Mala racha: Cap. 1; Autora Marambra

Mala racha

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 24 de Enero del 2020. 

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Capitulo 1
Fabian

Autora: Marambra

• Si yo fuera tú, regreso a la casa de inmediato y hago desaparecer a como dé lugar el olor, es más me tragaría una bolsa de mentas o me comería una lata de sardina sin respirar – wacala pensé mientras veía a mi hermano pisar el cigarrillo que acababa de arrebatar de mi boca – lo digo en serio – me replico y por la expresión de su rostro no había duda de aquello, mi hermano no es para nada bromista, así que algo debe saber
• ¿Sabes algo de lo que deba preocuparme? – le pregunte con algo de esperanza pero también con temor disimulado, Sergio no suele soltar cosas porque si, además la mirada que me estaba dando decía mucho pero nada bueno
• ¿En serio Fabián? – me respondió sin dejar de mirarme con cara de Poker, ¡mierda!, realmente sabe algo de lo que tengo que enterarme y de inmediato por mi propio bien – no era chocolate lo que te quite de la boca ¿cierto? – me dijo levantando una ceja, dándose la vuelta y quedándose callado; pero a mí no me engaña, no era por el cigarro que hizo aquel comentario, sino que había algo más de fondo
• ¡OH!, ya pues – insistí caminando tras él exigiendo que me lo cuente – tu sabes algo que no me quieres contar directamente pero lo insinúas y no es el cigarro solamente – agregue impidiendo que dé un paso más
• ¿Y fumar te parece poco? – me pregunto dándome un cocacho que de verdad me dolió, pero a mí no me engaña, él sabe algo más, ¿qué cómo lo sé?, pues 16 años de compartir el mismo techo me da cierta autoridad en temas como estos…
• ¡Vamos! Sergio no estoy de humor para tus acertijos – le dije atreviéndome a darle un puñetazo en el brazo
• Ni yo para tus payasadas – me respondió medio enojado frotándose el brazo, auch lo hice enojar, pero sé lo que intenta, quiere marear a la perdiz  y dejarme con zozobra
• Por favor, por favor por favor – empecé a rogarle prácticamente colgándome a su espalda apenas volvió a caminar con dirección a la casa

Sergio es mi hermano mayor, tiene 20 años y está estudiando psicología en la universidad, está a mitad de su carrera y sé que será un muy buen profesional y no solo porque es un gran tipo, sino que digamos que es el único de mis tres hermanos que sabe cómo convencerme de hacer cosas que normalmente no haría, como no discutir con papá por ejemplo, así que siempre que suelta una indirecta yo paro las orejas porque él no habla por hablar y hoy es una de esas ocasiones y tengo que hacerme con la noticia antes de que sea demasiado tarde y ponga en riesgo la salud de mi trasero.

• Suelta ya Fabián, estas arrugando mi ropa – me dijo sin gritar, un detalle que me gusta mucho de mi hermano, podría decir incluso que nunca levanta la voz ni siquiera entando enojado
• Primero dime que sabes – insistí esta vez bloqueando su puerta, suelo ser muy persistente cuando me lo propongo y  hoy es una de esas veces
• Grrrr ¡que fastidio!, ya te he dicho, yo no sé nada – y me alzo del piso como si fuera trapo, ventajas de su estatura y su porte atlético, mierda es una bestia desde que va al gimnasio
• Mentira tu sabes algo – lo acuse, es que es un mal mentiroso el pobre – por favor solo dime para tomar mis recaudos ¿sí? Por fis por fis por fis – y puse mi mejor cara de cachorro – ¿qué te cuesta? – Sergio se quedó quieto como pensando, como sopesando si le convenía hablar y ya estaba por prometerle lavar su sucios tenis por dos semanas… menos mal no lo hice
• No, no puedo se lo prometí a los papás – y ahí estaba, la confirmación de mi pesadillas, Sergio sabía algo y algo muy importante
• Pero eres mi hermano favorito – declare como siempre desde que tenía 3 años, un truco que funciona porque él me enseño a decir eso y como es tan sentimental su corazón se arruga cada que le digo eso, si es un pollo
• Aun así… – quería hacerse el difícil ¡eh!
• ¡Voy a lavar tus medias! – acúsenme de demencia, pero ya empezaba a preocuparme su actitud, normalmente suele decirme cuando estoy en problemas y como solucionarlo antes de que mis padres se enteren o tomen una decisión más drástica
• No me interesa – me respondió sacando sus cuadernos, el impávido iba a dejarme con las ganas
• Por favor – no estaba rogando ahora, dejo de ser un juego para mi, de verdad quería saber
• No – y evito mirarme, ¡diablos! por lo visto es algo más serio de lo que pensaba
• Ya pues y no te molesto más – prometí poniendo mi mano en el pecho, mi señal, mi código entre hermanos y él lo sabía, no podía ignorar aquello
• No puedo – se negó poniendo también su misma mano sobre su corazón, ahora si ya alerto mis sentidos
• En serio Sergio, quizás todavía puedo hacer algo – le dije con toda la seriedad de la que soy posible
• No puedo y no debo Fabián, además aunque te lo diga nada, pero nada te va a salvar de la paliza que te dará papá y papá
• ¡Mierda! – grite con los ojos como platos
• FABIAN – se oyó de una cuadra
• Te lo dije…

Estoy jodido y no es figurativo, ¡es literal!…