Tonino
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Mayo del 2016
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Capítulo 4
Los arañazos del Gato
Autora: Marambra
El timbre de
mi puerta exalto mi calma, acababa de salir de la ducha y me fije en la hora,
era relativamente temprano, apenas las 8 de la noche y algo más, pero por el
tiempo vivido en el hospital, daba la sensación de que era mucho más tarde y
era hora de dar al cuerpo un descanso, pero me quede sorprendido de ver
renovadas mis ganas de estar un rato más en circulación antes de irme a la
cama, así que ingrese de nuevo a mi habitación y me percate que Tonino apenas
había girado la cara al otro lado y flexionado una de sus piernas en la cama
sobre mi lecho profundamente dormido como cuando era un niño: boca abajo; se
había puesto cómodo para ello y se quito no solo los calzados sino también las
medias.
Así
que decidí no hacer mucho ruido y alce del armario un delgado edredón de verano
para cubrirlo y no se enfríe… un locura claro dado que es verano, pero en esta
parte del mundo el clima si bien es cálido suele ser traicionero y en la noche
levanta el sereno con su fría humedad y quien no suele cuidarse de ello termina
enfermando y en casa lo último que queremos es a Tonino enfermo, y no lo digo
porque sea un mal paciente y se porte como un niño pequeño que demanda atención
y haga berrinche, sino porque dentro de dos días llegara el rey de la casa y ni
Laura ni yo podremos atender a Tonino en cama; es que dicho sea de paso, Tonino
cuando cae, cae con todo, sus enfermedades suelen ser una pequeña peste, además
desde aquel episodio de la neumonía, nunca recupero el estado pulmonar al cien
por ciento y cuando se resfría tiene a complicarle uno de los pulmones, así que
no lo queremos ni necesitamos enfermos una larga temporada, de ahí mi afán de
cubrirlo.
Tras
aquello saque ropa holgada y me dispuse a ir a ver la tele y prepararme algo
ligero para cenar, pero mis planes como dije se fueron abajo cuando el timbre
sonó tan insistentemente, sabiendo ya de antemano quien era el que tocaba de
esa manera al punto de quemarlo… era Oliver; pese a los jalones de oreja o
algún coscorrón, nunca pude quitarle la mala maña de pulsar el timbre como si
su dedo se hubiera colado al interruptor, pero bueno, tocaba apurarme a atender
su llamado, sino o me quemaba el timbre o Tonino despertaba aturdido… aunque lo
dudo, suele dormir como un lirón sordo, que la única forma de sacarlo de la
cama es con su propio despertador o moviéndolo suavemente del hombro, sino no
hay respuesta… y no me equivoque, Oliver estaba ahí en mi puerta.
- ¿Ya estás listo? – me pregunto apenas entro dándome un abrazo y como costumbre suya, despeinando mi pelo mojado, un acto que hizo siempre desde niño, no sé cuál es su afán con eso, pero es algo que le divierte… una falta total de respeto a su padre… jejje
- ¿Listo para qué? – pregunto algo extrañado, a mí nadie me había dicho nada
- Para ir a cenar – dice con una sonrisa – si le dije a Tonino que pasaría por ustedes en una hora – agrego mirando su reloj comprobando la hora – si, justo una hora – murmura – ¿y dónde está el flamante padre olvidadizo?, tengo que celebrar con él y pedirle el secreto de su éxito para tener un hijo varón a la primera de nada jajajajaj – se ríe, es un hecho que quiere tener un hijo varón, anda por ahí pregonando a los cuatro vientos su futura paternidad del próximo Küffer que orine de parado
- Esta arriba dormido
- ¿Dormido?... esta loco
- Pues…
Contesto
cerrando la puerta tras de mi viendo a mi hijo subir como un torbellino a mi
alcoba, es algo instintivo, mis hijos mayores sea Oliver o Anja saben de
antemano que Tonino cuando no está Lena en casa estará en mi alcoba como en los
viejo tiempos, sea mirando la tele o simplemente haciendo algo en mi alcoba
como revisando los enchufes, cambiando algún vidrio, revisando las
instalaciones de los artefactos o simplemente sentado en mi mecedora haciéndome
compañía cuando la grite me tira a la cama; así que sube las gradas de dos en
dos como antaño y desaparece en el pasillo y yo sé lo que ocurrirá apenas
ingrese a mi alcoba, despertara a su hermano menor como cuando eran
adolescentes de la peor manera que puedes despertar a alguien… dándole un duro
cachetazo en el trasero, menos mal los años le enseñaron a no bajarle la ropa
como cuando eran pequeños y entraron en confianza… y alguna vez comento que eso
era a raíz de que un trasero peludo no era atractivo nada más que para la pobre
Lena.
Pero
para llegar a eso, a ese punto de confianza que tras un grito de enojo había
otro de carcajada incontrolada, tuvieron que pasar muchas cosas, limar demasiadas
asperezas y eso solo se logro una vez que Oliver y Tonino aceptaron que eran
hermanos, algo que no empezó la mañana que traje al pequeño saliendo del
hospital, vísperas de navidad... sino mucho tiempo después y después de muchos
gritos, llanto y ajustes de carácter y actitud.
Aquel entonces, tuve que lidiar muchísimo con dos cosas… los celos de
Oliver que se tradujo en violencia, porque era un hecho que mi hijo estaba
celoso de la presencia de Tonino y enojado con el mundo y mucho más conmigo por
muchas razones, pero sobre todo porque no pude evitar la muerte de su madre y
con el mal habito de Tonino de mandarse solo y meterse en problemas, en serios
problemas diría yo.
Pero
bueno, no se puede eliminar los malos hábitos de la noche a la mañana, es un largo
proceso de cambio, adaptación y aceptación de una nueva vida que inicialmente
no se sabe si se la merece o no; y eso fue lo que le paso a Tonino, él
inicialmente me acepto o mejor dicho acepto mi ayuda porque como en un inicio
dije, era el clavo ardiente y del cual sujetarse y no volver a caer en la
hoguera del infierno que fueron sus primeros años de vida. Situación que se
agravo cuando fue a caer a manos de aquella asociación delictiva que era
comandada por funcionarios públicos que se aprovecharon de la situación de
desamparo total que tenían algunos menores, y eso fue fácil porque tenían en su
poder la información oficial de primera mano sobre la vida y vicisitudes de
aquellos niños entre 8 y 13 años de su interés, sobre todo considerando las ventajas
que representaba aquello, que ninguno de esos pequeños podía ser procesado por
la policía, además, tras meterles el miedo en el alma los niños no decían nada
y tampoco entendían que lo que hacían era un delito.
Y
de eso puedo dar fe gracias a la declaración que hizo Tonino en el hospital,
acompañado por mi persona, Hanna y un psicólogo forense de la policía para
corroborar su estado mental, sobre todo después de la brutal paliza que le
habían dado apenas días atrás; recuerdo muy bien la desconfianza que tenía y el
miedo que destilaba su mirada oscura, que lo único que hacía era buscar mi
cara, él no me quitaba la vista de encima y no se dejaba hacer casi nada si no
estaba conmigo, incluso bañarse.
Un
acto tan común como ese con Tonino en su momento fue monumental y casi para no
creer como un simple detalle puede dar paso a una reacción en cadena, pero eso
fue lo que le paso a Tonino en el hospital, justo a la semana de su internación
donde ya se hablaba de la posibilidad de un alta médica y tratamiento ambulatorio,
detalle que entro incluso en junta médica, donde Gerhard se negó rotundamente a
enviar al niño a un hospicio prologando su estadía lo mejor que pudo, detalle
del que me entere por Hanna y no solo eso, sino que había hablando abiertamente
con Hanna y servicios sociales recomendándome como tutor del niño, algo que
agradecí porque en el fondo yo sabía que Gerhard era un hombre principios
morales altos que pese a la crudeza y cinismo de su profesión donde muchos
pierden la sensibilidad, él estaba preocupado por el provenir de Tonino, tanto
así que aseguraba que si el niño volvía al hospicio empeoraría su en el mejor
de los casos o moriría en la calle, y todo esto debido a que ya en las noticias
se estaba esparciendo la pólvora de lo que sería el caso más sonado de Europa
sobre trata y explotación de huérfanos, así que yo estaba agradecido de su
labor medica y de su recomendación, cosa que a mí me llego como anillo al dedo,
porque independientemente de su idea, yo ya había perfilado mi solicitud con la
trabajadora social del estado con el apoyo unánime de Hanna y no fue cosa de
ese día, sino algo que se precipito después de un incidente días antes de la
junta médica.
Tonino
en mejores condiciones de salud ya, había armado un berrinche descomunal cuando
quisieron bañarlo, negándose rotundamente a aquello, pero bueno yo me pregunto
y pregunto al mundo… ¿qué se puede esperar de un niño que estuvo sobreviviendo
en la calle la mayor parte de su vida?; era obvio hasta par un ciego que el
aseo personal era lo último que tenía en mente y no porque no quisiera, sino
porque no tenía los recursos y lo que es
peor que no tenía a quien se ocupe de aquello; así que era de esperarse que
Tonino se violente cuando de la nada dos estudiantes de enfermería vinieron a
querer desnudarlo y meterlo a la ducha, pero lo que lo exalto tremendamente e
hizo que huya del piso de pediatría y se encierre en uno de los consultorios
fueron las tijeras que tenían esos hombres (dos muchachos que estaban haciendo
prácticas en su último años de enfermería). Menos mal yo había ido al hospital
porque ese día iban a estar los de servicios sociales y quería hacerme asesorar
con Hanna la posibilidad de conseguir su custodia, y en eso estaba cuando la
llamaron para intervenir porque al yo
tener el fono apagado no pudieron comunicarse conmigo como ocurrió cuando
despertó de la sedación al inicio de su enfermedad.
Y
sin querer aquel pequeño incidente jugo a favor mío sin necesidad de mover
muchos hilo, eso y el hecho de que Gerhard apenas tuve a Tonino en brazos
abiertamente me sugiera a servicios sociales no como posible sino único tutor
para Tonino, y eso fue debido a lo violento de la escena del que fueron
testigos médicos, enfermeras y el psicólogo y visitador social y digo violento
no porque Tonino sea un peligro para la sociedad, sino porque él se creyó estar
en peligro de muerte inminente y no dejaba de llamarme… una escena que tampoco
yo olvidare el resto de mi vida.
- Sol daaadooo, POLICIA AYUUUUDA, AYUDA – oímos todos al otro lado del pasillo junto a un montón de cosas que eran arrojadas a la puerta, y es que Tonino en su afán de defensa, empezó a tirar todo lo que pillaba a su alcance y estoy seguro que si dentro del consultorio había piedras, esas mismas piedras estarías siendo utilizando como arma de defensa, ante ese alboroto Gerhard consternado procuraba abrir el consultorio que Tonino cerro por dentro teniendo las llaves atrapadas al otro lado de la puerta; pidiendo que se calme, cosa que hacía que se exalte peor, recuerdo haber corrido creyendo que algo malo le paso y buscaba respuestas entre el tumulto de enfermas que miraban desconcertadas con la interrogante en las caras a los muchachos que fueron los que iban a ayudar a Tonino a bañarse
- ¿Qué fue lo que paso? – pregunto la jefa de enfermeras del piso portando en su mano la copia de la llave
- No tenemos idea – respondieron ambos muchachos muy asustados de ser acusados de algo indebido – fuimos a traer las toallas y un par de tijeras para cortarle el pelo como nos lo pidió usted – dijeron – y de la nada el niño se puso a gritar
- VAYANSEEE, POOOLI, POOOOLI AYUUUDA, AYUUUUDA AGJS AGJS AGJS – estaba llorando
- TONINO – grite en la puerta – SOY YO TONINO, TU AMIGO, VOY A ENTRAR NO ME ARROJES NADA ¿BUENO?
Tonino
había entrado en un franco estado de pánico y el gatillo para aquello fue el
par de tijeras que trajeron ambos muchachos, eso y el hecho de que ambos
jóvenes eran desconocidos para Tonino, así que cuando lo bajaron de la cama y
empezaron a quitarle la sucia bata sin decirle para que era y el ver las
tijeras sobre la mesa de noche despertó en Tonino el recuerdo del martirio
vivido, empezó a llorar de la nada reteniendo la ropa, viniéndole un acceso de
tos que casi lo ahoga y cuando los muchachos se acercaron para que ver que
paso, Tonino empezó a gritar que no le hagan daño, ante tanto alboroto los dos
chicos afligidos cometieron el peor error de todos, le agarraron de la mano con
el afán de calmarlo, un gesto tan común y corriente que por lo general suele
calmar a los menores, pero que Tonino provoco que se orine encima mientras
cerraba los ojos y jalaba sus manos en defensa, escondiendo sus dedos mientras
chillaba e iba retrocediendo hacia la puerta corriendo ciego en cuanto pudo
esquivando todo y empujando lo que había a su paso para que no lo agarren hasta
meterse en aquel consultorio al final del pasillo donde se encerró sin dejar de
gritar…
- NO ME COOOORTEN, NO ME COORTEN – y fue así como lo encontré, parapetado una vez más en un rincón escondiendo las manos en la espalda y cerrando los puños apretadamente
- SHUU Tonino soy yo – le dije en voz bajita y Tonino alzo los ojos abiertos como platos del pánico vivido mirando a todos lados con desconfianza y al volver a ver a los jóvenes estudiantes volvió a gritar
- ¡OH! POOOLIII – ¿poli? Me pregunte ese momento sin entender, pero luego fue el mismo Tonino quien me saco de mis dudas, poli era un abreviado de policía que paso por una larga temporada a ser mi nombre, pero como dije, grito poli y se tiro prácticamente encima de mí porque para ese entonces yo me había acercado y puesto a su altura arrodillado en el piso, y fue cuando me hizo el más solemne y disparatado pedido – NO DEJES QUE ME CORTEN LOS DEDOS – me dijo con los ojos anegados en llanto y cargados de un miedo real, Tonino tenía la certeza de que aquel par de muchachos vinieron a cortarle los dedos como venganza de alguien que no entendí en su momento
- Shuuu shuuu …calma – le dije abrazándolo fuertemente y dejando que se apreté en mi pecho – nadie va a hacerte daño, nadie te va a lastimar – le dije separándolo de mi pecho y chocando mi frente a la suya para darle la sensación de amparo y amor que necesitaba – YO no voy a dejar que nada malo te pase nunca más – prometí sobando su espalda y alzando la pequeñez de su cuerpo, dando mentalmente la razón al cuerpo médico, que enfermo no o no, Tonino necesitaba un buen y urgente baño
Fue
así que me vi involucrado en esa simple y cotidiana tarea que muy pocas veces
protagonice con mis hijos en mi hogar, porque de esa tarea había sido Sephora
la que se ocupo hasta que mis hijos aprendieron a manejarse solos, tarea que me
sirvió además para poder hacerme con los detalles más sórdidos de su corta vida
sobre todo la delictiva que más luego me sirvió para realizar mi trabajo
policial; no recuerdo quien fue, pero alguien me dijo que tenían el agua
caliente lista para Tonino en el ala de infantes que albergaba niños de 3 a 5
años, solo recuerdo haber alzado a Tonino y terminar de desnudarlo en aquel
lugar, las enfermeras habían traído una enorme bañera de hierro enlozado, creo
una reliquia histórica del hospital, que colocaron en medio de ese salón que
tenia las paredes decoradas con dibujos pintados en tamaño natural para que
pueda bañarlo e incluso calentaron el área encendiendo el calefón, Tonino con
los ojos hinchados dejo que yo haga mi trabajo, absorto en los dibujos de la
pared, algo que me hizo pensar que seguramente Tonino nunca vio siquiera un
dibujo animado, o tuvo un juguete consigo, así que decidí consentirlo.
¿Quieres un juguete
Tonino? – pregunte mientras vertía un buen tanto de jabón
desinfectante en el agua, algo me decía que necesitaríamos agua extra, vamos
que apenas le quite la ropa me fije en dos cosas que marcaron mi retina, la
extrema delgadez de su cuerpo, bueno yo ya sabía que estaba delgado pero verlo
ahora de pie ahí en la tina fue diferente de verlo sobre el lecho del hospital
y segundo que su piel estaba percudida de mugre, sus rodillas, codos y tobillos
tenían costras de piel muerta que se descascaraba apenas rascar, dejando ver la
piel blanca por debajo.
- Yo… yo ya soy grande – me respondió Tonino sin dejar de mirar una pelota de goma de colores brillantes que no dude en dejarla en el agua, analizando sus palabras, parecía que era la primera vez que él se daba cuenta de lo que aquella declaración significaba, que se veía e identificaba como tal, sobre todo cuando le despoje de la ropa interior y fue consciente de su desnudez, de su cuerpo púber, así que decidí evitarle la angustia que reflejaban sus muecas y lo metí a la tina lo más rápido posible
Tonino
necesitaba un buen baño no solo para relajarse sino porque realmente requería
un aseo corporal a conciencia, su piel necesitaba tener el aroma común de los
niños, olor a felicidad, a sentirse amado, cuidado y mimado, ajeno de cualquier
conflicto o pena y no oler a sangre seca, orín o suciedad mohosa de calle vieja
y fría que parecía haberse filtrado en sus poros, dándole ese peculiar olor a
pobreza y abandono social o moral e incluso abandono de Dios mismo… olor a piel
sucia y sudorosa que provoca una arcada, a saliva rancia y flujos íntimos; o
para dar la falsa sensación de bienestar momentáneo como suele ocurrir en las
víctimas de abuso sexual, cosa que menos mal no le ocurrió a mi niño, pero
sobre todo porque Gerhard iba a drenar un hematoma que se había formado debajo
de su axila derecha y quería evitar su evolución a un absceso, y necesitaba
eliminar toda bacteria potencialmente perjudicial para su salud por falta de
aseo ya que solo le habían dado algunos baños de esponja cuando lo traje de la
calle.
Así
que me tome mi tiempo para bañarlo, frotando con cuidado su espalda a raíz de las
costillas rotas, frotando con algo de fuerza sus brazos y piernas que de tan
flacas parecían palillos fijándome en un detalle… que a medida que la inmundicia
de su pasado se desprendía de su piel, más evidente se hacían las equimosis del
abuso sufrido, sus canillas tenían relieves de golpes a los largo de su magra
tibia, producto seguro de un sinfín de caídas por correr como todos los niños,
pero a diferencia del resto no eran carreras cargadas de alegría y me daba la
impresión más bien que fueron accidentes laborales en su muchas huidas sea de
la policía o sea de quienes los explotaban, también pude ver cicatrices de
arañazos, raspones y suturas viejas y cuando frote sus pies, sus tobillos
empezaron a pelarse lo mismo que sus codos o rodillas, pero lo que más me
impresiono fueron las uñas de sus pies, aquellas era pequeñas garras que se
estaban incluso encarnando en las partes blandas y seguro era un martirio
dentro de un par de calzados, con razón estaba descalzo cuando lo encontré,
tenía que quitar al ras aquello lo mismo que su pelo que aun en invierno era un
nido de liendres, lo que indicaba una sola cosa, que Tonino no había visitado
una ducha por lo menos en un año entero.
- ¿Sabes que tengo que cortar tu cabello y las uñas de tus pies Tonino? – le pregunte y Tonino negó como loco con la cabeza asustado escondiendo ya no más las manos detrás como cuando lo encontré y acurrucando sus pies lo mejor que puso dentro de la bañeera – no voy a hacerte daño – prometí, pero ante su silencio opte por otra táctica – ¿quieres que te muestre mis pies y mis manos? – dije sacándome ya no mas los calzados y las medias poniendo un pie al borde de la bañera mostrándole mis uñas recién cortadas, recuerdo que saco la cabeza del agua jalando el cuello como un ganso bebé, tímidamente
- Bueno me contestó pero sin sacar sus manos
- Mira mis uñas están pequeñas – murmure – así las tiene los hombres y los niños – le asegure y aprovechando mi calvicie pensando en sus liendres agregue – y algunos nos cortamos el pelo al ras también, ¿te gusta? – le pregunte y llevo una de sus manos mojadas de agua jabonosa sobre mi cabeza para acariciarme, al parecer tenía mucha curiosidad al respecto porque se atrevió a sonreír cuando su palma contacto con la ligera aspereza del pelo afeitado haciendo lo mismo con mi cara, ese gesto me indico una sola cosa, que ese niño nunca toco a nadie por amor y que nadie le había dado una caricia
- Si… me gusta Poli – me dijo
- ¿Quieres probar? – sonreí e hice el amago de coger su nariz y esconderla entre mis dedos
- ¿no va a doler? – pregunto dubitativo y tras mostrarle que no me dolía nada me prestó uno de sus pies, tenía que cortar pronto sus uñas y el pelo antes de volver a jabonar y enjuagar, no podía estar mucho tiempo fuera de la cama y menos desabrigado
- No, no a doler nada – respondí poniéndome en la tarea y fue cuando empezó a hablar de lo que realmente paso aquel día
- El Gato me corto las uñas con una tenaza – dijo con tristeza mirando el estado de sus dedos que para esa semana eran como yemas sensibles rojas aún, pero ya sin vendas – y quería cortarme mis dedos como le corto a Goran – y procure no hacer ninguna exclamación mal hablada por no asustarlo, pero la sola idea de que alguien amenace con aquello a un niño tenía que vérselas conmigo tarde o temprano, imaginando lo que le podría hacer a ese desgraciado de dar rienda suelta a lo que mis puños de ser verdad aquello que Tonino decía, tenía que averiguarlo cuanto antes, pero no tuve que hacer mucho esfuerzo, leí el reporte de los niños pillados y si, había un niño llamado Goran al que le faltaba la falange distal del meñique izquierdo – no quise darle mis monedas – la voz de Tonino interrumpió mi enojo, tenía que prestar atención a sus palabras – la que me regalo una señora porque le ayude a llevar su canasta hasta su puerta – dijo mirando ausente la nada, como si estuviera caminando en su mente por esas calles, incluso se estremeció
- ¿Tienes frio? – pregunte preocupado
- NO… estoy calientito – dijo – solo sentí algo feo aquí – agrego mostrándome su abdomen, me estaba mostrando lo visceral de su miedo
- Bueno, pero si tienes frio me avisas, además tenemos que terminar de cortar tu pelo que esta con bichos – le dije y el bajo la mirada avergonzado – y ¿qué más paso? – desvíe su vergüenza al recuerdo, yo necesitaba todos los detalles faltantes de su declaración
- Yo tenía que robarle a esa mujer, pero ella me regalo una galleta y ya no pude hacer mi trabajo – agrego alzando los hombros con esa simpleza de niño – fue cuando me pidió que le ayudara y yo lo hice y me regalo muchas monedas, pero no tanto como para pagar mi cuota
- ¿Quién es el gato? – pregunte mientras iba cortando mechón por mechón, el resto de sus ondas disponiendo todo para rasurarle el pelo ante de cambiar el agua
- Es el que cuida del nido…
En
realidad el famoso Gato, era un tipo del bajo mundo, un migrante asiático que
reclutaba o mejor dicho se hacía cargo de 1 o 2 nidos, como así llamaban
aquella organización de delincuentes al grupo de niños que tenían asignados
entre 6 a 13 años en un número aproximado de 10 a 15 menores de edad, que eran
trasladados de un lugar a otro por toda la ciudad para cometer robo en manada,
los niños parecían pequeñas pirañas voraces que envolvían y desenvolvían a sus
víctimas en un abrir y cerrar de ojos, y pude comprobarlo por los videos de
seguridad ciudadana que abundan en las calles, ahí pude ver lo veloces que eran
para enredar a los turistas, tropezando con ellos y bolsiqueando sin que los
pobres se den cuenta, y una muestra de aquel mal habito me la dio Tonino en
casa mucho tiempo después… detallito que le costó una paliza, su primera paliza
oficial como hijo mío.
Pero
regresando al pasado, el famoso Gato era quien debía procurar el alimento la
ropa y la cama de sus “trabajadores”, pero para eso, los niños debían hacer
méritos, tenían una cuota mínima que cubrir y nunca, ¡nunca! se les permitía
tener dinero propio consigo, así que cualquier posesión en ese sentido, sea una
limosna o una propina como la de Tonino, ni siquiera iba a parar a manos de los
altos mandos, sino del rufián aquel con lo que se costeaba sus vicios, raíz de
todo aquello, Tonino y muchos otros niños se vieron privados de alimento y de
un lugar para dormir, razón por la cual todos los niños que pillamos estaban en
estado de extrema desnutrición y sabía Dios si esto a la larga les pasaría una
cara factura en forma de cáncer.
Pero
aquel día resulto ser para Tonino el peor de todos, casi toda la semana estuvo
durmiendo a la intemperie y llevaba como
4 días sin comer nada solido, su cansancio, su hambre y el resfrío que llevaba
encima lo hizo lento en sus funciones,
ya se había llevado una golpiza noche antes, y aquella tarde el desgraciado del
Gato lo separo del grupo como castigo y le había designado una tarea
individual, quitarle la cartera a una mujer que bajaba de su auto cargada de
canastas y un carrito de bebé, pero Tonino, ante el amable gesto de esa dama
que compro su buen actuar con una galleta no lo hizo y se ofreció ayudarla a
cambio de un trozo de pan que la mujer gustosa le regalo además de unas
manzanas y unas cuantas lonjas de jamón de pavo, todo un festín para un niño
que se las pasaba comiendo patatas o nabos hervidos y encima de aquello le
regalo un billete que Tonino inocentemente creyó poder guardar para sí, así que
mirando de soslayo se alejo de aquel lugar y se fue a comprar una taza de café
caliente que ya no sentía los dedos de sus manos ni sus pies, y envolvió las
moneditas del cambio y la escondió dentro de sus calzados y regreso al lugar
esperando que el Gato una vez mas lo castigue sin cena y sin cama.
Pero
el desgraciado que lo tenía vigilado con binoculares, sabia todos y cada uno de
los pasos de Tonino y en la noche, decidió darle un escarmiento mayor, sobre
todo cuando Tonino se negó a entregarle las monedas, fue cuando el muy infeliz,
le rompió la ropa a Tonino y empezó a golpearlo y exigir al resto de niños que
haga lo propio bajo amenaza de hacer lo mismo con ellos, después de eso, cogió
una goma del inflador de su bicicleta y con eso había azotado a Tonino en todo
el cuerpo siendo sus piernas y nalgas las que más sufrieron cogiendo con sus
manos las caderas dejando sus huellas en la pelvis, huellas que creyeron muchos
fue producto del abuso sexual, y no conforme de reventar la cara a cachetadas,
le metio un puñete en el costado
fracturándole las costillitas de galleta y cogiendo una tenaza y amenazándole
con cortarle los dedos la próxima vez, le arranco uno por uno las uñas de los
dedos causando que Tonino de tanto dolor se orine encima y pierda el
conocimiento y los niños más pequeños del nido sufran semejante trauma
emocional.
Y
al ver que no reaccionaba lo vistió en medio de una hemorragia producto del
golpe en la cabeza y lo metió en una bolsa de y lo fue a tirar en una caja en
el contenedor de basura que gracias a la estupidez producto de la dosis de
cocaína que se consumió antes de golpear a Tonino, fue a dejar el supuesto
cadáver al centro mismo de la ciudad porque sabía que el carro colector de
basura estaría en cuestión de media hora en aquel lugar y vaciaría todo dentro
de la trituradora sin que el trabajador de turno se dé cuenta que recogió un
cuerpo, solo que nunca imagino que Tonino en esa media hora recupere el conocimiento
y se arrastre fuera del basurero y se cubra con la misma caja de cartón a
llorar su amarga suerte tiritando de frío donde yo lo encontré…
Y
aquí estamos ahora, a punto de ir a cenar con mis otros dos hijos a los que por
fuerza mayor tuve que contarles aquella confidencia hecha por Tonino, esa época
en que estuvo en el hospital con apenas 11 o 12 años a lo sumo y jamás se
volvío a mencionar el incidente una vez que se supero el trauma con ayuda de
los psicólogos o psiquiatras que lo trataron, haciendo caso de su buen consejo,
alejar a Tonino de todo lo que pueda despertar el mal recuerdo y eso para mí se
tradujo en una sola cosa, tomar un vuelo y cruzar el charco dejando atrás a mi
vieja Austria… decisión de la nunca me arrepentí, porque ahora al ver a mis
hijos hechos y derechos, con sus familias bien conformadas y sobre todo porque
mi Tonino no solo se encarrilo en la vida sino que es feliz; sé que lo que hice
aunque duro en su momento fue lo correcto.
- ¿Ya estás listo mi viejito? – ese es Tonino que me abraza por detrás y me regala una linda sonrisa como siempre
Pues espero que este rostro tan conocido en el mundo de la televisión sea de su agrado, porque yo lo adoro, tiene un gran parecido al hombre que ame con todo mi corazón y deseo sea feliz donde este y con quien este...
ResponderEliminarSe que no es el típico rostro pero creo que caía al pelo y lo elegí justo cuando estaba relatando la vida de Tonino, ustedes se darán cuenta en que momento fue, jajjejej
Un abrazo, espero lo disfruten
Marambra
Marambra,el leer a Tonino no solo es un placer ,es ...sentir en tu corazón muchas emociones,como alegría de que el niño llegó a un hogar y a una familia feliz y pese a que sabemos eso desde el inicio de la historia es imposible que no se te haga un nudo en el estómago al enterarte por los traumas que pasó.
ResponderEliminarMe río con la complicidad de los hermanos,me da gusto ver lo bien que se llevan ahora de grandes.
...puedo extenderme y decir muchas cosas de lo que provoca esta historia,pero mejor te digo que...
"es hermosa",me emociona,y que está siendo elaborada de una manera muy fina.Te tomas tu tiempo en regalarnos cada uno de sus capítulos,me frustra pero lo entiendo absolutamente.
Tus frases siempre me llegan muy dentro Marambra,..."olor a felicidad"eso me atravesó ,tal vez porque hasta el día de hoy amo oler a mi hija,ese olorcito único e incomparable que curiosamente a "mi "me provoca felicidad el sentirlo porque simplemente se que es feliz. Y razón llevas en decir que todos los niños del mundo deben llevar ese mismo aroma,impotencia y dolor provoca el saber que no es así.
Claro que he disfrutado el capítulo,ahora seguiré esperando por los que vengan.
Cariños ,Keny.
La historia es fascinante, pobre Tonino, en verdad sufrio como nadie deberia sufrir, pero bueno asi es la vida hay cosas que no se pueden cambiar, menos mal que encontro a Ian y con el a un familia de verdad.
ResponderEliminarBueno marambra querida Internet me jugó una mala pasada borrando mi comentario así que acá voy de nuevo, aunque casi no queda nada por decir.
ResponderEliminarEs como dijo keny un consuelo al leer semejantes sircunstacias de vida por las que atravesó Tonino el saber que esta historia tiene un final feliz, pero eso n evita el nudo en el pecho y las emociones que brotan.
Es un deleite como siempre leerte y más en esta historia que cautiva el corazón y claro deja con ganas de saber más sobre el camino que recorrieron todos para ser la familia en la que llegan a convertirse.
Además quiero agregar que me encanta el rostro del poli, la mezcla justa entre hombre fuerte y bonachón.