viernes, 29 de diciembre de 2017

Correo Navideño 14: Negros pensamientos; Autora Marambra

Correo Navideño
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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Diciembre del 2017. 
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Negros pensamientos
Para: Musse
De: Marambra

  • La curiosidad mato al gato jovencitos – murmuro Albus Dumbledore justo detrás de un curioso Harry Potter que junto a un asustado Ron fueron descubiertos en plena faena… mirar descaradamente lo que hacia el profesor Severus Snape a través de la cerradura de sus habitaciones privadas, un acto que para muchos estaba impregnado de evidente malicia
  • Profesor Dumbledore – respondió Herry parándose de inmediato haciendo caer a Ron que perdió el equilibrio al ser empujado por su amigo, es que uno miraba por la cerradura y el otro justo sobre su espalda pego el ojo a una ranura que se había formado en la regia puerta de madera – yo yo… yo estaba – empezó a tartamudear y morderse los dedos comiéndose sus uñas, era evidente que estaba nervioso
  • Buenas noches Harry – sonrió el anciano complacido por su tartamudeo, lo que le aseguraba que ambos chicos estaban haciendo una travesura y que fueron sorprendidos en el proceso, cosa que a él le encantaba, encontraba sana la diversión, la curiosidad y las travesuras sobre todo a esa edad… diez años, total, toda la generación de Potter estaba entrando a la última etapa de su niñez, pronto serian adolescentes y las risas descaradas serian sustituidas por gruñidos y mal humor, así que si, disfrutaba de las pequeñas diabluras, siempre y cuando sean exentas de maldad consciente  – espero que te hayas lavado las manos y cortado las uñas, sino podrías enfermarte – agrego apartando la mano del pequeño de su boca mirando sus uñas poniendo mala cara al ver lo negras que estaban, y no es que estuvieran sucias a propósito, sino que estaban teñidos de pigmentos de la última clase de pócimas inofensivas
  • Perdón… perdón profesor, buenas noches debí saludarlo primero – se disculpo de inmediato tragando saliva y tratando de restablecer la compostura, mirando el suelo como siempre que estaba preocupado, era tan adorable a esa edad, menudito, flaco y con el pelo siempre despeinado, pero sin lugar a dudas con una inocencia sin precedente en la mirada pese a la tristeza de no tener padres – pero si me lave las manos con jabón solo que no sale la tinta – se excuso escondiendo de inmediato sus manos
  • Buee buenas noches profesor Dumbledor, yo también debí saludarlo – interrumpe Ron frunciendo el ceño como si pensara y se diera cuenta de lo que estaba pasando – que lo trae por aquí – agrego de inmediato relamiéndose los labios y limpiándose las manos al bolsillo a tiempo de guardar a su asquerosa rata en uno de ellos; Albus sonrió para sus adentros, por lo visto el miedo hacia a un lado la timidez del pelirrojo y el descaro asomaba sobre su rostro, interesante pensó observándolo ávidamente
  • Será muy apuesto de grande pese a su pelo rojo, ¿verdad?” – le murmuro de pronto una bonita niña que se mecía en un columpio en uno de los cuadros que estaban colgados a lo largo de aquel raro pasillo
  • ¡Oh sí!, lo será le respondió dándole la razón, mientras cogía el rostro de Ron haciéndolo a un lado para estudiar su perfil – buenas noches Ron – respondió recién al saludo del muchacho, imperturbable como siempre devolviéndole la sonrisa escondiendo el enigma de sus pensamientos, poniendo más nerviosos al par de traviesos – y lo mismo me pregunto yo, ¿qué es lo que los trae por aquí a estas horas de la noche?, ambos deberían estar más bien en sus habitacionesles recordó haciendo un carraspeo en la garganta
  • “Bueno, bueno ya entendí” – respondió esta vez en voz alta el hombre de la hora que había despertado cuando Albus lo apunto con su vara iluminando su rostro y tras bostezar teatralmente metió la mano a su bolsillo con evidente desgana y cansancio, extrayendo un exquisito reloj a cuerda antiguo con cadena y se puso sus lentes redondos para mirar mejor y murmurar aburrido – “pues es hora de decir buenas noches… zoquete” y se giro para volver a dormir después de insultar descaradamente a Albus, algo que nunca habían visto los chicos, pero bueno a los cuadros no se les puede decir nada, además aquel hombre pintado era más viejo incluso que el propio insultado
  • Ya habéis oído ambos, es hora de ir a la cama – agrego Albus mirando a ambos niños que parecían no tener intención de moverse de su lugar y claro sin atender la falta de respeto que le manifestó el cuadro
  • Tiene razón profesor Dumbledor, es hora de decir buenas noches – contesto descarado Ron, algo poco habitual, por lo general tartamudeaba cuando estaba nervioso y huía pronto de ser posible de las represalias, por lo visto algo muy jugoso tenían entre manos ambos chicos – así que nos marchamos ya para acostarnos, debería hacer lo mismo – agrego, jalando del brazo a Harry haciéndole una señal para que corran y desaparecer, pero por mucho que movían las piernas ninguno lograba moverse, estaban florando en el aire sin tocar el piso y moviendo las piernas como en una maratón, mientras el anciano los veía sin decir nada pero riendo a carcajadas mentalmente, parecían un par de hámster en una bola de plástico transparente – pero que… ¿qué sucede? – pregunto Ron a Harry
  • No lo sé – murmuro suavecito – emmm profesor – se animo a hablar con Albus que no dijo ni hizo nada al respecto, excepto mirarlos complacido – ya nos vamos a dormir, tenemos mucho sueño, ¿verdad Ron? – y le golpeo un poco el costado para que le siga la corriente mientras Albus continuaba mirándolos muy serio, que graciosos eran los niños a esa edad, tan transparentes y tan torpes además de inocentes creyéndose que por ser anciano no oía ni veía  bien, ja
  • Mmja – murmuro sacudiendo su cabeza en un sí como un muñeco hawaiano – eso es cierto, tenemos mucho sueño – y abrió la boca en un bostezo forzado – ammmg ammgg – haciendo ruido de paso como si fuera un león de peluche malogrado
  • Pues eso es excelente, dormir es muy bueno sobre todo para los niños de su edad – respondió Albus dándose la vuelta dejando a ambos chicos a propósito suspendidos en el aire sin dejar de patalear – en mis tiempos yo dormía bastante y me encantaba un pijama…  – y empezó a hablar de su niñez mas por broma que por otra cosa, raras veces podía jugar a su antojo
  • Ehhh que bueno profesor – interrumpió Harry desesperado mientras Ron trataba de hacerlo callar, convencido de que él podía hacer algo – y nos gustaría oír toda la historia, pero de verdad tenemos mucho sueño – repitió
  • OH, por supuesto, pero que distraído que soy si es casi la media noche – respondió Albus dándose le vuelta dejándolos ahí pataleando para volver a preguntar – ¿y qué esperan para ir a sus aposentos? – era claro que se estaba burlando de ambos escondiendo su descarada y divertida sonrisa
  • Es que no podemos movernos, usted quizás podría… por favor digo – y hacia un gesto con la cabeza mostrándole lo que sucedía – ¿podría soltarnos por favor?
  • Podría, si – contesto – pero no sé si es buena idea, quizás es mejor dejarlo ahí hasta que el profesor Snape se haga cargo del asunto – respondió impávido estudiando los rostros de ambos
  • ¡¿Ese quejica hizo esto?! – grito Harry al ver que Albus se marchaba, como era de esperarse Albus se freno y regreso sobre sus pasos e hizo algo que nunca hubieran imaginado ambos chicos, puso su mano suspendida con la palma abierta mientras una luz iluminaba un tercer cuadro, el de una dama que se peinaba sus largos cabello
  • “Estoy muy ocupada” – dijo ella con desdén mirando a Albus enojada
  • Lo sé querida, pero esto es de suma urgencia – respondió él anciano como siempre con esa voz suave y serena – sino, no te pediría este pequeño favor, prometo compensarte con rosas rojas mañana – agrego y ella sonrió mirando curioso a Harry
  • “AHHH es para él” jjijijiisonrió entregándole su cepillo de pelo, un hermoso cepillo de madera de cedro por cierto
  • Gracias – murmuro inclinando la cabeza tras coger el cepillo – es que alguien tiene que aprender ciertos modales
  • Pero si no dije nada maaaalo – se quejo Harry de pronto en el piso junto a Ron, no supieron en qué momento Albus los bajo y dejaron de correr en el nada
  • ¿Y llamar quejica, así como así al profesor Snape te parece correcto? – pregunto Albus calcándole un solo cepillazo en el trasero – CLAAAP
  • Auuchh Profesoooor – se quejo Harry aliviado de ver que Albus le devolvía el cepillo a su dueña mientras ella coqueta le recordaba su promesa
  • “Me lo debes, rosas rojas como… ya sabes” – murmuro riendo con descaro mirando el traste de Harry haciendo que el niño se sonroje y saque las manos de su retaguardia
  • Si rosas rojas – aseguro Albus y la dama del cuadro volvió a dormir, y los chicos volvieron a ser suspendidos en el aire de nuevo
  • Oh no, no no – se quejo Ron – esto no es bueno, dile que nos baje – le exigió a Harry en voz muy bajita
  • ¿Y por qué yo? – quiso saber, después de aquel cepillazo no quería tratos ni contratos con Albus
  • Porque a ti te hace caso, porque más
  • Si seguro – respondió irónico
  • Anda no seas así, que si se va, Severus nos pilla y nos convertirá en cucarachas – dijo con un tono tan asustado que hasta Albus se lo pensó mejor, pero luego quiso saber que haría ese par, así que siguió adelante
  • ¡Profesor Dumbledor no se vaya por favor! – le pidió casi gritando con el miedo de que Severus los pille, pero Albus había echado un hechizo que los hizo a todos invisibles e inaudibles, así que nadie los podía ver, tocar ni oír… excepto él – ayúdenos y haremos lo que usted quiera – prometió y Albus ahora si sonrió abiertamente de oreja a oreja
  • Está bien – dijo Albus justo tras de ellos, haciendo saltar el corazón de los dos muchachos del puro susto, Abus no era de los que disfrutaba asustando a nadie, menos a los niños, pero por alguna razón disfruto de hacer justo eso y justamente con aquel par, quizás eran los lentes sucios de Harry que le daban ese aire de niño bueno, o el pelo rojo de Ron o sus rodillas parchadas, como sea le recordó su propia infancia, uuuufff de eso siglos atrás – ¿ahora me dirán que estaban haciendo ustedes mirando con tanto afán por la cerradura del profesor Snape? – pregunto con una ceja elevada y ambos chicos tras suspirar empezaron a explicarle lo que había visto
  • Es que el profesor Snape – respondió Harry recordando llamarlo con respeto, sobre todo después del cepillazo – está haciendo un conjuro que no pillamos en ningún libro – le explico muy serio – incluso se lo preguntamos a Hermoine y tampoco sabe, así que si no lo sabe ella no lo sabe nadie, excepto quizás usted – sugirió volviendo a mirar la cerradura, cosa que también hizo Ron sin lograr ver nada, pero es que él de verdad no veía nada a diferencia de Harry
  • ¿Un hechizo? – murmuro Albus mirando en la palma de su mano, él no necesitaba acercarse a la cerradura para curiosear, el podía usar sus poderes y ver lo que le interesaba sin ser descubierto, ventajas de su edad – ¿qué clase de hechizo? – le pregunto a Harry bajando su mano, no necesitaba ver mas allá de eso, pero Ron lo interrumpió tras gritar
  • ¡NO hay ningún hechizo! – y Albus se dio cuenta de lo frustrado que estaba Ron al no ver nada de nada, mientras Harry aseguraba que ahí estaba, que lo estaba haciendo de nuevo – yo no veo nada, como tampoco lo vio Hermoine – agrego enfadado – creo que te estás inventando – acuso derrotado de querer ver sin éxito lo que veía Harry
  • ¿Y cómo sabes que es un hechizo? – quiso saber Albus mirando atento en su mano lo que hacia Severus
  • Es que habla y habla y habla y mueve las manos como cuando nos da clases – eso era lógico pensó Albus, las personas tienen hábitos que usan inconscientemente pero que no pasan desapercibidos al resto – y sobre su cabeza saltan humos que no sabemos que son – agrego incluyendo a Ron mas para que su amigo no piense que no vio nada
  • Yo no veo nada – volvió a decir Ron cruzando sus brazos, pero su curiosidad hizo que vuelva a pegar un ojo en la cerradura – ¡ay no!, ¡ay no!… ¡no lo puedo creer! – dijo entusiasmado reglándoles  a ambos un sonrisa – ¡es cierto!... ¡es cierto ahora lo veo! – grito Ron entusiasmado, a último minuto volvió a acercarse a la cerradura y logro ver lo que Harry veía, pero no solo vieron ellos sino también Albus… y Albus elevo una ceja, ¿sería posible que los chicos estén viendo lo que nadie en siglos logro?, excepto él y el propio Severus claro y de ser así ambos tenían un don incalculable que nada tenía que ver con la magia sino mas bien con los sentimientos
  • ¿Es un conjuro verdad profesor Dumbledore? – preguntaron a coro Harry y Ron, con los ojos prácticamente bailando en sus cuencas y con una sonrisa de oreja a oreja
  • No estoy muy seguro y de serlo, no lo discutiría con ustedes – contesto sonriendo cariñosamente y poniendo sus manos sobre los hombros de ambos niños empezando a conducirlos a sus alcobas – es hora de ir a la cama niños; es demasiado tarde para ambos y mañana tienen que estar a primera hora en clases justo con el profesor Snape
  • ¿Y usted cree que nos enseñe mañana el conjuro que está practicando? – pregunto emocionado Harry lanzando un gran bostezo
  • Puedes ser, si, porque no… pero les aconsejo no mencionar nada de lo que han visto, recuerden que el profesor Snape también enseña a otros estudiantes de cursos superiores y quizás lo que practica no es para ustedes – les aconsejo y los tomaron su consejo con decepción claro esta

Pero lo que estaba aun más claro era, que aquel consejo fue dado para despistar a los niños enteramente y no porque el profesor Snape este practicando ciertamente un conjuro para los alumnos de cursos avanzados, sino porque estaba proyectando un pensamiento en particular que hacia crecer su enojo, lo que ocasionaba que sobre su cabeza salten humos, fenómeno que solo le ocurría cuando realmente estaba indignado y ahora lo estaba.
Severus Snape, tenía un pequeño don que calificaba también según se mire y por quien como un minúsculo defecto, que compartía con Dumbledore, ambos podían leer los pensamientos de otras personas sin necesidad de usar la magia, pero solo Severus podía sacarlos a la luz como una película en tres D sobre su cabeza o la cabeza de quien él quisiera y eso era justo lo que Harry había visto y ahora Ron también y lo vieron porque ambos eran puros de corazón, pero sobre todo porque uno de ellos era la victima de aquel pensamiento que por cierto no era suyo sino de Draco Malfoy, eso mismo… el profesor Snape se había adueñado de uno de los pensamientos más oscuros de Draco por pura casualidad como solía ocurrir algunas veces cuando su intuición desbordaba y esa misma intuición no lo dejo tranquilo hasta que revivió aquel pensamiento enterándose de esa manera que fue Draco Malfoy quien rompió su varita y la puso en el bolso de Harry.

  • Alguien se ha portado muy mal por lo visto – susurró Albus materializándose en el dormitorio de Severus, poniendo su mano en el hombro de su gran amigo sin dejar de observar la verdadera cara de la diabólica travesura que había cometido Malfoy y que le costó a Potter una buena paliza porque claro ¿quién iba a dudar de las huellas?
  • Ciertamente, pero no solo eso, sino que me vio las caras – contesto Severus mientras volvía a mirar lo que hizo Malfoy apretando un lápiz con sus manos – pero como de costumbre nada se puede hacer – suspiro frustrado pensando en que Malfoy era intocable

Y recargo pesadamente su espalda sobre su butacón, ahuyentando con sus manos la nube de humo que había cobrado vida sobre su cabeza y replicaba lo que Malfoy había hecho, pero sin evitar que Albus pueda ver la malvada sonrisita que dibujo uno de sus estudiantes, una clara sonrisa de satisfacción por el éxito del perverso plan.

  • No estoy de acuerdo con usted profesor Snape, nuestra escuela de magia siempre se ha caracterizado por su justicia y disciplina – hablo Albus sabiendo a que se refería Severus, a que Draco Malfoy gozaba de cierto grado de inmunidad debido a su linaje
  • ¿Justicia?... me pregunto qué opinaría Potter de enterarse que fue castigado “injustamente” – contesto irónico pensando en aquel horrible momento en que oyó la vara del profesor Dumbledor sobre el trasero de Harry día antes
  • Bueno Severus, que no te quite el sueño eso, Potter es un niño y no tiene porque enterarse de los pequeños fallos de nuestra justicia… somos magos Snape no dioses – sonrió el viejo director – lo que más bien tenemos que hacer es que su padre se entere de la verdad y sea castigado por sus actos, hasta él sabe que robar la vara de otro mago es un delito imperdonable
  • Ya, como si Lucius Malfoy fuera hacer algo – contesto enfadado, conociendo al padre de Draco seguro premiaría a ese mocoso
  • Puedo ser muy persuasivo – sonrió Albus contento con su idea
  • ¿Qué es lo que estas planeando viejo zorro? – pregunto Snape soltando su bien acostumbrado estrés
  • Nada que no haya cruzado por tu mente

Respondió y se retiro a su alcoba a descansar, dejando a Snape pensando que podría hacer para que Lucius se entere de lo que había hecho Draco, de tal forma que no sé de por desentendido como solía hacerlo…
Y fue cuando se le ocurrió recurrir a la curiosidad natural de los espectros que habitaban la escuela y que mejor que murmurar o dejar ver sus pensamientos mientras se paseaba por los pasillos de Hogwarts esperando que alguno de los famosos fantasmas muerda el anzuelo y dio resultado, Myrtle se encargo de esparcir el suculento chisme justo el día que los padres venían a recoger a sus hijos para pasar las navidades en casa y entre ellos nada más y nada menos que Lucius Malfoy a quien no le gusto nada de lo que Myrtle gritaba, y claro quería explicaciones, pero no de su hijo sino de Dumbledore, porque aquello era una gran ofensa para su linaje.

  • Quiero saber qué es lo que estás haciendo para callar el horrible rumor que esa mugrosa esta esparciendo en los pasillos – dijo enojado materializándose en el estudio de Dumbledore interrumpiendo su te de la tarde, un té que no era un te cualquiera, era el té pre navideño, el colegio iba a entrar en receso escolar por navidades y como era de esperarse, él y Minerva McGonagall estaban reunidos para preparar la navidad para los pocos estudiantes que se quedaban en el colegio por una u otra razón, entre ellos Potter – Dumbledore estoy hablando contigo – exigió enfadado por su falta de empatía con su indignación
  • Nada – respondió imperturbable sorbiendo un poco más de si humeante té con aroma a jazmín
  • ¿Y se puede saber por qué? – quiso saber quitándole su galleta de jengibre
  • Porque es un rumor fantasmal y nada puedo hacer al respecto, excepto – y se calló convenientemente
  • ¿Excepto? – repitió esperando una respuesta
  • Excepto convocar a tu hijo y a Severus para salir de dudas – contesto elevando una ceja, dándole a entender a que se refería
  • ¿Quieres que lea sus pensamientos? – pregunto ofendido
  • Es la única manera de saber si es cierto o no y tú lo sabes…

Y con esa respuesta no le dio opción a hablar ni alegar nada, porque nadie podía decir que un fantasma se inventaba cosas, ellos solo repetían lo que veían u oían; así que Lucius se vio obligado a acceder y en menos de diez minutos estuvo Draco Malfoy y Severus Snape en el despacho de Dumbedore.

  • Creí que nos íbamos a casa papá – gruño Draco dejando su bolso escolar sobre la mesa de Dumbledore, sintiendo ya no más un horrible dolor en la oreja, su padre acababa de darle un jalón por su falta de educación – AUUU
  • Modales jovencito… modales – repitió y Draco se quedo callado – ahora saluda y siéntate – le ordeno prácticamente empujando a su hijo hacia el viejo Albus – estamos esperando – murmuro a su oídos y a Draco no le quedó otra que saludar
  • Buenas tardes profesor Dumbledor, buenas tardes profesora Minerva – hablo en voz baja extendiendo la mano al saludar
  • Buenas tardes Draco – contestaron ambos con una sonrisa enigmática como siempre – por favor toma asiento – lo invito Albus y Draco se sentó en la silla que le designaron, que a propósito estaba al centro justo de la sala, lo que lo puso muy nervioso – bueno señor Malfoy – le hablo como siempre se dirigía a sus estudiantes – seguro se preguntara que está sucediendo – volvió a hablar Albus siendo interrumpido por Severus que acababa de llegar
  • ¡OH! perdón, siento interrumpir… pero me llego una lechuza para una reunión importante – se disculpo mirando a Lucius y a Draco en el salón, sabía que tarde o temprano esto ocurriría pero no imagino que fuera tan pronto
  • Profesor Snape lo esperábamos… pase por favor – invito Albus
  • Yo me retiro – se disculpo Minerva, no quería inmiscuirse para nada en este asunto – tengo que ocuparme de los regalos – sonrió y desapareció en el aire y fue cuando Lucius tomo la palabra
  • Draco hijo – dijo tras carraspear incomodo – como te habrás dado cuenta Myrtle esta esparciendo un incomodo rumor – le explico apenas Draco le puso atención – ¿quieres decirme que de cierto hay en eso?...
  • ¿Qué rumor? – pregunto poniéndose nervioso
  • Que fuiste tú quien saco la vara del Prof. Snape, la rompió y la coloco entre las cosas de Harry para que cargue con la culpa – murmuro Dumbledor
  • NOOO… YOO – grito desesperado y fue cuando Snape volvió a apoderarse de sus pensamientos y obro su magia y su padre pudo ver lo que su hijo hizo desde un inicio hasta cuando se escondió para ver a Harry ser castigado por Albus
  • No te atrevas a mentirme Draco Malfoy – interrumpió su padre mirando fijamente sobre la cabeza de su hijo de donde salían sus pensamientos como pequeños duendes reproduciendo su travesura – NO te atrevas a mentirme – repitió y Draco elevo los ojos mirando sus pensamientos por primera vez llevándose un gran susto
  • YO YO – tartamudeaba – ESTO ES UNA CALUMNIA – aseguro tratando de voltear la tortilla a su favor, pero solo consiguió que su padre se enfurezca, porque si algo había que molestaba a Lucius mas que cualquier cosa, era que su hijo no quiera hacerse responsable de sus actos, lo consideraba indigno de un sangre pura
  • ¡QUÉ CALUMNIA NI QUE NADA! – grito su padre verde del enojo sin poder eliminar los repetidos pensamientos de su hijo por mucha magia que usase, lo que lo hizo enojar peor porque pudo ver lo mismo que vio Snape… la burlona sonrisa de satisfacción de su hijo cuando rompió la vara de Snape en sus rodilla – ¿cuántas veces te he dicho que un Malfoy JAMÁS se rebaja a usar sucias tretas? – y con un giro de sus dedos logro poner a su hijo sobre su regazo y con otra señal el pantalón fue eliminado mientras un grueso cinturón aparecía en el aire cayendo sobre su palma abierta, iba a darle a su único hijo una valiosa lección sobre la honestidad de sus actos
  • NO… SUEEELTA PAPÁ… SUELTA ME AVERGÜENZAS – grito agitado Malfoy sin poder creer que su padre le haga aquello
  • Pues deberías avergonzarte de tus actos – regaño su padre sujetándolo en su regazo, pensando en lo mucho que había crecido el último año
  • Pero él iba a ganaaaar – chillo en defensa Malfoy recordando el tonto concurso que habían inventado los gemelos Weasley de adueñarse de las varas mágicas de tres profesores y devolverlas sin ser vistos y aunque se callo para no hablar del tema no sirvió de nada, pues sus pensamientos seguían proyectándose sobre su cabeza, cosa que enojo a su padre, porque para él era importante que su hijo se concentre en sus estudios y no pierda el tiempo
  • PEOR TODAVÍA – chillo Lucius – ¿cuántas veces te he dicho que TU ÚNICO DEBER es estudiar magia?… No venir a perder el tiempo con jueguitos tontos – pregunto sin poder evitar un dejo de desprecio en la voz, era demasiado humillante para él que su hijo se rebaje a hacer trampas para ganar un simple concurso sin premio siquiera… – ZAS ZAS ZAS – y sonaron los tres primeros cinturonazos dibujando tres horrendas marcas de color vino en la lampiña piel de su hijo mientras éste abrió los ojos como platos y grito como si no hubiera mañana
  • Aaaaggg NOOO papá dueeele – se quejo llevando las manos para taparse, pero Lucius las atrapo sobre su espalda antes de volver a calcar el mágico cinturón unas cuantas veces mas
  • zaas zas ZAS ZAS zas zas ZAS ZAS ZAS
  • BUAAAA…

Y de pronto toda la habitación quedo en silencio Lucius abrazo a su hijo con infinito amor, mientras Albus y Severus desaparecieron en el aire satisfechos con haber logrado su objetivo, que pague por su culpa quien realmente rompió la varita mágica del profesor Snape.





Mi querida Mussita, espero que hayas pasado una hermosa navidad en familia y ahora te deseo todo lo mejor para Año Nuevo.
Con cariño:

Marambra

8 comentarios:

  1. awwww, bonita muchas gracias!!! Me encanto este regalito <3 <3 <3
    tiene todo lo que yo queria awww

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  2. Jjejeje pobre Draco! Aunque era hora que pague por sus crímenes. Excelente marambra!!

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  3. QUe bonito relato, Draco castigado, eso si es nuevo, lastima que no tome parte del libro original.
    Sofi

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  4. jajajaja que lindo relato!!
    Me gustó que hubo justicia!!
    jajaja pero pobre Harry no se salvó de un buen cepillazo jajaja
    Marambra amiga que tu 2018 sea magnifico y que Dios te bendiga mucho para que nos sigas regalando éste maravilloso espacio que de verdad es muy lindo!!
    Mis mejores deseos para ti y tu familia!!

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  5. Marambra que divertido regalo, quien iba a imaginar que Draco pagaria por sus maldades, este relato hizo justicia a años de ser oscuro en los libros originales, jeje.
    Me gusto la escena con los cuadros, sobre todo el cepillo de la dama y el cepillazo a Harry.
    Feliz Año Nuevo para ti, que todo se cumpla como desees.
    Ginebra

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  6. Muy Justo me parece, cada quien que pague lo que le toca jajaja, lindo relato amiga

    Exclente 2018

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  7. Al fin se hace justicia, Draco se merece eso y mas por ser tan malo con Harry.

    Erina

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  8. Justo lo justo, se lo gano, me encanto esta version de Harry
    Olivia
    PD felices fiestas amiga

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