Correo Navideño 9: Un castigo merecido; Autor Adán

Correo Navideño

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 29 de Diciembre del 2017. 

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Un castigo merecido

Para: Mary C
De: Adán

Hola soy Marcos y está es la historia en que me gane un buen castigo por parte de mis padres, yo quería ir a una fiesta y no me dejaron y se me ocurrió irme por mi cuenta.

• Por favor papá déjame ir a la fiesta – suplique después de insistirle mucho a mi padre
• Ya te dije que no Marcos ¿Por qué no entiendes? – me respondió mi padre, ya cansado de que le insistiera
• ¿Pero porque no? – quise saber
• Porque no, aun eres niño – respondió mi padre, bueno yo no era tan niño nada más tenía 14 años
• ¿Mamá? – mire a mi mamá con la esperanza de que le dijera algo a mi papá para que me dé permiso
• Ya escuchaste a tu padre Marcos, si no se puede no se puede, no insistas – me respondió mi madre, justo lo que no quería escuchar

Y yo me había enojado, soñaba con ir a esa fiesta pero nada podía hacer, así que finalmente me fui a mi cuarto enojado y me tire a mi cama a lamentarme, en eso entró el metiche de mi hermano.

• ¿No te dejaron ir? – pregunto mi hermano sentándose en la cama
• ¿Tú qué crees? – le respondí enojado, yo quería ir a esa fiesta y no me dejaron nunca me dejan hacer nada piensan que aun soy niño cuando tengo 14 años
• Vaya que lástima – me respondió mi hermano sentándose a mi lado con cara de póker, así que no sabía si se estaba burlando o no
• Pues no, pienso fugarme a la fiesta – respondí incorporándome
• ¿Cómo? papá y mamá se darán cuenta – que genio era mi hermano pensé ese momento, ¡claro que se darían cuenta!
• Pues me escapo por la ventana y finjo que estoy durmiendo cierro con llave y listo – respondí haciéndome el gallito, pero en eso mi padre entró al cuarto escucho todo porque estaba en la puerta
• ¿Entonces piensas desobedecer mi orden? – era una pregunta con trampa, ahora sé que mi padre no esperaba una respuesta, solo estaba mirándome fijamente enojado poniéndome cada vez más nervioso, tanto que estaba temblando
• No papá, no quise decir eso – dije tontamente, pero en eso mi padre me agarro del brazo se sentó en la cama me puso en su regazo y empezó a darme nalgadas
• Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¿¡Crees que soy tonto!? Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡Te enseñare a no desobedecer mis órdenes! Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf…
• ¡BUAAAAAAAA! ¡Lo siento papá! – para cuando termino yo estaba chillando, casi pataleando y fue cuando mi padre me sentó en sus piernas
• Mira Marco, si tú sales por esa ventana te ira mal y esto no será nada – me amenazo mi padre y todo hubiera terminado ahí, pero claro me deje llevar y cometí el gran error de gritarle
• ¡No eres más que un abusador – lo acuse llevado por el enojo – pones ordenes porque si, sin razón aparente!... eres un TIRANO – grite cuando se dio la vuelta y yo quise correr sin suerte claro, el fue hacia mí atrapándome – Lo siento papá – me disculpe sin éxito
• ¿Me has llamado TIRANO? – me grito a tiempo de ponerme sobre sus rodillas – No te dejo ir porque siempre me desobedeces con los horarios mocoso malcriado – y esta vez mis pantalones fueron derribados, manos mal no me quito mi ropa interior
• ¡BUAAAAAAAA! TE DIJE QUE LO SIEEENTO
• Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡Te enseñare a no faltarme el respeto! Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡Mocoso malcriado! Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf…
• ¡BUAAAAAAAA! ¡YA DEJAME! – grite casi pataleando, mi hermano que estaba ahí opto por salirse no quería ver la paliza que me estaban dando y yo recién me di cuenta de aquello, que vergüenza
• Plaf…Plaf… Plaf… Plaf… Plaf – me dio las últimas y me volvió a sentar en sus piernas yo ya estaba llorando a mares
• ¿Por qué nunca me dejas hacer nada? – me queje en voz baja
• ¿Y todavía lo preguntas? siempre me desobedeces con los permisos, nunca cumples con tus horarios además sigues castigado por lo de la otra vez – respondió mi padre mirándome fijamente
• El tiempo que me das de salida es muy poco, no alcanzo a hacer lo que quiero hacer papá – respondí quejándome por el tiempo de salida
• ¿Y qué?, es el horario que te doy y lo tienes que respetar… aun eres muy niño para que te dé más tiempo – respondió mi padre
• Eres malo – le respondí y en eso me regalo dos palmadas más
• Plaf… Plaf mejor metete a la cama y a dormir – y con eso mi padre termino su charla, así que se marcho a su dormitorio,  pero yo no tenía intenciones de dormir a pesar del castigo, pensaba en escaparme

Y pues así lo hice cuando se fue espere unos minutos y me salí por la ventana con cuidado y me escape a la fiesta, lo que yo no sabía es que mi padre me había visto pero me dio la sorpresa apenas volví era ya de madrugada y trate de entrar con cuidado pero mi padre estaba en mi cuarto.

• ¿Pensabas que podrías hacerme el tonto? – respondió mi padre al verme entrar sentado en la cama cruzado de brazos
• Papá lo siento, quería ir a esa fiesta – respondí nervioso fue un grave error desobedecerlo aun después del castigo que me dio
• Me desobedeciste aun después de que te castigue por lo mismo, ¿sabes la hora que es? – respondió mi padre mirando el reloj – yo sabía que te escapaste pero quise darte la sorpresa cuando llegaras – eso era macabro, retorcido
• Papá lo siento, no vuelve a pasar – le suplique, ¿qué más podía hacer?, no había excusa
• El tema no es que no vuelva a pasar, el tema es que lo hiciste ahora ven aquí – ordeno mi padre
• No papá por favor – le suplique nuevamente con una voz horrible, casi como la de mi hermano, patético
• ¡Ven o voy yo por ti! – respondió mi padre levantando la voz
• Así que no tuve otra que ir – y me agarro del brazo me puso en su regazo y me empezó a dar nalgadas
• Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡Te enseñare a no desobedecerme! Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¿¡Quién te has creído para hacer esto!? Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf…
• ¡BUAAAAAAAA! ¡YA PAPÁ POR FAVOR! – lloraba y encima con los que me dio hace unas horas dolía aún más
• Plaf…Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡Eres un mocoso malcriado desobediente! Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡No hay más salida para ti! Plaf… Plaf... Plaf… Plaf… Plaf…
• ¡PAPÁ ,YA DÉJAME ME DUELE MUCHO BUAAAAAAAA! – lloraba y mi padre seguía dándome nalgadas ya no sabía cuántas llevaba con las otras que me dio hace unas horas
• Plaf…Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… ¡Esto es para que aprendas! Plaf… Plaf… Plaf… Plaf… Plaf – y me sentó en sus piernas yo tenía el trasero rojo como un tomate me ardía y me dolía mucho – tu eres el que se gana estos castigos – dijo mi padre mirándome fijamente y yo desvié la mirada
• Lo siento papá, estaba muy enojado… yo, yo solo quería ir a esa fiesta – le dije sollozando
• ¿Y que tiene esa fiesta que era tan importante que debías ir? – me pregunto
• Pues – hice una pausa, ¿qué iba a decir ahora? – no era muy importante, solo era una fiesta cualquiera con amigos y les prometí que iría – al final le dije la verdad
• Pues haces mal en prometer algo que depende de un  permiso, MI permiso – dijo por si acaso – tú no te mandas solo – me recordó mi padre – y estás castigado, no tienes permiso para nada y ¡pobre de que me vuelvas a desobedecer!... porque esto no será nada comparado con lo demás ¿Queda claro?
• Si papá – respondí volviendo a llorar, no me gusta estar castigado
• Bien, ahora acuéstate

Y abandono el cuarto tras arroparme y nunca se me ocurrió desobedecerlo así de nuevo…

Felices fiestas a quien me pidió este relato.

Saludos:

Adán