domingo, 8 de mayo de 2016

Mis Gemelos: Cap. 221; Autora Marambra

Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 08 de Mayo del 2016
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Capítulo 221
Arreando, arreando, arreando
Autora: Marambra

Y el puñete no se hizo esperar, Illien acababa de saltar como una tarántula sobre su hermano, arremetiendo un puñete que para desgracia suya fue atajado en el aire, maldito chichudo (suertudo), Yhanku tenía los reflejos de un ninja y atajo a tiempo la mano ofensiva de su hermano menor, sino ya era hora, no del morete en el ojo, sino de los dedos rotos, Yhanku tenía una poderosa mandíbula, sus huesos no parecían de calcio y fósforo y otros minerales, parecía esculpidos en piedra y hierro.

  • ¡OYE!... QUE TE PASA – respondió Yhanku a la provocación de su hermano apretando sus muñecas, de donde iba a poder ponerle una mano encima a Yhanku, saldría perdiendo en una batalla cuerpo a cuerpo con el Yuyo – ve a tu cuarto más bien – bajo la voz para no alterar más a su abuelo que ahí donde estaba, estaba con ganas de brincarle a rebencazos al menor y Yhanku lo último que quería es que su hermano se lleve una paliza de las manos de papá por puro capricho apenas ellos pongan pie fuera de los predios del chaco de su padre
  • VOS NO ME MANDÁS, PEDAZO DE MIERDA – y fue todo, pronto un agudo dolor le florecería en la piel, papá estaba a punto de estamparle el rebenquito en las ancas como al potro indomable que era, él no iba a esperar que los mayores se marchen
  • Rwaaas – Yhanku había cerrado los ojos antes de que Jacinto se dé cuenta de lo que estaba pasando, ni siquiera había oído el siseo de aquella mala cosa cortar el aire antes de cortarle la paz de su trasero
  • Auuuuuu – y ya no más llevo las manos al trasero girándose para ver de dónde vino aquel ataque encogiéndose ya no mas cuando vio a su abuelo impulsar la mano hacia abajo, la mano que blandía aquella endemoniada cosa
  • ESO SI QUE NO CARAJITO, ESO SI QUE NO, ¿ME ESTA OYENDO? – rugió el abuelo enfadadísimo atizando el trasero del menor de sus hijos con aquel cuerito curtido, estampando tres azotes a tiempo de arrearlo al su dormitorio donde tenía la plena intensión de sonarle como Dios manda, sobre el culo descubierto – rwaas rwas rwasss
  • AHHHH AUUUU TAAAATA TAAATA – grito Illien con todas sus ganas, aquellos cimbronazos los había sentido hasta Yhanku que se quedo mirando con pena a su hermano saltar sobre su eje procurando descuidar la puntería del abuelo, que viejo mañoso como él no iba a errar por mucho rezo que hubiera de por medio – YAAA, DUEEELE, DUEELE – procuraba cubrirse, pero Arturo lo tenía bien sujeto, el abuelo podría tener más de 70 años encima y Jacinto ser joven y bien plantado, pero más valía maña que fuerza y ahí el resultado, Jacinto brincaba sus pies, sus mocos y su queja
  • RWAS RWAS RWAS  AQUÍ USTÉ ME RESPETA A SU HERMANO – reprendió verbalmente, siguiendo a rajatabla su propia ley, reprender en el mismo lugar del error cometido y para dar énfasis a sus palabras, había aumentado el tono de los azotes que ni los Lewis del muchacho atajarían el ardor – AHORA PA´DENTRO – y no espero que camine, lo arrastro a la vivienda, lo que solo significaba una sola cosa, papá le daría una señora paliza
  • Nooo, NOOO, TATA POR FAVOOOR, POR FAVORCIIIITO, LO SIEEENTO, LO SIEEENTO TATITA, LO SIEEENTO – Jacinto empezó a mendigar
  • Y AURINGA LO VAS A SENTIR MEJOR, SI LO SABRÉ YO – amenazo y Yhanku quiso intervenir
  • Tata por favor fue suficiente – intervino el mayor poniendo la mano sobre el hombro de su padre, pero dándose contra un muro, Arturo no iba a ceder, no después de tanta advertencia al menor
  • USTÉ NO SE META, YO DECIDO CUANDO ES SUFICIENTE – contesto en voz alta y le cerró la puerta en las narices llevando a Jacinto ya no más a madia alcoba – FUERA PANTALONES – ordeno sin inmutarse soltando al chico pero sin soltar la trenza, tenía la intensión de sonarlo con aquello
  • Taaaataaa – musito completamente vencido y avergonzado, aquello era una pesadilla
  • Rwaas – y esa fue la respuesta
  • Yaaa yaaa TATA YAAA – y no le quedo otra que obedecer y con todo el dolor de su corazón,  temblándole las manos sudorosas soltó entre mocos e hipos la hebilla de su propio cinturón y apuro lo menos que pudo el momento de tener que bajarse los calzones delante de su abuelo, aquello era simplemente humillante y apenas el gastado pantalón y los viejos calzoncillos cayeron como un cernidor ante la vista de su abuelo, éste sin decir nada del detalle y tomando nota de que tenía que comprarle ropa interior a su nieto, lo volvió a agarrar de las muñecas para sujetarlo mientras lo adiestraba, cosa que arranco en Jacinto una horrible y agónica súplica ante lo inminente, papá le daría duro – NOOOO, NOOOO POR FAVOOOR, TAAATA NOOOO – definitivamente su voz estaba cargada de miedo
  • rwaas rwwas  RWAASS – y fue suficiente, papá no iba a lastimarlo, solo quería dejar una buena impresión sobre su muchacho, la justa y necesaria para enderezarlo
  • Ayyyyy AUUUU YAAAA – y se paró en la de punta de sus dedos llevando ya no mas las manos atrás con intensión de rascar la brecha, aun sabiendo que dolería más, sin importarle estar semidesnudo delante de su abuelo, pues el último azote, si que rayo malamente el trasero
  • Vaya a bañarse – ordeno sin beso ni abrazo de por medio, aun enojado y salió de la alcoba para darse de frente con Yhanku que llevaba el corazón molido
  • Tata – musito un reproche y pregunta al mismo tiempo
  • Naides se ha roto por un rebencazo Yhanku, ¿o alguna vez te partí a ti? – pregunto y Yhanku negó con la cabeza – bueno pue´j entonces, quite su nariz de ahí y deje que chille un momento o querrés sumarte y hacer un dúo – le advirtió y Yhanku dio dos pasos atrás, aunque aquello sonaba ridículo, con Arturo nunca se podía dar por sentado  lo imposible

Tras aquello Arturo atajo al mayor de sus hijos que parecía querer huir de ahí y le dio un abrazo silencioso, como diciendo que entendía su dilema, pero que Jacinto ahora mismo no necesitaba a nadie a su alrededor para recomponerse, y que sería humillante entrar así abruptamente como pensaba hacer el mayor de sus nietos, y decidió que mejor salían juntos a ver los preparativos

  • ¿Como esta? – pregunto Lorenzo a su padre mirándolo tristemente, él también se sentía mal por el menor, pero como siempre no intervenía como Yhanku
  • Sobrevivirá como usté cuando llevó lo suyo o no se acuerda – respondió Arturo y Lorenzo hizo una mueca, hacía muchos años que Arturo dejo de castigarlo, pero aun así, cada que el trasero de Jacinto sonaba bajo la mano o el cinto, el rebenque o la peletita de madera de la casa, se le fruncía el trasero como si éste recordara antes que su cerebro, los efectos de aquello sobre la piel desnuda – tienen todo listo? – inquirió y ellos de mala gana asintieron con la cabeza, mirando la hora, era tiempo ya para empezar a salir y lo mismo supo Arturo así que decidió ir a buscar al menor de sus hijos – bueno pué, entonces esperen un rato a que venga Jacinto para despedirse
  • Tata, de verdad – Yhanku intervino una vez más por el menor – dele una oportunidá… no sea malito; más adelante ya no podremos hacer esto juntos, deje que le enseñemos – y cogió la muñeca de su padre – lo vamos a cuidar
  • No Yhanku, no insistás, él tiene que aprender y ustedes también que el que toma decisiones sobre él soy yo – advirtió y ambos muchachos se desinflaron y decidieron marcharse no tenía caso  seguir rogando, solo se atrasarían y seria más doloroso para Jacinto, mejor ni despedirse de él
  • Está bien papá – respondió Yhanku y ese papá un poco frio dolió a Arturo, pero no podía decirle nada, Yhanku no estaba siendo irrespetuoso, solo que manifestaba su enfado de manera fría – no vamos a insistir, es hora de marcharlos, así que su Bendición pal camino

Yhanku se quito el sombrero agachando la cabeza para que su abuelo lo bendiga y lo mismo hizo Lorenzo y tras recibir la señal de la cruz sobre sus frentes y un beso en ella, ambos jóvenes montaron sus arreos y empezaron a avanzar hacia el portón, cuando oyeron la voz del abuelo hablarle a Jacinto que para ese momento había decidido salir y rogar una vez más a su abuelo de que le deje ir con sus hermanos.

  • Jacinto, sus hermanos se están yendo ya, vaya a despedirse – ordeno Arturo sin enojo, total, el chico parecía manso ahora tras la paliza, pero Jacinto le dio la espalda a todos y tiro la puerta con rabia, si sus hermanos se iban sin despedirse, porque tendría que ir él? – JACIIIINTO – grito Arturo esta vez enojado, dispuesto a jalarle la oreja pero Yhanku lo detuvo como siempre, él podía ser muy mandón y a veces extremadamente quisquilloso cuando Jacinto estaba bajo su ala, pero nadie podía negar que era sobreprotector en extremo cuando su abuelo lo castigaba
  • Deje pá, yo hablo con él – musito Yhanku poniendo una mano sobre el hombro de su abuelo, quien decidió hacerse a un lado para dar paso también a Lorenzo que sin decir nada estaba ahí con la cara triste – Illien… abre la puerta lagartija – conmino Yhanku con voz firme a su hermano tratando de empujar la puerta, es que en casa, mientras se era menor de edad, estas no gozaban de aldaba por dentro, así que Jacinto había puesto como de costumbre la cama para  bloquear el paso – se que estas enojado, pero papá tiene razón no debimos hacer planes sin consultarlo, esto es culpa nuestra
  • QUE ME IMPORTA – grito del otro lado sustituyendo la pena por el enojo – VÁYANSE, DÉJENME SOLO – chillo limpiando las traicioneras lágrimas que ya estaban por resbalar por el rabillo del ojo
  • Jacinto… grillo, abre la puerta – conmino Lorenzo – no nos iremos de aquí sin hacer las paces – ofreció su hermano, y de verdad Lorenzo no quería irse así, sin despedirse 
  • Y BIEN QUE YA PEGARON EL TROTE HACE RATO PAR DE HIPOCRITAS, VAYAAAANSE – aulló por dentro tirando sus botas a la puerta haciendo sonar todo
  • ¡¡¡OYE!!! NO TIRÉS LAS COSAS ASÍ – se enfado Yhanku – EL PAPÁ SE ENOJARA DE NUEVO CONTIGO
  • ME IMPORTA UN RABANO – agrego frustrado Jacinto y otro ruido estrepitoso se estampo en la puerta como respuesta y ambos muchachos se miraron y miraron a su abuelo
  • Déjenlo – ordeno Arturo conociendo al menor, era mejor dejarlo que se coma su rabia un rato y después hablar con él – ya se le pasará – agrego sacándolos de ahí
  • Pero tata – Lorenzo murmuro no muy convencido
  • No voy a castigarlo Lorenzo, me voy a ir de pesca con él mañana – agrego

Y los chicos no muy convencidos montaron de nuevo los caballos y esta vez abandonaron el viejo rancho a todo galope levantando una nube de tierra a su paso, algo que Jacinto logro ver porque a último minuto decidió salir y despedirse de ellos, total, sus hermanos no tenían la culpa de esto, ellos nunca le negaran el placer de viajar porque vieron lo práctico de hacerlo en compañía, después de todo viajar a lomo de potro por escuetos caminos con cientos de reses no era tarea fácil aun para un par de mozos de la talla de los Tominovich… sino por puro capricho del tata de aquel trío, ya que nunca estaba de más una mano más para lidiar con la ardua tarea de trajinar reses de un lugar a otro, montando campamentos en medio de la selva, sobre todo cuando el calor y el cansancio de tu cuerpo exige una pausa que solo puede ser tranquila y sin sobresaltos si se cuenta con alguien más; así que ellos nunca dijeron que no querían llevarlo, más bien ese era el propósito de los mayores, la cosa era con el terco de su padre, Arturo, para quien Jacinto era demasiado joven y demasiado informal para un viaje semejante… pero…

  • Vaya a lavarse los mocos y alce su tapeque, vamos a dar alcance a sus hermanos

Murmuro Arturo con la voz cansada y los ojos viejos, y es que no pudo con su consciencia, sobre todo después de ver al menor de sus hirpas parado en el umbral de la puerta, descalzo, con los hombros caídos, todo derrotado y con los ojos velados, mordiendo la boca de tristeza, una tristeza que la causo el mismo, así que decidió que el más joven de sus hijos haría aquel viaje y aprendería lo que en su momento los mayores, pero si tenía que aprender que sea de su mano.
Jacinto viajaría, sí… pero con él como custodio…

  • Ande cunumi porfiau, o no querés unirte a tus yuntas –

Murmuro el abuelo y pies le faltaron a Jacinto mientras su abuelo tarareaba una vieja canción poniendo sobre el lomo de su caballo una escopeta…

Arreando, arreando, arreando
mi yunta e´ bueyes
me voy pal pueblo,
llorando, llorando, llorando
por tu desprecio y tu desamor…



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