Mi familia, mi vida: Cap. 2; Autor Mark

Mi familia, mi vida

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 7 de Mayo del 2018.

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Capítulo 2

Autor: Mark

Danielle había tenido que ir a buscar a Hardy a la escuela, por una pelea que tuvo el jovencito.

Salía de la escuela en compañía de sus 3 hijos, a pocos minutos de la salida oficial, con el problema entre manos y comprendiendo que era absurdo esperar el toque de la camba, el director permitió la salida a los más pequeños. A pesar de que la pelea había sido del conocimiento de toda la escuela y Hardy tenía antecedentes violentos, no había sido expulsado. Solo tuvo un llamado de atención lo suficientemente fuerte donde mamá tuvo que rescatarlo.

• No vamos a discutir, estás castigo y punto – Danielle estaba furiosa, tuvo que salir de la consulta para buscar a sus hijos. No era la primera vez que tenía que hacerlo, pero casi siempre era Derek quien recogía a los chicos cuando se presentaba un problema
• Pero, mamá, no fue mi culpa
• Siempre es lo mismo
• Querían golpear al enano – Se defendió. Y era verdad. Se había metido en problemas por defender a Jimmy de otro chico más grande que estaba buscándole pelea, pero a su vez el otro niño tenía un hermano y los dos mayores se liaron a golpes delante de todos, donde solo los profesores pudieron separarlos – Pregúntale – La mirada de Danielle callo al chico
• Es verdad, mami, Hardy no tuvo la culpa – Intervino Jimmy para defender a su hermano
• Contigo hablaré después – No había manera que Danielle cambiara su cara, estaba enojada, no podía evitarlo

Los tres subieron al auto al carro por fin y se encaminaron a casa, claro que durante el trayecto a casa Danielle estuvo riñendo a los dos chicos por su mal comportamiento.

• Ninguno de los dos tendrá ningún privilegio, nada de computadores, tablets, celulares – Sentencio enojada, nada más mencionar la palabra mágica Hardy saltó a quejarse
• Pero mamá…
• Mamá nada, debiste pensarlo antes de dar el primer golpe… y veremos que castigo les dará su padre
• Pero no es justo – Continuó con su queja – No podía permitir que golpearan a mi hermanito – Danielle sonrió internamente, sabía que Derek no los castigaría más de lo que ella lo estaba haciendo. No quería justificar a Hardy y que creyera que podía pelearse cuando quisiera, pero agradeció que defendiera a su hermano, años atrás eso no habría pasado
• No mamá – Jimmy también comenzó a quejarse cuando escuchó que su padre los castigaría

Entraron en la casa en medio de regaños y quejas, el único que no decía nada era Axl. La pelea de Hardy por defender a Jimmy le había caído como anillo al dedo, toda la atención estaba centrada en ellos y lo mejor era que Derek llegaría tarde y ni siquiera se enteraría de las hazañas de sus hermanos. Por ahora se estaba salvando pero sabía que su suerte no duraría mucho tiempo.

Por la mañana, Derek llevó a los chicos a la escuela, Danielle lo había puesto al tanto de todo y como ella fue por todo el camino regañando a los chicos, les había dicho que no los castigaría por esta vez, ya que con los privilegios que Danielle les había quitado, estaba satisfecho. Cuando estaban bajando del auto, les advirtió que debían portarse bien y que no quería más problemas, pero justo antes de bajar Axl tuvo que llenarse de valor, no podía ocultar esto más tiempo, era consciente de eso.

• Papi
• Dime, hijo – Derek había notado que el menor de sus hijos estuvo más callado de lo normal, pero creía que era por estar pendiente de los otros dos
• La maestra quiere hablar contigo – Dijo al mismo tiempo que le entregaba una nota. La sonrisa de Derek desapareció en un instante y Axl supo que estaba en graves problemas, ya estaba advertido por ambos padres y sabía que si Derek le perdonaba el castigo, Danielle no lo haría y viceversa
• ¿Por qué la maestra quiere hablar conmigo? – Derek ya sabía la respuesta pero quería que fuera el mismo Axl quien lo dijera
• No sé – Respondió tímidamente el niño
• ¿No sabes o no quieres decirme? – Axl no respondió, bajó la cabeza dándole a entender a su padre que sabía muy bien de qué se trataba – Si es por lo que creo, ya sabes lo que te espera en casa, estabas advertido – Le dijo y aparcó el auto y bajó junto a Axl que no se despegaba de su lado

A medida que los niños entraban al salón de clases, Axl se ponía más y más pequeño y su estómago se contraía. La maestra estaba de pie junto a la puerta. Jimmy se despidió de su padre y entró al salón, Axl se quedó a su lado.

• Me da gusto verlo, señor Hayes, le agradezco que haya hecho un espacio para venir. Ha pasado una semana desde que le envié la nota, y tuve que presionar a Axl para que usted viniera – Derek tuvo que fingir una sonrisa, él no tenía idea qué hablaba,  miró a Axl, el niño no sabía dónde meterse. La mujer notó que Derek no estaba al tanto de qué pasaba con el niño – ¿Axl, por qué no entras al salón con tus compañeros? – Lo instó a entrar para quedarse a solas con Derek y explicarle la situación

El chico no había cumplido con sus deberes escolares en más de un mes, estaba atrasado con algunos trabajos y proyectos que en muchas ocasiones salvaba Jimmy. Lo que más vergüenza le daba a Derek era que en la última reunión de padres a la que había asistido junto a Danielle, él mismo se había comprometido a que sus hijos, especialmente Axl, cumplieran con todos sus deberes. Y ahora estaba delante de la maestra recibiendo el regaño como si él fuera el chiquillo mal portado de la clase.

Salió de la escuela furioso, no tuvo oportunidad de hablar con Axl, ni de advertirle, realmente no era necesario, el chico sabía lo que podía esperar de él.

• ¿Sabes lo que hizo tu hijo? – Le preguntó furioso a Danielle, cuando la llamó por teléfono
• Te recuerdo Derek que son nuestros… nuestros hijos – Contesto ella medio malhumorada
• Como sea ¿sabes lo que hizo?
• Aun no tengo el don de la adivinación – Danielle odiaba que Derek hiciera ese tipo de comentarios
• No ha cumplido con ninguno de sus deberes en todo UN mes ¡Todo el mes perdido! – Gritaba para descargar su frustración mientras Danielle separaba el celular de su oído
• ¡Ah! Estás hablando de Axl – Bueno, era un único que tenía ese tipo de problemas
• Claro que estoy hablando de Axl – Continuaba gritando – Ya verá, esta noche no se salva
• ¡Derek, cálmate! Si no lo haces, no te dejaré tocarle ni un solo cabello
• ¿Vas a defenderlo?
• Del energúmeno con el que estoy hablando, sí… de su padre, que lo castigará cuando esté más tranquilo, no necesito defenderlo – Contesto sin perder la calma

Derek sabía que Danielle tenía razón, debía calmarse, no podía castigarlo estando en ese estado. Pasó todo el día de mal humor, no le había gustado para nada lo que le había dicho la maestra de los chicos.

Como todos los días, Danielle fue por los chicos a la hora de la salida, cuando llegaron  a casa envió a Axl directo a su habitación.

• No quiero – Respondió como si nada hubiera pasado
• Axl, no quiero repetirlo
• ¡No quiero! – Repitió de manera desafiante. Danielle se quedó mirándolo por unos segundos, pero Axl parecía que no sabía en qué se estaba metiendo
• PLAFPLAF PLAF – Danielle no perdió más tiempo, lo tomó por el codo y le dio tres nalgadas fuertes que hicieron no solo quejarse sino saltar algunas lágrimas
• Aaauuu – Se quejo
• Ve a tu habitación, a menos que quieras que empiece lo que tu padre terminará esta noche – Le dijo cerca de su rostro y muy despacio para que de una buena vez se enterara de los problemas que tenía

Axl no dijo nada y lloraba en silencio mientras se dirigía a su habitación. Cayó en cuenta de lo que vendría cuando su padre llegara de trabajar.

Derek no llegó a casa temprano, nuevamente su trabajo se había complicado, desde hacía dos semanas estaban detrás de la pista de unos traficantes de cocaína que recién habían llegado a la zona, y habían abordado a varios jovencitos para vender su producto, unos niños entre 14 y 17 años, la edad que tenía su hijo mayor. Por lo que no podía permitirse que la situación se agravara y que más niños se vieran involucrados.

Axl creyó que se había salvado, pero Danielle sabía que Derek llegaría a tiempo para acostar a sus pequeños, es decir, tendría tiempo suficiente para castigar a Axl y para consolarlo. Los 3 chicos estaban en el salón cuando llegó Derek, Hardy y Jimmy saludaron con un simple Hola, pero Axl ni siquiera se atrevió a mirarlo. Saludó a Danielle con un largo beso y ambos se fueron a la cocina para que Derek cenara tranquilamente.

• Oye Ax, deberías irte a la habitación – Dijo Hardy susurrando a su hermano – Sabes que papá te va a pegar y no quieres que se enoje más
• ¡Cállate! ¡Déjame en paz! – Gritó molesto porque su hermano le recordara su destino
• Solo quiero evitarte más nalgadas
• Hardy tiene razón, Axl – Intervino Jimmy, no quería que su hermano incrementara su castigo
• ¡Ya cállense los dos! ¡Callen…!

Derek apareció en el salón y su mirada hizo que Axl callara de inmediato.

• Te espero en mi habitación – Le dijo muy serio, mirándolo a los ojos. Sin decir nada subió las escaleras, dejando al pequeño con un nudo en el estómago. Danielle lo instó a subir detrás, pero el pequeño no dejaba de protestar
• Entra – Le dijo Danielle cuando estuvieron frente a la puerta
• Mami, nooooo
• Axl, entra, no empeores las cosas
• Pero no quiero que me pegue – Comenzó a lloriquear, sabía que no había escapatoria
• Eso tenías que pensarlo antes, ahora entra y asume las consecuencias…Vamos – Danielle lo tomó del brazo para que entrara en la habitación donde Derek ya lo esperaba sentado en el borde de la cama pero Axl puso la mayor resistencia que pudo
• Buuuuaaaaa no quiero mamiiiii, por favor noooo, buuuuaaaaa – Axl lloraba como si ya el castigo hubiera comenzado

Con mucha dificultad Danielle logró meterlo en la habitación, Derek se levantó para ayudarla con la situación, no quería castigar a su hijo pero él cumplía sus promesas, premios y castigos por igual. Sabía que para Axl era un momento de estrés, el niño había sufrido mucho en sus primeros años y aunque ellos jamás habían abusado o maltratado al pequeño, Axl en su mente infantil solo podía ver el castigo como el mayor daño que le podían provocar. Derek rápidamente bajó sus pantalones y la ropa interior antes de siquiera ponerlo sobre sus rodillas.

• No, papiiiii, nooooo, buuuuuaaaa  por favor, nooooo, no me pegues buuuuaaaa yo me porto bien, yo me porto bien, buuuuaaaa de verdad – Danielle no aguantó ver al menor de sus hijos llorando de manera descontrolada y tan sentida, por lo que tuvo que salir de su habitación a la de invitados para llorar quizás tanto como su pequeño. Derek pasó su pierna por encima de las de Axl para evitar que pateara y se moviera – Nooooo, papiiii buuuuuaaaaa – Pasó la mano por la espalda del niño para calmarlo, pero no había manera, se dijo que era mejor terminar con todo lo antes posible
• PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF –  Alternaba de una nalga a otra para jugar con la mente del niño y hacerle creer que el castigo sería mucho más duradero. Solo quería que entendiera que debía cumplir con sus responsabilidades en el colegio – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
• Ya papiiiii yaaaaaa
• PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
• Papiiiii me dueleeeee me dueleeee muchooooo – Eso fue suficiente para que Derek se detuviera, le soltó las manos y Axl no perdió tiempo en llevarlas a su dolorido trasero, su padre lo acomodó en sus piernas y empezó a acariciarle la espalda. El pequeño se abrazó a su cuello enterrando la cabeza en su pecho
• ¿Aprendiste la lección? – Preguntó Derek sin dejar de hacerle mimos
• Snif me duele muuuucho snif
• Es un castigo, hijo, tiene que doler
• Pero snif me hiciste daño sinf
• Jamás te haría daño, Axl. Eres mi pequeño, mi piojito y nunca pensaría en dañarte
• Me pegaste duro sinf, me duele muchooooo – El niño volvió a enterrar la cabeza en su pecho
• Sabes por qué te castigué ¿No? – Axl negó con la cabeza, sin levantaba la mirada

Hasta eso, Danielle entró sin hacer ruido, supo que todo había terminado cuando dejó de escuchar a su hijo llorar.

• Fuiste irresponsable con tus deberes escolares y me arrastraste contigo – Dijo su padre, pero el niño no entendió y él se explicó – Me comprometí con tu maestra a que entregarías todos tus deberes, lo único que tienes que hacer es estudiar y no lo haces
• Pero…
• Déjame terminar… admito que yo también fui irresponsable porque debí estar pendiente de que tú cumplieras, pero sabes lo difícil que ha estado el trabajo en estos días. Sabes que he llegado tarde la mayoría de las veces – Axl asintió, entendía muy bien que el trabajo de sus padres era fuerte, y muchas veces no podían compartir juntos – Hijo, quiero que entiendas que hay cosas que deben hacerse aunque no nos guste, y en tu caso son las tareas de la escuela
• Pero es que no las entiendo – Se quejó
• ¿No entiendes matemáticas? – Axl negó nuevamente – ¿Ni lengua? ¿Historia? ¿Ciencias naturales? – El pequeño miró a su padre aun con ojos húmedos
• De verdad no entiendo
• No te creo – El niño se alarmó, eso podría significar un nuevo castigo – Mi hijo es muy inteligente, pero flojito – Eso lo dijo acariciando su rostro.
• Los tres son muy inteligentes – Intervino Danielle y Axl le tendió los brazos y ella se acercó para abrazarlo. Derek subió su ropa mientras el pequeño se quejaba con su madre de lo malo que había sido su padre – Papá no es malo, solo es justo ¿Cierto? – Axl asintió – Ahora, vamos a la cama
• Pero que papá venga también
• Claro que sí – Respondió el aludido – Intentaré estar todas las noches en casa para darles un beso y un abrazo antes de dormir – Dijo cargándolo y llevándolo a su habitación junto a Danielle, que al entrar fue a arropar a Jimmy mientras Derek metía a Axl bajo las sábanas
• No le hables, fue malo contigo – Le dijo Jimmy a su hermano
• Mira lo malo que puedo ser – Y comenzó a hacerle cosquillas a Jimmy
• No papá, jajajajaja noooojajajaja – Riendo a carcajadas. Axl se lanzó sobre Derek para hacerle cosquillas también pero Danielle lo detuvo con más cosquillas.

Todos estaban riendo en la pequeña cama de Jimmy, Hardy entró y se quedó mirándolos.

• Que poca seriedad… son adultos, compórtense como tal – Les dijo indignado pero Derek lo atajó antes de salir y comenzó a hacerle cosquillas tanto como a sus pequeños, el adolescente no pudo resistirse y comenzó a reír sin parar, Danielle por su parte continuaba con los pequeños.

Ninguno de los dos quería pensar en lo que había dicho la maestra de su hijo. No querían pensar en los posibles problemas que se avecinaban.