Mi drama en pocos pasos
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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Enero del 2017.
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Capítulo catorce
El hombre…cito invisible
Autora: Marambra
Las cosas en casa más o menos se habían calmado entre mi
madre y yo… bueno, eso es lo que decía la gente o mejor dicho la ”familia decía”
pero en realidad no era que se calmara, sino que yo entre en un estado de
invisibilidad, sí… ya sé lo que están pensando, que eso es simplemente
imposible, pero yo después de ver aquella película del hombre invisible en los
brazos de mi tío Petre, decidí ser eso justamente: el hombre invisible y vengarme
de mis enemigos… bueeeeno ya sé, ya sé decir hombre es alardear, pero el niño
invisible sonaba prometedor y eso de vengarme… uuuuf ¿de mis enemigos?, para
empezar no sabía que una mamá podía entrar en esa categoría y aunque tampoco
quise averiguarlo, sin querer mi madre en mi inconsciente se gano esa etiqueta
justo ese mismo día, pero no por la paliza, la paliza solo le puso el lazo,
ahora lo sé, fue una etiqueta que salió a relucir el día que ella no volvió
conmigo cuando me lo prometió, porque para mí, a mis escasos 6 años su palabra
era ley y ella no cumplió con el pacto convenido y no era justo.
No
era justo porque me obligo a renunciar a muchas cosas que quizás ante los ojos
de un adulto carecían de importancia pero tenían su peso incalculable en mi,
dejar atrás a mis amigos del cole no fue fácil, dejar atrás a mi barrio no fue
lindo y enterrar a papá fue lo peor, y las pequeñas y grandes fallas todas
inconscientes que cometió mi madre se fueron acumulando dentro de mi corazón
aplastando mi alegría y la “guinda del pastel”, aunque suene ridículo porque no
creo que se haga un pastel para celebrar la tristeza, así que el locoto, la
guindilla picante, mmm el chile que ardió todo fue la paliza y con ello catapulte
a mi madre y a mi hermano como mis enemigos declarados, pero como les dije, la
venganza no fue venganza… fue indiferencia, solo que lo sabía…
Esa
tarde en los brazos de mi tío rescatado en su inmenso amor, me propuse dejar de
sufrir por las cosas que hacía o dejaba de hacer mamá con el bebé… o sea deje
que deje de afectarme, lo único que me irritaba era que lo llamaran Borja,
ahora que lo pienso, nunca lo llame de ese modo, mucho tiempo solo le decía el
bebé, creo que esa fue mi primera indiferencia es que yo amaba a mi padre y su
memoria, todo lo que hizo papá conmigo estuvo plagado de amor y atención, yo
era su mundo hasta el día que se accidento, así que no iba a ensuciar el nombre
de mi padre nombrando a mi enemigo de igual manera… pero les decía, vi aquella
peli en los amorosos brazos de mi tío Petre, lo malo es que tuve que ver esa
película no solo con él sino con tooooooda la familia, incluida mi madre y mi
hermano cosa que no me hizo gracia alguna y mi tío se dio cuenta, y como no iba
a darse cuenta si se lo grite.
- ¿Porque ella está sentada en la sala? – le pregunte con los brazos cruzados y mirando enojado a mi madre, no sé si ella me vio o no, nunca se lo pregunte, quizás como muchos adultos ella supone que yo olvide ese día, pero no es así… lo recuerdo como si fuera ayer – dijiste que veríamos la película tu y yoooo – gemi decepcionado
- ¿De que estas malhumorado ratoncito? – me dijo mi tío cogiéndome el mentón y yo lo hice a un lado, creo que fue la única vez que lo rechace… bueno esa y el día que se enfado conmigo para luego hacer las pases
- No soy tu ratoncito – le dije llorando ya, pareciera que por esa época no hacía otra cosa que llorar de toda y de nada, vaya que estuve con la lágrima fácil en el camino toda esa temporada y no sé exactamente porque; quizás el ver a mi hermano lactar el pecho níveo de mi madre, el ver a mis tías y tíos besar sus dedos, ver a mis abuelos suspirar, era como si todo el mundo confabulara contra mí, pero ahora que lo pienso era mi invisibilidad forjada, es decir, no quería que me vean, no quería que me toquen y esa confusión de emociones, de querer lo mismo y al mismo tiempo rechazar estaba pasando factura en mi, cada día estaba mas susceptible, triste e irritado y parecía que el único que registraba eso era mi tío Petre y ese día no fallo, me alzo y me abrazo y me llevo un rato la patio para que me calme porque empecé a sufrir pequeñas crisis de ansiedad y respiraba agitado, entonces él hacia cosas mágicas para que no se duerman mis dedos y ese día me cambio por un pato
- ¿No eres mi ratoncito? – me pregunto mientras yo apoyaba mi cabeza en su hombro, me gustaba esa sensación de ser acunado como lo era mi hermano en el pecho de mi madre, pero no le respondí, solo metí mi dedo a la boca para chuparlo… ¿qué vergüenza verdad?, tan grandote y actuando guagualón, pero mi tío a diferencia de todos en la casa que me reñían cuando hacia eso, el solo se sentó en el jardín y empezó a cantarme – “Patito, patito, color de café” – dijo, imagino porque estaba vestido con un polo café – “¿por qué estas tan triste?… quisiera saber” – siguió cantando en mi oído meciéndome al ritmo suave de esa infantil melodía – “si el lagunita yo te conocí, nadando bonito y siempre feliz” – y lo que no obraron las preguntas lo hizo la canción
- No quiero estar con la mamá – murmure mordiéndome la lengua en el último minuto, es que iba a decir con la mamá de Borja, no sé si fue por no llamarlo de esa manera a mi hermano o por negar a mi madre como madre mía, no estoy seguro, quizás era la combinación letal de ambas situaciones; mi tío hizo una pausa en todo, creo que hasta en respirar, porque dejo de moverse pero no me soltó, entonces después de unos largos segundos me acomodo mejor y me sentó palcado en su rodilla para mirarme de frente y me dijo
- No hay que enojarse con los papás ni con las mamás – recuerdo bien aquello – ¿sabes por qué? – me pregunto y yo moví mi cabeza negativamente sin dejar de mirarlo y luego murmure
- ¿Por qué Dios se enoja?
- A parte de eso – aseguro y yo no supe que responder, entonces me dijo – porque un papá y una mamá son seres especiales – recuerdo bien esas palabras – porque no hay dos – supongo que puse cara de circunstancias porque no entendí nada entonces mi tío dijo algo cruel pero necesario – mírate tu Duncan – y yo fruncí el ceño – tu papito se ha muerto y no habrá otro papá como él nunca más – eso era cierto, ya no habría otro papuchi para mí que me quiera como él, porque aunque mi tío me amaba, no me amaba como papá porque para empezar yo no podía meterme a su cama como lo hacía con mi padre, tampoco me raspaba la cara con su barba antes de bañarse – …puede que tu mamá se vuelva a casar – dijo y eso me asusto que levante la mirada de golpe y abrí los ojos – no te asustes – murmuro y me beso la frente – no estamos hablando de ahora, quizás en unos años, es normal que suceda a veces – me explico – pero como te decía, quizás tu mamá se vuelva casar, pero no sabemos si ese hombre te querrá como a un hijo y te considere un hijo, aun si quisiera, tampoco sabemos si tu quieras tener otro papá en tu vida – y entonces entendí, yo no quiero otro papá y bueno tampoco otra mamá
- No tengo otra mamá – le dije
- Exacto Duncan, no tienes otra mamá, sola una
- Pero estoy enojado con ella – volví a llorar
- Pues ya no te enojes, trata de abuenarte – me sonrío – ahora es una buena oportunidad – me aconsejo – entraremos a la sala y veremos la película y sería bueno que te sentaras al lado de su mami – me dijo
- Está bien – prometí, pero aunque quise hacerlo no pude
Hice
el esfuerzo lo juro, pero el ver a mi hermano en brazos de mi madre arruino mi
momento de buena voluntad, ustedes se preguntaran porqué, es que después del
incidente con mi madre por el asunto del colegio y el no querer verla, tío
Petre me había sacado a volantas de la casa tras carajear a mi mamá, y me llevo
lejos sin siquiera lavarme la cara; no sabía dónde estaba pero era un lugar
hermoso, tiempo después supe que era el lugar favorito de mi tío Petre, era un
parque que nunca vi antes, en el que había un estanque tan grande y tan hermoso
como el El Retiro en Madrid, no es que conociera aquel entonces el Retiro, ¡no
señor!, eso lo conocí el año pasado cuando viaje con mi mamá y mi hermanito a
España a conocer a su familia… un prima por ahí.
Pero
les decía, fui a ese parque con mi tío Petre, obviamente no lo disfrute en un
inicio porque solo sollozaba en sus brazos aun conmocionado con lo que paso en
casa… la paliza de mamá, pero tío Petre no me dejo consumirme en mi miseria y
obro su incalculable magia como siempre… es que mi tío Petre posee un amor
natural para con los niños y eso me hace
pensar mucho en la ironía de la vida, él ama tanto a los niños cuales quieran
que sean y sin embargo no tiene hijos propios; y no puedo a veces evitar
preguntarme, de haber tenido un hijo propio salido de su cuerpo, ¿lo hubiera
amado igual que ama a Daniel?, o lo amaría como ese amor que tienen los
girasoles al sol, siguiéndolo a todos lados sin mirar nada a su alrededor, entregándose
entero a ese ser y olvidándose del resto del mundo, como venía haciendo mi
madre lo que me incluía a mí.
Pero
bueno estamos hablando de mi tío Petre; quizás por eso Dios no quiso que tenga
un hijo, digo yo, para repartir ese amor tan grande que tiene dentro suyo entre
todos los niños abandonados evitando que sea un amor egoísta como el que creía
que tenía mi madre con mi hermano…. y digo entre los niños abandonados porque
mi tío, las mañanas de sábado acude a un hogar de menores y ayuda a las monjitas
con cualquier cosa, a veces dinero, a veces medicina, o simplemente ayuda con
su cuidado, lo supe recién porque me llevo con él a conocer a otros niños que
no tienen la suerte de tener un hogar y a enseñarme a ser servicial con el
necesitado; y doy fe, tío Petre pone el mismo cariño y amor en sus actos como
los que puso y pone en mi y seguro puso y seguirá poniendo en Daniel, ahora sé
que mi tío me quiere, me quiso y me seguirá queriendo como ama, amo y amara a
Daniel, seamos ajenos o no a su sangre.
Como
sea, aquel día obro su magia, me llevo cargado en sus brazos hasta el cabezal
de la fuente, que es nada más y nada menos que un niño orinando y a su
alrededor un montón de seres mágicos en diferentes colores, hay un sapo con
sombrero, una mariposa con sombrilla, un grillo con traje, y todo lo que te
puedas imaginar pero la estatua del niño que se orina no lo puedes ver
fácilmente porque se pierde entre las flores que crecen a su alrededor
cubriéndolo… haciéndolo invisible, yo no lo veía hasta que mi tío Petre me
explico o mejor dicho me conto que esa era la estatua de un niño que se quería
esconder de una bruja hechicera que quería comérselo y como no tenia donde mas
esconderse, las flores lo hicieron por él y lo cubrieron todo, entonces me
quede pensando en que ese niño era invisible y me acorde de la peli que Flash tenía
que ir a ver con Daniel… el hombre
invisible.
- Tío – le dije chupando mi pulgar con afán, que inconscientemente había metido en mi boca, supongo que la conmoción saco lo mas infantil de mi personalidad
- ¿Mmm? – sonrió mi tío, imagino que estaba como yo ensimismado en sus propios pensamientos o tal vez hipnotizado por la belleza del parque, como no dije nada más el me alentó a hablar – ¿qué pasa ratoncito? – me pregunto sacudiéndome un poco en su regado, no recuerdo en qué momento nos sentamos, solo sé que estaba en su regazo en una hermosa banca de madera con un techo muy particular… rosas, las rosas cubrían aquella banca como si fuera una mini casita y el olor era espectacular, puede que suene gay, pero yo asocio el olor de las rosas con mi tío Petre y con el amor de un padre
- ¿Qué significa invisible? – le dije y él me miro consternado, supongo que creyó que tras el trauma de la paliza de mamá, yo no hablaría de otra cosa, pero como todos saben, la mente de un niño es de plastilina, maleable y asaltan los pensamientos más disparatados e inoportunos en momentos en que el adulto solo ve grises
- Vaya! – Sonrió – supongo que ya paso… tu – ahora lo sé, el iba a decir mi mal humor, o mi pena o que se yo habría imaginado pero apuesto por lo segundo, solo que perdió, no paso la pena solo estaba suspendida en un paréntesis – ¿por qué quieres saber eso? – agrego acomodándome mejor sobre sus rodillas, no me puso a un lado, su intuición es grande, yo no quería separarme de él, salir de su abrazo, de su amor, de su protección, así que me acomodo de tal manera que yo estaba usándolo de silla, si, justo eso… me senté sobre él y apoye toda mi espalda en su pecho y mi cabeza en su hombro, mientras el paso sus brazos debajo de mis axilas abrazándome fuertemente como si fuera una silla de seguridad infantil, solo que más cómoda, más cálida y más amena
- Es que Flash y Dani quieren ir a ver esa película y no me quieren llevar porque dicen que no lo entendería y que además es una película para hombres grandes…
Recuerdo
que aquello arranco una carcajada a mi tío, una carcajada tan genuina que hasta
yo me contagie de ella olvidándome momentáneamente de mi tristeza, después de
eso, me invito a comer un helado y mientras saboreaba aquello, con infinita
paciencia me explico lo que era ser invisible, eso me quedo muy claro,
invisible, alguien que no te ve… y me puse a pensar, yo estaba empezando a ser
invisible para mi madre y lo más gracioso sin mucho esfuerzo, obviamente no manifesté
aquel perturbador pensamiento en voz alta, porque otro pensamiento me asalto de
nuevo, ¿sería posible llegar a ser invisible no porque el resto te deje de ver,
sino porque tu no quieres que te vean?, eso es lo que quería saber, quizás
había una manera y si podía hacerlo podría decidir quién me ve y quien no… o
mejor hacer invisible a mi hermano cosa que mi mamá me vea solo a mí…
- ¿Y cómo se vuelve uno invisible tío? – le pregunte y el no supo responder – ¿tú crees que lo expliquen en la película? – dije – porque Daniel y Flash hablaban de eso, que la peli muestra como el hombre invisible se va perdiendo y es “trasprente” – le dije y mi tío reprimió una sonrisa
- Trans pa ren te – me corrigió – Posiblemente – respondió limpiándome la barbilla que se me lleno de chocolate
- Yo quiero ver – sin querer manifesté mis pensamientos en voz alta
- Mmm – murmuro mi tío y luego me dio la solución – haremos una cosa ratoncito, voy a ver de qué trata la película y si hay escenas feas las voy a cortar para que puedas verla conmigo – me propuso y yo me sentí flotar…
Y
de verdad creí que la vería solo con él porque nunca me explico que lo haríamos
con el resto de la familia, no sé si los otros se colaron o era un plan que
urdió mi tío para que me abuene con
la mamá, en todo caso no resulto, porque con el tiempo me di cuenta que no solo
yo era invisible para mi mami, sino que ver esa película, significo el inicio
de la invisibilidad de mi madre en mis emociones…
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