Mis Gemelos
Promesas por amor
Autora: Marambra
- AUUUU auuuu yaaaa…. ¡paaaaapi yaaaa! AGGGG
- Clap clap CLAP CLAP clap claaap
- YAAAA aggggss agggs
- ¡Abre la puerta Iván!
- NOOOOO
- ABRE O NO RESPONDO... zass zaas zaas
- BUAAAAA
El bullicio se
hizo eco en toda la casa y Clara despertó sobresaltada con dolor de cabeza, ya
eran dos que despertaban malhumorados a raíz de las trastadas de los gemelos; y
vestida en albornoz tras lavarse la cara bajo a la cocina medio dormida a tomar
un analgésico y enterarse de porque su marido estaba tan temprano calentando el
culete de los tojos.
- ¡Oh mami!... seguro te hicieron despertar los gritos – saludo Logan mirando a su madre con tremendas
ojeras, la fiesta se había prolongado bastante entrada la noche y se acostaron
con el canto de los pájaros
- Hola hijo – respondió
ella tragando el amargo comprimido tras darle un beso en la cabeza – ¿qué hicieron ahora? – pregunto, aunque
siendo sincera consigo misma, quizás era mejor no saber nada
- Se han ido a una fiesta popular anoche cuando todos creíamos que
se fueron a acostar – y
Clara se atoro con el vaso de agua
- ¡¿Cómo que a una fiesta?! – si un atisbo de sueño hubo en los ojos de Clara,
este se perdió con aquella declaración – si
anoche se fueron a tu casa a dormir, yo los vi – aseguro ella
- Pues mintieron, nunca fueron a casa – murmuro enojado Logan cuando un grito
particularmente feo se oyó desde la planta alta, era Iván que estaba llorando a
mares
- ¡Qué mañosos!, si vinieron los dos con sus pijamas en la mano y
nos dijeron que había mucha bulla y que iban a dormir a tu casa, que ya habían
hablado contigo – Clara no podía
creer la hazaña de los dos mocosos, y obvio no desconfió porque los vio minutos
antes hablando con Logan – seguro es obra de esa
mocosa del demonio, la tal Pankarita me tiene atorada con sus trastadas
- No tengo idea si fueron con ella o no, lo único que sé es que
papá vino temprano a casa a recogerlos y ambos nos desayunamos el disgusto de
que no pasaron la noche conmigo, y cuando estuvimos a punto de irlos a buscar a
la casa de Mauricio pensando que se los habían raptado, lo llamaron de la
comisaría porque ambos estaban involucrados en un accidente a las afueras de
Warnes, imagina ¡el susto que nos llevamos! – y Clara se quedó pensando en las palabras de Logan,
midiendo la dimensión de las mismas de haber sido real la suposición de ambos,
ella también hubiera pensando que Mauricio y Mauren hicieron algo con sus
nietos, sobre todo después de lo que sucedió durante la velada
Noche antes, después del incidente con Lorenzo y en
el que ella mediara entre él y su abuelo, había conducido a Lorenzo a la ducha
que había en el patio y que a veces usaba Rubén cuando volvía de los potreros,
a fin de que los invitados no vean el estado en el que el muchacho se
encontraba, menos mal justo cuando Yhanku acababa de volver con ropa limpia y
recién planchada y para el disimulo una gran bolsa de hielo para los refrescos
y el whisky.
Tras aquello se apuró a servir la cena, que menos
mal ayudo a que a Arturo se le pase la bronca y vuelva a su humor dicharachero
de siempre, y aunque en un inicio fulmino con la mirada al mozo, luego con el
estómago lleno y el corazón contento incluso le había dado un beso en la
frente, claro que para eso Yhanku y Jacinto dieron el empujoncito,
sorprendieron a su abuelo con una banda de mariachis que le cantaron las
mañanitas en plena noche y empezó la fiesta que se puso muy animada en poco
tiempo y estuvieron así a canto y baile y bebidas y bocaditos cuando al poco rato
se volvió a oír un nuevo alboroto en la puerta de entrada, esta vez fue Adelita quien entro con cara de
pánico y el amen en la boca, temblando de miedo como si hubiera visto un
fantasma y no era para menos, acababa de llevarse un susto de muerte y de no
ser por Armando quien sabe lo que habría pasado.
Ella se había quedado a cenar con todos, Arturo la
apreciaba mucho y Clara y Rubén querían que se quede a la fiesta como invitada,
ella como todos tuvo tiempo de descansar porque una vez terminado de cocinar,
Clara contrato un servicio de limpieza y camareros para el resto de la jornada
y estaba en pleno baile cuando oyó a los perros ladrar desesperados y luego
llorar como si alguien los hubiera lastimado, conocedora de los hábitos de
dichas mascotas se apuró a ir a la entrada donde los perros gruñían y ladraban
como condenados pero a cierta distancia, era Mauricio buscando pleito.
- ¿Aquí vive
Hansen? – pregunto
ásperamente el hombre con cara de amargura, enojo y algo más
- ¿Don Rubén? – pregunto ella pensando en que era un invitado más
que ella no conocía, pero cuando vio su traza se lo pensó mejor y dudo – ¿vino al
festejo de don Arturo?, o lo necesita para algo en particular – agrego
a último minuto, pero abriendo la puerta por cortesía como siempre se hacía en
la hacienda y sobre todo en aquel poblado donde casi todos se conocían,
creyendo que era algún vecino, la verdad no lo había reconocido con aquella
barba crecida y blanquecina y el aspecto desaliñado de su persona
- Eso a ti no te
importa ¡metida! – contesto
Mauricio, escupiendo todo el veneno que pudo en esas palabras, empujando
bruscamente a Adelita a un lado haciéndola caer de bruces sobre el pasto mojado
arruinando su ropa, fue ahí que se dio cuenta que el hombre estaba alcoholizado
- ¡OIGA! – grito Armando; al ver que Adelita tardaba se apuró a
darle alcance en la puerta, siendo testigo de todo lo que sucedió – ¡QUE LE PASA!
– volvió a gritar, pero Mauricio siguió avanzando tironeando
todo a su paso – ¿estás bien? – se apuró a socorrer a la muchacha
- Sí, pero creo
que el viejo esta armado – contesto
alarmada, había logrado ver la pistola escondida en el pantalón
- ¡Mierda! – maldijo Armando – llama “aurita” a la policía, que se va a
armar la grande con ese viejo condenado – contesto corriendo
tras el hombre – OIGA ESPERE – le grito y Mauricio se dio la vuelta y
le dio un golpe en la cara con la cacha de su arma, para eso ya había sacado el
revólver y empezó a apuntar al mozo y a la joven Adela que corría al encuentro
de sus patrones, se frenó en seco sin saber que hacer
- No te metás si
aprecias tu vida, perra… porque te vuelo la tapa de los sesos como se lo volaré
al ¡cabron del nazi! – y
diciendo eso entro dando tumbos, pateando las macetas y destrozando las flores
de Clara a su paso
Y apenas pudo Adela se acercó a Armando a limpiarle
la sangre que le chorreaba por la cara, el viejo le había abierto un tajo en la
frente, pero antes de que pueda decir nada el portón se abrió de nuevo dando
paso a una versión más joven y más limpia de Mauricio, era Renato su hijo
mayor.
- ¿Está mi padre
aquí? – pregunto con la voz
cargada de ansiedad y miedo, un miedo que no era fachada, sino que llegaba a
los ojos y le desdibujaba el semblante
Pero antes de que ambos puedan contestar, se oyó en
el fondo la voz aguardentosa de Mauricio buscando a Rubén y claramente buscando
pleito.
- ¡RUBÉN…
CARAJO!, HIJO DE PUTA – grito
en medio de la fiesta, paralizando a todos los invitados más cuando disparo al
aire en clara advertencia, pero más que nada para llamar la atención de todos, apuntando
a quien se atreva siquiera a parpadear buscando su objetivo, a Rubén que se
había levantado con la intención de hacerle frente
- ¡Papá! – Renato se puso entre él y Rubén cuando vio que su
padre alistaba el tiro sabiendo que no era un amague, Mauricio realmente
quería matar a su supuesto enemigo
- ¡Hazte a un
lado muchacho! – advirtió
Mauricio aun fuertemente agarrado del arma, sin dejar de apuntar a Rubén
- Se lo
prometiste a mamá – murmuro
Renato en un intento de persuadir a cambiar de actitud, con las manos
levantadas en son de paz, cubriendo como mejor podía al dueño de la casa – por favor,
volvamos a casa, no le hagas esto a mamá – le suplico con los
ojos aguados, la tensión estaba cobrando su cuota sobre el joven y se veía que
estaba a punto de colapsar
- NO ME VOY A
QUEDAR CON LOS BRAZOS CRUZADOS – grito volviendo a mirar a Rubén – ÉL ESTA DE FIESTA MIENTRAS TU MADRE SE ESTA MURIENDO – grito
y un sonoro golpe le cayó sobre la cara de su propio hijo haciendo que se caiga
a un lado sangrándole la nariz, esta vez Mauricio fue demasiado lejos, se dejó
llevar por la ira y la violencia incontrolada y no le importo el grito de los
invitados que empezaron a dispersarse
- Y tú no haces
nada para cuidarme – se
oyó de pronto la voz de Mauren entre lágrimas y fue como tocar un resorte para
que Mauricio se desarme – me prometiste no insistir – lloro
abiertamente haciendo que Mauricio deje caer el arma aun lado
- Shuuu shuuu corazón,
mi vida… perdón, perdón – suplico
el viejo, ahora más viejo con los hombros encorvados pesados por la culpa,
aferrándose al débil cuerpo de su esposa casi haciéndola caer – es que quiero
que seas feliz
- No me haces
feliz, me lastimas – susurro
Mauren tapándose la cara
Mauren había venido con su hijo en la movilidad,
cargando un carrito de oxigeno portátil, había insistido tanto en hacerlo como
si adivinara que su marido iba a hacer alguna cosa mala, es que Mauricio ebrio
era capaz de cualquier cosa y cuando vio lo que hizo con Armando y Adela con
todas las fuerzas que halló en su miedo, limitada por su enfermedad bajo de la
movilidad y a paso tortuga entro a la casa, menos mal Armando que estaba
terminando de limpiarse la vio y acudió a su socorro, alzándola como si fuera
una muñeca de trapo y corrió con ella hacia el encuentro de su desaforado
marido.
- ¡No, no, no!…
no digas eso, no digas eso – Mauricio cambio de pronto de actitud, era como si se desinflara de solo
ver a su esposa, ahí tan frágil y delgada que parecía que se iba a romper con
el soplo del viento – solo quiero que conozcas a los niños antes de que me
dejes – murmuro sin poder evitar llorar, fue tan dura y tan
cruel esa declaración que casi todos notaron un nudo en la garganta, aguantando
la respiración ante la incertidumbre de saber si Mauricio bajaría la bandera de
guerra o si ya no le importaba y cambiaba de parecer y aun así arremetía contra
Rubén
- ¡Mauren! – pero fue Clara quien se deshizo de la impresión y se
acercó a ella haciendo a un lado cualquier rencor que pudiera albergar, es más,
hasta ese momento había pensado que los alegatos del abogado de Mauricio eran
un invento para chantajearlos emocionalmente, pero solo bastaba ver a esa mujer
para saber que no le quedaba mucho tiempo de vida – por favor toma asiento – le
dijo acercándoles una silla a ella y a Mauricio
- No queremos tu
limosna – mordió
Mauricio mortificando a Mauren, así que Clara hizo lo que su corazón mando
- ¿Viniste a
conocer a los hijos de tu hija, no es cierto?, entonces toma asiento, arréglate
un poco y ¡calla! – le
ordeno sorprendió a todos y tras unos segundos tensos que le tomo a Mauricio
asimilar lo que acababa de decir Clara le entrego su arma a Renato y se sentó,
todos exhalaron aliviados e hicieron lo mismo más tranquilos pero en silencio – Logan, hijo…
por favor, ve a llamar a los niños – y Logan y Rubén la miraron
sorprendidos, pero Clara no cedió y tras un gesto de asentamiento de Rubén,
Logan fue a buscar a sus hijos de mala gana, él hubiera preferido no hacerlo,
pero igual que su madre, también llego a la conclusión de que bastaba ver a
Mauren para saber que estaba muy enferma
- ¿Un refresquito?...
Arturo rompió el silencio que se formó tras aquel
pedido y fue Rubén quien se apuró a servir dos vasos de refresco, estaba más
que claro que un trago de bebida no entraba en los planes de pacificación, aun
cuando Renato tenía el arma bajo su custodia.
Al poco rato llego Logan muy tenso, acompañado de
sus gemelos a quienes se le notaba la confusión en el rostro… confusión, tensión,
miedo, pena, enojo quizás, pero más que nada curiosidad, sobre todo de parte de
Iván a quien el tema de su madre siempre había sido un cabo suelto que nunca
tuvo la oportunidad hasta ahora de dar por concluido, porque nunca pudo hablar
abiertamente del tema con Logan, porque para su padre, la muerte de su primer
amor era un tabú, un recuerdo muy íntimo que guardaba como una reliquia en el
fondo de su corazón y memoria y que nunca quiso compartir con nadie, ni
siquiera con sus hijos; pero ahora dadas las nuevas cartas sobre la mesa, Iván
que siempre tuvo el gusanillo de la curiosidad mordiendo una parte de su
existencia podría satisfacer sus dudas de primera mano y no solo eso, conocer
facetas de su madre que incluso Logan ignorara, después de todo era natural
querer indagar sus orígenes para reafirmar su presente y vislumbrar su futuro.
- Alexander…
Iván – hablo Logan con un
nudo tenso en la garganta en clara insatisfacción, pero sabiendo que era lo
correcto, pensando que tarde o temprano tenía que suceder y coloco una mano
sobre cada hombro de los chicos mirando fijamente a los abuelos maternos – estos son los
padres de tu mamá, Mauricio y Mauren – nunca menciono la palabra
abuelos, porque en su fuero interior no lo eran, ellos con sus actos habían
condenado cualquier reivindicación en ese sentido
- Lo siento, lo
siento tanto, tanto – repetía
Mauren con los ojos anegados de lágrimas, había soñado con este momento desde
que su niña estaba embarazada, pero el mal orgullo de su marido la había
empujado a un abismo errado que la obligo a darle la espalda a María cuando más
la necesitaba
– es nuestra culpa – murmuro llorando abrazando débilmente a
ambos chicos, achicándose entre ellos como si tuviera miedo de ser rechazada – yo debí
pelear por ustedes, por tenerlos – gemía recordando aquel amargo
día en que los gemelos nacieran en tan delicada condición y que le arrebatara
para siempre a su pequeña hija
- Pero no lo
hizo, así que deje el drama, ya los ha visto, ahora puede despedirse – Logan prácticamente ladro, no le gustó la idea de
que Mauren enferma o no, quiera justificar lo injustificable – despídanse
chicos – les ordeno a los gemelos que recién estaban procesando
todo el asunto este de conocer a sus abuelos maternos, pero sobre todo porque
no quería que Mauricio los tocara
- ¿Qué?... nooo,
¡espera papá! – exigió
Iván cuando Logan los jalo del brazo a ambos arrancándolos de la insipiente
caricia de Mauren, para guardarlos en la caja fuerte de su padre si era preciso – queremos
hablar con ellos – agrego Iván girándose para mirarlos una vez
más
- ¡No hables por
mí! – se defendió Lex
molesto empujando a su hermano fuera de la vista de Mauren; Lex realmente se
violentó de verlos en casa, y el miedo ante la mínima oportunidad de ser
arrancados del lado de su padre fue más fuerte que cualquier curiosidad
primitiva de saber por fin como eran sus abuelos maternos, peor viendo a
Mauricio ebrio como estaba
- Pero yo sí, yo
quiero hablar con ellos – insistió
Iván no queriendo perder la única oportunidad de atar cabos sobre su pasado y
llenar el mosaico del retrato de su madre en su cabeza
- ¡No!, no lo
harás – esta vez fue Logan
quien reacciono visceralmente, él ver a sus hijos pelearse por dos sujetos que
ante sus ojos no valían la pena, lo enervo, tanto así que los saco casi a
empujones, era el miedo de perderlos
- ¡Logan! – Rubén y Clara elevaron la voz – estas siendo irracional hijo – murmuro
Clara
- No me interesa…
- Nunca pensé
que serías tan cruel – murmuro
Mauricio mirando fijamente a Logan en un reto silencioso, queriendo que el
joven recapacite, pero fue peor, aquellas palabras encendieron a Logan como
pólvora en una fogata
- ¡¿Cruel?!...
¿y me lo dice el tipo que quería llevar a su hija a un abortero de mierda? – murmuro entre dientes como para que solo lo oiga
Mauricio y Mauren, quien palideció ante esas palabras – así que mejor nos callamos – agrego
poniendo un dedo sobre sus labios – además dijeron que solo querían verlos, y ya lo han
hecho, ¿no es cierto? – le pregunto a Mauren astutamente, estaba
usando sus propias palabras, “verlos y marcharse”; mientras a Mauricio se le
notaba a leguas que quería meterle un puñetazo a Logan por su insensibilidad y
si no lo hizo fue porque su mujer lo tenía sujeto de la mano
- Sí, es cierto,
ya los vi y ahora me marcho – Mauren contesto con el corazón partido, pero no quiso insistir a raíz del
mal temperamento de su marido que a duras penas estaba conteniendo su explosivo
carácter –
gracias Logan, sé que es difícil para ti, pero en serio te lo agradezco infinitamente
– murmuro sin disimular su
llanto, pensando que ahora podía morir tranquila, no era lo que imagino pero
tampoco podía exigir milagros dadas las circunstancias – ¿nos vamos viejo? – le
sonrió a su marido, con una sonrisa aguada producto del llanto, llanto de
tristeza y alegría al mismo tiempo
Logan asintió y atrapo a los gemelos en un abrazo
que fue dócil para Alexander y arisco para Iván, él no quería que aquella
señora se marchara, tenía un montón de preguntas que hacerle y apenas la pareja
y Renato se marcharon Logan soltó a los chicos, Alexander se fue a buscar a
Jacinto para robar carne de cerdo de la cocina, tanto pleito le abrió el
apetito, en cambio su gemelo no dudo en manifestar su disconformidad con su
padre.
- Yo quería
hablar con ellos, ¿por qué fuiste tan grosero?, ¡solo piensas en ti! – lo acuso midiendo sus palabras para que no lo oigan
los invitados, pero para nadie paso desapercibido el claro antagonismo que
ahora mismo sentía contra su padre mientras luchaba por deshacer su abrazo
- No tienes nada
de qué hablar con ellos hijo, lo digo en serio – respondió con calma subiendo con él al dormitorio
para poder hablar mejor
- ¿Que no tengo
nada de qué hablar?... para empezar mi mamá es un buen tema y ahora por tu
culpa nunca sabré nada de ella – su voz denotaba derrota y frustración detalles que no pasaron
desapercibidos a su padre, quien no dudo en abrazarlo, pensando en lo diferente
que era de su hermano, para Alexander no era un secreto que la palabra mamá era
solo una palabra sin sentido… oh bueno, eso es lo que él creía
- Pero yo puedo contarte de ella, no es necesario que…
- No papá, tu no
entiendes, hay cosas que solo un padre puede saber y yo solo quiero… – y hundió los hombros desdeñosamente, ocultando sus
emociones, no tenía caso explicar lo que sentía porque no tenía palabras para
dimensionar esa necesidad primitiva de conocer sus raíces, su origen desde el
mismo origen y Logan solo atino a una cosa… a hacerlo una promesa que no
imagino hacer nunca
- Está bien Iván
tú ganas… te voy a llevar a casa de tus abuelos maternos – si bien no le gustaba ese término para definir a los
padres de María, no creyó necesario ser cruel hablando mal de ellos a su hijo,
que finalmente no tenía la culpa de las necedades de Mauricio – pero no me
presiones – dijo muy serio cuando vio la luz iluminar los ojos
de Iván –
dame un poco de tiempo, para mí es muy difícil estar cerca de ellos por más de
unos minutos, pero voy a hacer esto por ti, solo por ti…
- ¡Gracias papá!
E Iván salto con gran efusividad sobre su padre,
regalándole el mejor de los abrazos como en mucho tiempo no le daba y Logan
solo atino a llenar de besos el rostro risueño de su hijo sin evitar llorar en
el proceso, porque para él, los padres de María eran un punto aparte cargado de
dolor y muchos secretos que ni siquiera Rubén o Clara imaginaban, secretos que a
veces era mejor no desenterrar.
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