jueves, 21 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 26; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 21 de Abril de 2016.
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Capítulo 26

Sobre las rodillas de papá 

Autora: Marambra


Al día siguiente Rubén abrió los ojos sobre las 9 de la mañana, muy pocas veces se quedaba en cama hasta tan avanzado el día, había un silencio sepulcral así que supuso que estaba solo, salió con solo lo puesto, y se encamino al cuarto de los críos, Lex hacía mucho que no estaba en su cama, y lo supo porque se lo oía reír a carcajadas en el salón mirando una película con su madre aun vestido con la ropa de dormir, fue a donde estaba Iván y lo vio ahí en cama despeinado, estirado de largo a largo, boca abajo con las sabanas tiradas en el suelo, con los ojos cerrados algo hinchados de haber llorado y huellas de lágrimas secas en el rostro,  con una de las manos colgando a un lado de la cama, justo la diestra que estaba bastante inflamada, el bóxer se le había subido un poco y se notaba una de las marcas del chicote en la piel, hizo una mueca con la nariz frunciéndola, con razón le cerró la puerta en la cara, pensó, seguro que habría sido un cinchazo bastante fuerte el que le dio, pero de todos modos tenía que hablar con él, no quería que piense que pretendía seguir azotándolo, quiso consolarlo pero el otro se escapo, bueno pensó y giro sobre sus talones y lo dejo dormir un rato más, se fue a bañar y concertó una cita con el traumatólogo de emergencia…
Tendría una cita sobre las 11 y para eso faltaba algo más de una hora, además tenía que ir Lex para controlar el yeso, así que apuro a este último que en ese momento venia descalzo a su habitación supuestamente a despertarlo para desayunar, como a su hermano.

  • Alexander, despierta a tu hermano por favor – pidió papá mirando la hora – que se bañe rápido que a las 11 tenemos cita con el traumatólogo en el hospital, parece que se fracturo la mano – agrego, mientras le acariciaba las mejillas y podía ver que estaba ya como un verdadero mapache con las ojeras pintadas de verde menos mal no se cerraron los ojos del puñetazo

Iván tuvo que apurarse en cambiarse, había sido una orden de su padre y considerando que la noche anterior lo dejo con la palabra en la boca o mejor dicho con el simbao en la mano, porque luego vio de que se trataba y como mordía, pensó en su hermano y su experiencia en el potrero… ¡con razón! Lex procura obedecer, se decía mientras entro a  bañarse, tras eso se cambio como rayo y sin desayunar siquiera estaba en la vagoneta del padre junto a Lex, sentándose de un ladito del dolor que aún punzaba en el trasero;  miro largo rato a su hermano que estaba en sus motes de comic leyendo una revista mientras chupaba un yogurt sin percatarse de él. Cuando alzo la vista Lex y lo vio con la cara hinchada verdosa y el yeso en la nariz, Iván se sintió enfermo en extremo pensando compungido que ahora sí,  nada lo salvaría de la pendiente charlar con papa… la que se quedo a medias cuando huyo cobardemente al baño.

  • ¿Qué me miras tanto? pregunto Lex sacándole de sus pensamientos lúgubres – haciendo un gesto de saludo con la mano frente a sus ojos
  • Siento mucho haberte roto la nariz – contesto avergonzado y culpable
  • Estamos a mano, yo casi te dejo sin hijos recuerdas? – rió al recordar la patada que le dio en el instituto
  • ¿Listos? – entro Rubén asustando a los críos
  • Casi me matas del susto – rió Lex – no hagas eso caminas como gato sin que te notáramos – lo acuso su niño, confiado
  • Buenos días papá – saludo Iván a su lado, Lex estaba tirado de largo a largo atrás como si fuera una cama – Yooo, siento lo de anoche – se apuro a decir Iván tratando de explicar su actitud
  • Hablaremos cuando regresemos del médico ¿bueno?  Y buenos días hijo – le contesto prendiendo la movilidad y dándole un beso en la frente.

NO había ningún timbre especial en la voz, llegaron al médico y si, Iván tenia fisurada una falange, lo resolvieron con entablillarle los dedos y colocar un vendaje… era una gracia ver a los gemelos en ese estado, algo que fue evidente al salir del hospital, pues no se podía evitar ver a ambos mozuelos lado a lado del padre escoltados a la puerta, y no era necesario preguntar nada, algunos médicos rieron del cuadro, se sabía a leguas quien pego el puñetazo y quien tenía el efecto de aquel derechazo certero sobre la cara, pero aun así los gemelos anduvieron distraídos en sus mundos, pero no papá; Rubén sí se dio cuenta de lo llamativos que era los niños, ahora más que nada y tras algunos saludos cordiales en el nosocomio, por fin subían a la movilidad.

  • Bueno – dijo papá tras recibir una llamada, una llamada que por lo visto esperaba – alistaran su ropa, nos iremos esta tarde a pasar una semana en unas cabañas, todos juntos – anuncio Rubén dejando desconcertados a los dos muchachos, Lex feliz, pero Iván preocupado por la dichosa Raquel

Llegaron a casa casi cerca del medio día, Clara estaba vestida y esperándolos para ir a almorzar fuera de casa. Lex subió a darse un baño rápido y cambiarse la camisa por que se mancho con la solución que usaron en su rostro para ver si su yeso estaba bien e Iván se quedo largo rato en la movilidad sin bajarse aún.

  • Ve a mi despacho y me esperas ahí, en un momento más estaré contigo – papá lo empujo suavemente, mientras se encaminaba al potrero a dejar instrucciones para que se maneje sola la estancia por una semana

Iván no tuvo más opción, en lo que iba, por millonésima vez le hablo Raquel, Iván harto de estar sobre ascuas, contesto esta vez enojado.

  • Sabes Raquel – empezó bien, con ganas de darse su lugar, pero Raquel era matrera, corrida de 7 plazas y no le daba opción a nada, así que el pobre contesto entrecortado todo – tengo obliga… con mi padre…  por favor, no me llames – logro decir – me estas pon…. nervioso y no soporto las presiones tuyas  –  de eso podían dar fe todos, que de un tiempo a la fecha andaba con los nervios a flor de piel – estoy empezando a harta…. por si no lo has notado, TENGO QUE reportarme ante mis papas antes que contigo, y no llames por lo menos en lo que resta del …… porque no podre contest…., estoy castigado ………. Y SÍ, SI A ESO TAMBIÉN……. Tengo TRES…. de la …..  anoche por tu culpa, y estoy aburriéndome, NO ME FASTIDIES …… o VOY A contarle a mi papa
  • ¿Contarme qué? – hablo papá, justo detrás de él, e Iván cortó la comunicación o la cortaría ella, nunca lo sabría; Rubén achico los ojos y le quito el fono llevando el auricular al oído, mirando con sospecha la palidez fantasmal de su hijo, es el semblante de Iván estaba totalmente blanco del susto que tenía en el alma
  • ¿Qué pasa Iván? – levanto una ceja
  • Nada papá – titubeo su respuesta, mordiéndose la boca – era Raquel se corto la comunicación
  • ¿Tu novia? – pregunto sorprendido de oír el nombre de una mujer que no conocía
  • NOOOO – se apuro a negar rojo de vergüenza –  no es mi novia, es la instructora – y papá pensó que seguro era bastante joven para que su hijo se atreva a llamarla por su nombre
  • ¿Qué quería? – pregunto – es sábado – una afirmación demás, pero con lógica, ellos no tenían clases los sábados
  • Quería saber si podría ayudar en un evento en la ciudad y le dije que tendría que contártelo a ti primero – mintió descaradamente
  • Bueno, no puedes ir y punto, ahora ve a mi despacho – y no le devolvió el teléfono, e Iván se marcho a donde lo mando con el alma en la mano, Rubén picado por el nerviosismo de su hijo, remarco el fono y contesto Raquel
  • Iván no vuelvas a córtame pequeño de mm
  • Halo – hablo Rubén con la voz más ronca
  • ¿…. Iván eres tú? – pregunto Raquel del otro lado
  • Soy Rubén, el padre de Iván, ¿con quién hablo? – frunció el ceño
  • Buenos días, ¿cómo esta? – saludo zalamera – soy la instructora de los gemelos jamás diría su nombre – y bueno estaba viendo la posibilidad de…
  • ¿Del evento en la ciudad? – se adelanto malamente papá, quizás hubiera sido mejor esperar y ver que pretexto ponía ella
  • SI eso mismo – contesto ella convincente
  • LO siento, tenemos un viaje programado esta semana y ambos Lex e Iván se van conmigo, regresaran a las clases la próxima semana – dijo con firmeza para dejar en claro que los chicos no estaban disponibles
  • ¡Ohh! – expreso ella falsamente – que pena, pero bueno no importa, está bien, procurare llamar a otros muchachos

Rubén se despido con cortesía pero se quedo con la curiosidad sobre todo por la agresividad inicial de la mujer;  Iván nunca mencionó el nombre de su supuesta corteja, tal vez era hora de parar las orejas y poner un radar, como lo hizo con Lex; pero luego pensó que tal vez él era demasiado suspicaz y cínico que estaba viendo fantasmas donde no había, así que mejor optaría por el lado amable de las cosas y hablaría con Iván, el siempre era transparente con él, y usaría esa información para vigilarlo más de cerca de darse el caso, es que tenía un extraño presentimiento….
Mientras tanto en el despacho, Iván era un manojo de nervios, estaba irritado, preocupado porque su padre tenía su teléfono, quizás leyera sus mensajes………¿por qué no los había borrado? Pensaba golpeando su cabeza con el taló de la mano y nervioso como estaba se sentaba, se paraba, se pasaba la mano en el cabello y se lo despeinaba, se volvía a acomodar, estaba al punto del colapso; es más, ya le dolía el estomago de nervios,  estaba empezando a crear una úlcera gástrica, al final se sentó cruzo sus brazos sobre el enorme escritorio negro de su padre y apoyo su frente en el mirando el suelo, que sea lo que Dios quiera pensó finalmente resignado.
Y se quedo así inmóvil con los ojos cerrados hasta que el ruido de la puerta cerrándose tras de sí lo despertó de sus ensoñaciones, entonces supo que su papá llego, pero aun así no hizo movimiento alguno, espero que sea su padre quien dicte sentencia sobre su cabeza como la espada de Damocles, estaba ya no del estrés; su padre noto su tensión y frunció el ceño, se sentó en su inmenso butacón y lo llamo.

  • ¿Iván? – Iván alzo la vista, tenía los ojos rojos de haberlos cerrado con fuerza, no se paro, solo miro a su padre a un metro y algo más de él separado solo por el cuerpo de madera de aquel mueble, su padre llevo más atrás la silla junto a todo su cuerpo y se inclino cómodamente en el espaldar, mirando al manojo de nervios que tenía delante, preguntándose ¿qué carajos lo tenía tan tenso?... ¿la charla con él?, ¿o la llamada de la tal Raquel? – hable con Raquel – comento a manera de romper el silencio, estudiando las reacciones del chico
  • Y que te dijo – contesto sin moverse y mirando a los ojos a su interlocutor, buena táctica
  • Lo mismo que tu – respondió sin más
  • ¡¡¡ahhh!!!
  • ¿¿¿Ahh??? – la pregunta quedo en el aire suspendida, unos minutos de silencio para estudiar las nerviosas facciones de su hijo, pero este no se movió seguía mirándolo a su vez, al final agregó – y ahora  a lo nuestro Iván, ven aquí – dijo Rubén sin querer insistir en la llamada, y palmeo su diestra en su rodilla

Iván suspiro entre aliviado y preocupado, aparentemente se salvo de dar más explicaciones sobre su “instructora”, pero eso no lo salvaba de los azotes que seguro le diera su papa por el incidente de anoche, se paro resignado, y fue acercándose a su padre con paso lento, sin dejar de verlo, Rubén estudiaba su lenguaje corporal, sabía que el chico estaba nervioso MMMM, lo dejare sufrir un poquito más dijo, Iván se quedo frente a su papa, quien volvió a palmear su rodilla.
Iván volvió a suspirar y agachando la mirada con un revoloteo de murciélagos en el estómago, empezó a desabrochar el botón de sus bermudas  para tumbarse sobre las rodillas de Rubén, y este perversamente lo dejo hacer un poco más y cuando estuvo ya a punto se acomodarse, Rubén lo atrajo con una sola mano y lo sentó en sus rodillas y riendo le dijo a un desconcertado crio que tenía el pantalón desabotonado casi caído.

  • Parece que estas necesitando una palicita, ¿no fue suficiente lo de anoche? – Iván no contesto nada, se quedo desconcertado más que por las palabras por la enorme sonrisa de su padre – ya no puedo hacer caballitos contigo de lo inmenso que estas – Rubén cambio de tema – ¿en qué momento creciste que no me entere? – dijo con nostalgia pensando en todos esos años perdidos que a él le parecieron un suspiro desde que su hijo se fuera – si hasta parece que fue ayer que te tenia con pañales sobre mis rodillas o me tirabas la orinada mientras jugaba contigo aquí mismo – recordó a su nieto a los 3 años, sentado sobre él, riendo diciendo, más, más

Iván se sorprendió del recuerdo que vagamente él también tenia de aquel tiempo y solo sonrió, su padre lo abrazo fuertemente sin soltarlo, lo acomodo e Iván se dejo hacer, se apoyo sobre el fuerte pecho de su padre y le pareció un muro de contención, se sintió vivo y amado, y papa deslizo sus dedos largos en su cabello y sin dejar de besarle la nuca le decía despacito.

  • ¿Qué ocurre contigo Iván?...¿Mmm? – pregunto mordiéndole la nuca como cuando era un nene – ¿por qué te escapaste anoche? – dijo sin dejar de mimarlo – a ver dime, ¿por qué andas como gato escaldado?
  • Yo no ando así – contesto más relajado sin moverse, disfrutando de aquel abrazo – y me fui porque me dolió el chicotazo y tú estabas por darme otro – lo acuso prácticamente
  • ¿Y tan malo sería eso? – pregunto Rubén queriendo reírse, recuperando rápidamente la compostura –  ¿no crees que huiste de las consecuencias de tus actos? y no te quedaste a saber cómo concluía? – inquirió papá e Iván no contesto nada, se sentía acusado y papá al ver la incomodidad del mozuelo decidió quitar de un cuajo la preocupación de su muchacho, después de todo era eso un crío aún –  no iba a seguir castigándote más  hijo, quería darte un abrazo  y consolarte nada más – le confesó su intensión –  recomendarte que no vuelvas a lanzar un puñete como anoche – de todos modos aprovechaba ahora para recomendar a su hijo no solo no repetir la agresión, sino huir despavorido por miedo –  …. No es bueno huir de los problemas en que uno se mete, eso es de cobardes – eso era innecesario decir, pero años no de experiencia sino de filosofía errada o no creaba sus vicios a la larga y Rubén no era menos – hay que dar plantón a las cosas sean cuales sean las consecuencias – indico con la la seriedad del caso pero sin interrumpir la ternura de sus caricias agregando ya no más – …en la vida changuito – dijo tras una pausa que dura un suspiro –  se te presentaran problemas grandes con consecuencias que dolerán más que un cinchazo, ¿y qué harás? – pregunto –  ¿Huir? – y dejo el paréntesis flotando en el aire
  • YO, lo siento – contesto Iván mientras jugueteaba con sus botones, estaba avergonzado, preocupado…
  • ¿Ocurre algo malo? – pregunto esta vez de frente Rubén, su hijo estaba actuando extraño – Tú no eres tan arisco y últimamente te veo preocupado, irritado, enojado con todo, contestón…  ¿qué pasa? – pregunto – y de paso agresivo – agrego – …dejaste a tu hermano como mapache y tú te lastimaste lo huesos en tu rabia fisurándote los dedos… ¿por qué estas tan violento? – insistió

Ahora si lo achucho sentándolo como es debido para que lo vea a los ojos pero sin dejarlo salir de su falda, en su abrazo reconfortante e inmenso, tenia atrapado todo el torso de su hijo, apoyo su rostro en el del crío y raspándole la piel con su barba sin rasurar le decía.

  • ¿Tienes algún problema de amores que tenga que enterarme? – pregunto papá con curiosidad pero amablemente –  ¿algo en que tal vez pueda ayudarte?, se como son las mujeres – le giño un ojo para darle confianza –  ….. chinchosas, caprichosas que todo el día quiere que uno este adulándolas, llenándolas de regalos o de besos, o que quieren jugar contigo a las casitas, ¿es esooo?
  • NO papá, yo no sé porque me pongo así – contesto
  • Bueno, deben ser las hormonas entonces – sonrió Rubén, poco convencido, no lo presionaría, sabía que el vendría a pedir ayuda cuando esté listo – Una sola cosa clarita entre ambos ¿si? – Iván hizo un asentamiento con la cabeza no necesitaba contestar – Sabes que puedes confiar en mi ¿verdad?... Sea lo que sea, malo o bueno, sobre todo si es malo… – le decía mientras le acariciaba la mano lastimada y dibujaba con la otra círculos sobre el muslo del muchacho
  • Si papa – contesto firmemente Iván, quería decirle que sucedía… pero se interrumpió a si mismo…
  • Sé que a veces me enojo – dijo con cautela pero queriendo que el niño lo entienda – como anoche, pero siempre estaré dispuesto para ti – esa era una promesa – sabré oír tus demandas, las que sean – afirmo –  yo dejare de hacer cualquier cosa si me necesitas o me necesita tu hermano – agrego acariciando sus brazos – por eso te pregunto si tienes algún lio, lo podremos solucionar juntos, pero tienes que confiar en mi ¿sí?
  • Si papi – respondió Iván – bueno… pero ahora no tengo líos – contesto mientras despacio se soltaba de su papa,  se sintió un rato como una rata de alcantarilla al decir esa mentira; le beso la mejilla y de un momento a otro lo abrazo fuertemente, con ganas, y su padre supo que le mentía, su boca decía una cosa y su cuerpo decía otra…

Estuvo a punto de decirle lo que pasaba, cuando Lex entro como un pequeño tornado como siempre, sin llamar y haciendo aspavientos de todo.

  • Mama nos llama, estamos sobre hora – dijo entusiasmado por la salida
  • Toca la puerta tonto – reclamo Iván enfadado poniéndose como una pequeña apasanca dispuesta a saltar
  • Perdona – dijo con sarcasmo su hermano – me olvide, pero que yo sepa, los azotes papa los da en la habitación – agrego lo más natural del mundo, sin malicia, desubicado como el solo
  • ¿Y quién dijo que lo iba a azotar? – intervino Rubén al ver la reacción de rabia de Iván
  • NO lo sé – respondió subiendo y bajando los hombros en desdén –  si andaba ahí esta mañana comiéndose las uñas no se las viste, están roídas – y su padre cogió la mano de su hijo y efectivamente tenia las uñas comidas, corroídas todas, levanto una ceja e Iván relamió los labios sin saber que decir y Rubén decidió liberarlo
  • Bueno si se las come, será porque no desayuno como es debido – aseguro quitándole el hierro al asunto – ALA – expreso como siempre haciendo un movimiento con las manos como si espantara palomas – vámonos que llegaremos tarde, y ahora que recuerdo no hiciste tu maleta Iván – dijo apurándose en pararse
  • No es necesario ya la hizo mamá – contesto Lex saliendo del recinto antes que su padre y su hermano

Iván se paró de las faldas de su padre y se abotono el pantalón, mirando en todo momento al suelo, no quería contactar con los ojos de su padre y peor los de su hermano; Rubén ahora si tenía la certeza de que algo sucedía, todavía no sabía qué, pero lo averiguaría… Iván levanto la vista y vio que su padre no dejaba de mirarlo, se acerco a él y lo abrazo fuertemente como tantas veces que necesitaba su consuelo o su ayuda, y Rubén lo beso y dijo.

  • Este huevo pide sal – ese era su lema cuando los chicos estaban demasiado zalameros – Ese abrazo no es gratis, ¿que quieres? – sonrió
  • ¿Me das permiso para que me quede? – quería saldar las cuentas con Raquel
  • Imposible – respondió Rubén con el ceño fruncido – ¿por qué quieres quedarte?
  • Por nada en particular – definitivo, su hijo escondía algo – ¿entonces me devuelves el móvil? – contesto Iván tanteando el terreno por primera vez
  • Ah… si, el dichoso móvil – murmuro papá pensativo – lo deje en la movilidad cuando subamos te lo doy

Ahora quien mentía era Rubén y mentía con todo el descaro del mundo y la experiencia que te dan los años de práctica en tal arte, e Iván solo asintió con la cabeza creyendo que se libero de un problema con su abuelo.

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