Correo Navideño 1: La escapada de Nacho, Autora Nicole

Correo Navideño

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Diciembre del 2017. 

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La escapada de Nacho

Para: Egly

De. Nicole

• ¿Qué Onda guey, que dijeron tus papás del permiso? – dijo Juan Pablo Zurita un amigo mexicano que conoció Nacho vía internet y que había llegado a visitarlo
• Este… claro que sí – dijo él intentando sonar seguro
• ¡Genial! – exclamo emocionadísimo – ¿A que no sabes quién va venir?
• No ¿Quien…?
• Pues el pinche Mario, el colombiano este que es bien loco
• Ah sí… sí, pero ¿no que a él no le gustaban las fiestas, ni tomar, ni nada de esas cosas?
• Ah ¿Y a poco le creíste? ¡No mames! Ese guey es bien mentiroso
• Ah bueno y ¿A Mario si le dieron permiso de ir?
• Obvio, ni que tuviera 6 años
• Si, tienes Razón.
• Bueno acá te espero pues, no te vayas a rajar a última hora
• Claro que no, allá estaré – dijo Nacho despidiéndose

Ignacio había conocido por internet a dos amigos muy rumberos, uno era de Ciudad de México y el otro de Bogotá, ambos habían coincido con un viaje familiar a Mar del Plata e iban a organizado tremenda fiesta de Navidad en la casa que alquilaron con antelación cerca a la zona turística del lugar… y bueno decidieron invitar a su amigo virtual Nacho, este acepto sin pensárselo dos veces, pero no había pedido permiso y sabía de sobra que si hablaba con Edgar así lo hiciera en los mejores términos no iba a conseguir nada, simplemente sería un NO rotundo sin derecho a reclamos, el no conocía Mar del Plata y quería ir, pues tendría la oportunidad de compartir con sus nuevos amigos, ¿pero cómo hacer para volarse a otra ciudad?, si necesitaba el permiso de su progenitor. Pensó una y otra vez hasta que se le vino una idea a la cabeza. Sí, eso haré, si hago creer a Papá que es una nota del colegio pues sí que la firmara y al fin podré ir, le diré que estaré con Nadia un par de días y que me llevo a Mateo conmigo; se hablaba así mismo entusiasmado

• Papá – dijo él al ver a su padre organizando unos documentos del trabajo y a la vez escribiendo en su computador portátil unos correos para posteriormente enviarlos
• Si hijo ¿Dime? – pregunto Ed sin despegar la vista del computador
• Es que necesito que me firmes esto – y puso la nota rápidamente en el escritorio aprovechando que su padre seguía distraído
• ¿Y esto que es hijo?
• Es una nota para la fiesta de Navidad en casa del profe Gutiérrez, nos vamos desde el veintitrés y regresamos el veinticinco en la tarde, espero no te moleste, pero es importante la convivencia y además Nadia y Mateo irán conmigo – tampoco podía dudar, ellos pasaban clases hasta el 22 de diciembre, pero ¿una fiesta?
• Pero – dudo un momento pero luego se lo pensó mejor – está bien puedes ir, no tengo líos con eso, pero el niño no, que solo tiene un año
• Bueno está bien… solo firma ¿quieres? – uf que alivio fue más fácil que sacar un pelo a un gato, pero de nada serviría su no firmaba
• ¿Qué dijiste? – Ed frunció el ceño no le gusto el tono de Nacho
• Que si por favor ¿puedes firmar?, es que eso es para evaluación sino lo llevo mañana el profe Gutiérrez me reprueba
• Está bien… pero el veinticinco en la tarde te quiero de regreso ¿De acuerdo?
• Si papá – dijo marchándose con una enorme sonrisa en los labios

Pasaron los días y Nacho aun con el permiso caminaba con el corazón en la mano, ¿Qué tal si su padre descubría todo a última hora?, pero nada paso asi que hizo sus maletas, bueno solo llevo lo necesarios pues solo eran un par de días, cogió el vuelo con destino a Mar del Plata y allá en el aeropuerto fue recibido por sus dos compinches.

• ¡Que más parcero! ¿Todo bien? – saludo muy contento Mario
• Si estoy muy feliz – respondió Nacho
• ¡Qué Onda mi cuate! – dijo apretándole la mano con fuerza –bacano que hayas venido – Mario le daba una palmadita en la espalda
• ¿Bacano? ¿Eso qué es?
• Quiso decir a todo dar, todo cool, excelente que nos visites Nachito, ¿sí te puedo llamar así? – dijo Juanpa rodeando el cuello del chico como si se conocieran de años
• ¡Marica que dicha! que estés acá con nosotros la vamos a pasar re bien – se notaba que Mario estaba entusiasmado con conocerlo – ¡Tremenda rumba nos vamos a pegar hoy en la noche! hay unas viejas bien bonitas que conocimos por Facebook ¿sí o que papi? – choco el codo con Juanpa mientras elevaba las cejas

Discutieron un poco entre ellos entre risas y codazos y decidieron ir a la casa donde se alojaban, como tenían hambre se prepararon unos tacos como almuerzo, pero sin chile y una gaseosa de cola. Nacho y los chicos comieron con gusto, cayó la noche y con ello la fiesta, todo el apartamento estaba iluminado, parecía una discoteca y las mujeres llegaron, ellas; todas mayores de dieciocho años, pues al par de mozalbetes le gustaban mayores, bueno solo eran de dos a cuatro años de diferencias, y así al compás de la música empezaron a tomar y a bailar cada uno con dos chicas. Nacho con una rubia de diecinueve años y una pelirroja de veintiuno, y sus amigos con una japonesa y una estadounidense.

• Papi bailemos – dijeron ambas chicas, una de frente y la otra detrás de Nacho que estaba ya a tono con la bebida  al igual que sus amigos
• Vamos a hacer un juego – dijo Juanpa subiéndose a la mesa de la sala del apartamento
• ¿Cuál juego parce? – preguntó Mario ya algo mareado mordiéndole el labio a una de sus chicas
• Si ¿Cuál juego? – preguntó Nacho mientras sentía la mano de la pelirroja en su trasero y la de la rubia en la entrepierna lo que provocó que se pusiera bien caliente
• ¡Adivinanzas!... El que se equivoca se come un chile habanero y luego se toma un caballito de tequila, un vaso de vodka y una copa de vino. ¿Estamos? ¿Quién le entra?
• Marica, yo sí le entro de una –dijo Mario
• Yo igual – se sumó Nacho
• Nosotras también – contestaron las muchachas en español, inglés y japonés
• Bueno empecemos – dijo Juanp.
• A ver Mario la primera para ti. ¿Por qué se suicidó el libro de Matemáticas?
• Ah esa es re fácil parce, se suicidó pues porque no sabía de sumas ni de restas –contesto Mario
• Falsojijiji _ dijo muerto de risa
• Ah y entonces  ¿Por qué?
• Pues porque tenía muchos problemas. Ahora ten – dijo pasándole el chile y todos los tragos

El chico aceptó el chile, lo mastico, pero no lo pudo tragar pese a que ese era el trato y se fue corriendo al baño a vomitar, no paso la prueba.

• Bueno sigamos, vas tu Nachin. A ver ahí te va... Si sopla el aire, a la cara viene. Quien es calvo no lo tiene ¿Qué es?
• Fácil, es el sombrero.
• Jajajajaa te equivocaste, es el pelo, como serás menso…
• ¡Oye imbécil no me digas así…! – replicó Nacho comiéndose el Habanero y por supuesto picándose mucho la boca, entonces fue por leche para tomar y por lo menos no vomito
• Te falta el tequilita mi Nacho, vamos toma – lo hizo tomar, luego el vodka y después el vino, Nacho ya veía doble, pero aun aguantaba otra ronda de adivinanzas
• Ahora me toca a mí – dijo Ignacio
• ¡Échala cabrón! – contesto Juanpa
• ¿Qué le dijo un árbol a otro árbol?
• Soy el más chingon, eso le dijo
• No. eso no es
• ¡Ni idea guey! ¿Qué le dijo según tú?
• Se me paro el pajarito jijijiji
• ¡No mames wey, estuvo buena! Ahora a cumplir como mero macho el reto – y Juanpa se comió el chile y tomó los tres tragos – ¡Mario te toca! – llamo a su amigo.
• ¡Ya voy! Ahora la pregunta va dirigida a ustedes niñas, si contestan bien les dejo que me quiten una prenda de vestir a mí, otra a Nacho y también a Juanpa, pero si yo gano entonces se dejan bajar los cuquitos toditas reinitas lindas de – dijo muy entusiasmado

Y entre adivinanza y adivinanza los chicos perdieron el sentido de la realidad, paso la noche buena, y ninguno de los tres adolescentes tenía noción de lo que en aquel apartamento había pasado, las chicas como llegaron se fueron a sus casas y ellos estaban hecho un desastre, era un desmadre la sala los almohadones por el piso, botellas de tequila, vodka por todas partes, Mario cargaba una corona hawaina en el cuello, dormido, preguntando ¿Qué hago yo acá? ¿Con quién fue que yo la embarre está vez? Juan Pablo Zurita, estaba dormido bocabajo en la mesa de la sala y Nacho, nuestro protagonista estaba vomitando en el baño con tremendo dolor de cabeza, preguntándose si fue buena idea viajar a Mar del Plata y esperando irse de una vez a casa y que su padre no se enterará de nada si no lo cagaba a palos, se fijo la hora cerrando y abriendo los ojos fijándose que estaba todavía a tiempo de ir al aeropuerto, el vuelo estaba para ese día no se podía retrasar, se despidió de sus amigos y se fue para el aeropuerto solito, cuando llego por fin a su a su casa, toco la puerta esperando recibir un abrazo de parte de su padre, pero no lo que recibió fue una adusta orden.

• Sube a tu cuarto y me espera allá, voy en una hora – habló Edgar con una voz que haría temblar a cualquiera
• Pero… ¿Por qué? ¿Qué paso? – pregunto Nacho blanco del susto, no podía ser que se entero verdad
• He dicho que subas a tu cuarto – volvió a repetir
• Papá no es justo, acabo de llegar y ya me vas a pegar – dijo él indignado
• Lo sé todo Ignacio y no te lo vuelvo a repetir… Me esperas en tu habitación y si no estás como te dije, te va a ir peor – dijo tajante y a Nacho le toco obedecer se fue para su pieza pensando en como su padre se entero del asunto si lo tenia todo cubierto

El padre de Nacho  se enteró de todo por pura casualidad cuando encontró a Nadia en el centro comercial, verla lo había sorprendido porque se suponía que ella estaba en el viaje con Ignacio, así que no dudo en preguntarle porque no fue a la fiesta que se daba en la hacienda de profesor Guitiérrez, Nadia extrañada por la pregunta le contó que no sabía nada de esa fiesta, pero sin negar de que la fiesta no se hubiera llevado a cabo porque ella no fue al cole los últimos días, con esto en mente Edgar fue a buscar al profesor Gutiérrez a su casa en la capital, quien sorprendido por la visita de un padre de familia lo hizo pasar a su  hogar y escucho toda la versión negando cualquier actividad festiva en su propiedad menos con los alumnos, Edgar tras oír eso y revisar los papeles que firmo, se puso furioso con ganas de coger a rebencazos al descarado de Ignacio en donde lo pillara.

• Cuando tenga a ese mocoso en mis manos, va a ver como se atreve a engañarme así. ¡Grandísimo mentiroso! Esta vez si se la ha ganado a pulso – dijo enojadísimo
• Pero cálmese señor le va a dar algo – murmuro el profe de Nacho
• No, no me voy a calmar, esto no tiene nombre ¿Qué carajos le pasa a ese sinvergüenza?
• Sí, pero le va a tocar esperar a que llegue
• Sí claro, algún día va a entrar por esa puerta y cuando lo haga, me va a conocer…

Y ahora había llegado el momento, nacho había llegado y con eso el enojo de Ed se volvió a activar y era consciente de eso, por eso fue que Edgar entro por un vaso de agua para tranquilizarse, meintras Nacho caminaba de un lado para otro, se sentaba en la cama, se paraba, se agachaba, hacía de todo pero nada lo relajaba, finalmente entro su padre en su habitación con una ancha correa de cuero doblada en dos.

• Ignacio ¡Pantalones y calzoncillos bajados! – dijo esperando obediencia de parte de su hijo
• Pero ¿por qué no hablamos primero? ¿Por qué siempre te tienes que ir a los golpes? – tuvo la osadía de preguntar, con lo que su padre casi se atraganta
• He dicho que te bajes la ropa – Edgar se mantuvo en su postura autoritaria
• Y yo te he dicho que hablemos primero – y siempre era igual cuando Nacho se sentía acorralado no controlaba su lengua
• ¡Mira no estoy para perder mi tiempo en boludeces! – dijo Edgar agarrándolo por la cintura para girarlo, pero el muchacho ya tenía dieciséis bien entrados, era alto y fuerte así que, empezó a forcejear con su progenitor
• ¡SUELTAME, TE DIGO QUE ME SUELTES MIERDA! YO YA NO SOY UN NIÑO PARA ESTE TIPO DE CASTIGO ¡IMBÉCIL! –  grito soltándose del agarre de Edgar y esbozó una sonrisa cínica –  ¡Ves, no puedes conmigo! – se atrevió a decir arreglando su ropa y con el corazón latiendo fuerte
• ¿A no? Vamos a ver si no puedo – y dicho aquello fue tras su hijo, está vez lo sujeto con más fuerza, el crio se resistía, pero no podía liberarse, Edgar lo pudo manejar a su antojo y a rastras lo llevo hasta el escritorio que allí había y con gran maestría tiro de los pantalones e interiores de este que fueron a parar a los tobillos. Acto seguido colocó una mano en su espalda para evitar que saliera huyendo, agarró la correa y procedió a descargarla diez veces seguidas sin descanso sobre las nalgas desnudas del chico que no hizo sino gritar por la impresión y es que Edgar había comenzado muy duro y toda gracias a la rebeldía del muchacho, tenía que cortar esos arranques de mocoso ofendido – Cierra zwass, zwass, zwass, LA BOCA zwass, zwass, y ASUME TU CASTIGO zwass, ZWASS, CON MADUREZ, ZWASS – y siguió castigándolo entanda de tres mientras lo reñía
• AU, AU, AUUUUUUUUU – y lo siguiente que se escuchó fueron los chillidos del adolescente, quien empezó a mover sus pies al ritmo de los azotes, apretando las posaderas mientras su respiración aumentaba
• MUY BUENOS zwass, ZWASS, zwass, LOS TRAGUITOS CON LOS AMIGUITOS ¿VERDAD? zwass, zwass ZWASS – nuevos cintazos besaron ahora los pliegues. Nacho empezó a mover su cadera hacia delante para mantener la posición, pero le era muy difícil permanecer estoico, tampoco podía evitar quejarse y es que en aquellos instantes tenía los ojos llenos de lágrimas a punto de romper el llanto
• ASÍ QUE YO SOY UN IMBÉCIL ¿AH?  zwass, zwass, zwass ¿ME CREES UN IDIOTA?, zwass, zwass, zwass, PUES QUE TE ENTERES MOCOSO MENTIROSO zwass, zwass, zwass ESTE IDIOTA TE VA A PARTIR EL CULO – anunció mientras Nacho empezó a mendigar berreando como loco
• ¡YAAAHHHHH YAAAA! PAAARAAAA PAPA YA NO ME PEE… PEEGUEEE MÁS, YAA YA  NO MÁS, POR FAVOR PER… PERDÓN –  y le sono tres bastantes fuertes en las piernas por andante, estas alturas el chico no hacía sino llorar como una magdalena e implorando con voz lastimera a su progenitor que parará
• ZWASS, ZWASS, ZWASS,
• agss nifs, nifs, ufff paaa lo siento … yo no… yo no  lo, lo, hago, pero ya no nooo me… pegues… es ags, mmmgg, mm uuu –  A penas podía hablar a causa de los mocos y los hipos
• ¡Esto es el colmo! – exclamó soltándolo por fin
• Yo so…solo quería – intentaba hablar entre gimoteos
• Mira mejor no digas nada – dijo Edgar cerrando la puerta y el crio se hecho bocabajo en la cama desnudo de la cintura para abajo a dormir, estaba realmente agotado

Después de dos horas en que se durmió de cansancio y de tanto llorar, entro Edgar al cuarto y despertó asu hijo para comer y hablar, después de todo ya tenía a su niño en casa sano y salvo, bueno no tanto su trasero pero en una pieza.

• Hijo ven aquí – dijo en son de paz
• ¿Me vas a pegar otra vez? – dijo cubriendo su desnudez con una cobija, con la conmoción ni se vistió
• No hijo, solo quiero darte un abrazo – dijo abriendo sus brazos y Nacho hizo lo mismo, ambos lo necesitaban – No vuelvas a engañarme, ni a irte a otra ciudad con gente que no conoces, pudo haberte pasado algo. ¡¿Estás loco Acaso?!
• Si pa, me quedó claro, no lo volveré hacer – dijo sobándose el traste
• Eso espero, eso espero porque donde lo vuelvas a hacer está paliza te parecerá una caricia comparada con la que te daré si haces otra tontería ¿Me escuchaste? – lo amenazo sacudiéndolo un poco de los hombros
• Lo sé – respondió y Ed lo volvió a abrazar

Después de eso ambos bajaron a comer que luego tenain que ir a casa del abuelo a recoger a mateo, con tanto jaleo ni se percato de su propio hijito, se estaba vistiendo para salir cuando sonó el teléfono.

• Hola, buenas tardes – dijo Nacho
• Hola… hola como estás – pregunto Mario saludando por teléfono
• Pues bien, solo un poco cansado
• Marica te llamo para hacerte una invitación – dijo muy entusiasmado
• ¿Invitación de qué? ¿O qué? – apenas terminaron la fiesta y a el acababa de pasársele la resaca como para otro fiestón
• Uy marica, no te imaginas, estamos planeando una rumba para el fin de año, y pues Juanpa y yo te anotamos en la lista de invitados no nos puedes fallar parce, que va a venir la colombiana paisa del cabello rojo y preguntó por usted hermano así que acá te esperamos, ya conoces la casa
• Pero es que – quiso disculparse, pero Juanpa no lo dejó hablar
• Es que nada marica, semejante vieja tan linda y usted haciéndose el interesante, no se hablé más acá lo esperamos ¡Chao! Y le corto la llamada
• AY no, y ahora ¿qué voy a hacer yo? – dijo sentándose de golpe en la cama y parándose de una, mientras con ambas manos se sobaba el culete

No, claro que ¡NO! definitivamente NO, pensó, pero al notar que el dolorcillo se perdía y recordar lo buena que estaba la pelirroja  definitivamente quizás, era la mejor respuesta.

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

Espero que quien pidió a este niño, se sienta complacida.

¡Feliz  Navida d y prospero 2018!

Nicole