Mis Gemelos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 05 de Junio del 2016
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Capítulo 228
Corazonadas de puro
corazón
Autora: Marambra
Arturo y
sus hijos habían llegado por fin al campamento base, donde los esperaba Rubén
con algo de impaciencia al caer la tarde del día anterior y tras una buena
comida, un baño relajante y descanso reparador bien merecido, los muchachos
adormecidos por la belleza del paisaje se dispusieron al ocio sin otra cosa que
caminar y nadar ocupando casi toda la mañana en esa actividad, estaban un poco
aburridos de estar sentados sobre el lomo de los caballos y Rubén y Arturo se
dispusieron a cocinar para los muchachos que salieron del agua con un apetito
voraz; pero ya al caer la tarde, Rubén empezó a atender sus tareas sin pérdida de tiempo, sin querer
importunar a los chicos menos a Arturo, total acababan de llegar de montar no
por horas sino días enteros, pero el anciano no estaba ahí para descansos que
se tenga, la noche y la mañana sobre una hamaca y buenas horas en el rio y
comer y beber decentemente eran suficientes para renovar sus fuerzas, además
hombre viejo y supersticioso tenía una extraña corazonada lo mismo que Rubén e
inicialmente ambos echaron la culpa a la rareza del ambiente que se había
apoderado de aquel lugar.
La
tarde estaba extrañamente mucho más pesada de lo habitual, con un golpe de
calor húmedo que picaba la piel y latía las sienes, con una quietud y silencio
tan inquietante que al menor crujido de las ramas Rubén se estremecía, tenía la
sensación de que algo los vigilaba… ¿un jaguar?... ¿monos?, quien sabe… incluso
un sicure, después de todo estaban en medio de la selva misma y con abundante
ganado que podía atraer a muchos depredadores incluso cuatreros y a eso era lo
que Arturo más temía, criado trepando árboles, domando potros, cazando su
propia comida o arando la tierra con las manos, sabía muy bien que el
depredador más grande era el hombre y que un puñado de delincuentes era para
tener cuidado, con eso en mente decidió que los chicos aparten la juerga y
aprieten el trote para terminar con aquella labor limpios y el orgullo intacto
de ser como siempre los mejores en esta vieja faena.
Pero
Rubén tenía otro tipo de premonición, algo más visceral, sentimental que no
podía aun identificar pero que definitivamente estaba molestándolo; noches
antes se había acostado al lado de su hijo con una sensación de inmensa paz que
se agrando incluso cuando la oscuridad de se vio interrumpida por un manto
cubierto de estrellas que de pronto parecían caer sobre la tierra y volar hasta
su nariz, Alexander y él fueron testigos del más impresionante fenómeno de
copula de los curucusis en el campo, eran tantos y tan grandes que de verdad
parecían estrellas que decidieron caer a la tierra y sobrevivir en ella volando
de flor en flor, pero aquella agradable sensación fue sustituida por una
preocupación sin razón aparente que se fue agrandando a medida que las horas
pasaban y Rubén que ahora mismo no podía coger un teléfono y llamar a casa para
saber si todo estaba bajo control o simplemente como antes para tener la
satisfacción de oír la voz de su esposa con su habitual timbre risueño que le
iba contando su día a día distrayéndolo de sus fantasmas y como siempre al
despedirse una promesa de que todo saldría bien, fue víctima de un agobio que
al ir en aumento lo tuvo intranquilo y decidió por si mismo eliminar aquella
sensación trabajando; necesitaba urgentemente borrar de un plumazo aquella
agitación que sentía, esa extraña angustia calvada en el pecho a la cual
identifico cuando sus ojos se posaron en Lex; él estaba preocupado por Iván.
Días
antes del viaje a Aguas Calientes lo había castigado por hacer caer a su
hermano y para rematar al pavo suspendió su viaje y había dejado a Iván
retraído en sí mismo, con la mirada cargada de algo que no podía identificar,
pero que no era culpa… a lo largo del tiempo, de la convivencia había aprendió a leer y descifrar el lenguaje
corporal de sus hijos, y sabía que Iván ocultaba algo que estaba trastornándolo
malamente, algo que no sabía a ciencia cierta si tenía que ver con Lex o no,
así que decidió darle espacio y quizás si evitaba que estuviera con su hermano
por una temporada corta, lo que dure el viaje, serviría para calmar los ánimos
del muchacho y averiguar por cuenta propia y de boca de Lex lo que le sucedía a
Iván, que últimamente se guardaba no solo las palabras, sino sus emociones bajo
siete llaves, resultando ser peor que la caja fuerte del banco mundial, así de
hermético.
Pero
quizás ahora que lo pensaba un poco y más aun con esa horrible sensación en el
pecho, estaba seguro de que no fue la decisión más acertada de la semana, días
antes mientras duro el viaje estuvo distraído de cualquier cosa entre la
carretera y el parloteo de su muchacho, pero cuando llamo a casa en la noche
antes de internarse monte adentro donde se perdería la señal, Clara le había
dicho que Iván estaba aun enojado y que no quería hablar con él y eso a regañadientes
y presión suya, porque no fue lo que le dijo Adela que atendió el teléfono en
primera instancia y quien le dijo que Iván se había encerrado todo el día en su
alcoba y no quiso ni bajar a almorzar con su madre, que no había hablado
durante todo el día y no fue ni al potrero, pese a su recomendación; todo eso sumado a la extraña despedida que le
dio su hijo, lo estaba incomodando, y no sabía cómo denominar a la actitud de
su hijo porque desconocía lo que realmente le ocurría
Así
que cerró los ojos un instante para querer borrar el recuerdo de los ojos
cargados de algo que no sabía, bueno en realidad no estaban cargados de nada,
ahora lo reconocía, los ojos de su hijo estaban vacíos que era aun peor, porque
él sabía por experiencia propia que si en los ojos de un hijo relampaguea el
enojo, el dolor o la rabia, las adecuadas acciones de tu ser pueden virar
aquello al amor y a a alegría, pero cuando los de un hijo estaban vacíos, sin
nada, ni angustia, ni dolor ni odio, entonces podían pasar años de años antes
de que siquiera se pueda vislumbrar algo que te demuestre que ese hijo sigue
siendo suyo, eso había pasado con su Logan y no quería que eso suceda con sus
gemelos… y con aquello en mente procuro recordar lo que sucedió esa madrugada…
- ¿Iván? – había entrado a despedirse del muchacho muy temprano en la mañana sobre las 4 de la madrugada, Alexander estaba en la puerta y no quiso entrar y papá se dio cuenta que las cosas aun estaban torcidas entre ellos – Iván hijo – murmuro al oído – despierta, me voy de viaje – le había susurrado cuando el muchacho abrió los ojos velados e hinchados y frunció el ceño, supuestamente después de la paliza que le dio a Iván cuando regresaron del hospital no se volvió a hablar del tema, así que supuestamente no había motivo alguno para estar llorando por los rincones – pórtate bien en mi ausencia ¿bueno? – le recomendó calcando un beso sobre su frente y el rostro del muchacho que despertó relajado, se tenso de inmediato lo mismo que todo el cuerpo y se sentó del golpe
- ¿NO voy a ir contigo? – pregunto con la esperanza pendiendo de un hilo, después de todo se suponía que la paliza que se llevo por hacer caer a su hermano era todo y no se hablo de dejarlo fuera de la excursión
- No hijo, te quedaras en casa – respondió Rubén en voz baja sin gritar y sin ese tinte de enojo que delata que la decisión que se toma es parte del castigo, después de todo tras la paliza Rubén se acostó a su lado consolándolo y tras aquello cuando Iván se durmió, él había tenido una bronca con Clara que ya a leguas se daba cuenta que algo le ocultaban
- ¿Y Alexander? – pregunto arrastrando las palabras a medida que la tensión crecía sobre su espalda, obviando el cariño que solía impregnar al nombre de su hermano cuando lo nombraba, y una muestra de ello era que dejo de llamarlo Lex, ahora era solo la sequedad de su nombre, como un nombre cualquiera y eso era evidente incluso para su padre, peor para Lex que estaba parado en el umbral y que había querido hacer las paces con su par
- El se irá conmigo – contestó su padre observando cómo Iván nublo los ojos de nuevo y mordió las muelas haciendo que los músculos de la cara se contraigan, y alejo la mano de su padre no con violencia sino con frialdad, que dolió peor – no es que te estes castigando… – dijo Rubén, pero aquello ya no importaba, Iván había tocado fondo con todo y eso solo le gritaba erróneamente que estaba solo contra el mundo
- NO es necesario que entres en detalles – dijo volviendo a tumbar su cuerpo sobre la cama, porque no tenía otra opción más que esa, no iba a darle el gusto a nadie de rogar, menos a Lex, tenía que pensar las cosas en frio – que te diviertas – agrego y acomodo su almohada dándole la espalda a su padre, no sonó en ningún momento grosero ni enojado, porque lo que Rubén y Clara que también estaba ahí no tenían opción a decir nada – ahora ¿puedes apagar la luz por favor?, tengo sueño – pidió cerrando los ojos no por fingir sueño, sino por ocultar el nubarrón de lágrimas que le acudieron traicioneras, mentalizándose en que no debía por nada del mundo llorar por un tonto viaje
- Iván siéntate – le pidió su padre pero Iván no hizo caso – por favor hijo – agrego – estamos hablando
- NO papá – contesto girándose y dando la cara – no estamos hablando – aseguro – viniste a despedirte – le aclaro – y te deseo un buen viaje y que te diviertas – y se giro de nuevo sobre su almohada empezando a impacientarse
- Iváaan – pero la impaciencia también estaba empezando a florecer en su padre que para eso había levantado ya las sábanas y quería que se siente y aclaren aquello
- ¿queeee? – gimió al sentir la mano de su padre jalarlo con la intención de seguir con aquello – son las cuatro de la mañana papá…. Por favor – frunció el ceño y le mostro el reloj – tengo sueño y tú te atrasaras en tu salida – indico, algo que parecía que Rubén se había olvidado – y pierde cuidado, no estoy molesto, ni estoy enojado – dijo con una falsa sonrisa pero tan bien ensayada que sus padre dudaron – no tengo envidia, no tengo traumas mentales y mucho menos necesito un psicólogo, así que dejemos el drama, es solo un tonto viaje que me late no será tan bueno – agrego y Clara apretó el hombro de su marido al notar la tensión en su rostro, porque claro, Iván como Lex habían estado exultantes ante la idea de ir a Aguas Calientes y acampar – pero lo digo en serio papá… lo de desearte un buen viaje – y miro a su padre de pronto con un algo raro en la mirada… un brillo que no eran lágrimas y luego cogió la mano de papá y la beso como solía hacer y la se la llevo a la cara y agrego sonriéndole – que te vaya bien en todo lo que hagas y que seas feliz – dijo modulando la voz, después de todo su padre ignoraba un montón de cosas… de haber sabido leer entre líneas Rubén, se hubiera dado cuenta que esa no era una simple despedida, era una intención de no volver a verse nunca más, era decirle estoy en paz contigo, pero distrajo la perdiz desviando la atención hacia su madre – y pierde cuidado que seré una seda en tu ausencia y no le daré problemas a tu esposita – dijo esbozando una sonrisa falsa que Clara bien supo identificar, porque al decir aquello en diminutivo quitaba la crudeza real de su verdadera intención, que era evitar llamarla madre, definitivamente pensó Clara, Adelita tenía razón… Iván la empezaba a ver como a un enemigo
Con
todo eso en la cabeza dándole vueltas Rubén instintivamente desvió la mirada
hacia su otro hijo: su Lex, de quien se dio cuenta empezó a retraerse, a
sumirse en una extraña tristeza desde que despertara casi sobre el medio día y
aun con la llegada de Illien no la pudo disimular, su habitual curiosidad,
inquietud y travesura habían desaparecido sin razón aparente y prefirió
quedarse solo disimulando dormitar debajo de un árbol, cosa que papá no creyó
porque cuando Lex dormía solía moverse como una culebra, y no se equivocaba,
Lex estaba ahora ahí con los ojos semicerrados mirando quizás fijamente el
vuelo de las garzas o el vaivén de la vegetación apenas perceptible por la
ausencia del viento, sumido en sus propios fantasmas; Rubén suspiro sorteando
las razones para aquello, seguro era el peso de su consciencia se decía,
después de todo Alexander solía sacar lo peor de su hermano en situaciones
insospechadas, y a veces no media consecuencias y orillaba a Iván a niveles
insostenibles; y se quedo mirándolo fijamente sin perder detalle en lo que hizo
Lex después, que de la nada se paró de golpe y corrió al borde de la laja
tirando hacía el río nada menos que el reproductor de música en signo de
frustración, su hijo estaba peleando seguramente con su yo interior.
- ¿Qué pasa Lex? – pregunto papá sin dejar de mirarlo, estudiando sus facciones – ¿sucede algo? – inquirió, es que era raro no verlo con su habitual y desbordante alegría, con esas incansables ganas de vivir y disfrutar de la vida, de lo que tenía a mano, de su amor al campo a la naturaleza, definitivamente algo le pasaba a su enano
- Nada papá – se vio obligado a contestar Lex mirando con tristeza a su padre – es solo que…
- Que decidiste tirar al río el reproductor como si a mí me lloviera la plata del cielo – lo amonesto sin dejar de hacer lo que estaba haciendo, enrollando las lazadas para arrear los bueyes
- Lo siento – contesto Lex bajando la mirada
- Pues más lo siento yo porque no voy a comprar otro disparate tan caro para que al señorcito se le ocurra arrojarlo al agua porque NO le pasa NADA – siguió riéndole sin dejar de hacer lo suyo, pero noto que Lex de pronto se apago y se dejo caer en la vieja manta donde estaba ocultando sus ojos del reflejo del sol murmurado
- Es que extraño a Iván y me hubiera gustado que este aquí conmigo… – y sintió sus ojos nublarse
Desde
que despertara no tenía otra cosa en mente que la imagen de su hermano con los
ojos no cargados de enojo sino de dolor cuando apenas termino de decirle que
había nacido el hijo de su padre, por alguna razón recién ahora que estaba en
medio de la nada, lejos de la influencia de su madre y de las medias mentiras y
medias verdades manipuladoras de Logan, analizaba aquel instante en que Iván lo
había agredido, no como respuesta por fastidiarlo como solía hasta cansarlo
sino porque lo había herido profundamente en su nobleza y sus
sentimientos, no recordaba bien que fue
lo que le dijo respecto al nacimiento de ese bebé que resultaba ser medio
hermano de ambos, pero se daba cuenta perfectamente que no estuvo bien decirle
a Iván que ese bebé era el estandarte de la paz del hogar, que serviría para
unir a la familia, para el perdón de todos los pecados del mundo… ¿Cómo podía
ser eso posible? se preguntaba ahora, si encima de una mentira que de por sí ya
eran tan grande y sucia y a juicio de Iván imperdonable, como lo era hacerle
creer a ese buen hombre que ahora estaba quemándose la piel en el sol: que su
hijo estaba muerto y no solo eso, sino que había resucitado y procreado un hijo
en ese tiempo, y para rematar no tenía las agallas suficientes para dar la cara
y dar una explicación a su padre, era SU PADRE quien merecía saber la verdad y
él tontamente e inmaduro como era, no se le ocurrió otra cosa que pensar y
asegurar que ese bebé iba a solucionar todo; pero que idiota, ¿qué podía hacer
un bebé que dependía totalmente de su madre y que no conocía siquiera a su
verdadero padre?, realmente razones de sobra tenia Iván para estar enojado…
pero como dijo papá, no justificaba que lo lastime como lo hizo.
Y siguiendo
en esa línea de pensamiento, Alexander llego a la conclusión de que Logan había
errado en todo sentido, por alguna extraña razón quería primero el perdón de
ambos y recién hablar con Rubén, quería como decía Iván en una metáfora
inventada a última hora, pintar las uñas de los pies cuando la cabeza sangraba,
no tenia lógica… y ahora que él lo pensaba digamos en crudo, lejos de la
influencia del ambiente familiar, lejos de mamá que andaba feliz a su manera de
que su hijo este vivo y tenga un nuevo nieto no es que no tenía razón de ser,
simplemente no era lógico festejar cuando la verdad no estaba puesta sobre la
mesa y esa misma verdad estaba a su vez puesta en tela de juicio por parte de
Iván, pero bueno tampoco podía juzgar a Logan y a su madre por su falta de tino
y ecuanimidad, no estaba en los calzados ni en la piel de su progenitor cargando
tremendo pecado, ni en los de su abuela conteniendo sus ganas de gritar al
mundo y reír abiertamente por la dicha de saber que su hijo no estaba bajo
tierra, pero de una cosa si estaba seguro, que estaban jalando la liga con
demasiada fuerza, forzando a una ruptura que sabe Dios fuera la definitiva.
- Bueno… yo también – respondió Rubén admitiendo a si mismo que echaba de menos a su otro pitufo – yo también lo extraño Lex, el debería estar aquí con nosotros – agrego analizando su semblante de su hijo distrayendo momentáneamente los pensamientos de Lex, que no se había dado cuenta que se quedo callado demasiado tiempo mirando un punto fijo en el horizonte, mientras su padre hombre astuto y corrido de 7 plazas como se suele decir, estuvo de ida y vuelta en las acciones de su hijo y sabia que algo escondía, y lo estaba torturando, y que el hecho de que mencione a Iván le daba la razón, ya no era una sospecha, era una certeza… después de todo Lex era muy transparente cuando los conflictos de hermanos no estaban resueltos y algo había pasado entre ellos que ahora aplastaba a Alexander en la soledad y la distancia – creo que será mejor que nos apuremos a volver a casa – Alexander parpadeo al ver interrumpido sus pensamientos, papá acababa de acercársele y darle un beso en la frente, asustándolo
- ¿A qué te refieres papá?
- A que no tiene sentido estar de campamento si no está tú hermano para divertirse ¿verdad? – y acaricio sus mejilla volviendo a besar su cabeza, Lex estaba entrando en una espiral de tristeza sin darse cuenta del todo o consciente de aquello, como sea no era agradable para Rubén, por lo que decidió acortar el viaje, no era justo que se queden de acampada si le había dicho a Iván que no lo castigaba suspendiendo el viaje
- Supongo que no – dijo derrotado devolviendo a su padre el abrazo de consuelo
- Bueno, entonces… ahora ve a darse un chapuzón, que luego ya no podremos – sonrió, pero aquello nunca llego a ser, Arturo que estaba oyendo de refilón prefirió no arriesgarse
- Me temo que no mi estimado – sonrió arrugando el rostro un poco por la edad – se ha desatao una guena allá donde el diablo perdió su poncho – dijo metafóricamente masticando un trozo de caña de azúcar – esta diluviando a cántaro abierto en las cabeceras Rubén – dijo señalando la dirección del nacimiento del río – Se nos viene una tormenta – dijo el anciano mirando el horizonte achicando los ojos viendo en el fondo del monte el relampagueo que tronaba iluminando los rayos detrás de una espesa nube negra y no era una gracia, realmente era una de esas señoras tormentas tropicales que solían a veces llegar arrasando todo y desde donde estaban se podía ver incluso como el agua caía formando oscuras y tupidas cortinas de agua a lo lejos – será mejor que terminemos pronto y achiquemos el atadito y nos mandemos a mudar a tierra alta, sino nos veremos atrapados en un turbión de mierda
Dijo
desviando los ojos al río, después de todo estaban a unos metros del mismo y
Rubén le dio la razón, era demasiado peligroso quedarse quietos en ese lugar y
además con tanto ganado, así que haciendo a un lado su inquietud se dispuso en
la tarea lo mismo que los muchachos al comando de Arturo… después de todo el
anciano aquel era su mentor.
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