Aventuras de Ranma Saotome: Cap. 1 Autora Nicole

Aventuras en la vida de Ranma Saotome y sus amigos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Marzo del 2018.

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Capítulo 1

Un Día de clases muy movido en el

Instituto Furinkan

Autora; Nicole

Nota de autora: Los personajes de Ranma½ no me pertenecen, son propiedad de RumikoTakahashi y solo los he utilizado con el fin de divertirme escribiendo está historia. Espero que les guste la modificación que he hecho, está es una nueva versión con mejor edición, los personajes están apegados tanto al manga como el anime, abran situaciones locas, mucha aventura, algo de drama y mucha comedia porque estos personajes son locos y pues me gusta que haya algo de spanking también porque más de uno sí que lo mereció en la serie original, pero lastimosamente allí no se dio jajajaaunque quien sabe en el manga que no he terminado de leer jajajaja, pero acá leerán algo de eso, agradezco sus comentarios chicos y chicas que los mismos animan mucho a seguir, ya que dan un montón de ideas. Un beso.

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Era una mañana soleada en Nerima el lugar dónde la familia Saotome vivía desde hace ya dos meses, mientras Los Tendo comían su desayuno, padre e hijo discutían como de costumbre.

• No tengo ganas de ir hoy, acaso no puedes entenderlo –  reclamó Ranma
• Mira hijo, no entiendo porque estás así, comprendería que no quisieras ir al Instituto por un problema de salud, pero te veo perfectamente – el joven Saotome cerró los ojos, torció levemente la boca y se cruzó de brazos
• El que no entiende nada eres tu papá – le dijo ahora abriendo los ojos y señalo a su progenitor con el dedo índice – Yo no fui el que quiso venir, estábamos bien en China ¿Por qué siempre tienes que complicar las cosas?
• Ranma escucha…
• No, no quiero escucharte siempre es lo mismo contigo, estoy harto que quieras decidir por mi – espetó molesto
• Hijo por favor – intento nuevamente el señor Saotome y puso una mano en hombro de su muchacho
• Suéltame – apartó la mano de Genma bruscamente – DÉJAME EN PAZ – añadió molesto dándole una patada, que lo envió directamente al estanque

Ranma Saotome un chico guapo de dieciséis años recién cumplidos estaba molesto con su padre quien quería controlar casi todos los aspecto de su vida, todo el tiempo comprometiéndolo con diferentes asuntos, como arreglarle un matrimonio con una chica que aunque no le era indiferente no la veía aún como su futura esposa, él era muy joven como para pensar en casarse, la idea de ir a estudiar tampoco le agradaba, pues lo de él eran las artes marciales para que perder el tiempo en tonterías, pensaba algo irritado. Mientras su padre salía del estanque convertido en panda para dirigirse al consultorio del doctor Tofu a servirle de asistente como todas las mañanas. Ranma por su parte, iba caminado por las vallas del barrio y su prometida por la acera conversando con él.

• ¿Qué te ocurre Ranma? – el chico ante esa pregunta no contesto ni bien ni mal – ¿Así que piensas ignorarme eh?
• No quiero hablar con nadie, no me molestes – ella lo miró perpleja
• Pues yo solo quería ayudarte
• ¿Desde cuándo estás tan interesada en ayudarme?
• Eres un grosero y no quiero que me dirijas más la palabra
• Por mi puedes desaparecer, marimacho – Akanele lanzó el maletín para golpearlo, pero el chico estuvo atento y lo atrapó con una sola mano
• Devuélvemelo ¡IDIOTA! – Chillo cada vez más irritada
• ¡Toma y no me molestes más, hoy no estoy para tus tonterías! – exclamó seriamente, la chica cogió el maletín mientras se le aguaban los ojos, ella había amanecido sensible.

Akane apresuró el pasó y su prometido hizo lo mismo, llegaron al patio del colegio y en ese preciso instante aparece el superior Kuno Tatewaki y al ver que la menor de las Tendo estaba llorando, pues las palabras de Ranma la hirieron lo suficiente para ocasionar aquella melancólica reacción empezó a retar a Saotome sacando un sable de madera de su túnica.

• ¡Prepárate Ranma Saotome, jamás permitiré que maltrates a Akane! – Fue corriendo hacia dónde estaba el chico de la trenza, atacándolo de frente, pero este hábilmente como ocurría la mayor parte del tiempo esquivo sus ataques con mucha facilidad en presencia de un montón de alumnos, quienes estaban presenciado el combate
• ¡Mierda! Otra vez tú, será mejor que no me provoques –  dijo Saotome sin perder su posición de combate – ¡Hoy no estoy de humor para tus idioteces! – añadió golpeándole la mandíbula con los nudillos y luego le lanzó una patada directo al estómago que mando a Kuno hasta el tronco de un árbol que allí había
• Como te atreves a humillar a Superior Kuno de esta manera, me las pagarás muy caras Ranma –  se incorporó como pudo y siguió atacando a su rival, pero no conseguía hacerle ningún rasguño, pues el heredero de la dinastía Saotome era muy rápido

Y en medio de aquella batalla un molesto director apareció enfrente de ambos adolescentes y empezó a reñirlos, el muchacho de la trenza se hizo el desentendido, total él no había provocado la pelea, pero como Tatewaki era su hijo, lo riño delante de todos los presentes:

• Kuno Tatewaki ¿Qué demonios estabas haciendo?
• Eso a usted no le importa – no era extraño que Kuno le guardara poco respeto a quien decía ser su padre, pero es que sus excentricidades, forma de ser, además de los recuerdos de su infancia con aquel personaje lo irritaban demasiado
• A mi oficina inmediatamente, tú y yo vamos a tener una larga conversación
• No tengo porque hacerlo – el director frunció el ceño ante tal respuesta
• Oye amigo hazle caso, después de todo es tu padre – le aconsejo Hiroshi compañero de curso
• Es cierto – Daisuke otro estudiante iba a decir payaso, pero cambio su palabra por una más – por muy extraño que sea, el Director Kuno sigue siendo tu padre
• Tienes cinco minutos y si te retrasas, te ira peor

Mantuvo su postura de autoridad, pero eso no hizo que Tatewaki se inmutara más bien le dio la espalda, se dirigió a cambiarse su Heikogi/Hakama (traje de entrenamiento) por el uniforme del colegio y después a su salón de clases mientras los estudiantes se quedaban sorprendidos, ¿sería que el director Hawaiano había perdido está vez aquella batalla?, el señor se fue hasta su oficina ignorando todo o eso era lo que pretendía hacer ver en aquellos momentos

Mientras tanto…      

• Buenos días jóvenes – dijo el profesor – antes de comenzar, quiero informarles que desde hoy vamos a tener a un nuevo compañero de clases, pasa por favor – le indicó al muchacho
• Hola, buenos días – saludo tímido – Mi nombre es Hibiki… Hibiki Ryoga – Ranma casi se cae de su asiento al escuchar el nombre de su antiguo y despistado amigo de la infancia y la pre-adolescencia
• Sean amables con él – dijo el profesor – Puedes sentarte al lado de… haber déjame ver – miró a todos lados para ver si encontraba un puesto vació – Si, al lado de Saotome hay un puesto
• Pero, al lado de Akane hay otro libre, puedo sentarme al lado de ella, me gusta más – se sonrojo un poco al decir eso y Ranma ladeo la mirada molesto mientras se cruzaba de brazos de la misma manera
• Está bien, dónde te sientas más cómodo – ese comentario hizo que la sonrisa del muchacho aumentara notablemente
• Bienvenido Ryoga – El chico/cerdo se ubicó al lado de la joven de cabellos cortos – ¡Estoy para servirte en lo que gustes! – la amabilidad de Akane hizo que Ranma maldijera entre dientes

Por otro lado Kuno decidió no entrar al aula y en lugar de eso, decidio ir a plantarle cara a su loco padre como él lo consideraba la mayor parte del tiempo, así que se fue caminando hacia su oficina seguido de los curiosos de Hiroshi y Daisuke que lo siguieron sin que se diera cuenta. 

• Creo que mejor deberíamos entrar a la clase – sugirió Hiroshi
• ¿Para qué?, no tengo ganas de ir, además me interesa  saber que va a pasar  con el director y el Superior Kuno – respondió su colega caminado sigilosamente
• ¿Y a nosotros que rayos nos importa eso? Después todos en el Instituto nos dirán que somos unos entrometidos – Daisuke se encogió de hombros ante la reflexión de su amigo y siguió caminando
• Mira Hiroshi, si me quiero enterar es mi problema, puedes retirarte a tu clase, yo iré a ver qué sucede – estaba decidido a enterarse de todo el asunto sí o sí
• Haz lo que quieras, yo me marcho – anunció apartándose definitivamente de su siempre compinche

Y en el salón de clases…

• Akane finalmente nos volvimos a encontrar, estoy tan feliz de compartir el salón de clases contigo, Akane mi amor no sabes la falta que me has hecho, pase tanto tiempo viajando para encontrarte hasta que por fin el destino nos ha unido nuevamente. ¡Querida Akane…! – el chico eternamente perdido estaba ensimismado en sus pensamientos
• ¡Hibiki fuera de mi clase! – un molesto profesor le arrojó el borrador a la cara
• AU, ¿Por qué tu loco de mier…? – se contuvo de terminar la frase, pero el docente le dedicó una mirada de pocos amigos y le indico con la mano que saliera de una vez, mientras escribía una nota que luego le daría para que la trajera firmada por algún responsable a su cargo

Mientras tanto en la oficina del Director Kuno, Padre e hijo empezaron a discutir como de costumbre, pues el señor lo retaba o mejor dicho lo intentaba, pero su adolescente hijo no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente.

• Bien, no voy a perder tiempo explicándote lo mismo de nuevo porque ya te lo he dicho hasta el cansancio, que al colegio se viene a estudiar, no a pelear – Kuno lo miraba con mucha seriedad una mezcla de enojo y arrogancia – ME ESTAS OYENDO – el sr. Tatewaki quería de todas formas que su hijo lo respetara y pensaba que levantando la voz era la forma correcta – NO PERMITIRÉ QUE ME AVERGÜENCES – añadió el señor mientras Daisuke pegaba más la oreja a aquella puerta para enterarse de todos los detalles
• Y YO NO VOY A PERMITIR QUE ME GRITES NI ME HUMILLES MÁS – el jovencito mantenía su postura desafiante
• SILENCIO, no tienes derecho a hablarme así, yo soy tu PADRE y merezco…  – Kuno ni se inmuto más bien esbozo una sonrisa burlesca, su padre decidió terminar toda discusión haciendo uso de los métodos arcaicos que alguna vez utilizaron su padre y abuelo con él – Bien Kuno, te bajas los pantalones y te inclinas en el pupitre – Kuno lo miró perplejo para luego fruncir el ceño y para terminar rodo sus ojos, pensando ¿Qué rayos pretendía ese payaso? pegarle como si fuera un mocoso, por Kami (Dios en Japonés) tenía diecisiete años no cinco, ¡Vaya amenaza más estúpida! – ¡Kuno te di una orden! – repitió esperando que el muchacho obedeciera, pero este no lo hizo
• No hare nada de lo que pides – dijo con voz calmada como solía hacer algunas veces
• ¿Qué has dicho insolente? – Daisuke sacudió la mano derecha como abanico, con algo de nerviosismo, preocupado por la situación de su colega
• Lo que escuchaste, no voy a cumplir tus ordenes, si de verdad quieres respeto, empieza por mostrarlo tu primero – Daisuke esta vez abrió los ojos como plato al escuchar aquella respuesta
• Mira muchachito, no estoy para perder el tiempo, harás lo que te digo así sea a la fuerza – el director tomo por sorpresa a su hijo y lo agarro por la cintura e intento gíralo, pero aquel mozo ya tenía diecisiete años, era alto, y fuerte, así que no le iba a poner las cosas fáciles y empezaron a forcejear
• ¡SUELTAME, TE DIGO QUE ME SUELTES MIERDA! YO YA NO SOY UN NIÑO PARA ESTE TIPO DE CASTIGO ¡IMBECIL! – Logró liberarse del agarre de su progenitor y sonrió cínicamente – ¡Ves no puedes conmigo! – se atrevió a decir arreglando su uniforme con el corazón latiendo fuerte y quien estaba afuera escuchando hizo un gesto de ¡Hurra así se hace amigo! Emocionado con la situación
• ¿A no? Vamos a ver si no puedo – fue nuevamente tras su hijo, lo agarro con más fuerza

Kuno se resistía, pero le era muy difícil liberarse, el director logró dominarlo y casi a rastras lo llevo al escritorio que allí había y con gran maestría tiro de los pantalones y los calzoncillos de este que fueron a parar a los tobillos. Daisuke por su parte cerró los ojos y suspiro decepcionado pues sabía que está ves el Superior Kuno no tendría escapatoria, su progenitor lo sostuvo por la espalda para evitar que saliera huyendo; acto seguido, cogió una regla de metal ancha de tamaño mediano que estaba precisamente al lado del adolescente y procedió a descargarla sin previo aviso diez veces seguidas sin descanso sobre el trasero desnudo del joven que empezó a gritar de la impresión y a protestar con expresiones tales como: Ya verás cuando te ponga las manos encima, me las vas a pagar, eres un maldito imbécil, te partiré en dos, etc., pero el director se hizo el sordo y continuó con la paliza, regalándole quince fuertes reglazos a la izquierda, derecha, al centro y en las flexuras abarcando su culo completamente, aquello picaba, dolía y escocía la piel a rabiar, que insoportable sensación, pensaba él que además daba respingos intentando salirse de la posición donde lo tenían.

• Discúlpate Kuno – le pidió su padre amablemente, no quería seguir, al ver que a su hijo le recorrían las lágrimas por toda la cara
• No, no lo haré, esto es humillante, eres un imbécil – Daisukese pasó la mano por la cara ante la mala respuesta de su colega
• Tú lo pediste – Le dio cinco más en la parte baja de las nalgas, Tatewaki se mordió los labios para evitar chillar, se sentía impotente con mucha rabia

El director continuó castigando con dos golpes secos y rápidos primero en una nalga y luego la otra, fueron alrededor de ocho azotes y para suerte del joven Kuno los últimos, pues su padre decidió parar al ver como su hijo lloraba mares, no lo regaño más, pero intentó darle un abrazo, sin embargo su hijo se puso rígido, por lo que no lo incomodó más, Superior Kuno se acomodó la ropa y se metió al baño para lavarse la cara mientras su padre se dispuso a salir encontrándose con el curioso Daisuke.

• Daisuke ¿Qué demonios haces aquí? – Aquel chico se puso blanco como papel
• Este… este…este bueno yo… yo quería hacerle una…una con… consulta – el muchacho mostró una sonrisa nerviosa mientras su rostro se llenaba de gotitas de sudor
• ¿Desde cuándo estabas espiando? – el muchacho trago saliva ante esa pregunta y se confesó
• Perdón… perdón, no lo volveré hacer, pero no me eche del Instituto por favor – imploró con las manos juntas casi arrodillándose, el director sonrió satisfecho ahora sí que se desquitaría de ese metiche
• Está bien te daré una oportunidad
• Qué bien, es usted muy comprensivo, cuanto se lo agradezco
• Pero con una condición – el chico bajo la cabeza y suspiro sabía que los favores no eran gratis
• ¿Qué tengo que hacer? – el director volvió a sonreír
• Limpiaras mi oficina todos los días después de clases
• Si claro, como usted ordene – se apresuró en responder
• Además permitirás que te rape la cabeza a cero – ante eso el chico puso cara de sorpresa, pero acepto también, igual no le quedaba de otra – ahora lárgate, no te quiero ver cerca de mi oficina o lo lamentaras – el chico se voló en menos de lo que canta un gallo

En otro lado del Instituto Furinkan…

• Primer día que estás en este colegio y ya te castigaron – Hiroshi sorprendido al ver al chico/cerdo parado en el pasillo con un balde de agua en la mano
• Tú no te metas en lo que no te importa – respondió Ryoga agresivo
• Tranquilo solo fue un comentario no es para que te pongas así, por cierto ¿Por qué te sacaron de la clase?
• Eso no es de tu incumbencia, pero te lo diré, lo que pasa es que me quede dormido
• Ah ya veo, suele pasar cuando – en lo que hablaban sonó el timbre de la salida
• Hasta mañana me tengo que ir – el chico/cerdo se despidió de Hiroshi
• No tan rápido jovencito – lo llamo su profesor
• ¿Y ahora que hice? – cuestionó desafiante entre dientes y se acercó hasta la entrada de aquella aula de clases
• Tomé – le entregó la nota – Quiero esto firmado por alguno de sus padres, sino usted no entra a mi clase mañana ¿Le quedo claro? – Ryoga leyó aquello, lo dobló y guardo en el bolsillo de su pantalón y le dijo al profesor que no se preocupara mientras que a Hiroshi le bailaban los ojos por enterarse de esa situación, estaba a dos metros de distancia del profesor y su nuevo compañero de clases
• ¿Qué te dijo el profe Ryoga? – le preguntó a penas el profe se fue y el chico se le acercó a dónde estaba él
• Es un asunto personal – cortó al chismoso y se alejó de él –¿Dónde estará mi Akane? – se preguntó ahora dando vueltas por todo el pasillo, abriendo todos los salones de clases – Seguramente ya se marchó a su casa, mejor me voy yo también – añadió y se dispuso a salir del Instituto, pero no encontraba la puerta de salida paso una hora y media en el mismo pasillo
• ¿Todavía está usted aquí joven? – preguntó una aseadora del colegio
• Es que no encuentro la salida – su tono de voz mostraba algo de desesperación, no era la primera vez que se perdía
• Lo acompañare – se ofreció a llevarlo hasta la puerta principal del Instituto
• Muchas gracias
• A la orden siempre jovencito

Ryoga camino hasta el patio, luego levantó la mirada; vio a Ranma sentado en la rama de un árbol y lo llamo:

• ¿Qué haces aquí todavía Saotome?
• Estoy descansando, no tengo ganas de llegar al Dojo de los Tendo
• ¿Y eso por qué?
• Discutí con mi padre y con Akane, la verdad no quiero ver a nadie
• ¿Qué le hiciste a Akane? – Ryoga se quitó el cinturón con el que se amarra la camiseta amarilla que casi siempre trae puesta y procedió a cortar el árbol dónde estaba Ranma
• ¿Qué mierda te pasa? ¿Te volviste loco? – al ver que el tronco de aquel árbol se mantenía en movimiento Saotome saltó de aquella rama hasta el suelo para encontrase de frente con Ryoga
• ¡Vamos a pelear Ranma – lo desafío Ryoga – Jamás permitiré que lastimes a Akane! – le miró furioso
• Yo no le hice nada, ella es la lunática – se defendió el chico de la trenza
• ¡¿Cómo te atreves a insultar a Akane de esa manera?!¡Me las pagaras! – y empezó a atacar a Ranma como de costumbre, pero este aunque esquivaba sus golpes, no estaba muy seguro hasta cuándo sería capaz de aguantar aquello pues aquel chico siempre le daba batalla, era fuerte como él y cada vez que se enfrentaban ambos salían agotados
• Ryoga mira allá viene Akane – el heredero de la dinastía Saotome consiguió como siempre distraer la atención de su desorientado amigo y aprovechó la situación para darle una patada en el estómago que le sacó el aire, el muchacho quedó con la guardia baja, lo que Ranma usó en su ventaja, y le propinó dos golpes en la cara, el chico/cerdo acabó en el suelo
• Esto fue más fácil de lo que pensé – sonrió satisfecho
• Eso es lo que tú piensas Saotome, te arrepentirás de haberme engañado. ¡Te voy a matar! – el jovencito se levantó como pudo y se abalanzó sobre Ranma para intentar golpearlo, pero fallo varias veces impactando la tierra en lugar de la cara de su amigo
• Ryoga cálmate – tenía que pararlo a como diera lugar, pero Hibiki no le iba facilitar las cosas
• No, no lo haré hasta verte derramar sangre – lo cogió por la camiseta y lo lanzó con mucha fuerza hasta un el pilar de la entrada – ¡Levántate, Saotome, te voy a acabar! – exclamó abriendo la tierra con un solo dedo, haciendo uso del punto de quiebre, técnica que le enseño Cologne la bisabuela de Shampoo
• Ryoga nos vamos a meter en un problema, si peleamos aquí – Ranma se incorporó nuevamente
• ¡Cierra la boca y pelea como hombre! – Ahora lanzó su sombrilla pesada para golpear a su rival, pero este esquivo el ataque y la misma cortó las hojas de los árboles y luego volvió a él – Maldición, falle. Ranma vuelve aquí – Empezó a correr por todo el patio, pero no encontraba a Saotome, pues este estaba parado en otro árbol, no porque se estaba escondiendo o escapando de la pelea, lo hizo porque no quería más problemas con nadie, mucho menos con el  padre de Kuno.

Además  cada vez que Ryoga llegaba a Nerima siempre algo pasaba, es que no se cansaba de retarlo por todo, esa situación lo tenía ya cansado y todavía venía a estudiar al mismo colegio que él ¡Vaya dolor de cabeza!, Ranma-Kun se pasaba la mano por la cara mientras veía a aquel distraído dando vueltas por el inmenso patio del colegio, definitivamente Ryoga no tenía remedio.