Naruto: Cap. 3; Autora Nicole

Naruto Shippuden

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Enero del 2020. 

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Despues de la Fiesta

Tercera parte

Autora: Nicole

Las horas pasaron y con ello cayó la tarde, y exactamente a las catorce horas estaba el hiperactivo ninja cabeza-hueca sobre las rodillas de su padre adoptivo recibiendo una buena sesión con el cepillo de madera. El muchacho se movía estrepitosamente intentando inútilmente huir de su posición prometiendo mejorar su proceder.

• Tu CRACK, CRACK, CRACK, CRACK comportamiento CRACK, CRACK, CRACK, CRACK fue CRACK, CRACK, CRACK, CRACK inaceptable CRACK, CRACK, CRACK, CRACK  Naruto CRACK, CRACK, CRACK, CRACK Uzumaki CRACK, CRACK, CRACK, CRACK – cuatro azotes en una nalga, luego cuatro en la otra  propinados todos de manera intensa, el rubio solo apretaba los labios para evitar chillar, con las mejillas completamente rojas, pero no tanto como le iba a quedar el culo cuando acabara la tunda estaba que se moría de vergüenza, hacía ya tanto tiempo que Iruka no lo castigaba así porque consideraba que había madurado lo suficiente y ya no eran necesarios ese tipo de castigos, pero al parecer todavía le faltaba mucho por aprender.
• AU, AU, AUUAUAAUAUUUUUU por favor para, me duele – no pudo evitar gritar volviendo a estremecerse,  la mano de  Umino era muy pesada y  estaba claro que  no iba a parar hasta asegurarse que el adolescente quedará bien escarmentado.
• CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK – diez recios cepillazos golpearon la parte baja del culo y el rubio  no aguantó y pegó otro gran grito, ahora sí que  empezó a suplicar ya al borde del llanto. Iruka aplicó diez más,  está vez  en el centro de las nalgas y luego otras diez  de  nuevo en  los  pliegues dando por terminado el castigo, lo puso de pie, acomodándole la ropa como cuando era más pequeño, el jovencito seguía llorando con sincero arrepentimiento.
• No, me vol…veré a portar… mal lo pro… me… to…
• Ya Naruto tranquilo… ya pasó, ya todo perdonado – lo cubrió en un abrazo, le dio un beso en la frente, se separó de él y le advirtió:
• Tengo que salir hijo, nada de hacer de la tuyas mientras no estoy.
• Vamos papá quien va a tener ganas de hacer algo con un dolor en el culo –  dijo mientras se frotaba vigorosamente.
• Lenguaje – Umino lo miro serio.
• Lo siento, pero no te preocupes no haré nada por lo que tengas que enojarte.
• Así me gusta – le revolvió el cabello y se retiró a hacer sus diligencias.

Mientras Naruto estaba en su  cuarto  acostado  sobre  su estómago en casa del clan Nara había entrado Yoshino con la paleta de madera en mano al cuarto del genio flojo ordenándole que se prepara. Se sentó en la cama y puso la paleta a su lado, luego lo mandó a acercarse, y una vez cerca le bajo el pantalón del piyama. Lo tumbó sobre sus rodillas totalmente estirado de la cintura para abajo y el resto del cuerpo tendido sobre las sábanas, sujetándolo bien con la mano izquierda y con la derecha tenía la paleta con la que le iba a dar los azotes. Cuando ya lo tenía en posición idónea comenzó con la azotaina. Eran golpes secos y fortísimos que le hacían temblar las nalgas calentándoselas de lo lindo, ya cuando le empezó a doler lo suficiente metió la mano, que  fue apresada a la espalda. Ella continuó un rato más.  El  Nara clavó los dientes en el almohadón que tenía por delante para no chillar, pero con los ojos empapados en lágrimas, después  de  darle unos cuantos azotes más su madre paro el castigo acariciándole su espalda y cabello, estuvo un tiempo más en las piernas de su progenitora hasta que se calmó, luego de eso, ella lo hizo parar y él se subió el pantalón que había quedado enrollado en los tobillos al moverse con afán en medio de la zurra. La señora se retiró.

• Y esto es lo que yo me gano por seguirle la corriente a Naruto – menciono fastidiado con ambas manos puestas en el culo.

En el momento que lo pronunció se escuchó un estornudo proveniente del  cuarto del Uzumaki, que estaba desesperado buscando su celular que sonaba y sonaba.

• DEMONIOS ¡¿DÓNDE MIERDA LO PUSE?! – se preguntó sacudiéndose los pelos, había desordenado todo en un instante y no había encontrado el condenado aparato – Ah, que tonto soy, aquí estabas todo el tiempo – Suspiro al fin con tranquilidad cogiéndolo, estuvo todo el tiempo encima de la tele. Cuando revisó el móvil se fijó que mostraba un montón de  llamadas perdidas de un tal número desconocido. Frunció el ceño esperando a que volvieran a marcar cuando pasó se apresuró a contestar.
• Hola, ¿quién es? no te tengo a nadie que se llame desconocido en mis contactos.
• ¡Cómo se nota que eres idiota! Soy yo Kiba…
• Ah, tu – dijo sin mucho ánimo – ¡¿Qué quieres?!
• Oye… Oye, no seas grosero, te llame para decirte que hay fiesta en casa del sin cejas el día seis, pero esta vez no irá ningún sensei.
• ¡No quiero saber más de fiestas! Siempre el que termina mal soy yo – dijo y colgó.
• ¡El idiota se atrevió a colgarme! – rugió Kiba al otro lado del teléfono – Ah, ya sé a quién voy a llamar.
• Hola ¿Con quién desea hablar? – preguntó Lee de pie al otro lado del teléfono.
• Soy yo Kiba, ¿Qué te cuentas?
• Nada en especial, estoy en casa de Gai-sensei ¿Por qué? ¿En qué te puedo servir?
• Llamaba para invitarte a una fiesta en casa de Gaara, el día seis.
• Me gustaría ir, pero mejor no voy. La verdad está ultima fiesta me dejo una  mala  experiencia – comentó mientras se sobaba enérgicamente su parte trasera.
• Bueno, pero está vez será diferente…
• Lo siento Kiba, después hablamos tengo cosas que hacer.
• Espera, aun no… – no le dio tiempo de terminar porque Rock Lee también le colgó.
• ¡¿Qué pasa con la gente, ahora nadie quiere festejar?! Bueno intentaré por última vez y sí no, qué más da. Que se vayan al demonio, después de todo, estoy haciendo todo esto por Gaara.
• Hola ¿Quién habla? – preguntó el sobrino de Asuma al otro lado de su celular.
• Soy Kiba.
• ¿Qué hay? ¿Qué paso? ¿Cómo conseguiste mi número?
• Eso no importa, es para informarte que habrá fiesta en casa del sin cejas.
• Genial – dijo sin emoción porque recordó que estaba castigado por dos meses sin salir – Ah, se me olvidaba, no podré ir.
• ¿Y por qué no?
• Tío Asuma me tiene castigado – mencionó Konohamaru con más desanimo.
• JAJAJAJA hasta que te pusieron un alto,  te lo tienes bien merecido – se burló y antes que el pequeño Sarutobi replicará había colgado el móvil.
• ¡Mierda, maldito Kiba, me las va a pagar! – exclamó apretando los puños – AU, pero será después que pase este dolor. Vaya el tío Asuma tiene la mano muy pesada – añadió sobándose mucho.

Mientras tanto…

• Shika mi amor.
• Pensé que nunca me llamarías – contestó él acostado boca abajo en su cama.
• ¿Cómo estás?
• Aburrido, cansado y hastiado.
• ¿Simplemente así?
• Exacto  
• ¿Cómo te fue con tu mamá?
• ¿Tú qué crees?
• Bueno tu mamá es estricta, pero sea lo que te haya dicho lo hace porque quiere que seas un hombre de bien.
• Sí, sí – Ese discurso ya se lo sabía de memoria, así que cambió el tema – Entonces problemática ¿cuándo nos volvemos a ver?  Tenemos que terminar lo que empezamos.
• Ya será en la fiesta del hermano de Kankuro.
• ¿Qué? ¿Gaara hará una fiesta? – Aquello sí lo tomó por sorpresa.
• Sí, eso es  lo que Kiba va diciendo a todo el mundo.
• ¿Y cuándo es?
• El seis – dijo ella y cortó – Te dejo cabeza de piña. Nos vemos el día de la fiesta.
• Te amo – dijo él.
• Yo también te amo – mencionó ella enviándole un beso y colgó.

En otro lugar…

• Oh vamos Sasori no Danna soy demasiado viejo para esto – Un Deidara nervioso miró a su maestro que ya estaba sentado en el final de su cama con un cepillo de pelo en la mano.
• Ven inmediatamente – Lo llamo con un semblante adusto
• Perdóname por favor.
• O vienes ahora o voy por ti, y eso solo hará que tu paliza sea peor que la que tengo planeada – amenazó Sasori.
• Danna por favor, solo sermonéame y ya.
• Deidara… No hagas esto más difícil para mí.
• ¡Danna…! – Iba a intentar convencerlo una vez más a ver si podría salvarse de ese castigo tan humillante, su mente se distrajo en pensar que palabras utilizar para hacer entrar en razón a su maestro y  no  se dio cuenta cuando el marionetista se levantó y con maestría tiró de él para volver a sentarse dónde estaba.
• ¡No! ¡Hablemos primero! – Exclamó con pánico el artista al encontrarse sobre las rodillas de su maestro agitando sus caderas y piernas como si estuviera corriendo una maratón.
• Quédate quieto, que te lo has ganado – dijo serio y comenzó a descargar duros cepillazos en mero centro del culo.
• ¡AU! ¡Danna! ¡Duele AU! ¡Para!
• Se CRACK supone CRACK que CRACK tiene CRACK que CRACK doler CRACK Deidara CRACK, CRACK, CRACK, CRACK, CRACK –   ¿Por qué Sasori estaba haciendo eso? ¡Deidara no era un niño! ¡No era justo!
• ¡Danna yo no soy un mocoso! ¡Déjame ir!
• Tú actúas como uno. CRACK, CRACK, CRACK.  Te trato como uno. CRACK, CRACK, CRACK – El artista sintió algunas lágrimas en el final de sus ojos, pero se negó a dejarlas caer.

Sasori se dio cuenta, así que empezó a bajarle la ropa sobresaltando al rubio  que  no  se  lo  esperaba.

• ¡NO! ¡NO CON EL CULO AL AIRE!  ¡NO  ASÍ  POR FAVOR! – Dei metió las manos agarrando con fuerza el elástico de sus ropas en un intento por salvaguardar su dignidad, pero Sasori acabó ganándole la batalla, pegándole  más  fuerte  y  rápido. El artista mordió sus labios, y no pudo aguantar  mucho,  dejando  escapar  un  gritó.
• AUUUUUUUUUUUU DANNNNAAA!
• Tienes CRACK que CRACK aprender CRACK a CRACK controlarte CRACK, CRACK no CRACK, CRACK  puedes CRACK, CRACK  destruir  CRACK, CRACK, CRACK  las  CRACK, CRACK  propiedades  CRACK ajenas CRACK, CRACK la próxima  CRACK, CRACK, CRACK vez CRACK, CRACK  que  CRACK, CRACK  intentes CRACK  siquiera  CRACK  hacer CRACK algo así CRACK, CRACK otra vez CRACK  te daré CRACK una paliza  CRACK con la correa CRACK, CRACK, CRACK, CRACK – El artista termino con el culo adolorido lleno de marcas del cepillo, llorando como pequeño.
• Ya tranquilo Dei, ya pasó – le dijo sobándole la espalda suavemente, le subió la ropa y lo puso de pie – Te quiero mucho  – le dio un cálido abrazo.
• Yo también Sasori no danna – expresó el rubio mientras se frotaba las nalgas.
• Ah, pero que lindos se ven – mencionó el enmascarado apareciendo de pronto en el marco de la puerta de aquel cuarto.
• ¡¿Qué demonios haces tú aquí maldito idiota?! – el artista no pudo evitar insultarlo mirándolo con rabia.

Tobi solo quería saber cómo estabas. Tus gritos se escuchaban hasta la casa de la vecina.

• Tobi no me provoques o voy a – gruñó el rubio apretando los puños con fuerza.
• Recuerda Dei controla tu temperamento – recomendó Sasori dándole una mirada de advertencia, el adolescente respiró hondo comenzando a contar
• 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Rayos no está funcionado – bufó y siguió  – 11, 12, 13, 14, 15, 16…
• Tobi nunca es castigado porque Tobi es un buen chico, no como Dei que es un chico malo. Por eso  Sasori  le  tiene que hacer chichui en la colita – dijo haciendo gesto de azote con la mano y agregó – para que Deidara  recuerde ser un buen chico como Tobi porque Sasori lo ama y quiere…
• Tobi por favor no molestes a Dei – Lo interrumpió Sasori mirándolo con tranquilidad.
• Está bien. Tobi hace caso porque es un buen chico…
• 50, 51, 52, 53, 54, 55, 57, 58, 59, 60, 61, 62 – Dei continuo contando, era mejor pasar repitiendo números todo el día a que su maestro Sasori le estuviera calentado las nalgas por culpa de ese ridículo retrasado.

Nota de autora: Espero que hayan disfrutado, amo esta serie y todos sus personajes aunque a veces parezca que la traigo con alguno u otro JAJAJAJA, pero yo solo escribo lo que mi loca mente piensa  a veces se me van algunas ideas o me freno con otras por considerarlas inadecuadas. Bueno me ha costado terminar esto y espero sus comentarios, que les gustó y que no. Acepto todo tipo de comentarios siempre con respeto porque este relato no tiene nada que ver con la historia original.