Líneas del tiempo
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 9 de Octubre del 2017
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Cuarta
parte
Autora: Mary C.
Luis
se quedó más tranquilo y logro dormir algunas horas, sin embargo se despertó
casi de madrugada aun no amanecía por completo pero empezaba a aclarar el día,
estaba solo y trato de liberarse lográndolo gracias a un error que el más chico
cometió cuando entro al cuarto por unas cosas, error del cual se valió Luis y
logro salir, tomando un arma que estaba escondida en un mueble; era un arma
vieja un poco maltratada, aterrado porque en ese momento no creyó en la palabra
del hombre y se dijo a sí mismo “estos te mataran apenas termines con lo que te
piden”, así que tomo el arma y salió con ella, pero no llego muy lejos, estaba
en un lugar completamente alejado a la ciudad y no reconocía nada del lugar así
que se echó a correr lo más veloz que pudo; Diego escucho cuando el chico salió
y fue por él y casi recibe un disparo de las manos temblorosas de Luis el cual
se lastimo por el mismo disparo, Martin logro quitarle el arma, estaba enojado
con el niño porque tomo el arma, pero no solo eso, sino que por poco le da a
Diego su hijo que por suerte no tuvo ningún rasguño cosa que no era igual para
Luis.
- ¡Nunca en tu vida se te ocurra volver a tomar un arma! – le grito Martín enfadado sujetándolo
- ¡DEJAME!, ¡DEJAME! – gritaba histérico y pensó que lo que venía sería una golpiza o que por lo menos le haría algo feo, y si le dio algo parecido pero nada llevado ni acercado a los pensamientos de Luis, Martin con la agilidad que tenía, con los años y seguramente la experiencia que cargaba, logro poner al chico en su pierna desprendiéndole del pantalón y el calzoncillo dejando caer su mano pesada en las nalgas del niño, sorpresa que por un momento dejo a Luis sin palabras…
- PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS – lo golpeaba sin decir una sola palabra y Luis no se había quejado hasta que sintió el trasero arder y comprendió que estaba pasando, le estaban dando una paliza como si fuera un niñito pequeño con el calzón abajo – PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS
- Aaaayyy auuu BASTA, BASTA, para, pero que haces, está loco aauuuu DÉJEME – gritaba pero era un pedido en saco roto
- PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS
- Aaaauuu ayyyy aa, yaaaauuuu shhhfff – lloro más fuerte
- NUNCA EN TODA TU VIDA SE TE VUELVA A OCURRIR TOCAR UN ARMA – contesto Martin y renovó la paliza – PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS
- BUAAAA AAAUUU USTED ME IBA A MATAR CON ELLA AAUUUAIIIII YAA, YAAA AAUU BUAA -
- NO, YO TE HICE UNA PROMESA, QUE NO TE HARÍA DAÑO Y YO CUMPLO MIS PROMESAS – pero que ilógico si en ese momento no estaba dando caricias precisamente – PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS PASSSS, PASSS, PASSSS, PASSSS, PASSSS
- auuuaaiibuaaa auuu basta, basta, pare ya aauuuu buaa – y se quedo laxo llorando con todo sentimiento y fue cuando Martin se detuvo ya había dejado unas nalgas completamente rojas y aun chico lo bastante lloroso
- Te pudiste volar las manos, esa arma no es mía o de ninguno de nosotros debe tener años hay, además le pudiste dar un tiro a mi hijo – le reclamo sacudiéndolo un poco
- Usted me iba a matar – siguió con aquello y Martin no tuvo corazón de azotarlo, Luis realmente estaba asustado, sus ojos gritaban de pánico y respiraba agitado como un venado acorralado
- No, no te vamos a matar – murmuro y lo abrazo con cariño
- Perdón buaaaa buaaa buaaa – lloro peor
- Anda ya no llores chico, te la has ganado tu solito – dijo revisando las manos que estaban un tanto rojas por suerte no había sido un gran daño el que recibió
- Buaaa, me quiero ir a mi casa – y esta vez no grito, era el pedido de un niño asustado
- Te prometo que te dejare ir y estarás seguro apenas termines
Luis
lloro un rato más sobándose el trasero con el dorso de las manos pues le ardían
un poco las palmas, ya había sido vestido y fue guiado de nuevo a la casa,
apenas estuvo más tranquilo y que le curaran las manos y después de haber comido algo, continuo con lo que le habían
pedido, estaba cansado porque había dormido
poco pero ya casi terminaba, estaba el solo en el cuarto con Max que aún
tenía una marca en el labio por la pelea de un día antes.
- Me duele el cuello – se quejo Luis a Max
- Descansa un poco
- No, el troglodita puede venir de nuevo a molestar – murmuro frunciendo el ceño – hoy no lo he visto – agrego para si que para Max, quien estaba a su lado sin máscara, total ya le había visto el rostro de hecho a los cuatro, así que no tenía caso seguirla usando
- No, ya no le van a dejar entrar aquí, ya lo pusieron en su lugar – contesto Max
- ¿El más viejo es tu pariente verdad? – quiso saber Luis
- Es mi abuelo.
- ¿Y el troglodita?
- Ese es mi hermano.
- Mmm y el otro ¿es tu papá verdad? – bostezo de cansado – ¿qué clase de ejemplo o educación es la que tienen?, todos son unos delincuentes – murmuro
- ¡No somos delincuentes! – respondió Max ofendido
- Y a esto ¿qué le llamas? señor delincuente – dijo señalando las cadenas como diciéndole “tarado que crees que es esto”
- No te hemos hecho nada malo, además tú eras el que pretendía salirse de su casa... y tú no eres un santo sabes
- ¿No me han hecho nada malo?… ¿y tenerme aquí en contra mi voluntad se te hace poco? y haberme golpeado como lo hizo tu abuelo que es? – lo cuestiono muy enfadado – estoy secuestrado, es obvio que quiera escapar, tu harías lo mismo en mi lugar
- O no seas dramático niño que tu papá te ha dado palizas peores
- Pero es mi papá – y Martin que oía desde afuera tuvo que darle razón… ellos no tenían derecho – además tú que sabes – dijo avergonzado
- Se mucho, como el día en que le contestaste a tu padre que se podía ir a carajo con su dinero o que se lo metiera por... y te diera una reverenda paliza
- ¿Lo viste?
- Si... – respondió Max muy quitado de la pena
- ¿Qué es lo que has visto? – pregunto Diego
- El me ha estado espiando shhff... eso era algo privado
- ¿Qué le hiciste? – dijo un poco molesto sin comprender que pasaba, no quería otra fuga
- Nada, solo le dije que él no es el mejor para llamarme delincuente y que vi cuando su padre se lo ha sonado por faltarle al respeto, por eso se ha puesto así – y Luis se puso rojo como una remolacha, ahora resulta que su vida era un libro abierto
- Pues no pasa nada chico, tranquilo – lo calmo al verlo incomodo – que no es como que este no se llevara las suyas – agrego y Max se sintió mal, pero ya le había dicho que deje de avergonzar a la gente
- Papáaaaa – reclamo Max pero Diego volcó su atención a Luis
- Anda no tienes por qué estar avergonzado de eso, avergonzado deberías estar por faltarle al respeto a tu padre – le repudio con estilo
- Como si a ustedes nunca se les saliera decir algo cuando están enojados – prefirió contestar Luis cruzándose de brazos – y como si secuestrar fuera mejor y los hiciera mejor que yo – ouch eso dolió, era cierto era un acto rastrero
- También nos hemos enojado y también nos hemos llevado lo nuestro – Max quera saltar a la provocación, pero Diego prefirió contestar aquello distrayendo a Luis
- ¿Hemos?
- Si, hemos, yo también fui joven y tuve mis momentos de rebeldía, pero nunca le falte el respeto a mi padre y la vez que me pase un poco con mis palabras me dieron una reverenda tunda
- Su papá tiene la mano bien pesada – dijo sin evitar sobarse el trasero
- Ja jajajaja sí – dijo sin evitar reír viendo a su padre que estaba asomado en la puerta
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