domingo, 29 de mayo de 2016

Formando una pequeña manada: Cap. 7; Autora Marambra

Formando una pequeña manada
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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Mayo del 2016.
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Capítulo 7
Autora: Marambra

Tras aquel breve intercambio de palabras entre ambos que a Dios gracias sirvió para aplacar el enojo que tenían por la situación, Joaquín regreso a su casa con Sebastián a su lado en completo silencio, pensando en cómo dar un castigo ecuánime a la falta cometida por su hijo, sopesando las cosas que estaban a favor y las que estaban en contra.
Total, Sebastián había hecho un gran esfuerzo el trimestre y obtuvo no solo buenas calificaciones sino que estaba encabezando el cuadro de honor de su curso, se suponía que tenían que celebrar por aquello, pero faltar a clases, MENTIR descaradamente y encima estar en posesión de un video para adultos, ponían la balanza a un pelín en contra, Joaquín bien podía pasarle todo aquello pero conociendo a su bichito, prefirió dejar un precedente… claro no sería tan drástico, no le daría una paliza como el asunto de los cigarros, pero si sería una paliza “seria” debido a que “volvía a mentir”… su hijo se estaba convirtiendo en un maestro en las mentiras, así que tenía que cortar de cuajo aquello y se concentro en buscar un castigo acorde a la falta pero que además sea diferente al resto de los castigos que se ganaba, pero desde ya desecho la idea de usar el cinturón, usaría el cepillo.
Mientras el pobre Sebastián llevaba la angustia atorada en mitad de la garganta imaginándose lo bueno sería poder desaparecer ahora mismo de la tierra; y es que estaba mortificado a tal punto que no podía despegar la mirada del suelo, cosa que su padre no se dio cuenta y siguió solo perdido en sus pensamientos sin siquiera levantar la vista y mirar la carretera, rebobinando como una vieja cinta de video lo que sucedió en horas de la tarde, pasando por su cabeza aquella misma escena y cada vez que se acordaba del incidente más y más horrorosa la parecía la experiencia… experiencia que papá se olvido por completo hasta que la desesperación cogió a Sebastián.

  • Sube a tu habitación Sebastián – dijo papá frenando frente al garaje y entregándole las llaves de la entrada principal, él iba a guardar la movilidad – en un minuto estoy contigo
  • Paaaa – musito Sebastián en un leve gemido, sintiendo mil mariposas en su estómago
  • SUBE a tu habitación Sebastián – repitió papá tajante, pero sin gritar y Sebastián cogió la puerta del copiloto y se quedo unos segundos conteniendo la respiración sin saber si abrir o no la misma, indeciso de bajar, pero papá jalo la palanca y la abrió por él repitiendo –  ya te dije que yo estaré en un momento, no te sumes más problemas porque estás hasta el cuello de líos

Y fue suficiente para que Sebastián dispare a la casa como una bala perdida, no cerro siquiera ni la puerta del copiloto, soltó nerviosamente el cinturón de seguridad y salto a la calzada sin mirar atrás, sintiendo en sus tímpanos los latidos de su corazón alborotado y subió como un potro debocado la gradas para refugiarse en su alcoba, sentándose en su cama frotándose la frente, mirando la puerta esperando que en unos pocos segundos su padre aparezca por fin y le de la paliza que seguro le daría, sintiendo un millón de mariposas al imaginar que seguro le daba una buena con el cinturón como cuando su abuelo lo pillo con los cigarros; pero su padre no apareció ese instante, Joaquín se tomo su tiempo y tardo alrededor de 3 minutos o más y es que el hombre mientras metía el helado a la heladera para que no termine de descongelarse junto a la pizza y el trozo de torta, había decidido a lavarle la boca a Sebastián con jabón.
Así que apenas guardo todo se fue directo a su alcoba para reanudar el enojo al ver el cuchitril que dejo ese trío… su cama, ¡ggrrr! que rabia su cama estaba llena de galletas, huellas de manos sucias sabe Dios con que sobre su almohada… ¡wacala!, su fino edredón con barro del borde de los calzados de Ryan además de arena de la calle, la pequeña alfombra del piso estaba mojada de gaseosa y el sofá donde estuvo Sebastián tenía el forro sucio de crema de leche que el muchacho derramo en algún momento, ante todo eso Joaquín decidió cerrar los ojos por ahora pensando en que definitivamente tenía que volver al limpiar todo y en cuanto pueda sentarse y hablarle de sexo a Sebastián, un poco asustado ante la idea de que el niño sea homosexual y ver cómo enfocar aquello sin causar estragos o malos entendidos, es que claro, para él fue un shock pillar a su hijo tocándose cerca de otros muchachos que hacían lo mismo… preguntándose si era o no la primera vez; mientras tanto se metió a su baño y saco uno de sus jabones desinfectantes que usaba, leyó los componentes y ninguno mataría a Sebastián de tragarse un poco de saliva jabonosa, a lo sumo le ardería la lengua unos minutos y en caso extremo le daría diarrea, pero eso sí, esperaba que fuera suficiente para matar las mentiras aparte de la flora oral claro.
Y tras coger un pequeño pocillo de la cocina donde vertió agua caliente para remojar mejor el jabón, lo dejo dentro esperando que se vaya derritiendo su cubierta superior en una cosa medio flemosa pero no peligrosa y armado con eso y el cepillo de madera que usaba para limpiar sus trajes de pelusas, ingreso a la alcoba de su hijo y lo pillo ahí, llorando en silencio, tal cual se puso desde que llegaron: sentado, mirando la puerta, así que papá decidió no prolongar más aquella agonía y hablo.

  • Bueno Sebastián, fuera pantalones

Sebastián que tan absorto estaba en sus pensamientos, no se fijo en otra cosa que la cara de su padre queriendo evaluar el grado de enojo que llevaba, e iba a decir algo agarrotado de la vergüenza que sentía, el tiempo de espera le había valido para volver a caer en aquella espiral del recuerdo en el momento mismo que su padre abrió la puerta y los pillo a él y sus amigos con las manos dentro de la bragueta toqueteándose mientras miraban una tonta cinta pornográfica… ¡QUE BOCHORNO!, ¡QUE ESTUPIDEZ! e iba a decir algo, pero cuando sus ojos se posaron en el cepillo que trajo papá, prefirió no tentar su suerte y obedeció algo nervioso… total mejor el cepillo que el cinturón, luchando con el botón de sus jeans que el cinturoncito que llevaba hacia mucho que se quedo sobre la cama, mientras su padre se quedo con los brazos cruzados sobre su pecho dejando en la mesita de noche el cepillito, que el pocillo con el jabón derretido lo dejo en uno de los esquineros del pasillo que había fuera de la habitación de su hijo y se quedo ahí observando las nerviosas acciones del muchacho, que no podía deshacer por sí mismo de su ropa y fue cuando atajo sus manos para él hacerse cargo, deshaciendo los botones del pantalón y soltándolos por sus caderas, aquella sensación de la ropa caer y saber que no es por placer sino por castigo empujo a Sebastián a emitir un gemido casi ahogado y fue cuando su padre decidió poner fin al asunto.

  • Jaaaaiiiii – oyó Joaquín gemir sin atreverse a mirarlo a la cara y cerrando los ojos, estaba avergonzado y Joaquín creyó que era por el cepillo
  • NO necesitamos una conferencia ¿verdad? – dijo papá cogiéndolo de la muñeca obligándolo a pararse frente suyo jalándolo con un poco de fuerza ante la resistencia que ponía Sebastián – lo que hiciste hoy fue EL COLMO – agrego papá recordando la sarta de mentiras dichas con tanto descaro y la osadía de saltarse del colegio, que lo de ver pelis porno no entraba en la categoría de delitos, solo en la categoría de tener una seria charla al respecto y despejar sus dudas, ahora eso de masturbarse tampoco era punitivo, era de orientación, y de ambos eventos hablaría luego, no ahora y tras terminar de decir aquello prácticamente colgó a Sebastián sobre su rodilla, no se había sentado en la cama, se mantuvo parado con una pierna en la patilla del catre y acomodo a Sebastián sobre ella con total acceso a su trasero y empezó a darle una buena paliza de calentamiento con la mano sobre su ropa interior, eso calmo un poco a Sebastián y lo empujo a quedarse quieto, aguantaría callado la reprimenda de papá, quizás papá… quizás él… en realidad no sabía porque no lo había desnudado desde un inicio, por ahí y sentía lo mismo que él: vergüenza y si estaba quieto quizás terminaba antes… – plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf pllaaff PLAF – mientras iba sonando la piel revotada en cada pivote de la palma de la mano de su padre, inicialmente Sebastián guardo silencio y cerraba sus ojos sin quejarse mientras papá continuo en su tarea – plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF – pero aquello empezó a ser incomodo y él empezó a moverse sin que eso afecte que su papá siga en lo suyo – plaf plaf plaf PLAF plaf plaf
  • Mmmggg mgg uuufff ufff – resoplaba Sebastián mordiendo su boca
  • Plaf plaf pla PLAF PLAF plaf plaf plaf plaf… estoy muy DECEPCIONADO DE TUS ACTOS Sebastián – dijo papá y Sebastián empezó a sentir un vacío en el estómago – lo que HICISTE hoy no tiene nombre – reprendía y fue cuando metió la manos a la cinturilla del slip con la clara intensión de quitarle el pequeño obstáculo que representaba ese triangulo de algodón, entre dar un escarmiento como se debe y el dolor de aprender a no mentir, pero ese simple acto lo fue todo para Sebastián, quizás incluso peor que la paliza, el no quería estar sin ropa delante de su padre, NO ahora que papá lo había pillado con las manos en la bragueta por no decir en la masa
  • NOOOO PAPÁ, NOO POR FAVOOOR POR FAVOOOR – y empezó a forcejear llevando las manos atrás para sujetar su ropa aun con el riesgo de caerse de donde estaba, vamos que tenia medio cuerpo colgando de su abdomen sobre la rodilla de su padre, pero ahora mismo valía pito si se caía total, si era hacia adelante iba de cara sobre su cama y si era para atrás caería sobre sus nalgas, dolería un poco pero no como dolía ahora mismo la vergüenza – NO LO HAGAS PAPÁ, PAPAAAA, PAPAAA, AGJS AGJS – empezó a llorar, todo esto le superaba, pero papá estaba lejos de dejar el asunto así – aaauuuuuu – se quejo porque acababa de caerse como lo previsto lastimándose un de las rodilla teniendo el slip a media nalga, pero papá lo sujeto de tal manera que evito que se haga mayor daño o lo que en mente tenia Sebastián, huir… – NOOO NOOO PAPII NOOO no, no noooo nooo
  • QUIETO SEBASTIÁN – ordeno papá conteniendo al pequeño bólido que luchaba por zafarse, definitivamente Sebastián ante los ojos de papá estaba en un franco ataque de rebeldía – la paliza te la has ganado solito – advirtió y logro acomodarlo sobre su regazo sentándose él en la cama por si forcejeaba y caía y termino de desvestir a Sebastián y empezó a darle sobre la piel desnuda – plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf pllaaff PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf pllaaff PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf pllaaff PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf pllaaff PLAF
  • Ahhhhh AAAHHH AAUUU AGJSS AGJSSS – y al final solo se puso a llorar apretando las nalgas y forcejeando, y papá, tras una tanda más de manotazos lo hizo parar y lo puso de cara a la pared en una esquina, en penitencia antes de dar por terminado el castigo
  • Manos en la cabeza – dijo y se quedo un rato mirando a Sebastián, mientras el muchacho apoyo la frente a la pared a llorar bajito, apretando las nalgas para mitigar un poco el ardor, y cuando paso algo de 5 minutos más o menos en la misma dinámica, Joaquín salió al pasillo por el jabón y teniendo aquello en la mano y llevando el cepillo a la cama llamo al muchacho a su lado – ven aquí – dijo con calma y Sebas supo para qué, no por nada papá dejaría el cepillo sobre su mesa de noche y volviendo a sentir ese vacío en el vientre se giro en contra de su voluntad para darse de frente con su padre que sostenía el jabón en la mano y no pudo avanzar, se quedo estático empezando a apretar la boca con el afán de contener un puchero – ven aquí Sebastián – volvió a repetir con calma y que remedio Sebastián avanzando a paso lento – ahora abre la boca – dijo Joaquín esperando que obedezca, pero Sebastián entendiendo lo que su padre pretendía, sobre todo al ver el cepillo en la cama y empezó a retroceder negándose a abrir la boca, papá iba a castigarlo teniendo el jabón en la boca
  • Nooo papá por favoooor noooooo noooooo  NOOOO – grito cuando lo cogió de la mano con intensión de meterle aquello
  • Abre la boca Sebastián – insistió papá apretando sus mejillas como a un niño pequeño al que le darás un horrible jarabe para la tos o la fiebre – ABRE
  • NOO; no quieeero buaaacjjg wwaacj – le vino arcadas
  • ABRE HE DICHO SEBASTIÁN
  • Y YO HE DICHO QUE NOOOO, NO QUIERO – gritaba tapándose la boca con las manos… bueno con una, que la otra luchaba por alejarse de papá, y Joaquín cansado ya, cogió el cinturón del mismo Sebastián y le regalo unito solo en medio de los muslos para que sepa que estaba hablando en serio
  • ZZASS – ¿era su impresión? o papá realmente le dio muy duro como lo sintió, pensó Sebastián – ¡he dicho que abras la ¡ – grito papá a coro con el grito de dolor de su hijo
  • AAHHHHH – y papá aprovecho para ponerle la pastilla en la boca y tumbarlo sobre su regazo para concluir con la paliza sujetándole y recomendado
  • NI SE TE OCURRA SOLTAR el jabón QUE VOLVEMOS A EMPEZAR que hoy hiciste un montón de tonterías – advirtió papá con un poco de aspereza a manera de amenaza y tras aquello cogió el cepillo con la intensión de darle duro – y me voy a encargar de que ESTA VEZ NO quede en una advertencia simplemente o en un castigo que olvidas mañana y vuelvas a las andadas – estaba decidido, iba a darle 20 azotes en la base de las nalgas por lo que suspendió la rodilla elevando la grupa de Sebastián que para ese entonces babeaba saliva jabonosa junto a sus mocos – clap clap CLAP clap clap CLAP CLAP – había empezado intercalando una nalga con la otra mientras Sebastián gritaba mordiendo el jabón olvidándose en un momento de esos, lo horrible que sabía el jabón en la boca porque el dolor fue incrementando poco a poco dando paso a la desesperación porque termine – clap clap CLAP CLAP – pero al parecer papá no tenía intención de ello y Sebastián no pudo más, formulo su más ferviente juramento escupiendo el jabón
  • AAHHHHHGGGG AHHGAAGG YAAA PAPÁAA YAA – chillo y el jaboncillo resbalo a los pies de su padre – NO VOY A VOLVER A HACEEEERLOO NO MÁAS
  • CLAP CLAP CLAP CLARO QUE NO LO VOLVERÁS A HACER SEBASTIÁN – dijo Joaquín quien iba a decir: NO volverás a Mentirme nunca más porque sino esto será lo que vuelva a ocurrir, pero Sebastián tenía otra cosa en mente, para él, el castigo iba así de duro por una sola razón, porque papá lo pillo tocándose
  • NO VOY A VOLVER A TOCAARME PAPAAA LO JUUURO LO JUUURO AGSJ AGJSSS

Y la cabeza de Joaquín hizo click, acababa de darse cuenta de su propio error, el no decirle a Sebastián el motivo de esta forma de castigo, así que tirando el cepillo de ropa a un lado y parando a su hijo de su regazo después de acomodarle el slip lo abrazo con fuerza consolándolo, Sebastián lloraba con mucho sentimiento abrazándose al tórax de su padre escondiendo su cara en el pecho, mientras papá iba acariciando su espalda y su cabeza aclarándole el panorama una vez que se hubo tranquilizado…

  • Shuuu hijo, shuuu calma – le dijo en voz baja ayudándole a sentarse a su lado en la cama, donde cogió el mentón del muchacho para que lo mire a la cara, notando que Sebastián estaba avergonzado – ¿crees que te he castigado de esta manera porque estabas tocándote? – pregunto con cuidado y Sebastián volvió a esconder su rostro en su pecho contestando tímidamente
  • Siiii papá, lo sieeento no volverá a pasar
  • Yo NO te he castigado por eso Sebastián – dijo su padre confundiendo al crío – te he castigado por faltarte del colegio pero sobre todo por ¡MENTIRME! con tanto descaro como lo hiciste esta tarde – dijo papá recuperando el enojo – … estoy cansándome de tanta mentira que de un tiempo a la fecha me vienes diciendo y empiezo a creer – dijo papa contando sus razones con los dedos – o que te gusta hacerlo, o que tienes un problema psicológico o que de plano me tienes tanto miedo que te ves en la obligación de mentirme como último recurso – y Sebastián levando la cabeza para mirar a su padre, él no se había dado cuenta de que se estaba haciendo un mal habito mentir – …así que ahora lo vamos a dejar en claro Sebastián, porque si hay algo que te molesta y te obliga cada vez a mentir con mayor fluidez me lo dices ahora y lo arreglamos, pero si no tienes ninguna excusa y a futuro tu vuelves a mentirme  como hoy, ten por seguro que volveré a darte una paliza como la de ahora con una pastilla de jabón en la boca
  • Perooo yo noo – musito Sebastián abriendo los ojos, era un hecho que el chico estaba totalmente perdido y Joaquín decidió sacarlo de su ignorancia
  • ¿Que no me mientes? – pregunto
  • Pero es que paaa
  • Shuuuu – dijo papá poniendo un dedo sobre su boca – no vuelvas a mentirme Sebastián, lo estas queriendo hacer de nuevo otra vez – agrego y Sebastián abrió la boca dándose cuenta que su padre sabía lo que iba a decir: que no mintió, así que avergonzado volvió a cerrar los labios sin replicar, tocaba oír a papá y parar las orejas –  Y antes de que te preguntes que como lo sé, déjame aclararte algo – agrego – yo fui al colegio a recogerte a las 3 de la tarde – y Sebastián se encogió sobre sí mismo ante la implicancia de aquello – la secretaria me envió un mensaje al teléfono para decirme que había una reunión de emergencia y que las clases se suspendían desde el primer recreo y como en la mañana me llego un correo de la dirección con el reporte de notas y el record de tu curso y quise aprovechar la tarde para hablar al respecto – y Sebastián se ahogo en un gemido muy sentido, si papá le estaba diciendo esto, seguro era porque sus calificaciones eran pésimas y un nuevo nudo de angustia se apodero de él, ahora debía sumar eso a su lista de delitos – por eso fui a tu colegio y ¿con qué me encuentro? – pregunto papá frunciendo el ceño – me encuentro con la desagradable sorpresa de que mi adorado hijo, NI SIQUIERA piso el colegio, ¿no es cierto? – y espero que Sebastián diga algo, no iba a forzarlo
  • Papiiii yo niiiiffff agjs agjs
  • ¿Qué está pasando contigo?... ¡tú no eres así! – le aseguro cogiéndole el mentón suavemente, pero Sebastián estaba abochornado y no dijo nada, no podía y papá continuo – Pero de todas las cosa que hoy hiciste mal Sebastián la que realmente me molesta como te dije hace un momento es que me mintieras tan descaradamente como lo hiciste – y el muchacho se sintió muy avergonzado de sus actos, la había cagado como solía decir mentalmente – decirme que estabas en clases – inicio papá su lista de delitos – que tenias entrenamiento de futsal a la salida, que me llamarías para ver a qué hora salías y no sé que más… cuando todo el tiempo estuviste aquí en casa y haciendo ¿qué? – dijo papá elevando una ceja, pero era un hecho que su hijo no iba a responder aquello, eso era demasiado vergonzoso y Sebastián atino solo a bajar aun más la cabeza y los hombros – viendo videos para adultos cuando APENAS TIENES 14 AÑOS ¿sí o no? – dijo papá volviendo a sujetar su fina quijada sin pizca de enojo sino decepción, o por lo menos eso es lo que Sebastián percibía de su padre, cosa que lo entristecía mucho
  • Lo siento tanto papá – respondió, pensando que lo mínimo era disculparse – …yo no sé porque lo hice, yo no tenía planeado hacer esto, y Ryan…  – y prefirió callarse, no quería culpar a nadie, papá siempre le decía que de no querer no lo haría, porque nadie lo obligaba, que ninguno de sus amigos tenía un arma en su poder para someterlo por miedo, que lo que hacía era porque quería hacerlo, y no interesaba si era por gusto ya conocido o por simple por curiosidad – …yo debí decir que no – reconoció por fin para placer de su padre – no culpes a mis amigos papá, ellos me preguntaron si podíamos venir a casa a ver la película porque en su casa estaba su padre cuidando a su hermano menor – y bueno, eso se ajustaba muy bien a lo que averiguo de Saúl – y yo quería veeer esa película – confeso sintiéndose horriblemente asqueroso
  • Mira Sebastián – dijo papá tras un largo suspiro y un paréntesis silencioso que a Sebastián le supo una sentencia de muerte – yo entiendo que tengas curiosidad por el sexo, dudas preguntas, no lo sé – dijo y el muchacho cerró los ojos, lo último que él quería era hablar de sexo con su padre, le parecía antinatural – pero una película pornográfica no va a ayudarte en nada a resolver tus dudas sino a confundirte peor, además si quieres saber algo al respecto, me tienes a mí para hablar de eso o de lo que quieras
  • Es queee yooo – corto Sebastián a su padre –  yo no puedo hablar de esto con vos – dijo en voz baja
  • ¿Por qué? Hijo – pregunto Joaquín extrañado maquinando un montón de cosas en la cabeza, ni siquiera se acordaba que cosa era lo que la pantalla estaba proyectando, si era una pareja normal o eran dos mujeres o dos hombres – ¿te gustan los chicos?, ¿es eso Sebastián? prefirió preguntar de frente, después de todo eso se había planteado hace un momento y ante el silencio agrego – si es eso no tienes porque sentirte mal, sea cual sea tu orientación sexual yo voy a estar ahí para ti con el mismo amor y la misma fe puesta en ti – Joaquín se apuro a dejar todo eso en claro regalando un abrazo de apoyo a su hijo y Sebastián en medio de tanta incertidumbre sintió bonito que su padre sea tan incondicional con él, pero no era eso lo que le preocupaba
  • NOOO; NO ES ESO PAPI…  a mí me gustan las chicas NO los hombres – agrego apurado en dejar en claro aquello
  • ¿Entonces?
  • Es que tuuu… tu sabes lo que paso – dijo al final mirando a otro lado limpiándose la nariz con el dorso de su mano
  • Sebastián, ya te he dicho, no te he castigado por tocarte hijo, eso… eso es normal a tu edad y a cualquier edad… hombres o mujeres lo  hacen en algún momento de sus vidas – agrego – lo que si no veo con buenos ojos es que lo hagas con tus amigos
  • Pero ellos no me estaaa – y cayó en cuenta que ni siquiera se percato de lo que estaba pasando a su alrededor y lo que hizo hechizado por la pantalla y bajo la cabeza –  yo no sé lo que paso papá, solo sucedió no me di cuenta de eso – declaro confundido Sebastián – de verdad que no me di cuenta – insistió
  • Exacto Sebastián – contesto papá frotándose la cara de cansancio y de hambre, el aun no había almorzado – no te diste cuenta de lo que estaba pasando a tu alrededor, lo que me confirma y TE CONFIRMA que tú no tienes edad ni tus amigos para ver películas de adultos, por algo dice en la portada MAYORES DE 18 AÑOS – papá no iba a perder la oportunidad de regañarlo, pensó Sebastián mortificado porque el tema –  … imagínate que estabas en otra casa y sucediera lo que sucedió hoy y tuvieras la mala suerte de pillarte con alguien que no tiene la mente abierta como la tengo yo – le dijo – te pueden estar haciendo cualquier cosa, desde darte te trompadas, echarte a empujones, darte una paliza, o llamar a la policía por actos inmorales, por no mencionar que incluso te pueden violar por enviar un mensaje errado con tus actos – y Sebastián alzo los ojos asombrado
  • Eres un exagerado – se le ocurrió decir
  • ¿Exagerado?... ¿eso es lo que crees? – pregunto papá sacudiendo un poco el brazo de su hijo, frustrado ante lo evidente, si hijo estaba en la luna – no tiene ni idea de lo que la gente es capaz de hacer, tus mismos amigos Sebastián al calor de la excitación…
  • ¡Basta! ¡basta! ¡basta! papá – dijo Sebastián se tapo los oídos y cerrando los ojos no quería hablar de este tema con su padre, se sentía incomodo – no quiero oír nada, no quiero hablar más de esto papá… por favor – y Joaquín viendo que no era bueno presionar pensó rápidamente en una salida a este meollo, quizás era hora de buscar apoyo extra
  • ¿No quieres hablar del tema? – pregunto
  • No papá. No quiero hacerlo – respondió Sebastián bajando la vista
  • Bueno pues jovencito – dijo papá con esa frase que siempre anunciaba que tomo una decisión fuera de cualquier discusión y a él le tocaba aceptarla aunque no le gustara – el lunes tu y yo iremos juntos a la oficina del Dr. O´Hara para que hables abiertamente con él de este tema y sea él quien te aclare todas las dudas que tienes ya que me no me tienes confianza para esto Sebastián – dijo papá incomodo ante el hecho de que haya algo que su hijo no quiera hacer con él
  • PERO YA ME HAS CASTIGAAADO – grito levantándose de la cama terminando de subirse el pantalón, para él aquello era un castigo extra… no era justo
  • UN MOMENTITO – contesto papá levantando una mano – yo no te he castigado por esto Sebastián, ya te lo he dicho, te HE CASTIGADO POR MENTIRME – declaro subiendo el tono de voz para que no le quede duda – y vez que yo te pille una mentira por muy pequeña que sea, ese será tu castigo, yo voy a darte una paliza y a lavarte la boca con jabón – y ese tampoco fue un anuncio agradable para Sebastián, pero prefirió no replicar – y lo de hablar con el psicólogo tampoco es un castigo – pero la cara de Sebastián decía otra cosa, así que Joaquín simplemente lo abrazo – entiéndeme Sebastián, yo  no quiero dejar esto al aire – dijo con voz suave, persuasiva, apretando los hombros del muchacho – yo necesito que tu estés informado, que tengas conocimiento de todos los aspectos de la sexualidad pero de una buena fuente – le explico su punto de vista – No quiero que te quedes en la ignorancia, es importante a la hora de tomar decisiones… buenas decisiones tengas o no tengas sexo con una mujer o con un hombre, porque el conocimiento es lo único que te puede librar de contraer una enfermedad hijo y de verdad me apena que no me tengas confianza, pero bueno, yo respeto eso – dijo sin querer presionar
  • No es que no te tenga confianza papá – respondió Sebastián mirándolo a los ojos – es solo que me incomoda hablarlo contigo…. Es… es, es ¡vergonzoso! y tampoco me gusta la idea de hablarlo con el señor O´Hara – anuncio – por favor, no me obligues a eso, no voy a poder mirarlo a la cara, además no quiero que nadie piense que soy un rarito por ir a su oficina – agrego, bueno pensó Joaquín, era comprensible, la presión social era algo que Sebastián todavía no manejaba muy bien
  • Bueno pues Sebastián, entonces compraremos un libro sobre educación sexual – anuncio papá como solución a corto plazo, de alguna manera tenía que empezar y lo leerás cuando tengas tiempo y cada fin de semana me dejaras una lista de preguntas de lo que tú quieras hablar al respecto y yo las contestare también de forma escrita si lo prefieres o de forma verbal
  • Pero papaaa, yooo
  • Pero es que nada Sebastián – dijo papá tajante – lo tomas o te llevo con el sr. O´Hara o ultimadamente hablo con la dirección del colegio y pongo en conocimiento lo que hiciste tu y los mellizos – y Sebastián se achico en su congoja, dándose cuenta que su padre estaba hablando muy en serio – y no solo eso, sino que voy a exigir que les den una conferencia sobre educación sexual con un medico en el aula, porque yo no voy a dejar este tema al aire, TU ME RECIBES información adecuada sobre este tema y pare de contar ¿estamos? – le pregunto calcando un beso en su frente contrastando ese acto con la brutalidad de aquella amenaza, dando por zanjado el tema y a Sebastián no le quedo otra que resignarse
  • Está bien papá, lo que tú quieras – respondió tumbándose en su cama tapando sus ojos con el antebrazo, estaba agotado emocionalmente y su padre al oír esa respuesta teñida de tristeza agrego
  • Si es así, ve a bañarte y a cambiarte, ponte algo elegante, porque iremos a comer algo y luego pasaremos a buscar a tus abuelos – anuncio, estudiando las reacciones en el rostro de su hijo, sin decirle aun lo del circo
  • Pero… ¿es que no estoy castigado? – pregunto Sebastián confundido con las cosa que decía su padre, generalmente después de una paliza papá no lo dejaba salir
  • No iras solo hijo, iras conmigo – agrego y Sebastián lo miro un poco pachucho – además ya te castigue – respondió Joaquín antes de salir de la alcoba, elevando una ceja al agregar – pero si quieres lo volvemos a hacer antes de dormir para que no se te olvide la lección incluyendo el jabón – y el chico movió la cabeza negativamente como lo hacen los niños, con desespero
  • No no papá
  • Oooo lo pensamos mejor en el cuarto de intermedio que tendrá la presentación del Circo del sol – y Sebastián se paro como un rayo
  • ¿Iremos a ver el Circo del sooool? – y su emoción fue todo lo que Joaquín había imaginado desde que compro las entradas
  • ¡Claro! – dijo sonriendo – debo premiar mi hijo por tener el primer lugar en su curso este trimestre

Dijo con orgullo Joaquín y Sebastián se tiro a los brazos de su padre, feliz de que papá pese a todo premie sus logros… era lo que era: un hombre de palabra que le cumplía un premio o una paliza de darse la oportunidad

Y se lo pensó mejor, tenía que tener mucho cuidado con su boca de ahora en adelante, después de todo el jabón no había sido de su agrado y menos con el cepillo calcándose en su trasero.


4 comentarios:

  1. Me fascinaron los dos capítulos.

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  2. Tenaz, insisto obrecito Sebas, debe ser requeteincomodo hablar de sexo con tus padres, siempre es mejor hacerlo con un profesional.Pero bueno al menos su padre no se olvido de premiarlo por sus notas en la escuela.

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  3. Muy buenos los dos capítulos
    Que sorpresa lo de los mellizos pobre papá si Joaquín tiene las manos llenas con sebita me imagino Saúl con tres retoños. Pero ahora con dos pares de ojos atentos a las trastadas del trío de amigotes me imagino que se vana a ajustar un poco las riendas.
    No puedo decir más, no esperaba menos al leer estos capis, maravilloso como siempre.

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  4. Uy pobre Sebastian que incómodo momento para él que su papa “sin presión" le hable de sexo...
    Jajaja y por su bien ojalá ya no mienta tanto porque tampoco ah de ser agradable recibir un castigo con el cepillo y el jabón en la boca!!!
    Pero al final fue recompensado su esfuerzo para sacar unas buenas calificaciones!!!
    Me encanta tu historia amiga!!!

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