miércoles, 4 de octubre de 2017

Una familia cualquiera: Cap. 11; Autora Marambra

Una familia cualquiera
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 4 de Octubre del 2017.
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Capitulo 11
Autora: Marambra

  • ¿Qué diablos están haciendo fuera de su cama? – pregunto papa enojado a los mellizos cuando reingreso al dormitorio de Elías, había vuelto por él ahora que dejo a Claudio en su cama llorando, acababa de castigarlo y necesitaba hablar con Elías pues era claro que el muchacho seguía llorando y no pararía hasta que las cosas estén claras entre los dos, pero no se imagino encontrar a los mellizos en el dormitorio del menor así que imagino que seguro vinieron a molestar a su hermano como solían hacerlo
  • ¡Vinimos a ver cómo está el enano! – respondió Samuel sentándose en la cama y fue recién que Joseph se dio cuenta que los dos estaban abrazando a Elías
  • Sí, estamos haciendo tu trabajo – agrego descarado Bernardo secando los ojos de Elías que para eso había dejado de quejarse en voz alta y solo lloraba en silencio dejando caer sus lágrimas mojando la almohada, acurrucado al lado de su hermano; de no ser por ese gesto su padre lo hubiera tomado como un reto, pero de verdad sus mellizos eran su tarea, su lección de padre porque con ellos no era lo que parecía, tenía que saber leer con atención
  • Bueno pues, se los agradezco – respondió resignado con un suspiro… ya era tan tarde que no le sorprendería ver a Nora en casa en un momento a otro – ahora ¿pueden dejarme a solas con él? – les pregunto amablemente y los mellizos que aun tenían los ojitos un poco inflamados se miraron y decidieron darle tregua a su padre, además querían saber cómo estaba Claudio y si había alguna posibilidad de hacer las paces con el mayor o por lo menos una tregua, no es que Claudio fuera a tomar represalias ni nada por el estilo, nunca antes lo hizo, pero por si acaso, nunca se sabe quizás ahora era la vencida y Claudio esta vez se las cobraba todas las que le hicieron a lo largo de su corta vida
  • Bueno hombre – dijeron como siempre en dúo y Joseph quería sacarse un huevo con eso de hombre, pero estaba entendiendo que era su manera amigable de tratarlo con confianza – te dejamos para que arregles tus asuntos – volvieron a decir ambos en coordinada respuesta, que de no ser por el estrés de Joseph hubiera apreciado aquel interesante detalle de hablar al mismo tiempo, pero ahora mismo si decían una cosa más a dúo lo volverían loco, de veras era como una broma pesada del destino – mientras nosotros nos ocupamos de Claudio – agrego Bernardo volviendo a mirar a su padre, mientras Samuel ya se escurría por la puerta apurando los pasos a donde el mayor, lo que hizo saltar a su padre atajándolos en el último minuto
  • No no no no… ¡dejen a su hermano en paz! – les ordeno y los chicos se frenaron
  • Pero es nuestro hermano y queremos ver como estar – volvieron a decir los dos al mismo tiempo
  • Quieren ir a burlarse de él que es otra cosa – agrego Joseph convencido y los mellizos lo miraron ofendidos, eso fue innecesario
  • Que retorcido eres papá – lo acuso Samuel mirándolo fijamente – ni que fuéramos un par de desalmados – agrego cruzándose de brazos
  • Solo queríamos ver como esta, es nuestro hermano y estamos preocupados por su bienestar – murmuro Bernardo con la voz velada, la acusación de su padre por alguna razón lo afecto y Joseph se dio cuenta de su error pero prefirió mantener su postura, no es que no crea en los mellizos, pero Claudio realmente estaba mal y no quería que los chicos lo molesten, era una de esas raras ocasiones en que era mejor dejarlo solo mascullar su pena y meditar en sus actos, fue la razón por la que no se quedo con él, Claudio no quería hablar con su padre y aunque Joseph creyó que era por enojo en realidad era porque se sentía avergonzado
  • Pues hubiera sido mucho mejor que pensaran en eso antes de hacer lo que hicieron ¿no les parece? – le pregunto irónico y los mellizos lo miraron enfadado; sí… fue rastrero como una rata de alcantarilla, se suponía que con la paliza todo quedo saldado, pero ahora mismo Joseph no estaba muy claro de mente, quería descansar para variar, pero aun quedaba mucha noche por delante pero antes tenía que asegurarse de que Elías estaba bien
  • ¡Eso no es justo! – murmuro Samuel en voz baja mientras Bernardo jalo el brazo que sujetaba su padre y se marcho sin decirle nada, estaba enfadado y el que le tuerza los ojos y le dé la espalda fue suficiente para que su padre entienda su estado de ánimo, el buen humor acababa de esfumarse y la tregua termino
  • Lo siento – murmuro antes de que Samuel siga los pasos y los actos de Bernardo – estoy cansado Samuel, ni quisiera he tomado un café en toda la tarde y quiero hablar con Elías y arreglar las cosas con él y si puedo con Claudio cuando se calme – le explico con voz pausada frotándose los ojos y no solo Samuel se dio cuenta de lo demacrado que estaba su padre, sino también Elías que desde donde estaba lo observaba con ojo crítico y malo – aun tengo que volver al hospital, y no tengo ganas de lidiar con más problemas… ¿no crees que he tenido más que suficiente por un día? – le preguntó como una queja y aun cuando Samuel no se dio la vuelta para mirarlo, sabía que lo estaba escuchado y con mucha atención, porque se fijo que el chico cuadro los hombros tenso – miren – dijo desviando su mirada a Elías también  incluyéndolo en sus demandas – yo debería estar ahora mismo en el hospital esperando noticias sobre la salud de mi hermano, atendiendo las necesidades de tu tía Teresa y de tus primos, sin embargo he tenido que venir a ocuparme de vosotros – agrego muy serio y Samuel decidió darle una tregua y se giro sobre sus pasos, además no quería que vuelta a sacar el tema de la movilidad a colación, porque ahora que lo recordaba no se había mencionado el tema de la multa y el daño a las luces traseras de mamá
  • Está bien papá, te dejaremos en paz – le dijo abrazándolo de pronto en un acto totalmente espontáneo, eso fue lo mejor de la noche…  un poco de empatía de parte de uno de sus hijos por lo menos, lo que le devolvió la fe de que pese a todo no lo estaba haciendo tan mal como padre – yo hablare con la fiera… déjalo en mis manos – dijo haciendo un gesto con los ojos como su apuntara a su dormitorio y su padre elevo una ceja interrogante, aunque entendía muy bien lo que quiso decir, pero sin enfadarse directamente, pues Samuel  sabia que a papá no le gustaba que llame de esa manera a su hermano – digo a Bernardito… eso suena mejor ¿no ve? – agrego el descarado dándole pequeños puñetitos al brazo de su padre – y volviendo al tema papá lo único que queríamos era disculparnos de  Claudio – confeso sinceramente volviendo a abrazar a su padre, dándose cuenta de que por lo menos él, sí quería hacer aquello y esa fue la segunda novedad de la noche, parecía que esta vez los mellizos se dieron cuenta de la magnitud de sus actos – no debimos chantajearlo y peor sacar la movilidad de mamá cuando él confió en nosotros – agrego separándose de su abrazo mirando a su padre a los ojos – puedes decirle eso cuando regreses a hablar con él por favor, pero antes de que sea mañana – agrego y Joseph lo miro curioso
  • ¿Por qué antes de mañana? – le pregunto
  • Porque mañana no nos importara tanto dijo con aplastante sinceridad y Joseph pensó que eso tenía lógica, la mayor parte de las cosas perdían interés para los adolescentes sobre todo para los mellizos e increíblemente Claudio era igual además no solía guardar rencor sobre nada y lo que hoy atormentaba lo al día siguiente carecía de importancia y si tocaban el tema era muy objetivo en sus deducciones, por eso Joseph no se afanaba mucho en querer hablar las cosas sobre el pucho con él sino darle su espacio para asimilar el tema, sabía que tarde o temprano Claudio sacaría a colación sus dudas y si había algo que arreglar él daría el primer paso; en cambio Elías era otra cosa, si a él no le explicabas las cosas en su momento o te disculpabas ya no más, lo tomaba como que no le importaras y solía encapsularse dentro suyo y huía de todos y se volvía menos comunicativo, quizás fue la razón por la que los mellizos entraron a su habitación – …¿me estás oyendo papa? – pregunto Samuel mirando a su padre con el ceño fruncido al parecer el hombre se perdió en sus pensamientos
  • Perdón ¿me decías? – le pregunto
  • Que lo hagas ahora mismo si puedes – repitió y Joseph seguía sin entender – que no te olvides decirle eso a Claudio… que lo sentimos mucho – agrego confirmando la lógica de papá – que Bernardo y yo nos portamos como sucias ratas al chantajearlo… creímos que era divertido, pero ahora ya no tanto – agrego mirando a su hermano pensativo, pero luego de nuevo volvió el habitual humor sarcástico de siempre – y que aproveche su buena racha… ya sabes no todos los días nos arrepentimos – dijo el muy sinvergüenza – ahora si me voy a dormir

Tras eso Samuel se fue a su dormitorio a descansar luego de contarle a Bernardo lo que papá le dijo, dejando a Elías ahora en manos de su padre.

  • ¿Estás bien? – le pregunto a su hijo menor sentándose en el borde de la cama y acariciando sus mejillas, pero Elías se hizo a un lado enojado – ¿no me vas a contestar? – insistió, pero Elías lo condeno al silencio, finalmente Joseph decidió por él, lo saco de la cama y lo sentó en su regazo pese a la resistencia de su hijo menor – siento que pienses que fui injusto hijo, pero sabes perfectamente que no soy muy amigo de las mentiras – recalco y nuevas lagrimas se derramaron por sus mejillas, y no pudo evitar un gemido, odiaba decepcionar a sus padre, odiaba fallar, Elías era una versión mini casi perfecta de Claudio, quizás por eso se llevaban bien – sea que me lo digas a mi o a cualquier persona – agrego acariciando sus mejillas y Elías reacciono por fin
  • Pero fue por una buena causa – se excusó de su padre y ante el silencio que este ofrecía siguió con su explicación – me dio pena que mi hermano se pierda la fiesta de cumpleaños de su chica por tu culpa – lo acusa
  • ¿Mi culpa? – pregunto su padre incrédulo, lo que había que oír 
  • Si, tú culpa, tu lo castigaste por mucho tiempo, ¡planeaste que no pueda ir a casa de su novia! – esa ya era una acusación muy seria, era claro que Claudio no pensaría aquello ni en un millón de años, pero Elías no razonaba como Claudio, para él algunas cosas estaban todavía sobredimensionadas
  • Oye yo no hice eso – se defendió papa pero dejando que el chico saque su enfado, lo necesitaba sino podría morir envenenado con su propia ira
  • SI lo hiciste… Claudio te pidió permiso mucho antes de todo, por eso creo que tu aprovechaste la oportunidad, ¿no crees que era mejor decirle desde un inicio que no querías que vaya porque no te gusta Yolanda? – definitivamente Elías estaba en otro tren y empezó a llorar de nuevo con ahogo, realmente estaba enfadado y no sabía cómo sacar su enojo
  • Elías… Elías ¡basta de acusarme sin saber! – le dijo papá muy serio – para empezar ¿sabes porque castigue a Claudio? – le pregunto y Elías negó con la cabeza – pues antes de acusarme deberías averiguar
  • Entonces dime – le exigió
  • NO, no te voy a decir nada Elías porque eso es entre tu hermano y yo – corto el berrinche muy atajante y Elías empezó a forcejear por soltarse, hasta aquí habían llegado ambos y no tenia caso discutir nada pensaba el muchacho y su padre al ver a sus hijo en esa postura, termino contando otra cosa, pero bueno – sé muy bien que él tenía ganas de ir a esa fiesta – le dijo con voz calmada – y tu madre y yo íbamos a salir esta tarde a comprarle un regalo a Yolanda para que Claudio pueda ir a la cena, se lo íbamos a decir media hora antes para que pueda arreglarse – y sin querer empezó a darle explicaciones a Elías pero no solo él se estaba enterando de esto, sino Claudio que para ese rato había salido de su alcoba para ir al baño y oyó a Elías llorar y a su padre elevar la voz y creyó que estaban discutiendo de nuevo – yo no quise decirle antes para que cumpla su castigo
  • PERO YA FALTABAN HORAS PAPA – chillo Elías el abogado de oficio de la familia
  • Un castigo es un castigo hijo, y en esta casa las reglas las pongo yo y de mi y de tu madre dependen las indulgencias o la severidad de las mismas – concluyo y Elías se cerró como una ostra, tanto así que se soltó de su padre y se tiro a su cama dándole la espalda, no iba a hablar más del asunto, pero su padre prefirió seguir con la explicación – además creo que fue mejor no decirle nada a Claudio porque le habría dado falsas esperanzas porque igual no pudimos salir a hacer ninguna compra porque nos llamaron del hospital – agrego en una necesidad de que su hijo entienda que algunas cosas por mucho que se quieran no se pueden lograr y no porque ellos se pongan intransigentes sino que escapaban totalmente a su control, como ocurrió con su hermano Xesc – ¿no crees que hubiera sido peor que dándole esperanzas a Claudio tenga que decirle que de todos modos no podía ir porque tenía que cuidar de ustedes? – le pregunto
  • Ya, pero igual él hubiera sabido que ustedes tenían la intención de dejarlo ir y no se hubiera visto en la necesidad de hacerme caso – agrego y su padre elevo una ceja sin entender aquello y Elías se dio cuenta de su desliz así que decidió ser sincero – fue mi idea que Claudio salga de casa papá – declaro y Joseph elevo una ceja, hasta ese momento creyó sinceramente que todo esto lo tramo Claudio – yo le propuse salir un rato a ver a Yolanda y darle su regalo – agrego Elías agarrando las muñecas de su padre – me dio pena verlo tan desaminado y deprimido en su cuarto… sin poder quejarse a nadie porque es el mayor que se lo propuse – dijo nublándosele los ojos, definitivamente era muy sentimental y tenía una increíble conexión empática con su hermano – y todo hubiera ido bien de no ser por ¡los malditos mellizos! – dijo con rabia y su padre le dio un pequeño golpecito en la boca mas para llamar la atención que para hacer doler y funciono o bueno en parte – pero es cierto, de no ser por ellos nada de esto hubiera pasado, de ser solo Claudio y yo, podíamos haber ido juntos a casa de Yolanda y darle su regalo ir a comprar la pizza y volver, pero no, ellos tenían que cagarlo todo como siempre
  • ¡Elíiiias!
  • ¡ES QUE ES SU CUUUULPA!
  • No Elías, no es culpa de los mellizos, sino mía – declaro de pronto Claudio reconociendo antes que su padre los signos de querer desbordar su enojo a niveles insospechados, cuando eso pasaba Elías era como un mini huracán de grado 5
  • ¡Pero ellos sacaron la movilidad! – insistió – NO ES JUSTO
  • Pero fui yo quien se salió antes de casa y no me cerciore de lo que ellos iban a hacer – declaro abrazándolo, Elías estaba muy emotivo y enfadado, se acababa de llevar una paliza por cubrirle las espaldas – era mi responsabilidad, si yo hubiera salido con ellos, ellos hubieran ido caminado a rentar videos y no hubieran sacado el carro de mamá y tu no tenias necesidad de cubrirme las espaldas Elías, papa tiene razón, yo…. Yo no pensé ni siquiera en ti, igual pudo haberte pasado algo malo estando todos fuera – y no pudo evitar que los ojos se nublen
  • Pero no me paso naaada – Elías seguía cuestionando como era su costumbre cuando las cosas no le cuadraban
  • Ese no es el punto Elías, el papá tiene razón – corto Claudio poniendo un dedo sobre su boca – no está bien lo que hicimos ninguno y creo que se merece una disculpa – agrego y eso convenció a Elías que sin discutir nada más
  • ¿Estás seguro? – le pregunto a su hermano como si dudara de él, como si quisiera encontrar algún indicio de que esto era parte de algún plan secreto de su padre
  • Estoy seguro Elías, creo que todos le debemos una disculpa no solo al papá sino a la mamá – respondió Claudio mirándolo fijamente a los ojos, en eso empezó a sonar el teléfono fijo de la casa y Joseph aprovecho la situación
  • Puedes ir a atender el teléfono por favor – le pidió a Claudio y Claudio entendió que su padre quería quedarse con Elís
  • Si claro papá – contesto soltando a Elías ya duérmete enano – le aconsejo y salió de inmediato dándole un abrazo y un beso fugaz a su hermano menor, pero no camino tan rápido se quedo un rato en la puerta para oír lo que su padre decía o hacia por si acaso pero quien hablo fue Elías
  • No voy a volver a mentirte papi, ¿me perdonas? – le pregunto con voz llorosa
  • Oh mi pollito… – respondió Joseph

Y con eso Claudio se dio por satisfecho…


2 comentarios:

  1. cosiiiita tierna!!! yo me lo como de ternura al pequeño!!!!

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  2. Que buen hermano mayor es Claudio, y esos gemelos si que son.. no tienen vergüenza jajaja pero llegan hacer divertidos cuando no meten en problemas a los hermanos.
    Mary

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