Mi drama en pocos pasos: Cap. 16; Autora Marambra

Mi drama en pocos pasos

Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 19 de Enero del 2017. 
Æææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææææ

Capítulo dieciséis

Muriendo una estrella

Autora: Marambra

Mi reacción ante los celos que inconscientemente tenía a mi hermano por todo lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, hizo que sea desmedido… para mí el tema de mi padre y su nombre vinculado a mi hermano era tabú y no sabía cómo explicarlo porque no lo entendía, mi edad, mi vulnerabilidad y mi sentido de abandono habían obrado en mi de muchas maneras, casi todas negativas por no decir todas y habían provocado un cambio en mi carácter de forma paulatina, convirtiéndome en un niño taciturno y melancólico con ataques de ira y mal genio, pero no todo era mi culpa, era culpa del entorno; como les dije en un inicio yo demandaba a totalidad la atención de mi madre y al no recibirla inicialmente empecé a meterme en problemas con todos en casa y al final la repetitiva respuesta de: en un ratito espera que tu hermano esto, o tu hermano lo otro, hizo que deje de demandar a mi madre y me aleje de ella, y empiece a cuidar de mi mismo en la medida de mis posibilidades, entonces mi mundo se volvió mi tío Petre, él lo fue todo… lo sigue siendo casi a la par de la idealización que tengo de mi papá biológico, dado que en mi corta vida compartida con él solo los buenos recuerdos fueron cultivados como en cualquier niño… vamos que a esa edad casi todos los niños tiene a papá y mamá como sus héroes y la vida es un algodón de azúcar.

Pero cuando él me pregunto porque no llamaba Borja a mi hermano, sentí un algo horrible en mi corazón, acababa de pulsar un punto que ni yo sabía que tenía y podría generar esa reacción en cadena dentro de mí, doliéndome tanto pero no limitándose a ellos, sino que quería hacer daño al resto… es que el hecho de que mi tío Petre acepte a mi hermano con el nombre de mi padre, era como si me restregara a la cara la perfección que yo creía, tenía esa bola rosada y llorona que lo hizo merecedor del nombre de papá y del amor de toda la familia y el de mi madre a tal punto que no me hacían caso a mí y ¡explote!, fue la primera reacción violenta que tuve pero desgraciadamente no fue la única ni la última, pero de la otra no hablaremos por ahora.

Como les decía, desgraciadamente reaccione contra mi héroe, mi protector, mi aliado, y obvio el reacciono y me soltó un manotazo en el trasero mojado que ardió lo suyo, manotazo que me trajo de vuelta a mi realidad, acababa de darme cuenta de lo que Yo había hecho más allá de mi dolor y mi cólera y me puse a llorar con todos los pedacitos de mi corazón roto y me acurruque en la tina sin saber a dónde huir, quería abrir el tapón de la ducha y que el espiral del agua que se drenaba me lleve al mar y me coma un tiburón, me sentí tan desgraciado y tan desolado que solo podía compararme con un gusano… había hecho algo realmente abominable, había insultado a mi tiito y me quede ahí abrazando mis rodillas mientras mis lágrimas se perdían en el agua jabonosa que se escurría por mi cara y goteaba al lecho de la tina que cada vez se hacía mas y mas poca, había abierto sin querer el tapón y no me moví de ese lugar, quizás era mejor que mi abuelo me bañara, pensé… total no me dolía tanto que él llame Borja a mi hermano, supongo que mi tío se dio cuenta de que estaba llorando y que ese llanto nada tenía que hacer con el dolor físico de mi nalga, sino que iba mas allá de las fronteras de la piel y se hundía en el abismo de mi corazón que latía como loco y entonces me enoje con Dios ¿cómo pudo ser Dios tan malvado conmigo y  robarme a mi papá?, me pregunte con un nudo en la garganta, todo eran tan hermoso con él, papá me amaba, mamá me amaba y no necesitaba del amor de nadie más, de no ser por su muerte no hubiera tenido que estar mendigando migajas de cariño de un extraño, porque mi tío Petre no tenía ningún lazo sanguíneo conmigo y entonces comprendí que su amor era una mentira ... una pantalla, y ¿cómo no serlo?, si el resto de la familia no me veía, si mi madre no me registra… al parecer solo estaba viendo  viviendo trocitos de una ilusión.

• Te odio murmure – y mi tío retrocedió, ahora comprendo… creyó que se lo decía a él, pero no era a él; como sea él supo superar el mal trago supongo y cambio sus facciones en una milésima de segundo como si nada hubiera pasado y se acerco a mi pese a mi negativa
• No importa igual te quiero – me dijo él y me alzo en sus brazos sin importarle mojarse su ropa de oficina, porque hasta ese momento él no se había cambiado y me apretó a su cuerpo – y no puedes enojarte por corregirte Duncan, eso también es…
• NO TE ODIO A TI SINO A DIOOOOSITO – me puse a llorar más con hipos y todos sin responder a su abrazo ni a su caricia, estaba rígido como una tabla de surf, tan tenso que me dolía el alma, pero pese a eso él me abrazo con mayor fuerza y me acomodo así desnudo como estaba sobre sus rodillas y no dijo nada, dejo que llore y reniegue – el me ha quitado a mi papa y ha hecho que nadie me quiera – dije asfixiado en su pecho y en llanto – YA NO CREO EN EL, EL ES MALITO – acababa de perder la fe – ya no voy a rezarle nunca maaas – amenace y mi tío, sin soltarme abrió el grifo del lavamanos y cogió un vaso que siempre había ahí para tomar medicamentos y me sirvió agua haciéndomela beber de a sorbos sin dejar de murmurar y acariciarme
• ¡Oh mi vida! – dijo tío Petre, seguramente dándose cuenta de algo que yo ignoraba, acababa de tocar fondo en mi depresión, es que un niño pierda la fe es signo de alarma – no puedes echarle la culpa a Dios de la muerte de papá – me dijo acariciando mi frente sudorosa, besándola sin cesar y meciéndome ahí al borde la tina donde se sentó él – fue un accidente hijito, no fue Dios, Dios nunca hace cosas malas – me aseguro pero yo tenía mis serias dudas al respecto, pero mi tío tenía razón no fue Dios, fue el tren, el tren se lo había comido con su enorme boca de hierro y había triturado su cuerpo a tal punto que no pude ni verlo en el cajón – tu no puedes dudar de ÉL – agrego
• Pero mi papito ya no estaaaa, ya no tengo quien me cuiiiide – llore haciéndome cada vez más chiquitito, me dolía el pecho ya de tanto gemir
• Shuuuu shuuu ohhh mi niño hermoso – dijo mi tío Petre en un mimo tan infantil – como que papá no te cuida, papá te cuida desde donde está, desde el cielo – y siguió meciéndome mientras volvía a cargar la tina
• Pero yo quiero que este aquí conmigo, quiero irme a casa A MI CASA… quiero que todo sea como aaaantes – volví a sollozar y mi tío se armo de toda la paciencia del mundo para hablarme
• Nada es como antes Duncan, cada día cambiamos y la vida cambia, algún día lo vas a entender
• ¿Por qué no ahora? – le dije y mi tío se quedo callado y entonces entendí que no tenía todas las respuestas como mi papá… pero bueno eso era dable, tío Petre no era mi papá, era el papá de Daniel y seguro tenía todas las respuestas de su hijo, eso lo sé, porque mi papuchi decía eso, que un papá lo sabe todo de sus hijitos
• …Mmmm porque ahora eres muy niño Duncan, son cosas para viejos además – murmuro – pero no quiero que vuelvas a pensar que estas solo o que nadie te quiere – me dijo alzando mi cara para que lo mire, porque sinceramente mi cara se había caído al suelo de vergüenza, de pena y de todo lo que sentía – YO te quiero – me aseguro – y te quiero mucho como a un hijo, porque yo quería mucho a tu padre… 

Y me contó una historia que no sabía, ellos habían sido los mejores amigos en el colegio, no entendí muy bien eso de la lealtad de los amigos y hermanos de sangre y pactos gitanos y no sé que mas, lo único que sabía era que había un montón de cosas que ignoraba de mi padre y otras tantas que nunca llegaría a conocer porque se había muerto y muchísimas ni su familia conocía, como la historia que me contó mi tío Petre.

• ¿Ves esto? – pregunto mostrándome una cicatriz en su palma
• Si ¿qué es? – le dije tocando esa marca que me hizo recuerdo a papá, papá tenía una en su mano derecha también
• Esto es un pacto de sangre que hice con tu padre – me confesó en voz baja mientras me volvía a meter en el agua – nadie en casa lo sabe, era un secreto entre tu padre y yo – me dijo muy serio – y ahora que lo sabes tu, es un pacto entre tu y yo
• Un pacto que es eso – quise saber
• Un pacto es un trato que no se puede romper – me dijo frotando mi espalda y me quede pensando
• ¿Por eso me cuidas?... porque era un trato con mi papá – le dije y mi tío sonrió
• Te cuido porque te quiero, mi amor por ti nada tiene que ver con el pacto con tu papá, cuando seas mayor te lo voy a explicar
• Porque no ahora
• Porque eres un niño Duncan, y eso es cosa de mayores – me dijo y no me quedo otra que aceptar eso
• ¿Y yo no puedo tener un pacto? – quise saber, era algo que me interesaba
• Claro que si, un pacto no es más que un trato serio entre dos personas, un compromiso verdadero… es la palabra de dos caballeros – me explico y luego cambio de tema, supongo porque me quede callado – ahora dime, porque no quieres llamar a tu hermano por su nombre – insistió y yo volví a tensarme, pero esta vez guarde mi agresividad dentro mío, no fue fácil ¿saben?, porque mi corazón empezó a latir como loco, supongo que era el enojo que quería salir y golpear la cara de mi tío esta vez
• Porque ¡no es su nombre!, es el nombre de papá, no de ese bebé feeeeo – repetí agresivamente, pero con una agresividad que teñía solo mi voz y me hice a un lado, ya no quería que me bañe, que me toque, nada… estaba construyendo una barrera entre los dos y él se dio cuenta
• No te enfades Duncan, no es culpa del bebé ni mía – dijo con calma bajando el brazo al notar que yo estaba a la defensiva
• Lo sé, es culpa de Diosito que quiso que mi hermano se parezca a mi papá y por eso lo aman todos y por eso le dieron su nombre – murmure y mi tío paro las orejas – en cambio a mí me han dado el nombre de un desconocido – empecé a sollozar, realmente el tema del nombre de mi hermano era un dolor insoportable para mi corazón – no me parezco a papá por eso no me llamo Borja y por eso mamá no me quiere a mí, solo al bebé – y volvía llorar – y tu tampoco me quieres ahora porque soy maaaalo y te dije una maaala palabra – volví a deshacerme en llanto, ahora que lo pienso fue patético
• ¡Oh, mi pedacito! – dijo mi tío 

Y volví a estar en sus brazos envuelto en una toalla y en su inmenso amor, supongo que mi tío tenia sentimiento de culpa porque lo vi derramar una lagrima cuando me abrazaba y murmuro algo en mi oído que nunca olvidare y que todavía no comprendo…

“Un niño nunca debe perder la fe, eso es como ver morir

una estrella en el firmamento”… (Angélica Escalier)