Los Th, una estirpe donde el amor es la medicina
Capítulo 21
Un dedo no alcanza para
esconder al sol
Autora: Marambra
Mikel llego
a casa con un poco de retraso por las
firmas del certificado, además habían adelantado el examen pendiente de su
nieto con lo cual concluían todo y dieron orden para recoger la medicación de
Uther, el crio oficialmente estaba con alta médica… podía llevárselo en ese
instante si quisiera, de paso fue a ver a su hijo Ethan, ya habían retirado los
sedantes por lo que habían estado evaluando sus funciones neuronales y
presentaba aparentemente todo normal, excepto la pérdida de memoria del día en
que sucedió el problema, no tenía ni idea de lo que había pasado ni porque
estuvo internado, todo fue completamente sorpresivo para él, pero acepto toda
la explicación como verdad absoluta, sentía debilidad y un poco de náuseas y
estaba bastante cansado, pero aun así pregunto cuándo sería dado de alta,
estaba con ganas de irse a casa, quería ver a sus hijos, y de pronto se acordó
de Uther y de que estaba internado, que él lo había internado, fue un momento
muy peculiar y angustioso, quería verlo ya, quería que lo lleven a la
habitación de su hijo porque le habían
explicado que aún estaba internado solo que no lo dejaron incorporarse todavía
y eso empezó a sobresaltarlo, lo que
causo un terrible dolor de cabeza y pese a la medicación el dolor persistía y
decidieron volver a sedarlo a lo que se negó rotundamente Ethan, no quería
estar sedado.
En
eso llego Mikel, y fue solo hasta que estuvo con él y le aseguro que Uther
estaba bien que recién se relajó y empezó a dormitar; tras aquello Uther había ingresado a ver a su padre en
compañía de los médicos, el mismo neurólogo que trataba a Uther, trataba a
Ethan y como el padre del muchacho estaba exaltado y viendo que no era prudente
aquello, y sabiendo que Uther también estuvo todos los días preguntando por su
padre queriendo verlo como Lothar, le permitió ingresar a verlo, fue una
lloradera del diablo, Uther no pudo contenerse de ver a su padre ahí, apenas
manteniendo los ojos abiertos por el sueño que lo vencía de rato en rato y de
la culpa que llevaba como hijo, le remordía la consciencia haber deseado su muerte, ver a su padre con un pie en el
cementerio hizo que toda la rabia, la pena, el desprecio, el odio se disipen.
En
el hospital tuvo mucho tiempo para darse cuenta de que si su padre moría ellos
quedarían totalmente huérfanos, y aunque sabía que sus abuelos los amaban y
podrían cuidarlos, nada sería como antes, él sabía eso por propia experiencia…
ya no tenía madre y aún cuando papá solía decirles “todo estará bien, todo será como antes, seremos felices de nuevo”,
no era cierto, nada absolutamente nada era como antes, aún cuando en algunos
momentos ellos, Uther y Lothar se rían a carcajadas… y si papá moría se acababa
su mundo, el pequeño mundo que empezaron a crear los tres pese a los grandes y
diminutos altibajos y problemas que tenían como familia monopaterna… aun con el
terrible lio que tenían que solucionar cuando ambos abandonen el hospital… la
confianza perdida por ambas partes.
….
Mikel entro a la casa tarde, todos ya habían almorzado y entro a la cocina a conversar con Miranda
sobre la situación de su hijo y nieto, hablaron de todo y le solicito que por
favor vayan juntos a recoger a Uther y de paso podría también ella visitar a
Ethan que seguro ya lo trasladaron a Terapia intermedia que ella se vendría con
el adolescente y él pasaría al colegio de los muchachos a dejar el certificado,
ver como solucionarían lo de las clases, exámenes y otros detalles escolares;
por su parte ella le conto a Mikel lo que sucedió con Lothan en la mañana, que
el muchacho mintió, no fue a clases y que lo encontró en el hospital y sugirió
llevarlo a ver a su padre…
- Y tu cariño
¿qué tal tu mañana? – pregunto Mikel a su mujer
- Pues no pude
ver a Ethan – dijo suspirando – pero encontré a Lothar en el hospital – continuo
su relato –
se faltó a clases por ver a su padre y me mintió – y Mikel elevo una
ceja interrogante – creo que debería llevármelo al hospital, necesita ver a Ethan – hablo
Miranda casualmente tomando agua y alzando el plato de su marido y clavando la
vista sobre él, la noticia no le gusto para nada a su consorte
- Pues lo voy a sentir mucho pero no ira
- ¿Por qué? – pregunto
extrañada
– ya no está en la UTI, ya hay permiso para
que pueda verlo
- Porque va a
estar castigado – anuncio Mikel como si nada
- Pero él desea ver a su padre, así que explícaselo
- Claro que se
lo explicare y bien explicado – alzo la mano mostrando un azote, estaba
enfadado con el chico
- Ya lo he
castigado, así que tú, manos fuera – advirtió Miranda, ese
era un acuerdo, solo uno de ellos castigaba, si lo hacía mamá, papá consolaba
- No importa,
igual voy a hablar con él – salió al pasillo y llamo a Lothar – LOTHARRRR baja un momento
Lothar
oyó a su abuelo y por el timbre de voz supo que su secreto no fue secreto,
cerró los ojos a lo inevitable, era mejor ir al encuentro de papa Mikel.
- Buenas tardes
papá Mikel – saludo desde el umbral
- Buenas tardes,
ven acá, siéntate ahí un rato, vamos a conversar – y
el crio se sentó donde su abuelo indico, en la silla que recorrió por propia
mano, y miro de ladito a su abuela acusándola con la mirada, Miranda suspiro,
le había prometido que Mikel no se enteraría, pero eran cosas que ellos no se
ocultaban
- ¿Dónde has ido
esta mañana Lothar? – pregunto clavando los enormes ojos sobre
su nieto – sin mentir, sabes que no me gustan las mentiras
- Fui al
hospital a ver a papá, abuelo – dijo sin retirar la vista de los ojos de
su abuelo, triste – quería ver a mi papá – se agacho y empezó a deshilachar el borde de
su polera, había pillado un hilito suelto
- Y donde tenías
que estar entre las 7 y media y las 12 y media – frunció el ceño
mientras se acercaba muy próximo a su cara
- En el colegio
– respondió flojito, suavecito como un
susurro de paloma bajando la vista al suelo y cerrando los ojos de vergüenza,
no quería ver a su abuelo que mostraba signos de estar realmente enojado con
él, y sin saber cómo su abuelo lo paro de la silla y le dio la vuelta
regalándole unos durísimos azotes en el trasero ya incendiado sobre la ropa
sentenciado
- Plaf, plaf, plaf,
plaf, plaf, no me vuelvas a ir donde no debes ¿entendido? Plaf, plaf, plaf,
plaf, plaf, PLAAAF – habían escocido todos sobre todo el
último que llego como cohete y ¡cómo no!, si la abuela ya lo había pre cocido
con su mano y su adorable paleta, Lothar no pudo hacer otra cosa más que gemir
y tratar de llevar el trasero hacia adelante esquivando los nalguetazos del
abuelo y metiendo claro, su manito para protegerse, Miranda que seguía ahí en
la cocina doblando el mantel, solo atino a cerrar los ojos y hacer un gesto de
disgusto con la boca murmurando
silenciosas maldiciones a su imprudente marido
- Yaaa,
auuuuuuuu, ya abuelitooo, yaaa, me dueele, me duele, au AUUU, la abuelita ya me
castigooo – Mikel paro y aún cuando lo abrazo con
cariño, sus palabras eran duras para él, y tras oír a su abuelo, solo atino a
llorar sentidamente, pero Mikel no era de los que daban su brazo a torcer
- Sé que quieres
ver a tu padre Lothar, pero te hemos explicado que no era posible todavía, ni
tu abuela a veces puede entrar a verlo, siendo adulta y siendo su madre – lo
agarro de los hombros y lo miraba fijamente – son normas que se deben cumplir, y tú por capricho
insistes y de paso te faltas del colegio – le
dijo enojado
- Pero abuelo
- NO LOthar – corto
el abuelo –
yo te iba a llevar hoy a ver a tu padre, porque ha despertado ya – con un dedo empezó a golpear la mesa
sentenciando
– pero como tú ya hiciste tu visita médica
hoy, tu visita se pospone hasta mañana en la tarde – y la cara de
Lothar era digna de lastima, sus ojos se llenaron de lágrimas – ahora ve a
tu habitación y ponte a hacer tus tareas Lothar antes de que se me ocurra
revisar esos cuadernos, que estoy a un pelo de bajarte el pantalón por mentir a
tu abuela, PLAF,
baya ahora a su cuarto – le regalo un nuevo palmetazo y lo despacho
a su dormitorio, Lothar salió corriendo llorando y se tiro sobre su cama donde
termino de lamentar sus miserias
- Ags, ags,
agsss, mmmggg nif, nifs,nifsuf uf ufuff au au mmmgmm mg mgs mgs – gemía
suavecito sobándose el trasero de rato en rato más por reflejo que por dolor
No
había dolido solo picado un poco, su abuelo había sido generoso al respecto, ya
conocía como era cuando se enojaba, pero lo que le entristecía era que no lo
lleve a ver a papá, que le castigue con eso fue lo que realmente dolió y se quedó
dormido llorando, mientras en la cocina Miranda discutía con Mikel.
- Eso fue
innecesario…– dijo Miranda mirándolo mala
- Miranda por
favor… solo le di unos cuantos azotes flojos sobre su ropa – se
defendió –
dudo que eso pueda llamarse un escarmiento, pero debe entender que no se hacen
cosas a escondidas…– agrego Mikel
frotándose los ojos, estaba agotado – además, si de verdad quisiera hacerle llorar ya le
habría bajado la ropa y le habría dado una buena tunda con la regla, sabe
perfectamente que no me gustan las mentiras –
eso todo el mundo lo sabía pensó Miranda moviendo la cabeza ante la
ceguera de su marido
- Si lo sé, pero
me refería a que fue innecesario hacerle saber que su padre ha despertado y que
no puede ir a verlo porque ahora no se lo niega el hospital, sino TU, eres un
tonto – no pudo evitar hacer ese comentario,
pero se lo merecía
- Pues sabe de sobra que los actos tienen consecuencias, y en casa siempre se niega lo que se quiere… un día no lo va a matar
- Eres un
pelotudo… no es un capricho, no es un caramelo lo que quiere, quiere ver a su
PADRE, cojudo – tiro la toalla y se quitó el delantal de la
cocina, cogió la sombrilla y el bolso para ir al supermercado – voy de compras, nos vemos en el hospital entonces,
sabrás que hacer con Lothar, porque Nathan aún no regresa
Y se
salió; Mikel se quedó con la palabra en la boca, no tuvo tiempo de replicar
nada, no pudo decirle que él no iría porque tenía reunión en el colegio, ¡que
fiasco!, bueno se dijo, tendría que cambiar de planes, quizás dejar a Lothar en
casa de Ricardo su cuñado, no vivía lejos y siempre estaba en casa, es que
claro no era fácil llevar al crio al hospital si está castigado y dejarlo en la
planta baja, así que con ese plan en mente y luego de llamar a Ricardo y
preguntar si podía llevar a Lothar, se encamino a la habitación del muchachito
para decirle que saldrían y que lleve los cuadernos a casa del tío abuelo, pero
su intensiones de firmeza se quebraron cuando al ingresar allá vio a Lothar
dormido con unas cuantas lágrimas muy vivas todavía verterse de los ángulo de
sus ojos con la foto de su padre y madre en la mano; Mikel suspiro y saco la
ropa abrigada de su nieto, estaba haciendo un poco de frio y la lluvia
menudeaba las calles, se acercó a la cama del niño y sentándose a su lado le
dio un beso en la frente.
- Arriba Lot,
Loty, vamos – se acercó al oído del niño murmurando
bajito – ¿Quién quiere ir a ver a papá en el hospital, mmm?,
arriba muñequito – y surtió
efecto Lothar abrió los ojos pesadamente, pero con tristeza; muñequito, hacía
mucho tiempo que su abuelo no lo llamaba así, desde hace 4 años prácticamente
- Pero dijiste
que estoy castigado – murmuro
- Bueno, pero te
perdono solo porque se trata de papá ¿sí? ahora arriba, voy a llevarte al
hospital, llevaremos la ropa de tu hermano, estarán un rato con tu padre y regresarán
con la abuela…. ¿ya? – Lothar se paró como rayo con una enorme
sonrisa en la boca y abrazo a su abuelo agradeciéndole
- ¿No te quedaras con nosotros?
- Sí, pero solo un raro, tengo una reunión por la tarde – contesto Mikel sin mencionar que la dichosa reunión era con el director del colegio, y claro aquella reunión derivo en una memorable paliza para Lothar al regreso del hospital
No hay comentarios:
Publicar un comentario