Solitarios. Cap. Unico: Nunca digas nunca, uno nunca sabe; Autor: Pablo

Solitarios

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 27 de Octubre del 2016.

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Nunca digas nunca, uno nunca sabe

Capitulo Único 

Autor: Pablo

Un Marco de seis añitos recién cumplidos caminaba entre figuras de cartón gigantes y unas rocas falsas cuando papá lo llamó por milésima vez.

• No quiero que te alejes, es un lugar grande y peligroso. Si tengo que volver a repetir te voy a dar unas nalgadas hijo!! – sentenció Sergio, es que un estudio no era lugar para un niño y aunque no le gustaba tener a su hijo ahí, no le quedaba opción, desde que había vuelto de EEUU y tras separarse de Roky (Raquel) dependía de Norita la niñera y ella se había caído de una silla justo hoy y ahora estaba en el hospital donde atendían su esguince. Así que con la poca paciencia que le quedaba volvió a sentar a su hijo en la silla que decía director y le pertenecía, maldiciéndose por no haber llevado ni un autito de juguete para mantener a su pequeño entretenido.

Pero la verdad es que Marco no necesitaba un juguete todo en aquel lugar parecía un juguete y así se levantó otra vez de la silla, no con intención de desobedecer a su papá sólo que se le olvidó por un momento lo que le había dicho cuando vio una nave espacial de verdad “esas cosas son muy rápidas si viajaba al espacio y volvía rápido su papá no se molestaría” pensó, aunque no esperaba que la nave ya tuviera tripulación.

Adentro, tocando botones y girando perillas había un nene de tres añitos en una misión de exploración a Marte. Gracias al cielo Marco vio a los extraterrestres que se acercaban y tomó las armas para defenderlo del inminente ataque, pero la nave sufrió daños irreparables y cayeron a una selva donde se convirtieron en Tarzán y entre las lianas encontraron una máquina del tiempo y llegaron al viejo oeste alejándose más y más.

Pero como todos unos aventureros debían recargar energías así que hicieron una pausa al encontrarse con una mesa servida con los mejores manjares que se le podían ofrecer a los reyes que eran, el catering para festejar el programa número 100 del show de la tarde y así dignamente se sentaron a comer. Pero no podían comer aquel manjar solo, pues había un pueblo hambriento que clamaba por sus salvadores y armados de arcos y flechas los dos Robín Hood empacaron algo de comida en las alforjas y huyeron a tierras lejanas.

En el estacionamiento de la productora se sentaron más calmados, Marco compartía su sabiduría y laaarga experiencia con Isaac, su nuevo mejor amigo, quien aprendía atento como alimentar a las palomas para poder atraparlas.

• Yo también “sabo” volar – decía el pequeño saltando detrás de las palomas mientras agitaba los bracitos, él quería aprender pero ya habían estado quietos mucho rato, así que decidió usar otra técnica para atrapar palomas.
• NOOO ya las espantaste, además las personas no vuelan – le dijo su mini compañero de aventura
• Que si – dijo mirándolo serio Isaac
• Que noo – le riño Marco
• Igual no soy persona soy “el hombe argila”
• Será hombre águila ¿no? – corrigió el mayor
• Eso dije – dijo Isaac haciendo un pucherito, su amigo se dio cuenta de que no hablaba bien y eso no le gustaba.
• En realidad si te pareces a un pájaro… a Tuity – el famoso tweety de loony toon, le dijo al verlo delgadito, rubio, de ojos grandes y cabezón

El pequeño lo tomó como un insulto y cerró su puñito y le borró la sonrisa a su amigo. Marco estaba a punto de devolver el golpe pero el guardia de la entrada, atraído por el pequeño alboroto los vio y los llevo de la mano a la caseta de entrada para anunciar a su compañero que había encontrado a los niños perdidos.

Una hora antes un papá desesperado dio receso a los actores para buscar a su hijo, tarea en la que todos ayudaron, después de todo adoraban al niño que era como la mascota de la nueva película.

• Marcooo….. disculpe ¿vio a mi hijo? Es …– estaba a punto de mostrarle una foto a aquella mujer cuando se dio cuenta que ella lloraba – le pasa algo? – había algo en la tristeza de esos ojos grandes que lo dejaron atónito y despertaron su empatía.
• Mi..mi bebé… estaba aquí... recién me desocupo y me doy cuenta… ¡por Dios!, ¿cómo pude ser tan irresponsable? – decía la mujer aunque más parecía que hablaba sola en vez de respondiendo la pregunta mientras miraba histérica para todos lados. En ese momento se acercó uno de los plomos que ayudaba a Sergio.
• Dice Francisco el iluminador de INCOMPARABLES que vio a dos niños jugando en el depósito de planta baja. Creo que uno era Marco.
• Perdón yo busco a mi hijo que edad tenían los niños? – Pregunto Amalia con la esperanza de encontrar a su niño.
• Uno de 3 aproximadamente y otro más grande como de 5 o 6 – respondió el muchacho.
• Tal vez están juntos… mi hijo y el suyo... – sugirió Sergio y se dispusieron a buscar juntos a los niños siguiendo las pistas como en un juego de búsqueda del tesoro, sólo que mucho más cruel y desesperado, hasta que por fin el guardia interno y les aviso del hallazgo.

Apenas Amalia puso sus manos en su niñito y el guardia se retiro se sentó y colocó a su hijito en sus piernas y le bajo el pantaloncito de gimnasia que llevaba. En todo el proceso el niño gimoteaba y lagrimeaba sabiendo su triste destino.

• No mamiii – dijo apenas en un susurro.
• Cuando la mama dice que no te alejes no te alejas PLAF PLAF – con esas dos Isaac lloraba a todo pulmón, la mano de su mami cubría toda su colita y la habían puesto roja al instante – nunca más te alejas de mamá – le decía mientras le daba dos palmadas más – PLAF PLAF
• Wwuuaa no mami ya noo   bwaaaaaa – habían sido cuatro, la paliza más larga en la historia de las palizas de Isaac así que, claro, lloro en proporción a eso mientras su mamá lo mimaba.
• ya mi chiquito, mamá se asustó de no tener a su bebé – le decía mientras Isaac se chupada el dedo – pero no lo haces más ¿verdad?... Verdad que nunca más te alejas de mami cuando te lo pida? – Sergio moría de ternura con aquel niñito que asentía con la cabeza a lo que le decía su mamá.

Padre e hijo habían presenciado el castigo pero no se habían movido ni un milímetro, pero cuando Sergio se dio cuenta de lo indiscreto que era aparto la mirada y le susurró a su hijo al oído “en casa hablamos” y claro, Marco sabía perfectamente lo que eso significaba. En esos tres meses de vivir solo con papá y no estar solo a cargo de las niñeras le habían enseñado que si no hacía caso papá lo castigaba, tremendo cambio con respecto a su vida en EEUU donde papá y mamá solo eran esos señores que viajaban mucho y le compraban regalos cuando volvían de las giras musicales de mamá.

Algunas cosas eran mejores, ahora papá jugaba con él y lo veía todos los días e incluso dormían Juntos algunas noches cuando tenía miedo, pero habían otros cambios que no le gustaban, los limites eran uno de esos cambios feos, y lo dejo claro ante la mirada atónita de papá y de la mujer que acababan de conocer.

Marco comenzó a patalear golpeando un par de cosas en el camino y sacudida los brazos armando un berrinche monumental, mientras papá miraba alrededor identificando A los testigos e intentaba controlar a su hijo en vano, tratando de que se dé cuenta que pasaban vergüenza, lo que poco le importaba a un niño de seis años acostumbrado a conseguir casi todo lo que quería.

Amalia que también fue testigo de lo mismo, miraba con reproche a Segio, ¿cómo era posible que un hombre deje a su hijo comportarse de esa manera?, pero por otro lado era común ver famosos cuyos hijos eran unos insoportables niños malcriados y consentidos.

• Perdón esta nerviosos no le gusta esperar cuando sabe que lo voy a castigar – le dijo con vergüenza a Amalira, pero sin sintiéndose reprochado en sus métodos, esa mujer parecía compartirlos después de todo – pero es que yo… hay gente y… prefiero algo de intimidad… yo… perdón – termino apenado por el escándalo y por no saber controlar a su hijo, es que en realidad era nuevo con lo de la paternidad.

Hasta que tomó conciencia de lo nocivo que era para su hijo la vida que él y Roqui llevaban a Marco lo criaban tres niñeras en turnos rotativos.

• ¡Oh!.. entiendo y no es bueno que esperé mucho, eso sólo lo estresa más – le informo, con toda la seriedad del mundo, total, la psicóloga con la que na vez trabajo le  había explicado aquello –  yo no me quiero inmiscuir pero en los vestuarios de las bailarinas tengo una pequeña oficina, no es mucho pero está bastante apartada – sugirió algo cohibida, creyendo que tal vez era muy imprudente en decir aquello a aquel guapo desconocido… el ser mamá de un niño travieso no le quitaba el arte de apreciar a un buen partido

Sergio entro al lugar guiado por Amalia mientras cargaba a su hijo sobre sus hombros como un costal, ya que seguía en su berrinche, agradecido por su consejo, así fue que ella se quedo afuera y cerró la puerta para dedicarse a mimar más a su angelito, después de todo ya lo había castigado como Dios manda

• PLAF PLAF PLAF PLAF –   era lo único que se oía y Amalia no pudo evitar contar… doce le parecía mucho para un niño que apenas parecía un poco mayor que su hijo. Es que Marco siempre pareció más chico por su baja estatura, genética materna mezclada con los desordenados horarios de comidas que encima eran poco saludables y era con lo que lo habían alimentado en sus primeros años.

Luego de unos minutos de silencio apenas interrumpido por unos sollozos y un murmullo, salieron padre e hijo como si nada. El niño apenas tenía los ojos enrojecidos.

• ¿No llora? – pregunto sorprendida, después de tremendo escándalo previo y ahora salía tan campante.
• Es mejor lidiando con unas palmadas, una caída o un raspón en las rodillas que con los nervios – dijo el padre de Marco, no podía explicar más porque ni él lo entendía – soy Sergio – dijo por fin presentándose adecuadamente, extendiendo su mano, hasta ese momento no se había dado cuenta de que quería prolongar el encuentro
• Soy Amalia – dijo ella sentando a su hijo al lado de Marco  en una banca, ruborizándose por lo inusual  de la situación y después de mirarse algo incómodos dijo – parece que se llevan bien.

Ambos padres miraron a los niños, Marco estaba consolando al pequeño que todavía suspiraba entrecortado y se sobraba las nalguitas por el feroz ataque de su mamá y escucharon como el mayor decía.

• Si eres valiente y no lloras te llevo a mi próximo viaje a Marte y te perdono que me pegaste para que seas mi mejor amigo – lo que causo en Isaac una sonrisa inmediata, le había gustado como su amigo inventaba juegos e historias.
• Dicen que los mejores amigos son hermanos que nacieron en diferentes familias porque ningún padre los soportaría juntos – dijo él hombre.
• Nunca digas nunca – respondió ella con una sonrisa seductora aunque ninguno se animó a más por varios años.

Dedicado a Lara que la tiene “Clara” (me salió un verso sin esfuerzo)

A Terry que me hizo meter la pata.

Y a todas las lectoras para que no me crucifiquen.