Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 08 de Mayo del 2016
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Capítulo 222
El dulce amargo de la hiel
Autora: Marambra
El fondo del
monte se dejo ver en todo su esplendor, un
nuevo verdor era evidente tras las lluvias de pasados días, lluvias que habían
ahora mismo viajado al otro lado de la selva a tierras más bajas, cercanías de Warnes,
si no es que estaban los relámpagos ya fulgurando sobre ella… y de eso podía
dar fe Rubén que bien supo reconocer la ubicación exacta de donde estaban con
relación a casa y con relación a la dirección del viento que traslado la lluvia
a otros lares.
Mastico un trozo de la ambaiba que cogiera
horas antes mirando todo a su alrededor, eran cerca de las 10 de la mañana,
mejor iba haciendo despertar a su retoño que tras madrugar y contemplar el
cielo en esa primera hora del día, cuando el helado sereno besaba todo como una
promesa de frescor para el resto de la jornada humedeciendo tupidamente todo lo
que tocaba, jalara a su hijo y lo acurrucara contra con su cuerpo no solo para
abrigarlo sino abrigarse también, el muchacho se quedo completamente dormido en
su regazo; aquel fue simplemente un acto instintivo de protección innata, su
inconsciente no estaba tan inconsciente y aun en medio de un profundo sueño
sabía que uno de sus hijos estaba consigo a su lado durmiendo a la intemperie y
hacia bien en protegerlo y acurrucarlo no solo del sereno sino de cualquier
ataque, uno nunca sabía lo que en medio del monte pudiera pasar.
Esa fue además la razón por la que Rubén
durmió armado, primero prendiendo un generoso fuego que ahuyentara a las
posibles alimañas nocturnas como jaguares, caimanes o incluso alguna que otra
sicuré, segundo con la escopeta cargada a su lado y tercero un machete debajo
de la pequeña almohada; tantos viajes junto a Arturo en sus primero años
aprendiendo el oficio de ganadero le enseño a su vez que nunca estaba demás
tomar precauciones, sobre todo si te vas a cargar al hombro a un adolescente de
la talla de Alexander, lo que le recordaba que más valía estar atento a las
andadas del muchacho, sobre todo conociendo de antemano lo tremendamente
inquieto que era, y seguramente el nuevo ambiente haría que su instinto y
curiosidad afloren apenas abra sus ojos.
Y se giro para ver si ya lo habría hecho,
pero no, Alexander estaba aún plácidamente dormido bajo la generosa sombra de
la carpa que montara solo a su alrededor; Rubén tenía a mano una de esas carpas
del ejercito que se comprara en uno de los pocos viajes que hiciera a Europa,
una carpa que en su momento a Clara le pareció una monstruosidad, pero que
ahora se ajustaba perfectamente a las necesidades de la tarea a seguir, después
de todo bajo la misma descansarían no solo ellos sino los rumanitos y los 4
peones que habían acompañado a los mozos y si Dios quiere quizás tras un buen
descanso, Arturo se quede con ellos y sigan juntos la aventura.
Una aventura que ojala hubiera podido
compartir con su Iván, pensó, como inicialmente tenía previsto, pero las
acciones del muchacho lo obligaron a lo contrario y tuvo no más que dar una
sanción extra pese a la pena de la paliza ganada… y suspiro al recordar
el incidente del que realmente no tenía idea del origen y esperaba que
Alexander ahora lejos de casa y de las tensiones que de pronto se forjaran
entre los gemelos, le aclare el panorama; total el muchacho estaba fuera de
peligro, o sea sin amenaza alguna de su parte en relación a este incidente,
después de todo Alexander parecía ser la víctima esta vez para variar, pues
según Clara no vio provocación alguna de su parte para que Iván actué como lo
hizo, y aunque Iván negó que Lex hiciera algo, a papá se le hacía raro que el
menor de sus nietos actué como un hooligan por pura diversión; algo tuvo que
hacer o decir Alexander que no logro descifrara Clara ni Miguel para encender
de esa manera a Iván… y él como que se dejaba de llamar Rubén Hansen si no se hacía
con la verdad.
Dos días habían pasado de aquel incidente
retrasando el viaje por lo que Iván hizo en su momento, algo que no fue nada
gracioso; Alexander había hecho las paces con su padre biológico, estaba al
tanto del nacimiento del pequeño Rubén y se había enfrascado en un dilema
interno, imaginando un sinfín de escenarios en los cuales todos los miembros de
la familia se enteraban de la verdad y obviamente hacían las paces en muchas de
ellas pero en otras el panorama era desagradable, con todo aquello en mente Lex
andaba distraído, como flotando en el ambiente, cosa que no paso desapercibida
por Iván, quien al ser su gemelo se dio cuenta rápidamente de los sutiles
cambios en el carácter de Alexander, es que era demasiado obvio que algo había
pasado, sino, de donde se explicaba que de estar Lex inicialmente enojado con
su madre por hostigarlo a él justamente para querer que hable con Logan, de
pronto ambos estén de ñañas?.
Madre e hijo andaban murmurando en los
rincones, sonriendo y callando cuando Iván se presentaba, era como si de pronto
le estuvieran escondiendo algo a él, algo importante que no querían compartirlo
y lo que más le llamo la atención a Iván es que lo mismo ocurría cuando Rubén
entraba en escena, era la misma actitud, por lo que Iván llego a la conclusión
que el gran secreto tenía mucho que ver con Logan; pero para infortunio suyo,
aun cuando se había prometido a sí mismo no involucrarse su curiosidad lo
venció y se arrepintió en el alma insistirle a su hermano para saber que pasaba
y no solo por la paliza que se llevo de Rubén, sino por todo lo que eso
implicaba de cara al futuro para él…
- ¿Y? ¿me vas a o no me vas a decir lo que está pasando? – Iván increpo a su hermano en los establos, había decidido un ataque frontal dadas las circunstancias y lejos de la vista de todos obviamente; papá había dejado expresas tareas para ambos bajo el ojo vigilante de Miguel, tareas que concluyeron sin mayor problema para variar y para gusto de todos los trabajadores sin la interrupción continua sobre sus distracciones o sus calavereadas
- ¿Que quieres que te diga? – inquirió Alexander haciéndose el tonto, levantando los hombros con desdén, como si realmente ignorara lo que su hermano demandara con aquella pregunta – No pasa nada chango – respondió Alexander golpeando el hombro de Iván en claro signo de condescendencia lo que obvio enfado a su par – estás viendo cosas que no son hermano – respondió aquello pensando en todas las indirectas que su gemelo le lanzara noche antes, desviando la vista de los ojos inquisidores de Iván, terminando de tirar avena a los caballos y apagando los grifos de los bebederos que limpiara Bambi, ambos estaban agotados con las tareas hechas y tenían un tiempo más que suficiente para descansar antes de volver a casa por el té de la tarde, es más contaban con media hora para ello, cosa que Miguel aplaudió, por primera vez ambos chicos hicieron todo a tiempo sin distracciones, quizás se debía a que estaban eludiéndose entre si
- No te hagas el cabroncete conmigo ¿si? – fue la áspera respuesta de Iván, golpeándolo con el hombro, lo que le confirmo a su hermano que Iván paso de la sospecha a la seguridad de que algo sucedía a su alrededor, si su gemelo no era tonto – sabes a lo que me refiero – contesto Iván apretando la muñeca de su hermano impidiendo que se marche, saliendo con su par de los establos con el sudor en la frente listos para las duchas del potrero – no soy un idiota ya?, no quieras verme las caras, así que dime la verdad Alexander – y empezó a enumerar con los dedos a los grandes ausentes del lugar – … no está papá, mamá ni el imbécil de Logan para disimular, estamos solos tu y yo – y para dar énfasis a sus palabras hizo un gesto con la mano como si le mostrara el ambiente, tras eso empezó a desnudarse esperando una respuesta a la que no iba a renunciar, dejando su ropa detrás de los vestidores abriendo ya los grifos en busca del frescor de una ducha bien merecida; algo que también hizo Alexander sopesando la balanza, queriendo salir a favor de su hermano con el menor daño posible, porque por mucho que buscara en los confines de su mente, su corazón le decía que ésta particular verdad, no seria del agrado de Iván… quizás era mejor aplazar el momento y dejar que sea mamá la que hable con él como habían quedado noche antes, después de todo Clara también sabia de la existencia del nuevo nieto y andaba canturreando nanas en las esquinas, empezando a buscar entre sus telas, las que puedan convertirse en sábanas de bebé
- No sé a qué te refieres Bambi – contesto Lex, lo que le dio a Iván la seguridad de que mentía, porque sino Lex como de costumbre hubiera salido con alguna de sus brillantes bromas o pachotadas, pero el titubeo en la voz de su hermano le confirmaba que ahora mismo, dentro del complot mayor de mentir a papá, había un mini complot contra él, dirigido seguramente por el particular dúo conformado por Clara y Logan y al que al parecer se sumo Alexander, su propio hermano para variar, eso le molesto sobremanera y mientras frotaba su rubio pelo cerrando los ojos pensó en que quizás era mejor dejar las cosas como estaban, hacer caso al viejo dicho ese que repica: ojos que no ven, corazón que no siente
- ¿Sabes qué?... ¡déjalo! ¿si? – respondió de pronto Iván, desenchufando a Lex – no quiero saberlo, cuando menos sepa mejor, ahora hazte a un lado quieres, me estoy bañando – agrego enfadado
Y lo saco de la ducha que había en medio
del patio para quien quiera darse un remojón o quitarse el polvo que llevara
encima, cerrándole la puerta en la cara, dejando a Alexander pasmado con su
actitud, ah! pero ni crea que lo iba dejar ahí afuera asoleándose, ni loco, así
que importándole muy poco lo que diga su hermano, Alexander se desnudo todo
como costumbre era y abrió la puerta a Iván, quien de inmediato se puso rojo de
vergüenza, acababa de pillarlo aseando sus partes intimas estando con ropa
interior; Lex simplemente movió la cabeza y le dio la espalda para empezar a
bañarse, no era raro verlos juntos en la misma regadera después de alguna
tarea, todo el mundo sabía que más que a bañarse entraban a jorobar la
paciencia saltándose agua y jabón entre risas y bromas propias de la edad,
aunque esta vez fue diferente, realmente se estaban bañando y por alguna
extraña razón se sintieron incómodos, y no porque uno estaba totalmente desnudo
y el otro con calzoncillos, sino simplemente por lo puntilloso del asunto.
- Estas aluciando – agrego Lex queriendo romper el silencio, tratando de cambiar la actitud de su hermano, sintiendo por dentro una punzada de remordimiento; muy dentro suyo sabia que Iván merecía saber la verdad: que tenían un nuevo hermano, pero algo le decía que aquello no sería bien recibido
- He dicho que NO quiero saberlo – vocifero Iván enojado mirando de pronto a su hermano en medio de una nube de espuma – es obvio que algo paso con…– y no pudo concluir la frase, Lex intervino
- Hice las paces con mamá – Lex trato de distraer a la perdiz
- Me parece macanudo – respondió muy seguro, vamos que el lio no era ese, tarde o temprano tenía que suceder, era la mamá, no se puede estar enojado con los padres tanto tiempo pensó, saltando de pronto la ironía en aquella afirmación, recordando que él estaba enojado con su padre biológico algo así como nueve meses ya, los mismo que tardo su hermano en nacer
- ¿Entonces de que te enojas? – inquirió Lex frotando vigorosamente sus pies para quitar el sudor y la tierra metida entre los dedos y las uñas recordando mirarlas con detenimiento en busca que Nihuas (tunga penetrans, insecto similar a la pulga que se mete debajo de la piel), total acababa de recordar que no tomo la precaución de ponerse calzados cerrados en el área ganadera
- Déjalo Alexander – espeto Iván girando la cara para mirarlo fijamente – es obvio que no hay peor sordo que el que no quiera oír
Le contesto y salió de la ducha tal como
estaba, desnudo, sin terminar de enjuagarse; acababa de quitarse la ropa
interior cuando decidió dejar a su hermano con la palabra en la boca y camino
enjabonado al medio del patio bajo un enorme árbol donde había un grifo con una
manguera para limpiar las botas sobre una reja especialmente diseñada para ese
fin y se enjuago ahí, a vista y paciencia de todos, por primera vez en su vida
le importo muy poco su desnudes y quien lo mirara, básicamente reses; tras eso
colocándose la toalla sobre la cintura, se vistió apurado sobre el cuerpo
mojado de manera automática, sin siquiera ponerse los limpios bóxer que
trajo para cambiarse, y se marcho a medio vestir a la sombra de un árbol cerca
de la entrada principal para dar rienda suelta a su imaginación, a su enojo y su
disconformidad, mirando fijamente el camino de tierra como si buscara en ella
la panacea de la verdad y todos sus problemas acabaran diluyéndose en el
sendero, quizás, esa era la respuesta a todos sus problemas… desaparecer… huir.
Y se trepo a la rama más grande de aquel
viejo mango, tumbándose sobre ella, dejándose adormecer por el frescor de su
fronda, mascullando su frustración, queriendo liberarse de la horrible
sensación de asfixia que sentía dentro suyo, cerró los ojos un momento y sin
querer empezó a dormitar; andaba tan cansado últimamente el pobre que daba pena
mirarlo, el estrés, la presión a la que estaba sometido no lo dejaban dormir
tranquilamente durante las noches, la mayor parte de las veces por temor a que
Logan reaparezca en su habitación por lo que había optado por cerrar todo a su
alrededor, atrincherado incluso la cama o el velador en la puerta, de poder
hubiera cerrado con llave, pero no tenia llave, papá no dejaba que cierren las
puertas por dentro, era una medida de seguridad que ahora mismo era una medida
que lo ponía a él en desmedro y conflictos, porque tenía que esperar que todos
duerman para poder trancar la puerta por dentro y despertar muy temprano para
liberar la misma en la mañana por si acaso Rubén quiera entrar, todo esto le
estaba pasando factura, Iván andaba con un humor de perros y una ojeras de
vampiro, hubiera ganado sin hacer mucho esfuerzo el concurso al rostro más
ceniciento de la temporada.
Y así entre malos y buenos pensamientos se
quedo dormido por fracción exacta de 10 minutos, teniendo un sueño
profundamente reparador, quizás por el murmullo de las viejas hojas al viento,
quizás por el frescor de la tarde que daba una tregua, quizás porque estaba
lejos de casa y sus muchos conflictos o quizás simplemente porque estaba
demasiado cansado siquiera para seguir pensando; y hubiese seguido en brazos de
Morfeo de no ser por Alexander, que tras verlo salir tan enojado y despejando
sus dudas de la cabeza tras una larga ducha de agua fría en el patio mirando el
fondo de la hacienda desde donde estaba, contemplando el manso del rio brillar
bajo los rayos del sol, tomo una decisión, ir con la verdad a su hermano; Iván
merecía saber que tenían un nuevo hermanito, si bien no compartían el 100 % de
su sangre, el 50 circulaba por sus venas, claro que había sopesado los pros y
los contras de esta situación respecto a Bambi, pero como todo, tan soñador
como era, su instinto, su forma de ser, su naturaleza altruista inclino la
balanza a favor de la dicha y creyendo que su hermano si bien no saltaría de
contento ante la noticia, por lo menos le daría a Logan una oportunidad, así
que dirigió sus pasos a su encuentro; sabía dónde estaba, las copas de los
árboles extrañamente eran para Iván, lo que el lomo de un caballo era para él:
la libertad.
- Bambi despierta – musito en voz baja agitando suavemente a su hermano para no sobresaltarlo, total estaban a una altura de dos metros del suelo aproximadamente y para llegar a él, Lex tuvo también que trepar la fronda pero ante la vertiginosa altura prefirió quedarse palcado a la verja a escaso metro de donde estaba Iván
- No tengo hambre – contesto Iván abriendo los ojos a la realidad, recordando de pronto donde estaba y que seguro Clara lo estaba llamando para ir a tomar el famoso te de la tarde, que dicho sea de paso a él le gustaba, porque enojado o no con su madre, ella siempre horneaba ricas masitas para degustar
- No te despierto para ir a comer – respondió Lex sentándose en la barda empujando hacia Iván un helado
- ¿Y qué quieres entonces? – respondió mal humorado, rechazando el heladito… si Lex hubiese sido perspicaz, quizás hubiera evitado todo aquel desastre, pero el muchacho no veía más allá de sus narices
- Quería decirte que también hice las paces con el papá – dijo sacando justamente una menta del bolsillo para invitarle a Iván, pero en vez de ser una ofrenda de paz, fue la manzana de la discordia – me trajo esto hace dos noches – dijo mostrándole las mentas en el bolsillo, sin medir las consecuencias
Alexander ni nadie entendería jamás lo que
aquello significo para Iván, no era un soborno lo que su hermano le mostrara,
para él, aquel regalo tomo otro carisma: era una clara preferencia, ¿Logan
había llegado de Londres y le trajo una caja de mentas a su hermano?… ¿y él
qué?, ¿qué era?... ¿clavo de olor?...
Hacia cuanto tiempo que el muy perro
estaba en Warnes y había hablado con él cientos de veces y jamás de los jamases
le ofreció un miserable caramelo como para que ahora de la noche a la mañana le
dé a Lex ¡UNA CAJA ENTERA DE MENTAS!; y recordó todo lo que paso entre ellos o
las cosas malas que hizo Logan no solo en el pasado sino en el presente, a él
lo ataco mientras dormía y casi lo asfixia, lo acorralaba a la menor
oportunidad por todos lados, le hablaba ásperamente y a Lex?.
¿A Lex le entrega UNA MALDITA CAJA DE
MENTAS?.... ¿por qué?, ¿por qué le dio una paliza?, ¿por qué estaba arrepentido
y quería comprar el cariño de sus hijos?... NO; de haber sido eso, le hubiera
traído a él también un caja de chocolates, pero no, a él solo le trajo
problemas y tristezas como siempre y eso tenía una razón de ser; desde el punto
de vista de Iván, Alexander era todo para Logan, era su favorito, y él una
miserable fotocopia…
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