Travesuras de Cristal, amor incondicional: Halloween: El río; Autora Musse

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Halloween: El río; Autora Musse

Hallowen

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 2 de Noviembre del 2016.

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El río

Autora: Musse

Estabamos volando a Codpa, teníamos que ir a dejar las coronas que con tanto esmero habíamos preparado con mi madre ya que nuestros angelitos estaban descansando y además había que aprovechar que Leo estaba durmiendo en el auto cosa que fue misión imposible lograrlo, porque el que me diga que hacer dormir a un niño de 5 años durante el día que haya dormido desde el día anterior a las 8 de la tarde es cosa fácil es que no conoce a mi hijo, como sea estábamos en auto llevando las coronas en el portaequipaje junto a todo lo necesario para la celebración, al llegar tuvimos que limpiar y ordenar toda la casa completita, lo cual fue difícil porque cuando estábamos por terminar mi hijo despierto.

Leo: MAMI!.. RÍIIIOOO – grito con entusiasmo señalando el agua – ¡Vamos al rio a bañarnos! – dijo entusiasmado, empezando que quitarse los calzados, él dio por hecho que esto era un día de campo
Victoria: No hijo, no vamos a bañarnos – tuve que decirle frenando su alegría – no ves que estamos arreglando esto para tu bisabuela y tus tatarabuelos? – le dije mostrándoles las coronas
Leo: Pero mami si es solo un ratito – dijo con esperanza
Victoria: Cuando termine todo esto si hijito, por mientras ve a jugar con tus carritos al patio, ya?? – ese fue mi error, le di falsas esperanzas
Leo: Ok mami

Leo corrió al patio a jugar con sus carritos y sus muñequitos, pero resulta que la aventura continuo mucho más allá, es decir que el carrito no supo cómo junto con su dueño llegaron al río y Leito se olvido de sus carritos y su muñeco y el iniciaron la aventura en el agua… al ratito de terminar de arreglar la casa lo más rápido posible y tener todo listo para ir al cementerio me encontró con que mi pequeño no estaba en el patio, vamos que el pueblo es increíblemente súper seguro hasta para un niño de 4 años peeeero, en época de fiestas no lo es tanto porque viene gente que no es del pueblo normalmente, pero mi pequeño no comprendía aquello, para el este solo era el pueblo donde jugar era lo primordial.

Y obviamente al no encontrarlo me asuste mucho porque vio algunos de sus juguetes tirados, mi instinto le decía que estaba en el río porque mi pequeño siempre “inocentemente” llegaba a donde quería llegar, así que fui corriendo hasta el agua mientras tranquilizaba a mi madre porque tenía problemas al corazón… el problema es que al llegar al rio casi se me cae el alma y me desmayo a la vez porque en vez de verlo jugar en el río vi su cuerpecito flotando desde el puente boca abajo… mi niño estaba MUERTO

Victoria: ¡Leonel!... LEONEL ¡¡Nooo!! – grite a más no poder, arrastrándome rápidamente por el lado del puente porque era lo más rápido antes de tener que darme la vuelta y me tira al agua sin dudarlo, avanzando como mejor podia en mi desespero y fue cuando vi a mi hijo levantarse chupando el agua sucia que escurría por su cara y mirarme con su sonrisa de oreja a oreja cuando me vio frente suyo
Leo: Mami ¡mira! Con súper Mosh estábamos ¡buceando!... SOY UN TIBURON AAAMGG AMMMGG – mi niño hacia sonidos como si estuviera comiéndose a su juguete, mientras el susto terminaba de comerme la panza – viste maaami, viste soy un TIBURÓOON – grito agitando sus manitos, feliz por su aventura hasta que se percato de yo estaba llorando – ¿qué pasa maaami? – le pregunto cogiéndome la cara con sus manitas mojadas, el no tenía idea de que había lo sucedido…

El susto, el coraje, el miedo aterrados, todo se vino sobre mi y no pude detenerme, fue un impulso, la adrenalina supongo y sin perder tiempo esta vez y aprovechando de que él se acerco a mi y que no había gente alrededor que nos mirara, en silencio y sin hablarle por miedo a decir algo que lo lastime, le baje el pantaloncito y le di 8 nalgadas pero no de aquellas suavecitas, no señor, le di una de aquellas que no se olvidan para la edad.

Victoria: SMAACK… SMAACK
Leo: BUAAAA!!! MAMIIII!!!
Victoria: SMACK… SMAAACK…
YAAAA
Victoria: SMACK…SMACK…SMACK… SMAAAAAACK….
Leo: MAMI ¡¡¡¡MALA!!!!
Victoria: Seré mami mala, pero te juro que sentía que prácticamente te me habías muerto – le dije como si mi hijito me comprendiera – no ME HAGAS esto nunca más Leo por favor – primero lo sacudí un poco y luego lo abrace contra mi pecho, mientras le murmuraba – con el Corazón de mami no se juega, si tu abue te hubiese visto su corazón se hubiese detenido – Después de esto le subí el pantaloncito y no pude aguantarme la tentación de volver a abrazarlo y arrullarlo hasta q Leo se calmo un poquito y ya podía hablar
Leo: Pero mamiiii yo no saaaabooo, yo solo estaba jugando en el agüita – se puso a llorar de nuevo limpiando sus ojitos – no quiero que tu corazón se paaare buaaaa, ni de la abueliiiita, ella me quiere mucho, como tú – volvió a llorar sentidamente, sintiéndose culpable sin entender que hizo mal
Victoria: Entonces no te muevas de mi lado Leo, el río es peligroso, te puedes ahogar y ¿qué hago yo? – le pregunte sin esperar respuesta, secándole los ojos – además hay mucha gente ahora, gente que no conocemos y pueden querer llevarte lejos de mi lado – le dije pensando por primera vez en esa posibilidad, sintiendo estremecerme de miedo – ¿me entiendes? – le pregunté
Leo: no lo seeee, yo no se – empezó a gimotear realmente confundido
Victoria: solo no te muevas de mi lado ¿si? – le dije besándole una vez más, el no tenia edad para entender algunas cosas
Leo: ya mami – me respondió dibujando un puchero bonito en la boca

Después de aquello cuando llegamos y mi madre vio a Leo mojado iba a retarlo pero le hice señas de que ya lo castigue con la mano, así que en vez de eso procedió a mimarlo mucho, finalmente ya con todo ordenado y con Leo sentado en su sillita como niño bueno que según él siempre es, fuimos al cementerio donde la música estaba en todas partes, muchas familias llevaban sus flores y además de eso arreglaban los nichos colocándoles hojas de coca y compartiendo las cosas que más les gustaban con sus seres queridos, algunos rezando y otros cantándoles o hablando con ellos.

Las coronas eran diversas en colores, formas o tamaños, nosotros teníamos hechas de papel crepe y otras familias tenían de latita o de tela debido a que son más resistentes que las de papel, pero nosotros seguíamos con las de papel crepe porque son las que a mi bisabuela le encantaban, la dejamos bastante hermosa, le rezamos, le hablamos y le contamos como estuvo nuestro año y finalmente le bailamos cacharpaya con todos en el cementerio cada uno festejando a su ser querido.

Terminando esto en la tarde noche asistimos a una misa del padre Amador, en el cual mi niño ya al terminar la misa se estaba quedando dormido, definitivamente fueron muchas actividades para él durante el día; finalmente decidimos regresar a la ciudad en el auto ya más relajados, sin preocupaciones porque teníamos cerrada la casa y todo asegurado, fue entonces que mirando el paisaje por única vez en mi vida, agradecí al imbécil del padre de mi hijo que le enseñara a nadar tan pequeño… sintiendo de pronto un gran alivio de que aquello que en su momento fue para mi una estupidez, sea en realidad de gran valor ahora, porque si no hubiese sabido eso en estos momentos no estaría devolviéndome tranquila a la ciudad, sino que mi madre estaría llevándose dos cuerpos, el de mi hijo ahogado y el mío porque mi corazón se hubiese roto del dolor por tener que preparar mas coronas, pero por ahora tan solo disfruto de verlo dormido en su sillita.