Carrusel
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Abril del 2018.
Etiqueta F/m
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Capítulo 14
Koki y Paulo se habían ido
caminando juntos otra vez a casa del primero, él chico problema de la escuela,
le estaba comentando a su amigo del alma porque había salido temprano y no
tendría que seguir fregando retretes, ni limpiar los salones, ni nada. Resulta
que la aseadora llamada Graça (pronunciación graza) le había ayudado bastante y
todo el quehacer se hizo mucho más fácil y es que la muchacha era excelente
trabajadora, dedicada y eficiente, solo que Olivia, no le daba crédito a nada
de lo que la joven hacía, más bien pasaba criticándola y regañándola sin razón.
Los chicos llegaron a
casa, al parecer Melissa la madre del chico de orígenes japoneses, había
llegado temprano de atender sus negocios, por lo que les abrió la puerta.
- Hola niños ¿Cómo están? – saludo llena de alegría
- Bien mamá – respondió el niño
- Excelente tía – dijo Paulo
- ¡Mi amor! ¡Qué bonito se oye cuando me llamas mamá y no por mi nombre! – exclamó mientras le cogía la cara y se la llenaba de besos – ojalá lo hagas más seguido – termino de decir
- ¡Por favor Melissa no hagas eso! ¿No ves que me estas avergonzando? – exclamó el chico rojo de pena, mientras Paulo se reía entre dientes
- ¡Kokimoto Mishima! Tu padre te ha dicho que tienes prohibido llamarme por el nombre. Yo soy tu madre y merezco respeto y te puedo besar cuantas veces quiera – dijo plantándole otra lluvia de besitos en los cachetes del chiquillo, que al parecer no estaba disfrutando mucho de la escena, pues cada vez se le veía más colorado de rabia
- ¡Si ya se! Eres mamá, pero ya para de besuquearme. ¡Ya estoy muy grande para eso! – reclamo intentando sonar como un adolescente de catorce años
- Pero si tu solo tienes ocho años, eres un niñito pequeño. Si mi niño – empezó la mamá a ponerse más melosa, en lo que Paulo comenzó a gozar de la escena a carcajada pura
- ¡Deja de reírte Guerra! – le grito, llamándole por el apellido, tal como hacen los japoneses cuando no tienen confianza con alguien o solo para marcar distancia – mamá ya me abrazaste y me besaste, ya me puedes soltar si, por favor mamita sii – dijo Koki casi suplicando, solo le faltaba arrodillarse
- Está bien, pero dame un último besito y te dejo ir – lo chantajeó la madres, disfrutando de mimarlo aunque sea a la fuerza – ¿Verdad que harás eso por mamá? – pregunto la mujer emocionada
- Vale… lo que digas, pero solo uno – en lo que Kokimoto aceptaba, la madre se agacho un poquito mientras el niño le daba un gran beso para luego acariciarle el cabello, la señora quedo feliz
- Hola Paulito olvide que estabas acá, pero si vieras como es de arisco este chiquillo, que difícil es que me regale un beso – le dijo Melissa al chico que se quedaba observándola atentamente
- Ah sí, es muy cierto lo que dice señora – respondió Paulo dándole la razón; para no contradecirla
- Oigan niños compré comida, ¿no quieren probarla?, esta riquísima – les anunció mientras destapaba los envases
- ¡Qué bien tía! porque ¡muero de hambre!
- A mí, me lo guardas para después, voy a entrenar – respondió Koki
- ¿Cómo, que entrenar y sin comer?, ¿acaso te has vuelto loco? No señor eso sí que no lo voy a permitir – hablo tajante la sra Mishima
- Pero no tengo hambre…
- No me interesa, te sientas que ya te sirvo y no hay más nada que discutir – le respondió seriamente
- ¡Ay está bien! ¿y qué es si se puede saber? – pregunto el niño
- Es sashimi tú platillo favorito hijo
- ¿Qué es eso señora? – intervino Paulo
- Es algo muy sencillo mi querido Paulito, se trata de un plato típico de Japón, hecho de maricos o pescado crudo, en este caso yo les serviré de pescado, pero no te preocupes en el restaurante donde fui lo cocinan un poco. Si estuvieras en el lejano oriente de verdad tendrías que comerlo crudito – termino la frase la madre riéndose a carcajadas
Qué bueno que estamos en Brasil, pensó Paulo mientras
se metía un pedazo de pescado a la boca, que agarro con la mano puesto que no
sabía utilizar los palillos, pero como se encontraba en casa de su mejor amigo,
aliado y compinche en todas sus ideas diabólicas, no le importo, ni a él, ni a
ellos su forma de comer, lo que es cierto, es que necesito tragar una gran
cantidad de agua y luego chuparse un caramelo porque el muy bruto se aventó un
pocotón de wasabi (salsa picante japonesa) sin antes preguntar, Kokimoto solo
lo miraba y se reía de la situación de su colega.
Terminando de comer y
luego reposar, ambos niños de dirigieron al Dojo de entrenamiento donde
practicaba Kokimoto sus técnicas de artes marciales. Cuando estaban allí Koki,
se colocó un traje de entrenamiento, mientras Paulo pidió permiso para ir al
baño, lo que el japonés pelirrojo aprovecho para empezar a perfeccionar la
disciplina del Taijutsu es decir el arte de cuerpo, pero sin utilizar armas, el
chico inicio manejando su cuerpo con movimientos lentos, luego más rápidos,
haciendo todo tipo de patadas frontales, laterales, traseras, lateral inversa
combinando aquello, con movimientos con los puños, lanzaba golpes duros y
directos, pero al aire, estaba ensayando las técnicas básicas por el momento,
pero aun así era un espectáculo verlo a
tan corta edad y sus habilidades eran casi
perfectas, Paulo que ya había regresado del baño se había quedado
observándolo detenidamente. No podía creer la gran flexibilidad que tenía aquel
pequeño, ahora había hecho el Split a lo Jean Claude Van Damme. Luego se paró,
agarro un muñeco de estos que se usan para mejorar las destrezas de los
diferentes sistemas de combate y simuló hacer algunas palancas al mismo
consiguiendo estrangularlo. Paulo abrió tremendos ojos, quería irse, pensaba
que su amigo estaba de mal humor, pues como él no sabía de aquello y encima
Koki iba gritando algunas palabras en japonés, pensó que a su amigo le hervía
la sangre.
En lo que Paulo
observaba, el chico empezó ahora a lanzar golpes bastante fuertes a una bolsa
de entrenamiento que había en Dojo, pero las técnicas hubieran sido mejor, si
no tuviera tanto coraje rondando por aquella cabecita y es que el pequeño ninja
todavía no perdonaba a su padre por la paliza que este le dio. El chico termino
encaramado en un banco y empezó a decir en voz alta
- Ya verás Takeshi Mishima me las pagarás por cada uno de los azotes que me diste. Juró que dejaré de ser un buen samurái, para convertirme en un malvado shinobi; aprenderé todos los secretos del ninjutsu y de los otros sistemas de combate mixto y acabaré contigo – termino la frase intentando dar un gran salto y lanzar un patada, pero dio un traspié y acabo cayendo sentado en el piso, inmediatamente se levantó, se quejó de dolor y con una mano se sobaba su trasero desesperadamente, Paulo todavía lo observaba, su cara cambio y comenzó a reír – ¡Ouch! ¡Maldito piso! ¡Ay me duele! – exclamo el pelirrojo nuevamente
- Jjajajajajaja Kokimoto fue nalgueado… Kokimoto fue nalgueado jajajajajaja – se burló Paulo y luego añadió – a mí no me pega mí padre porque yo no necesito de castigos para aprender jajajajajajaja ¡Que buen chiste! – Exclamo el chico problema que no paraba de reír a carcajadas, Koki lo miraba desde hace tiempo y se estaba irritando por las mofas de su cómplice por lo que se le acercó y con un rápido movimiento le efectúo un derribe lateral con barrida, ejecutó el mismo, jalándole uno de sus brazos y empujándole el hombro para desequilibrarlo, luego se fue un poco hacia delante y le metió una zancadilla, para tumbarlo; hizo un “Tai-sabaki”, es decir un desplazamiento en círculo y ya tenía a su oponente o mejor dicho victima bien controlado en el piso y estaba dispuesto a lanzarle un golpe cuando Paulo habló
- ¡AY! suéltame lo siento… no volveré a reírme de ti solo bromeaba – estaba desesperado porque Kokimoto lo tomo por sorpresa, Paulo era alto y de complexión gruesa, pero no tenía la técnica de su amigo así que este, se le trepó encima e iba a pegarle, pero fue interrumpido
- ¡Kokimoto Mishima! ¡¿Qué crees que estás haciendo!? – grito la madre estupefacta
- Yo… este – se puso nervioso – él tuvo la culpa se estaba burlando de mi – dijo el niño
- Esa no es razón, para utilizar tus conocimientos. ¿Cuántas veces te hemos dicho tu padre y yo que tienes que aprender a controlar tu temperamento? Las artes marciales no son para lastimar a los otros y menos a personas que no tienen la misma destreza que tú – dijo la madre mientras lo agarraba por la cintura y lo apartaba de Paulo colocándolo en el suelo – Paulo lamento mucho el comportamiento de este niño, pero te prometo que no quedará así, yo me encargare personalmente que aprenda la lección – añadió convencida
- Señora por favor no le haga nada, en serio yo me mofe de él, por eso se defendió – intervino Paulo
- No importa, él sabe perfectamente que no debe hacer uso de sus habilidades. Además la violencia no está permitida en esta casa, así que me esperas aquí que ya vengo – dicho esto la mujer agarro a su pequeño por la cintura y lo llevo cargado hasta su cuarto, en lo que el chiquillo empezaba a gritar, protestar y patalear con gran fuerza
- ¡Bájame Melissa!... ¡Déjame ir! ¡Yo no hice nada malo! ¡Solo me estaba defendiendo! – gritaba el chico y trataba de zafarse, pero le era imposible y su madre ni caso que le ponía
- Vas a ver mocoso agresivo, te voy a dar una buena por lo que acabas de hacer, tú padre tiene razón a ti lo que te falta es disciplina y yo te la daré – dijo seriamente su madre
Cuando llegaron a la
habitación, ella tomo asiento en el borde de la cama, luego puso al niño de pie
y trató de quitarle el pantalón del uniforme, pero el chico se resistía y
peleaba con ella para evitar que se lo bajara.
- Estate quieto, que quieras o no te las voy a dar – dijo mientras le regalaba dos palmadas en ambas manos
- ¡NO, si lo haces pongo la denuncia en la policía, por maltrato a un menor! – espeto el chico, en lo que seguía luchando
- ¡Ja! Anda ve y denúnciame. Todos se morirán de la risa. ¡Habrase visto chantajearme con algo así!, solo por qué te voy a dar las nalgadas que te mereces pequeño insolente – dijo consiguiendo al fin bajarle los pantalones junto con sus calzoncillos y acomodándolo en sus piernas – Mira todavía tienes el trasero colorado consecuencia de la zurra que te dio tú padre, pero bien sabes que esto no va influir en nada – dijo mientras observaba detenidamente la obra de arte que había hecho su esposo en el trasero de su niño
- ¡Suéltame mierda! Tú no tienes derecho a pegarme – ahora estaba diciendo groserías, Melissa no aguantó y sin pensarlo dos veces comenzó a azotar las nalgas de su hijo con su mano
- ¡PLAS! ¡PLAS! ¡PLAS! – tres nalgadas cayeron en el centro de las posaderas del niño, haciendo que este se estremeciera de la impresión, todavía no iba ni la cuarta parte de la paliza, pero ya estaba empezando a sentir los efectos de estar con el culo al aire en las faldas de su dulce madre, que en estos momentos no era tan tierna
- ¡Te he dicho hasta el cansancio que me respetes! Chiquillo grosero – le volvió a decir en lo que le propinaba una tanda de tres azotes en una nalga y luego tres en la otra, Kokimoto agarro un cojín que había cerca y comenzó a morderlo para resistir mejor las nalgadas que estaba recibiendo, a pesar que solo le estaba pegando con la mano, al chico le dolía bastante, pero jamás lo reconocería, el pequeño shinobi era bastante terco y rebelde, por lo que se aguantó, un montón de lagrimones empezaron a correr desde los ojos hasta sus mejillas, pero no suplicaría, no por ahora, no quería darle el gusto a su madre según sus pensamientos ya era suficiente humillación estar en aquella posición
- ¡Kokimoto! ¿No te piensas disculpar por lo que has hecho? ¡Contesta! ¡PLAS! ¡PLAS! ¡PLAS! – en lo que le habló, iba aplicando tres azotes con la misma intensidad que los anteriores, lo que ocasionó que el chico empezara a patalear y berrear con gran desespero y era lo más normal puesto que todavía no se había recuperado por completo de la última paliza que le dio su padre, por lo que Koki había llegado a su límite, pero su rebeldía era impresionante, ese era su problema más grande, sin embargo tanto Takeshi como Melissa se iban a encargar que entendiera las reglas así fuera por las malas – Kokimoto en este momento tu orgullo no te va a servir de mucho, te digo que puedo pasar todo el día hasta que se me canse la mano – le dijo
- No por favor me duele… Ya no me pegues más mamá – dijo Koki llorando sentidamente
- ¡PLAS! ¡PLAS! ¡Nunca más vas a agredir a alguien! – aquellas dos cayeron en los pliegues
- ¡Aaaaah! Mamá per… perdón…. ¡Auuuuu! No lo… no lo vol… vol…ve…ré a hacer – dijo el pequeño llorando a mares
- ¡PLAS! ¡PLAS! ¡No quiero escuchar que estás diciendo groserías! – dos más en el mismo sitio
- Ayyyy… ya entendí mamá… no… más… grose… groserías… no… di… no diré… lo prometo, pe… pero para por… por… por favor…
- ¡PLAS! ¡A mí me vas a respetar! sí yo le digo algo usted no contesta, sino obedece ¿Le quedo claro? – Con ese último azote, Melissa terminó el castigo
- Si… me… que… me que… me quedo claro – respondió derramando más lágrimas. La madre lo noto y comenzó a consolarlo un poco, acariciándole el cabello y luego la espalda hasta que el llanto del niño se convirtió en sollozos
- Ya amor, no llores más, ya va a pasar mi corazón, ahora déjame acomodarte la ropa – le dijo mientras le subía los interiores y sus pantalones, luego cogió la jarra con agua que había en su habitación, sirvió en un vaso y se la paso al niño para que tomara y el niño lo hizo obediente
- Perdón mamá siento haberme comportado tan pésimo, espero no causarte más problemas – dijo el chico arrepentido, recuperando ahora sí, la respiración
- Ya pequeño, todo está perdonado, no te sientas mal
- Gracias mamá – le dijo mientras iba saliendo de la habitación
- ¡Kokimoto ven aquí!
- ¿Y ahora que hice?
- No te falta algo
- ¡Ay mamá eso no, por favor! – suplicó con las manos juntas – Paulo se burlará de mí en mi cara – le aseguró haciendo una mueca con la boca
- Le debes una disculpa
- pero…
- Koki…
- Mamá…
- ¡No pienso discutir contigo! Vas o te vuelvo a bajar todo y te doy el doble de nalgadas – le advirtió la madre
- ¡Rayos! Está bien, pero me acompañas
- Claro, vamos – dijo, mientras ambos se dirigían al Dojo
Ya dentro, la madre de
Koki, lo mando a disculparse.
- Paulo, mi hijo tiene algo que decirte – dijo la mujer mientras le daba un empujoncito a su hijo para que se animara a hablar –Vamos Koki adelante – la mamá lo seguía presionando
- Paulo yo… este… bueno… Yo te quería pedir disculpas por cómo te trate hace un momento, la verdad yo…verás yo no quería – el chico estaba tan nervioso, con los ojitos rojos y por supuesto con un dolor terrible en el trasero que hasta Paulo con lo bromista que es, se puso en sus zapatos y no hizo ninguna burla, más bien le dio un gran abrazo
- ¡Ya lo olvide japonés! Recuerda que los mejores amigos son los que siempre pelean y tú sabes que nosotros somos como hermanos
- Gracias Paulo ahora me siento muy bien
- ¿Bien? pues será de la conciencia porque tu trasero no creo que este en las mejores condiciones – dijo el genio del crimen, en lo que salía corriendo en dirección a la puerta principal de la casa
- ¡PAULO VUELVE AQUÍ! ¡¿Cómo te atreves a decir eso?! ¡Me las pagarás! – grito, mientras apretaba los puños con fuerza
- Hijo recuerda controla tu carácter – dijo la madre en lo que apretaba la mandíbula para no estallar en risas, definitivamente Kokimoto no había aprendido la lección por completo
Soy tu fans. Me encantan tus historias porque estan siempre llenas de algo picaro.
ResponderEliminarEs la primera vez que comento...
Y me gusto mucho este capitulo en especial. Creo que Kokimoto esta en una situacion muy humillante. Jehe todo un pecado para un japones.
Anonimo fantasma
Creo que esto, es lo peor de lo peor que le pudo pasar a Kokimoto, que horrible y terrible, jajajajaj pero me muero de la risa, me parto de veras, no hay nada peor que ser castigado delante de alguien.
ResponderEliminarEn espera del próximo capitulo
Hola Nicole aún no leí tus nuevas historias le tengo que echar tiempo no vi las series y con tantos nombres me hago un lío un beso
ResponderEliminarNo te preocupes Terry, yo escribo porque me gusta aunque no sea del agrado de todos jajaja es que mi estilo es raro, mordaz, impredecible no me gusta seguir el mismo patrón, lo tomo como aburrido, me gusta cambiar y para mi vale todo en spankfiction, creo que lo he dicho ante y pues algo que me gusta es la variedad de personajes, pero si te das cuenta no los meto todos en un solo capi para que la gente no se confunda, ahora aprecio los comentarios, si leen claro, yo solo leo lo que me gusta a mi no me gusta leer por compromiso, si un tema, historia o personaje no me gusta simplemente paso página. Un abrazo Terry.
EliminarBueno, yo me sumo a la risa, fue fantástico saber que Kokimoto se llevo una paliza de su dulce madre que todo le consciente, jajajja eso fue lo mas gracioso, que Koki daba por hecho que su mami lo defendería a capa y espada y luego que nunca, lo tocaría y sin embargo al pobre lo ha cocinado y nada menos que delante de Paulo... HORROR.
ResponderEliminarEsta vez debo decir con placer que me has sorprendido mucho.
Marambra
Pobre Kokimoto, yo crei que iba a leer el castigo de Maria Joaquina y al final este capitulo fue toda una sorpresa.
ResponderEliminarMuy bueno Nicole
Me encanto, no me lo esperaba porque la mamá de Koki parecía estar tan encontra de este tipo de castigos que no pensé que le daría una buena y con Paulo cerca. Pobre Kokimoto castigado y humillado, no podía ser peor jajaja
ResponderEliminarErina
Muchas gracias chicas por los comentarios, tengo el computador dañado, pero bueno cuando se arregle y tenga tiempo porque estoy algo atareada con la vida personal y profesional, le sigo con alguna locura que escriba por ahora me complace leer sus opiniones y ya saben soy impredecible cuando escribo así que espero sorprenderlos. Chaito.
ResponderEliminarjajaja pobre kokimoto jajajajaja
ResponderEliminarQue bueno que le tocó por presumido y peleonero!!
Jajaja gracias amiga pues si se las merecía. Estás perdida niña.
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