jueves, 21 de abril de 2016

Mis Gemelos: Cap. 36; Autora Marambra

Mis Gemelos

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Publicado originalmente en Blog: Travesuras de Cristal amor incondicional en fecha 21 de Abril de 2016.
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Capítulo 36

Pisando huevos de cristal 

Autora: Marambra


Adelita había ingresado a la habitación de Iván con la ropa planchada del crio y lo encontró tirado sobre su cama boca abajo enredando los dedos en el ruedo del cobertor.

  • Deberías vestirte ya, en un momento te llamaran a comer, tu mamá estaba ya con tu padre en el comedor y estaban hablando de ti, así que no te portes mal guaguitay (niñito) – le acaricio la mejilla y salió del cuarto del crio

Iván estaba suspirando ensimismado en sus lúgubres pensamientos, había rogado tanto a su padre le dé la oportunidad de hablar y explicar la versión Iván de lo acontecido con Raquel, y había echado todo a perder, pues su padre estaba mucho más enfadado con el que de costumbre, y ahora no sabía qué hacer; hubiese preferido que Rubén gritara y despotricara y le suelte la más horrible de sus amenazas, porque de todo lo que a veces Rubén amenazaba, Iván tenía un especial miedo y respeto por la frase, NO ME BUSQUES QUE ME ENCUENTRAS IVÁN, en vez de eso había sentenciado con la cara totalmente seria y carente de emoción NO VOY A DECIRTE NADA MAS IVÁN, SABRÁS LO QUE HACES.

  • No quiero ir Adela, ¿y si les dices que me dormí?, o mejor que me he muerto, me evapore como las gaseosas destapadas – se dio la vuelta y la miro de frente con sus enormes ojos claros, tristes y cansados
  • Ya, y luego sube tu mamá o tu tata y te llevan a huascazos como ayer – dijo para bochorno del muchacho, es que todo había sido demasiado publico en casa – Ay chulla asta, mejor no juegues con fuego ya la fastidiaste mucho – agrego ella a tiempo que Iván sonrojaba violentamente, en casa lo sucedido hacia apenas veinticuatro horas atrás había sido tan movido como fiesta de Virgen de pueblo, con bombos, platillos y cohetes, que reventaron en el pobre poto del niño y quemaron de paso las pantorrillas
  • Pero, es que mi padre está enojado de nuevo conmigo, lo he fastidiado yo con mi enorme y tonta bocota – contesto y se tiro de espaldas en la cama sin poder disimular una mueca de dolor en el culete
  • Que, ¿te volvió a sobar? –  pregunto Adela mientras doblaba el pantalón de Iván que apenas llegar a la habitación y sentir el suplicio de su trasero por el calor lo dejo tirado en un rincón
  • Noooo Adelita, menos mal no se le ocurrió, aunque ganas si tenía, lo sé porque me miro con el ceño fruncido de gigante con hemorroides mientras me agarraba de los hombros – Adela sonrió con ganas de la ocurrencia del crio – de no haber sido la gente del parque seguro lo hacía… aunque si hubiera querido le habría dado igual – recordó la vez que le bajo los pantalones en la comisaria y se había prestado el cinturón del poli para sobarle el poto en aquel lugar
  • Entonces te quejas sin dolor Iván, sino te volvió a sonar, es porque no quiere hacerlo – aseguro – … imagino que para tu tata, lo de ayer fue suficiente – agrego mientras se sentaba a su lado en la cama y le tocaba el horrible franjazo de la pantorrilla derecha, la más magullada de las dos – esto se ve feo, a la tarde cuando no estén ellos te lo voy a abrir ¿si?, sino se hará un puchichi – agrego y le sonrío, tenía un cariño especial por los críos, había aprendido a quererlos, eran revoltosos pero muy educaditos con ella, y ella ya sabía de los correteos locos de Iván y por más que se lo advirtió él no hizo caso
  • ¿Un qué? – retiro la pierna flaca y ahora tostada del sol avergonzado, pensando que menos mal no estaba en la época de los romanos donde los varones caminaban con esas diminutas togas mostrando el trasero, sino Adela estaría analizando los dos cardenales que llevaba en tan íntimo lugar, y que para estas alturas del partido, parecía más bien que fuera una sola marca gruesísima y negra con toda la gama de colores diseminados en degradé del centro a la periferie como el relieve mismo
  • Que se te hará pus y te dolerá más todavía, y deberías fijarte si atrás esta igual, la sangre negra es mala… Mmm por lo visto a don Rubencito se le salió en indio del alma (sin ánimo de ofender a nadie, decir salir el indio en mi país, es como decir el enojo más fiero) sonrío
  • Se enojo mucho ayer y hoy y mañana seguirá igual – suspiro y volvió a tumbarse en la cama abrazando la almohada y cerrando los ojos – soy un verdadero estúpido… pero que le voy a hacer Adelita, la Raquel todavía me gusta – se atrevió a agregar y aquello a el mismo le sonó totalmente descabellado
  • ¡AY guaguay! – Adelita se persigno ante la idea – Jesús di más bien chango y porra, ¿qué quieres? – pregunto – ¿Qué tu padre te la arranque del cuerpo a cimbronazos? No ha sido suficiente lo de ayer? Deberías estar calladito, porque como tu padre yo pienso igual, te salió bien barata la aventurita – ella había oído la discusión de Rubén con Clara la noche anterior
  • ADELIIIIITA – dijo Iván indignado
  • Adelita nada, a ver… ¿cuántos azotes te ha dado? – le volvió a preguntar
  • Tres – respondió Iván avergonzadísimo de su osadía – pero han dolido un demonio – agrego rapidito
  • Pero parece que a ti te gusta llorar muchacho burro – Adela se levanto y abrió la puerta del baño para ver si  no había ropa tirada de la mañana – Tres azotes Ivancito, tu tata te ha escrito una orden en la piel acaso no lo ves? Y esa – dijo señalando la de las pantorrillas – solo grita una cosa para todo el que lo ve “ándate con pies de plomo mocoso”
  • No me riñas tu más, solo falta que Alexander también entre y me regañe – puso cara de compungido mientras abrazaba a Adela desde atrás cuando esta estaba a punto de salir, y ella cogiéndole del brazo le dijo
  • Al Alejandrito, tu mama lo ha sacudido anoche bien feito, y por tu culpa – lo acusoasí que si te riñe bien merecido lo tienes – dijo y luego despeinándolo agrego – cabeza hueca mirar a una vieja tapera, ¿acaso eres feo, viejo, sin dientes pa agarrar cualquier cosa?, una peladita deberías buscarte como el Alex
  • A ¿si?... Y con quien sale mi hermano, yo nunca le vi con nadie que yo sepa – despertó su curiosidad y de que le pego mi mama?
  • Con la nieta de Miguel ¿no sabias? – y la frase quedo en el aire
  • Ivánnnn, Lexxx a almorzar grito su madre
  • Hay mierda, la hora de la tortura seguro me pondrán chinches en el asiento para sentarme sobre ellos, o calentaran una silla de metal para mantenerme el trasero rojo … y ampollado

Hablaba entre broma y seriedad, no quería bajar al comedor, no después de la mañana que tuvo con su padre, además Adela le había dicho que sus padres estaban hablando de él y seguro eran malas noticias o algún castigo adicional del que no quería saber  nada, tenía suficiente con el miedo que le corría el alma al recordar lo que su padre le sentencio en la mañana, “NO VOY A DECIRTE NADA MÁS IVAN” así con esa voz ruda, seca y enojada, con el rostro duro y los ojos llenos de decepción… era eso justamente lo que lo acongojaba y preocupaba, porque de pronto de tener que pensar, lo hago o no lo hago, no mejor no, mi papa se va a enojar o me castigara, o me reñirá o me dejara sin mesada, o me hará hacer tarea adicional, ahora de pronto estaba con que caminaría a ciegas, sin un norte claro en el horizonte, sin una brújula en el desierto, pero bueno, tenía que bajar y enfrentarse.

  • Anda mi niño lindo – le dijo sonriendo Adela desde la puerta – quizás te llevas una sorpresa también, las cosas no siempre son malas aunque lo parezcan
  • Si tu lo dices – contesto triste, él sabía que era demasiado pronto para ser optimista

El almuerzo fue totalmente agónico para él, aparte que la incomodidad de estar sentado era horrible, tenía que estar a la diestra de Rubén, ese era su sitio así que todo el proceso lo hizo clavando la vista al plato y tragaba como si hiciera pasar alfileres por la garganta de las ganas de llorar que tenia, puesto en que en ningún momento su papa le dirigió la palabra… nada, absolutamente nada, ni siquiera, ¿puedes pasarme el salero?, su padre mismo se levanto y lo cogió cuando él podía hacerlo por él, bueno, es que Rubén a veces era muy obstinado, luego tuvo que soportar la larga sobremesa, su padre a diferencia de otras veces que estaba enfadado con él y solía mandarlo a su habitación en cuanto terminaban de servirse los alimentos, hoy como no le dijo nada él no pudo levantarse de la mesa y tuvo que permanecer sentado casi por 2 horas, definitivamente estaba entre las personas no gratas de la casa, todo el mundo conversaba, incluso Lex, pero parecía que nadie le dirigía la palabra a él, ¿o seria solo su impresión?... al final Lex pregunto si podía ir a la piscina y Rubén le contesto que subiera a su habitación, que tenían algo que aclarar con Iván y luego decidirían… Por fin le diría algo… o no le diría nada.
Rubén había cumplido su palabra no le dijo absolutamente nada a Iván fue su mamá quien había hablado aquel almuerzo.

  • Bien Iván, no iras a la piscina hasta nuevo aviso
  • Pero – había querido decir algo pero se fijo que sus padres intercambiaron miradas demasiado sospechosas y peligrosas para él, como un código secreto que grita, TE LO DIJE
  • Pero que Iván? – inquirió la mamá con un rictus en la boca y al no obtener respuesta más que bajar la mirada ella prosiguió – No iras a la piscina y punto sobre todo no después de lo que paso – dijo antes de aclarar – hoy el Dr. Sangüesa le entregaran a esa mujer un citatorio, y tu, bueno, he pedido permiso para ti en el instituto esta mañana – ¡Oh oh!, ¿tampoco iría al instituto? –  piensa si quieres seguir yendo a pasar clases a la ciudad o quieres que te ponga un profesor aquí en la casa o pasar un curso de nivelación rápida en otro instituto puede ser en la misma capital o aquí en Warnes, no quiero perjudicarte – aquello lo habían discutido con Rubén, obviamente no estaba de acuerdo en que vaya a la ciudad, pero Clara no quería ser tan radical, ella quería dar un voto de confianza a su hijo – ya hare las reservaciones para el colegio y deberás estar preparado para el examen de ingreso, pero decidas lo que decidas, no lo cuestionaremos, queremos que reflexiones y aprendas a tomar decisiones acertadas Iván – desde la perspectiva de Iván, esas no eran sus palabras, sino las de papá – te daremos la oportunidad de volver a confiar en ti – y esa era la estocada final, ninguno de los dos confiaba en él, ¡era un paria! – ahora puedes ir a tu habitación – mamá por fin concedió el permiso para retirarse, mientras Papá permaneció impasible leyendo un periódico en la mesa –  …lee, ve la televisión lo que desees, ¿sí? Cuando tengas una respuesta me avisas – y por lo menos le sonrió melancólicamente – Una cosa más cariño, antes de que te marches – suspiro y soltó la bomba, esta era también una decisión en conjunto, una decisión que no quería ninguno de sus padres llevar a cabo – Hare un reservación también por si acaso al internado de San Carlos si no sabes comportarte, ahora puedes retirarte

¿Una reservación al internado?... ¿Internado de qué?.... sintió mil murciélagos en el estomago, no eran mariposas amorosas sino verdaderos vampiros los que le revoloteaban en el vientre, ¿San Carlos?… ¿qué era eso?… ¿No cuestionarían su decisión?, ¿cual decisión?.

  • ¿Puedo preguntar algo mami? – le costó un mundo abrir la boca
  • Si, cariño que cosa quieres preguntar – dijo mamá volcando toda su atención en él – habla ahora sino tendremos malos entendidos a futuro – era bueno aclarar aquello, no quería más problemas
  • ¿Que no van a cuestionarme? – pregunto totalmente confundido, no tenía idea de que era lo que sus padres esperaban de él – ¿Qué es lo que debo decidir?
  • Tienes que aprender a tomar decisiones – hablo su padre al fin – ya te lo dije esta mañana – si claro, lo había mencionado, pero que mierda de decisiones esperaban ambos, él estaba más perdido que una aguja en un pajar
  • En base a esas decisiones hijo, nosotros tomaremos las nuestras –  contesto su madre, el habría querido preguntar si entre esas decisiones estaba lo del internado, pero prefirió callarse, por ahora era mejor cerrar los ojos y creer que si tu no vez, no te ven a ti como cuando eres un crio y estás jugando a las escondidas

Solo eso, nada más, lo mismo que nada, la decisión era suya, sin otra cosa más en que pensar, Iván se levanto totalmente abatido, había desviado sus ojos hacia su padre y si bien estaba ahí Rubén, este estaba totalmente abstraído con un periódico en la mano, de rato en rato se fijaba en su reloj y solo espero a que Clara aporte algo más para empezar a levantarse pero la voz quebrada de Iván lo impidió cuando este  le pidió permiso para retirarse, y fueron quizás las últimas palabras de Rubén para él..

  • Papi, ¿puedo retirarme ya? – hablo con un hilito de voz entre cortado, que dura era la ley del hielo
  • Tu mismo Iván, ya te dije, no voy a decirte que hacer y lo dejo con la palabra en la boca

Iván desvió la vista rápidamente, una lágrima amenazaba con resbalar de la mejilla y clavo las pupilas lo mejor que pudo a su madre pidiendo auxilio y ella entendió, y antes de que Iván suelte las lágrimas se acerco a él y lo beso en la frente diciéndole

  • NO estamos enojados contigo cariño –  aseguro ella
  • Pues no parece – dijo Iván tragándose las lágrimas
  • Sé que lo parece Iván, pero no, no estamos enojados, quizás un poco decepcionados y…
  • Déjalo mamá ya entendí – respondió él, para Iván estar enojados era mejor que estar decepcionados, porque un enojo pasa en cuestión de tiempo, pero una decepción no, había que hace méritos  
  • No, Iván no estás entendiendo – insistió ella

Y fue ella quien lo saco del comedor para que suba a su habitación, al parecer su nueva cárcel, mamá quiso hablar con él, pero Iván prefirió no haberlo así que cerró la puerta un rato e intento calmarse y pensar en lo sucedido, fue entonces que oyó los pasos de su padre subiendo las gradas como de costumbre con sus pasos pesados, solo que ahora le parecían muy pesados, ¿sería que papá también llevaba el mundo sobre sus hombros?, guardo silencio, su padre se había parado largo rato frente a su puerta, tal vez quiera ingresar a su habitación pero al final lo oyó irse y llamar a Lex; después de un buen rato, pudo verlos juntos  desde su ventana a punto de salir, vio a su hermano montar la movilidad de Rubén y a este hacerle carantoñas con los dedos enredados en el pelo y jalándole la nariz aún vendada, e instintivamente él se miro la mano, el aún conservaba el vendaje y la férula en los dedos; le dolió en el alma ver aquel mimo de su padre  a su gemelo, la sonrisa que tenía en los labios, los ojos de Lex brillarle como siempre, eso había sido para él como una estocada en el corazón, se sintió terriblemente desamparado, abandonado, traicionado incluso… y volvió a sentirse un estorbo como cuando estuvo en Londres con Logan antes de la muerte de éste en el accidente.
Observo la movilidad marcharse  mientras se escurrían sus lágrimas en la cara, ya no le importaba…  pero desde allá él no pudo ver los grandes ojos de Rubén aguados clavados al espejo lateral de la movilidad que reflejaba la ventaba de Iván, él lo había visto parado limpiándose los ojos y se sintió miserable, quiso bajar y subir y abrazarlo y consolarlo y decirle que todo estaría bien, que todo saldría bien, pero su impulso fue anulado por que el móvil dio señal del mensaje que estaba esperando de los abogados y arranco la movilidad hasta que de reojo lo vio perderse entre las cortinas.
Iván se sentó en su cama largo rato abrazado de sus piernas pensando en la nada, y se toco el franjazo de sus pantorrillas, ahí estaba la respuesta, su padre le  había dicho claramente “esto es para que no andes en malos pasos”, bien quizás después de todo no sea tan difícil, él sabía que era lo a que su padre le gustaba que hiciera, ayudarlo en las tareas de la granja, además él se divertía, quizás podría endulzar el corazón de Rubén si hacia sus deberes sin mesada de por medio y olvidarse de Raquel, porque estaba el hecho de que Rubén y nadie en la familia estaba contento con la idea de esa mujer en su vida, solo que había un pequeño detalle, un gran inconveniente… ¿cómo eliminar la gran tentación de llamarla y explicarle lo sucedido?, el sentía que le debía una explicación a Raquel por la denuncia formulada por su familia en contra suya
Era una locura, ¿pero quien hacía entender eso aun atolondrado adolescente totalmente confundido y terco?, además tenía que recuperar sus cosas….

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