Líneas del tiempo: Cap. 6 Final; Autora Mary C.

Líneas del tiempo

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 9 de Octubre del 2017

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Sexta parte

Autora:  Mary C.

Entre todos recogieron todo rastro de comida chatarra y lo quemaron, ellos no habían mandado ningún aviso sobre  tener  al chico simplemente dejaron que las cosas se dieran y aprovecharon la situación, pero les dio pena verle llorar y optaron por hacer parecer que de verdad todo fue un secuestro, así que nuevamente le amararon a la cama tapándole los ojos y tomaron una foto la cual mandaron al padre del chico pidiendo dinero para devolvérselo, dejaron pasar un día  para que todo pareciera más real en el que Luis se la paso comiendo pizza y golosinas sin siguiera probar algo de la comida que preparara Martin o Diego. 

Tal fueron sus movimientos que lograron que todo pareciera autentico, finalmente llegaron al lugar  tres patrullas, los policías entraron encontrando rastros de que personas estuvieron hacia poco y claro al muchacho que ya estaba incomodo de estar ahí  pues se habían tardado más de lo que esperaba, todo acalambrado y dolorido pues para rematar el idiota de Carlos había puesto los amares bastante apretados haciendo un poco de rose en las manos y en los pies en los cuales si bien ya tenía más de 24 horas con cadenas no le habían hecho ningún daño hasta ese momento.

• ¡AQUÍ ESTA, ENCONTRÉ AL MUCHACHO! – grito uno de los efectivos y Walter no quiso esperar, entro como un huracán a la habitación donde estaban desatándolo

Y apenas tuvo a su hijo en brazos los lleno de besos y Luis tuvo  en su corazón un poco de tranquilidad pues aquellas personas no le había hecho nada malo y había visto funcionar aquella cosa por lo que se quedó impresionado porque aquel hombre tuviera razón… de verdad eran ¡viajaros del tiempo!, pero más que nada estaba feliz porque su padre en vez de estarle gritando lo estaba llenado de abrazos y palabras de consuelo, claro que Luis lloro por muchas razones, entre las  emociones encontradas por toda lo vivido; tuvo miedo, claro que sí, había estado en una situación bastante extraña donde no sabía si moriría, también tenía miedo de que su padre apenas pasara el susto le diera una paliza por las materias y después le mandara a un internado militar, pero sobre todo lloraba porque hacía mucho tiempo que su padre no le abrazaba de esa manera tan posesiva y llena de amor, tanto así que se había olvidado cómo era sentirse abrazado y besado por su padre y el mismo pensamiento tuvo Walter, hacia tanto que no mimaba a su hijo, no hacía otra cosa que estarlo castigando y riñendo y falto que un grupo de viajeros del tiempo lo secuestraran para darse cuenta que su vida no era nada sin su hijo; Luis estaba aun con el uniforme de la escuela bastante sucio por cierto, manchado, tenía las muñecas un poco lastimadas y algunas marcas de ver estado atado de los pies y su padre lo abrazo con amor cuando vio las cadenas al pie de la cama imaginando que lastimaron a su hijito y el miedo que debió sentir.

Cuando su padre le pregunto por el mensaje que le mando, por qué lo había hecho, el solo contesto que lo habían amenazado de que tenía que decir eso si quería estar vivo, claro nunca diría la verdad, y Walter solo le lleno de más besos llevándoselo de ese lugar; claro que Luis tuvo que declarar algunas cosas más en la policía pero no dijo mucho solo que estuvo vendando la mayor parte del tiempo y encadenado,  que cuando le quitaron el amarre de los ojos los hombres tenían máscaras y que uno solía amenazarlo mucho  que lo iba a golpear o le iba a cortar algo, que lo golpeo en algunas ocasiones eso si fue cierto, claro el otro chico se llevó lo suyo por esas acciones, pero nunca iba a decir aquello.

Finalmente con el paso del tiempo las cosas en casa fueron volviendo a la normalidad,  Luis estaba más tranquilo lo mismo que su padre que empezó a bajar la guardia, es que cuando llego no quería perderlo de vista y fue por ese susto que su padre empezó a cambiar su actitud con Luis, comparándolo menos con sus hermanos y tratando de no ser tan exigente y el primer paso fue negociar sus calificaciones, papá le daría una oportunidad más para que mejorara, que lo quería mucho y que por eso tenia fe en que esta vez lo haría bien y claro que lo hizo, mejoro sus notas, pero seguía sin poder dar algunas que otra mala contestación cosa que le hizo merecedor de alguna que otro palmetazo en el trasero.

En cuanto a los viajeros del tiempo ya estaban en algún lugar con sus cotidianos problemas.

• Dejen de estar pelando, Carlos ya compórtate o de verdad te daré la una paliza – amenazo Diego a su hijo mayor
• ¿Yo que?... es el – apunto a Max
• Tú fuiste el que me ha golpeado – se defendió el menor
• Mariquita
• Y tu un puto de mierda – reacciono Max dando el primer golpe a lo que el mayor no le pudo devolver porque Diego ya había tomado a Max de la mano
• HE DICHO QUE YA – grito su padre haciendo volar su cinto – ZASSS, ZASSSS ZAS ZAS ZAAS
• Aaauu, ayyy yaaa shhf pero si ha sido él el que empezó
• He dicho ya – dijo soltándole para coger al mayor – no me estés fastidiando ni golpeando a tu hermano última vez que te lo repito – ZASSSS, ZASSSS, ZASSSS, ZASSSSS, ZASSSS, ZASSSS
• Aaaarrraa gggrrr aau ya
• ¿Me escuchaste? – le pregunto antes de soltarlo
• Si... si – contesto Carlos tratando de no enojar más a su padre
• Más te vale Carlos porque la próxima te vas a llevar una paliza completa – y le soltó un solitario – ZASSSSS
• AUUU
• ¿Entendiste?
• Si papá – contesto ahora si modosito el muchacho
• ¡Pues a terminar de recoger todos estos libros! – ordeno

Martin solo veía a sus nietos moviendo la cabeza, Carlos seguía siendo todo un brabucón pero sabía muy bien respetar y callar cuando se lo mandaban o cuando le daban una buena y continuo juntando los libros en cajas las cuales iban sellando y etiquetando, algunos eran ojeados para ver su contenido ya llevaban por lo menos unas 10 cajas con libros y archivos hasta que se topó con uno, era un libro viejo lo abría y hojeo para ver donde iría y no pudo evitar soltar una carcajada a la cual su hijo y nietos voltearon curiosos.

• ¿Qué es lo que paso papá? – pregunto Diego
• Jjajajaaaagg las cosas que hace la vida
• ¿Qué? ¿qué paso? – quiso saber Max lo mismo que Diego que elevo una ceja interrogante
• Este es mi abuelo... no había visto fotos de él cuándo era chico – señalo Martin
• ¡Es el mocoso! – grito Carlos reconociendo a Luis
• No le reconocí… ¿cómo sabes que es él? – pregunto Diego
• Por sus apellidos – dijo señalando bajo de una de las fotos el nombre completo de Luis, tal vez si se hubiesen puesto a buscar más información se hubiera enterado de ese hecho antes – y porque hay algunas fotos más aquí – dijo sacando algunas fotos más – me hubiera gustado conocer a mi bisabuelo – murmuro pensando en Walter, de alguien tenia que aprender su héroe todo lo bueno que le enseño a él, sobre todo respeto, ¡quien lo iba a decir!

No eran muchas si acaso 10 fotos las que tenía en sus manos, parecía ser un recuerdo de su abuelo, en una de ellas estaba  su abuelo cuando era joven de unos 17 años conservaba el parecido al niño con el que se habían topado, en otra ya se veía como un adulto joven no mayor de 23 años, tenía a su padre en brazos apenas un bebecito, las demás fotos ya eran de un hombre más corpulento de barba, seguro sus mejores años… siempre vio a su abuelo con aquella apariencia, ¿quién diría que ese chiquillo al que le sonara el trasero a su abuelo?... un hombre que para él siempre fue su héroe a quien respeto muchísimo, fue de porte, era alto si bien no era tan corpulento era de apariencia grande siempre bien conservado y dedicado a su trabajo y a sus dos hijos Adolfo “padre de Martin”  y Kevin.

Su abuelo, Luis fue un excelente investigador y científico, quien lo creería con semejantes calificaciones y no pudo evitar reír un poco al recordar cómo le dijo a Diego “no en reclamo sino como una  confirmación” que él tenía la mano pesada “refiriéndose a Martin”, pero era de herencia se pensó al recordar alguna que otra vez recibiendo también él lo mismo de aquella mano y se lleno de nostalgia sobre todo porque nunca mas vería a su abuelo, habían pasado  ya cuatro años de la muerte de su abuelo, un hombre que con los años se fue haciendo más chiquito pero aun con los años que se cargaba les soltaba sus bastonazos a los nietos o bisnietos cuando estos hacían relajo, cuatro años que no le tenían pero tuvo una buena vida y una buena muerte perdiendo la vida a la edad de 90 años.

• ¡Qué extraño! – murmuro Max sin dejar de mirar las fotos de su tatarabuelo – ¿y si afectamos algo de la historia? – pregunto preocupado
• No creo hijo de eso ya casi un mes, ya nos hubiéramos enterado – respondió Diego
• Eso es cierto… bien a seguir terminado de guardar los libros anden – ordeno tomando las fotos y separándolas no las guardaría las mandaría ampliar y hacer enmarcar

Después de todo fue su abuelo que le permitió volver a su tiempo sano y salvo y sin saberlo.