viernes, 24 de enero de 2020

La familia: Cap. 11; Autor Adán

La familia
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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Enero del 2020. 
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Capítulo 11
Autor: Adán

Sábado 5 de mayo de 1973

Eran casi las 11 de la mañana Pamela y Adán estaban desayunando y preparándose para salir y en eso se acerca Arturo.
  • Por favor, Pamela ¿podemos hablar esto sin necesidad de hacerlo más grande…? – Arturo hablo sentándose a su lado mientras Pamela solo voltea los ojos y se para a dejar los platos a la cocina
  • Ya era hora de que pagaras por tus errores del pasado – respondió Adán enojado
  • Sabes que yo me arrepentí de todo eso… – murmuro Arturo

Pero Adan solo lo ignora haciéndose a un lado, en eso se abre la puerta, era Cat su hermana menor.

  • ¡Hermana! – Adán sonríe agradeciendo su visita mentalmente
  • Hola, hermano. ¿Cómo ha estado la noche por aquí? – Cat abrazo a Adán tirándole una mirada de enojo a Arturo
  • Bueno… Mamá despertó más o menos, apenas ha hablado… ahora vamos a salir a la casa de la señora – Adán la mira significativamente
  • Los acompaño – se ofreció Cat agradecida de la oportunidad de saciar su curiosidad – Yo también quiero saber lo que paso, Mónica apenas me dijo algo
  • Está bien por mí, no tengo problema con eso – Responde Adán

Y fue decir eso e irse con Pamela a la casa donde vivían  Maggie y su madre Clementina.

  • Vaya, no esperaba que vinieras también Pamela – hablo Clementina sorprendida, luego del escándalo de ayer no sabía que hacer
  • Pues vine con mis hijos, quería saber tu versión de la historia – respondió Pamela algo seria
  • Pasen…

Clementina los hace pasar a la sala, donde se quedó a solas con Pamela mientras Adán y Cat van con Maggie al patio.

  • Siento lo que paso ayer Adán, pero yo te lo advertí – Maggie se disculpó invitando a Adán y Cat a sentarse
  • No tenías que montar un espectáculo de barrio… Si me hubieras dado un par de días para hablar con mis padres esto lo hubiéramos arreglado con calma – responde Adán enojado aguantándose las ganas de gritarle a Maggie
  • Para ti es fácil decirlo porque al menos a ti no te abandonaron – Maggie no podía evitar sentir resentimiento como si Adán tuviera culpa de eso
  • ¡Desde muy pequeño vi como ese señor maltrataba a mi madre! ¿¡Acaso crees que eso es bueno!? – aquello tomo por sorpresa a Maggie
  • Chicos no peleen, somos gente adulta y mal que mal somos hermanos – intervino Cat conociendo a su hermano – Podemos hablar como gente civilizada como los adultos que somos
  • Bueno eso si – Adán da un respiro calmándose
  • A todo esto ¿Qué edad tienes tú? – Maggie miro curiosa a Cat viendo lo obvio… su juventud
  • Emm… 28 ¿Por qué? – Cat frunció el ceño
  • Porque pues yo tengo 32 y bueno… Tú padre estuvo con mi madre antes de que nacieras… – Responde Maggie y Cat se sorprende… era algo que no había pensado hasta ahora igual que Adán

Y así siguieron hablando, pero esa pregunta sembró una duda en Adán y Cat… Quizás Pamela también ocultaba algo.
Mientras Clementina y Pamela hablaban…

  • ¿Cuándo lo conociste? – Pregunta Pamela viendo unas fotos
  • 1940… Yo no sabía que él ya era casado, de hecho, me dijo que era soltero sin compromiso – Responde Clementina y Pamela no sabía cómo reaccionar en 1940 apenas estaba embarazada de Dulce – ¿Tú cuando lo conociste?
  • 1935… Nos casamos en 1938 y al año siguiente tuve a Adán, en 1940 tuve a Dulce y en 1945 tuve a mi hija menor – respondió Pamela
  • 1945… Pero en esa época ¿Ustedes estaban mal no? – pregunto Clementina y Pamela se puso algo nerviosa
  • Bueno es complicado de explicar – respondió Pamela – Al principio en nuestra época de novios él era bueno… muy detallista, pero cuando nos casamos y quede embarazada empezó a cambiar un poco… Fue cuando quede embarazada de Dulce que ya había cambiado…
  • A mí también me paso lo mismo, no es por nada, pero quizás no seamos las únicas engañadas, ¡quién sabe cuántos hijos más tenga sin reconocer!… Además de ser un borracho – comento Clementina recordando aquella mala época
  • Y su padre era igual, la única buena era mi suegra y su hermano… Lástima que ella murió joven, no lo merecía – Pamela le tenía cariño a su suegra con ella se llevaba bien
  • Yo tomé valor e independiente del que dirán lo corrí de la casa definitivamente, el 1949 antes de navidad… – Pamela frunció el ceño cambiando el tono de su voz drásticamente
  • ¿Diciembre de 1949?
  • Si… – responde Clementina y Pamela empieza a recordar…

Corría diciembre de 1949 todo vistiéndose de navidad Arturo ya llevaba más de 6 meses sin aparecerse y Pamela se estaba recuperando, en ese momento andaba en boca de todo el barrio ya que ahora la estaba haciendo de madre soltera, un día mientras Pamela limpiaba el jardín se aparece Arturo.

  • ¡Arturo! – Pamela dejo de barrer
  • Pamela… Yo sé que me equivoque y tengo varios meses sin aparecerme después de haberte hecho lo que te hice – astutamente le cogió de las manos evitando que se aleje – Pero quiero pedirte perdón por todo lo que te hice y te prometo cambiar tanto contigo como con los niños
  • No lo sé Arturo… Eso te lo he escuchado decir varias veces y no pasa nada… – Pamela se soltó y volvió a  barrer no tomándole importancia a Arturo
  • Si lo se… Pero créeme que estoy arrepentido, nunca quise hacerte esto… Si me fui corriendo es porque me daba vergüenza y ahora me digné a aparecerme… – Arturo estaba a punto de ponerse de rodillas con tal de convencer a Pamela
  • Con los niños hemos estado bien sin ti… – Pamela decidió ponerle pegas esta vez
  • Por favor… Dame una última oportunidad, la próxima vez que te falle si quieres me echas y no me vuelvo a aparecer – y se puso de rodillas, lo que sea por conseguir volver con ella
  • Está bien… Estarás a prueba un tiempo, pero si me vuelves a fallar te largas ¿Entendido? – le advirtió Pamela
  • Claro que si… Veras que no te arrepentirás – Arturo no pudo evitar sonreír

Y así fue… Lo tuvo a prueba un tiempo y Arturo se portó muy bien hasta ahora, puede que sea verdad que se arrepintió de sus errores, pero era una lástima que sus errores del pasado le estuvieran pasando facturas muy caras a estas alturas y que ahora Pamela se esté enterando que esa reconciliación al parecer se basaba en mentiras.

  • Vaya… fue justo por el tiempo en que nosotros volvimos – dijo Pamela con tristeza – Al parecer todo fue una mentira
  • Es una lástima que hayamos sido engañadas y no hayamos sido escuchadas – Responde Clementina

Así siguen un par de horas más y luego del almuerzo Pamela Adán y Cat deciden irse, tenían mucho que asimilar y decidir.

  • ¿Qué harás mamá? – preguntó Adán mientras caminaban
  • Pues está claro, ¡echarlo de la casa!
  • ¿Estás segura de esa decisión? – Preguntó Cat sorprendida
  • Claro… Esto no se puede quedar así… Eso es lo mejor que puedo hacer… Que pague sus errores – Responde Pamela
  • Pero… ¿A estas alturas de la vida? o sea si no lo hiciste cuando tuviste la oportunidad ¿De que servirá ahora? – le cuestionó Adán
  • Entonces ¿Es justo todo lo que me hizo, lo que les hizo y que al final se salga con la suya sin un castigo? Está claro no puedo seguir durmiendo en la misma cama que el… viviendo bajo su mismo techo… Si se los digo así tan directa es porque ya son grandes y espero que tomen la noticia como tal

Después de eso ninguno dijo nada más al respecto, pero pensando en lo mismo… nunca haberse enterado de esto, sobre todo Pamela quien apenas llego a su casa increpo a su marido quien estaba en la sala al parecer esperándola también.

  • Ya me enteré de todo – lo acuso Pamela enojada – todos estos 35 años fueron una mentira para ti
  • Eso no es así… ¡Sabes que yo me arrepentí! –Arturo intentó abrazar a Pamela y Pamela se aparta
  • Si… porque te echaron de la casa de Clementina – y la cara de Arturo se puso blanca – Pero a mi ya no me veras la cara… Quiero que te largues de está casa, no te quiero ni un minuto más aquí – lo sentencio  
  • Por favor… ¡No me puedes echar así! – rogo Arturo tratando de retener a Pamela
  • LÁRGATE, Arturo… te quiero FUERA DE AQUÍ… – y con eso Pamela se va a la cocina

Mientras Arturo se sentó mirando la nada, al parecer sus errores del pasado acababan de pasarle la cuenta y ahora lo iba a pagar lejos de su familia…



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