Mi vida, mi fortuna
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 26 de Enero del 2017
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Capitulo 1
Creencias, ¿cuando romperlas?
Creencias, ¿cuando romperlas?
Autora:
Angie
Samuel:
- ¡Papi!, ¡papi!, hola papi – …fue el saludo de mis 2 pequeñines apenas me vieron entrar a la casa, llegue a casa como a eso de las 2 p.m.
- Hola mis peques, ¿cómo están? – les dije revolviéndoles el pelo, caminando hacia la cocina dónde estaba Esperanza, nuestra niñera y cocinera, le dije que nos sirviera el almuerzo.
Con mucha paciencia y a modo de juego hice que Valentina y
Gabriel terminaran de comer. Pasamos al cuarto de juegos, (un cuarto que
adaptamos para que los niños puedan jugar, pintar y explorar, sin echar a
perder el resto de la casa) a que jugaran un rato antes de que Valentina tomara
su siesta y Gabriel comenzara con sus tareas.
Gabriel
estaba con la Tablet y Valen tocando su pequeño xilófono, mientras yo ojeaba
una revista.
- Yaaa Valentina deja ese ruidoooo – dijo Gabriel
- ¡No es ruido, estoy tocando una cancióooooon! ¡Tonto! – contestó ella
- A ver, a ver sin peleas – acoté y continué con la revista, luego de un rato me fui a buscar mi celular, cuando escuché a Valentina gritar y llorar desesperadamente
- ¡AY AY AYYY! Buaaaah, me duele ay! Buaaah – gritaba a más no poder
Así que corrí
hacia dónde estaban y encontré a Gabriel jalándole el pelo y pegándole una
patada. Quedé en shock por un momento, pero reaccioné ahí mismo alzando a
Gabriel y dejándolo en una esquina de la habitación. Tomé a Valentina en mis
brazos calmándola, diciéndole dulces palabras al oído, y revisando que no
tuviera algo serio. Una vez constaté que no, dirigí mi mirada a Gabriel quién
bajó su mirada haciendo un puchero. Dejé a Vale ya calmada, en un asiento y fui
dónde estaba Gabriel, no se había movido ni un centímetro de dónde lo dejé, me
puse a su altura y le levanté la cara para hacer que me mirara.
- ¡Papiii! – me dijo con 2 lagrimones rodando por sus mejillas
- ¿Por qué le pegaste a tu hermana? – pregunte con voz calmada, pero aun así él miró al piso haciendo un puchero y no me respondió – Gabriel, respóndeme por favor – pedí de nuevo, pero aun así no dijo nada – Gabriel que sea la última vez que le pegas a tu hermana o cualquier otra persona – le advertí y tras aquello lo agarré de la cintura, me senté lo puse sobre mi regazo, le bajé el pantalón y los calzoncillos al mismo tiempo y le di 6 palmadas de mediana intensidad – plas, plas, plas – cayeron las primeras
- ¡buahhh! ya papiii, yaaa – Gabriel se puso a llorar de inmediato, tratando de cubrirse, pero retire sus manitos y seguí con mi tarea
- plas, plas, plas – y di por terminada mi tarea, él es pequeño y no necesito más que eso para que entienda las consecuencias
- ¡Awwww! buahhh, buahhh, sniff, snif, buaah! – siguió llorando sentidamente, así que le subí la ropa y lo senté en mis piernas, entonces él enterró su cara en mi pecho y yo acaricié su espalda con cariño
- Ya pasó mi vida – le dije con voz baja para calmar su llanto – shhhh, ya mi vida, shhhh, ya pasó mi niño – seguí meciéndolo y acariciando su espalda – no vuelvas a pegarle a tu hermana ¿Ok? – le recomendé y él me miró con los ojos anegados aun sollozando y asintió
En eso
llegó Alejandra y nos miró fijamente, su sexto sentido le dictaba que algo
había pasado y con su expresión me preguntó ¿qué estaba pasando?, yo con la
mirada y una leve inclinación de cabeza, le dije que afuera le explicaba. Bajé
a Gabriel de mis piernas, les di un beso en la cabeza y les dije que ordenaran
los juguetes. Y me dispuse alcanzarla en la cocina.
Mientras
caminaba hacia la cocina sentí mariposas en el estómago, cómo cuando era chico
y estaba en problemas. Pero es que en verdad sentía que lo estaba.
Alejandra y
yo habíamos acordado que jamás íbamos a castigar de esa manera a nuestros
hijos. Sin embargo, que, si alguna vez hacían algo que lo ameritara, lo
hablaríamos primero. Y allí estaba yo listo para dar explicaciones…
- ¿Qué pasó Samuel? – me preguntó algo inquieta una vez llegó a la cocina. Me sonroje un poco, me senté en la silla del comedor y finalmente dije – Castigué a Gabriel porque le pegó y jaló el pelo a Valentina…
Ella no
dijo nada pese a que la miré fijamente, pero sé que ella supo inmediatamente a qué clase de castigo se
refería...
Interesante, unos niños hermosos y traviesos y unos padres que como la mayoría no quieren seguir el ejemplo de los suyos. Ya se ve que no van a poder jeje. Me gusta mucho como escribes, estaré esperando la próxima entrega
ResponderEliminarBienvenida Angie...
ResponderEliminarEstoy muy contenta que te sumaras al blog y que te gusten nuestras historias, todos los escritores de esta pagina son en su mayoría autodidactas lo que demuestra que el ingenio no tiene fronteras para nada.
Me ha gustado enormemente tu historia, es hermosa de verdad y me encanta la dinámica de un hogar con niños pequeñitos que son una caja de dulces travesuras o pequeños líos.
Un abrazo y estaremos en espera de mas actualizaciones
Marambra
Bienvenida Angie!!
ResponderEliminarAaawww que linda historia!!
Los pequeñitos son un amor!!
jajaja se ve que también está en problemas el papá jajaja
Bienvenida Angie... buena historia, los más pequeños suelen tener una interesante lista de cosas divertidas que para ellos son un caos y para los papás peor, jeje.
ResponderEliminarEsperare el próximo capitulo para el lunes
Muchas gracias chicas por la bienvenida, hace rato quería colaborar con el blog y afortunadamente se dio la oportunidad. Marambra gracias por tus aportes que le dieron más realismo a la historia. Vamos a ver con qué nueva aventura nos van a deleitar esta familia.
ResponderEliminarMuy tierna la historia. los arranques de los niños siempre dejando a otro llorando.
ResponderEliminarLinda historia Angel y bienvenida a tan lindo blog que a formado Marambra.
Cuídate mucho y espero un próximo capitulo.
Primero que nada bienvenida!! Me alegro que se sume gente nueva y le de un aire renovado al blog.
ResponderEliminarY que mejir aire nuevo que el que pueden aportar estos pequeñitos y estos padres que eatan incursionando en estos "metodos" jeje
Me encantó tu relato e imagino que habrá mucha ternura por estos lares. Espero la continuación que hay que ver como reacciona mamá