domingo, 5 de junio de 2016

Mis Gemelos: Cap. 227; Autora Marambra

Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 06 de Junio del 2016
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Capítulo 227
Monstaña Rusa
Autora: Marambra

  • Ya… ya… ya paso hijo ya termino – papá abrazo a su hijo tras aquella paliza que acababa de darle – por eso no hay que no hay que ser caprichoso ni testarudo – consolaba y como siempre en él, iba reflexionando a su pequeño
  • Es que nifffss nifsss es que tu nop nop no lo entieeendes … nadie me entieeendes…

Iván rompió el contacto con su padre y abrazo su almohada con todo su corazón, llorando su alma en ese acto, creyendo sinceramente que papá se marcharía y lo dejaría solo, pero no, papá no se marcho y tampoco lo haría, papá se tumbo a su lado y metió el brazo por debajo de la cabeza de su hijo y lo acerco a su cuerpo y lo arrullo ahí en medio de besos y caricias, con palabras suaves y mimitos.
Iván necesitaba sentirse amado y papá parecía tener la formula…
…..Llegar al hospital fue un evento surrealista para Iván, que después de aquellos rebencazos que su madre le diera en las pantorrillas, todo se hizo nebulosa a su alrededor y se pego a la ventana de la movilidad doliéndole el cuello de la tensión y de la obligada posición por evitar el contacto visual con mamá, avergonzado de sus actos, recordando las quejas de dolor de su hermano y los vómitos que lo acudieron en la ambulancia, pero con mayor ahínco en el cubículo de emergencia donde lo encontraron junto a papá, cosa que alarmo más a Lex y a él también.
Algo malo, muy malo debió hacerle a su par para que los paramédicos apuraren su traslado al área de neurología, pensaba sin atreverse a preguntarle nada a sus padres sobre todo después de la mirada que le diera papá entre decepcionado y enfadado, quedándose ahí sin otra cosa que hacer que mirar el suelo sin pensar su soledad; Iván se sentía solo y dolido por muchas razones, pero sobretodo porque no podía creer que su gemelo de pronto lo cambie por un bebé y reclame por un supuesto hermano que no conocían y que llegaba en un muy mal momento a su vidas, sobre todo a la de él, hundiéndolo un poquito más en ese pantano imaginado y creado por sus miedos e inseguridades, donde una se destacaba sobre las otras con mayor peso sobre sus hombros, la inseguridad de no saber que iba a ser de su futuro, a quien diablos le pertenecía, la inseguridad de no saber quien realmente lo quería sin condiciones y sin lamentos, pensando en la fragilidad de su vida.
Hasta ese momento creyó sinceramente que a su gemelo lo unía algo más que le genética compartida… el amor fraterno, siempre creyó que eran algo más que dos mitades perfectas, dos seres divididos e individuales, dos entes pensantes y sintientes como solía decir su abuelo; en cambio creyó más bien que se trataban de un entero, que su amor de hermanos los unía tan fuertemente el uno con el otro que dejaban de ser Alexander e Iván para ser un todo, el núcleo primitivo del cual derivaban, una fuerza increíble, un muro de contención contra las adversidades de la vida y de la muerte, un escudo blindado incluso contra el ataque de una bomba atómica y todo eso porque dio por hecho que el amor que se sentían entre ellos era a prueba de balas.
Sin embargo ahora estaba ahí, con el corazón destrozado no solo por lo que le había pasado a lo largo de esa jornada, sino por lo que un momento de rabia le hizo a su par, y se miraba las manos atormentado, ¿cómo pudo hacerle eso a su gemelo?, ¿dónde se había visto semejante cosa?, ¿tan egoísta era?, ¿tan infantil?; ese y mil pensamientos circundaron su mente, quedándose paralizado y ausente de la bulla del hospital, hasta que una queja lo saco de sus ensoñaciones, Alexander estaba siendo conducido a la sala de tomografías para evaluar una posible hemorragia interna fruto del golpe en la frente; y por una fracción de segundos sus ojos se encontraron frente a frente, se analizaron mutuamente sin decirse una sola palabra, sintiéndose ambos desamparados uno del otro, tristemente… más ajenos que nunca.
Rubén observo a Iván desde una esquina antes de llamarlo, y suspiro entre la frustración, el enojo y la pena; inicialmente estaba muy enojado con Iván, con la intensión de darle una señora paliza en cuando lleguen a casa, pensando en que ¿cómo era posible, que haga semejante barbaridad?... tirar de los pies de su hermano logrando que se zafe de la rama y se venga abajo de una altura de casi dos metros y algo más?, y si Alexander no hubiera logrado poner las manos a tiempo?, y si Alexander caía de nuca sobre esa piedra a la que de todos modos se tiro de frente abriéndose semejante boca al ras de la raíz del pelo?; no, no podía ser posible y tampoco iba a tolerarlo.
Sin embargo verlo ahí casi invisible en un mar de gente que iba y venía, todo abatido, le dio pena, su hijo estaba solo sentadito en un solitario sillón haciendo hora en un alejado pasillo de donde estaban ellos; interesantemente ambos, padre e hijo recordaron una similar escena un mes exactamente de su llegada, cuando Lex le metió semejante patada ocasionándole una torsión testicular que termino en el quirófano, solo que Iván recordó a papá estando con él en todo momento como seguro ahora estaba con Alexander al otro lado del pasillo, en uno de esos cubículos donde te hacen de todo antes de enviarte a la sala de internación, seguramente papá estaba confortando a su hermano, abrazando fuertemente para que no tenga miedo de lo que vaya a suceder, como lo hizo con él y recordó como papá apresando sus manos para que no se interponga en el camino del médico cuando anestesiaron el testículo para girarlo, que traumática había sido la experiencia y sin embargo se sintió seguro, reconfortado y amado en el abrazo de su padre, aun cuando aquello doliera un infierno.
Y Rubén recordó a un compungido Alexander con las piolas de los calzados desatadas y el pelo revuelto mirando el suelo, cargando una pelota sucia y una mochila hecha trapo, casi en las mismas condiciones que ahora estaba Iván, con los problemas hasta el cuello y el peso del mundo aplastándolo, sentado en un rincón similar en el área de quirófano en compañía de Miguel, que en parte ayudo en el estado emocional de Lex, ahora sin embargo, Iván estaba completamente solo haciéndose un mundo en la cabeza, imaginando que seguramente apenas lleguen a casa su padre le daría la consabida paliza que le había prometido apenas puso un pie en el hospital.
Y es que papá había llegado al centro médico incluso mucho antes que la ambulancia, Miguel se había comunicado con él a la salida de la reunión de la CAINCO en Santa Cruz, por lo que llego a tiempo y pudo ingresar al cubículo de emergencias con su hijo para que lo evalúen, viendo de primera persona todo lo que hicieron con Lex, él había firmado los consentimientos para que lo lleven a rayos X y a resonancia magnética para descartar tempranamente alguna hemorragia cerebral producto del golpe sobre todo por la espantosa monstruosidad que se hizo la cara de Lex a medida que el tiempo fue avanzando, estaba con los ojos como mapache casi cerrados, por tener los párpados hinchados producto del golpe y del llanto que no ayudo en nada, creyendo sinceramente que quizás incluso se rompió los huesos de la nariz, menos mal no fue el caso, porque si no, esta vez tendrían que meter a Lex al quirófano ya que tenía una previa fractura a raíz de un derechazo que le dio Iván en el cumpleaños de su abuela.

  • Ha, Rubén estas aquí – dijo Clara al encontrarlo en el pasillo – ya han terminado con Lex, el médico nos está llamando – comunico girándose sobre sus talones, con la mirada cargada de enojo dirigida a Iván; Clara estaba muy enfadada con su hijo, acababa de enterarse de lo que realmente hizo Iván en el portón y estaba con ganas de darle un buen jalón de orejas, pero se contuvo porque Rubén así se lo pidió, papá intuía que algo más paso, después de todo Alexander no era una taza de leche – Rubén, ¿me estás oyendo? – inquirió Claras e Iván levanto la vista tímidamente pero significativamente asustado, al darse cuenta que su padre lo observaba, diablos, seguramente Lex acababa de salir de resonancia y el corazón empezó a latirle con fuerza
  • Si, si mujer... ya voy – contesto, sin dejar de mirar a su hijo que se quedo quieto, pensando que su padre iría tras de mamá – Iván – dijo papá muy serio y el alma del muchacho se estrujo por dentro – muévete – dijo nada más e Iván haciendo tripas corazón empezó a caminar a su encuentro, rogando a Dios para que papá camine por delante, pero al parecer no iba a ser el caso, Rubén se quedo parado ahí para asegurarse de que el muchacho lo siga y cuando estuvo en una prudencial distancia papá estiro el brazo asustando a Iván sobre manera, que creyó sinceramente le soltaría una bofetada, pero no, papá solo quería abrazarlo – calma – le dijo, cuando el crío retrocedió sobre sus pasos, entendiendo que su mocoso estaba tremendamente asustado después de lo que paso, y se lo notaba estresado y agotado, había sido un duro día para él, bueno en realidad para todos
  • Paaapi – musito apretando su cara al pecho de papá, deleitándose en el olor de su colonia y jaboncillo tan típico de él y se puso a llorar de nuevo
  • Ya hijo, no llores ¿bueno? – cogió mentón y busco sus ojos con afán – todo saldrá bien – le aseguro –  ahora vamos con tu madre – insto, empujando al muchacho suavemente para que camine – iremos a ver al doctor y a Lex, después a cenar  tranquilamente – informo – lo único que te pido, es que por favor, dejes de lado la mala actitud que has venido arrastrando hacia tu madre, nada más – le advirtió cogiendo la cara de su hijo entre sus manos antes de entrar a la habitación de Lex, y lo dijo con mucha seriedad, es que desde que pisaran el hospital Iván estuvo hosco y enojado con su madre, alejándose de ella, dejándola con la palabra en la boca, haciéndose el sordo… en fin, haciendo uso de todo el arsenal de malas cosas que tienen los adolescentes enojados –  no quiero malas caras, ni peleas ni gritos, ni nada por el estilo, estoy muy cansado – le advirtió – ni siquiera he almorzado decentemente y tuve que abandonar la sala de reuniones a causa de la llamada de Miguel, así que lo último que quiero es tener es pelear contigo – dijo clavando sus ojos fijamente a los de su hijo – ¿entendido Iván? – espero que el muchacho responda, pero Iván no tenia voz, así que solo atino a hacer un asentamiento con la cabeza, lo que por esta vez le basto a su padre – bueno entonces no se hable más…entremos – dijo

Desgraciadamente todo quedo en intenciones y no es porque Iván no tenga la voluntad, sino que el estado de ánimo de todos no ayudo en nada, mamá estaba estresada y muy enojada con Iván después de que oyera a Lex el relato que le hacía al interno mientras redactaban su historia clínica y cuando vio a Iván ingresar a la sala de Lex, con los ojos rojos, su enojo pudo más que su madures,  floreciendo de golpe en el corazón de Iván, todo el coraje adolescencia superando a su propósito de portarse bien.

  • Bueno, a ver repacemos – dijo el interno a Lex tomando nota, para eso Iván ya había ingresado con su padre quien volvió a salir para firmar unos papeles del seguro, dejando a ambos muchachos con Clara en la alcoba – aquí dice que tuviste una caída de dos metros y que te resbalaste, y golpeaste la muñeca, verdad? – pregunto
  • No – negó Lex tratando de sentarse sin poder hacerlo, le dolía todo –  no me resbale, estaba balanceándome en el árbol y mi hermano me jalo los pies e iba a caer de nuca, pero me gire y puse mis manos, solo que creo que las puse mal, porque se doblo y empezó a dolerme, golpeándome la frente de todos modos – se toco la frente vendada, si eso abochorno a Iván, pronto iba a descubrir que no era nada en comparación a lo que vendría después
  • ¿Es eso cierto? – pregunto Clara enojada jalando del brazo a Iván, toda desubicada, acaso no se daba cuenta que no era el sitio ni el momento apropiado para reclamar?, pero bueno, es que ella estuvo todo el día en espera de saber que carajos sucedió – Iván te estoy preguntado – zarandeo a Iván y Lex intervino
  • MAMÁAA, DÉJALO – levanto un poco la voz
  • No necesito que me defiendas, ESTUPIDO, metete en tus asuntos – murmuro soltándose de su madre, pero antes de que pueda salir Clara hizo lo impensable
  • Y nadie te va a defender después de esto, ESPERA NO MÁS pero… espera no más – esa era una seria amenaza, mamá estaba tan enojada que no le importo que este el interno o que entre la enfermera, quería que Iván supiera que de esa no se libraba – apenas lleguemos a la casa – y elevo la mano haciendo aquel inconfundible gesto universal que todos sobreentendían con un azote –  LA PALIZA QUE TE VOY A DAR – anuncio Clara sin pensarlo dos veces abochornando a Iván que inmediatamente se puso rojo como una remolacha y abandono la instancia tirando la puerta tras de sí y corriendo lejos de todos, estaba harto
  • Te has pasado mamá – le reclamo Lex a su madre – ni siquiera sabes lo que paso realmente y lo avergüenzas de esa manera – dijo y Clara se quedo callada pensando en las palabras de Lex, ruborizándose al sentir la mirada del interno clavada a su cara – estoy enojado contigo – le dijo Lex frunciendo el ceño – porque ahora con esto Iván no querrá volver a verme – declaro triste

Y no se equivocaba, Iván no quiso volver a la habitación de su hermano y mucho menos despedirse cuando su padre que lo fue a buscar; Rubén por su parte, sabiendo ya lo que había sucedido y aun cuando procuro que Iván se calme, no pudo lograrlo, su madre acababa de declararle la guerra, y él iba izar su propia bandera en esta lucha y avanzar contra el enemigo y la primera pelea se presento justo en el restaurante a donde fueron a cenar; Rubén no quería llegar a casa con ambos en ese estado, además que le había prometido a Lex traerle pizza con permiso del médico, pero el ambiente su puso tan tenso entre Iván y su madre que era obvio que se estaban buscando las cosquillas y la gente a su alrededor empezó a girar la cabeza para ver a los protagonistas, abochornando a Rubén hasta la raíz del pelo.

  • Deja de murmurar y come de una vez, así como tienes habilidad para lastimar a tu hermano, así debes tener habilidad para comer las verduras – ahí iba Clara riñendo al pobre Iván que se negaba en redondo comer la ensalada de coles
  • Clara por favor, quiero cenar tranquilo – Rubén dejo sus cubiertos a un lado mirando fijamente a su mujer, estaba más que claro para él que su mujer estaba buscando tres pies al gato – y tu también, basta ¿he?, basta Iván – dijo al verlo murmurar improperios dentro de su boca, sin llegar a ser audible lo que decía en su enojo
  • Yo solo quiero que coma las verduras – dijo mamá como quien no quiere pelear
  • Y a mí no me da la gana de comer bruja, si tanto quieres verduras llévalas a tu plato – chirrió los dientes Iván empujando su ensalada al plato de su madre, derramando el vino en toda la mesa y la gaseosa en los pantalones de papá

Esa fue la gota que colmo el vaso para Rubén, quien sin decir una sola palabra sujeto a Iván de la patilla y para vergüenza del pobre lo llevo a rastras al baño del restaurante, pero el gerente que lo conocía simplemente abrió una puerta de su despacho y Rubén metió ahí al pobre muchacho, dejando a la imaginación de los comensales, meseros y demás, lo que estaba ocurriendo dentro, es que antes de cerrar la puerta no paso desapercibida la amenaza de papá.

  • Fuera pantalones Iván – y apenas papá cerró la puerta tras suyo, soltó a Iván y se quito en cinturón para pánico del muchacho dando aquella horrible orden
  • No paaapi, noooo por favor – empezó a mendigar pero Rubén no quería oír nada más sobre el tema – no quise decir eso, papito, por favorcito, no me pegues – empezó a retroceder y agacharse cuando vio a su padre alzar el cinto para sonarlo, pero algo en ese gesto y en esas palabras contuvieron a Rubén y en vez de hacer lo que pretendía, le planto tres palmetazos en el trasero como a un crio al que le llamas la atención con mucho ruido después de girarlo y volcarlo en su cadera
  • PPLAFF, PLLAFF PLAAF – sonaron aquellas tres, palmetadas picando la piel por debajo haciendo que Iván se quede con el grito en los labios, y el susto en la mirada
  • YAA paaapi – fue lo único que Iván dijo en todo el proceso, con el corazón acelerado saliéndose de la boca, quedándose parado ahí en medio de esa habitación sintiendo que la cabeza le giraba y giraba de todas las emociones vividas en este puto día, sin hacer más amago de moverse ni su padre de hablar, pero al final fue Rubén quien rompió el hielo, que silencio ahí no había, no con todos los mocos siendo absorbidos en la boca y nariz de Iván
  • NI ME LLORES CARAJITO – sentencio su padre cogiendo su mentón limpiándole la nariz con su pañuelo, para papá estaba más que claro que su hijo, estaba cansado, caluroso, avergonzado, frustrado, enojado y sintiéndose una mierda – sabes muy bien que debería darte con el cinto por faltarle el respeto a tu madre – dijo – ahora camina – lo empujo a la puerta – que quiero oír una sincera disculpa de tu parte

Y sin darle tiempo a recomponerse, limpiarse o calmarse lo agarro del brazo y lo saco de allá llevándolo por delante, con el cinturón en la mano, y no es que Rubén lo haga a propósito, simplemente estaba tan enfadado y avergonzado de los actos de su hijo  que ni se percato de aquel detalle ni de las miradas que los comensales les dieron de soslayo sacando equivocadas y precipitadas conclusiones, sobre lo que sucedió entre padre e hijo en esa oficina; y se dirigió a la mesa para recoger sus cosas e ir a la caja registradora, no iba a esperar a que el mesero lo atienda, para él la cena acababa de terminar sin siquiera probar bocado, pero en la mesa ya no estaba Clara, ella había cancelado todo y esperaba en la movilidad a que alguien le entreguen la comida en bandejas para calentar al microondas y dos cajas de pizza, y es que la vergüenza la supero con creces, no fue bonito oír los murmullos a su alrededor sobre todo lo que había ocurrido.
Y salieron de aquel lugar sin mirar atrás, sobre todo Iván que acababa de darse cuenta que su padre traía el cinto en la mano y lo que la gente pensaba, porque era más que claro, que por mucho que él quisiera negar que su padre no lo azoto con eso, nadie le creería, y tuvo que aguantar el calvario de todas esas miradas clavadas en su nuca; si por él fuera no volvería a pisar aquel restaurante por muy favorito que sea, pensaba compungido y se marcharon a casa haciendo una corta parada en el hospital para entregar la caja de pizza a su hijo y a las enfermeras de turno como una cortesía, esperando realmente que las cosas concluyan de una vez; pero Iván al ver que entregaban las pizzas al hospital se sintió enfadado y estafado, el había pedido comer lo mismo y su madre se empeño en comer carne con verduras y fue la razón de la discusión en la mesa, y ahora resultaba que le llevaban pizzas a su gemelo, con lo cual su disconformidad fue creciendo más y más y si antes estuvo tratando de mantener a raya su mala actitud ahora no, había decidido a declararles la guerra no solo a su madre, sino también a su padre... malísima decisión.

  • Chuy Ivancito, guaguay – le dijo Adelita, asustando al muchacho que estaba dormitando dentro de la vagoneta de su padre, era ya más de media hora que regresaron del hospital e Iván se puso terco como el solo y no quiso bajar a cenar, estaba al borde del vomito de tanto renegar, y no solo él sino también su padre – ven de una vez a cenar, tu padre está preguntando por vos y está empezando a enojarse, te lo hice lomito con papitas fritas como te gusta – le dijo con una sonrisa, tratando de enamorar la panza del muchacho, pero Iván no tenia apetito
  • ¿Ellos ya han cenado? – pregunto esperanzado de que diga que ya cenaron y se retiraron, así cenaría solo sin renegar
  • No, te están esperando en la mesa – dijo Adela sin mentir, su padre y su madre decidieron dejar a Iván en la movilidad con la esperanza de que se calme y recapacite y vaya con ellos a cenar después, pidiéndole a Adela que le haga algo sencillo a Iván, considerando que la cena fue el motivo de la discordia, el chico no comería por nada del mundo ensalada de coles a semejante hora, mientras tanto ambos entraron a la ducha – ya han terminado de bañarse y preguntan por ti – le dijo – ya no hagas renegar a tu tata, Iváncito, sabes que me da cuculí verlo enojadito a don Rubén – sonrió, pero Iván no lo tomo a chiste, sino a reto
  • No voy a ir Adelita – contesto mirando el horizonte – que coman solos si quieren, yo me voy a quedar aquí en el patio – dijo caprichoso como el solo

Y Adela no tuvo más remedio que volverse sola, saliendo a los poco minutos su madre que quería tener una tregua con su hijo, todos estaban cansados y ella noto que Rubén empezaba a ponerse de un humor de perros y quería llevar las cosas con calma, sobre todo después de lo que ocurrió en el restaurante.

  • Iván, ¿vas a seguir enojado?, baja de una vez, te estamos esperando para cenar – dijo Clara con la voz calmada, esperando que aquello inste a Iván a entrar – Iván te estoy hablando – volvió a decir, cansada ya de la ley de hielo a la que la condeno su hijo, y se quedaron así como quince minutos, quince minutos que Rubén estaba en el umbral mirando que sucedía, el hombre estaba tenso como una cuerda de violín – Iván no seas mal educado, no me des la espalda – dijo, poniendo una mano sobre su hombro, el detonante de lo que vino después, Iván golpeo la mano de Clara en un acto reflejo, como cuando eres un bebe y golpeas a quien te quiere quitar un juguete, asustando a su madre – IVÁAAN – chillo sorprendida más que enojada
  • CARAJO plaf plaf plaf – Rubén acababa de plantar tres buenos azotes sobre el dorso de la mano de Iván, desconcertando a Clara y dando un señor susto a Iván, nunca creyó que papá estuviera viendo todo – NO VAS A VENIR A LEVANTARLE LA MANO A TU MADRE – sentencio papá quitándose el cinturón
  • NOOO PAPA, NOOOO QUISE HACERLO POR FAVOOOR, POR FAVOR – grito Iván retrocediendo sobre sus pasos, apenas recupero el habla de la impresión inicial, pero esta vez no tuvo tanta suerte como en el restaurante
  •  ZZZAAASS ESTITO ME ESTABAS PIDIENDO A GRITOS NO? – le pregunto Rubén apenas cayo aquel horrible cintazo que quemo hasta el guano como se suele decir
  • AAAAUUUU – Iván llevo las manos al poto frotando la ofensa, mientras papá lo zarandeaba del brazo
  • ¿PERO QUE CARAJOS TE PASA A TI JA? – papá estaba harto de la reacción de su hijo – ¿QUE TE PASA? – volvió a preguntar sin esperar respuesta metiendo a su hijo a la vivienda entre tropezones y lamentos – ESTÁS DE BUEN TAMAÑO YA – bramo papá – ADENTRO – grito conduciendo a su hijo por delante; e Iván se vio de pronto en su alcoba boca abajo sobre las rodillas de su padre siendo desvestido como un mocoso de parvulario
  • NO PAPÁ, NOOO, PAPÁ NO NOOOOO
  • PLAF, plaf plaf PLAF PLAAF, plaf plaf plaaff plaf PLAF PLAF PLAF plaf plaf plaaff PLAF PLAAF plaf plaf plaaff – durante ese breve encuentro Rubén no dijo una sola palabra, ya había hablado suficiente
  • Ahhh, ayyyy YAAA PAPA; YAAAA auuuu dueele,  auuu por favoooooor, auuuuu – empezó a rogar al punto de la mendicidad, era el estrés, era el hambre, era el dolor, el cansancio y todo lo que llevaba encima que hacían que Iván jure hasta por la madre Teresa – ME PORTO BIEEEN, PAPÁ, POR FAVOOOR, POR FAVOR YAAA AAARDE AAARDE YAAAA, NO LO VOY A VOLVER A HACER y ME VOY A COMEEER LAS COOOOLES BUAAAA – y su padre lo paro de golpe le subió la ropa torpemente con la intensión de llevarlo al comedor a disculparse de su madre, pero Clara acababa de subir las escaleras, ahorrándole aquel detalle
  • Discúlpate de tu madre Iván – ordeno Rubén con la voz rígida pero sin gritar, sin soltar el brazo de su hijo – Iván te estoy dando una orden, he dicho que te disculpes de tu madre – declaro papá, pero Iván por alguna extraña razón no quiso hacerlo y echo la culpa a su madre de todas sus desgracias, a ella y a ese mocoso que acababa de nacer – hasta contar hasta tres – amenazo papá e Iván exploto
  • NO, NO ME VOY A DISCULPAR, ELLA TIENE LA CULPA DE TODO – contesto y luego miro a su madre enojado – ES TU CULPA, MALVADA, TU Y ESE, ESE…. ESE – decía frenándose en el último minuto de vendar a su padre biológico y a su abuela de todo aquel gran complot, mientras en un tropel de pasos y tropezones era conducido al baño donde Clara dejo su cepillo y de ahí a la dormitorio del muchacho – NO PAPÁ, NO PAPÁ, LO SIENTO, LO SIENTO – e Iván no lo podía creer, papá iba a sonarlo de nuevo, pero esta vez con el cepillo de su madre
  • Clap CLAP clap clap CLAP
  • POR FAVOR ESTOOOY…. AAAUUU BUAAA
  • Clap clap CLAP CLAP CLAP CLAP
  • AAAAHHHHHHH 

Y no fue más, dejo de luchar, y cayó rendido sobre el regazo de papá… aquellos últimos cuatros repartidos en la flexura del trasero y los muslos lo dejaron sin aliento, seguro estaba con moretones pensó, pero no, su trasero solo estaba mucho más rojo de lo habitual, al final ante el silencio de su padre se tiro a su cama abatido abrazando sus rodillas como un niño, sin importarle si su ropa estaba a media asta, dejando su trasero a la vista, y siguió llorando, al final aquel gemido tan diminuto y ese acto de abrazar su piernas no como un adolescente sino como un niño que busca amparo en sí mismo, hizo que papá lo consuele; tumbándose a su lado abrazándolo por la espalda acariciando su cabeza y repartiendo besos sobre su corona mojada a tiempo de subirle la ropa como podía.

  • Ya… ya paso mi hijo lindo, ya termino – papá hablo en voz baja cerca de su oído, como un susurro sin dejar de acariciar ni reprender – por eso no hay que ser malcriado con la mamá ni testarudo mi caprichosito – fue reflexionando a su pequeño
  • Es que nifffss nifsss es que tu nop nop no lo entieeendes … es su cuuuulpa, ella tiene la culpa de todo… –  se quejo 
  • ¿Culpa de que hijo? – pregunto Rubén secando su ojos con un pañuelo – ¿de qué tiene la culpa la mamá?… de tu mala actitud?, acaso no te das cuenta que solito te pusiste en este lugar?

Volvió a preguntar papá sin dejar de besarlo e Iván escondió la cara en el pecho de su padre, acababa de darse cuenta que su madre no tenía nada que ver con la pelea que tuvo con Alexander ni que Alexander tenía la culpa de querer a su nuevo hermano, ni este nuevo hermano tenia culpa de llegar al mundo, todo era culpa de Logan, aunque pensándolo bien… ni siquiera eso era verdad.


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