Mi drama en pocos pasos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Enero del 2017.
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Capítulo quince
Fracturando alianzas
Autora: Marambra
¿Les comente que
me había vuelto invisible verdad?, y que en el proceso mamá también se fue
volviendo invisible no es cierto?, pues les explico, aunque no hay mucho
misterio, no hace falta ser científico o genio para darte cuenta de cómo
volverte o volver al resto invisibles, ¡hasta yo lo hice!, imagínense eso, con
6 años descubrir la formula de la invisibilidad propia y ajena, lo único que no
sabía era el precio que tenía que pagar por esa osadía… es que ahora recién
después de varios años entiendo eso de que todas las malas o buenas acciones
repercuten en el resto y tienen consecuencias… yo pague por ellas, pero no solo
yo, sino mamá y en cierto modo mi inocente hermano.
Pero
para que lo entiendan les voy contando…. aquel tiempo tras la conmoción que viví
a raíz de la muerte de papá supongo que mi sentido de seguridad se tambaleo
debajo de mis pies quedando al pie de las escaleras mi madre esperándome pero
sin poder hacer nada más por mí porque ella también estaba coja; es que creo
que el mundo de un niño es como una horrible escalera de caracol sin barandas y
aun cuando uno sabe caminar e incluso correr, no siempre sabes subir o bajar,
para eso necesitas a tus padres, uno te anima y cuida las espaldas y se asegura
de que hagas lo correcto y tengas confianza en ti mismo y el otro te hace
porras y te espera con los brazos abiertos al otro extremo atento a tus pasos y
logros; en mi caso no había nadie más detrás de mí que me susurre al oído,
“todo está bien campeón, todo está bien” y empecé a caminar a tontas y a ciegas
quizás más que cualquier otro niño en mi lugar y digo esto a raíz del embarazo
de mamá, si mi madre no hubiera estado embarazada quizás las cosas no hubieran resultado
como sucedieron, pero ¿quién iba a ser adivino de lo que iba a suceder verdad?,
nadie, peor yo.
Y
como en todo hogar donde falta un padre los hijos buscan el amparo del que
queda, yo hice lo mismo pero no obtuve la misma respuesta, mamá estaba
delicada, apenas podía moverse, nació el bebé y al natural temor de los celos
que no se supieron aplacar se sumaron los fantasmas del abandono; llevo su
tiempo pero, tres meses y algo más para hacer de mi vida una continua
pesadilla; y después de que mi madre me
pegara por primera vez yo perdí la confianza en ella o mejor dicho enterré el último
rescoldo de confianza que le tenía, es que llevaba mucho tiempo de decepción en
decepción antes siquiera de que conozca el significado de aquella palabra, en cambio
ya tenía una vasta experiencia en cómo se sentía cuando la decepción golpeaba
la boca del estómago, y era lógico que eso suceda tarde o temprano y sobre todo
si las demandas incluso las más básicas se van aplazando cada vez con mayor
frecuencia.
Eso
había ocurrido en mi caso, mamá ya no atendía nada de lo mío, no tenía tiempo y
solo ahora me doy cuenta de su situación… mamá había parido y de paso mi
hermano nació enfermo, tenía un delicado caso de estenosis intestinal congénita,
o sea había nacido con eso pero los médicos no tenían idea de la causa real,
solo especulaban las posibles razones, lo único que quedo claro para todos es
que una porción de su tripita era más angosta que el resto por lo que mi
hermanito no podía hacer caquita sin ayuda ni caquita ni votar gases y todo el
tiempo andaba con la pancita hinchada lo que le causaba dolor, esa era la razón
para que mamá tenga que estar sobre él todo el día, atendiendo sus necesidades,
adivinando lo que le molestaba para que no llore, porque cuando lo hacía no
había poder alguno que lo calme, desgraciadamente sabiendo lo que tenia, no se podía
dar solución inmediata a su enfermedad por un sin número de razones, entre
ellas que era demasiado pequeño para operar y que no resistiría una intervención
de esa magnitud, por lo que solo quedaba esperar a que crezca, gane peso y ver
que se haría más adelante cuando él tenga 8 o 9 meses, menos mal no necesitaron
operar, pero hicieron un largo tratamiento que llevo algunos meses, aun así no
se normalizo del todo y los médicos indicaron que a medida que el vaya
creciendo tenían grandes esperanzas de que el cuadro revierta por si solo o que
el tratamiento hecho sea suficiente como para llevar una vida normal, esto me
explico mi tío Petre recién hace unos meses a partir de un incidente con mi
hermano ahora que ya tiene 6 años… es que el pobrecito se hizo vencer en el
cole.
Todo
un trauma, es que mi hermanito no puede aguantarse de ir al baño, donde va
tenemos que prever que haya un baño cerca y tenemos que asegurarnos de que los
adultos le permitan entrar al baño cuando lo pida porque a veces se hace vencer
antes era mucho más urgente que ahora y fue eso mismo que ocurrió, la maestra
no quiso darle permiso porque al ser reemplazante ignoro las órdenes dadas y
esa fue la razón por la que mi hermano sufriera ese horrible accidente, menos
mal sus compañeros de clase no se dieron cuenta, y mi hermano no lo tomo tan
mal porque desde hace seis meses más o menos que el problema se ha ido aislando
y solo le da cuando esta muuuuuy nervioso; a raíz de esta explicación, es que
yo acabo de darme cuenta que mamá realmente no tenía tiempo para mí, no porque
no quisiera sino porque no podía dividirse en mil pedacitos para atender mis
pequeñas grandes demandas, lo malo de enterarse esto tan tarde es que
desaparece ese rescoldo de enojo que tenia acumulado tantos años y es suplido
por dolor, porque me duele saber que cada vez que ella incumplía, se rompía un
poquito más mi corazón y mi amor por ella, al punto no de odiarla, no podía
odiarla, quizás si me hubiese maltratado físicamente hubiera traspasado el
umbral no del odio sino del miedo, pero como eso no sucedió yo cruce la
frontera de la indiferencia.
Y
entendí el refrán ese de ojos que no ven corazón que no siente, y para no ver
la negativa dibujada en la cara de mamá a mis pequeños conflictos siempre con
la escusa de que “en un momento lo haría”, deje de pedirle el favor, ya nunca
más volví a pedirle que me ayude a lavar los dientes, nunca más le pedí que me
peine, nunca más le pedí que me haga la merienda… nada, en vez de ella acudía a
la única persona que parecía tener siempre un espacio para mí en su corazón… mi
tío Petre, supongo que en un inicio fue un alivio para mi madre porque yo le
oía cuchichear con mi tía Rahela o mi
abuela Lenuta cosas como…
- ¿Cómo va el pequeño diablillo? – si eso mismo llego a decirme mi tía Rahela sin que se den cuenta que estaba en el baño; yo me sentí indignado y todavía creí que mamá diría algo, pero ella solo sonrío y esa sonrisa suya fue como un aguja en mi alma, ¿que madre ríe cuando a su hijo lo llaman demonio?, yo nunca pensé que la mía entrara en esa categoría, pero lo hizo y me dolió, aunque siendo sinceros a esa edad todo me dolía, todo era malo porque estaba muy vulnerable y desamparado… ahora que lo pienso si mi madre o alguien en casa me hubiera explicado que mi hermano estaba muy enfermo nos hubiéramos ahorrados malos momentos y yo todos esos sentimientos negativos y la horrible sensación de abandono
- Uuufff – suspiro ella en voz baja, pero no tan baja como para no oírla – parece que por fin a entrado en un estado de calma, por lo menos ya no me moleta tanto – ¡claro! ahora lo sé, no era una molestia en el sentido de fastidio, sino una forma simple confianzuda de hablar.
Pero
ese momento mis ojos no solo vieron lo que mis fantasmas querían mostrarme,
porque eso es lo que sucede, cuando uno tiene miedo y es preso de ese temor,
ves delante de ti todo lo que te lastima en los mas mínimos detalles, una
mirada sospechosa, un susurro mal intencionado, hasta el más mínimo movimiento
es un ataque terrorista; pero yo fui un poco mas allá, no solo vi sino que lo
toque… toque mi dolor, ¡mamá había dejado de quererme! y como no podía huir,
escapar o desaparecer, entonces me hice invisible, me prometí no pedirle nada,
pero nada, ni siquiera leche, inicialmente no fue fácil, porque otro temor más
grande se adueño de mi, el llegar a ser un fastidio para mi tío Petre, al final
empecé a sortear el pedir favores al resto cuando no podía hacerlo solo o
cuando no estaba mi tío y luego a pulir mis habilidades de independencia, le
pedí a mi abuelo por ejemplo que me enseñe a hacerme los nudos del calzado, a
Flash a hacerme la raya del peinado en el cabello, a Daniel a ponerme gel para
que no tenga que estar con el pelo arrebatado cuando vaya a jugar y a mi tío
Petre que me enseñe a bañar… ustedes saben, limpiar la joyas de la familia no
es fácil, peor a los seis años, y como mi tío Petre se ocupo de mi cuando mi
madre estuvo internada entonces fue automático acudir a él para esta labor,
pero como inicialmente les dije, el miedo a enojarlo o incomodarlo apretaba mi
estómago, entonces optaba por la casualidad, a una misma hora yo cogía mi
toalla y pasaba por la puerta de su despacho como no queriendo la cosa, otras
le pedía que me regule el agua por favor y mi tío siempre terminaba
reprochándome el que no le pida bañarme, al final acordamos una hora para
hacerlo y yo procuraba tener todo listo para no fatigarlo más de lo necesario, él
parecía no tener inconveniente, pero eso no significaba que no tuviera y el
comentario vertido por mis abuelos una noche de esas, ahondo peor mi miedo.
- Este niño, otra vez molestando a Petre, como si no pudiéramos bañarlo nosotros – dijo mi abuela y yo corrí y me aferre a mi tío quien dejo de hacer sus cosas para ayudarme, más que correr me abalance sobre él en un desesperado auxilio silencioso, recuerdo tomar su mano y no soltarlo y para asegurarme el favor y le mostré mi mejor sonrisa – no te molestes Petre, nosotros en un ratito lo bañamos – dijo mi abuelo apareciendo detrás mío, no me di cuenta que me había seguido y estaba por cogerme de la mano, pero yo le pellizque la pierna a mi tío y el adivino lo que quería – si ya va terminar nuestro programa – dijo mirando la hora y luego el rostro de mi tío como si esperara que le ceda el lugar – además Carmiña terminara de bañar a Borjita en un momento – anuncio y era cierto mi mamá estaba en el otro baño porque a esa hora ella bañaba a mi hermano, ahora ustedes dirán que tontería escoger la misma hora, en realidad no fue ella, fui yo para no darle la oportunidad de hacerlo
- No papá – contesto mi tío educadamente alzándome en sus brazos, él llamaba “papá” a mi abuelo sin serlo, algo que tenía que ver con las costumbres creo – no es necesario, es un negocio que tenemos juntos – agrego dedicándome una enorme sonrisa mientras revolvía mi pelo
- Pero si estamos viendo que esta molestándole ahí cuando estás trabajando – dijo mi abuelo mirándome enojado – ya deja de molestar al tío, si igual podemos bañarte Duncan y le lo dijimos hace un momento – me riño y yo solo baje la mirada dividido sin saber qué hacer, no quería enfadar a mi abuelo tampoco, menos mal tío Petre salió en mi defensa
- No es una molestia papá, ya te lo dije, además me despejo del trabajo y me obliga a moverme, tu sabes no es bueno estar sentado tanto tiempo – dijo y eso me gusto
- Está bien Petre, como tu digas, pero si no puedes hacerlo ya sabes, nosotros también podemos hacernos cargo de él – respondió resignado mi abuelo y se marcho mientras yo iba en brazos de mi tío a la ducha y cuando allí, no pude evitar preguntarle lo que sentía, como les dije, no quería ser una molestia para nadie, ya no queria ser rechazado ni forzar nada
- Tio Petre ¿no te molesto verdad? – con el tiempo aprendí a hacer preguntas de frente y no callarme, como decía mi tío mejor quitarte el diablo de una vez
- ¿Por qué?, ¿por lo que dijeron lo abuelos? – me respondió frotándome la espalda
- Es que no quiero que me bañen ellos ni nadie más que tu – le dije con los ojos aguados, digamos que mi intención de sostener una madura charla de hombre a hombre no resulto debido a mis inseguridades
- Sin llorar Duncan, que a mí me gusta bañarte – me respondió con un beso en la frente que dejo espuma en sus labios – nadie te bañara antes que yo, es mi tarea, a no ser que quieras que te bañe tu mamá – me dijo como tanteando el terreno y yo negué fervientemente aquello
- Noooo, ella está con el bebé – dije mordiéndome la lengua cambiando de actitud y mi tío pregunto
- ¿Porque nunca lo llamas por su nombre?, nunca te oí decirle Borja a tu hermano – murmuro con el ceño fruncido imagino que estaba pensando en eso, quizás haciendo memoria
- Porque ese no es su nombre, es el ¡nombre de mi papá! ¡ESTÚPIDO! – siiiii…. lo confieso, respondí con un poquito de mal genio y no me cruce de brazos precisamente, sino pegue un manotazo en el agua por no golpear a mi tío, mojándolo sin querer y obvio, tío Petre reacciono e hizo lo impensable… me dio un ¡manotazo! en el TRASERO DESNUDO Y MOJADO
- Plaf… eso si que no jovencito – me dijo
Y
yo me puse a llorar amargamente, acababa de faltar al respeto a mi único
aliado, ahora si estaba solo… completamente solo BUAAAAA…
Este niño me inspira tanta angustia... Y te felicito marambra lo haces tan profundo, tan real. A veces uno cree q los niños son súper resilientes, y vamos que muchos tenemos guardados rencorcitos de nuestra niñez así q me encanta q este niño refleje como le afectan el obrar de los mayores.damos por sentado q no les afecta o q olvidarán rápido, este capítulo me hizo pensar mucho.
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