Mi familia, mi vida: Cap. 13; Autor Mark

Mi familia, mi vida

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Octubre del 2018.

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Capítulo 13

Autor: Mark

Lo primero que hizo Derek al bajarse del auto cuando llegaron a casa fue mandar a Hardy al estudio.

• Pero papi, yo no hice nada, tienes que creerme… – rogo asustado como estaba, ¿sería posible que su padre no quiera escucharlo?
• ¿Qué quieres que te crea? – Gritó furioso al ver que el chico no obedeció, y si, eso esperaba Hardy con todo su corazón  – ¿Todas las mentiras que has dicho hasta ahora? ¿De verdad piensas que soy tan estúpido para creer que te quedas hasta tarde estudiando para los exámenes? – Hardy lo miro en shock, el nunca le mintió sobre eso, ¿qué ocurría?, ¿ahora toda sus actos estaban bajo sospecha?, pero no tuvo oportunidad de defenderse, su padre siguió y siguió – ¿O que te quedas en la biblioteca luego de clases? – Pocas veces Danielle lo había visto en ese estado, fuera de sí, con la mirada oscura de la rabia que contenía

Llamó su atención al tocar su brazo, Derek pudo leer la súplica silenciosa de su mujer, sin embargo Danielle no pensaba quedarse callada.

• No es el lugar, en la calle, ¡no!
• Hardy, espérame en el estudio – Dijo con una aparente calma sin quitar la vista de Danielle
• Pero...
• Hardy, por favor ¡Obedece! – Intervino Danielle, sosteniendo la mirada de su esposo
• Mami…
• ¡Hardy, por favor! – Volteó a mirarlo, ella estaba logrando que Derek se calmara pero Hardy a su vez lo evitaba. El adolescente pasó a su lado llorando, no tenía otra opción, debía enfrentar unas consecuencias que no merecía – Y ustedes dos, vayan a su habitación – Había regresado la mirada a Derek, sabía que se estaba conteniendo, a pesar de no decir nada, ella lo conocía bien. Los pequeños no perdieron tiempo y entraron en la casa, no querían que el problema de Hardy los salpicara – Debes calmarte – Finalmente Danielle le habló a Derek
• ¡¿Calmarme?! ¿Tienes idea de lo que quiero hacerle?
• Estoy tan furiosa como tú, también es mi hijo, pero no lo vas a tocar en ese estado –  Derek comenzó a moverse de un lado a otro por el jardín – Entremos – Lo detuvo nuevamente tocando su brazo – Debes calmarte, yo prepararé algo rápido para cenar
• No tengo hambre
• Ni yo, pero los niños deben comer – Los dos entraron en la casa y fueron a la cocina, Derek abrió el refrigerador y por unos segundos se quedó pensando qué sacar, finalmente sacó una lata de cerveza que justo cuando la abrió Danielle se la arrebató de las manos, él la miró sin entender – A mi hijo no lo vas a castigar después de haber tomado – Le dijo mientras botaba la cerveza en el lavaplatos
• Pero solo es una – Aún estaba descolocado por el arrebato de su mujer
• Si quieres calmarte toma agua, o jugo si prefieres, también tenemos

En el estudio a Hardy ya le dolía el estómago de la espera, sabía que su padre lo iba a castigar de manera injusta, pero no diría nada, su orgullo no le permitía defenderse como debía, además él no era un soplón, David no le caía bien, pero en la calle había aprendido códigos y los respetaba. Las lágrimas habían aparecido sin que se diera cuenta, no sabía exactamente por qué lloraba, si por el castigo que vendría o por el hecho de que su padre no creyera en su palabra. Quería gritarle a Derek todo lo que había pasado, él nunca había fumado y ni siquiera quería hacerlo, se había dejado llevar por el enojo de demostrarle a David que no era un marica como le había dicho. Se preguntaba una y otra vez por qué tenía que haber aparecido Richard justo en ese momento. El universo estaba conspirando en su contra.

Se levantó casi de un brinco al ver entrar a Derek al estudio. Su padre cerró la puerta sin pasarle el pestillo, no había necesidad, ambos sabían que nadie los interrumpiría.

• Papi...
• Quítate los pantalones – Dijo mientras se quitaba el cinturón ante la mirada borrosa de Hardy
• Papi, tienes que creerme, de verdad, yo no estaba fumando – Derek no se inmutó ante las palabras de Hardy, él no fumaba, nunca lo había hecho ni siquiera por curiosidad y sus hijos sabían muy bien lo que pensaba de ello – Quítate los pantalones – Repitió sin emoción alguna, por mucho que sus chicos creyeran que él se sentía bien al castigarlos, no era así. Eran sus pequeños y no le gustaba verlos llorar
• Papi, por favor snif No me pegues snif Te estoy diciendo la verdaaad snif
• Hardy, quítate los pantalones – Las suplicas de su hijo estaban por vencerlo, debía darse prisa con el castigo o no podría llevarlo a cabo… respiró profundo y caminó acercándose al chico, lo agarró por el brazo izquierdo para que no se alejara
• Papi, noooo, por favor noooo – Y dejó caer el cinturón tres veces en las piernas
• ZAS ZAS ZAS
• AAAAAAYYYYYYY – Aun con pantalones sintió cómo picaban, no eran caricias precisamente lo que su padre le había dado
• TE DIJE QUE TE QUITARAS LOS PANTALONES – Gritó dispuesto a darle otros tres correazos, pero en ese instante entró Danielle al estudio interrumpiendo el castigo
• ¡Derek basta! ¡No lo castigues más! – Derek la miró sin creer que los hubiera interrumpido, la pequeña distracción la aprovechó Hardy para refugiarse detrás de su madre
• ¿Me estas desautorizando? – le dijo enojado mirándola como si acabara de traicionarlo
• Martha me llamó, encontró el paquete de cigarrillos entre las ropas de David, él confesó todo – Hardy no dejaba de llorar abrazado a su madre, el rostro de Derek se desfiguró del dolor, había castigado a su hijo siendo inocente

Pasó casi un minuto hasta que por fin reaccionó a lo que había escuchado, miró a su hijo que seguía abrazado a Danielle, se acercó y esperaba que Hardy estuviera receptivo pero el chico se escondió aún más detrás de Danielle evitando que lo tocara para luego salir corriendo a su habitación, dejando a Derek sin palabras. Se sentía un mal padre, Danielle se acercó y tocó su hombro de forma cariñosa para reconfortarlo.

• Castigué a mi hijo y no hizo nada, lo castigué sin merecerlo
• No te culpes, Hardy ha dicho muchas mentiras, yo tampoco le creía
• Pero tú no lo castigaste –  Dijo casi sin aliento, se sentó en el sofá y una lágrima salió aun sin querer – ¿Qué hice, Danielle? –  Su esposa se sentó a su lado y lo abrazó –  ¿Qué hice? –  Repitió hundido en lo que sentía
• No te castigues tú
• Yo debí creerle, pero las pruebas… papá lo encontró y el olor – decía casi en un susurro recordando la escena
• Ya eso no importa, ve y habla con él, escúchalo, que él te escuche...
• ¿Con qué cara voy a mirarlo?
• Eres su padre, lo amas y él lo sabe

Derek asintió repetidamente, secó sus lágrimas y salió del estudio dispuesto a hablar con su hijo. Cuando llegó al piso de arriba se encontró con sus dos cachorros más pequeños asomados en la puerta de su habitación, con paciencia y la voz un poco temblorosa los mandó adentro. Sin embargo ninguno de los dos niños se movió, por el contrario, Jimmy se atrevió a hablar.

• ¿Vas a volver a pegarle?

Derek negó con la cabeza y confirmó con su boca, volvió a mandarlos adentro siendo un poco más firme teniendo éxito en esta ocasión. Aun sin la mirada vigilante de los niños se quedó unos minutos frente a la habitación de Hardy. Tocóla puerta y entró antes de obtener autorización. Encontró al chico llorando en su cama, Hardy no se había percatado de la presencia de su padre. Solo cuando este lo tocó en el hombro reaccionó dando un respingo. Hardy se levantó casi de un salto, se le veía asustado y con los ojos rojos.

• Hijo, escucha, yo… –  Mientras se acercaba e intentaba tomarle la mano
• No me toques – Declaro zafándose del agarre y retrocediendo dos pasos, Derek no esperaba esa reacción, entendía el enojo de su hijo, pero se negaba a que lo rechazara, asi que volvió a cogerlo de la mano para acercarlo y abrazarlo, pero Hardy sentía una extraña furia en su pecho crecer como una quemadura –  ¡NO ME TOQUES! – Gritó de nuevo, retrocediendo un poco más – ¡Déjame, no quiero que me toques! – repitió pero al ver a su padre dudar uso lo único que se le paso por la cabeza – ¡No tienes idea de cuánto te odio en este momento! – Fue lo último que dijo antes de encerrarse en el baño de su habitación

Las palabras hirieron a Derek, se acercó a la puerta del baño y apoyó su frente, no se atrevió a tocar ni mucho menos intentar entrar, aunque sabía que la había cerrado con pestillo.

• Hardy, hijo escúchame, vamos a hablar – Lo único que escuchaba eran los sollozos de su adolescente, que no paraban y que estaban destrozándolo – Por favor Hardy, yo lo siento… Hijo, escúchame – De repente la puerta de abrió y el chico salió como un toro embravecido
• ¡No quiero escucharte! Tú no quisiste escucharme, ahora no quiero hacerlo yo – El llanto provocó que se ahogara, Derek se acercó para ayudarlo pero nuevamente Hardy evadió los brazos de su padre y se refugió en Danielle que estaba en la puerta, la abrazó como si el mundo se fuera a acabar y su madre fuera su única salvación

Danielle miró a Derek y con una señal casi imperceptible le hizo entender que no era buen momento para el chico. Derek pasó a su lado antes de salir de la habitación, se dirigió a su habitación dejando a madre e hijo abrazados.

• Ya deja de llorar, no quiero que te duela la cabeza – Besó su frente y secó las lágrimas del chico, que no dejaban de caer
• No me creyó, mamá… Yo le dije que no había fumado y no me creyó – Continuaba llorando con mucho sentimiento, los correazos habían dolido, no podía negarlo, pero su pecho dolía mucho más al saber que su padre no creía en él

Danielle fue llevándolo a la cama mientras le hablaba y le hacía entender que las mentiras que había dicho en los últimos días habían ocasionado la reacción de su padre y hasta la de ella misma. Se quedó con él hasta que el sueño y el cansancio lo vencieron y se durmió, nuevamente lo besó en la frente, salió rumbo a su habitación, cuando entró vio a Derek sentado en la cama con las manos en su rostro, el hombre había llorado y ella lo notó enseguida, se sentó a su lado y lo abrazó.

• Me odia – Fue lo primero que le dijo y su esposa noto el miedo que contenía esa palabra
• No te odia – Respondió sentándose a su lado
• Me lo dijo, me odia
• Está enojado, verás que mañana será el mismo chico de siempre
• ¿Y si no? – La miró con preocupación, Danielle sintió que debía disipar las dudas de la mente de su esposo
• Se le pasará en unos días, es un adolescente, nos va a odiar en varias oportunidades

Derek asintió, dándole la razón a su esposa, pero eso no lo hacía sentir mejor. Se sentía un fracaso como padre y peor aún, sentía que había defraudado a su hijo al no creer en su palabra y haberle gritado todas esas cosas. Necesitaba que su chico lo perdonara, necesitaba saber que la relación con su hijo estaba bien y que podían confiar el uno en el otro, como antes.

La pregunta era… ¿Cuánto estaba dispuesto Hardy a darle una oportunidad?.