Sangre flamenca: Cap. 22; Autora Terry F/m

Sangre flamenca

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Abril del 2018.

Etiqueta: F/m

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Capítulo 22

Autora: Terry

Moisés  estaba llorando en la celda, ahora mismo quería estar con su papá, seguro él podría arreglarlo todo o buscar ayuda de los que si sabían, quería llamarle y decirle lo que le estaba pasando pero antes de meterlo en la celda le quitaron todas sus pertenencias, su cartera, cinturón hasta los cordones de sus zapatillas, pensaba  en eso cuando un oficial lo fue a buscar para llevarlo a donde estaba su familia.

• Chico ven conmigo – Moisés se quitó las lágrimas rápidamente para que el policía no se diera cuenta, pero a leguas se notaba que había estado llorando tenía los ojos rojos hinchados y la nariz no estaba menos
• ¿A dónde? – preguntó un poco asustado, el policía se dio cuenta del miedo que sentía y no pudo evitar ser empático con él
• Con tu familia, están todos aquí – Moisés se sintió aliviado, por lo menos estaban allí para poder ayudarlo, cuando pasó a la sala donde el policía lo llevó todos fueron abrazarlo luego más serenos se fueron abrazando uno a uno
• No me vuelvas a dejar solo – reclamo Abraham derramando lágrimas, a Moisés se le estrujo el corazón al ver a su hermanito así
• Enano no llores – respondió devolviéndole el abrazo
• No te vuelvas a ir – Moisés respiro hondo para no llorar no le faltaban ganas, él también había echado de menos a su familia

Y si bien él quería a Almudena vivir juntos no era lo desea todavía, aquello era cargar con demasiadas responsabilidades que no estaba preparado para asumir, sus pensamientos fueron interrumpidos por el policía más joven que vino a dejarle las pertenencias de Moisés.

• Con permiso – dijo el agente al pasar – aquí les dejo las pertenencias de su hijo – Rebeca le dio una sonrisa y cogió la caja ayudándole al policía

Fue cuando vio el cinturón de Moisés, y si bien estaba muy alegre de ver a su hijo, también pasó mucha preocupación y se lo iba a dejar claro, soltó la caja en la mesa y saco  el cinturón sin que nadie se dé cuenta, estaban hablando cuando Rebeca cogió a Moisés del codo y estampo el cinturón en el trasero, cómo estaba su pantalón bajado hasta medio del culo por no llevar el cinto, no tuvo mucha protección y el policía se quedó sin palabras.

• ZASs Zas ZAS zas – Moisés se quiso soltar del agarre pero no pudo 
• grrr mamá – dijo con pena que le pegara delante de sus hermanos y más cuando vio que el policía estaba aún en la puerta
• Zas Zas ZAS mamá, si mamá te va a enseñar a no hacer tonterías ZAS y tenernos una semana con esta angustia – iba a seguir cuando Ramón le cogió la mano que tenía el cinturón y quiso quitárselo
• Rebeca aquí no – le dijo forcejeando para quitarle aquello
• ¿Me vas a decir que no tengo derecho?... he pasado una semana sin saber si comía, si dormía o si estaba en la calle o sepa Dios que – le dijo derramando lágrimas, ya no pudo contenerse más estaba todo el día rezando porque a su niño no le hubiera pasado nada malo
• No Rebeca, yo no he dicho que no tienes derecho, tienes todo el derecho del mundo pero aquí no – Rebeca se cubrió la cara con sus manos sin poder parar de llorar Moisés se acercó  a su mamá
• Mami – la abrazo – lo siento yo
• Mejor no digas nada – contesto Rebeca quitándose las manos de la cara – esto no queda así, ya te diré tu castigo – Moisés agachó la cabeza, sabía que había tenido a su familia muy preocupada pero estaba entre la espada y la pared… pero tampoco quería que se llevarán a su novia lejos de él
• Esa señora – dijo el joven policía a uno de mayor rango,  y fue interrumpido por el más veterano
• Esa señora ha hecho muy bien en poner a ese mocoso en su lugar – el más joven abrió la boca
• Pero eso es maltrato – los demás agentes se echaron a reír y su superior agrego
• Eso no tiene nada de maltrato, es un castigo y si yo hubiera sido el padre eso no queda tan impune – el más joven abrió la boca otra vez pero el mayor no dejo que dijera nada – ¿es que a ti nunca te dieron lo que te merecías cuando te pasabas de la raya? – el negó con la cabeza
• No señor solo me dejaban sin salir
• Pues serías un ángel hijo para que tu papá no te castigará de otra forma – el más joven no dijo nada más la conversación lo estaba incomodando

Una vez Rebeca se calmó Ramón les pregunto si podían irse, el policía le dijo que tenía que hablar con el comisario y lo escolto hasta su oficina para firmar unos papeles antes de dejarlos marchar; Ramón le agradeció que no hubiera puesto esa denuncia sino a estas alturas Moisés estaría en todos los medios de comunicación, quiera o no el era un bailaor muy famoso y eso atraería a la prensa más por morbo que por genuino enteres, sobre todo de la prensa amarilla.

• Gracias comisario por no poner esa denuncia si no mi hijo estaría en todas las portadas de las revistas – murmuro pensando que eso de ser publico a veces era una mierda
• No hay de que, solo con ver la carta que me enseñó sabía que no había sido un secuestro, ahora solo vayan a casa su hijo lo necesita – le dijo levantándose de su asiento  y tendiendo la mano a Ramón

Después de despedirse del comisario junto con su familia iban a salir de la comisaría cuando un avalancha de paparazzi y reporteros estaba en la puerta como moscas tras un trozo de carne podrida, encegueciendo con los flash de las cámaras, Rebeca cogió a Noel que lo tenía a su lado y enterró su rostro en su pecho para que ninguna foto pudiera salir y Ramón hizo lo mismo con Moisés y Abraham;  los reportero les hicieron un montón de preguntas como: ¿es verdad que su hijo fue detenido por estar metiendo en asunto de drogas?, Ramón se quedó sin palabras y solo miró a Rebeca tratando de avanzar pero sin poder, en ese momento llegaron dos oficiales para escoltarlos hasta el coche, Ramón agradeció y por fin pudieron llegar a casa, pero encima de eso, el comisario acaparo la atención de la prensa diciendo que Ramón y su esposa venían en calidad de testigos de un asunto en investigación que nada tenia que hacer con drogas.

• Sube y te das una ducha – le dijo Ramón a Moisés, hacía calor y Moisés llevaba un pantalón vaquero que de leguas se veía muy sucio

Moisés obedeció a su padre y cuando estuvo vestido con algo más cómodo bajó al jardín, su papá estaba encendido la barbacoa tenían todo preparado para hacer un asado.

• Toma, ve poniendo pimienta a las chuletas – le pidió Ramon a su hijo mayor
• Papá – murmuro Moisés un poco cohibido y Ramón lo miro – sabes que lo que dijeron los periodistas es mentira – dijo sin entrar en detalles, esperando que su padre no dude de eso
• Si hijo lo sé, sí no, no estuvieras aquí con nosotros
• Pero ahora todo el mundo va a pensar que si estoy envuelto en esos asuntos – agrego triste y Ramón dejó lo que estaba haciendo
• No te preocupes en unos días doy un comunicado de prensa y si siguen así les pondré una demanda por falsas acusaciones – le aseguro y Moisés se relajo un poco, su padre siempre sabía qué hacer

No se hablo mas del tema, y todos se dispusieron a comer en el jardín, el único que se veía tristón fue  Abraham, cómo cada vez que su papá lo castigaba un poco más subidito de lo normal estaba triste por unos días y esta vez no era diferente.

• Abraham ¿te pasa algo? – le pregunto Moisés al ver que casi no comía, porque a él le gustaba mucho cuando hacían barbacoa
• No me pasa nada – y ahí Ramón se dio cuenta que no había tocado apenas su plato
• Pulgarcito – le dijo papá tocándole el costado con el dedo índice para hacerle cosquillas – ¿no vas a comer? – pregunto, pero Abraham apenas levantó la mirada de su plato para mirar a su papá
• No tengo habré – respondió, ¿que no tenía hambre?, eso no se lo creía ni él mismo pensó Ramón, por eso le cogió el plato y cortó la carne en pedacitos chicos
• De verdad ¿que no te pasa nada? – volvió a preguntar su hermano mayor y el pequeño negó con la cabeza pero Noel lo sacó de dudas
• Es que no deja de hacer berrinches y papá… – Abraham se puso rojo de la rabia
• ¡Cállate idiota! – Ramón corto con aquello
• Ya Noel – y Noel como siempre rodó los ojos
• Es lo que pasó ¿No? – ¿por qué tenía que hacer tanto drama su hermano?, se pregunto molesto dentro de si mismo
• Perooo… ¿Porque? – quiso saber Moisés   
• Por Qué no dejaba de hacer berrinche y papá le dio con el cinturón – a Moisés se le quito la risita que tenía

Miró a su papá sin reconocerlo, el cinturón solo lo utilizaba cuando la cosas eran muy graves, es más solo lo habia utilizado una vez con él por qué se montó en una moto después de que su papá le dijera que no, y no creía que solo fuera un berrinche, seguro algo mas paso penso, pero prefirió no preguntar, eso lo haría cuando este a solas con su padre más adelante.

• IDIOTA – grito de pronto Abraham levantándose para ir a darle un puñetazo a Noel, Ramón se dio cuenta de las intenciones de su Pulgarcito y lo cogió sentándolo en sus piernas – ¡métete en tus asuntos tonto! – volvió a gritar mirando con rabia a su hermano y Ramón solo atino a agarrarlo mejor para que no se soltara
• Ya Abraham – dijo Ramón sin enfado ninguno
• Ahora también tengo ¡yo la culpa! – contesto Abraham enojado también con su padre
• No dije eso, pero cálmate ¿sí? – y miró a sus otros dos hijos
• Parece que lo del otro día no os a servido de nada – les dijo a sus hijos mayores, refiriéndose a cuando Noel se burló de Abraham y Ramón les hizo esa amenaza que tuvo que llevar a cabo y los dos bajaron la cabeza
• ¡Suéltame me quiero ir a dormir! – Abraham estaba a punto de llorar
• Pero si en restaurante tampoco comiste cielo – mamá acariciando la mejilla logrando que se calme

Ramón aprovecho aquello y decidió hacerle comer a su hijo sin decir nada, menos mal el hambre pudo mas que su enojo y Abraham comió sin protestar; al final no se arruino la comida pensó Ramón.

Cuando todos hubieron terminado, Noel le echó el brazo por los hombros a su hermanito disculpándose de él.

• Vemos una peli – le dijo en modo de reconciliación y Moisés también se unió a ellos
• Si vamos – les dijo con entusiasmo, Ramón no quería interrumpir a sus tres niños pero tenía que ajustar cuentas con Moisés
• Moisés – dijo papá y Moises se dio la vuelta con una hermosa sonrisa en la boca – tu sube a tu habitación que tenemos que hablar

Y Moisés se quedó blanco, él ya pensaba que su padre no lo iba a castigar, total mamá ya lo habia hecho en la comisaría, pero estaba mas que claro que estaba equivocado.