Carrusel: Cap. 10; Autora Nicole

Carrusel

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Marzo del 2018.

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Capítulo 10

Autora: Nicole

Estaba Kokimoto encerrado en su cuarto acostado bocabajo  todavía gimoteando con la cara roja, llena de mocos y su trasero rojo como un tomate.  Él sabía que había hecho mal al haber mentido de aquella manera, pero nunca pensó que su padre se atrevería a castigarlo tan fuerte. De pronto oyó unos pasos y el sonido de la puerta abriéndose era Melissa Ueta Lima (como casada Melissa Mishima) quien es una mujer  japonesa mestiza de padre oriental y de madre brasileña, por ello su nombre .La mujer abrió la puerta, entró luego dio un vistazo en la sala, encontró en un sillón la  raqueta de ping pon luego  se fue hasta la habitación de su hijo.

• Koki chan – forma cariñosa de llamar a los niños pequeños en Japón – pero ¿qué te paso, por qué estás llorando mi amor? – dijo ella acercándose a la cama
• Mel – así llama a veces a su madre – Mishima san – forma respetuosa de llamar a su padre – me golpeo muy fuerte
• Si, ya me di cuenta y ahora mismo me va a oír ese desalmado, pero como se atreve a hacer semejante barbaridad. ¿QUIEN SE HA CREÍDO QUE ES? – estallo la madre
• Espera Melissa, Mishima san está dormido y si lo despiertas se va a enojar
• No me importa tú te quedas allí, mientras yo voy a buscar a ese salvaje, no te preocupes no va a suceder nada malo
• Está bien – dijo el niño mientas su mamá se fue hasta el cuarto de Mishima con una vara de bambú  en  la  mano; que cogió del cuarto de su pequeño  y empezó a tocar la puerta de una manera violenta
• ¡TAKESHI MISHIMA ÁBREME LA MALDITA PUERTA EN ESTE INSTANTE! – el hombre escucho los escándalos, que le hicieron pararse de golpe y abrir la puerta a su esposa, que estaba con una cara de querer comérselo vivo
• ¿Qué pasa mujer porqué tanto alboroto? – contesto desde adentro acomodándose los calzados
• Y ¿todavía te atreves a preguntar?
• Sí, claro que me atrevo porque no entiendo como llegas así y me gritas de esa forma, ¿acaso te volviste loca?
• NO, EL ÚNICO LOCO AQUÍ ERES TÚ – lo acuso muy enojada –  ¡PORQUÉ DEMONIOS GOLPEASTE A MI HIJO!… PERO QUE TIENES EN ESA CABEZA… ¡GRAN INCONSCIENTE! – dijo preparada para darle un varazo en la cabeza, pero su esposo la detuvo
• SUÉLTAME IMBÉCIL, MAL PADRE – lo acusaba a gritos
• Melissa cálmate – le ordeno muy serio – y deja de gritarme que no soy sordo que no tienes ningún derecho a insultarme, cuando ni siquiera sabes cómo pasaron las cosas – y eso hizo dudar a Melissa – así que hazme el favor de parar con esa ira y luego hablamos ¿quieres? Y ¿Quién te ha dicho que yo golpee a Kokimoto?
• Y entonces ¿Que hace el niño llorando todavía en su cuarto?
• No mujer, déjame que te explique – le dijo invitándole a sentarse a su lado – estaba enojado muy enojado con Kokimoto por su comportamiento del día de hoy por eso le pegue, pero han sido solo unos cuantos azotes para corregirlo nada del otro mundo ¿Cómo se te ocurre que yo golpearía a mi hijo? ¿Por quién me tomas eh?
• Yo, la verdad no entiendo nada, siento que se me va a reventar la cabeza – dijo sintiendo que le venía una jaqueca monumental
• Por eso te digo que te tranquilices para poder hablar
• Está bien, disculpa, pero no puedo evitar enojarme después de ver lo que vi – dijo frotándose las sienes – sabes que no me gusta que castigues a Kokimoto de esa forma, ¡por Dios solo tiene ocho años! – le recordó por si acaso
• Uff Mujer si supieras lo que hizo tu “angelito” te aseguro que no te quedarían ganas de volverme a hablar de esa manera – dijo con algo de satisfacción
• ¿Y qué fue lo que hizo? Si se puede saber…
• Ven vamos a sentarnos y a conversar – se acomodaron en la cama, y Mishima empezó a informarle todo lo que ocurrió durante el día, ella solo asentía con la cabeza a todo lo que su esposo decía
• Uhmm ya veo, entonces el niño hizo todo eso
• Si, por eso tuve que castigarlo severamente y créeme me dolió más a  mí  que a él, sé que es pequeño, pero tiene que aprender a respetarme desde ahora,  sino dentro de unos años será peor y es mejor corregir a tiempo, para no tener que repetir este acontecimiento nunca más – dijo todo solemne como buen japonés
• Bueno solo te digo algo, espero que la próxima vez te controles y no le vuelvas a tocar un pelo a mi hijo
• ¡Melissa! te recuerdo que Kokimoto también es mi hijo, yo lo engendré y si tengo que disciplinarlo de nuevo lo voy a hacer te guste o no – advirtió ofendido 
• Ya veremos Takeshi… ya veremos – dijo y se fue a la sala a buscar a Koki, tenia que mirar a su angelito
• Uff – suspiró Takeshi y luego meneo la cabeza – cuándo será que ella va a entender las cosas. ¡Ay Kami! (Dios en japonés) dame paciencia

Mientras tanto Melissa no tardo en deshacerse en atenciones para su pequeño, total era su único hijo… su mimado.

• Ven mi amor, vamos al baño, necesitas asearte un poco – dijo la madre regresando a la pieza del niño
• Mel, ya hablaste con Takeshi san, ¿qué te dijo?
• Si hijo, ya hable con él y me contó todo  lo  que  paso, cariño, luego tu y yo conversaremos, pero primero al baño
• Si, está bien, pero Mel juro que no fue con mala intensión – prometió con un suspiro y luego ambos se dirigieron al baño
• Luego hablamos hijo… luego…
• De acuerdo – contesto Kokimoto resignado

Ya en el baño la madre de Koki le paso un jabón con una toalla y luego cerró la puerta, como es de costumbre tradicional en Japón la gente se baña sentado en un banco o silla y utilizan un cubo con agua o una ducha de mano y proceden a lavarse su cuerpo, el niño lo hizo así y cuando ya estuvo todo limpio, se secó, se fue a su habitación y se puso ropa de dormir.

Mientras tanto en casa de Maria Joaquina…

• Hola Padre, ya volviste ¿dónde estabas?
• Hola Hija, ¿cómo has estado? yo fui a llevar el saco a la tintorería del padre de Kokimoto
• Ah eso, ¿y no me trajiste nada?
• No, lo siento hija, pero es que tuve algunos inconvenientes
• Ya veo, bueno yo me voy a mi habitación a arreglar mis cosas para la escuela
• De acuerdo hija, yo voy a mi despacho. Te veo a la hora de la cena
• Chao papá – Se despidió la niña

Y se fue a su alcoba como lo menciono, mientras al otro lado de la ciudad Jaime tenía una interesante charla con su papá.

• Jaime que haces tan temprano en casa – pregunto extrañado de verlo – te di permiso para llegar hasta las nueve y todavía son las siete y media, que no ibas a jugar con tus amigos futbol
• Si, padre, yo te había dicho eso,  pero Kokimoto está enfermo con dolor de barriga, por eso el doctor Miguel fue a verlo y como Daniel tenía un compromiso con sus padres, decidimos dejarlo para después – respondió algo aburrido y resignado
• ¡Qué mal! Bueno siéntate, te prepare unos perros calientes, que están deliciosos – le sonrió colocando la servilleta a un lado mientras traía la comida
•  ¿Tu cocinando? – señalo a su padre con un dedo – Quién lo diría – agregó Jaime empezando a reírse.
• ¿Y qué tiene de raro? Yo siempre he sabido cocinar – respondió su padre empezando a servir, recordando el tiempo en que se preparaba lo que quería – lo que pasa es que tengo obligaciones por eso no dispongo de mucho tiempo para hacerlo, pero ya que te pones con esos comentarios tan de mal gusto, te puedes olvidar de lo que te prometí – agrego retirando el panchito que le dio a su hijo
• NOOO Padre – levanto las manos para atajar su plato – perdón, no fue mi intensión. Lo siento. Tu eres el mejor cocinero del mundo, incluso me atrevo a apostar que eres mejor que mamá – vaya lo que hace el hambre ahora le estaba echando flores
• Está bien, ya te sirvo más, pero no tienes que adularme  – le recordó y Jaime bajo la cabeza avergonzado mientras Rafael termino de colocar el resto de la comida , saco una botella de coca cola de la nevera y  sirvió  la  bebida  en  unos  vasos  plásticos  y ambos se dispusieron a comer
• Oye Padre, ¿no le vas a guardar algo a Jonás?
• Tal vez uno, tengo mucha hambre, no he comido en todo el día
• Ni yo – Rafael y Jaime se comieron entre los dos cuarenta perros calientes hasta que quedaron llenos y se fueron a ver televisión…
• Pero que ha pasado aquí. RAFAEL ¿por qué mi cocina esta vuelta un desastre? y que hacen ustedes ahí solo viendo tv. Par de vagos – Dijo seria Eloisa, madre de Jaime
• Mujer cálmate, Jaime va a limpiar
• ¿Yo? – pregunto incrédulo Jaime
• Si, usted jovencito y más le vale no reclamar
• Pero padre…
• Nada de peros, ya le dije así que muévase
• ¡Ay que droga! ¿Por qué siempre yo? – quedó Jaime recogiendo y fregando todos los platos y vasos de la cocina, con un no buen humor…

En casa de los Rivera, estaban cenando Cirilo con su familia…

• Hijo te veo muy contento, ¿que estará pasando por esa cabecita tuya? – preguntó su padre
• Si, Cirilo ¿alguna novedad? – pregunto ahora la madre
• Si padres, estoy contentísimo, porque mañana voy a ir a la escuela y volveré a ver a la profesora Helena que es muy buena
• Me alegro que estés muy emocionado hijo – dijo su padre también contento – Y qué tal tus compañeros? ¿Son geniales?
• Si papá y  las niñas muy bonitas, sobre todo una María Joaquina Medsen – después de haber  hablado  suspiró profundamente.

El padre de Cirilo se quedó mirándolo un momento y luego añadió.

• Para Cirilo, estas muy chiquito para fijarse en esas cosas
• Salió igualito a ti – le dijo Paula a su marido divertida también con la conversación
• Pero lo que digo es cierto, todas las chicas son bellas, pero ella es la mejor y más hermosa, tiene el cabello largo lacio y de color castaño oscuro, dientes blancos y una sonrisa encantadora, yo quiero ser su amigo, pero parece que ella no gusta de mí – lo último lo dijo con desanimo. La madre y el padre del niño se miraron ambos y pusieron cara de preocupación, luego de oír a su hijo
• ¿Cómo me dijiste que se llamaba la niña?
• María Joaquina Madsen
• Ah es la hija del Doctor Miguel, un médico muy conocido en la ciudad – murmuro su padre
• Sí, ¿cómo sabes? – pregunto curioso Cirilo dejando sus cubiertos
• Todo el mundo lo conoce Cirilo, ha salvado muchas vidas – le respondió acariciando su pelo – bueno hijo yo creo que es hora de ir a la cama, mañana tienes clases y no quiero que andes con sueño
• Si, hazle caso a tu padre
• Está bien madre, ya me voy a dormir. Hasta mañana – el chico se dirigió a su cuarto

En otro lado de la ciudad, Daniel tambien se preparaba para dormir

• Ay que habrá pasado con Kokimoto, ¿por qué no habrá venido a mi  casa? ¿Será que le ocurrió algo? – se preguntó preocupado – bueno otro día le muestro la tortuga que me compró mi padre – murmuro dejando a su nueva mascota en su acuario  – Mejor llamo a Vale y ver que está haciendo  

David marco el teléfono de su amiga, pero nadie contestaba ¿Será que no hay nadie en su casa?, pensó… ¡ Ay que rabia! y con las ganas que tengo de escuchar su voz, si supieras lo que siento por ti Valeria, pero soy un cobarde que no me atrevo a confesar mis sentimientos. Voy a consultar con Jaime, tal vez él me pueda ayudar, añadió decidido acostándose en su cama.