miércoles, 10 de agosto de 2016

Mis Gemelos: Cap. 237: Autora: Marambra

Mis Gemelos
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 10 de Agosto del 2016
Ææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ
Capítulo 237
Calillita de sal y llanto
Autora: Marambra



  • Bueno pue´j… a sus faenas – dijo papá apenas bajaron de la movilidad al llegar al viejo rancho, Yhanku y Lorenzo se miraron un segundo y se encaminaron en silencio al potrero y Jacinto quiso hacer lo mismo pero papá lo atajo por el codo – vos no Jacinto, tú te vas conmigo adentro, voy a ver si aun tenés fiebre – agrego el abuelo encaminándose al interior dando por zanjado el tema, pero aquello cayó como un balde de agua fría a Jacinto, pero no solo a él sino a sus hermanos
  • Pero tata no tengo nada – replico y un manotazo en el trasero fue la respuesta del viejo Arturo
  • PLAF… yo decido eso, ahora vuele a su cuarto y a la cama – ordeno


Y Jacinto realmente voló, pero antes se metió al baño en un intento sobre humano por calmarse, su corazón estaba latiendo a mil por hora peor que cuando su hermano Lorenzo le bajo los interiores en el hospital para golpearlo delante de la enfermera y sujetarlo como a aun crío que no quiere ser pinchado, pero por más que quiso no pudo calmarse, así que decidió por el agua por lo que termino metiéndose a la ducha para finalmente hacer lo que su abuelo le había ordenado, de mala gana se tumbo en el lecho en espera de que tarde o temprano se abra la puerta y su peor pesadilla se haga realidad, mientras sus hermanos se quedaron mirando hacia la ventana de Jacinto en espera de oír gritos o fuegos artificiales producto de la desobediencia, pero solo se oía algunas ruidos extraños en la despensa de la casa y la cocina.


  • ¿Tu creés que el tata cumpla lo que dijo en el hospital? – pregunto Lorenzo a su hermano haciendo una pausa para sentarse, estaba cansado pero había que terminar con aquel feo asunto de castrar a uno de los chanchos de la finca vecina que preferían acudir a ellos que al veterinario
  • No lo sé – respondió Yhanku sin dejar de hacer lo que tenía – quizás – musito abriendo el grifo del coral – vos sabés que papá cumple lo que promete – agrego Yhanku sintiendo un nudo en el estómago
  • Ya, pero Jacinto es su debilidad – murmuro Lorenzo – si no, hubiese dejado que en el hospital le pongan ese enema – agrego
  • Debilidad o no, si el papá ve lo conveniente así será, así que toca esperar en que acaba ese mamón – murmuro sabiendo que hasta que su padre o su hermano decidan la siguiente jugada, el no podía intervenir, Yhanku ya había madurado, no se exaltaba como años antes ante lo que consideraba una injusticia


Y siguieron en lo suyo en silencio, pero con la mente puesta en Jacinto, atentos a cualquier ruido procedente de la habitación del menor, ellos no querían tomar parte de aquel turbio asunto de darse el caso de que su abuelo realmente lleve a cabo su amenaza, por lo que agudizaron los oídos en busca de señales procedentes de la cocina o del baño, y ahí estaban, los sospechosos ruidos y algunos movimientos extraños de parte de Arturo procedentes de la cocina, porque aquella mala cosa se cocía en la cocina si sus memorias no fallaban, además al ver al abuelo entrar y salir varias veces a la despensa al sector que era netamente propiedad de la botica de su abuela, dejaron de hacer lo que estaban haciendo para intercambiar miradas…

¡MIERDA!... al parecer el abuelo no había amenazado en vano, en su mano tenía un montón de menjunjes que solo veían usar a la abuela para crear pócimas, ungüentos mágicos, baños sanatorios, brebajes vomitivos y un montón de cosas más, así que no dudaron de las intenciones de su padre.


  • ¿No irá a hacer lo que esta pensando verdá? – pregunto Yhanku irguiendo los hombros para pararse totalmente, aun cuando su voz reflejaba la duda y no la seguridad que emanaba su cuerpo, su juramento de permanecer al margen no pudo ser
  • Vos a tu negocio Yhanku, yo sabré lo que hago – respondió el abuelo entrando de nuevo con todos los ingredientes a la cocina y Lorenzo sintió un escalofrío recorrer su columna, pero no solo él sintió aquello, en realidad fue una respuesta visceral de los tres muchachos porque Illien acababa de oír y ver su abuelo muy decidido en sus acciones
  • Pero papá – reclamo Lorenzo
  • Mira muchacho, voy a preparar la medicina pa tu hermano, pero si querés también te puede tocar


Y Lorenzo negó como loco aquella extraña amenaza, él cómo sus dos hermanos tenía el recuerdo de la amarga experiencia a flor de piel pese a los muchos años de aquello y sabía de lo que su padre era capaz… y sin querer su mente viajo al pasado rememorando lo que minutos antes Jacinto hiciera y lo que Yhanku también empezó a revivir en su cerebro haciendo una mueca de disgusto… la experiencia en su haber no fue nada bonita.

El tata los había sonado con una varilla en el trasero por irse al rio y luego de esos se los había llevado al médico porque su hermano seguía enfermo, ellos no entendía de que iba la cosa pero les hicieron tomar unos horribles jarabes según todos para votar bichos, pero ellos nunca vieron nada en el baño, niños al fin y al cabo ellos querían ver gusanos grandes, como las lombrices que sacaban de la tierra para ir a pescar, con la idea de que si las lombrices de la tierra se entraban al cuerpo por el poto cuando se sentaban en la arena; como sea estuvieron un mes sin problemas, pero fue el mes más caliente de la época del año y al no contar con grifos dentro de la casa, el llevar agua para bañarse bajo la sombra de los árboles era un poco agotador porque tenían que llevar baldes y baldes de un lado a otro caminando varios metros desde la entrada de la casa, así que cuando podían ambos furtivamente se iban al rio a escondidas no solo del abuelo sino del más pequeño, obviamente el abuelo sabia de aquellas andadas pero no decía mucho por no decir nada, sabía que no podía atajar a los muchachos si querían ir a jugar al agua sobre todo en semejante calor, menos mal aquel feo asunto pronto acabaría, Rubén había insistido en hacer poner toda la conexión de agua potable dentro de la casa y no solo eso, sino que les había hecho construir la cocina de pies a cabeza y dos buenos baño uno afuera para usar cuando vuelvan del corral y otro interior para no tener que salir de noche o en el invierno y no había aceptado un NO por respuesta porque puso de pretexto la salud del pequeño Jacinto y el riesgo que tenían los otros dos niños.

Y mientras eso sucedía no quedaba más que lidiar con el calor como mejor se podía que en el caso de los chicos fue yendo al río a escondidas,  obviamente más de una vez papá los pesco volviendo de nadar y aparte de un golpecito en la cabeza o en el trasero por llegar tarde la única recomendación después de la habitual de no cruzar la banda fue que lleven agua para beber y que por nada vayan con el más pequeño, pero al mes de todo aquello todos ellos se vieron envueltos en una gran llorera a causa de Jacinto… era el cumpleaños del menor de los rumanitos, eso recordaban muy bien los tres porque fue el peor cumpleaños de todos hasta que llego Clara con la torta y Rubén con algunos regalos; Arturo había tenido un horrible día de trabajo y acababa de llegar además del hospital de ir a recoger los análisis de Jacinto y de paso de los otros dos de control y el médico le había reñido a él diciéndole que no estaba cumpliendo con las recomendaciones porque los análisis seguían reportando bichos y que tenía que traer a Jacinto para inyectar hierro debido a la anemia que no se había resuelto pese a los jarabes y volver a dosificar un nuevo medicamento pero a raíz de su peso y talla. Por aquel tiempo la bisabuela había llegado del Pailon y como todos en la familia se entero de las desgracias que sucedieron con el más pequeño de sus nietos y vieja anticuada y desconfiada echaba la culpa de los males del peque a los médicos que no supieron curar bien a su pajarito y no dudo en hacérselo saber a su hijo apenas lo vio llegar con cara de enfado.


  • ¿Y? de que renegás viejo amargaole dijo a su propio hijo te dije que los medicuchos esos son pá nada, lo que a tus hirpas les falta es un buen brebaje de leche con pepitas de zapallo machacado y no estaría de más una calillita, pero vos no me hacés caso por porfiau comento la anciana enfriando el chocolate que hiciera temprano pa que este listo cuando las guaguas vuelvan ¿acaso no los ves?, si están plagosos los tres… todo el día se están pellizcando la nariz y rascando el ojete, y encima están petacudingos (panzoncitos)decía sin dejar de menear el jometoto (pala de madera para mezclar) y esos remedios modernos… gastadera de plata no má a la huevada, si querés vos me hago cargo y ya estase ofreció ella muy entendida en la materia que aquí con doña Manuela nos ponemos en marcha dijo señalando a la tatarabuela materna de los niños que vino de visita hace dos meses y algo más, y como Pascuala curo el supuesto mocheo
  • Ya mamá, no hable así del Dr. Lozano respondió Arturo, obviamente a la única que no mandaba callar era a su propia madre y entro a la casa a ver si los chicos estaban ahí porque la casa estaba demasiado silenciosa considerando que tenia tres mocosos a su cargo ¿vio a los peladingos mamá?pregunto secándose la cara con una toalla, había entrado a la ducha realmente feliz con la insistencia de Rubén de dejarle a él hacerse cargo esta vez de la casa, con la economía tan apretada que tenia no podía darse esos lujos, pero su hijo de corazón era un hombre desprendido y muy agradecido con el mínimo cariño
  • Dijeron que iban a pintar la verja – respondió la abuela confiada vertiendo el aun humeante chocolate en una olla de barro sumergida en agua fría para acelerar el proceso, mientras la otra anciana preparaba buñuelos
  • ¿Y la Narda? – pregunto por su propia hija
  • Se fue  entregar unas camisas a la costurera – aviso


Y Arturo se fue a la verja a echar un vistazo, pero allá no había nadie, Yhanku había dejado la pintura abierta y las brochas tiradas por todas partes como si fueran jugutes, pero no era lo único que estaba desparramado en el suelo, sino que las viejas chanclas de los niños y las poleras  lo que significaba que los mocosos se habían ido a la banda del río pero no solo los mayores sino que Jacinto también pese a la recomendación, ¿el motivo?, sus hermanos habían decidido que una incursión al río por esa única vez como regalo, pues estaba justificado porque era el cumpleaños del mas chiquitito.


  • ¡JACINTO! – grito enojado al ver al pequeño de rodillas cogiendo agua de la acequia para beberla a grandes sorbos en su sombrero, casi se condena, él haciendo de todo para curarlo y el otro mocoso bebiendo agua y ni siquiera cruda, sino ¡del rio!
  • Taaata – y el sombrerito de paja voló a gran distancia del susto vivido, y no solo él sino los otros dos también que dejaron de jugar para salir casi volando del lecho del río; Arturo estuvo tentado de darle a Yhanku y Lorenzo una paliza con su simbadito, pero la cara de susto de los muchachos lo aplaco, y pensó en otra forma de castigo, en algo que recuerden toda su vida… y si, este sería ese tipo de recuerdo perdurable
  • Tatita – musito Yhanku con el estomago hecho gelatina por el miedo anticipado, se había olvidado por completo de la hora, se había prometido terminar de pintar la verja ese día pero el calor había sido tan insoportable que no se negó a que Lorenzo y Jacinto le pidan ir al río “Un ratito nada más”
  • A la casa, ¡volando! – había ordenado enojado


Y a diferencia de las otras veces que papá esperaba que salgan para llevarlos a palmetazos por delante, Arturo se adelanto a la casa sin mirar atrás y los chicos se apuraron en el trote porque Arturo caminaba demasiado rápido llevando gran ventaja sobre ellos, es que tenía algo en mente y la puso en marcha apenas volvió al rancho dirigiendo sus pasos hasta dar con mamá Pascuala pidiéndole que le prepare el brebaje aquel, pero Pascuala le dijo que eso sería para mañana que el menjunje ese debía posar toda la noche con el sereno sino no funcionaba, pero solicita se ofreció a darle el otro remedio, que ella ya había maquinado poner uno de sus mágicos remedios caseros al pobre de Jacinto, creyendo que los otros dos no iban a dejarse colocar nada con ella, ya eran grandecitos, y aquella noticia le cayó como anillo al dedo a papá y le pidió que le prepare tres, iba a curar a los tres mocosos de una sola vez.
Y claro Pascuala y Manuela no se hicieron esperar, ellas ya había preparado hace mucho la pasta base, mezclando cera de abejas señorita que de paso le hicieron traer hace dos días a Yhanku para mezclarla con sal y aceite de motacu, total era niños y era más suave que su receta original de cebo de vaca curtida con sal muera o de jabón con sal y lo único que tenía que hacer era darle forma de pequeños supositorios y esperar que hagan su magia y las dos se concentraron en eso preparando los tres pequeños diablos, como lo bautizo Jacinto, cuando ya no más lo oyeron llorar a gritos pese a su cumpleaños, papá lo estaba castigando.


  • Nooo tatiita nooo por favooor por favooor – lloraba Jacianto siendo arrastrado hacia su destino
  • No lo hagas tataa, no lo hagas – rogaron los otros dos a coro con el menor caminando como el cangrejo un paso adelante y dos atrás del miedo – es su cumpleaaaños – lloro Yhaku
  • Pues eso deberían haber pensao antes, no llevarlo al río a tomar agua cruda pá que se llene de bichos como ustedes dos – riño papá – pero eso vamos a curar ahora – anuncio y ambos pensaron que se trataba de la paliza, bueno era eso y algo más – y ustedes dos – los apunto – a quitarse el calzón – y los muchachos no dudaron en obedecerlo y espera ahí en traje de Adan


Tras aquello, Arturo se había sentado en la cama del niño y le había sacado toda la ropa de la cintura para abajo y lo había puesto en su regazo, mientras sus dos hermanos en iguales condiciones se quedaron parados en medio de la alcoba asustados de aquella orden, porque papá nunca los castigaba en conjunto, pero Arturo ajeno al estrés de sus pequeños, se concentro en el más joven de sus nietos, a quien coloco sobre su regazo asegurándose en que el culito quede bien suspendido sujetando las pequeñas manos de Jacinto en la espalda sin mayor esfuerzo y empezó a sonarlo a consciencia cumpleaños o no del pobrecito.


  • ¿Y? – dijo enojado – ¿quién le dio permiso a usté pá ir al río ja? – pregunto y ya no más sin esperar respuesta alguna, empezó a repetir una lluvia de palmetazos sobre el pequeño trasero – plaf plaf plaf PLAAFF PLAF PLAF plaf plaf PLAF plaf plaf plaf PPLAAFFplaf plaf plaf plaf plaf plaf PPLAA
  • BUAAAA, AAHHGGG TATIIIITA, TATIIITA – lloraba sintiendo su pequeño culito quemarse cada vez más con cada palmetazo de su padre, ardiendo todo, seguro se ampollaba como cuando se quemo la mano con agua caliente, pensaba el pobrecito en un intento por soltarse – dueelee dueele tatiiiita dueeele – empezó a quejarse cada vez mas agónico
  • plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf PPLAAplaf plaf plaf – pero papá siguió impávido, lloviendo dolor sobre el pequeño traserito – PLAAFF plaf plaf plaf PLAAF plaf plaf plaf plaf POR ESO NO HAY QUE IR AL RÍO A BEBER AGUA SUCIA – declaro sin dejar de azotarlo
  • Buaaa BUAAA PAAAPIIITO PAPIIITO NO GAGOOO MAAS NO GAAGO MAAS BUAAA – gritaba confundiendo las palabras en su desespero


Pero eso ya lo sabía el viejo Arturo que siguió repartiendo palmada tras palmada dejando el culito de Jacinto de un uniforme color rojo que ardía y latía como una picadura de peto hasta que de cansancio dejo de patalear, llorando a lágrima viva formando un charquito salino de mocos en el piso de ladrillo; Yhanku y Lorenzo se quedaron sintiendo un nudo apretado en la panza al saber que no de ellos sería el siguiente en la lista y las rodillas del abuelo y sabían que papá no iba a volver a castigar a Jacinto, no era de golpear dos veces, lo que no entendían era porque no lo soltaba todavía.


  • ¡Mamá! – llamo Arturo a la abuela entro al cuarto llevando un platillito y un vasito de aceite sospechosos y ¿una toalla mojada?, ¿qué diablos era eso? se preguntaron los chicos sin decir una sola palabra no porque no quisieran, sino porque sospechaban que aquello no sería una bonita experiencia
  • No pongás mucho aceite – fue la única recomendación de la anciana antes de salir del dormitorio, lo que iba a suceder de ahí en adelante era cosa de Arturo y de los niños dejando aquella fea tarea al abuelo, que reajusto la postura del pequeño atajándolo por la cintura con el brazo y atrapando ambas piernas debajo de la suya, tras aquello se limpio bien las manos en la toalla y volvió su atención a Jacinto, para eso sin cambiar mucho de postura, libero solo una pierna del muchacho de tal manera que Jacinto quedo palcado sobre la rodilla de su abuelo facilitando el trabajo de papá, obviamente Jacinto al sentir a su padre exponerlo se tenso de inmediato y quiso liberarse pero sin éxito gritando
  • Nooo tatita, nooo por favooor por favooor – que entendía  lo que iba a pasar, papá iba a ponerle un supositorio, vamos ¿quién de niño no había recibido uno?, si parecía ser la receta favorita de los pediatras y al girar la cabeza sus sospechas estaban confirmadas, papá acababa de alzar un extraño supositorio, algo más largo y no con la forma de bala que suelen tener, además que era de un color raro era medio rojizo, pero no solo él acababa de darse cuenta de aquello, sino sus hermanos también – NOOO PAAAPI… NOOOO BUAAAA – y apretó el potito como si fuera una tabla, como si en vez de un supositorio iba a morderle una víbora
  • ¡QUIETO! PLAAFsu tata acababa de regalarle un palmetazo sonoro sobre la nalga con aquella inconfundible orden de estar quieto y claro, Jacinto con el ardor reanimado en el trasero se quedo quieto, sintiendo en contra de su voluntad aquella cosita perderse en su interior pero con una característica especial que nunca sintió con un supositorio convencional, empezó a arder desesperadamente y picar el potito que irremediablemente Jacinto empezó a llorar y gritar tratando de pujar sin lograrlo porque papá como en todas las veces que le puso un supositorio pellizco las nalguitas
  • Buaaaa buaaa aaarde, taaata aarde muuucho agga aggjaa – se quejaba respirando entrecortadamente, con la cara llena de mocos y moviéndose como podía abriendo y cerrando las piernas o tratando de empujar caderas arriba o abajo pero sin poder soltarse de la mano de su padre
  • Por eso hay que ser obediente  – dijo papá – cuando se te dice que NO se toma agua del río, hay que hacer caso porque te sino te llenas de bichos y ahora hay que sacar esos bichos – dijo papá dando a entender para que era eso


Y con eso Jacinto se quedo llorando calladito sobre la rodilla de papá sin quejarse más y permaneció ahí por 5 largos minutitos soltándolo luego cuando le dio ganas de entrar al baño a donde lo llevo la bisabuela con un apuro de correcaminos; mientras papá se hizo cargo de Lorenzo viviendo la misma horrible experiencia de Jacinto… una lloradera lastimosa más que por la paliza por la calillita, y finalmente toco porción a Yhanku, que pese a querer permanecer estoico no pudo, su abuelo acababa de ponerle no un supositorio sino una bomba atómica que había sido mucho más efectiva que los jarabes del Dr. Lozano, bueno desde el punto de vista de los tres niños porque si, los tres habían visto el resultado… los gusanitos moviéndose en el retrere quedándose impresionados con aquello de tal forma que no volvieron a beber agua cruda ni aunque la sed los matara…


  • Jacinto abre la puerta – acababa de ordenar Arturo llevando el remedio en la mano
  • NOOO – chillo Jacinto saltando por la ventana queriendo correr, siendo atrapado por su abuelo – NOOO TATA, NOOO
  • ¡TATA! NO SE PAAASE – grito Yhanku apareciendo por detrás junto con Lorenzo, creyendo ambos que su abuelo se había vuelto loco – no vamos a permitir que usté le haga algo a Jacinto – replico y el abuelo lo fulmino con la mirada
  • Mira Yhanku – dijo papá – pa empezar no me grités, que no soy sordo y segundo ni sabés de que se trata esto – y jalo el brazo para que Yhanku lo suelte y Lorenzo se atajo a su hermano colocándose en su delante
  • Pero tata usté quiere… – empezó a protestar
  • Quiero darle este mate pá que afloje la tripa y mostro el vaso de color verde que llevaba en la mano y Jacinto metió aire por fin a los pulmones
  • Es que nosotros creímos…
  • ¡Ay! Mierda… que carajos son ustedes – movió su cabeza el abuelo – ¿de verdá creen que yo le estaría hurgando el poto a mi hijo? – pregunto ofendido el hombre, machista como era aquello era sacrilegio – ni que fuera un crio, ya es grande pue´j, vergüenza me estaría dando – y le dio un golpe nada amable en la nuca de Yhanku como diciendo como dudas de mi
  • Pero es que como todavía lo sabés sonar al aire – murmuro Lorenzo incomodando a Jacinto
  • Eso es porque aun anda tiluchi – contesto el abuelo – y no es lo mismo que hurgar el culo que sonar el culo… ¡faltaba más! ¿como voy a hacer eso? – replico para rubor de Jacinto – joder si lo he salvado de que le pongan un enema – y los chicos se callaron, papá tenía razón – y usté que está esperando – le reclamo a Jacinto – ¿invitación? O que le de una tunda por estar haciendo huevadas
  • Pero yo no hice nada tata – replico Jacinto sorprendido si él estaba portándose una seda y un tremendo jalon le llego de la nada – AUUU
  • Como que nada, hay que entrar al baño no aguantarse de cagar, ahura apurese – le riño – o quiere de verdá que le ponga una calilla, usté bien sabe que aun puedo – amenazo 


Y Jacinto negó moviendo la cabeza llevándose el horrible brebaje a la boca, preferible eso que la bala del diablo y sus hermanos lo sabían. Jeje





PD: ACLARACIÓN

La calilla es un remedio casero muy difundido en el área occidental de mi país sobre todo en la antigüedad aunque no dudo de que todavía se usa dentro de la medicina tradicional, la verdadera calilla que se que alguna vez usaron mis antepasados desgracidamente en mis primos se que se hacía con sal y cebo de buey y servía justamente para eliminar parásitos (los oxiuros) muy difundidos en los niños pequeños, este tema salió a colación o mencionado en los primeros capítulos de esta seria, es más en el capítulo de Chau piojos, es donde quería que entrase el tema, pero no lo pude abordar porque no engranaba con la edad de los gemelos precisamente.
Y aquí bueno hice una modificación en la receta, no existe la calilla de cera de abeja, es solo invención mía, ahora no lo se, quizás alguien se anime a hacerlo jajajja
Espero hayan disfrutado de este capitulo.

Marambra

8 comentarios:

  1. Jajajajaja me divertí mucho, que mal pensados Lorenzo y Yhanku que ya se habían armado un mundo entre los recuerdos y el miedo. Menos mal que Jacinto salió "ileso " espero que el te funcione y ya lo dejen en paz.
    Me encantó ver una partesita de la vida de estos tres a tan tierna edad, me encantan los capis que se tratan de ellos y más aún cuando nos regalas un pedacito de historia.

    ResponderEliminar
  2. me encanto ver a los rumanitos de pequeños *w*

    ResponderEliminar
  3. OHHH Marambra...


    me tuviste en ascuas, entre por si acaso y aqui estas, que divertido capitulo, todo el tiempo estuve como Jacinto y sus hermanos, creí hasta el último momento que repetiria la historia, jajajajja fue una buena broma.

    Fuera de eso, es lindo ver que estos hermanos cuidan al menor, oye, pero nos has hecho creer que Lorenzo castigo a Jacinto, así que cuando puedas cuéntanos eso por favor.

    Paula

    ResponderEliminar
  4. Aaa los rumanitos me encantaron, amo a estos chicos :3 y saber de su infancia fue lindo au que no tanta la circunstancia de lo que les paso. menos mal solo fue y sera un recuerdo jeje me diverti con tu niños aunque me los asustaste, me hubiera encantado ver sus caras jijiji

    ResponderEliminar
  5. Bueno parece que Ilien se salvo..por ahora jajajaja
    Excelente amiga
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Me tuviste muy nerviosa todo el capitulo, creí que realmente le pasaría algo a Illien y cada que leía lo que era eso de la calilla dije, NOOOOOO eso es terrible.

    Pero como siempre nos sorprendes y esta vez no fue la excepción, el tata se porto 100 puntos jajajja

    Lara

    ResponderEliminar
  7. Me encanta q Jacinto sea tan querido por Arturo, y que se note en cómo lo defiende de hasta sus hermanos jeje

    ResponderEliminar
  8. Jajaja ah que cosas contigo Marambra!!!...
    Estos capítulos estuvieron mega divertidos!!!....
    Ya me hacía falta sonreír!!...

    ResponderEliminar