Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Capítulo 2
Dieciséis petardos, ¿ni uno
más?
Autora: Marambra
- Bueno
jovencito – se acercó Mikel al muchachito que tenía
delante suyo que como Nathan lo aconsejo estaba mirando la pared, pero, había
un pero enorme; no se había bajado los pantalones – por lo visto no sabes obedecer PLAF, PLAF PLAF – le
llegaron los redondos azotes en el pleno trasero sobre la ropa puesta, como
picaba aquello pensó Uther sobándose las nalgas apurado aguantando la ganas de
quejarse – retira las manos Uther ya eres grandecito para estar
sobándote el traste – lo reto el
abuelito
- Auchhh, papa
Mikel duele – contesto el crio
- Y más te va a doler, ya te enteraras, ahora ven aquí que vamos a conversar tu y yo muy seriamente
Mikel se
sentó en la cama del crio mientras un encogido muchacho avanzaba a paso lento
detrás suyo, la puerta estaba entreabierta y Nathan curioso como el solo se acercó
sigiloso para oír y ver lo que sucedía; por nada del mundo cambiaría su lugar,
Uther estaba en una posición nada envidiable por lo visto.
Cuando
por fin lo tuvo frente suyo, los enormes ojos verdes de Mikel se clavaron en
una igual mirada asustada, guardo silencio por el espacio de un minuto entero,
un minuto de silencio para la pobre comodidad de sentarse que iría a parar a
mejor vida los próximos días, de eso estaba muy seguro Mikel, suspiro
hondamente para darse ánimos y luego de jalarle un poco del brazo a su nieto
mayor, su adoración en todo sentido, el abuelo lo amaba muchísimo, y por eso
justamente seria quien se encargue de encaminarlo por la buena senda de la
vida, lo cogió del mentón para que el chico no baje la mirada, no había podido
sostener los ojos de su abuelo, le hizo unas carantoñas en el pelo revuelto,
luego de eso le limpio las manchas de tierra que tenía en la polera y lo dio la
vuelta, hizo lo mismo con el pantalón que en fondo era azul pero tenía dos
enormes manchas de barro en las posaderas, se había ido a sentar sobre una
piedra fangosa y estaba todo sucio, ddddd, hizo un extraño ruido Mikel con la
boca al ver el panorama y pensó que muy pronto dos enormes manchas rojas
estarían calcadas en el mismo lugar solo que sobre la piel desnuda.
Luego
de eso lo volvió sobre sus pasos y empezó a charlar con el crio, solo que sus
manos hacían un interesante trabajo al mismo tiempo, lo agarro del cinturón y
lo desabrocho.
- Esto no te
será útil todavía Uther, aún no demuestras ser lo suficientemente maduro como
para llevar uno en el pantalón, creo que mejor cambiamos por resorteras – sonrió
Mikel mientras le quitaba el cinto, lo coloco sobre la cama dobladito
- ¿Qué haces? – Uther
ponía las manos desesperadamente al darse cuenta de lo que estaba por suceder,
Mikel quería desnudar sus posaderas y empezó a regatear sus botones – ¡por favor abuelo! –
dijo horrorizado, en shock – no es necesario… NO
ES NECESAAARIO – decía mientras
quería escapar de aquella habitación, pero Mikel le cerró el paso con las
enormes piernas que tenia
- Quieto tu PLAF PLAF PLAF
PLAF PLAF – sonaron 5 azotes en el trasero sobre los
verdes slip del crio que para colmo tenía una carita feliz en el trasero, un
regalo de su madre en una navidad pasada – ahora alza la
pierna – le ordeno para sacarle
el pantalón haciendo lo mismo con el otro lado
- Papa Mikel por
favorrr, por favor, tenía permiso de mi papaaaa, él me dijo que podía iiiirrrr,
noooooo, no lo hagas es mi cumpleaños, es año nuevooooo por favor – rogaba
con la voz en un hilito del miedo que empezó a tener y el nudo que se le formo
en la garganta del puro estrés – la mamá nos llamara
para cenaaarrr
- Si, llamara
para cenar, pero tu primero vas a almorzar lo que yo te dé – le
contesto con toda la ironía del mundo, es que si algo molestaba a Mikel es que
lo dejen con la comida servida – que tu no viniste al medio día, no diste señales de
vida hasta que tu amigote ese tuvo la gentileza de contestar mientras tú
estabas tirado sobre la arena durmiendo ¿verdad?
- Pero, pero – gesticulaba
asombrado de la agilidad del abuelo, en menos de que cante un gallo estaba ahí
parado semidesnudo solo con calcetines y el slip verde manzana que se colaba
sobre un pobre trasero de adolescente
- Pero nada
jovencito, tu padre se ha ido de viaje hace tres días mientras ese tiempo dure,
los permisos los doy yo y tu no tuviste la educación o amabilidad de decirme
abuelo por favor, puedo ir a tal o cual lugar, ¿no es verdad? – lo
dio la vuelta y lo coloco sobre su regazo
- NOOOO, POR FAVORRR, POOOOR FAAVORRR NOOO
- ¡SILENCIO! – Mikel
elevo la voz y Uther se asustó – que aquí el que habla ahora SOY YO o en el mejor de los
casos MI MANO – y empezó a
golpear el trasero del crío – Plaf plaf plaf PLAF
PLAF plaf plaf
- Auuu auu auuu
uuuujj ujjj YAAA POR FAVOR PAPA MIKEL, PAPA MIKEL PARA, PARA POR FAVOR, POR
FAVORRR AUUU – había empezado durísimo, jamás le habían
dado una azotaina en casa ni mamá, ni papá y ahora estaba ahí, boca abajo, con
el culete semidesnudo atrapado de la cintura sobre el regio regazo de su abuelo
paterno, y vaya como caía la mano portentosa y dolorosa sobre el juvenil y
flamante culete del crio…
- Plaf plaf plaf
PLAF PLAF plaf plaf ¿A QUIEN PEDISTE PERMISO PARA SALIR? Plaf plaf plaf
PLAF PLAF plaf plaf – La enorme mano de Mikel se hacía sentir
y resonaba en toda la habitación que vamos parecía que tenia eco y parlantes al
mismo tiempo
- A naaaa die
paaapa AUAUAUAU AU AU AU AYYY – empezo a gritar con mas fuerza, es que
su abuelo realmente hacía doler – PAPA Mikel, por favor,
yaaa yaaa me duele mucho, me duele mucho AUUUU, AAAYAYA YAYYAYA AYYY ARRGGGG
ARGGRGGRGR – lloraba sentidamente
Uther
Mikel
paro, lo levanto y el rostro del crio era un panorama lluvioso, estaba rojo de
estar tirado boca abajo pataleando como podía más o menos según la libertad que
encontrara a la prensa que hacia su abuelo, los ojos rojos semi cerrados llenos
de lágrimas que caían como una catarata y los mocos iban por el mismo tramo
llegando incluso a la boca, Mikel saco su pañuelo y le sonó la nariz pecosa del
crio que no paraba de tocarse el traste sobándoselo, le dio un poco, por no
decir mínima tregua.
- Suena la nariz Uther
- Ayy ayy ay au
j aujj BRRRR – sonó la naricita cuando Mikel puso el pañuelo
- Bien mi hijo
espera aquí – lo dejo parado ahí mirando la pared y
luego llamo a Nathan
- ¡Nathan! – y
un asustado Nathan que había oído todo tras la puerta se escabullo a su
habitación sin calzados para no ser oído cuando oyó acercarse a su padre a la puerta
de la habitación de su sobrino
- Si papi – contesto
mientras salía colocándose sandalias
- Ve a mi despacho y me traes la regla que está en mi escritorio
- ¿La regla? – Nathan
abrió los ojos desorbitadamente
- Si, la regla, ¿algún inconveniente?
- NO, ya lo traigo
– contesto y salió corriendo
Mientras
tanto Mikel volvió con su nieto adorado, el chico estaba llorando bajito
mirando la interesante esquina de su cuarto, Mikel recogió la ropa del chico y
la tiro al cesto de la ropa sucia, luego de eso cogió al niño de nuevo y se
volvió a sentar en la cama.
- AY NO, AY NO, por
favorciiito, por favorciiito – empezo a rogar poniendo las manos en
signo de oración – no volverá a pasar TE LOO JUUUURO – el llanto se reavivo
a la expectativa simple de nuevos nalgazos
- Claro que no
se volverá a repetir, porque tú y yo repasaremos las reglas de la casa Uther,
pero para eso nos iremos alistando – le dijo mientras lo
volvía a colocar boca abajo y para colmo de males le bajo la carita feliz, del
no tan feliz trasero del crio
- NOOOOO, POR
FAVORRRRR NOOO – se levanto de un salto en un mínimo
descuido de Mikel y corrió calzoncillos abajo a nivel de las rodillas hacia la
puerta y hubiera logrado escapar de no ser por Nathan que estaba justamente
entrando y le bloqueo el paso y eso fue más que suficiente para que Mikel lo
alcanzara y alzándolo prácticamente lo llevo de nuevo a nalgada limpia y sobre
el poto pelado a la cama – MALVAAAADOO LE AVISARE A LA ABUELAA AYYYY
AYAYYAYAA
- Plaf plaf plaf
PLAF PLAF plaf plaf – Mikel
apretó la fuerza de los azotes – Y A TI… ¿QUIEN TE DIO ORDEN PARA MOVERTE? – pregunto en medio de una lluvia de azotes – Plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf ¿QUIEN TE DIO PERMISO
PARA SALIR? Plaf
plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf
- AUU ayy au au
au uuuhggg por favooor, auu TIIO, TIOO AYUDAME – grito llamando a
Nathan – me dueeelte ayy ayy AUUUU YAAA ABUELO
- YA BASTA MIKEL
– Grito Miranda en el umbral de la puerta
mientras Lothar se tapaba los oídos y se abrazaba de su falda – ya fue suficiente – intervino por su nieto,
después de todo tenía el trasero totalmente rojo
- POR FAVOR NO
INTERVENGAS MIRANDA – dijo Mikel en una pausa mientras
acomodaba a Uther
- Pero…
- PERO NADA – exclamo
sujetando fuertemente al muchacho que parecía una culebra – ¡él
esta bajo nuestro cuidado mientras su padre está de viaje!... si algo le pasa
es nuestra ¡responsabilidad! – bueno
aquello era muy cierto, además Mikel se llevaba a los extremos cuando algo
estaba bajo su cuidado o mando, pero si eran sus nietos – y el
debe aprender que ¡aquí!... HAY REGLAS QUE CUMPLIR, que esto no es un corral
para ¿salirse cuando le da la gana! – Mikel si estaba enojado hace un
momento, ahora mismo estaba como peto a punto de picar, y el blanco de su furia
era nada menos que aquel traserito travieso que estaba por cumplir nada menos
que 16 años en unos minutos más – plaf plaf palf plaf
PLAF PALF PLAF
- AYAYYAYA YA YA
ENTENDI, por favor, ya no ya noooo AYYY abuelitaaaa, AYUDAAA au ay AU AU AU AU AUU
AU AU AAUUUU AUUU AUU AUUU – se quejaba y se movía como una
culebrilla sin saber por dónde escapar, había querido meter la mano, pero no le
dejaron
- ¡Nathan! deja
eso ahí y ahora salgan de aquí mismo – grito furioso y
Nathan puso la regla en la cama y se salió
Había
dejado de azotar al crio, y lo tenía ahí como cuando se tienen a un becerro
atado y cansado de tanto luchar, agotado y rendido, la frente de Uther estaba
perlada de sudor, lo mismo que su espalda, las medias habían pasado a mejor
morada en una de las esquinas de la cama, el poleron estaba revuelto y
remangado hasta casi la altura de los riñones, lo que dejaba a la vista un
enrojecido trasero, inflamado y algo hinchado de cada manotazo recibido, él
nunca había previsto que la mano del abuelo fuera tan dura, abrió los ojos y lo
que observo fue su calzoncillo de carita feliz tirado al lado del velador, vaya
lugar donde fue a parar y la figurita estaba hacia arriba como una burla al
dueño, que vamos de feliz su potito no tenía nada en ese preciso momento.
- Hay TRES
reglas básicas en esta casa Uther – le
dio el abuelo ya sin gritar, pero con firmeza – la primera OBEDECER A LOS MAYORES en tu
caso, tu abuela, tu padre, tu tío – si
como no pensó Uther con disgusto, ¿obedecer a Nathan? Ni loco – y yo, segundo: NO MENTIR, tercero: NO SALIR SIN PERMISO
DE LA CASA – y Uther trago saliva, era evidente que él las tarreo
todas y su abuelo se lo confirmo – y tú has faltado a
TODAS ELLAS y encima has sumado puntos a tu lista negra al NO AVISAR a donde
ibas ni a qué hora regresarías, faltaste al almuerzo y encima TE FUISTE A BEBER
Y A FUMAR y tuvimos que recogerte en un estado poco recomendable todo sucio,
lleno de barro como di te hubieses estado REVOLCANDO EN UN CUCHITRIL, así que
bonito… ¿VES ESTO? – le mostro la
regla de madera que portaba en la mano, antigua como la vida misma del dueño y
muy pesada seguro y Uther se encogió en su cuerpo y sintió incluso que todo el
poto se le encogía del miedo que se apodero de él – pues
esto… te ayudara a RECORDAR la reglas y las normas de esta casa, normas de BUENAS COSTUMBRES Y BUENA EDUCACIÓN
- Nouuuu nouuu
por favooor, por favor – Uther se escabullo al suelo cuando Mikel
lo soltó, pero el abuelo lo volvió a poner de pie y lo cogió de la cintura y le
propino 16 reglazos verdaderamente dolorosos sobre las nalgas y la frontera con
los muslos del muchacho dejando en cada una, un relieve rojo vinoso acompañado
de un lamento muy sentido, no se había sentado, aquellos reglazos le llegaron
estando parados ambos, Mikel cogiendo fuertemente de la cintura del crío dejando
sus posaderas hacia adelante a su alcance, y cada reglazo Uther empezó a
zapatear como si estuviera sobre brazas y esquivara las quemaduras, pero la
verdad quería esquivar la regla del abuelo que si bien no era de fuego, calaba
hasta el alma.
- clap clap clap
CLAP CLAP – sonó la regla en las nalgas
- auuu auu auuu
AUU YAAA YAAA – grito Uther zapateando como podía
- clap clap clap
CLAP CLAP – volvió a golpear el mismo lugar
- Ya nooo, ya noo AUU
- clap clap clap
CLAP CLAP – y la última repasada fue fatal porque
cayó en los pliegues – CLAP
- AHHH AHHH AGJS
AGJ… yaaa, YAAA NUNCA MAS, NUNCA MAAAAS – grito y dejo caer su
cuerpo rendido gimiendo sobre cama ya sin voz y con el trasero incendiado – agjss agjss au au auuu auu – finalmente
MIkel lo ayudo a ponerse sobre sus pies, dejo el horrible instrumento a un lado
del velador y abrazo infinitamente al pobre crio que no paraba de llorar a
mares – Ay ay ay ayyy auu duele, duele, auuuu auuu – se
tapaba la cara
- Por eso, no hay que salirse sin permiso de esta casa guapito, no estás en un hotel, estás en tu casa, en tu hogar, ya, ya esta
- Auuuuu auuuuu au au au me dueleee me duele muchoooo
- Y dolerá unos
días – anuncio impávido Mikel –
así aprenderás a comportarte, ven ahora aquí – le ordeno jalándolo suavemente de la cama para
que se incorpore y él pueda abrazarlo – es hora de bañarse
– anuncio – en unos minutos más mamá nos llamara para cenar, es tu
cumpleaños, ¿no te perderías tu propia fiesta verdad? – Uther solo movió la cabeza contestando que si
se perdería su fiesta no tenia ánimos de festejar nada, tenía el rostro
sufrido, mojado y lleno de mocos y lágrimas mezcladas, su abuelo lo empujo un
poquito para que se separe de él, quería que se vaya a bañar – A bañarse ¿si? En tu ropero esta tu regalo – le dijo, le había comprado los jeans,
calzados y camisa que tanto quería
- LO
siiieeentooo, loo lo lo sieeento – hablaba entrecortado
del llanto mirando a su abuelo – yo sooolo quería
estar un raaato con mi amiiiigos agj agjs agjs –
y los mocos sonaron atorados en la nariz – perdonaaame
papá Miiikel, perdonaaame – se
lanzo a los brazos del abuelo llorando sentidamente, el abuelo lo abrazo y lo
sentó a su lado en la cama consolándolo, le había dado una buena paliza de
regalo de cumpleaños, había estrenado unos azotes bien dados y nada menos que
de la mano de su abuelo, el que siempre lo andaba mimando y consintiendo, pero
claro, otra cosa era ver de palco el cuidado de un nieto y otra muy distinta
tener responsabilidad sobre él
- SHUUU – dijo
el abuelo poniendo un dedo sobre la boca – ya paso Uther,
ya está todo perdonado ¿sí? – y limpio sus lágrimas y mocos con su
pañuelo –
porque sé que te portaras bien la próxima ¿verdad?, no te saldrás sin decir
nada y menos te irás a beber o fumar no es cierto? – sujeto su
rostro entre las manos mirando sus ojos
- NO; no volverá
a suceder – respondió Uther en medio de sollozos
- Eso espero
Uther, de verdad que lo espero, porque la próxima no seré tan blando contigo
ahora a bañarse – Uther se paró junto con Mikel y antes de
que este abandonara la habitación se lanzó a darle un último abrazo muy sentido
- Te quiero abuelitoooo
- Yo también, te quiero muchísimo….
Que abuelo más duro,fue muy duro con el
ResponderEliminarMe alegro de tenerlos de vuelta
Pobre Uther el abuelo si que le dejó las reglas impresas en su trasero. Me encantó
ResponderEliminarCathBlueRed