que pasa esto o aquello) a medida que avanzaba aquel viejo camino
de regreso a casa, su padre buscaba a su manera respuestas en la habitación de
Iván; después que Clara llamara a Logan, él se había levantado de su lecho y
entrado a la ducha solo, por primera vez en casi un mes entraba a tomar una
ducha por su propio pie y no quiso que su mujer invadiera su privacidad, quería
valerse por sí mismo aunque tarde un mundo… y lo logro, tras eso, con paso
lento porque aun una de las piernas la sentía adormecida camino por el pasillo
de la segunda planta donde estaban los dormitorios y trato de adivinar cuál era
la alcoba de Iván, es que desde que volviera ni siquiera tomo en cuenta a donde
iba Lex a descansar cada noche, pero decidió hacer caso a su instinto y de
forma cada vez menos titubeante abrió la alcoba de Iván mirando cada una de las
cosas que ahí habían como si fuera la primera vez que entraba en esa alcoba y
se sentó en el lecho llevando una de las almohadas del muchacho a la cara
buscando su olor y eso despertó en él un sinfín de recuerdos que hasta ese
momento ni sospechaba que tuviera en la memoria…
- No… no tuve que, quee que ver con su par tida ¿verdad? – pregunto inseguro a Clara que lo había seguido disimuladamente, y pregunto aquello porque en verdad no tenía idea de lo que paso en casa ese día – no fffuu fue por poooor que looo castigue ¿cierto? – quiso saber, recordando una sola cosa… la paliza que les dio a Lex y a Iván antes de que todo estalle, pero él en su confusión ignoraba este detalle
- No amor – respondió Clara acercándose a Rubén, cogiendo el ganso de peluche de Iván que metiera bajo la almohada en un amague de querer deshacerse de él – no fue por eso – respondió con sinceridad Clara y abrazo a su marido poniéndose a llorar, ella se había privado de ese derecho desde que Rubén enfermara, conteniendo su debilidad por el bien del resto de la casa
- Shuuu, nadie se ha mummuu muerto pa.. para llorar – la consoló abrazando a su consorte, después de todo en las buenas y en las malas ambos se juraron amor y lealtad
- Tengo miedo que te pase algo – confeso ella – no quiero que pelees con Logan – se atrevió a decir mordiendo su boca, mientras una lágrima chorreara por su rostro – no quiero que lo odies – murmuro muy afectada apretándose al abrazo de su esposo, hacia mucho que él no la tocaba, no le abrazaba ni acariciaba, hacia tanto que no discutían ni charlaban… el coma de Rubén y su estado de salud tan delicado le hizo replantearse un montón de cosas en su vida y analizar sus prioridades
- ¿Por qué pelearía con mi hijo? – respondió Rubén con mucho más claridad dándose cuenta que si estaba tranquilo, las palabras salían con mayor fluidez – y ¿por qué ten.. tendriiiaaa que o o odiarlo?, es mi hijo Clara, miii hijo – respondió temblándole el labio, la sola idea lo horrorizaba, era su hijo, ¿cómo podría odiar a su hijo? – ¿qué me hizo él para odiarlo? – murmuro con una sonrisa que le dolió a Clara porque ella se dio cuenta que Rubén no recordaba no solo la pelea, sino que Logan estuvo supuestamente muerto, pero ya no tuvo tiempo para decir nada, Adela la estaba llamando porque había alguien de la iglesia en la puerta
- Ña Clarita – musito Adela tras golpetear con su nudillos la puerta – han veniu de la Iglesia, de parte del tata cura, el frailecito Adam dice que quiere hablar con usté un ratito – dijo tímidamente no queriendo interrumpir, mirando de soslayo a don Rubén que para su alegría empezaba a caminar con mas fortaleza que antes y seguro estaba extrañando a su tojito y cómo no, si ella misma extrañaba al chichilo que solía sentarse en la cocina y ayudarle a perlar fruta para hacer jugo a la hora del almuerzo
- Dile que no estoy Adelita – respondió Clara un poco fastidiada, pero Rubén no la dejo
- ¿Mintiendo?... ¿por qué? – le sonrió a su esposa que se había sonrojado de aquel detalle – anda, yo… yo… yo voy aaaa aa ir al jjjj jjjja jjjaaardin
Y
sin más, Clara se marcho a la puerta mientras Rubén, sacando el ganso de
peluche bajo al patio trasero por las gradas de su alcoba a paso lento pero
seguro y se fue tronar como siempre en una de las grandes hamacas del patio
bajo la fronda de los mangos, mirando los trozos de cielo que se abrían cuando
las hojas se mecían dejando filtrar haces de luz amarillenta que caían sin
remedio sobre su ahora pálida piel y que además empezaba a pelarse como una
culebra de estar tanto tiempo encerrado dejando entre ver la blancura original
de su tez y cerró los ojos adormilado, sin pensar en nada, sin embargo aquella
quietud, aquella calma empezó a inundar su mente y su corazón de recuerdos,
tanto así que parecía que hubiera bastado mecerse bajo el árbol para recordar
de que había castigado a Iván, dándole a Clara la razón, ¿Iván no podía irse de
la casa por una paliza tan tonta como esa verdad?...
Era
31 en la noche, nada particular para los chicos ni para nadie en casa o el
pueblo, excepto para unos cuantos vividores que desde hace 6 o 7 años andaban
jorobando con eso de la famosa fiesta de Halloween con el afán de lucrar y
quedarse con el dinero en los bolsillos, fiesta que año tras año la hacían en
el coliseo cerrado, una gran estafa además de peligroso, porque obviamente al
ser una fiesta popular no había adultos que supervisen la misma, por ende
asistían un montón de mocosos disfrazados a la “quete” (abreviatura de: que te
importa pero por lo general se traduce en: “cualquier cosa”) o no a consumir
bebidas y sabe Dios qué cosas más y ellos querían asistir a la fiesta e
interesantemente el que quería ir era Iván más que Alexander, pero como de
costumbre la idea de cómo llegar a la fiesta y volver fue de Alexander.
Rubén
en cambio estaba un poco extrañado que su mujer no esté afanada haciendo
masitas para el primero de noviembre, ella cada año hacia masitas para regalar
a quien venga a rezar, pero tampoco menciono nada, alguna vez había oídos que
no se hace mesa el primer año del fallecido por la idea de que el fallecido de
la casa es muerto nuevo y que todavía esta consumiéndose su carne en el
panteón, la sola idea le ponía los pelos de punta, imaginando como estaría el
cadáver de su hijo de no ser porque lo cremaron, sin darse cuanta acababa de
recordar que Logan estaba muerto sin hacer conexión al hecho de que acababa de
hacerlo llamar para charlar… en fin desventajas de la pérdida de memoria; así
que no menciono nada en particular y pensó que si o si, irían a comprar
hermosas coronas de flores para la tumba de su hijo y de María e irían a la
misa en el cementerio para las almas que no están en casa… ya estaba él
imaginando o más bien recordando el fuerte olor a cirios encendidos, el
incomparable aroma de los nardos blancos que Clara encargaba especialmente
desde Cochabamba para estas fechas y que impregnaba la casa con olor a iglesia
que interesantemente no le desagradaba, al contrario le daba paz…
- Ya pues, diiiile – se oyó a Iván empujar a Alexander hacia su padre para que pida permiso, él no podía hacerlo porque estaba sin privilegios después de su huida
- Y porque no le dices tú – quiso saber Lex limpiando el helado que se le cayó sobre la ropa cuando Iván le dio un codazo
- No va a querer darme permiso después de lo que paso – murmuro en voz baja mirando de soslayo a papá que estaba leyendo el periódico en uno de los sillones de tronca del patio junto a una mesita con un vaso metido en una hielera para que no se caliente su jugo de fruta
- AJ yaaa, que fastidio… a ver si quiere – murmuro Lex y Rubén simplemente sonrió para sus adentros, los gemelos andaban sospechosos desde la mañana, y sabia que algo quería el menor porque estaba tras de Lex como un pollo tras una gallina, algo novedoso para variar, porque generalmente era al revés
- Paaa – se acerco Lex con esa inconfundible aprehensión en la boca del estómago que nunca le fallaba, una corazonada… las veces que sentía eso en su vientre sabía que su padre diría no
- Mmm – murmuro Rubén sin levantar la vista del periódico pasando la página como si nada ocurriera pero mirando por un costado a Iván que estaba a un lado sentado mordiendo sus dedos nerviosamente – deja de morderte los dedos Iván, te vas a hacer infectar de las heridas que te haces y después vas a estar llorando – dijo sin dejar de mirar al periódico e Iván automáticamente hizo a un lado las manos llevándolas atrás como si escondiera sus dedos pero mordiendo sus labios, definitivamente el muchacho andaba muy nervioso desde que volviera de la casa de Arturo pero no había soltado prenda pese a sus palabras, quizás era bueno soltar un poco la rienda y dejar que haga algo que quiera
- ¡Ojj!, no me haces caso – reclamo Lex distrayendo a su padre para que deje de retear a Iván
- A ver dime ¡qué! quieres – dijo papá bajando el periódico colocándolo sobre su regazo mientras sobria un poco de jugo y le daba a Lex para que beba y llamaba con la mano a Iván para lo mismo
- ¿Puedes darnos permiso esta noche para salir? – dijo directamente mirando a su padre con una sonrisa – no muy tarde, a las ocho de la noche y volveremos a las diez – agrego antes de que su padre ponga pegas
- ¿Esta noche? – murmuro con sospecha por la hora que ya habían fijado seguramente los dos – ¿y se puede saber a dónde quieren ir de noche? – quiso saber
- Queremos ir al coliseo, hay un festival – agrego Lex disfrazando el asunto como si su padre fuera tonto
- Festival de cerveza, de borrachera y no sé que mas – corto papá – ya conozco ese festival – dijo con ironía
- Papaaaa – se quejo Lex – te inventas
- No Lex, no hay permiso para ir a ningún festival – contesto alzando nuevamente su periódico
- Pero papi – se atrevió a murmurar Iván parándose para hablar
- NO, no van a ir a ningún festival, quieren salir, vayan al cine esta tarde – agrego para que no digan que no les daba permiso para nada y los tenía encerrados
- Pero es que nosotros queremos… – musito Iván sorteando el momento para hablar
- He dicho que no Iván – corto papá mirándolo directamente a la cara sentando presencia – no insistas… además estas castigado, ¿recuerdas? – pregunto sin levantar la voz e Iván apretó los labios enfadado sin poder frenar sus impulsos de discutir o quien sabe pensando en que decir exactamente porque solo basto segundos para contestar lo que contesto
- Y como no lo voy a recordar si lo sacas a colación siempre que puedes – dijo al final cruzándose de brazos – estoy harto de estar castigado – y Rubén elevo una ceja interrogante e Iván se puso a sollozar girándose de golpe en el sillón del jardín para esconder la cara y eso llamo la atención de Rubén
- Iván – lo llamo para que se dé la vuelta pero Iván estaba escocido por todo, estaba harto de estar encerrado desde que regresara a casa, pero ese encierro nada tenía que hacer con su padre, sino con Logan – Iván te estoy hablando – dijo papá al ver que su hijo no se giraba
- No quiero hablar papá, déjame un rato por favor – agrego y antes de dar oportunidad a decir algo más, Iván corrió a su alcoba dejando a Lex y a Rubén mirándose fijamente
- ¿Qué es? – pregunto Rubén desconcertado y Lex se encogió de hombros en señal de no saber de qué se trataba
- No lo sé papá, Iván esta así de mal humor desde que regresara a casa – agrego y se marcho en cuanto pudo, no quería ser objeto de interrogación por parte de papá – voy a la cocina a ver si Adela termino de cocinar, tengo hambre – murmuro y se perdió en el jardín
Y
Rubén, tras exhalar ruidosamente como si le pesara respirar camino con paso
lento a la alcoba de Iván con la firme decisión de hablar y cortar de una vez
por todas aquella horrible fluctuación de carácter del menor que lo traía
tiempo de mal humor, como fermentando una tormenta, pero esas ganas de pelear
se desvanecieron apenas lo vio como estaba,
tirado en cama boca abajo, mirando la ventana, mientras que con una de
sus manos que colgaba a un lado del catre jugaba con un pequeño gato que Clara
trajera de la veterinaria.
- ¿Puedo pasar? – pregunto tocando con los nudillos la puerta, no había querido entrar como en meses pasados sin importarle si su hijo quería o no verlo, había decidido ir con calma, después de todo el muchacho parecía una bomba de tiempo y él quería averiguar qué diablos era eso que lo molestaba tanto a tal punto de enojarse con todos pero por las buenas
- Ya estás aquí ¿no? – respondió Iván sin hacer el menor amague de moverse, vamos que parecía que le importaba muy poco lo que su padre opinara de su respuesta, Iván estaba estresado y se notaba, llevaba profundas ojeras días más o días menos y su apetito había disminuido considerablemente, era un hecho que algo le pasaba y papá había decidido llevarlo al médico esa misma tarde
- ¿Cómo? – murmuro Rubén con algo de aspereza frunciendo el ceño, cogiendo a Iván del brazo y obligándolo a darse la vuelta y mirarlo de frente, estaba bien que ande malhumorado porque no podía salir, pero de ahí a que sea maleducado con él no iba a tolerarlo, al fin y al cabo Rubén le había dado la oportunidad de hablar y él muchacho callo a su conveniencia – Iván te estoy preguntando – agrego sin soltarlo e Iván trago saliva
- Lo “siento” papá – murmuro sin nada de remordimiento como si leyera un dialogo, de haber cambiado el tono de voz hubiera sido convincente ya que al llevar la cara más pálida que un convaleciente de fiebre amarilla, hasta su padre hubiera caído en la tentación de ser indulgente, pero no era el caso; de todos modos se giro para mirar a papá y al verlo con el ceño fruncido cambio un poco de actitud, asustado, por fin se daba por enterado que estaba caminando en la cuerda floja
- No lo sientes Iván y no hagas que cambie de opinión y te haga saber cómo quiero que lo sientas – esa era una amenaza flagrante e Iván trago saliva y se quedo en silencio mirando sus manos, sintiendo los vellos de su nuca erizarse ante la amenaza de papá, dándose cuenta que llevaba días haciendo lo mismo, estar como gato mojado gruñendo de todo – ¿qué pasa contigo? – pregunto Rubén aun muy serio – Iván te estoy hablando – le dijo cogiéndole el mentón – he venido a conversar con vos no a hablar solo, pero si es lo que prefieres podemos tener otro tipo de charla – y ahí una nueva amenaza e Iván alzo la vista por fin
- Estoy aburrido de estar encerrado y quiero salir un rato – murmuro con los ojos nublados
- Pero no fui yo quien decidió esto, fuiste tú – murmuro papá – yo no dije que no podías salir – recalco – te dije que si quieres salir, vayas al cine con tu hermano, aun hay tiempo, pero no quiero que vayan a ese festival
- Pero ¿por quéee?... ¿qué tiene de maaalo? – empezó a cuestionar Iván, él quería una razón valedera como todo adolescente, no una respuesta trabajada para un niño que era justo lo que según él su padre estaba haciendo y Rubén jalo la liga lo mas que pudo
- Porque ¡NO! Iván, conozco ese famoso festival y cada año es lo mismo – respondió su padre muy decidido – una tonta fiesta de disfraces tétricos y un montón de trago de por medio y el año pasado marihuana y no sé qué mierdas mas – dijo pensando en las noticias que salieron en los telediarios – y por ningún motivo voy a dejar que corran riesgos hijo, no quiero verlos de nuevo en el hospital – Iván no podía negar que esa era una respuesta adecuada a su edad, con toda lógica, pero capricho es capricho
- Pero es Halloween – agrego Iván como si fuera una costumbre en su vida, valiéndole un pepino los temores de su padre, lo que enojo a Rubén
- ¿Y qué?... ¿vas a ir disfrazado casa por casa pidiendo galletas con tu hermano? – le pregunto a Iván cogiéndolo del mentón para mirarlo – porque si es así no necesitas salir, te disfrazas aquí de lo que quieras incluida tu madre y yo y Adela te hace un montón de galletas – eso sí era ser irónico con ganas, pero era preferible eso que ser un total mandón, de haber sido una fiesta en casa de algún amigo él los dejaba ir, pero este famoso halloween o lo que sea, no era costumbre del pueblo y nadie se sentía feliz con un disfraz ridículo… ni grandes ni niños y casi nadie festejaba esa costumbre por ser extranjera
- Te estás haciendo la burla – se enojo Iván
- No me estoy burlando o me vez riéndome – pregunto Rubén – disfraz es disfraz y galleta es eso, galleta y mamá puede hacerte las que quieras – definitivo, Rubén estaba llenando el buche de Iván con piedrotas, pero el muchacho decidió no caer en la trampa
- No es lo mismo, no es ir a pedir galletas, ¿por quién me tomas papá?... es ir a una fiesta – agrego – una pu… estúpida fiesta de disfraces de Halloween que ¡aburrido eres! – lo acuso realmente enfadado y fastidiado ya
- Estúpida o “puta” fiesta no me vas – dijo papá frunciendo el ceño y haciéndole saber que no le pasaba lo de los términos malsonantes que estaba usando – y cuida esa boquita tuya Iván, si no quieres probar jabón de ropa – lo amenazo e Iván cerro la boca a sus argumentos, cruzándose de brazos nuevamente mostrando su total disconformidad; el muchacho ya estaba el colmo, pensaba Rubén, pero no iba a caer en la trampa de pelear, allá él si quiere estar enfurruñado todo el día – ¿quieres salir?, tienes la puerta abierta desde las 3 de la tarde a las 8 de la noche – y dejo muy en claro lo de la hora – lo tomas o lo dejas, es tu decisión, pero no quiero ver malas caras en la casa, ni oír gruñidos, ni tener que hablar con señas, porque ¡ahí! te voy a dar motivos para estar disconforme… ¿estamos siendo claros? – pregunto Rubén e Iván se lo quedo mirando, hacia tanto tiempo que no le decía aquello que sintió mariposas en el estómago, definitivo, papa lo estaba amenazando, pero su padre continuo tras una breve pausa y no menos enojado precisamente – Iván, ya te he dicho que vine a conversar civilizadamente, lo mínimo es responderme… estás jugando con fuego carajito – e Iván reculo es su comportamiento
- Si papá entendí, no hay salidas – dijo resignado, joder el crío que no entendía
- No Iván, no es que no haya salidas, puedes ir al cine – recalco nuevamente su padre levantándose de la silla para salir de la alcoba de su hijo
- Pero paaaapi, es Halloween, una fiesta de disfraces por el día de los muertos – en una fracción de segundos Iván volvió al mismo tema
- ¡Que Halloween ni que ocho cuartos Iván! – Rubén se giro sobre sus pasos para mirarlo enojado, ya estaba de buen tamaño esto de la fiestita tonta – el día de los difuntos es el dos de noviembre por eso es feriado – le recordó convenientemente – ¿quieres celebrar el día de difuntos como el resto? – le pregunto sin darle opción alguna a que hable, mientras Alexander se quedo parado en la puerta de su hermano oyendo la reteada de su padre moviendo la cabeza, le había dicho que no les darían permiso porque ya se lo había comentado a mamá y Clara pego el grito al cielo y lo amenazo de tortura, su hermano era un tonto como siempre, el había ideado la forma de ir sin llamar la atención, después de todo sus padre iban a salir – …pues te llevo a los cementerios e iras nicho por nicho rezando para que te regalen maicillos, bizcochuelo, tanta wawas con pasas y chicha de mani – enumeraba todos los dulces tradicionales de estas fechas y que Iván jamás había probado en su vida – que esas son las cosas que tradicionalmente se da AQUÍ en tu tierra, no ir a caminar golpeando las puertas y pidiendo dulces a los desconocidos y PEOR ir a una tonta fiesta de disfraces a emborrarse y hacer huevadas – puteo de lo lindo, Rubén ya estaba harto, estaba fermentando como las nubes en el horizonte
- Pero yo no voy a TOMAAAAR – grito desesperado ya Iván, arañando mentalmente las paredes ante la tozudez de papá
- NI A TOMAR NI A REZAR – contesto su padre – así que deja la fiesta en paz Iván, y mejor guarda la jeta – e Iván se puso a llorar lo que saco de quicio a Rubén…ya estaba bueno de tonterías, así que sin pensarlo dos veces lo paro de la cama y le bajo el pantaloncillo corto soltando un manotazo en el trasero que Iván no lo vio venir – PLLAAF… SUFICIENTE, ¿QUIERES LLORAR?... TE VOY A DAR MOTIVOS PARA ESO Y PARA MÁS – amenazo bajándole un poco más la ropa haciendo el intento de volcarlo
- Nooo nooo papá nooo – y el pobre apretó el trasero sintiendo el calor con la forma de la mano de su padre calcada en una de sus mejillas, asustado ante la idea de una paliza de la nada, y cuando Rubén volvió a subir la mano en señal de volver a darle un azote, Iván se apuro a coger la mano de su padre atajándose el golpe que no tenía intención de regalar – ya no digo naaada papá naaada – gimoteo
- Mas te vale jovencito, que estas a un pelito de que te calque NO mi mano sino el cinturón… ¡deja de molestar! – le advirtió – si quieres salir ya te he dicho, puedes ir al cine – y la cara de Iván aun cuando sus intenciones eran grandes de no manifestar su enojo, no pudo ser, por lo que su padre cambio de actitud e hizo algo en su desespero de no castigar a Iván y fastidiar el almuerzo – …pero bueno ya, si vas a seguir con esta actitud mejor te echas una siesta y pare de contar... ¿me estás oyendo? – y le abrió las sábanas de la cama y lo metió en ella… una señal de que cualquier cosa era preferible a una paliza
- Yaaa papáaa – contesto Iván tumbándose en el lecho y fue cuando Rubén decidió salir del cuarto
- Y ¿tú?, ¡a volar pajarito! – le dijo a Lex chasqueando los dedos para que deje en paz a Iván, mientras él se dirigía al potrero, llevando a Lex por delante – mocoso carajo, ¡caprichoso como el solo!
Musitaba
en voz baja, pero no tan baja como para que Alexander no lo oiga, poniéndose el
sombrero y cerrando la puerta principal, ¡qué diablos!, hubiese querido
sentarse con su hijo y conversar en paz, como cuando lo trajo de vuelta de la
casa de Arturo…… pero bueno, tiempos van y momentos vuelan, ya habría nueva
ocasión para ello, en ese aspecto no había nada que hacer, era como siempre
decía… ¡Dios dirá
- Y ¿tu? – dijo después de una pausa – no quiero oír mencionar lo de la maldita fiesta, ni de ningún festival ni niño muerto en el camino Alexander – lo advirtió enfadado con todo
- Pero yo ¡que! – se quejo sorprendido de que su padre se vaya con todo contra él… bueno no con todo, a él no le había dado ningún manotazo ni jalado la patilla como era costumbre – yo solo te pedí permiso y dijiste que no y yo no insistí – respondió cruzándose de brazos y su padre elevo una ceja, ¿desde cuándo su hijo tan considerado y obediente?, ese chico seguro estaba con fiebre o estaba tramando algo en esa cabecita suya tan brillante para las tontería, pero iba a concederle el beneficio de la duda
- Mas te vale Alexander… ¡más te vale! – hizo énfasis en la última frase antes de mandarlo a casa de regreso recordando que ese día iban a venir el veterinario para excitar a los toros y ver su capacidad reproductiva y escogerlos como sementales y la verdad no le hacía gracia que su hijo vea eso tan desagradable – ve a ayudar a tu madre
- ¡OHH! PAAA – empezó Lex a refunfuñar es que claro habían caminado medio patio, unos 800 metros desde la casa al potrero y en ese calor, joder era como una cuadra entera
- ¡Alexander! – papá elevo un poco la voz – he dicho que vayas a casa a ayudar a tu madre
- No dijiste eso, dijiste que vaya a casa solamente… – bueno es que ese ve a ayudar a tu madre no era gracioso – me tienes de aquí para allá como si fuera canica… “que ven aquí que vaya allá” – se puso a remedarlo sin darse cuenta que su padre no estaba para bromas
- Alexander hasta contar hasta tres – le dio una oportunidad más, pero Lex, es Lex
- Pero paaaa… AUUUU ¡yaaaa! – grito, Rubén le había dado un jalón de orejas – no te entiendo primero me haces salir de la casa y ahora que…
- Y ahora he dicho que regreses – termino Rubén por él y al ver el puchero de Lex agrego más calmado – lo siento hijo, pero por favor me olvide que tengo que hacer una cosa desagradable en el potrero, no quiero que veas esto que haremos con el veterinario – le explico
- ¿Y qué harás? – quiso saber, picado ahora por la curiosidad que fue más que su enfado
- Vamos a excitar a los bueyes para ver cuál de todos es el mejor semental – y la cara de Lex se pudo de todos los colores, aun cuando eran animales la idea aquella no era grata
- Wacala… mejor me marcho – dijo y su padre no sabía si reír o gritar, al final opto por darle un abrazo compensando el jalón de orejas
- Buena decisión – sonrió – ahora ve a casa pero nada de planear tonterías con tu hermano
- Que dices papá ¿por quién me tomas? – respondió ofendido Alexander de aquella descarada acusación
- Conozco a mi ganado hijo, conozco a mi ganado…
Murmuro
y con un último beso en la frente lo despidió en medio patio, después de todo
no necesitaba entrar en detalles.
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