Amor sin medida: Cap. 8; Autora Egly

Amor sin medidas

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 16 de Abril del 2018.

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Capítulo 8
Tocando fondo

Autora: Egly

• Ring,  ring, ring, después de casi doce horas desde que se enteró que su hijo había desaparecido y ya prácticamente perdiendo las esperanzas de encontrarlo sano y salvo, el timbre de la puerta sonó, cuando la nana Elena fue atender, se topó con el turista descarriado.
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• Gracias a Dios, mi niño nos has tenido con el alma en un hilo, ¿dónde estabas mi cielo? – y cogió al niño entre sus brazos regordetes con todas sus fuerzas mientras le llenaba la cabeza de besos, ella había prometido una novena a la Virgen de Guadalupe si su niño aparecía con bien

Mientras los demás se ocupaban de buscar al crio, ella se encargó de cuidar pero sobre todo de tranquilizar a los chicos, porque tanto Lucy como Xavier creían tener la culpa de que Salvador se escapara, se habían mostrado tan indiferentes con él que espantaba, Lucy por celos, ella era la que recibía más atención, mas mimos, y más cuidado tanto de sus padres como de sus hermanos y no quería que con la llegada de Chava eso cambiara, por lo que en los últimos días había acaparado la atención de su hermano impidiendo así que se acercara a Salvador. Xavier simplemente no había tenido tiempo para acercarse a Salvador.

• Quítate vieja metiche, suéltame no me toques – todos, hasta el mismo Salvador se sorprendieron de su reacción, pero no le importo, maldijo su suerte y a todos los de esa casa, él no quería estar ahí
• Salvado – Armando le reprendió, tomando al chico del brazo – discúlpate inmediatamente – estaba contando hasta mil para no perder la compostura
• Tu tampoco me toques, aléjate de mí, metete en tus propios asuntos y DÉJAME EN PAZ – le hablaba con tanta furia que del impacto Armando retrocedió un paso, en la semana que tenían conviviendo no había mostrado signos de enojo, era un niño tranquilo, tendía su cama, recogía su ropa, su cuarto estaba ordenado y exceptuando aquella primera mañana nunca le había contestado de mala manera, el asumió que con un poco de tiempo se adaptaría a su nueva vida y por el momento estarían en el proceso de adquirir confianza entre él y los demás miembros de la familia y viceversa. Así que con esta nueva actitud se quedó descolocado tanto así que no lograba reaccionar
• No se lo tome a mal, está muy nervioso – hasta ahora nadie había reparado en aquella persona extra a la familia, un hombre mayor que vestía ropa sencilla, Don José

Este se encontraba en la espera de pasajeros en la central de autobuses de la ciudad de Monterrey, había sido una mañana floja, hasta esa hora no había tenido más que tres pasajeros, estaba muerto del aburrimiento, dentro de su taxi, casi a punto de dormirse, se movió para recostar su asiento y así lograr estar más cómodo para su pequeña siesta, total no creía que fuera a tener mucho trabajo, en eso estaba cuando se fijó en un pequeño bulto en la banqueta de la central, hecho un novillo, lo observo durante un rato y nadie se le acercaba, no veía a sus padres, no llevaba maleta y hasta el momento no lo había visto moverse…. Tal vez está perdido… pensó,… o tal vez había llegado de algún autobús y todavía no venían a buscarlo, pero bueno que irresponsabilidad, si tan solo es un niño,… se bajó del auto y se acercó a el niño.

• Hola – espero una respuesta que no llego – ¿estás dormido? – le dijo tocando su hombro
• No – para Chava aquel día fue de mierda

Durante la noche anterior había soñado con su madre y eso lo inquieto, se fue de la escuela con la idea de buscarla, pensó que en la casa de sus abuelos la encontraría, así que espero el momento adecuado y en un descuido del prefecto se fue, a los pocos metros encontró un taxi desocupado, tenía un poco de dinero, su madre se lo había echado en la maleta, sabia la dirección de la casa porque cuando llego con su mamá de Houston se la dio al taxista, al llegar  toco con mucha insistencia pero no atendió nadie, no había nadie, derrotado y sin idea de que hacer regreso al taxi, al principio pensó en regresar a la escuela y esperar la hora de la salida, se sentía tan triste, durante el tiempo en el que lo llevaban a la casa de sus abuelos se sentía vibrar aunque también estaba enojado, su mama lo había olvidado por completo, dejándolo en casa de unos extraños que aunque no lo trataban mal no se sentía cómodo con ellos, sentía que no pertenecía a ese lugar ni a esa familia, sentía que lo toleraban por obligación y se negaba a seguir viviendo así, la última semana había sido más de lo que podía soportar, todos lo miraban raro, casi nadie le hablaba y no, no podía más.

Se le ocurrió que su madre había regresado a Houston y le indico al taxista que lo llevara a la central de autobuses, estaba dispuesto a encontrarla, al llegar pago y despidió al chofer agradeciéndole sus servicios, se acercó a una de las líneas pero el costo era demasiado con lo que tenía no le alcanzaba para comprar un boleto, ni siquiera se animó a preguntar, con la moral por el suelo salió del caos de la gente que llegaba y salía de la terminal, y se sentó a llorar sus penas en una de las banquetas más despejadas.

Ahora estaba asustado, no sabía la dirección la casa, ni del colegio, el taxista anterior lo pudo haber ayudado pero ya no estaba, pensaba en regresar a la casa de sus abuelos maternos, pero de nada servía ya que no tenía llaves para entrar, además de que no creía tener dinero suficiente para pagar de nuevo un taxi. Así que lo único que pudo hacer en ese momento fue llorar hasta vaciar el alma de penas. No  supo cuánto tiempo estuvo así sin moverse hasta que un hombre interrumpió sus miserias.

• Si no estás dormido ¿por qué no contestas? – a Don José se le enterneció el alma al verlo, parecía que tenía la edad de uno de sus nietos, se veía tan frágil, tan solo que decidió ayudarlo – bueno pero que cara, soy José y tu ¿cómo te llamas? –  se sentó a su lado. Después de esperar un rato sin respuesta volvió al ataque, él sabía que los adolescentes requieren de paciencia – te comieron la lengua los ratones mmm – a Chava el comentario le hizo gracia y soltó una pequeña risita – bueno eso está mucho mejor, ahora dime cómo te llamas
• Chava, me llamo Chava – dijo con voz entre cortada
• Mucho gusto – le extendió la mano para saludarlo, tímidamente pero Chava la tomo, sintiendo un fuerte apretón – como ya sabes soy José, te puedo preguntar dónde están tus padres – le dijo con cuidado no quería asustarlo y que lo mandara al diablo, a Chava se le llenaron de nuevo los ojos de lágrimas
•  No se – dijo en un murmullo con voz ahogada
• Bueno no te preocupes, que te parece si entramos y te ayudo a buscarlo – Don José mal interpreto la información, creyó que en un edificio tan transitado como era la central de autobuses, con gente que va y viene de todas las partes del país, incluso fuera de él, pensó que se habían separado y después se perdieron de vista. Pero la situación era fácil de resolver, vocearía a los padres del chico por el altavoz y lo vendrían a buscar
• No puedo no tengo dinero – a pesar de todo se puso de pie
• Pero no lo necesitamos – respondió extrañado el taxista
• Entonces ¿cómo voy a comprar el boleto? – a pesar de su comentario empezó a caminar hacia la entrada de la central, cuando Don José proceso la información lo tomo del brazo y lo guio a él para poder tener toda la atención del niño y poder entender que era lo que le decía
• ¿Dónde los perdiste?

Entre llanto Chava le explico toda la situación, le dijo todo sin reservarse nada, de la enfermedad de su madre, de su nueva familia, y que quería encontrarla porque no sabía de ella desde hacía mucho tiempo.

• Hijo no puedes ir a buscarla tu solo – después de escucharlo decidió hacerlo entrar en razón – escúchame y después me dirás que vamos a hacer, ¿si? – impidió que el chico lo interrumpiera tenía que explicar sus razones – no sabes dónde buscar, porque puede ser que no se encuentre en tu casa anterior, y si es así ¿qué vas hacer después?, tampoco tienes quien te proteja allá tan lejos, además ni siquiera cuentas con suficiente dinero para llegar a donde crees esta su mamá
• Pero quiero ver a mi mama, buaaa –  don José entendía al niño, había pasado por mucho en poco tiempo pero tenía que convencerlo de alguna forma
• Pues ¿por qué no le pides a tu papa que te lleve a verla?, lo más seguro es que él sepa donde se encuentra y te puede llevar
• No ese señor no va a querer, por favor usted ayúdeme a comprar el boleto, estoy seguro de que puedo encontrarla
• Don José con gusto lo ayudaría pero el niño corría peligro solo, la mejor forma de ayudarlo era llevarlo a casa al lado de su familia.
• Hijo por favor escucha lo mejor es ir con tu padre y abuelos, ellos pueden llevarte a donde está tu mamá – pero a estas alturas Chava había tocado fondo, no escuchaba de razones
• No, no, no –  repetía mientras se zafaba de Don José –  yo no voy a volver con ellos – le gritaba llamando la atención de la gente – Si no me va ayudar, váyase, yo voy con mi mamá – se liberó y empezó a caminar con rumbo no a la central si no a la calle,  don José lo alcanzo rápidamente y lo detuvo en su carrera
• Mira huerco  no te puedo dejar solo,  esta ciudad es peligrosa – le dijo viéndolo a los ojos, esperando que lo escuche – tenemos dos opciones: te puedo llevar a tu casa con tu padre…
• No – interrumpió sin escuchar…
• Entonces la segunda, te llevo a la policía para que ellos se encarguen de llevarte con tu padre….

Cinco minutos después transitaban por las calles de Monterrey dirigidos al colegio de Chava, don José conocía la escuela pues era una de las más famosas de la ciudad así que no necesitaban la dirección y ahí les podían dar la dirección de la casa, después de media hora estaban tocando la puerta de la casa residencial de los Moncada.

Bienvenida de vuelta amiguita y Feliz Cumpleaños