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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 10 de Noviembre del 2016
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Capitulo 9
“Llevado de la mano”
Segunda
parte
Nicolás:
Me estaba aburriendo de estar en ese lugar, es que solo
veíamos dormir al protegido y no era divertido…
- Nicolás: Julio necesito hacer algo… me aburro, ¿no te van asignar otro protegido? – pregunte – o ¿Puedo ir ayudarle a Saúl?
- Julio: no me van a asignar a ninguno hasta que termine con él – me respondió enojado de mi queja
- Nicolás: Saúl tiene dos protegido a la vez, ¿por que tu no? Ya estas viejo para esto. ¿Porque no te jubilas? – le pregunte de verdad con interés
- Julio: Oye maleducado.
- Nicolás: no me digas que no estás viejos, hombre tienes como 80 años.
- Julio: grrrr ven acá.
- Nicolás: no espérate, solo bromeaba. No, no, no – empece a gritar, pero de nada sirvió me volcó en su pierna boca abajo
- Julio: PASSS, PASSSS, PASSSS – no se si era mi impresión, pero yo sentía que me estaba calcando su mano con ganas
- Nicolás: auuu, aiii ya ashhii – de verdad me estaba dando fuerte
- Julio: si yo también se bromear – dijo haciéndome parar y moviendo su mano, me levante volando sobándome el trasero – no tengo 80 años niño,
- Nicolás: shhiff ya lo sé tienes como 60.
- Julio: no, tendría 56 años… que llorón a penas te toque
- Nicolás: tienes la mano bien pesada – dije avergonzado – ¿a qué edad moriste?
- Julio: tenía 31 años.
- Nicolás: ¿cuántos años tenías cuando tuviste a tu primer hijo? – eso me dio curiosidad porque sus hijos son bastante grandes en edad
- Julio: 18 años.
- Nicolás: 18… uuu tenías como 17, ¿a esa edad perdiste tu virginidad? – pregunte después de hacer mis cálculos
- Julio: no son cosas que vaya hablar con un niño – dijo viéndome feo
- Nicolás: ¿porque no? Yo la perdí a los 14 – conteste recordando aquel bonito momento
- Julio: niño calenturiento – me recrimino Julio y me hizo sentir incomodo – ¿que hubieras hecho con un bebe a esa edad?
- Nicolás: cuidarlo.
- Julio: si, sin duda los críos de hoy en día cree que es así de fácil – Julio me estaba juzgando sin fundamento
- Nicolás: oye... yo era muy capaz de cuidar a un bebe y mantenerlo, lo hice con mis hermanitos.
Fue
el momento de que Julio se quedara callado, pensándolo un rato, no era que
todos los Guías conocieran la vida de los demás, conocíamos la de nuestros
protegidos y no por completo.
- Julio: ¿y tus padres?
- Nicolás: mi padre nos abandonó y mamá no siempre estaba en casa – le respondi recordando a mi madre salir apurada de un lado a otro – tenía dos trabajos… el dinero que traía no rendía – murmure recordando a mi madre quejarse en voz baja de lo poco que teníamos – apenas servía para pagar la renta de la casa y para comer. Así que me salía en las noches y cuando mis hermanos estaban en la escuela a trabajar… cuidaba a mis hermanos y trabajaba.
- Julio: ¿cuántos hermanos tienes?
- Nicolás: cuatro hermanos más chicos.
- Julio: ¿sabes cómo están? ¿Los has ido a ver?
- Nicolás: sé que están bien, mamá se fue a vivir con una hermana de ella – mi buena tía Elvira – ella le ayuda a cuidar a mis hermanos y pues ya no tiene que pagar renta, mi mamá trabaja mucho por mis hermanos, sé que está pagando una casita… es pequeña pero de eso a nada – le dije, pensando en que me hubiera gustado vivir por lo menos suficiente para conocer y disfrutar de ella con mi familia
- Julio: ¿no ibas a la escuela?
- Nicolás: por un tiempo cortó, no – confesé – ... pero mis hermanos siempre asistieron a clases.
- Julio: tu mamá te saco.
- Nicolás: no.
- Julio: ¿entonces?
- Nicolás: necesitábamos el dinero – le dije como si eso explicara todo, teniendo que agregar el resto cuando vi que sus ojos me juzgaban nuevamente, es que me miro como si me dijera y ¿qué? Todos necesitan dinero – se burlaban de nosotros porque llevamos los uniformes muy viejos y remendados, la mayoría de las cosas que teníamos eras regaladas
- Julio: ¿tu mamá nunca se entero?
- Nicolás: ¡oh! si.
- Julio: ¿y?
- Nicolás: cuando se enteró que no iba a clases y que estaba trabajando me bajo la ropa en frente de mis hermanitos y medio de nalgadas…
Recordar
eso no me agrado para nada, tenía 14 años y mamá como todos los días había ido
a trabajar desde muy temprano y llegaba tarde. Mis hermanos tenían en ese
entonces… Marcos 5 años, Toño 7, Sack 8 y Jeremy 10… yo era el mayor y sentía
que tenía que ayudar en casa, sobre todo porque una tarde los chicos de la escuela se burlaron feo de
uno de mis hermanos, Sack había llegado llorando porque su pantalón estaba con
remiendos de lo viejo que era, así que sin que mi madre se enterara me iba de
la casa en las noches y me ponía a trabajar, vendía cualquier cosa que podía o
a veces me mandaban a entregar algunas cosa, a esas horas pues ni preguntar que
era, una vez me dieron lo que mamá
ganaba en una semana por llevar algunas
cosas fue por lo que seguí saliendo, al principio solo de noche… como tres
meses, y después también de día dejando
a mis hermanos en la escuela y yo retirándome… falte como dos semanas a clases
que fue el tiempo en que mi madre se
enteró.
- Cecilia: ¿Donde te has estado metiendo Nicolás?
- Nicolás: aiiiuaaashhii, mami, no hice nada malo – Para ese momento ya estaba con los calzoncillos en el piso y yo en las piernas de mamá y mis hermanitos asustados viendo todo
- Cecilia: dos semanas sin ir a la escuela no se te hace malo.
- Nicolás: yo no necesito estudiar te puedo ayudar con los gastos – me defendi, queriendo que entienda que fui a trabajar
- Cecilia: Passs, passs, passss, passss, passss, passs, passs, passss, passss, passss, passs, passs, passss, passss, passss, passs, passs, passss, passss, passss, passs
- Nicolás: buaaa, mami, no, auuuu, aiii – yo me pusé a llorar de inmediato porque desde un inicio me dio duro
- Cecilia: la que va a trabajar soy yo, tú me vas a ir a la escuela y me ayudas a cuidar a tus hermanos con eso es más que suficiente – para ese momento ya me hizo levantar de sus piernas parándome frente a ella, y yo limpiándome la cara y la nariz subiéndome el calzoncillo que era lo único que tenía, me aparte un momento y saque de uno de los muebles el dinero que había juntado
- Nicolás: buaashhff mami, ya, ya junte dinero para comprar uniformes nuevos y para..
- Cecilia: ¿de donde sacaste ese dinero?
- Nicolás: mami es que estoy trabajando.
- Cecilia: ¡es mucho dinero! – dijo asustada poniendo los billetes en la mesa desconfiando de mi – ¿de dónde lo conseguiste? ¡Lo tomaste! – ahora que lo pienso eso me dolió, mi propia madre me estaba acusando de ladrón
- Nicolás: ¡NOO!, no robe mami, yo me lo gane – me defendí creyendo que mi madre me daría opción a explicar, pero ella mami se había parado por una cuchara de madera que usaba para la comida, larga y plana, me tomo de la mano y termine en sus piernas otra vez con los calzones abajo – NOOO MAAAMI, BUAAA – Como pude me tape mi trasero – mami, no NOOO NOOO BUAAA AAA
- Cecilia: este dinero no es de dos semanas. ¿De dónde lo sacaste? – pregunto enojada estampando la maldita cuchara – CRAASS, CRAASS, CRAASS
- Nicolas: aiii, buuaaa, auuuu, mami
- Cecilia: CRAASS,CRAASS,CRAASS – de donde sacaste este dinero hijo y no me mientas por favor – dijo desesperada creo
- Nicolás: mami yo trabaje.
- Cecilia: CRAASS crass crasas craas
- Nicolas: auu auu uyaaa auuu buaaa
- Cecilia: ¡sin mentir! – Mamá me hizo tranquilizar un poco acariciándome la espalda, cuando calme mi llanto me hizo parar y me tomo de la cara para que la viera a los ojos – este no es dinero de dos semanas de trabajo, de donde lo sacaste corazón, quiero la verdad.
- Nicolás: buaa, mami yo trabaje, es mío, trabaje por las noches… cuando tu llegabas de trabajar yo me salía, hacer mandados a los barrios, ellos me pagaron por llevar cosas, mami no te enojes buaaa.
- Cecilia: cuanto tiempo te saliste de noche Nicolás – Mamá había dado un buen grito, no sé si me convenía mentir o no, pero decidí que le diría la verdad
- Nicolás: cuatro meses – respondí y me arrepentí de ello; mamá había dejado la cuchara y la vi tomar un cinto que papá dejara, ¿porque no se había llevado también eso? – … no mami, no, mami, no buaaa – decía mientras me tapaba el trasero
- Cecilia: te saliste de noche hacer trabajos de quien sabe que personas, tú sabes que es peligroso – me tomo de la mano y dándome la vuelta me dio con eso, ya tenía mis nalguitas bastante adoloridas así que ya no replique solo me dedique llorar me dio un total de 16 cintos bastante fuertes en las nalgas desnudas, no me dio más supongo que porque ya lloraba mucho – ¡NUNCA MÁS, NUNCA MAS HIJO – fue lo único que me dijo en toda aquella paliza
- Nicolás: buaa, auuu, ayyy
- Cecilia: aquí te me vas a quedar hasta que yo te diga que te puedes retirar
- Nicolás: buaaa
Me
deje guiar hasta una de las paredes de la cocina donde me dedique a llorar, mis
hermanos para ese momento ya se habían ido a dormir, mamá había ido con ellos y
después se fue a su cuarto, ya me había cansado de estar en ese lugar así que
tapándome decidí ir al baño, pero me detuve cuando escuche a mamá llorar, llore
con mucho sentimiento y me fui al rincón otra vez, la había hecho llorar y me
odie por eso.
Pasada
una hora mamá se apareció con un calzoncillo y me lo puso, me abrazo con
fuerza, creí que ya se me habían agotado mis
lágrimas pero aún me quedaban
algunas porque me puse a llorar otra vez. Al final mamá me perdono pero me
amenazo que si yo volvía a salir me daría con el cinto todos los días antes de
irse y cuando llegara de trabajar. Le dí el dinero a mi mamá, pero ella no lo acepto… me dijo que lo
ahorrara, pero hice algo mejor y compramos ropa para mis hermanos un uniforme
nuevo que les quedara algo grande para que les sirviera el próximo año escolar
y un cambio de ropa para salir, a mí me gustaba mi ropa vieja así que no me
compre nada aunque mamá me compro unos pantalones de mezclilla que me quedaron
súper…
- Nicolás: mamá se molestó mucho, fue vergonzoso… mis hermanos me vieron las nalgas y me vieron llorar, mamá me dejo como una hora viendo a la pared con los calzones en el piso, me dijo que ella se encargaría de trabajar… que yo estudiara y que le ayudara a cuidar a mis hermanos… la hice llorar – dije bajando la mirada
- Julio: claro, tu mamá trabajaba dos turnos para que sus hijos pudieran vivir y tú te expones saliendo de noche y dejando la escuela, si fueran mí hijo también te hubiera dado una paliza con los calzones abajo – no me gusto su tono, pero al final entendí que es una manera que tienen los padres de cuidar a sus hijos… o a sus protegidos
- Nicolás: pues no lo soy y de todos modos lo haces.
- Julio: para que veas.
- Nicolás: ¿a tus hijos los castigabas así?
- Julio: si, los dos mayores aun recuerden la última paliza Esteban tenía 13 Francisco tenía 12 años.
- Nicolás: de eso ya muchos años
- Julio: si, aun así sé que la recuerdan – murmuro con algo de pena
- Nicolás: porque, ¿que paso?
- Julio: Fue unos meses antes de mi accidente, los dos se salieron sin permiso estábamos…
Julio:
Mis
abuelos cumplían años de casados como 65 creo…
ya eran personas mayores, yo era de los nietos más chicos, mucha familia se reunió, hijos, sobrinos,
tíos, primos, mis abuelos vivan alegados de las ciudades, en las montañas cerca de una presa. La presa se podía ver claramente ya que la
casa de mis abuelos quedaba a unos 10 metros colina arriba, tenía una gran
vista, pero para llegar a ese lugar teníamos que ir en camionetas ya que los
carros chicos no subían.
Todos
hablaban, comían, los muchachos estaban jugando, recuerdo que el abuelo tenía
una escopeta y le estaban enseñando a los bisnietos más grandes a usarla, todos
habíamos pasado por una clase de casería desde sus hijos, sus nietos y ahora
sus bisnietos. El día era caluroso y más de uno sobre todo los más chicos ya
había mencionado ir a nadar a la presa, pero ahí solo se iba con adultos que
los cuidaran y les dijeran donde estar y donde no, yo estaba hablando con uno
de mis hermanos cuando uno de mis tíos salto con grito.
- Jaret: dos críos están en la presa, ¿qué hacen ahí estos carajos?
- Lucia: Julio los niños están en el agua.
No
tarde en correr al agua viendo quienes
era, los mayorcitos que estaban muy quitados de la pena con un
short adentro del agua, el problema fue
cuando se empezaron a lanzar yendo un poco más cerca del peligro, sentí que me
daría algo cuando Esteban grito que no se podía salir, sin dudarlo me avente al
agua tomando a los dos y jalándoles… uno de mis hermanos me lanzo rápido una de
las cuerdas que hacía poco estaban usando los más chicos para saltar, jalándome
entre mi Tío y mi hermano… ya que empezaba
a sentir el jalón hacia adentro, logrando salir, era la primera vez que
mis chicos iban así que no entendían que tanto era el peligro.
- Josué: ¿que no ven el letrero de no nadar?
- Esteban: no había ninguno.
- Josué: quien quito el letrero.
- Álvaro: se cayó esta mañana cuando le pegue con el carro, yo creí que todos los críos ya sabían el peligro
- Apenas me pude tranquilizar un poco del susto..
- Julio: les dije que no se podían meter, que era peligroso
- Francisco: pero es agua y ya sabemos nadar
- Julio: no me importa que sepan nadar – Jale de la mano a Esteban que era el más grande y le baje el short con todo y el calzoncillo.
- Esteban: no, papi, no, no papa… aquí no, papi – con un brazo le atrape y con la mano que me quedo le empecé a dar palmadas fuertes en el trasero blanco y mojado
- Julio: PASS, pass pass PASS PAS PAS pass pas pass pass
- Esteban: aiii, aau, no papa,buaaa, auuuuu, yaaa
- Julio: cuando les diga que no, es no, si se les prohíbe es por una razón – le reprendí verbalmente antes de continuar con la paliza – PASSSS, PASS, pass pass PASS PAS PAS pass pas pass pass PASS
- Esteban: auuuu, aiiii ya, auuu buaaaa – lloro con mas sentimiento
- Julio: eres el mayor, te la piensas primero antes de desobedecerme porque sabes que yo no estoy para juegos – yo estaba muy enojado ese momento, es que se había pasado mi miedo y eso dio paso al coraje – PASSSS, PASS, pass pass PASS PAS PAS pass pas pass pass PASS
- Esteban: ya, ya auuuaiiii, buaaaaiii ya buaaa
- Julio: querían refrescarse pues aquí se me va a quedar para que le refresquen las nalgas.
- Esteban: no, no papá aggg buua.
- Julio: PASSSSSS, PASSSSS, PASSSSS
- Esteban: buaaaa, auuubuaa
- Julio: me haces caso o te doy con el cinto – le dije dándole tres palmadas más cuando trato le levantar el short mugroso y enterrado del piso
Esteban
lloraba mucho lo deje parado frente a uno de los arboles así desnudo como
estaba, sin saber si taparse o usar sus manos, para cubrirse la cara o sobarse
el trasero, no estaba pequeño, que con 13 años ya conocía la vergüenza, pero no
era algo que me importara y ellos ya sabían eso, además estábamos en familia no
les haría daño a los demás aprender la lección y a ellos tampoco.
Apenas
deje al mayor tome a Francisco que lloraba tratando de ocultarse detrás de su
abuelo y su madre.
- Francisco: no, no papi, no lo vuelvo hacer buaaaa
- Julio: si, yo me voy a encargar de eso
- Francisco: buaaaaa
Y lo mismo que paso
con Esteban hice con Francisco a calzón quitado le di unas buenas palmadas
dejando el trasero bastante rojo, lloraba mucho, al ser más chico baje un poco
la fuerza de cada palmada pero dando la misma cantidad e igual dejándole parado
en frente del árbol, algunos familiares ya se habían retirado, otros estaban de
curiosos, los mayores sabiendo que preferible unas nalgadas a pasar una
tormento.
Los
deje parados en el lugar unos diez minutos, Lucia había ido por ropa, unos
shorts cortos y se los pusimos.
- Julio: ya sin llorar – les dije más calmados
- Esteban: me pegaste en frente de todos mis primos buuaaa, me quiero ir
- Julio: no, nos vamos a ir a ningún lado jovencito, te di unas buenas nalgadas y eso que
- Esteban: se van a ¡burlar de mí! – se puso a llorar peor
- Julio: nadie se va a burlar de ti, si se burlan la misma paliza le toca a ellos – trate de explicarle, pero él estaba muy dolido – yo les dije que era peligroso, que iríamos a nadar pero tenían que espera porque si no me los iba a sonar y saben que no me estoy con juegos
- Esteban: me avergonzaste – dijo enojado, era lo único que decia
- Julio: no me importa, y ya deja el tema porque estoy así de quitarme el cinto y darte otra
Esteban
estaba molesto pero con la amenaza solo se puso a llorar bajando la cabeza,
Lucia les mimaba un poco pero también estaba molesta, había historias de
accidentes que eran bastante crueles y ver estado con el temor de que sus hijos
no salieran era doloroso pero yo era el que les castigaba y mamá quien les
consentía, no por ello yo no lo hacía,
eran mis hijo y así como podía ser de estricto era de consentidor.
Francisco
aun lloraba así que le cargue para entrar a la casa mientras se sobaba el
trasero y se limpiaba en mi camisa aun mojada, sus hermanos estaban dentro con
sus abuelos con caritas tristes por haber visto a sus hermanos llorar pero
también porque al momento los gritos y la forma de hablar causaban en si un
miedo, aunque ellos no comprendieran a que había que temerle a lo mejor pensando que a la mano de papá era
a la que tenían que tenerle miedo.
Apenas
entre a la casa teniendo en brazos a Francisco y a Esteban atrás de mi
escondiéndose, uno de mis sobrinos el más grades empezó a bromear, no por los
chiquitos sino por mí, era mi sobrino pero nos llevábamos por casi 2 años de
diferencia, era el primer bisnieto de mis abuelos así que siempre nos llevamos
como si fuéramos primos o hermanos y no como tío y sobrino.
- Joaquín: no es justo, como tu si te metes a dar un remojón y a los demás no les dejan. Lo vez, yo siempre he dicho que en esta casa hay favoritismo
- Julio: cual favoritismo si tu eran el consentido – Dije bajando a Francisco
- Joaquín: oye, que no tienes algo de consideración, que a ti no te daba vergüenza que te zurraran frente a los demás!! Porque lo haces con mis pobres sobrinos/primos
- Julio: porque tus sobrinos/primos se portaron mal
- Joaquín: deberías de tomar conciencia… y eso que a ti te sonaron por el mismo motivo – dijo con una sonrisa burlona
- Julio: no entres donde no quieras terminal mal, porque tú fuiste el que me aventó y esa paliza me la lleve gratis… pero no por ello me la pase llorando todo el día, como el que se ganó una paliza por tomar el arma y salir a cazar y se la paso la llorona por todo los rincones sobándose el culo.
Más
de uno soltó la carcajada los que nos llevamos por la edad podíamos recordar
eso, por lo generar en las vacaciones íbamos a pasar algunos días con los
abuelos. Todos habíamos pasado por las mismas cosas, más de uno se había ganado
una tunda frente a los demás con el calzón abajo, un tío decía que quien no se
había ganado una de esas era porque no era hijo, nieto o bisnieto de Doña
Aurora y Don José, esa era como la marca personal de la familia. Aunque a los
pequeños no les agradara, Esteban apretaba sus manos casi pellizcándome para
que dejara el tema y Francisco que ya no lloraba tanto solo se escondía.
Al
pasar las horas de estar con los dos a mis espaldas por fin me soltaron para
irse a jugar con sus primos Francisco ya sin pena pero Esteban estaba cohibido
aun sin querer jugar… era el mayor de sus hermanos y para él era muy vergonzoso aquello hasta
que uno de sus primos más grande, le dijo que no se preocupara que a todos en esa casa se los
habían sonado… que a él incluso que
tenía 17 años el bisabuelo le había dado unas buenas palmadas por llevarse la camioneta
para ir al pueblo un año atrás que había ido de vacaciones.
- Esteban: pero a mí me pegaron frente a todos – le oí quejarse incomodo
- Jairo: y a mi frente a algunos primos y dos desconocidos, deja de llorar que no es para tanto.
Poco
a poco Esteban fue perdiendo la pena y se fue a jugar con todos
Nicolás
Escuche
con atención sin llegar a detalles, pero hacia pausas como recordando todo lo
que paso en aquel tiempo.
…Mis
muchachitos creyeron que nadie se iba a dar cuenta de su ausencia y se fueron a
la presa… uno de mis tíos fue el que dio el aviso de que estaba dos niños en la
presa, esta era muy peligrosa… cuando vi que eran los míos me metí rápido por
ellos, ya para ese momento estaban varios viendo… saque a uno y se lo pase a uno de mis tíos, y
el otro se lo pase a mi padre para poder salir yo… nomás se me quito poquito el
susto tome a el mayor y de un tirón le baje toda la ropa y me lo soné hasta que le deje las nalgas rojas e hice lo mismo con el otro… los deje a los
dos paraditos llorando con los calzones abajo frente a un árbol.
- Nicolás: Que mal padre eres…– dije defendiendo a sus hijos
- Julio: malo si hubiera dejado la lección sin aprender, si no les castigaba podían volver a intentar meterse al agua, hacía calor, lo entendía, pero pudieron morir… prefería que pasaran vergüenza antes de ver morir a mis hijos
- Nicolás: ¿no te odian por eso?
- Julio: No. Eso sí, ese día se quedaron agarrado a mi camisa como si fueran dos patitos atrás de su mamá escondiéndose de todos. ¿Qué? ¿Tu odiaste a tu mamá porque te castigo frente a tus hermanitos?
- Nicolás: mm no, yo la quiero mucho.
- Julio: lo ves, yo no dudo de que mis hijos me quieran, fue estricto pero no fui mal padre.
Estábamos
en el cuarto de Eliot, él no podía escucharnos pero estábamos al pendiente de
él, al poco rato entro Francisco acompañado de Luis su hermano menor.
- Francisco: de verdad alguien tiene que estar hablando de mí.
- Luis: tonterías, supersticiones tontas, no porque estornudes quiere decir eso, a lo mejor estas pescando un resfriado y si es así tienes que estar con cuidado.
- Francisco: no me siento enfermo, pero por si las dudas me tomare algo, no me puedo enfermar lo expongo a él. ¿De verdad no hay problema si te quedas un rato?
- Luis: no, mi mujer se va a venir también en cuanto salga, va a traer a los niños, no te preocupes, ve, termina lo que tienes que hacer, eso sí, si te vas hacer tarugo con la novia, así te va.
- Francisco: no, primero está mi hijo y lo sabes. Si se despierta que coma algo, bueno te lo encargo nos vemos en la noche.
Francisco
salió por cuestiones de trabajo en lo que nosotros seguíamos en la recamara,
Julio se quedó prestando atención a Luis que por un rato se lo paso llamando a
alguien y después de salir un par de veces se quedó sentado en una silla viendo
la televisión con poco volumen.
- Nicolás: ¿qué?
- Julio: nada.
- Nicolás: él es tu hijo más chico, ¿aun te recuerda?
- Julio: no sé, era pequeño, así que si me recuerda es muy poco, creció mucho.
- Nicolás: si, todos tienes casi tu porte… aunque algunos ya están ganando panza.
- jajajaja oye mis hijos no están gordos – dijo divertido
- Nicolás: no dije gordos, dije panza.
- Julio: vamos que ya tienes sus años.
- Nicolás: oye… ya que estamos sin hacer nada, ¿me dejas ir a hacer algunas visitas?
- Julio: ¿a quién vas a ir a ver?
- Nicolás: a Alex, tal vez me dé un vuelta a ver a mis hermanos y dar una vuelta a ver a Mike el hermano de Saúl, no es que tenga muchos amigos para visitar
- Julio: bien, pero no metas la pata.
- Nicolás: lo sé – dije rodando los ojos – … gracias...
Hoo que dinámico el capi. Me encantó y sobre todo que conocimos algo mas de Julio y Nicolás que me ancanta.
ResponderEliminarMe gusto el relato en general, pero algo que detesto y en esta historia no me gusto mucho, fue que al padre le importara muy poco la vergüenza de sus hijos y encima como que se hace la burla de eso.
ResponderEliminarPero es parte de la historia, de la imaginación de la autora y a veces es acertado con la realidad.
Lara
Mi querida Mary, fue un capitulo muy revelador, me dio mucha pena Nicolas, me dio la impresion de que su madre no supo apreciar su esfuerzo, entiendo que lo castigue por faltar del colegio, pero no darle ni un gracias por su sacrificio, me hizo detestarla, sentí como que ella no solo no apreciaba el detalle sino que se sintió ofendida o juzgada, pero en fin... fue triste y encima morir tan joven.
ResponderEliminarCon la historia de Julio, una familia muy especial por lo visto, y ahí con su cariño por todos... ojala se resuelva pronto el problema de su nieto. Me gusto mucho tu relato.
Muy lindo Mary. pero igual ese papá se paso con lo que no le importa la vergüenza de su hijo... eso es un poco cruel.
ResponderEliminarGin
Mary siempre tienes buenas ideas!!
ResponderEliminarMe gustó mucho el capi!!!
Y que bien saber un poco de su pasado!!!