miércoles, 4 de octubre de 2017

Una familia cualquiera: Cap. 8; Autora Marambra

Una familia cualquiera
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 4 de Octubre del 2017.
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Capitulo 8
Autora: Marambra

  • Y, ¿de quién fue la idea de sacar la movilidad? – le pregunto Joseph a Claudio directamente tirándole un jarro de agua fría a su primogénito, él no tenía idea de que los chicos habían sacado la movilidad pues cuando su padre lo saco de la casa de su novia, creyó sinceramente que llegaron temprano y los enanos se le fueron con el chisme y se montaron al carro con papá solo para fastidiarlo, es que para los mellizos siempre era suculento que su perfecto hermano mayor se meta en líos, no es que tengas rencillas con él, sino simplemente tenían una particular manera de admirarlo, no podían ser como Elías que lo adoraba abiertamente y no se callaba a la hora de hacerle un halago, en cambio les gustaba reír de sus errores porque eso les hacía sentir seguros porque su gran hermano mayor se parecía a ellos – ¿Claudio?, de quien fue la idea de sacar la movilidad, de Samuel o de Bernardo – repitió la pregunta;  en el pasado hubiera dado por hecho que la idea de aquella trastada era de Bernardo el menor de los mellizos, pero después del lio que tuvieron por las comparaciones, aprendieron a no dar por hecho la autoría de las travesuras, pues con el tiempo descubrieron que Samuelito era tan capaz como Bernardo a hacer cosillas muy malas por diversión
  • No lo sé papá – respondió con sinceridad, el se había salido mucho antes que los mellizos así que no sabía que sacaron el carro de su madre, es más ni se le cruzo por la cabeza la razón por la que se quedaron en casa y no salieron de inmediato apenas acepto el chantaje
  • Y ¿qué es lo que sabes entonces? – pregunto su padre moviendo la cabeza sin saber si era cierto o era que quería librarse de un castigo mayor aunque dudaba de aquello porque él era de dar la cara a la primera, así que supuso que era por librarles de un castigo a los mellizos
  • Yo le pedí permiso a mamá – respondió
  • A ver, a ver, a ver no te estoy entendiendo, ¿tú saliste con permiso de tu madre? – Joseph frunció el ceño, no podía creer que su mujer le hiciera esto a sus espaldas
  • No, no papá, espera – corto antes de que su padre crea que Nora estaba detrás de esto – yo le pedí a mamá que si podía llevarme a casa de Yolanda – confeso avergonzado mirando las gradas – solo un momento para entregarle su regalo nada más – agrego rápidamente pensando que su padre le diría alguna cosa, es que su padre se lo quedo mirando raro, bueno es que Joseph estaba cuestionándose seriamente el grado de enamoramiento que tenía su hijo, pero prefirió guardar silencio dejando a Claudio continuar – ella accedió a llevarme en la tarde, íbamos a ir después de hacer la compra pero ya no fuimos debido a que ustedes irían al hospital, y le pedí permiso a mamá para ir a dejar su regalo pero no quiso dármelo  – termino de contar quedándose callado y sin querer mirar a su padre y Joseph no supo que pensar, Claudio nunca, pero nunca era evasivo… esté o no en la línea de fuego asumía su responsabilidad y esta no era la excepción  
  • Entonces decidiste salir por tu cuenta y dejar a tus hermanos sin supervisión – concluyo su padre enfadado y Claudio se quedo callado, no era el momento de decir nada, si sus hermanos no confesaron el no iba a abrir el pico – y que hagan barbaridades, incluso poner en riesgo su vida – dijo muy enfadado la verdad, es que el hecho de que lo llamen de la comisaría para decirle que sus hijos habían tenido un accidente de tránsito era para el infarto del susto experimentado justo cuando estaba viviendo un momento tan estresante como la cirugía de su hermano no era para poco, pero que encima le digan que tenía que venir por ellos y pagar una multa por daños a la propiedad pública del estado fue el colmo, fue ahí que se entero que estaban conduciendo la movilidad de su esposa y que se dieron de retro contra un árbol – olvidándote por completo de Elías – dijo de paso, porque ese era otro tema que tendría que tratar – lo has dejado aquí en casa solo sin importarte lo que le pueda suceder a tu hermano menor, pudo incluso entrar un desconocido y hacerle cualquier barbaridad a tu hermano
  • Pero papá – contesto Claudio sintiendo que su padre exageraba – solo salí por media hora, además Elías ya es grande – por alguna razón, sentía la necesidad de defenderse después de todo no le había pasado nada a Elías
  • ¿Eso es lo que crees?, ¿que tu hermano es grande?... vamos a ver qué opina él cuando le lo castigue – anuncio aquello con tal enfado que Claudio no dudo de las intenciones de su padre, pero Elías no hizo nada… según él
  • Pero si Elías no hizo nada – contesto Claudio, bueno solo tenía que mentir un poquito si la mamá llamaba o el papá – además ¿qué puede hacer en media hora? – insistió, según él solo tardo ese pequeño lapso de tiempo y de no ser por el par de demonios que tenía como hermanos, él ya estuviera regresando a casa sin más novedad que el permiso concedido por sus suegros, un beso apasionado de su novia y una sonrisa de felicidad en sus labios
  • ¿Media hora?... ¿crees que estuviste fuera de casa media hora? – le cuestiono su padre haciendo un alto a mitad de las gradas y Claudio por primera vez se cuestiono el tiempo de su tardanza, se  había sentido tan cómodo con los padres de Yolanda y accedió a servirse una pequeña porción de tarta y luego un juguito y luego otro mas y así se le paso la hora  – mira Claudio – dijo papá muy serio – llame a la casa a las ocho de la noche y Elías me dijo que saliste a la esquina comprar pizza y que dejaste el móvil cargando y que NO me enoje contigo porque te lo había pedido él para la cena y yo le creí – hablo su padre mirándolo con esa mirada cargada de decepción más que de enojo, que hizo que Claudio se sienta mal – él mintió por ti
  • Papáaaa
  • ¡Él mintió por ti! – recalco firmemente – … sea que tu se lo pediste o por propia voluntad no me interesa – y Claudio trago saliva, eso solo significaba una cosa, que papá iba a castigar también a Elías  por su culpa, porque a su padre no le gustaban las mentiras de ninguna clase – y media hora mas tarde me llama la policía para decirme que los mellizos tuvieron un accidente en coche… ¡en el coche de tu madre! y que vaya a recogerlos a la comisaria y a ¿qué hora te recogí a ti? – pregunto pero sin esperar respuesta – a las diez de la noche – Claudio definitivamente no se percato del tiempo… él simplemente se perdió en él – y ¿qué estaba haciendo Elías?... regresando de ir a comprar una hamburguesa de la esquina; así que no me vengas con macanas Claudio

Y reanudo la marcha con dirección a la habitación de los mellizos, no quería saber nada más, estaba cansando y quería regresar al hospital; hasta ahora Nora no había llamado, lo que significaba que aun estaban en quirófano y él quería estar presente cuando lo traspasen a cuidados intensivos.

  • ¿Y bien? – entro papá interrumpiendo la pelea de los mellizos mientras Claudio solo suspiro, sus hermanos como siempre desubicados, estaban inmersos en una pelea de almohadas en medio de insultos sobre cuál de los dos tenia MAS culpa en esta  trastada que hicieron, creyendo que papá seguro venia a interrogarlos para saber de quién fue la brillante idea de sacar las llaves de mamá, porque seguro que Claudio le dijo que solo les dio permiso para salir a buscar un video a casa de su amigo pero que no les dio las llaves – ¿siguen creyendo que son grandes? – les pregunto
  • Que SI papá, que somos grandes ya para que nos des de nalgadas, no es justo – respondieron al unísono reafirmando su postura, deseosos pero de poder demostrar su inocencia y la culpabilidad ajena según sus propios intereses
  • Bien, entonces, ¿cuál de los dos va primero? – quiso saber su padre, tomando por sorpresa a los mellizos, porque ellos contaban con el interrogatorio dejando callados a los dos muchachos, pero no porque no sepan cual de los dos se entregaría, sino porque les pregunto aquello mostrándoles las dos horribles varas que acababa de cortar del jardín, haciendo que Samuel y Bernardo se pongan blancos del susto, se habían olvidado por completo que papá castigaba a Claudio sea con un cinturón o con la vara cuando la falta era mayor, ¡maldita la hora! de proclamar su madurez, pensó Bernardo… ¡maldito bocón!, pensó Samuel recordando las palabras de Bernardo: Ya somos grandes papá
  • PAPAAAAAAAA – grito Samuel dando un brinco hacia atrás
  • NO pensaras azotarnos con eso – murmuro Bernardo dejando su almohada en la cama
  • Claro que si, caballerete, ¿que pensaron ustedes?, ¿que los iba a poner en mi rodilla y lastimarme la mano? – pregunto irónico su padre – ¡ahora! ¿quién va primero? – volvió a preguntar, dejando una de las varas en una esquina cerca de Claudio, él pobre por lo visto iba a ser testigo de la cuera que papá iba a darles a los dos mocosos, pero fue cuando se dio cuenta que su padre solo trajo dos varas ¿Por qué?
  • ¡BERBARDO! – grito Samuel empujando al menor porque de él fue la idea de acabar todo de una vez – ÉL DIJO QUE ERA GRANDE – recalco por si acaso
  • ¡SAMUEL! – chillo el menor jalando al mayor – FUE SU IDEA PAPÁ, YO QUERÍA TOMAR UN TAXI – lo vendió y Joseph se dio por satisfecho, no necesito hacen ni una sola pregunta para hacerse con la verdad, los detalles mínimos ya no importaban
  • Pues no importa cual – respondió papá cogiendo a Samuel del brazo por sorpresa y sacándole el deportivo de un solo tirón arrastrando consigo la ropa interior más

La vergüenza la experimentaron todos, no solo para el pequeñajo a quien le dio un subidón de sangre que toda la cara se puso colorada como un tomate y el resto del cuerpo se quedo blanco como un fantasma, Bernardo al verlo así pensó que de haber sido otras las circunstancias se habría reído y gritado que llamen  a un médico y escuchen su corazón, que quizás se quedo sin sangre de tener todo amontonado en la cabeza, pero no lo hizo porque supo que apenas papá termine con Samuel empezaría con él y no había manera de salir del paso porque papá cerró la puerta con llave.
Por otra parte esto puso nervioso también a Claudio y con justificada razón, papá que nunca los castigaba en conjunto y ahora se veía de pronto atrapado con su padre, los mellizos y dos varas en la alcoba de los enanos… ¿papá lo iba a castigar a él delante de sus hermanos?, se pregunto sintiendo un nudo en el estómago, esto empezaba a ser su principal preocupación, ya no le importaba con que ni como, sino que tenga testigos como lo estaban teniendo los mellizos.

  • WAAAUUUUUUU – grito el pobre de Samuel sacando a Claudio de sus pensamientos mientras veía al pobrecito dar brincos de un lado a otro obligando a correr a su padre en círculos con el chiquillo sujeto por las muñecas, papá no iba aponer a los críos como a Claudio inclinados y dóciles porque sabía que no iban a obedecer, quizás en otras circunstancias, cuando tenga tiempo de domarlos pero no ahora, ahora no podía gastar su escaso tiempo azotando primero para que obedezcas y recién llevar a cabo la pena como hizo la primera vez con Claudio, no ahora tenía que ser puntual y ¡vaya que lo fue!
  • NO Rwas ME rwas VAS A rwas SALIR rwas – oyeron de pronto Claudio y Bernardo abriendo los ojos como platos ante el espectáculo, papá estaba punteando su sermón con un varillazo certero en el trasero de Samuel dejando cinco marcas rojas que hacían brincotear al pobre en medio de un griterío digno de un Óscar, es que no había escapatoria, aquello picaba como mil avispas enfadadas
  • BUAAA YAAA PAPA, YAAA AUUUU – Samuel se puso a llorar desde un inicio y gritaba corriendo en círculos o bueno intentando correr llevando las caderas adelante o agachándose cuando podía, pero sin mirar nada porque las lágrimas le impedían hacerlo, para esto ya se había olvidado por completo de la vergüenza de tener testigos, lo único que quería era que papá terminara pronto
  • SIN rwas MI rwas PERMISO rwas repitió papá jalando a Samuel hacia arriba que en una de esas se agacho demasiado por zafarse
  • DUEEELE PAPA DUEEELE – se quejo en un mar de llanto que a papá no le importo
  • Y MENOS rwas SACAR rwas LA MOVILIDAD – para eso Bernardo se había escondido en el abrazo de Claudio horrorizado, metiendo la cara en su pecho, no quería una paliza así, se veía horrible y seguro se sentía peor, y no creía que Samuel estuviera haciendo teatro, aquella endemoniada cosa no hacía mucho ruido pero apenas se separaba de la carne dejaba ver una raya fina enojada que seguro dolía mucho
  • BUAAAAAA YAAA PAPA NUNCA MAAAAS – clamo Samuel al final sintiendo sus manos ser liberadas
  • ESO ESPERO – contesto papá dejándolo ahí parado en medio del dormitorio acercándose de inmediato a Bernardo
  • NOOOO PAPA, NOOO PAPAAA NOOO POR FAVOOOR – empezó a rogar cuando lo separo de Claudio y sintió las manos de su padre maniobrar en él de tal manera que quedo como si estuviera siendo abrazado por detrás, que lo era, su padre lo atrapo en su pecho y con un brazo le bloque el movimiento de sus extremidades superiores y la fuga, habilidades de sus años mozos en el cuartel, mientras la  otra mano ágilmente deshizo la cremallera de los jeans con una habilidad pasmosa y en menos de que canta un gallo Bernardo estaba en las mismas condiciones que su mellizo, con los jeans y los bóxer enredados en los tobillos, recibiendo la misma cantidad de azotes que su par, pero sin el discurso previo, para Joseph y los mellizos eso estaba más que sobreentendido – NO LO VUELVO A HACER PAPA… NO LO VUELVO A HAAACER – gritaba en medio de la conmoción cuando ya no más un calor extraño acompaño a un dolor agudo en medio de las nalgas, era el primer azote, papá lo había sujetado como a Samuel con las muñecas atrapadas y levantadas, la razón simple evitar que se agache
  • Rwas – sonó, era el primero varillazo de todos y como era de su suponer Bernardo no solo grito sino que quiso huir
  • BUAAAAAA

Lo interesante fue que papá ni siquiera cambio la ramita con la que azoto a Samuel y no es que hubiera un riesgo de quebrarse cosa que Claudio dudaba que sucediera, quizás papá se olvido de la otra rama o la estaba reservando para él, ese negro pensamiento hizo que el vacío de su estómago se haga más agrande y busque consuelo e instintivamente cogió a Samuel en sus brazos consolándolo del dolor experimentado y confortándose a l mismo tiempo; increíblemente Samuel se abrazo a él como una lapa, estaba más que nunca necesitado de cariñito y no importaba si era del estirado de Claudio.

  • Me dueele – se quejo haciéndose chiquitito y estremeciéndose al oír no solo los gritos de Bernardo sino los azotes, dándose cuenta recién que así seguro sonó su pobre trasero
  • Shuuu ya pasara – murmuro Claudio entrecerrando los ojos

No podía evitar hacer aquello, ser testigo por primera vez de cómo aquella maldita cosa caía sin casi hacer ruido y que  sin embargo como por arte de magia dibujaba una furiosa línea roja sobre la piel, esponjándola de inmediato, le hizo estremecerse y sentir respeto por las debiluchas ramas del naranjo entendiendo por primera vez eso de que las apariencias no lo engañen, algo que seguro sus hermanos también aprenderían a fuerza de dolor.

  • Rwas rweas rwas rwas rwas rwas rwas rwas rwas – y las mismas diez cayeron con la misma velocidad sobre la piel de Bernardo, cinco en los glúteos y cinco en los muslos
  • YAAA PAPA AGGGD AGG AGGS – lloraba ahora mismo Bernardo abrazado de papá, la paliza de él parecía ser más rápida que la de Samuel, quizás porque papa no dijo nada

Por fin,  todo había acabado para el par de truhanes que ahora estaban cada uno con la ropa en los tobillos pero bajo los brazos protectores de su padre, uno a cada lado mientras Joseph no paraba de besar sus frentes sudorosas y secar con la pechera de su camisa, los mocos de los dos chiquillos mientras juraban y prometían hasta por los dioses del Olimpo y los extraterrestres que esta era la última travesuras de sus vidas, promesas que papá oía con pena sabiendo que las mismas se perdían apenas el dolor se diluía.
Desgraciadamente no podía quedarse mucho mas a consolarlos como en otras oportunidades, aun tenía dos culitos que atender y luego ir al hospital si es que antes no lo llamaba Nora.

  • Ya paso, ya paso – les dijo con amor secando sus caras torpemente – ahora a dormir ¿bueno?, es tarde ya y sus hermanos están todavía en lista de espera

Murmuro y los mellizos miraron a Claudio fijamente, pero no con la ironía o la burla a la cual seguro en otra oportunidad lo hubieran condenado, sino con total respeto, porque si esa era la clase de paliza que se llevaba cada que papá lo convocaba al despacho, entendían porque era tan modosito y complaciente con su viejo, algo que ellos sabían no lograrían imitar ni en cien años seguro.



1 comentario:

  1. se la llevaron buenas, 10 varazos me parecen muchiquimo :S
    MAry

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