La vida no es un sueño: Cap. 25; Autora Chany

La Vida  no es un sueño

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Enero del 2017 

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Capitulo 25

Bolsita de guijarros

Autora: Chany

• PAPÁ – había dicho Mateo desatando todo un lio que revivió mas fantasmas de los que Ed suponía.

Realmente el hombre no tenía idea de la magnitud del dolor que ahora mismo albergaba el corazón de Ignacio que no estaba en su habitación como supuestamente debería sino que estaba en el cuarto de Mateo, observando como el bebe dormía mientras las lagrimas brotaban a caudales de sus ojos sin que él tuviera control sobre eso.

Sus miedos más grandes acababan de hacerse realidad, para Mateo él no era más que un hermano, tal vez ni eso, pero seguramente no lo veía como a un padre, es que ¿cómo verlo así, si él no daba la talla?, por mas esfuerzo que ponía no podía igualar a Ed… solo había que ver hacia atrás para darse cuenta, porque desde que estaba en esa casa no había parado de hacer estupideces y comportarse como un niñato, se suponía que iba a estar ahí hasta que pueda valerse por sí mismo, era algo que creyó que haría pronto, pero en vez de eso había hecho pasos de cangrejo, convirtiéndose en un mocoso totalmente dependiente de Ed y su familia.

El nudo en la garganta era insoportable, casi no lo dejaba respirar y por más que tragaba saliva este no cedía, estaba ahí, oprimiendo, doliendo, de repente un sollozo se le escapo mientras tocaba la suave piel del rostro de su hijo, ¡era SU hijo!, ¿por qué las cosas tenían que ser tan difíciles?, y no es que él se ahogue en un vaso de agua y se haya puesto así solo porque Mateo le haya dicho papá a Ed, no, sino que aquel acto lo había llevado a recapacitar sus actos como "padre" durante estos nueve meses que estuvo con Mateo, solo nueve porque el primer mes se lo había perdido por completo mientras se debatía entre ir por su hijo o obedecer al juez y olvidar todo ese asunto.

Tal vez hubiera sido mejor olvidar todo, todos serian más felices ahora, pero no lo había hecho, en vez de olvidar se había arriesgado y había conocido a su hijo... y lo amaba de verdad y de verdad quería ser su padre, comportarse como adulto y tomar buenas decisiones, pero no podía... por más que lo intentara, tal vez era estúpido y recién se estaba dando cuenta. Mateo merecía más que eso.

Quizás lo mejor que pudo hacer su hijo es dejarle en claro quién debía ser el padre, porque solo después de esas palabras el pudo despertar de aquella mentira por la cual se había dejado llevar. Pero no podía culpar a nadie por sus errores, fue él quien no fue capaz de vivir por su cuenta, de mantenerse, en vez de eso acepto la caridad de Ed, fue él quien aceptó aquella farsa de llamar papá a Ed y adoptar a su familia como propia en un intento absurdo y desesperado por no sentirse solo, dejándose llevar por la farsa esa por no causar un disgusto para la abuela, fue él quien en vez de comportarse como adulto dejo que Ed se haga cargo. Como se le ocurría ir a fiestas, tomar clases de guitarra, ir de pesca, ponerse de novio con Nadia y hacer toda la sarta de estupideces que había hecho, cuando lo que debía hacer era buscar trabajo, un lugar para vivir, mantenerse, ser independiente y dejar de comportarse como un mocoso y ser un adulto.

Los auto reproches pesaban demasiado, había fallado, le había fallado a Mateo y a sí mismo… su madre tenía parte de razón pensaba, se iba a arrepentir, ya lo estaba, estaba arrepentido pero no de escoger a Mateo sobre su vida llena de lujos como ella había dicho, sino que se arrepentía de haber fallado tanto y de haberse encariñado con todos en aquella familia para tener que admitir al final que no podía.

• “PA  PÁ” – había dicho Mateo y no fue a él, ¡cómo soñó! con esa palabra durante meses, ansioso desde que por fin lograra que Mateo deje esos balbuceos inentendibles para empezar con sus primeros intentos de silabas, recordaba perfectamente como habían sido esos sonidos y lo que sucedió aquel día en el que demostró una vez más que solo era un mocoso jugando a ser papá y fingiendo tener una familia.
• ¡PAPA!... ¡PAAAPI RÁPIDO!!! – había gritado Ignacio, ilusionado alertando a Ed, eran las siete y cuarto de la mañana y supuestamente deberían estar desayunando para ir Nacho a la escuela y Édgar a trabajar así que a esos gritos Ed no se los esperaba y salió corriendo de la cocina a la sala.
• ¿Qué pasó? – preguntó angustiado y Nacho lo hizo callar y señaló lo que quería que viera.
• ¡Shhhh! – había respondido a la preocupación del hombre haciéndolo enojar, primero gritaba desaforado y luego lo manda va a callar?, faltaba más! pensó Ed y estaba a punto de reclamar cuando se dio cuenta que el alboroto estaba más que justificado.

Siete meses y tres días tenía Mateo aquel siete de octubre cuando comenzó con su "acto" ante la atenta mirada de Ed, mientras daba saltitos como había empezado a hacer hace días cada vez que Nacho lo sostenía por las axilas.

• ¡MA! - dijo Nacho logrando que Mateo se agite y comience.
• MA MAMA TATATA AAAA – repetía con un léxico mucho más claro que los balbuceos de antes y con total intención de hablar.
• ¡Papá tienes que filmarlo! – reclamó Nacho y Ed obedeció casi en automático hasta que Mateo decidió que había sido suficiente espectáculo y se calló – en cualquier momento empieza a hablar – aseguró sacando pecho después de levantar a Mateo en brazos, estaba convencido de aquello, es mas saboreaba el momento en que le diga papá a él
• Todavía falta para eso – dijo Edcon una sonrisa, no con ánimos de arruinar el momento sino para que Ignacio no se ponga ansiosos, pero ya era tarde para eso.
• Nooo si ya estaba por hablar – discutió más convencido y contento – ¿no es verdad chancho? – pregunto esta vez a Mateo dejando a Ed fuera de la discusión sin querer y Ed supo darles su espacio, además acababa de llegar Nancy y tenía que ir a abrir la puerta y terminar de servir el desayuno – ¿Papi? – Nacho entró en la cocina con cara de pedir algo, Ed lo podía oler a kilómetros así que lo siguió con la mirada mientras seguía sentado untando manteca en una tostada a la espera del pedido – ¿puedo faltar hoy a la escuela? – se lanzó directamente parándose detrás de Ed y apoyando el mentón en el hombro izquierdo del hombre para agarrarle la oreja derecha con la mano del mismo lado, un cariño que Ignacio reservaba sólo para Ed y que se había hecho una costumbre desde hace unos meses, sobre todo después de descubrir que eso relajaba a su padre y lo ponía de buen humor lo que ahora le venía al pelo
• ¿Faltar? – respondió Ed, no queriendo decir NO de buenas a primeras porque sabía cómo se ponía Nacho así que decidió preguntar – ¿Por qué? – y le indicó a Nacho que se siente porque eso mimo que solía hacer su madre cuando él era un niño, además lo que estaba haciendo Nacho haría que se duerma antes de ir a trabajar
• Es que…– y cambio la respuesta por otra pregunta – ¿y si Mateo dice su primera palabra hoy? – dijo dejándose caer en la silla. Le hacía mucha ilusión que Mateo le diga papá por primera vez y Mateo aun no decía ni PA

Ed decidió explicar el asunto con calma, entendía las motivaciones de Nacho y sabía que esto no era algo para tomarse a la ligera, desde que Mateo había empezado a participar de las comidas y a estar más atento a su entorno, Nacho se había empeñado en atender más las demandas del bebe, demostrando más responsabilidad de la que Ed creía que el chico era capaz, responsabilidad que se había extendido hacia otros ámbitos como la limpieza ya que gracias a la llegada del gato hace poco más de un mes la habitación de Nacho estaba impecable; la verdad es que hace un buen tiempo que no tenía necesidad de llamarle la atención por nada, incluso había sido responsable con las salidas con Nadia, pensando en eso tal vez no era tan malo dejarlo faltar un día, pero estaba seguro que Mateo no iba a hablar ese día y por eso tal vez Ignacio quiera faltar de nuevo, no podía dejarlo faltar hasta que Mateo comience a hablar.

• Ignacio – comenzó Ed y para Nacho eso sonó a negativa provocando que frunza los labios y demuestre su descontento en la mirada, gestos que al hombre no le pasaron desapercibidos – los niños tardan en hablar y Mateo recién está empezando con silabas – explicó y acercó la taza con leche para que Nacho empiece a desayunar – no tiene sentido que faltes hoy porque no va a empezar a hablar hoy mismo
• ¿Pero y si empieza? – insistió como si no captara que lo que Ed estaba diciendo no era una simple sugerencia
• No va a empezar hoy hijo –  Ed sabía que Mateo seguramente seguiría repitiendo las silabas que hace un momento había empezado a decir con claridad y no había pasado por alto que Nacho venia insistiendo en que lo llamara papá, era esa la palabra que el chico no quería perderse, pero estaba seguro que eso no sería hoy.

Aquel anhelo de Nacho era un detalle con el que aun no sabía cómo lidiar, no podía negar aquella realidad, Mateo era hijo de Ignacio, pero su corazón no encontraba lugar en esa ecuación y tenía miedo que aquellas simples palabras pronunciadas por el bebe de la casa lo destierren por completo, es que a veces, sobre todo este último tiempo que Nacho había estado portándose bien, sentía que ya no era necesario. Había llegado a pensar una semana atrás cuando por un curso de capacitación se había ausentado todo el día, que si no fuera por lo económico Nacho no lo necesitaría en absoluto ya que al volver a la noche esperando encontrar la casa un desastre y a Nacho rogando por su regreso, encontró todo más limpio que antes de salir, a Mateo bañado y durmiendo y a Nacho esperándolo con la cena lista.

Esa noche para el colmo se había amontonado el curso y una cita que agendo y ese mismo día se dio cuenta que se superponían, pero ya era tarde para cancelar, aunque tal vez hubiera sido la mejor opción ya que para empeorar sus ánimos y sus inseguridades, la cita con Ana, la preceptora de Nacho, se había convertido en un ambiente de catarsis donde conto cual era la realidad de su situación con Ignacio, tomando la precaución de advertir que era personal esta vez, y para terminar de arruinar la cita confesó que su esposa había sido la única mujer de su vida. Definitivamente no podía haber arruinado mas la velada y aunque Ana solo se limito a escuchar y hacer pequeñas preguntas y se despidieran de un supuesto buen humor, Ed estaba seguro de que había arruinado cualquier futuro encuentro volviendo a casa con el deseo de sentirse necesitado por alguien.

Es por eso que sus ánimos decayeron mas ante la independencia de Nacho y aun peor cuando recapacito que aquel logro del muchacho que debía alegrarlo y enorgullecerlo despertaban en él otros sentimientos, al final termino reprochándose por ser egoísta. Al parecer Nacho no lo necesitaba, se dijo sin saber que aquello no era solo parte de un proceso de maduración del chico sino que éste estaba haciendo esfuerzos titánicos por dar la talla cargando una mochila tan pesada que amenazaba a cada rato con desfondarse y regar toda esa presión.

• Papá… ¡PAPÁ!  ¡ED! – llamó Nacho sacando al hombre de sus pensamientos – ¿puedo faltar? – pregunto de nuevo.

Y Ed tuvo que recurrir al libro de estimulación que había dejado su ex, a la experiencia de Nancy y a una charla sobre como la escuela era el equivalente a un empleo para Ignacio y que no podía faltar, claro que nada de eso evito que Nacho se suba al auto con un humor de perros solo por obligación y bajo una no muy sutil amenaza. Ahora que recordaba ese día Nacho se reprochaba solo el haber sido tan estúpido, Ed tenía razón y por su mal humor su día no había hecho más que empeorar.

El día de Nacho había empezado muy bien pero en esos momentos estaba seguro de que Ed lo había arruinado, era casi predecible que esa mañana no iba a terminar como queria. No quería estar en la escuela y su cara lo dejaba patente, pero el grado de desastre que alcanzó su estadía en el patio ni siquiera él lo predijo y casi había sido inocente esta vez, por eso es que cuando en el segundo recreo acabo en la oficina de Gustavo no dudo en desempeñarse como abogado defensor una vez estuvo libre de culpas. Tanto que Gustavo ya no sabía como manejar la situación y contaba los segundos para que Ed llegue a controlar a la fierecilla que debatía culpas en su oficina en este momento.

• PERO NO ES JUSTOO – seguía reclamando en defensa de Rodrigo y Adrián – ELLOS SOLO ME ESTABAN DEFENDIENDO, SOLO LOS ESTAS AMONESTANDO PARA NO QUEDAR MAL – gritó y fue eso lo que hizo que Ed apure el paso para llegar a la oficina del director
• ¿QUE PASA? – pregunto Ed alterado por los gritos, abriendo la puerta sin esperar a que la secretaria lo haga entrar

La escena era hasta algún punto cómica, Gustavo estaba con la corbata floja y la camisa arremangada con la frente sudorosa y un gesto de exasperación indescriptible mientras miraba a Nacho que estaba de pie gritando con la ropa embarrada por haberse revolcado en el suelo en plena lluvia, con una sola zapatilla, cosa que Gustavo ya le había avisado con el afán de que le traiga calzado para cambiarse. Pero a pesar de los claros gestos de descontento al menos los gritos de Nacho habían cesado cuando el chico noto la presencia del hombre cambiando sus gestos por una cara de espanto digna de retrato. Solo recién cuando Ed estuvo dentro pudo ver a sus sobrinos sentados en una banca con una traza peor que Nacho, despeinados y Adrián con el labio partido y un morado en la mejilla que seguro empeoraría.

• Por fin silencio – dramatizo Gustavo mirando a Nacho que se había quedado con la boca abierta y paralizado por semejante entrada que dio Ed – por favor vayan afuera – pidió sentándose en su sillón casi derrotado, Ed podía ver el cansancio de su hermano y no era para menos, él apenas sabia la mitad de la historia y no podía creerlo – cuando llegue su mamá me avisan – dijo como despedida a sus hijos antes de que salgan
• Si señor – dijeron a coro Rodrigo y Adrián mientras salían de la oficina cabizbajos y arrastraron a Nacho que no quería salir – ya vamos – insistió Rodri logrando hacer que Ignacio camine bajo la atenta mirada de Ed que lo freno antes de que salga para entregarle una muda de ropa y zapatillas para que se vista

Cuando al fin estuvieron solos Gustavo señalo una silla para que su hermano se siente y poder hablar con calma y contarle como habían sucedido las cosas. Al parecer Ignacio no había hecho nada malo, además de jugar al futbol en las canchas techadas en el horario del recreo, cosa que estaba prohibida pero era una regla que nadie seguía en realidad. El problema fue que en medio del partido entre chicos de diferentes cursos Ignacio pateo la pelota con demasiada fuerza haciendo que esta salga de debajo del tinglado y pierda una zapatilla en el proceso.

Nada hubiera pasado de un gracioso accidente si no fuera porque la lluvia se había convertido en tormenta y nadie quería ir a buscar la pelota, haciendo que el dueño de esta se enoje y antes de que Ignacio llegue saltando a su zapatilla el chico con la idea de igualar las cosas tiro el calzado de Nacho fuera de la cancha con la intención de que quede junto a la pelota pero como la lanzó con demasiada fuerza el calzado terminó en el techo. Ignacio había mantenido una actitud demasiado positiva hasta el momento, dedicándose solo a reclamar y discutir mientras saltaba en un pie, pero Adrián no fue tan diplomático y terminaron todos ensartándose en una pelea en la que Nacho no pudo participar porque antes de reaccionar todo había terminado.

• Al menos Nacho no llego a pelear – dijo Gustavo al terminar el relato que había construido con los diferentes relatos de los involucrados, al menos era un aliciente al susto inicial que le dio por la poca información que tenia – y si lo tenía aquí era solo para que no se enferme – aclaro – solo que salió abogado – dijo esta vez riendo mientras se levantaba para palmear la espalda de su hermano.
• Al menos no está en líos – agradeció Ed levantándose también –  me voy entonces – anuncio acercándose para despedirse pero antes de salir Gustavo agrego una frase que lo dejo pensando.
• La semana que viene se entregan las libretas – dijo de repente como si hablara de trivialidades para luego ponerse más serio mirando directo a los ojos de su hermano menor – deberías hablar con él y con los profesores, no es bueno dejar a los chicos a su aire con las cosas de la escuela – concluyó

Ed no dijo nada más y salió llevándose a Nacho con él y solo cuando estaban él en auto presto atención a las palabras del director, que carajos le costaba a Gustavo decirle las cosas de una vez en lugar de tirarle semejante indirecta con respecto a la situación académica de Nacho y de paso semejante reproche sobre su deficiencia como padre en cuanto a la escuela, pero es que Nacho era muy buen alumno y no necesitaba ayuda, ¿verdad?.

• ¿Hay algo que yo tenga que saber con respecto a tus notas? – pregunto de golpe después de darle vueltas al asunto. Aun iban de camino a casa y hasta el momento ninguno había abierto la boca – Gustavo me dijo que la semana que viene entregan las notas previas – agrego al ver que Nacho seguía mirando por la ventana aunque si lo había escuchado a juzgar por el repentino cambio de postura que tubo, ahora se veía más rígido
• Gustavo es un metido – respondió aun sin mirar, no iba a decir justo ahora que probablemente desaprobara la mayoría de las materias, es que los malditos profesores no se conformaban con las evaluaciones, querían que entregue trabajos y presente carpeta. Eso no era necesario, el sabía lo que habían enseñado, ¿por qué no dejaban de molestarlo?. Igual no pensaba alarmar a Ed, todavía quedaba la esperanza de que los profes se hayan apiadado y le hayan puesto un seis al menos y poder aprobar.
• No te pregunte como es Gustavo, te pregunte como vas en la escuela – reclamo Ed volviendo a preguntar desviando a penas la mirada del camino para que Nacho se dé por enterado
• Eso no fue lo que me preguntaste – respondió Nacho de mala manera mirando por fin al hombre pero solo para acribillarlo con los ojos – me dijiste que si había algo que debas saber – corrigió
• No te hagas el tonto que es lo mismo – Ed no estaba para tonterías, había tenido un mal día en el trabajo y aunque Nacho no tuviera la culpa podría ayudar no haciendo renegar al menos – quiero saber cómo van a salir tus notas Ignacio.
• No soy adivino – contesto revoleando la cabeza en un gesto que Paul solía reprochar diciendo "eso y mandarme a la mierda es lo mismo" y ahora que Ed estaba del otro lado del gesto se dio cuenta de que efectivamente se sentía como que lo mandaban a la mierda
• Ufff – suspiro Ed metiendo aire por la nariz y soltándolo ruidosamente por la boca – no hace falta ser adivino, se supone que tienes que saber si hiciste lo que correspondía para aprobar – refuto molesto a pesar del suspiro que pretendía ser relajante
• ¿De todas formas ya te dijo el metido de tu hermano que la semana que viene entregan las libretas no? – respondió después de un silencio demasiado largo, evidentemente Nacho estaba esperando llegar a casa para contestar, porque apenas cruzaron el portón Nacho escupió sus palabras y se bajo del auto – no sé cuál es el apuro por saber ahora si ya no puedo cambiar nada! – grito antes de cerrar la puerta con toda la fuerza que le era posible, después camino por el jardín para entrar a la casa y a medio camino una punzadita de remordimiento lo asalto, se estaba metiendo en un lio sin motivo. Se giro dispuesto a remendar su arrebato pero cuando se dio vuelta vio que Ed ya venía tras él con cara de pocos amigos así que siguió hasta la casa entrando molesto, ya la había cagado, se veía que Ed estaba enojado.
• Que sea la última vez que me tiras la puerta de esa manera – reclamo Ed sorprendentemente sin gritar – estoy tratando de que hablemos bien – agrego intentando sonar conciliador casi, casi lográndolo
• ¡Haa! – renegó frustrado Nacho viendo que Ed quería seguir con el tema de la escuela – lo que estas queriendo es interrogarme porque tu hermano fue de mete púas – acusó, por un lado era cierto pero por otro Nacho sabía perfectamente que entrando en ese tema tenía todas las de perder y bien a propósito estaba desviando el tema, total sabía que Ed era casi tan mecha corta como El y perdería la paciencia olvidándose de la escuela. Lo que no se imagino es que Ed no entraría de lleno a sus provocaciones y le saldría el tiro por la culata cuando Ed se acerco con calma hasta el muchachito y con una voz tranquila lo sentencio, al parecer Ed estaba tomando clases de yoga o algo así.
• Estas alterado y buscando pelea – dijo con una calma que hizo enojar mas a Nacho – te vas a quedar aquí mientras cocino y después hablamos – anuncio mientras dejo a Nacho mirando la esquina de la sala sin entender que había pasado

¿Ed acababa de dejarlo en tiempo fuera?, ¿quién carajos se creía para tratarlo como un mocoso?, y lo peor de todo es ¿cómo no se lo vio venir?, ni siquiera había puesto una digna resistencia. ¡Mierda!, gritaba por dentro en ese momento y ahora que recordaba ese incidente se reprochaba porque al fin y al cabo se comporto como un mocoso tomando las decisiones que tomo después. Y no es que la noche de borrachera le haya dado madurez sino que ahora estaba tomando conciencia de que seguía metiendo la pata. Ese día en vez de quedarse ahí y decirle a Ed la verdad sobre sus notas y enfrentar las cosas como "hombre" solo empeoro todo.

Pero es que en ese momento no podía dejar de pensar que había estado esforzándose tanto por demostrarse sobre todo a si mismo que podía ser un adulto y Ed lo quería seguir tratando como niño poniéndolo a mirar la pared y eso era algo que no podía permitir, así que con todo el coraje que tenia observo a Ed que acababa de entrar a la cocina y tomo una lapicera y un papel y decidido escribió.

Esto es demasiado… no te voy a permitir que me trates como si fuera un mocoso de cinco años, me voy a dar unas vueltas hasta que se te pase... No pienso estar mirando la pared, si hubieras dejado que me quede en casa nada de esto hubiera pasado.

Vuelvo más tarde.

Y se retiro conforme con su decisión, lo que Ignacio no imagino es que justo llegaría a casa de los abuelos cuando el abuelo había salido a comprar dejando a Luci en la vivienda porque estaba lloviendo demasiado fuerte y que su llegada no sería como lo esperaba, no sería como las veces que se daba una escapadita para visitar a los abuelos y lo recibían como a un príncipe, aun cuando se enojaba con Ed e iba a casa de los abuelos con el único motivo de quejarse sabiendo que la abuela lo mimaría aunque no siempre le de la razón.

Pero esta vez después del peculiar recibimiento las cosas no habían hecho más que empeorar.