Líneas del tiempo
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 9 de Octubre del 2017
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Tercera
parte
Autora: Mary C.
Habían pasado
dos horas desde que llegara a ese lugar y un buen rato del último incidente que
derivo en la salida de Carlos y Diego y que Luis hiciera el esfuerzo de
resolver lo que le pedían.
- Ayyy ya me canse – se quejo Luis estirándose – tengo hambre
- Te traeré algo – se ofreció Max, pero antes de salir le amaro las manos al poco rato entro Martin, Carlos y Diego
- ¿Has avanzado algo? – quiso saber Martin
- No puedo hacer mucho – suspiro Luis – no me puedo concentrar, además tengo hambre y tengo set – Diego quito la cadena de donde lo tenían y lo hizo caminar a una mesita donde lo sentó y volvió a dejar amarado – bien toma
- ¿Aagg qué es esto? – y como era de esperar Luis puso mala cara
- Comida
- En tu mundo – Luis no dudo en decir aquello – que asco – frunció la nariz – ¿qué es? – dijo tomando la cuchara y revolviendo lo del plato
- Se llama sopa de verduras – contesto molesto Diego con la actitud del muchachito
- ¿Y cómo piensa que yo voy a trabajar así? – cuestiono Luis mirando al tipo encapuchado – … ¡me voy a vomitar! – agrego haciendo un ruido típico de asco
- Aaaaggg – se molesto Diego si fuer aus hijo ya le habría dado una paliza
- Pues tienes que comer – sentencio Martin
- ¡No!, no voy hacer nada si tengo que comer eso – se cruzo de brazos caprichoso
- Aaaagggg – este crio sacaba a cualquiera de quicio pensó Martin, pero tampoco era una exigencia grande para lo que les iba a dar – está bien, ¿que quieres comer? – pregunto armándose de paciencia
- Pizza y me concentro mejor si estoy comiendo algunos dulces y frituras y algunas gaseosas, así podría hacer las cosas más rápido – sonrió
- Está bien...Ve por un par de pizzas y golosinas – ordeno Martin a Carlos
- ¿Yo por qué? – que fastidio pensó el muchacho
- Porque te estoy mandando a ti – respondió
- Perooo
- ¡No me estés gritando! – guau pensó Luis, si ni siquiera había gritado, por lo menos no como él
- Pero ¿por qué tengo que ir yo?
- Anda ya – Luis no pudo evitar meterse, su lengua pues su lengua – no alegues y ve por algo decente para comer... bueno yo digo – agrego y se escurrió en su silla, después de todo era un secuestrado
- Anda ya – ordeno Diego, molesto por las contestaciones de Carlos
Y
Carlos salió a comprar protestando y regreso casi una hora y media después,
mientras tanto Luis había estado comiendo algunas frituras y galletas que le
había dado, pero apenas llego Carlos, Luis empezó a devorar todo lo que le
había traído, el hombre más joven estaba
en la habitación sentado también comiendo mientras Diego estaba cerca de Luis
sin perder la vista a lo que hacía, pero en cuanto llego Carlos, tomo su lugar,
pero antes Diego le advirtió a Carlos que tenía que medirse con el chico y
sobre todo que no lo golpee.
Una
hora después Luis ya estaba cansado tenía mucho sueño, era tarde casi la una de
la mañana, pensaba que su familia lo estaría buscando como loco y estaba un
tanto preocupado ya no tenía miedo aunque la situación era para estarlo,
pero las personas no se veían malas solo el que siempre le estaba amenazando…
Carlos.
- Termina, niño, termina muévete no te estés durmiendo – y Carlos los zarandeo con fuerza para que despertara
- Aaggg déjame me haces daño – se quejo Luis con una mueca de dolor, de verdad que le lastimo el brazo
- ¡Déjalo idiota! – le reclamo Max
- Tú no te metas – Carlos estaba frustrado y cansado también mala combinación y se hizo pagar con el más joven aventándolo
Pero
esta vez Max reacciono soltándole un golpe en el rostro y los dos empezaron a
pelear ya estando en el piso, fue cuando las incomodas mascaras se salieron de
su lugar dejando ver los rostros de dos de sus captores.
Max
era un joven de 16 años de cabellos castaño claro y unos ojos color miel, mientras el otro era
también joven robusto del mismo color de
cabello y ojos color miel pero más oscuros, Carlos solo tenía 18 años pero
aparentaba ser todo un hombre pues era ya de cuerpo formado y casi estaban de la estatura de los otros dos hombres y por la misma razón quien iba perdiendo era
Max que ya había quedado con la cara pegada al piso y los brazos en la espalda
recibiendo algo de daño pues ya había soltado
un grito ocasionando que los otros dos entraran.
- ¡BASTA YA!, BASTA – grito Diego poniéndose en medio y paso lo que no se imaginaba Luis, el hombre que trataba de separarlo se había quitado el cinto y descargo algunos en el trasero del mayor y con la ayuda de Martin lograron quitarle al más chico de sus manos el cual tenía el labio roto y algunos golpes y las lágrimas estaban ya en sus mejillas – ¿pero qué mierda te pasa… ¡sal de aquí pero ya! – y soltó tres cintos bastante fuertes y Carlos salió algo avergonzado
- Ven deja ver tu cara – Martin ayudo a Max evaluando los daños del rostro – anda sal y yo voy en un momento, anda – dijo con mucho amor en su voz y abrazando al chico Luis solo bajo la mirada, pensando lo peor... ¡había visto los rostros de dos de ellos!... ¿qué tal si le mataban? – tranquilo chico – dijo acercándose a él apenas salió Max
- Shiiff shifff shhff – Luis no pudo evitarlo, empezó a llorar asustado, tenía miedo de lo que pueda significar el verles el rostro a sus captores, le podían hacer daño, daño de verdad
- Ya no llores, ¿te ha pegado? – dijo el hombre tratando de revisarle, ver si tenía algún moretón pero Luis siguió llorando sin contestar – anda no lloras, no puedo saber qué pasa si lloras – trato de calmarle Martín
- ¡Me.. me.. me van a a a matar! – sollozo ahogado en llanto
- ¿Por qué?
- Vi sus caras... se van a deshacer de mi shhfff – el llanto apenas le dejo responder eso
- No claro que no, nadie te va hacer nada, ni a cortar nada ni nada por el estilo – le aseguro Martin abrazándolo, el chico realmente estaba asustado – no te preocupes ¡Si?...no llores niño, no pasa nada – agrego sin evitar acariciar su cabeza, después de todo era más pequeño que Max, pero Luis lloro pero, no se pudo controlar – anda no llores, no llores… de verdad te doy mi palabra de que no te va a pasar nada malo – y se quitó la máscara negra que portaba, era un hombre de algunos 54 años bien conservado – anda no llores pequeño
- Sshhff aagg... ¿por qué yo? porque me tenían que traer a mí, ¿ustedes no podían hacer esto? – pregunto mostrándole los ejercicios que le pedían
- No, si lo hubiéramos podido hacer no estarías aquí… y pedir ayuda a un experto o un titulado en la nasa o algo así tampoco era una buena idea – ¡claro que no!, eso si los hubiera metido a la cárcel pero rapidito, pensó Martin
- ¿Para qué lo quieren?, ¿qué son estas cosas?
- Solo son importantes para nosotros, necesitamos que todos se resuelvan para poder encontrar algo que hemos estado buscando – y eso hizo que Luis piense en las últimas palabras, seguro escondían algo, tal vez una fortuna o un tesoro, imaginó
- Pero mi padre los va a buscar, me debe estar buscando – dijo con pena, extrañando su casa
- Si te está buscando, pero él cree que te has fugado de casa así que en este momento solo está haciendo corajes – y Luis lo miro sin entender – tu papá si te está buscando, pero como le has dejado un mensaje de voz diciéndole que no vas a ir a casa porque ya estas enfadado de que te esté comparando con tus hermanos y no sé cuántas cosas más... es el mismo cuento que le dijiste hace unos días a tu padre razón por la que te dieron una buena
- ¿Cómo? …¿me han estado investigando? – dijo avergonzado – pero ¡yo no le mande ningún mensaje a mi padre! – agrego dándose cuenta de aquello – ¿quieren dinero de mi padre o algo así?... ¿para eso es todo esto? – y señalo los papeles y los archivos – él tiene mucho dinero, si se lo piden a cambio mío se los va a dar, si no me hacen nada él les va a dar lo que quieran – sollozo bajito, queriendo llorar de nuevo
- Tu dejaste el mensaje grabado, nos hiciste más fácil las cosas – prefirió contestar Martin – y no, no buscamos dinero de tu padre – aseguro sentándose frente a Luis mirándolo
- ¿De verdad?, ¿no es por él que me tienen aquí?, ¿porque… si saben quién es mi padre verdad? – pregunto tímido
- Mmm – murmuro Martin ordenando sus ideas y planteándole si era o no conveniente explicarle al chico de que se trataba todo esto, era claro que el muchacho necesitaba respuestas, asi que prefirió contestar lo básico – sé que es un hombre que se preocupa por sus hijo y que tiene dinero, no es más que eso – le confesó – como te digo, no estás por tu padre o por lo que tenga o por quien seas, sino porque pudiste contestar unas cosas y porque vimos tu rostro por medio de la cámara web, se te siguió el rastro por tu teléfono así dimos contigo, no necesitamos saber tu nombre o necesitamos información extra, solo sería una pérdida de tiempo y la verdad es que no podemos perder más tiempo
- ¿Solo es porque pude contestar esto? – Luis frunció el ceño mirando la pantalla del ordenador – …solo lo termino y me dejan ir? – pregunto en un susurro
- Así es – murmuro el hombre jalándolo suavemente apra que se pare – anda debes estar cansado, será mejor que duermas
- ¿Dónde voy a dormir?
- En el sillón anda acuéstate – y lo condujo hasta donde estaba el sofá bastante amplio, así que cabía con facilidad le quito los zapatos y le hizo acostar en el pero sin quitarle la cadena de sus pies – sé que es incómodo pero no te puedo soltar, no quiero que vayas a tratar de escapar, intenta dormir – Luis solo musito resignado e incomodo – no tengsa miedo, te prometo que no te vamos a lastimar, tu papá está preocupado pero te prometo que no le pasara nada a su hijo
- ¿Está preocupado? – dudo de aquello con tristeza y Martin frunció el ceño, el chico tenia inseguridades
- Como cualquier padre cuando su hijo no regresa a casa, pero estará y estarás bien te lo prometo
- ¿Cuando me van a dejar ir?
- Apenas termines te lo prometo...
- Terminaría más rápido si ese ogro no estuviera molestando – no pudo evitar quejarse de Carlos, de verdad le tenía miedo
- Ese ogro ya no te va a molestar, lo prometo... te ha golpeado, que es lo que paso?
- Mm yo tenía sueño – empezó a relatarle con un bostezo descomunal, estaba agotado – y el empezó a zarandearme muy fuerte diciéndome que no me duerma que terminara y el chico joven le dijo que me dejara y el señor le dijo que no se metiera y lo empujo y el otro le pego… se empezaron a pelear, el hombre mayor es un salvaje
- Si así aparenta ser – sonrió Martín, eso seguro le encantaría oír a Carlos que lo compare con un ogro y de paso le diga señor – pero no es un señor no te lleva más de cuatro años, ahora duerme
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