Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 01 de Mayo del 2016
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Capítulo 147
Reflejos
Autora: Marambra
Rubén y Clara
se miraban las caras con mutuo sufrimiento, era lo que tocaba tras los secretos
revelados al viento como ocurrió la noche pasada, ya habían regresado de la
famosa cita médica y estaban en espera de los laboratorios; tanto la ida como
el regreso había transcurrido en completo silencio, Clara pensó incluso que un
funeral era más alegre que aquel vacio que los inundaba, pero no estaba en sus
manos intervenir, después de todo los muchachos extrañamente no abrieron la
boca ni siquiera para un parco pio después de lo ocurrido en la consulta, a
Iván se notaba a leguas que llevaba el mundo aplastándolo sobre sus hombros, no
había levantado los ojos del suelo y caminaba dos pasos detrás de Alexander
quien a su vez le lanzo una mirada de puro odio y desprecio, pero no solo fue
la mirada sino el aura que lo acompañaba, la actitud corporal, el lenguaje no
hablado que a veces hiere más que mil palabras, en definitiva sus gemelos
estaban bajo bandera entablando una horrorosa guerra fría en la cual ellos como
padres no tenían ni voz ni voto… por el momento.
La
cita médica transcurrió entre bambalinas también, y se notaba a leguas la
aprehensión que los hizo preso a ambos muchachos, Alexander experimentando sus
demonios y sus dudas y se notaba que entre una y otra cosa necesitaba el apoyo
de su hermano pero su orgullo le impedía abrir la boca, mientras tanto Iván se
contenía de acercarse y protegerlo como antaño, que difícil fue para ambos
hacer frente a esa nueva situación se dijeron a sí mismos, las millones de
veces que Alexander lloraba en la consulta tenga la edad que tenga y era Iván
que inicialmente se sacaba el chupete de la boca y lo encajaba en la de su
hermano en un intento de consuelo infantil, y con el transcurrir de los años
una galleta, un dulce y más luego un comic de Batman o del hombre araña, pero
ahora cada cual se sentó a un kilometro de distancia y agarraron de la mano al
padre que creían necesitar, Alexander a su madre e Iván a su padre cuando en
realidad las necesidades estaban también cruzadas.
Alexander
quería no solo una explicación no importaba inventada de lo ocurrido sino sobre
todo el consuelo de papá porque el abrazo de Rubén para él lo era todo,
necesitaba el poder quejarse a él, contarle su dolor, llorar sobre su hombro y
preguntarle que iba a pasar de ahí hacia adelante; ¿cómo hacer frente a esto
con el menor daño posible en sus filas?, preguntarle si tan mala persona era,
tan tonto quizás, tan simple, tan infantil tal vez que hizo que su novia busque
en los brazos de su hermano lo que él no pudo darle, quería preguntarle si
aquello fue porque no pudo tener sexo con ella recordando aquel episodio en que
Marcela se encaramo a su ventana trepando la escalera pegada a la pared y se
escurrió a su cama y empezó a juguetear y él pese al entusiasmo y la alegría
llegado el momento no pudo hacerlo y si esa era la razón real de que ella haya
optado por su par, un par más maduro, más seguro de sí mismo, y al parecer
mucho más experimentado en las maratones del sexo…
Y
mientras él pensaba eso sin poder decirle nada a su padre por creerlo traidor,
dolido porque ese papá no fue tras él a consolarlo a conversar, a tratar de
convencerlo de que todo iba a pasar, a explicarlo lo que su hermano sentía o
por lo menos inventarse un argumento para quitarle el peso de la culpa o mejor
dicho de la responsabilidad que tenía en todo este asunto Iván, porque a veces
eso hacen los padre cuando existen líos entre hermanos, arman un porqué y un
para que para que no estés más enojado con aquel que comparte tus genes, pero
papá no fue, no corrió tras él como esperaba quizás era que su padre estaba
cansado de sus pataletas, pero ahora no era una reacción infantil, no era un
berrinche que crio llorón porque sí, no estaba buscando en una pequeña pataleta
de niño mimado la total atención de quien más te ama, realmente quería no solo
consuelo sino la sabiduría de papá.
Pero
no fue así, papá consoló a Iván, abrazo, beso, acuno, y contuvo a Iván y lo
dejo a él a la vera del camino y mientras esos pensamientos confusos y
confrontados lo hacían preso, su hermano pensaba en cuanto necesitaba de su
madre, preguntarle a mamá el porqué lo había hecho Marcela, quizás al ser mujer
ella sepa la razón de su extraño proceder, necesitaba que le diga una verdad o
una mentira dorada, que las chicas son seres misteriosos y complicados, que
detrás de ese velo negro hay una luz y luego dejarse arrullar por el quizás
único abrazo femenino sincero de su vida, recibir con humildad todos esos besos
que quería solo para él por ser simplemente él, que le diga que era especial
para ella y que si el faltase nadie podría ocupar su lugar, en definitiva
necesitaba que le digan que era indispensable, pero sobre todas las cosas que
era único pese a tener un gemelo y que no tenga miedo de avanzar…
Y
a cada lado de los gemelos yacían los padres inmersos en sus propios
pensamientos, el cómo poder consolar y ayudar a pasar este mal trago con el
menor daño posible, Rubén con Iván a su lado acurrucado prácticamente sobre él
entrecerró los ojos para poder mirar los gestos de su Lex, mordiendo la boca
por querer decirle ven aquí y agudizaba el oído para oír lo que casi en secreto
conversaba con su madre; y Clara entre caricia y caricia que le deba a Lex con
sus ojos tocaba el pálido rostro de su Iván que casi no pego el ojo toda la
noche torturado en sus pensamientos recordando una y otra y otra vez la escena
esa en que fue descubierto por Miguel rebobinando la cinta justo cuando Marcela
decía que quería saber si era tan tonto como se lo veía, y su corazón se hacia
un puñete nuevamente sin llegar a estallar de tanto sentir aquella horrible
sensación.
Y
Lex recordaba el momento exacto cuando Iván grito sin pudor alguno que se
acostó con su chica y como si de un espejo se tratara, ambos al mismo tiempo y
en el mismo lugar experimentaron las mismas sensaciones, y tuvieron igual
respuesta, sentarse a toda prisa, fruncir el ceño y morder la boca con apuro y
con dolor y dejaron ambos a sus padres poner el brazo sobre sus hombros en una
muestra de apoyo incondicional que era lo que necesitaban y pedían a gritos,
deseando que no dejen de apretar sus manos con ternura o besar sus frentes en
completo silencio tratando de calmarlos, que horrorosa espera fue esa hora que
toco la entrevista que por cuestiones de urgencia por uno de los tantos
internos por adicción en aquel horrible lugar la consulta se retraso más de 60
minutos y cuando por fin los llamaron Alexander prácticamente estaba al borde
de un ataque de pánico que fue percibido por su madre.
- ¿Qué pasa cariño? ¿Qué tienes? – le pregunto al ver la cérea palidez que de pronto lo asalto, y oír su respiración acelerada mientras Lex no solo apretaba su mano sino que le clavaba las uñas – ¿De que tienes miedo hijo?, a ver dime
Pero
Alexander solo atino a clavar los ojos al piso, en total silencio y tieso como
una tabla con un horrible nudo en la garganta que le impedía hablar invadido de
la vergüenza además de verse así en ese estado cuando estuvo casi todo el viaje
de ida auto convenciéndose de que no pasaba nada, que solo era una visita
médica que no encontrarían nada malo en él y sin embargo estaba ahí hecho un
manojo de nervios a punto del calambre total mientras Iván se quedo pensando en
las millones de veces que se ofreció como conejillo de Indias para evitarle a
su hermano un sufrimiento innecesario, el de la angustia ante lo desconocido,
que el padecimiento físico seria el mismo e ingresaba primero él a la consulta,
al odontólogo, a la vacuna a donde sea y aunque lloraba porque pinchaban y
tenía su cuota de vergüenza que vivir y pagar, trataba de no hacer mucho
escándalo a pedido de papá
- Va a doler Bambi, pero no te muevas ¿si? Lexito va a llorar ¿y no queremos eso verdad? – y el asentía la cabeza afirmativamente creyendo realmente que no quería eso pero ahora que lo pensaba solo complacía a su padre porque nunca metieron primero a Lex para complacerlo a él olvidándose de sus propios miedos, como sino tuviera derecho a ellos, pero siempre respondía
- Shuuu, shuu – y ponía su pequeño dedo sobre su boquita roja rodando una lagrimita de miedo pero negándose a llorar – Lexito va a llorar – y cuando salía tras un pinchazo sobre todo y había dolido como todos los pinchazos que le daban, él limpiándose los ojos solía decirle – dolió un poquito Lex, pero muy poquito porque sabes que a mí me duele todo…
Pero
ahora por alguna extraña razón prefirió callarse y ver de palco el sufrimiento
real de su hermano, el no iba a ofrecerse a lidiar con lo desconocido por él, y
prefirió permanecer callado y estudiarlo como quien estudia un bicho raro
preguntándose qué mierda diría ahora Marcela de verlo ahí, tirado en el piso
sentado al pie de su madre abrazando su pierna como si la vida se le fuera en
eso, en algún momento que su padre se acerco para conminarlo a entrar a la
consulta, LEx se había sentado en el piso y mátame que te mataré no se levanto
de allá y empezó a llorar primero en silencio sin permitir que su madre se
mueva, y al final gritando que por favor no lo dejen ahí que se portaría bien,
y un sinfín de juramentos al cual más utópico de creer, pero sin moverse,
realmente estaba como un peso muerto e Iván lo observaba sentado justo frente a
él pensando en lo patético que ahora se veía su hermano, todo un personaje en
sí mismo… llorón, mocoso, feto preguntándose qué de valiente, de osado, o que
palabra uso? arrofaldao veía Marcela en su hermano, para llamarlo a él caído
de la estera; que era lo que le llamaba la atención, que era lo que le gustaba
de su carácter porque físicamente ambos eran dos gotas de agua, hasta que ya
cansado de la pataleta de su hermano se paro y le dijo.
- YAAA – dijo Iván irritado de los gritos de su hermano – NOO LLORES, ENTRO YO PRIMERO COMO SIEMPRE – y se paro para hacerlo pero el psiquiatra no lo dejo y dijo
- No, ha de entrar él primero – y luego volcando su atención a Lex le pregunto que sentía
- ¿Qué le es lo que sientes Alexander? – buscando encontrar algún síntoma de una crisis de abstinencia y Alexander describía sus síntomas abrazado a su padre mientras gemía
- Papaaa me duele el pecho, no puedo respirar y mis manos se están adormeciendo – era un simple y tonto cuadro de ansiedad
- SHUUU… SHUU calma Lex, no pasa nada – le decía papá abrazándolo buscando en los ojos de los médicos alguna respuesta y el médico tentó la suerte
- Quieres un calmante Alexander? – y el asintió y le dieron una pastilla anaranjada – Bueno toma esto, si sigues con los síntomas te tendremos que pinchar…
Finalmente
tras tomarse la tableta esa Lex se sintió mejor y entro con ambos padres a la
consulta y cuando concluyo todo el reconocimiento físico y psicológico mientras
él se vestía sus padres hablaban con el médico de lo encontrado en la dinámica
aquella aplacando casi todas sus dudas para bien.
- Bueno aun cuando faltan los resultados de toxico y hay pequeñas fisuras familiares no son insalvables, físicamente Alexander esta en optimas condiciones…pese a su crisis recientemente vivida – les comento con voz tranquila
- ¿Eso era por qué doctor?, ¿está con una reacción por falta de consumo? – pregunto con el amén en la boca Clara, porque fue horrible ver con ojos de madre a su hijo encogerse las manos e hiperventilar, pensando realmente que era una catástrofe y el médico la saco de sus dudas
- No señora, eso era un ataque común de ansiedad, lo que las abuelas llamaban histeria
- ¿Pero y el calmante? – agrego Rubén y el médico les sonrió
- Era una simple tableta de vitamina C, un placebo – dijo con una sonrisa conciliadora, realmente esa pareja necesitaba buenas noticias – Alexander no tiene un cuadro de abstinencia ni nada por el estilo – y fue evidente para el galeno la paz que inundo el rostro de ambos con esas simples palabras – es un miedo común ante la amenaza nada más y les doy mi cabeza que los laboratorios no arrojaran nada y la evaluación psicológica hasta donde vi fue positiva pero como todo protocolo a cumplir esperaremos y no mencionaremos nada de lo sucedido a los muchachos, eso les dará tiempo a ustedes y estrechar lazos familiares…
Y
eso era justamente lo que haría ahora Rubén, no podía ver a su hijo deprimido y
estar impasible ante aquello, su hijo lo necesitaba en todo sentido de eso se
dio cuenta cuando lo vio regresar del cubículo aquel donde le hicieron el
reconocimiento médico, volvió como si le faltara algo y ese algo era la risa que
quería que recuperase así que decidió entrar a verlo.
- Vas a seguir enojado hijo… no me gusta que estés así Lexito – le dijo sentándose a su lado
- Pero como quieres que no esté enojado, papá, ¿dime? me traicionaste tu también, más que enojado estoy triste – y aplasto su cara sobre su almohada y volvió a girarse para ver a su padre
- Yo no te traicione Alexander – le acaricio su mentón pero Lex
- Dime una cosa papá, ¿tu lo sabías? – una difícil pregunta y mucho más difícil respuesta, pero Rubén desde siempre tenía como ley la verdad aun cuando duela así que suspirando y acariciando su pelo le contesto
- Si, hijo lamentablemente lo sabía
- ¿Ves? Me traicionaste – y rodo una solitaria lágrima por su cara sintiendo de nuevo ese dolor en el pecho
- Siento mucho que pienses eso
- Si tu lo sabías…. ¿cómo no me dijiste nada?, ¿era por proteger a Iván no?
- Alexander mírame – le dijo cuándo Lex se giró para mirar la pared – tengo 52 años y aun no sé a ciencia cierta cuando uno debe o no abrir la boca en situaciones como esta, algunas personas prefieren la verdad otras no, se enojan, pero la verdad hijo, es que creí que tu hermano superaría esa confusión de sentimientos…
Y
le conto desde cuando estaba enterado, de las palizas que se llevo Iván por
meterse con Marcela, del incidente de la tarde anterior cuando Lex creyó que su
padre salió junto a Iván y no lo invitaron, le conto lo que Miguel le hizo a su
par, lo que Marcela le grito al calor del enojo, de la sugerencia de que también
se acostaba con él, de lo mal que se sentía Iván con todo esto, en fin todo lo
que Alexander quería que papá le explique…. lo que sucedió y oírlo ahí hablar
de las peripecias de su hermano un sinfín de sentimientos encontrados se adueño
de él, por un lado el amor a su hermano y todas las cosas que vivieron juntos y
que Iván hacia por él, entendiendo porque ahora se ofreció para ir él al
orfanato, experimento rabia y enojo al mismo tiempo, tratando de acordarse lo
que su caprichosa mente le negó, aquel pedazo de historia, un día borrado de su
memoria el día de la fiesta clandestina que él pillo a su hermano con Marcela y
que había terminado con ella con una fuerte discusión, que le grito en su
momento a Iván que se alegraba que por fin le gusten las chicas y nos las
abuelas, pero que debió buscarse otra pelada, no la suya, por todo eso que no
recordaba y se enteraba ahora por boca de papa, su balanza estaba 50 a 50 entre
el amor y el odio a su fraterno y cuando aseguro que no lo perdonaría no se
percato que en la puerta estaba Iván, pero papá si, y lo hizo entrar.
- NO SE PAPÁ, NO SE si era mejor no saber nada… ahora mismo DE LO ÚNICO QUE ESTOY SEGURO es que no le voy a perdonar a Iván lo que paso – e Iván que inicialmente se quedo oyendo a su padre y hermano hablar de él buscando un hueco para pode entrar y disculparse estando allá su padre para que lo ayude y lo proteja del enojo de Lex se giró sobre su talones, pero Rubén lo detuvo
- Entra Iván
Dijo
papá y Lex se giró para ver a su hermano con el rostro triste, avergonzado,
arrepentido y confuso, y Rubén los agarro a los dos y se sentó con ellos en la
cama de Lex, poniendo a los chicos a cada lado suyo y les hablo de lo jóvenes
que eran, de las miles de oportunidades que tendrían más adelante, y cuando Lex
empezó a reñir a Iván, desahogándose en su enojo Rubén les conto a ambos la
amarga experiencia que tuvo en su juventud con Almudena.
- Lo que hiciste es desleal, eres mi hermano Iván mi hermano – reclamaba con un nudo seco en la garganta – se supone que la traición no entra entre nosotros – reclamo e Iván se defendió
- ¿Y todas las veces que tú me traicionaste?, nunca te dije nada… sobre todo cuando le contaste a mamá que golpee a papá con esa piedra y me pego por tu culpa – recriminaba con el bullir de su sangre que le teñía la cara más que de enojo de vergüenza
- NO ES LO MISMOOOO – grito – TE ACOSTASTE CON MI CHICA… ESO NO SE HACE, NO VOY A PERDONARTE – decía con rabia en la voz
- CALMA ALEXANDER – levanto un poco la voz su padre para que lo oigan pues ambos estaban a punto de los puñetes
- NO ME VOY A CALMAR, TU NO SABES LO QUE SIENTO, LO QUE ME DUELE SABER QUE MI HERMANO SE ACOSTÓ CON MI CHICA, ROBA CHICAS – le grito enfadado y su padre lo abrazo con fuerza y luego a Iván que se hizo a un lado sintiéndose un estorbo
- LO SE, YO SE LO QUE SE SIENTE – lo miro a los ojos seriamente – SE LO QUE SE SIENTE SER TRAICIONADO POR UN HERMANO ALEXANDER, SÉ LO QUE ES ESO, PERO TAMBIÉN SE LO HORRIBLE QUE ES QUE TE GRITEN A LA CARA QUE SOLO ESTUVIERON CONTIGO POR JUGAR Y PASAR EL TIEMPO – y esta vez clavo los ojos a Iván y empezó a relatarle su tortuosa relación con Almudena – yo viví una historia como esta hace algunos años – y aquella revelación les quito las ganas de pelarse a los gemelos, nunca hubieran imaginado a su padre en esos trotes – yo era un poco mayor que ustedes, unos años, tenía como 19 aquel entonces – agrego recordando aquella época – … en Europa no es como aquí, que enamoras y si quieres vivir con esa persona primero te tienes que casar, allá puedes vivir con quien quieras si las cosas funcionan bien, sino no – les dijo – vivía con una chica, una muchacha muy linda que claro se hizo muy amiga de mis hermanos, de Hans, de Ulrich, Sebastián y Bruno….
Empezó
a contar su vida mientras lo arrullaba y besaba tratando de calmarlos mientras
su mente divagaba por aquellos años de su tierna edad, lo ilusionado que estaba
con Almudena, había empezado a salir de la depresión que supuso el
fallecimiento de su madre a la cual él particularmente estuvo muy pegado,
recordó los constantes problemas con su padre, el choque de voluntades que
ambos tenían y que incremento tras el fallecimiento de la única persona capaz
de aplacarlos con solo una mirada, la intransigencia de Ludwig y su terquedad
de que estudie una carrera diplomática y él en su tenacidad de estudiar
biología marina, recordando que desde que tenía uso de razón el amaba el mar
abierto, las miles de formas vivientes ocultas de los ojos humanos bajo la
suave manta de agua en aquel inmenso lecho salado, recordó de alguna forma un
fragmento de su niñez, a sus 4 años más
o menos y a su madre Olga, con el rostro tan dulce y la mirada tierna entrar a
su cuarto aquella mañana de su cumpleaños y le colgó sobre su lecho a manera de
calecita volante, como esos chuches que tienen los bebes sobre su cuna y los
niños juegan a querer agarrarlos mientras dan vueltas y suenan alguna nada, su
madre le había fabricado uno con sus propias manos tallando madera en un curso
que aprendió por ocio y le hizo diversas figuritas marinas de la que conservaba
una orca como llavero y que no dejaba que nadie lo toque, al fin y al cabo era
lo único que tenia de su madre, eso, un lunar rubí en el esternón que
compartían también los gemelos y su sangre, porque todo lo demás le fue
arrebatado, cuantos recuerdos le inundaron cuantos recuerdos y cuantos
sentimientos se apoderaron de su pecho matizando las palabras vertidas por el
amor que tenia a algunos capítulos que hasta ese entonces permanecieron
herméticos en sus pensamientos, pena en otras por lo que perdió en el camino,
incluso un poco de rabia y finalmente resignación, recordó el encontrón aquel
con su padre por no haberse matriculado en derecho internacional y cambiar sus
créditos para biología marina, la furia que eso supuso en Ludwig, el llanto que
lo invadió a él de la pura frustración de no poder defenderse de su progenitor
y no porque golpee con la mano sino con palabras y con hechos, por compararlo
siempre con Ulrich o con Sebastián y ocasionalmente con Hans…
- Mañana mismo te retractas con la universidad explicándoles que fue un error – le dijo Ludwig entregándole una hoja para que firme – aquí esta una carta de disculpa y haces tú transferencia a derecho internacional Rubén
- Pero papá, a mi no me gusta estudiar derecho, yo quiero ser biólogo porque no puedes entenderme y apoyarme – le había suplicado – tu sabes que a mí me gusta esto… por favor
NOOO; tú vas a estudiar lo que te estoy diciendo Rubén Y NO SE
HABLE MAS DEL ASUNTO – grito
queriendo salir de la habitación de su hijo
Movió
su cabeza como queriendo alejar ese doloroso
recuerdo obligándose a concentrarse en el dolor de su hijos, esto que
les contaba no se lo había dicho a nadie ni siquiera a Clara porque lo
consideraba demasiado vergonzoso más que doloroso, pero en realidad era porque
se había asegurado de no dejar que nadie se meta con la sal de sus heridas como
solía decirle su esposa y continuo con su relato
- ….Y pues, un día que regrese de mi trabajo, porque yo siempre he trabajado desde joven y no por amor al arte les diré, sino por diferencias de opinión con tu abuelo, él quería que yo estudie no se qué carrera para ser diplomático y yo quería ser biólogo marino, quería ir en barcos y submarinos, pero él para presionarme me corto toda ayuda económica y me dejo en claro que o estudiaba lo que él quería o me atenía a las consecuencias – e Iván pensó de pronto porque no le tenía mucha fe al abuelo a diferencia de Lex que lo adoraba y el amor aquel era mutuo y sincero, con él en cambio era más puntilloso – pero tu abuelo no conto con que yo me busque un empleo y ahorre para mi matricula y para no tener que lidiar con él, me busque un cuarto, ni siquiera un piso o un garzonier – que era nada más que un departamento con un solo dormitorio y cocina integrada en una sala comedor – un cuartito y ella, esta chica se vino a vivir conmigo, levábamos ya un año viviendo juntos y claro mis hermanos venían a echarse de menos de mi, o eso creía yo, pero no era solo por eso, por lo menos no por parte de uno de ellos y en una de esas tanta visitas pues supongo que se habrán entusiasmado o qué sé yo – les explicaba recordando aquella dolorosa época de su vida – el caso fue que una tarde que regrese mucho mas antes de lo habitual me pille con ella en la cama con uno de mis hermanos y agarre mis cosas y me quise ir a Australia, pero no pudo ser porque todo el dinero que tenía en mi cuenta me lo quito mi padre ….
Y
Clara que los buscaba para almorzar, se acerco a la habitación de Alexander y
oyó aquella confesión que les hacía Rubén y su corazón le dio la razón de sus
grandes dudas respecto a Almudena, tenía que ser ella pensaba Clara, alejándose
de la puerta sintiéndose una intrusa de aquel momento de confidencialidad entre
sus hijos y su marido pensando que quien oye tras las puertas se entera de lo
que no quiere porque oye lo que no debe; ahora entendía porque apenas se
hablaban con Ulrich, y porque era tan arisco con su padre, porque se le ocurrió
homenajearla con aquella canción cuando llegaron a la hacienda y porque había
momentos en que se perdía mirándola cuando no había nadie a su alrededor aun
cuando no se acercaba a esa mujer, ni le dirigía la palabra más allá de la
cordialidad de un saludo y una cortesía de rutina.
Y
se puso a pensar en el pasado de su marido, en lo poco que hablaba de su gente,
incluso ahora se enteraba que tenía otro hermano llamado Sebastián, cuantos
secretos escondía su Rubén, sería posible que no conozca a su marido más allá
de lo que él quería que conociera? Que era lo que guardaba con tanto celo?,
seria que aun su corazón ya maduro en el declinar de los años aún latía por
aquel amor perdido?, arrebatado, robado…. era esa la verdadera razón por la que
se vino a América y no como tontamente ella creyera, esa historia que en su
momento le contara, vine por soy ciudadano del mundo, y amo esta tierra le dijo
un día y te puedo asegurar que soy más camba que la yuca pero tú no eres cruceño le había
contesto ella y el al calor de un guarapo de miel le dijo, sabes Clara? El
camba nace donde le da la gana y a mí me dio la gana de nacer en Múnich.
Esa
era la razón de su llegada?...
Y
empezó a hilvanar los cabos sueltos que le chinchaban a ella recordó que desde
que sus familiares pisaran la hacienda era como si en el ambiente flotara la
inseguridad y los secretos y en parte el peso lo llevo Almudena que dejaba caer
pequeñas indiscreciones en voz alta, sugerencias de recuerdos de una vida que
Clara desconocía en su totalidad, Rubén hablo una sola vez sobre su pasado y no
fue estando sobrio precisamente, fue en una de esas tantas farras que se tiro
tras el abandono de Narda, aquel entonces Rubén era una piltrafa humana y ella
lo pillo en la plaza una mañana que iba al trabajo, su corazón se hizo un
puñete al verlo tan borracho vomitando casi sus intestinos y sin pensarlo dos
veces se lo llevo a su casa comprometiendo aquel entonces su reputación, pero
mujer de decisiones firmes no hizo caso a comentarios ni demás, al fin podía
cuidarlo, lo dejo durmiendo todo el día tras la declaración que le hizo.
Rubén
había abandonado el hogar paterno tras una fuerte discusión con su padre quien
haciendo uso de su poder sobre su mayoría de edad le hizo firmar unos
documentos que como crio no se dio muy por enterado donde según los abogados
renunciaba a la herencia que su abuela materna le dejaba interesantemente bajo
tutela de su propia madre, pero como la mujer murió aquel entonces y el padre
sabiendo de este dinero que no era poco y el regalo de la casa que tenía en las
afueras de Múnich armo toda una trama ayudado de Ulrich, cuando el queriendo viajar
a Australia a estudiar biología marina ante la negativa en redondo de su padre
quien tenía otros planes para él, como inscribirlo a derecho internacional,
quiso hacer uso de aquel dinero del cual siempre tuvo conocimientos porque su
abuela y su madre le hablaron de él al lecho de su muerte recalcando que la
abuela y ella habían establecido que ya con 18 años podría hacer uso de parte
de la herencia y tomar posesión de los bienes en especias (terrenos, casas y
demás) a los 21 años, el no había hurgado hasta ese entonces el dinero, hasta
ese momento él hacía uso del propio dinero trabajado, desde pronta edad le
gustó la independencia económica el error suyo fue usar la misma cuenta
bancaria para meter sus ahorros, y cuando quiso sacar dinero para marcharse se
encontró con el conflicto de cuentas cerradas y que solo su padre o hermano
podían hacer uso de ellas y si él quería dinero debía recogerlo con sistema de
cheques que obviamente tenían que ser expeditos y abalados por su progenitor.
Ahí
estallo la bomba, el abogado de la familia le comunico que él por propia
voluntad cedió al 100 % su herencia monetaria y demás usufructos pues le mostro
los documentos firmados bajo timo, LE HABÍAN ROBADO DE LA PEOR MANERA, con esa
rabia y el saber que su novia, la mujer con quien pretendía tener hijos no solo
le puso los cuernos sino que ayudo a que le despojen de su herencia facilitando
documentos y otras cosas, él RASCO sus bolsillos lo justo para un pasaje de ida
sin regreso a donde marque el dardo que tiro al mapa tendido en su habitación y
por esos designios de Dios fue a parar a la casa de citas de Lila quien
apiadándose del muchacho que vino a tocar su puerta no como cliente, sino
pidiendo ayuda, trabajo como lo que sea incluso lavar los baños, y fue ahí que
inicio su historia borrando de un plumazo todo aquello que trajo de Europa
quedándose solo el apellido, que de haber entonces podido borrar lo hubiese
hecho, pero en su apuro no saco mas documentos que su pasaporte…
- Han pasado muchos años ya de eso, y aun tengo en el corazón el recuerdo del dolor, dolió en su momento y mucho, pero el tiempo todo sana y ustedes no serán la excepción – les dijo
- Pero yo no quiero que pasen años papá – musito indefenso Iván sin atreverse a confesar que le deba miedo que Lex no lo perdone en todo ese tiempo, mientras Alexander fue un poco más suspicaz
- ¿Y tu disculpaste a tu hermano?
- Si hijo lo hice – contesto con vehemencia
- ¿Por qué?... yo no lo habría hecho – dijo sin darse cuenta de su respuesta mientras Iván mordió su boca y tenso el cuerpo, pero Rubén los abrazo con más calor y ardor del necesario
- Porque los años me enseñaron que haya hecho lo que haya hecho yo, ella no era para mí, entendí la intensidad de sus sentimientos y sus emociones y las mías – explico con palabras simples para que ambos lo entiendan y se beneficien de su experiencia – …Pero sobre todo porque es mi hermano, porque el amor fraterno es más grande que cualquiera y solo se equipara con el amor de un padre que pueden darte su vida a cambio de tu dolor – bueno, eso es lo que haría él como padre querría hacer, pero no el suyo desgraciadamente – si yo viera a mi hermano en la miseria me endeudaría hasta el cuello por pagar sus cuentas porque lo quiero, porque comparto la sangre de mi padre y la leche de mi madre, porque nos criamos juntos y por eso se que ustedes superaran este mal trago, porque ustedes no son hermanos simplemente son gemelos – les beso la frente y mirando a Alexander agrego – el no es más que tu perfecta mitad, y tú la de él – y mirando a Iván siguió hablando – es tu otro yo y tu su otro él, es normal que estén enfadado un tiempo, no sé si largo o corto o mediano, pero todo luto concluye, todo luto concluye y en ese tiempo reflexionarán sobre lo sucedido y verán que por mucha pasión y fuego que haya entre ustedes y Marcela, esa pasión no es nada en comparación a lo que ustedes sienten él uno por el otro…
Y
los dejo llorar sobre su pecho, porque sabía que era eso lo que sus hijos
necesitaba, vaciarse, vaciarse enteros aunque duela que luego él se encargaría
de llenarlos poco a poco y con paciencia y buen humor como hubiese querido
hacer con su Logan… ahora solo tocaba esperar, que la carta ya estaba echada.
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