Stargate
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 15 de Mayo del 2016.
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Capitulo 12
Autora: Gloria
Daniel
Jackson O’Neill se paseaba de un lado al otro dentro
del reducido espacio que era la oficina de su padre, intentando poner en orden
sus ideas, más que ideas sus deseos y más que eso lo que consideraba su derecho
ganado a punta de trabajo..
Ya habían pasado meses
desde que era uno más en el equipo de Stargate, era como un sueño para un
adolescente muy inteligente y con mucha imaginación. Al principio todo era
genial, nuevo y realmente excitante… tantas cosas nuevas que aprender, tener en
exclusiva y de primera mano los nuevos descubrimientos que se hacían, habían
sido suficiente para que Dani se sintiera más que feliz de obedecer en todo a
las ordenes dadas por su padre, pero no todo puede durar eternamente, muy
pronto Dani se dio cuenta que no era exactamente uno más del equipo.
Todos lo trataban diferente
obviamente por ser hijo de quien era: el Coronel O’Neill que estaba a cargo de
todo el proyecto Stargate y que a su vez recibía órdenes solo del mismísimo
Comandante, bueno eso y ser menor de edad no le jugaba a su favor y lo que más
le molestaba a Dani era que hasta ahora no era considerado para formar parte de
las expediciones que se llevaban a cabo, a pesar de que más de una vez mostró
su interés.
Pero Daniel Jackson no era
un joven que se dejara intimidar por más rodeado de militares que estuviera, así
que pronto se decidió a reclamar y exigir un puesto en el equipo de expedición.
Obviamente nadie le hizo caso, es más solo sirvió para que ahora no solo fuera
el hijo del jefe sino que además se rieran de él y lo amenazaran con hablar con
su padre sobre sus aspiraciones.
Y ahí estaba Daniel
buscando sus mejores argumentos para convencer a su padre para que lo dejara
participar en las expediciones, hasta ahora parecía que el Stargate solo servía
para ir a un lugar “Abidos” solo escuchar ese nombre hizo que la imaginación de
Daniel volara, tenía que lograr que su padre le dejará ir.
El Coronel O’Neill entró a
su oficina cargado de carpetas con cara de haber trabajado toda la mañana
mostrando unas ojeras muy bien ganadas, desde que Stargate fue funcional su
trabajo se había duplicado, pero para Jack todo esto era gratificante, se dio
cuenta de cuanto extrañaba el servicio activo y comandar una misión. Sin
embargo no olvidaba que su mayor misión en la vida era su hijo Daniel y en ese
momento lo pudo ver recorriendo su oficina muy serio, esto iba a ser difícil
conociendo el carácter terco de su niño, pensó. Jack dejo las carpetas en su
escritorio y se sentó mirando a su hijo detenidamente.
- Bueno Dani, como puedes ver no tengo mucho tiempo así que de que quieres hablar – Daniel lo miró se sentó en la silla enfrente de su padre intentando parecer mayor
- Como sabes después de que puse en funcionamiento Stargate – poniendo énfasis en que fue él quien hizo funcionar el portal – se han enviado grupos de expedición hacia Abidos de donde se han rescatado valiosos objetos – dijo muy profesionalmente – y he podido ver gracias a las fotografías que existen lugares con información que podría ser invaluable en sus murallas – entrecerró los ojos mientras acomodo su espalda en el respaldo del sillón frente a su padre, como si estuviera negociando, en realidad eso hacía, estaba negociando salir a la misión – …me refiero a escritos que hasta ahora no hemos podido traducir porque nos hace falta una mirada más integra por lo que estoy pidiendo que se me incorpore a un equipo para ir a terreno – listo lo dijo, soltó aquello con una madurez impactante, sin titubeo, sin caras de niño mimado, sin poner manos en plegaria, ¡nada de eso!, sino sentado a la altura de sus conocimientos, vamos que no era cualquier mocoso era: EL MOCOSO SABELOTODO. Y Jack tuvo que hacer un esfuerzo por no reír ante el tono serio que usaba Daniel. hasta ahora no se le había salido ningún quejido ni ninguna suplica todo era muy formal, pero por más serio que estuviera su hijo, Jack solo podía tener una respuesta
- Petición denegada Dani, no iras en ningún equipo fuera de este planeta – Dani que esperaba esa respuesta de su padre no se amedrento
- Podrías darme alguna razón por la cual no puedo ir a Abidos, que no sea el que soy tu hijo – enfatizó aquella última frase elevando un índice a sabiendas de esa trillada respuesta
- Podría darte muchas razones Dani, pero la principal es que no estas preparado para una misión en terreno – bueno dijo papá, quieres una razón real, aquí va una pensó agregando para satisfacción propia – y eso, sin contar el detalle de que eres menor de edad – Jack se echo atrás en su silla y no pudo evitar sonreír por tener que dar explicaciones a su hijo, francamente
- En estos meses he pasado 2 cursos de preparación con los requerimientos básicos de supervivencia – dijo Daniel mostrando su enojo ante la sonrisa de su padre, porque no podía escuchar razones
- Hacer cursos no significa que estés calificado para una misión altamente peligrosa como es esta
- No estoy pidiendo ir como militar sino como civil y para eso si estoy calificado, soy un consultor experto en lenguas antiguas – Jack sabía que podía estar argumentando con Daniel toda la tarde así que tenía que terminar este mal entendido, si quería volver a casa a una hora decente; así que Jack se sentó derecho en su silla y puso ambos codos en la mesa y apoyo su mentón en sus manos cruzadas… en esa posición podría ser amenazante
- ¿Recuerdas el trato que hicimos cuando TE DI permiso para ser parte de Stargate? – ahora Jack fue el que puso énfasis en que fue él quien le dio permiso a Daniel – y lo que tu prometiste – Daniel suspiro de mala gana
- Si lo recuerdo.
- Qué te parece si me lo repites – ahora era Jack quien lo miraba serio. Dani rodó los ojos con impaciencia pero al mirar a su padre a los ojos se dio cuenta que no podía perder su postura de madurez así que se calmo antes de hablar
- Acordamos que para ser parte de Stargate yo estaría bajo tu mando, lo que significa que debía obedecer tus órdenes en lo referente a las misiones que se me asignaran – Dani dijo todo en voz neutral como si recitara una muy mala poesía
- Y te comprometiste a comportarte y si desobedecías mis órdenes o si alguien tenía algún reclamo sobre tu conducta te aplicaría un castigo – Al escuchar eso Dani se sonrojó y abrió los ojos..
- Pero dijiste que no me castigarías como tú lo haces en casa – ahora si Dani estaba gimoteando en evidente reclamo de un posible y vergonzoso castigo protagonizado por la palma de la mano de su padre
- Querrás decir, hijo – Jack no perdió oportunidad en “explicar” el castigo mirándolo fijamente – que no te daría una paliza aquí en la base, si me comprometí a eso – después de todo era un hombre de palabra, pero tenía sus límites. Daniel dio un suspiro de alivio eso sería lo más humillante que podría pasarle y ahí si que terminaría siendo el hazme reír de la base y con justa razón
- Bueno ¿y entonces? – y antes que Daniel pudiera hacer uso de su tan conocido don de la palabra Jack lo paró con un gest.
- Entonces Dani NO tienes permiso para salir de este planeta, ni para salir de esta base sin mi autorización
Daniel tuvo que contenerse
para no gritar y hacer un berrinche ahí mismo controló su carácter como nunca
antes lo había hecho, miró a su padre con odio ¿cómo podía ser tan obtuso?,
incapaz de razonar, controlador, cabeza dura y en fin un millón de epítetos más
llegaron a la cabeza de Dani pero logró no decirlos en voz alta.
- Es todo entonces, tu última palabra – dijo Dani rumiando su impotencia
- Si Daniel, es todo puedes retirarte – Jack tomó una de las tantas carpetas que tenía enfrente y comenzó a ojearlas.
Dani se dio media vuelta y
salio dando un portazo que se debe haber escuchado en toda la base y salio sin
mirar hacia adonde pensando en las injusticias que tenía que aguantar, iba tan
ensimismado en su tragedia que choco de frente con lo que creyó era una pared
pero que resulto siendo Tel’C, el guerrero Jaffra lo tomó del brazo antes que
Daniel se cayera al suelo debido a la colisión.
- Daniel Jackson ¿está bien?, ¿se lastimo? – Tel’C hablo con su característica seriedad, Daniel se quedo helado, Tel’C siempre lo había intimidado no porque le hiciera algo sino por su porte, su seriedad pero más que nada Dani sentía que no podía confiar en Tel’C era como si le ocultara algo, muchas veces lo había visto mirarlo como si ya lo conociera, era realmente extraño por lo que evitaba estar junto a él, al contrario de lo que hubiera querido reprimió su curiosidad de llenar de preguntas a la fuente de información que era el guerrero Jaffra
- Si estoy bien, gracias – dijo Dani y siguió caminando rápidamente al único lugar donde podría desahogarse sin consecuencias.
Tel’C vio como el
adolescente se alejaba y otra vez se quedo con ganas de hablar con Daniel. Ya
llevaba en la base más de lo que hubiera pensado y lo que más le admiraba era
lo bien que se había adaptado al equipo de Jack O’Neill, era básicamente porque
él era un soldado y la vida militar era la única vida que conocía.
En el primer mes de su
llegada a la Tierra estuvo muy ocupado en reuniones entregando toda la
información que tenía sobre los Goa’uld, pero luego fue puesto a las ordenes de
O’Neill para formar parte del SG1. Pero el Jaffa no pudo estar tranquilo en el
equipo hasta que habló con O’Neill sobre el asesinato de los padres de Daniel
Jackson, ambos acordaron no contarle a nadie sobre ello, primero hablarían con
Daniel, O’Neill le explicó que Daniel Jackson era considerado menor de edad, no se le
consideraba un adulto en la sociedad humana por lo que era O’Neill el que tomaba
las decisiones por él. Fue así que Tel’C guardo silencio y pudo ser parte del
equipo de la única forma que él sabía… entregándose en un 100%.
Mientras tanto Daniel daba
vueltas en círculos en la pequeña oficina de Samantha Carter quejándose.
- Él es tan obtuso Sam – le dijo a la muchacha – ni siquiera dijo que lo pensaría – eso era lo que más le indignaba – impone sus ideas por sobre la misión – y Sam levanto la vista un momento para mirarlo, Daniel podría ser muchas cosas, pero cuando se trataba de ciencia, era muy maduro y esta era una muestra de la pasión que tenia por dilucidar aquello, incluso mucho más que cualquiera de los militares de aquella misión… incluido su propio padre, él hablaba de los beneficios del conocimiento, pero claro ni mencionar aquello – ¿tú sabes lo beneficioso que sería poder traducir todos esos manuscritos? – le pregunto confirmando sus pensamiento – y solo porque me considera un niño incapaz de cuidarme niega a la misión esta oportunidad, como si no pudiera tomar mis propias decisiones – Daniel hacía gestos con las manos tratando de llamar la atención de Sam que tranquilamente seguía trabajando – ¿Sam es que no te interesa lo que estoy diciendo? – dijo Daniel dolido – Me apoyas en esto verdad? – Sam dejo la computadora de un lado pensando “Niños! Quieren toda tu atención en el momento que les da la gana, no les importa que tu tengas trabajo pendiente que hacer!… y luego Daniel dices que no eres un niño adorable pero solo era un crío!” y miró al adolescente que tenía en frente con los brazos cruzados en señal de molestia y si eso no bastaba para que alguien crea que estaba a punto de patalear tenía una mueca de reclamo en su muy bonito rostro, una imagen que a Sam le resulto graciosa de ver, así que expreso muy tranquilamente su punto de vista esperando que su amiguito entendiera.
- No Dani, creo que tu padre tiene razón en no dejarte ir a Abidos es peligroso y aún no hemos inspeccionado ni la mitad de su superficie, además te prometo que en la próxima misión voy a traer los mejores registros para que puedas traducirlos – a que chiste, eso era como decir la próxima te traigo caramelos. Daniel miró a Sam frustrado
- Pensé que tú me entenderías, pero veo que eres igual a papá – siendo posible lo imposible Dani se cruzo mas fuerte los brazos apretándolos en su pecho y mostrando todo su enojo, Samantha podría jurar que en cualquier momento Dani se pondría azul de lo enojado que estaba. Sam que conocía a Daniel, que había sido su niñera innumerables veces que lo había visto crecer solo suspiro con resignación sabía que no importara lo que digiera, él niño estaba lanzando una rabieta
- Si eso es lo que quieres creer Daniel – dijo levantando los hombros, y continuó con su trabajo, ella se podría llevar una suspensión del programa y eso abarcaba más que la insatisfacción de la curiosidad de Dani
- Oh ustedes los militares son realmente… – Daniel no alcanzo a terminar la frase, solo tiro la puerta de la oficina de Sam dando el segundo portazo del día.
Pero nadie evitaría a
Daniel estar en la próxima misión que iba a Abidos, ni siquiera las ordenes
directas de su padre y además una vez que hubiera atravesado el portal serían
idiotas si no lo dejaran hacer su trabajo. Y así fue tramando lo que él pensaba
era un muy buen plan.
Daniel estaba sentado en
la silla esperando a su padre, se veía como un condenado al patíbulo y no
estaba lejos de serlo, ¿cómo pudo ser tan estúpido?, ¡se suponía que era casi
un genio!, ¿en que estaba pensando cuando se le ocurrió hacer tal
idiotez?....Pero ya estaba hecho así que debía aceptar las consecuencias que
esperaban no fueran dolorosas.
Jack entró a su oficina,
se sentó en su silla detrás de su escritorio y miró a su hijo, no pudo evitar
recordar la primera vez que su pequeño lo había desobedecido, podría haber
pasado años sin embargo Daniel tenía la misma cara entre arrepentido y
desafiante.
Recuerdos de Jack
O’Neill
- ¿Pero porque papá? – le había preguntando con los ojos fijos a los suyos – todos los niños van al parque solos – dijo con la lógica de un pequeño que empezaba a darse cuenta del mundo y compararse con él – ¿porque yo no puedo ir? – Daniel se paró delante de su padre muy decidido y serio tanto como pudo un niño de 6 años
- Porque eres muy pequeño – dijo papa con paciencia – y para llegar al parque hay que atravesar una calle muy transitada – Jack intentaba ser comprensivo y dejar su punto de vista muy claro
- Papá la calle tiene semáforo – dijo recordando ese detalle que interesantemte le parecía vital – yo sé cómo funcionan ¿recuerdas que tu me enseñaste?, los colores verde y rojo – dijo Daniel poniendo cara de suplica
- Sé que eres muy inteligente Dani pero mi respuesta sigue siendo no, todavía no tienes edad para salir solo – Daniel hizo un pucherito con sus labios que lo hacía ver tan adorable muy pocas veces alguien le había negado algo, hasta ahora solo su padre
- Papá seré muy cuidadoso, lo prometo – dijo el niño haciendo una cruz en el corazón – Además no voy a ir solo Mike y Peter me van a pasar a buscar
- No Danie,l es mi última palabra no sales solo de esta casa y es el fin de esta discusión – Jack nunca había sido tan rudo con su pequeño pero es que llevaba casi toda la mañana intentando explicar su punto pero parecía que Daniel solo le importaba salirse con la suya, Daniel sintió como una lágrima caía por su mejilla
- ¡NO TE QUIEEERO! – grito – Eres ¡¡un tonto!! – dijo pateando el piso. Jack no sabía si reírse o enojarse más
- Daniel yo que tu controlaría esa boca no creo que te guste el sabor del jabón – Dani abrió los ojos, puso sus manitos en su boca y sus mejillas se sonrojaron – Muy bien ya que acabaste con tu berrinche me voy a dar una ducha te quedas aquí, puedes mirar televisión pero nada de salir – dijo Jack dirigiéndose a su habitación, pensando en tomar una ducha más bien corta
Daniel se quedo mirando
con enojo como su padre lo dejaba solo, espero a escuchar el agua correr luego
camino a la sala prendió la TV y salio de la casa corriendo para juntarse con
sus amiguitos en el parque. Su felicidad solo duró unos 20 minutos hasta que
vio una sombra por sobre sus pequeños hombros, dio la vuelta y se encontró con
su papá que tenía una expresión que nunca había visto.
- Papito viste! cruce solito la calle y no me pasó nada, ¿ves? – dijo Daniel mostrando su mejor sonrisa y dando una vuelta extendiendo sus brazos a los costados para mostrarse ileso
- Daniel despídete de tus amigos y nos vamos a casa – Jack le habló serio
- Papito pero podríamos quedarnos un poquito más – Daniel seguía sonriendo con inocencia y pestañeando seguido para lograr su todavía misión en la vida: enloquecer a su padre de la rabia.
Jack que había decidido en
ese mismo instante, después de haber pasado los peores 20 minutos de su vida
buscando a su hijo perdido, que no podía dejar pasar una desobediencia a
Daniel, no importaba lo adorable, inteligente y lo bien comportado que por lo
general era. El militar tomó a su niñito y se lo hecho al hombro, así se fue
directo a la casa. Daniel no se atrevió a hablar su instinto le decía que
estaba en grandes problemas aunque todavía no entendía porque, ¿acaso su papito
no tendría que estar felicitándolo porque podía cruzar la calle solito? Ahhhh,
suspiró… los misterios de la vida, pensó Dani. Llegando a Casa Jack dejo a su
hijo sentado en una silla y para que no se sintiera amenazado, Jack se puso a
su altura. Daniel estaba confundido nunca había visto a su padre así de enojado
con él. Jack al ver la confusión en la carita de su angelito suavizó la mirada
- Dani me vas a decir porque me desobedeciste y fuiste al parque a pesar de que te dije claramente que no.
- Porque quería ir – dijo Daniel en un susurro, tan simple como eso Jack se rasco la cabeza dio un suspiro, todos lo que conocían a Daniel siempre se admiraron de su inteligencia y de su madurez a pesar de ser tan pequeño, cosa que por lo visto había confundido al pequeño haciéndole creer que podía hacer lo que él quisiera
- Daniel ¿sabes que te amo? – dijo Jack mirando al pequeño. Daniel sonrío de buena gana
- Si papito, yo también te amo más que a nadie – dijo el chiquito y le dio un abrazo. Jack aprovecho que Daniel estaba abrazado a él y lo levanto se sentó en la silla y puso a su niñito en su regazo boca abajo – Papito que haces? – Pregunto Daniel curioso más que asustado. Jack bajo el pantalón junto con la ropa interior de su hijo, dejando el pequeño trasero a su disposición
- Hijo yo también te amo más que a nada en este mundo, pero no puedo permitir que me desobedezcas y te pongas en peligro – dicho esto último aplico 3 golpes a su hijo – plaf plaf plaf – su mano alcanzaba a cubrir la totalidad del pequeño trasero de su niño. Inmediatamente Daniel gimió para luego al sentir la picazón en su traserito soltar el primer grito
- Aaaaayyyyy papito no – Daniel se retorcía como un gusanito recién sacado de la tierra. Tres golpes más y Daniel lloraba como nunca Jack lo había escuchado tanto que pensó que su niño se ahogaba mientras gritaba
- Ya se acaba mi niñito – y dio 3 palmadas más dejando el traserito de Daniel de color rojo – plaf plaf plaf – luego le subió los pantalones y lo dio vuelta para acunarlo, Daniel lloraba abrazado a su papá dejando la camisa de Jack en un mar de lágrimas y mocos – Ya mi Dani, se acabo es todo no hay más castigo para ti, pero quiero que te quede algo muy claro, si me vuelves a desobedecer entonces estarás nuevamente en mi regazo y te daré más palmadas – Daniel al escuchar esto último se puso rígido
- No papito no quiero más palmadas me duele mi colita – el niño lanzó un gemido
- Te prometo que no va a ver más palmadas en tu colita hijo, pero también te prometo que si alguna vez, en mucho tiempo más espero, me vuelves a desobedecer entonces si habrá más palmadas muchas más y no me va importar donde estas mi cuantos años tengas.
Bueno la promesa se hizo
realidad y no en una sino en varias oportunidades…
En la oficina de Jack
- Y bien Daniel, espero una explicación – Jack miraba al adolescente viendo en sus ojos una mezcla entre desafío y arrepentimiento. Pero Daniel no tenía explicación para sus acciones, así que prefirió guardar silencio. Jack que no se caracterizaba por tener mucha paciencia suspiro y se levantó de su silla para rodear a su hijo tal como lo haría un cazador sobre una presa – ¿No dirás nada hijo? – pregunto, pero nada, Dani se mantuvo callado – Esta bien si eso es lo que quieres – el ágil y muy bien entrenado militar tomó al chico de un brazo y sin ningún esfuerzo Daniel estaba inclinado boca abajo sobre el escritorio, en una posición muy desventajosa para él pero ventajosa para su padre que quería escuchar a su hijo y ya que el niño requería de incentivo… pues se lo iba a dar! El joven gimió ante tal humillación
- Papá prometiste no castigarme aquí en la base recuerdas – Daniel hablo en tono de suplica.
- Si lo recuerdo – dijo tranquilamente haciéndose con las manos de Dani en su espalda – y también recuerdo que tu prometiste comportarte y obedecer mis órdenes – dijo aquello soltando un primer manotazo muy fuerte que pico desde un inicio – SWAT… cosa que como veo no hiciste, pero ya que estamos hablando de recuerdos, ¿qué te dije que haría si desobedecías mis órdenes y te ponías en peligro? – Daniel se intentó mover pero su padre lo tenía muy bien sujeto
- ¡PAPÁAA!... ¡no aquí! – primero grito y luego recordando porque pedia aquello trato de bajar la voz – te lo ruegooo, toda la base sabrá que me estás dando de nalgadas por favor
- Bueno veo que tu memoria no falla – Jack bajo los pantalones y la ropa interior de su hijo, ¿cuántas veces tendría que repetir el castigo para que su hijo aprendiera a obedecer?, algo le decía que esta no iba ser la última vez, así como lo veía iba a estar dándole palizas a Daniel hasta que cumpliera 40 años. Daniel sollozo al verse tan desprotegido
- Por favor papá te juro que no vuelvo a hacerlo…..
- No vuelves a hacer que Daniel – y sonaron 5 swat el trasero desnudo – swat swat swat swat swat
- Aaah no vuelvo aaay a auch – ……antes de terminar la oración, su padre siguió con lo suyo
- Swat swat swat swat swat – y 5 swat más se escucharon de fondo – No te vas a volver a esconder como polizón para ir a Abidos, francamente Daniel en que estabas pensando
- Aaaayyyy papá no lo vuelvo hacer pero para – Pero esta vez Jack pensaba dejar muy claro el mensaje en el trasero de su hijo así que con ese objetivo en mente tomó la regla de su escritorio
- Realmente espero que no vuelvas a hacerlo Daniel – dijo papá como siempre – pero para que te quede claro – Jack comenzó a golpear el trasero de su hijo – clap clap clap clacp clacp – sonaba en su oficinas
Daniel paso de los
sollozos al llanto lastimero inmediatamente y sí que dolía mucho sobre todo
porque la lección también ya le estaba llegando al cerebro, su trasero le dolía
y picaba como nunca, que diablos estaba usando su padre para proporcionarle
tanto dolor, miró por sobre sus hombros y vio el objeto causante de su agonía.
El sentido de la audición
estaba bien desarrollado en los Jaffa, así que cuando Tel’C sintió gemidos y sollozos no dudo en buscar de donde
provenían, lo que lo llevó directamente a la oficina de O’Neill cuando sintió
que Daniel Jackson lloraba no titubeo en abrir de golpe la puerta pensando en
que el adolescente estaba en problemas.
Al ver la escena solo
atino a quedarse parado mirando atónito como O’Neill teñía de rojo el trasero
de su hijo, al verlo Jack dejo de castigar al niño, y Daniel se volvió para ver
que estaba pasando cuando se dio cuenta sus mejillas alcanzaron el tono rojo
intenso de su trasero y volvió su cabeza esta vez para esconderse sin evitar
gemir de impotencia.
- Nos disculpas Tel’C estoy terminando de castigar a mi hijo, puedes volver en 1 hora más por favor
Tel’C al que ya le habían
contado como Daniel intento pasar de polizón en un cargamento que iba a Abidos
solo pudo hacer un gesto afirmativo y salir de la oficina de O’Neill dejando la
puerta bien cerrada. Jack continúo dando de reglazos al trasero de su hijo
hasta que sintió que Daniel estaba arrepentido sinceramente de su acción.
Al sentir que su padre
había terminado con su castigo Daniel se paro rápidamente intentando cubrir su
desnudo y ahora rojo trasero, diablos tendría que permanecer parado el resto de
la tarde ni siquiera caminar porque hasta el roce del pantalón le dolía. Con
los ojos rojos Daniel miró a su padre, en el fondo sabía que había cometido una
estupidez y sabía también que su padre le daría una paliza solo que no calculo
que sería ahí mismo en la base ni que Tel’C lo viera, ¿podría haber algo más
humillante?.
- Lo siento – dijo Daniel por centésima vez – se que no debí ocultarme para ir a Abidos, se que te desobedecí y no lo voy a volver a hacer – Daniel suspiro evitando el sollozo. Jack miró a su pequeño y lo agarro en un abrazo
- Lo sé pequeño, se que estas arrepentido así como se que volverás a desobedecerme – dijo mientras acariciaba la cabeza de su hijo
- Lo dudo papá, realmente mi trasero me duele y mucho, además no sé si pueda volver a ver a la cara a Tel’C y al resto del equipo cuando él le cuente que me zurraste – y de pronto se puso a llorar pero de vergüenza, eso dolia más, e increíblemente por primera vez en su vida se sintió vulnerable y Jack al ver la cara de su hijo y casi leyendo el curso de sus pensamientos solo atino a abrazarlo y asegurarle que nada de eso sucedería
- Tel’C no dirá nada, Dani yo hablare con él no tienes que preocuparte por eso.
- Si, por lo que debo preocuparme es porque mi Padre que dijo que nunca rompía una promesa y me acaba de castigar en la base donde prometió no hacerlo – Daniel ya se había dado valor, al sentirse seguro en los brazos de Jack
- Eso pasó porque mi hijo que prometió que no me desobedecería – le dijo suavemente sin dejar de acariciarle la espalda – simplemente sufrió de amnesia temporal y además se puso ¡en peligro! – dijo un poco mas fuerte para que sepa que eso era lo que le molestaba – cosa que no voy a dejar de pasar ni aquí ni en cualquier lugar donde se encuentre, ni edad que tenga, te pones en peligro y tu trasero se vuelve a teñir de rojo – Daniel gimió esta vez de exasperación
- Papá realmente, mírame no tengo 6 años
- Daniel ni que tuvieras 40 años, pon en peligro tu vida y tu trasero paga – Dijo Jack imitando el tono de su hijo Daniel se dio valor y miró a su padre a los ojos
- Papá ¿entonces realmente no vas a dejar que vaya alguna vez a Abidos? – pregunto muy triste – para mi es muy importante sabes, no solo por la investigación, sino porque es una forma de terminar con el trabajo de mis padres – Jack miró los ojos de su hijo y vio que era sincero, amaba a ese niño más que nada en esta vida y solo dios sabía que haría cualquier cosa por él, pero esto era tan difícil
- Déjame pensarlo hijo – y solo esas palabras hizo que Daniel sonriera por primera vez ese día.
Pasada una hora Jack
estaba sentado delante de su escritorio, su hijo había sido castigado y ahora
estaba esperándolo para ir a casa, Janet amablemente le había prestado una
habitación donde dejarlo hasta que terminara su trabajo. Jack quería que este día se acabara así que
se puso a trabajar pero se vio interrumpido por Tel’C. El guerrero Jaffa era un
hombre de pocas palabras y muy directo ambas cualidades que Jack O’Neill
apreciaba.
- O’Neill lamento haber interrumpido, pero escuche a Daniel Jackson llorar y pensé que alguien le estaba haciendo daño – Jack sonrió
- Y tenías razón Tel’C pero no en ese sentido… de daño malo, además se lo merecía, no tienes nada que lamentar no fue tu culpa, solo te pido discreción en este caso – diciendo esto Jack volvió a su trabajo. Tel’C hizo un gesto afirmativo
- Por lo que se su hijo quería viajar a Abidos sin su permiso.
- Si, el no entiende un no como respuesta.
- O’Neill discúlpeme otra vez pero por lo que conozco a su hijo creo que es brillante y muy capaz, además de muy terco por lo que no dudaría en pensar que este desacuerdo entre ustedes seguirá existiendo – Jack miraba a Tel’C curioso
- ¿Me puedes explicar en que estas pensando? – pregunto de pronto curioso
- Se que la seguridad de Daniel Jackson es prioridad para usted O’Neill pero también lo es esta misión y Daniel Jackson es un valioso miembro de Stargate, por lo que creo que puedo ayudar para que ambos puedan superar este contratiempo – eso si capto la total atención de O´Neill
- ¿Si?... ¿y cómo podrías hacer eso Tel’C.? – pregunto mirándolo de frente, realmente interesado, cualquier cosa que sirva para manetener a Dany lejos de problemas era bienvenido
- Antes ambos tendrías que ceder en algunos puntos O’Neill, usted debe dejar que Daniel Jackson vaya a Abidos y él debe permitirme ser su guardaespaldas – Jack lo miro asombrado
- ¿Harías eso por Daniel? – pregunto
Después de estar exhausto
por dar tal castigo a su hijo Jack no pudo dejar de pensar que esto estaba
lejos de terminar, conociendo a su hijo esto solo era la punta del iceberg pero
no podía ceder ante la presión del niño, sin embargo no podía castigarlo de por
vida. Pensar en mandarlo a Abidos sin protección estaba fuera de discusión y él
no podía ir solo para encargarse de cuidar a su hijo tampoco podría dejar a Sam
con eso, sabía que Daniel quería a Sam y eso era mutuo. Por lo que necesitaba a
alguien al quien Daniel tuviera respeto.
- Tel’C respondió
- Por Daniel Jackson daría mi vida…
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